1. .;
6. Mate¡ialismo histórico
seguidores, algunJs de los cuales pateclan pensar que el
materiaiismo históico lcs ahoratía el uabajo de acome-
[r*i"[, B*l;^ , h,1 -/,,=, fl,[,i], ]I,!nro ter estudios histérigos al proporcionarles una suerte de
<<tabla> algebraica rperced a la cual, y dados suficientes
I I;"r,'d, lq l3 datos, podrlan <<leere>> mecánicamente respuestas auto-
máticas a todas las tuestiones históricas. En una catta
que hacia el fin de su vida escribió a un conesponsal
ruso, da como ejemplo de desarrollo desemeiante, a pe-
sar de las condiciones sociales análogas, la historia de la
plebe romana y la dél proletariado industrial europeo.
Cuando uno estudia separadamente estas formas de evolución
i -escribió-
y luego las compara, puede hallat fácilmcnte la clave
de este fenómeno; pero no cabe obtener t¿l resultado mediante
la aplicación del u¡lversal passepa ottt de una particular teorla
histórico-filosófica que todo 1o explica porque no erplica nada y
; cuya virtud suprem¿ consist€ en ser suptahistórica.
A cierta pcrsona se ie ocurtió una vez La teorla maduró gradunlmente en su e pltittl. pode-
que la gente se ahogaba e¡ el azua sólo mos fastrear su crecimiento en los ensayos sobrc La fil.o'
porque la obsesionab¿ la noción del ueso. solía del derecho de Hegel y sobte L¿ caestiófl iudia; en
Pensaba que si sólo pudieran liberátie de
esta idil, calificríndola, por ejemplo, de elios el proietariado aparece identificado por plimeia vez
supersticiosa o religiosa, se salvarlan de como el agente destinado a modificar ]a sociedad en la
todo peligo de aliogarie. Toda srr vida Cirección anunciada por la filosofla, la cual, precisamente
Iuchó conua l¿ ilusión dcl peso. resoecto po¡ set una filosofla divorciada de la acción, constituye
de cuyas deletére¿s consecuenciás hs .r- por sl naisma un síntoma y una expresión de impotencia.
tadlsticas le proporcicnaban co¡ltiluamen_
te nuevas pruebas. Tal {igura es el ar_ La desarrolla ulteriormente en La sagrada familia, amal-
quetipo de los filósofos ievoluciona¡ios gama de estallidos polémicos contra los <c¡íticos de la
alemanes de nuesffos días. irítica>, csto es, los jóvenes hegelianos
KarI Ma¡x, La ideología alenaxa -principalmente
los hernanos Bauer y Sti¡ner- enuemezclados con frag-
mentos sobre {ilosofla de la historia, ctltica social de la
literatura y otras singularidades; pero sobre todo la ex-
Marx no. publicó nunca una exposición fo¡mal del ma_ pone en un volumen de más de seiscientas páginas que
teriafsmo hlstófico. Lo enuncia en {orma fragmentaria éscribió con Engels en 1846 titulado La ideologia ale-
en. toda su prjms¡¿ obra escrira duranre lo, ffiana, peto que no publicó. Esta obta, en su mayor parte
u¡oí fS¿i-+S
y lo da por descontado en su pensamiento posterior. No confusa, verbosa y pesada, que trata de autotes y opinio-
lo considera un nuevo sistema filosófi.", ,i; ;l;-'bi* nes desde hacía mucho muertos y iustámente olvidados,
un método- práctico de análisis social e hirt¿ri.o v un" contiene en su extensa introducción la exposición más
base.para la estrategia política. En los últimos añ'os fundada, imaginativa y notable de la teoría marxista de
de
su vrda se quejó a menudo del uso que de él hacían la histo¡ia. Como las tersas y btillantes Teslr sobre Feuer-
sus
2. Karl Marx 6. M¿terialismo histórico
bacb, que per¿e[ecen al inistno petlodo, y los Manus' flicto de .uyo, d.*lrrtos se torn¿l concteto, por eiemplo,:',
critos filosófico-econótnicos de 1844, con su nueva apli- en los conflictos reügiosos, en las guerras de loi,estados;
cación del concepto hegeliano de la alienación, la mayor nacionales, cada und de los cuales es encarnación de lá
parte de La ideología alenzan¿ no vio la luz hasta nues- Idea que se rcaliza a sí misma y para percibit la cual se
tros días. Resulta filosóficamente mucho más intetesan- requieie una intuicidn suptasensible, Matx, siguiendo a
te que cr:alquier otra obra de Marx y ¡epresenta un mo- Feuerbach, denuncia esta teo¡la calificándola de fuente
mento en que su pensamiento no aflora en toda su ple- de confusíón sobre la que no puede fundarse dngún'
nitud, pero uno de sus momentos más decisivos y ori- conocimiento. Pues si el mundo fueta una sustancia
ginales, cuya total ignorancia llevó a sus seguidores in- metaflsica de este tipó, no podrla probarse su com-
mediatos (ínclusive'a los realizado¡es Ce la revolución portamiento por el único método digno de confianza de
rusa) a ponet exclusivo énfasis en los aspectos históricos que disponemos, es decir, la observación empltica, y, por
y económicos de sus ideas y a una defectuosa compren- 1o tantó, no cabtla verificar por los métodos de niiguna
sión del contenido sociológico y filosófico de éstas. Á este ciencia la explicación que de él puüéramos dar. El hege-
hecho se debe la interpretación clara, a medias positivis- liano puede, desde luego, sin temor a la tefutación, affi-
' ta y a medias darwiniana, del pensr-iento de Marx que buir todo cuanto desee a la actividad, que no podemos.
principalmente nos ofrecieron Kautsk¡r, Plejánov y, io- observar, de una sustancia del mundo impdpabie, del
bte tcdo. Ense!s- *adciólr crre idluló áerioí'r'ar¡ente
, Engels, trar-lirión que in{!r,'r'ó decisi'.'amente mismo modc que el c¡e]'ente ctistiano o telsta lo at¡ibu-
pruxis
tanto en 7a teoía como en la pruxi¡ del movimiento co- ye a la actividad de Dios, pero sólo al precio de no
nocido con el nombre de Marx. explicar nada, de declatar que la tespuesta es un misterio
La esffuctura de la nueva teotla es rigurcsamente he- emplricamente impenettable. Tal tra<iucción de pregü-
geliana. Reconoce que la historia de la humanidad es un tas ordinatias a un lenguaje menos inteligible es Io que
proceso único en el que no se dan repeticiones y q-ue determina que la oscuridad resultante cobre la apariencia
obedece a leyes susceptibles de se¡ descubiertas. Táles de una auténtica respuesta. Explicar lo cognoscible en
le.yes scn difere.ntes de las leyes de la flsica o la química términos de Lo incognoscible equivale a quitar con una
que, por ser ahistóricas, registran invari¿bles conjuncio- mano io que uno afect¿ dar con la otra. Cualquiera que
nes y sucesiones de fenómenos interrelacionados alil don- sea el valor que pueda tener este procedimiento, ¡o cabe
de y cuando éstos pueden repetitse; son más bien simi- considerzrlo equivalente de una explicación cientffica,
lares a las leyes de 7a geologla y la botínica, que encarnan esto es, de un orderramiento, por medio de r¡n número
los principios de conformidad con los cuales tiene lugar relativamente pequeño de ley'es interelacionadas, de la
un proceso de continuo cambio. Cada momento de este gran variedad de fenómenos distintos y prina facie n-
proceso es nuevo en el sentido de que posee caracterís- conexos. Y esto basta pata dar cuenta del hegelianismo
ticas nuevas, o en él se veri{ican nuevas combinaciones ortodoxo.
de caracterlsticas conocidas; pero a pesar de ser único Pero las soluciones de las escuelas <.rcrlticas> de Bauer,
e irrepetible, se sigue, sin embargo, del estado inmedía- Ruge, Stirner y hasta Feuetbach no son meiores en prin-
tamente antetior, en obeüencia a las mismas leyes, del cipio. Después de sacat a relucir despiadadamente los
mismo modo que este último estado deriva del que le es defectos de su maestro, caen luego en ilusiones peores:
anteriot. Peto mientras, de acue¡do con Hegel, la sus- pues el <<esplritu de crltica de la autoc¡ítica>> de Bauer,
tancia única en la sucesión de cuyos estados la historia .á1 <espíritu humano ptogtesivo> de Ruge, el <ryo indi-
consiste, es el eterno Espíritu universal, el interno con- vidual> y <<sus inalienables posesiones> declamado por
fsa.lnh ¡etlln, I
3. ' - Karl M¿tx : 6, M¡tüialismo t3l
Stirner, y hasta el ser humano cie catnc y hueso cuya toda cvolución, en la naturaleza conro en la socie-
evolución traza Feuerbach, no son más que abstr¿ccione3 dad, remata en una cieadota. En la naturaleza
generalizadas no menos vaclas, no menos susceptibles de estas fue¿as son :as, qulmicas, biológicas, y en la
que apelemos a ellas como a algo que trasciende los fe- sociedad son mente económicas y sociales.
nómenos, como a algo que los cau;a, que el edificio
igualnente insustancial, pero espléndido e imaginativo
pero rico y comptensivo, no reducido a una estaban énca¡nadas én las naciones que rcpresentaban
-sombrlo,
única absracción estéril-, ofrecido por el hegelianismo el desarrolio de una cultuta especlfica o la materializa-
ortodoxo. ción de la Idea. Siguiendo a Saint-Simon y Foutier, y
La única región posible en que han de buscarse los acaso sirr dejar de obtar en éi la influencia de la teoría
principios del movimiento histórico ha de ser una que
incipios de las crisis de Sismondi, Marx contesta que tales fuerzas
esté abierta a la inspección cientlfica, esto es, empftica. son predominantemente socio-económicas,
Matx sostiene que. puesto que los fenómenos oüe han
lvrarx sosüene que, Duesto que Ios lenomenos que nan úe Llegué --escdbió doce años despu6- a la condusión de que
de explicarse son los de la vida social, la explicación las rclaciones legales, asl ccmo las formas estatales, no podían set
debe residir, en cierto sentido, en la naturaleza del con- comprendidas pot sl mismas ni explicadas por el llamado ptogreso
torno social que constituye el contexto en el que los ge¡er¿l del esplritr humano, sino que están arraigadas en las
condiciones mited¿les de la vida que Hegel llama.., sociedad
hombres viven sus vicias, en esa red de reiacíonei pri- civil. La anatomla de 1¿ sociedad civil ha de buscarse en la eco-
vadas y públicas cuyos términos están constituidos por nomla polltica.
los individuos y de la que ellos son, por asl decirlo, los
puntos focales, los lugares en que se juntan los distintos
se El co¡fücto es siempre una colisión entre dases eco'
ramales cuya totalidad Ifesel llamó s
cuva I{egel sociedad civil. Hegel nómicamente determinadas, definiéndose una clase como
mostró genio al percibir que su crecimiento no era una lrn grupo de personas, dentro de una sociedad, cuyas
progresíón suave, detenida por ocasionales reirocesos, vidai estrín determinadas por Ja posición que ocupan en
comc enseñaron Saint-Simon y su disclpulo Comte, sino cl pioceso <le producción, el cual determfu:a la estructura
el producto de una tensión cóntinua eñtre fue¡zas anta- de-tal sociedad. La condición de un ind-ividuo la deter-
gónicas que gatentizaa. su incesante :novimiento de avan- rnina el papél que desempeña en el proceso de prod.ucción
ce; y que la aparición de una acción y una reacción social, y éite, a su vez, depende ditectamente del ca¡ác-
regulares constituye una ilusión originada por e! hecho ter dé Íur fuerzas productivas y de su grado de desanollo
cle que <xa la primera, ora la segunda cie las tendencias en cualquier estadio dado. Los homb¡es actúan como ac-
en conflicto, se l,ace sentir más violentamente. En ¡ea- túan en virtud de las re]aciones económicas que mantie-
lidad, el progreso es discontínuo, pues la tensión, cuando nen de hecho con los ottos miembtcs de su sociedad,
alcatna el punto crítico, se precipita en un cataclismo; sean o no conscientes de ellas. La más poderosa de estas
el crecimiento en cantidad de intensidad se ftueca en un relaciones se basa, como enseñara Saint-Simon, en la
cambio de cualidaCes; las fuerzas rivales que obran bajo propiedad de los medios de subsistencia, pues- la más
la superficie crecen, se acumulan y estallan en una erup- áprimiante de las necesidades es la necesidad de sobre-
ción; el impacto de su choque transforma el medio en vivir.
que éste se da; como Engels dirla más tarde, el hielo La concepción central hegeliana consiituye la base del
se conviefte eri agua y el agua en vapof, los esclavos se pensamientó de Marx, aunque éste la transpone a tér-
convierten en sielos y los rJiervos en hombres libres; minos semiempíricos. La historia no es la sucesión de
4. Kgrl Marx 6.
I
h{ltódco
Matedalismo tt
I
los efectos que sobie los hombres obran el contoino ocio, y, por Io ta{rto, de la cultura¡ pero asimismo..la rro-
exterior o su propil natutalezr inalterable, ni tampoco sibilidad del efipleo de esra aqimulación
el juego conjunto de estos actofes, como suponlari los J" .ia
¡eserva de necesiflades vitales- cooo medio de oriva¡
primeros materialistas. Su esencia es la lucha dé los hom-
bres por realizar plenamente sus potencialidades huma-
a ouos de beneficios, de intimidarlos . de obüsa ilos a
ttabajar para los acumuladores de rióueza. dj eie¡cer
nas.y, puesto que son miembros del reino natural (pues
coerción, explotar y, por ende, dividii a Íos hombres
no hay nada que *ascienda a éste), el empeño del iiom-
en. clases, en los que controlan y en los que son cotrtro-
bre por realizrrse plenamente es un esfueizo por evitar
lados. Quizá haya tenido esta últi-a marior alcance oue
ser juguete de las Íuerzas que parecen a la iez miste-
todas las demás consecue¡cias involunthias de Ia 'in-
ríosas, alhitrarias e írresistibles, esto es, por lograr do-
vención, del,avance técnico y de Ia acumulación de bie,
minio sob_re ellas y sobre sl mismo, lo ' cual eqüivale a
nes que de él resulta. La histoda es una interacción ent¡e
Ia libertad. Los hombres logran subyugar asl sú mundo
las vidas de los actores, los hombres empeñados en una
no ya merced a un aumento del conocimier¡to . basado
Ittcha por alcanzar el gobierno de sí misinos. v las con-
en Ia cont_emplación (como habla supuesto Aristóteles),
secuencias de sus actividades. Tales consecúdcias oue-
sino por obra de su actividad, de su irabajo, de la cons-
ciente modelación tanto del contorno c.tmo-de las propias
del ser voluntarias o involrrntarias, y sus efectos sóbre
personalidades, influidas reclprocamenie, siendo -ésta la los ho¡rL.cs o su conrorno narurai'pueden o no pueden
preve$e; pueden verificarse en Ia eifera material-. en Ia
forma primera y más esencial de unidad de voluntad,
pensamiento_ y acción, de teo¡ía y ptácttca. En el cutso
del pensamiento o la del sentimiento, o tambíén ea
niveles inconscientes de la vida de los hombres; puede¡
de su actividad, el trabaio mansfoirna el mundo del hom-
afectar sólo a individuos o tomar la forma de movimie"-
bre, y también a éste. Ciertas necesidades son más bási-
tos e instituciones sociales; pero lo cierto es que sólo
cas qr¡€
-offas: la simple superri-rencia está antes que
necesiciaCes más complicadas.- Pero el hombre difiere de
puede comprenderse y contrólarse esta compleii red si
se percibe cuál es el factor dinámico centrai que dir.ige
los animales, con quienes comparte las necesidades fi
sicas esenciales, potque está dotado de invención: sracias
el proceso. Hegel, que fue el primero.tt u.i ..to á.
a el7a, alteta su propia natutaleza )' Ias necesiáaáes de modo tan esclarecedor y ptofundo, Io halló en el Espf-
ésta, y se evade de los ciclos de repitición de los aniora-
ritu que procura comprenderse a sl mismo en las instiirr-
ciones o conctetas- que él mismo ceó en
les, que jamás se modífican y, poi 1o tanto, carecen de -absÉactas
varios niveles de la conciencia. Marx aceptó este esque,.
historia. La historia de la soóieáad es ia hiítoria de los
ttabalos inventivos que modi{ican al hombre, modifican
ma cósmico, pero censuró a Ilegel y sus disclpuloJ el
-
sus deseos, costumbres, perspectivas, sus reláciones con
haber ofrecido una explicación mltica de las últimas
otros hombres y con la naturaleza flsica con Ia cual el fuezas operantes que no es sino uno de los
hombre vive en un perpetuo metabolismo físico v tecno-
-mito
resultados involuntarios del proceso de exteriorizar la
lógico. Entre las invenciones del hombre ' tarea de la personalidad humana-, esto es, dat la aoa-
cientes riencia de objetos o fuerzas independientes, externos: a
-co
o inconscientes _ flgura la división del rabajo, que sur-
ge en las sociedades primitivas e incrementa &, er^r, los que son, en realidad, producos del trabaio humano.
medida su productividad, creando más riquezas quJlas Hegel había hablado de la marcha del Espíritu Obietivo.
imprescindibles para satisfacer las necesidtdes ínmedia- Marx identificó el factor principal con loJ seres humanos
tas. A su vez, tal acumulación crea la posibilidad det que petsiguen fines humanos inteligibles;' no ya ru1¿
-seguri-
simple meta como el placer, el conocimiento, Ia
I
5. 135
K¿rl Marx
6. Materi¿lismo histddm
en
factotes telativaminte invatiables del mu¡do extetior
dad o la salvació¡ ellende la tumba, sino la armoniosa lL?ir.rii;-t''"iti"t'i¿" pcr obra de la división.del
tealización de todas las potencialidades humanas, de mn- tiabaio v de la sueüa de clases conduce a la degtadacron'
iárÁi¿"¿ con los ptincipios de la tazón' Duralte esta ililrii-*ir"liórr,'q p.*.ttidas relaciones humanas y
;;;;;;ñ ito*¡."t't. uinsfotman a slque detetminan y
mismos, de.modo ;;'i;i;ifilión éonq.i"n," o inconsciente de la visión'
;Jó; los predicameltos y valotes il;";;;;;1i *i}"t estado de.cosas v ocultar el
.*oli'.* la conducta de un grupo, generación 9 civili- ffi. il;;á;-.* t. ¡uv" entendido-v sobrevenga la
,^tón. otros hombres que proolran entenderla (que es la expresión concreta de semejante com-
^
oro.,li* entendef a esos hombres estando eüos misr',tos "..ii"--tue .t trabaiá; en lugar de dividir y 65sl¿vizar
il;l;;il; ¡; su realización parcial v de su inevitable "t."ri¿r-ll i"'
;^i;;ñ;;bd [bératá, datáplena expresión
frustráción patcial), moüfican los ptedicamentgs y v.alo- ;'
; ü;iá;'d.'-.i.táo',' "iii¿ v en la única fórm-a en que la
res de sus sucesofes. Esta constante autotfanstotmaclÓn, ;rt;;^É" humana es totalmente naturaleza.humana' to-
on" .oortit"u. el meollo de todo uabaio y toda creación, ,¡"t."" fi¡*., empeño común, cooperacidn social en
á.tt" la noción de principios fijos intemporales, ;;¿n, tuiián"t*.ntt compiendida v aceptada'
"brnrda
¡;;.*;;;sales inalteiables^v de un eterno predi- '?i'I*;"
il;;;:l;-;;,ild de Marx frente á este concepto ---el
..-"o"4-L"nt"no. El carácter de ü época con que Hegel
-.-t"U" -?r'irn¿r*.*al de todos Ios conceptos de su.sistema-
iirtt¡; detetminado, en opinión de Marx, qor- la fue cutiosamente indefinida: a veces habla del ttabalo
zuerra de clases; el comportamiento y Ia visión de los ii;r"'?i.r;A;; con aqueüa cteación libre que no la ex-es
individuos v las sociedades estaban decisivamente deter- -¿, "tena de la felicidad, la emancipación' la
natutaleza hurnana suieta
ésta la verdad histórica
-i"^áát oó, .r" factcr; era que reposa en la acu,mu' "."rf¿"
;';;;;'.^i;.:;;;i";. h
acirca de una cultura
"entral ;;i .or''" ." las batallas-por lógrar el conttol de lr.otlu' tacional del hombre co,nsigo mismo y conpto-
aI oclo.' y
sus
i;;i¿;: semeiantes. Otras veces opone el ffaba,io
esa acumulación, libradas por aquellos que s.e estuerzan tnete'quc con Ia abolición de la guerra de, clases
cl trabals
;; ;.;{; sus potencias, ,. m.nodo por meüos inútiles se reducitá ai mínimo, peto no quedará del todo e1lmr-
o *iáá.rit,tct"ies. Pero, precisamenté porque se rataba ;i.', ;;';";;i,i7 i^'¿lt trabajc ce esclavos sus proplas
explotados'
Je ,r-.t pr"üca*ento históríco, no era €terno' En el pa- sino del de hombres libres que constmyen
.¿o tr't cosas habían ocurrido de modo difetente, y las t'd^t;.i"ii;;or-J" .onft't"tidad con uormas que ellcs
.onA.ion"" actuales no durarlan pot siempre' Y de he- ;;ñ;;;" a sí mismos, libremente a<ioptada.s' pero de
que sobte est-e pre,licamento pendla todas'formas continuará siendo una deseEradable nece-
"iá-t r .lrrtornu, de sóbrado visibles para aquellos que
una sentencia etan el in-exorable hecho de lc
r;i;; t-;;;;t;ál hotbt. porno cabe c,onlurírr--a menos
tuvietan oios pata ver. El único {actot petmanente en naturaleza física, hecho que
i" hlrtor¡a'd.l^hombre era el propio hombre. inteligible de caer en la mera utopla' No ft:y conciliación tinal
enue
,á1o e" térmi"os de la lucha que no habla elegido, la lu- estas opiniones. La misma ambivalencta se perclbe en su
cha que formaba parte de su esencia (y éste es el momen- .á.Uin'".i¿" de un determinismo evolutivo con pre- üna
to metafísico de Marx), la lucha por dominar la natura-
I
.i*".á UU."rria en la libre elección; ambo-s -están que
leza y organizar sus ptopios poderes productivos en un
L
;;;;;;; .o p.nr"mi.nto, contradic:ión. <dialéctica>
iacional en el cual consistía la armonía externa imoortunó a l,rs seguidores v los dividió' especlllmente
l
".o,ré-^ En la visión cósrnica de Marx, el trabajo es
" irrt.rnu. para Dante el amor cósmico, aquello que hace
I
.T"Éttáp"iti.nt"i áá"¿t afectó vitalmenie 7a praxis
1o que fue 1
revolucionaria.
de Íos homtres y de sus relaciones 1o que son, dados los
l
I
I
L
6. .':l :r.i: ] ;'¡it rr::-
",Y
lt6 K¡tl M¡tx
i,'
6. lvl¡tcdalieno hi¡tó¡lco
los D¡ocesos de Ia üd¡ roci¡l, polltic¡ y es¡i¡itual. No'es l¡ cbn-
Aunque toscamerrte, Feuetbach expresó co¡ claridad cieniia .lc tos hombrcg lo qué deteróina- su propia €dstetrda,
d hecho de que los hombres tienen que come¡ antes sino oue. oo¡ el conE¿tio. 16 erfttencia riociai de los hbmbres. eg
que razonar. Lá satisfacción cie esta necesidad sólo puede lo oui áeie¡mina l¿ conciinci¿ de &tos. En iieto *tadió.de'su
sir plenamente g r^ntiz^d^ por el conttol de los medios desarrollo, las fuer¿as matetiales de la ptoducción enea¡ o con-
de producción matetial, es decir, de la enetgla y destteza flicto, en la sociedad.-eon las telacio¡es €5.iste¡tes de ptoducción,
o qrre no el-sino una ñan=era legal de de¡i¡ lo mismo- con
humanas, de los recursos naturales, de la tiema y del -Ío
las relaciones de propiedad dent¡o de las cualés han opetado an'
agua, de las heuamientas y máquinas, dc los esciavos. tes. Estas ¡elacioñes, que habfan sido fo¡mas de desarrollo de
En el principío hay una natutal escasez de tales medios, las fuerzas oroductivas,- se convierten en las cade¡as de los'hom'
y éstos son por Io tanto objeto de violenta competencia, bres. Sobreüene luego'el perfodo de la Fvolución social. Con el
cambio de los cimieñtos eonómicos, toda la eno¡me supetestfttc-
tanto más cuailto que aquellos que los proporcionan con- tur¿ oueda ta¡de o tempt¿no entefamente tr¿nsformada. Pero al
trolan las vidas y acciones de aquellos que no los poseen, considerar semeiantes transformaciones, ha de hacetse siempre la
y esto hasta el momento en que, a su vez, los poseedores distinción enue l¿ uansformación matetial de las condiciones
económicas de p¡oducción puede¡ detetmina¡se co¡ l¿ pteci-
pierdan la posesión de tales recursos a expensas de sus -que
sión de las ciincias naturales- y las formas legales, pollticas,
súbditos, quienes, al hacerse poderosos y astutos por obta relisiosas. estéticas o filosóficas ---en una palabra, las fo¡mas ideo'
del servicio que prestaron, los desposeen y esclavizan, lógñ"r-, en las cuales los homb¡es cob¡an conciencia del co¡flicto
pero iólo para scr a su vez desposeídos y expropiados v lo suorimen.
' Árí tóm" sería imoosibie iuzgat correctamente a un individuo
por otros. fnmensas instituciones de tipo social, polltico,
a oartir sólo de Ia piopia opinién que tiene de sí milmo, tesulta
culturC, se crea¡cÍi pafa colrservaf las posesiones en lca- i*póti¡i. juzear loi p.'í.,.Iós reuoiucíonarios a partir Ccl .modc
^ven
nos de sus actuales dueños, y no por obta de una polf- .áti."i.oi. ttr"qo" t. a sl mismos, pues, por lo contratio, tal
tica delibetada, sino que ellas surgierorr inconsciente- .ónii*.ia ha de explicarse como producto de las contadicciones
.1. la vida materid. áel conflicto entre las fuerzas de Ia producción
mente de la actitud generai frente a la vida adoptada io.i"l u ror reales' relaciones. Ningrin oden social desaparece an-
por aquellos que gobiernan una socieclad detetminada. i". á.'ooi todas las fuerzas ptoductivas que tienen cabida en á
;; h;y;; desarrollado, y las nuevas relaciones más altas de la
^
Pero alll donde l{egel había deCarado que 1o que con-
fetía su cafáctef específico a cualquier sociedad ela su orodutción no aDarecen nuncil antes de que las condiciones de su
catácter nacionai, y la nación (en el sentido lato de ci- kistcncia hayan madura<ío en ei seno- de la..vieja sociedad. "
v el mismo problema sólo surge cuando las condrcroncs tnatellales
vilización) era para él encarnación de un determinado í.q".rid"r p'ara su solución yá er.isten o, por lo rnenos, están en
estadio en eJ desarrollo de1 Espíritu del rnu¡do, para proceso de formación t.
l'{arx se trataba del sistcrna de relaciones ec<.'nómicas que
gobernaba la sociedad en cuestió1r. En un celebtado pasa- La sociedad burgiresa es la última forma que tornan
ie escrito ula ciécada después de que liegata a esta po- estos antagonismos. Después de su- desaparicidn, el con-
sición, sintetizó sus opiniones como sigue: flicto desapatecerá pot siempre. El perlodo ptehistótico
quedará compietado, y entonces comenzará al fin la his-
En la producción social que tealizan, los hombres entan eri tbria del individuo humano iibre.
definidas relaciones que son, a a vez, indispensables e indepen- La única causa por la cual un pueblo es diferente de
dientes de su voluntad; estas relaciones de producción cortespon-
den ¿ un estadio definido del desamollo de sus poderes matetiales otro, un grupo de instituciones y creencias opuesto a otro,
de producción. La suma total de tales telaciones productivas cons-
^fundamento es, según Marx llega entonces a cteet, el contorno eco-
tituye la esmuctura económica de la sociedad, el real nómió en que está Íiiado, la relación en que está la
sobre el curl se alzan las strperestructutás legales y políticas, y al
cual corresponden formas deiinidas de conciéncia ioüal. U'mb¿c
de producción en la vida mate¡ial detetmin¿ el carácter general de
t Crítica de la economía ,olltica.
7. __" *,,m,..1,ff
?
6. Materialismo histótico t3e i ¡lt
clase gobernante de poseedores con aquellos a quienes digos morales y las otganizaciones religiosas,- a menudo :
ex:plota, la cual surge de la especlfica Calidad de la te¡- so'breviven a lás presiones sociales paia dar,forma ¿ las
sión que entie ellcs persiste, El fundamental teso¡te de
-De
cuales sutgiercn. este modo estas gtandes ilusion€s
acción en la vida de un hombre, tanto más poderoso orsanizadai vienen a formar parte de la situación social
cuanto que no lo reconoce, es su posición ¡espeito de la obÍetiva. del mundo exterior que modifica la conduct¿ de
alineación de las clases en Ia lucha económica; el factor lo, indiu¡duot, y operan del rnismo modo que los factores
cuyo co-nocimiento permitirá u .""tq"i.tu ptir¿*ii .tt invariables ---<i c[ma, el tetteno, el organismo ffsico-
acierto la llnea básica de comportamiento di determina- que ya obfaban coniuntamente con las instituciones so-
do_ individuo, consiste en la posición social real de ese .iuleí.
individuo: si pertenece o no a la clase gobernante, si Los sucesotes inmediatos de Marx tendieron a testar
depende su bienestar del &ito o fracaso dé ésta, si ócu- imoortancia a Ia influencia de llesel sobre él; pero su
pa una posición para la cual sea o no sea esencial Ia con- visión del mundo se desmorola y apenas ofrece aisladas
servación del orden existente. Una vez sabido esto. sus oenetraciones si. en el esfuerzo por representarlo tal
motivos particulares. y personales, así ccmo ,u, io-o ," concebía a sí mismo, como el riguroso cientlfico
".b.io-
nes,.poco o _nada interesan pan la investigación: el in- ateilido severamente.a los hechos sociales, se deia de
dividuo.puede sgr ggoísta, o iltr,rirta, gener;so o mezqui- lado o se desvalora el gran módulo metaflsico unificadot
no, bábil o estrípido, ambicioso c nc"desto. I_as circuns- según cuyos términos Pensó.
tancias que 1o rodean moldearán sus cualidades naturales 'Hegel,
tomo Marx- trata la historia como una feno-
de modo tal que obrará de modo simiiar al de sus se- rnenologla. En Hegel, la Fenomenologla del Esplritu
mejantes, cualquiera que sea su tendencia naturai. En constit;ye un intenio por mostrar, a menudo c9n gran
realidrd resulta equlvoco hablar de una <<tendencia na- p.rr.t.u.ión e ingenio, ,rn orden objetivo en el desenvol'
tural>> o de una <(naturaleza humanar> inalterable. Cabe ui.i.nto de la ionciencia humana y en la suc$ión de
clasificar las tendencias J¡a de confo¡midad con el senti- civilizaciones que son su encarnación coírcreta. Influido
miento subietivo que engendr^n (y, a ics efectos de la por una idea dcminante en el Renacimiento, p_ero gue se
predicción científica, esto carece de impottancia), ya de i",rnonto a las ptimeras cosmogonías mlsticas, Hegel con-
conformidad con sus metas reales, las^cuales .riAn ,o- sideraba el tleiartollo de la humanidad de modo seme-
cialmente condicionadas. El horrrbre actúa antes de ooner- iante al de un set humano individual. Y así como en el
se a reflexionar acerca de las razones de su conducta o ca.o d. un hombre una capacidad particular, o visión,
de ias que Ia justifican; la mayoúa de los miernbros de o modo de tratat con la iealidad, no puede surgir hasta
una comunidad actu i.án de modo similar, cualesquiera que ottas caoacidades suyas se hayan desarrolladc
oue sexn los motivos subl'etivos en cuya vírtud aoa¡cce- -y
.r oor cierto la esencia de la noción de crecimiento
rán ante sl mismos actuando tal como Io hacen. Esto "i.to
., en el caso de los indi.viduos-, del mismo
queda oscurecido por el hecho de que, intentando ccn- "ducación
l¿s razas, las naciones, las iglesias, las orlturas,
modo
vencerse a sí mismos de que sus ectoi están determínados se suceden unas a otras en un orden fiio, determinado
oor .la n o por_ creencias morales o reiigiosas, Ios oor el crecimiento de las facultades colectivas de la hu-
-zón
hombres han tendido a construir complicadas e*ólic"- manidad expresadas en las attes, las ciencias, la civiliza'
ciones de su conducta. Semejantes .rpli.a.ion", nJ-rá.,
ción como una totalidad. Acaso Pascal haya querido de-
det todo ímpotentes para influir en'la accióo. nue.to cir also semeiante al hablar de la humanidad como de
que, al, convertirse en gtandes instituciones como los có- '*ilenatio,
un ,"f úni.o, que va creciendo de generación
8. a !':r',*li "-
1,10 fd M¡rr 6. M¡tcriali¡mo hi*ó¡ico 141
en gene¡ación. Para Hegel, todo cambio se de;rc al mo- para u¡ c¡eyente. Pata Marx, el sistema capitalista es'
vimiento de la dialéctica, quc obra mediante rma cons- precisamente €sta clase de entidad, un vasto insEumento
ta:rte crltica lógica, esto es, a una lucha contra los modos éngendtado por exigencias matetiales iateligibles, ul pro'
de pensar y las consftucciones de 7a trrz6¡ y el senti- gtásivo mejóramienio y ensancha!:iento de la vida que
miento que se remata con la final autodesÚucción de és- genefa sus propias crcencias religiosas, mctales, intelec-
tos, los. cuales encarnaron en su hora el punto más alto iuales, sus propios valores y fotmas dc vida-. Sépanlo o
alcanzado por el incesante eecimiento (que para Hegd no quienes los sustentan, tales valotes son simplemente
es la auto¡realización lógica) del espfuitu humano; pero punáles del poder de la clase cuyos inteleses encarna el
que encatnados en reglas o instituciones y erróneaménte iistema cupitalisia; emp'ero, ocurÉ que todos los sectores
conside¡ados como finales y absolutos por una sociedad de la sociedad acaban por considerarlos objetivarnente
dada o por una determinada visión del mundo, vienen a válidos para toda la hir-maridad;-Asl, por ejemplo, la in-
convertirse en obstáculos al progreso, en expirantes su- dustria y el estilo capitalistas de intercambios no son
pervivencias de un estaüo lógicamente <(uascendido>, instituciones vríüdas para todos los tiempos, siao que
que, por su propia unilateralidad, engendran antinomias fueron peneradas oor la creciente resistencia de los cam-
y contradiccions5 lógicas mediante las cuales se revelan y pesinos"y aÍtesanós a depender de las ciegas fuerzas na-
se destruyen. Marx aceptaba esta visión de la historia turales.
como campo de batalla de ideas cncarnadas, pero lo-trans- La oroducción es una aciilüad scial. Tcda fcrna d.e
ponla a términos sociales, a la lucha de clases. Pata é1, uabajó cooperativo o de división del ttabajo, cualquiera
Ia alienación (pues asl es como Hegel, siguiendo a Rous- sea su ofigen, crea propósitos comunes e inteteses co-
seau, a Lutero y a una primitiva uadición cristiana, lla- munes, loJ cuales no son analizables como mera suma
maba el perpetuo divorcio del hombre de la unidad con de los inteteses o aspitaciones indíviduales de los setes
la naÍtraleza, con los demás hombres, con Dios, divorcio humanos a quienes incumben. Si, según aco¡tece en l¿
originado por la lucha de la tesis contra la anrítesis) es sociedad capitalista, un sector de la sociedad se aplopia
inherente al proceso social v, por cierio, es el corazón el producto del trabaio socia! total p4!e su exclusivo
de ia mis¡ra historia. La alienación se rr'-erifica cuando los beneficio, comg resultado de un desar¡ollc histórico ine-
resultadcs de los actos de ios hombres conffadicen sus xorable que Engels, más explícitamente- (y mucho más
verdaderos propósitos, cuando sus valores oficiales o mecán camente) que Marx, intenta describi¡, ello va con-
los papeles que desempeñan no iepfesentan cabalmente sus tra lo que los hombres esencia, como s-eres huma-
leales motivos, necesidades y fines. Se da tal caso, por nor, es- ser sociales- -cuya para desarrollatse libre
necesitan
ejemplg, cuando algo que los hcrnbres han realizado p-ara y plenamente. De acuerd<¡ con Man(, quienes acumulan
responder a necesidades humanas un sistem; de éri sur munot los medios de ptoducciól y, por lo tanto,
-como
leyes o las reglas de la composición musical- adquiere tambifu los frutos de ésta, bajo la forma del capital,
uft stat .s independiente y no lo considera¡ ya algó por forzosamente desposeen a Ia mayotTa de los productores
ellos creado para satisfácer una común ne..iida{ soci"l trabajadores- de 1o que éstos cean y, de este
(que bien, pudo haber desaparecido desde hace mucho), -los
modo, dividen la sociedad en explotadores y explotados;
sino una ley o institución objetiva que, por p¡opio de- los intereses de ambas clases son opuestos; la supervi-
recho, posee autoridad impersonal, eterna, comb las leves vencia.de cada clase depende de su capacidad para de-
inalterables de la naturaleza tales como las conciben ios rrotar al adversario en una guefta continua, guefra que
hombres de ciencia y el común de las gentes, como Dios deterurina todas las instituciones de esa sociedad. En el
9. L42 Katl Marx 6. Matetiaüsmo histórico 143 ..,i '
curso de la lucha se desarrollan las habilidades tecnoló- cducación normal, de la visión general de l¿ sociedad, anti-
gicas, la cultura de la sociedad dividida en clases sc torna natural, y así llegan a considerarlas y -aceptarlas 'aomo
más compleja, sus productos son más ricos, más variados objetivós, iustos, lrecesarios, del órden 'l!'tal .
y más artificiales es, más <(antinaturales>- las "lem"nior
oue exolican-las seudociencias creadas con ese fia. Esto,
-esto
necesidades que engendra este progreso material. Son como enseñara Rousseau, ahonda aún más el emor huma-
antinaturales porque las dos clases que libran la guerta no, el conflicto y la frustración.
quedan <<alienadas> por obra del conflicto que ha reem- Él rlnto-r dé aüenación es la atribución de la autoti'
plazado a la cooperación en procura de fines comunes, dad última va a aleún podcr impersonal ----como las leyes
la cual, conforme a esta teotla, es requerida por la natu- de la oferta v la áemanda-, dél cual se pretende dedu-
nleza social del hombre. El rnonopolio de los medios de cir lósicameÁte el carácier iacional del capitalismo, ya
producción por parie de un grupo particular de hombres, . ^oersona or fuerzas imaginarias --divinidades, iglesias,
p..ónu,
petmite a éste impon$ su voluntad a los oros y obligar- la mistica del rev o el sacerdote, u otros mitos
los a realizar tateas extrañas a sus propias necesidades. oorlsivos-. Dor cuva obra los hombres, arrancados de
Consiguientemente, la unidad de la sociedad se destruye ,rn modo d. vidu u*tnrul>> (que es el rinico que permite
y las vidas <ie ambas clases se distorsiona¡. La mayorla a todos los miembros de la iociedad percibit l¿ verdad
decir, los proletarios que nada poseen- trabajo aho- v vivir armoniosamente)' procuran explicarse a sl mismos
-es beneficio de otros y conforme a las ideas de éstos,
ra en su condición antinatural. Si dguna vez los hombres ha¡
y se ve desposeí<ia dei fruto de su trabajo, asl como de de liberarse, ha de enseñ:fuseles a desgariai -el velo que
sus instrumentos; su modo de existencia, sus ideas e idea- ."¡t" .trot'mitos. Según la demonología de Marx, el
les, no cortesponden a su propio predicamento real más ooresivo de todos-ellos es la ciencia económica bü-
(puesto que son setes humanos a quienes artificialmente ro.r^.^ oo" reDresenta el movimiento de las metcanclas
se les impide vivir tal como lo exigen sus natrüalezas, 3 d. lu'*on.ia hecho, el proceso de producción,
es decir, como miembros de una sociedad unificada,
-de .omo iro proceso impersonal,
v distri-hución-
capaces de comprender las razones por ias cuales hacen
"o"*Áo ios de la natu:aLeza, cotrlL ur¡ móó¡lo inalteta-
similar a
lo que hacen y de gozar de los frutos de su actividad r¿- Ut" ?" i""trt, obieti'ras ante el cual Ios hornbres sólo
2.
cional, libre y cooperativa), síno a las aspiraciones de sus oueden inclinarse í al cual serla ínsano resistir A pesat
-r..
opresores. De ahl Ere la vida de la mayotía de los hom- á. á.t.t.i"isía, I{arx se resolvió a mostrar que la
bres repose en una mentifa. A su vez, sus arnos no pue- concepción de cualquier estructura social o ecogómica
den evítar, consciente o inconscientemente, justificar su á"¿" l.-o parte <{é un otden mundial inmutáble, era
existencia patasitatia y asl la cc¡nsideran natural y desea- urra ilusión iuscitada pot la alienación del hombre, una
ble. En el curso de este proceso, conciben ideas, valores, iípica conf'rsión, efectós de actividades putarnente huma-
-.nÁo..ut.¿á,
leyes, costumbres vitales, instituciones (en fin, todo aque- .orno una ley de l¿-naturaleza; sólo
11o que Marx a veces llama <icieologla>), cuyo rÍ:rico pro-
"ir *ptiÁitlos por obra do otras actividades. igual-
*¡ir
pósito consiste en apuntalar, explicar y defender su poder -.ni" h"-tout, -idiuttt. la aplicación de la razón y Ia
y su condición privilegiados, antinaturales y, por lo tanto,
2 Pa¡a Marx, la sociología y la economía dásicas no constituyen
injusti{icados. Tales ideologla5 religiosas,
-¡¿sl6¡¿lgs, i.-disfrazai oidenamientos üansitorios y del todo
económicas, s¡6.- 6q¡5¡i¡uyen formas de autoengaño co- "i"o-i"*nt*
iir".¡á""iii-U"¡. la forma de leyes válidas universalmente; mns-
lectivo; las vlctimas de la clase gobernante proleta- tiruven una cuasi religión de la que son sacerciotes los econotrus-
-los de su
rios y los campesino5- se las asi¡nilan como parte tas,'los sociólogos y los filósofos burgueses.
10. 144 Ketl Mam 6. Motc¡ialismo histórico l4j
ciencia esclarecedoras y, en última instancia, mediante el les, los cuales, al ¡o set entendidos rectamente, se torna¡
atma de la revolución. Estas actividades überadotas pue- más poderosos que sus inventores, se convieften en mons-
den ser determinadas por leyes objetivas, pero lo que truos adorados pot sus hacedores, en ciegos, desdichados
tales leyes determinan es la actividad del pensamiento Frankestein que frustran y distorsionan las vidas de sus
y voluntad humanos (particularmente de hombres toma- amos. Al mismo tiempo, el solo hecho de comprender
dos en masa), y no ya meramente el movimiento de cuer- lo que se oculta ffas.este predicamento, o de criticarlo,
pos materiales, los cuales obedecen a sus propias pautas ccsa que los jóvenes hegelianos consideraban suficiente,
inexorables, que son independientes de las decisiones y no lo destruirá. Para qer eficaces, las armas con que uno
acciones humanas. Si, como pensaba Marx, las elecciones luc-ha ----enue ellas las ideas- han de ser las que-requie-
humanas pueden afectat el curso de los sucesos, entonces, ra la situación histórica, y no ya las que sirvieron en un
y aun cuando tales elecciones estén en rjltima instancia perlodo anterior ni tampoco las que podrrín servir en el
determinadas y sean cientlficamente vaticinables, ello proceso histó¡ico posterior, Ante todo, los hombres han
configura una situación en la cual Ios hegelianos y mar- de preguntarse cuál es el estadio que ha alcanzado la
xistas consideran legítimo llamar libres a los hombres, guerra de clases representa la dialéctica en ac-
puesto que tales elecciones no están, como el resto de la ción- para actuar --queconcord¿ntemente. Esto significa
luego
natttaTeza, mecánicamente determinadas. En realidad, sef <{concfeto> y no atempofal, idealista o <(abstfacto>.
conforme a los pensadores de esta escuela, semejante La aiienación --es decir, la sustitución de ¡elacíones
suette de detetminación es lo rlnico que puede entenderse imaginadas entre objetos o ideas inanimados (o la ado-
por la noción de übertad. ¡ación de éstos) por relaciones reales entre personas (o
Debido a que no se entie¡de l¿ funció¡ histórica del el respeto de éstas}- sólo tendrá fin cuando la clase
capitalismo, ni tampoco Ia dación en que se halia con final proletaiilCo- derrote a la burguesla. Enton-
los intereses de una ciase especlfica, ocutre que, lejos -el
ces las ideas que engln{rará tal victoria serán nec.esaria-
de enriquecer, aplasta y distorsion¿ las vidas de millo- mente aquellas que expróen-J¡ beneiicien a una sociedad
nes de mabajaCores, y de hecÍo, también las de krs opre- sin clases, esto es, a toda la humanidad, No sobrevivirá
sores de éstos, puesto que es algo que no ha sido racio- ninguna institución ni idea que repose en la falsificación
naLnente aprehendido y, por lo tantq algo que se idolatra del carácter de cualquier sector de la raza humana, y
ciegamente conio un fetiche. El dinero, por ejemplo, que que lleve asl ¿ su opresión, o que la exptese. El capita-
desemFeÍíó un papel progresivo en loJ üas ea que- el iismo, bajo el cual el tabajo de los seres humanos se
hombte se liberó del trueque, se ha convertido ahora en vende y compra y los trabajadores son tratados mera-
un objeto absoluto perseguido y revefenciado por sí mente como fuentes de poder cie trabajo, es claro-s¡¡s
mismo, con la consecuencia de que embrutece y destruye un sistema que distorsiona la verdad acerca de lo que
a los hombres, a los que debla übera¡. Los hombres est¿ín los hombres son y pueden ser, y que procura subordinar
divorciados de los productos de su ptopio mabajo y de la historia a un interés de clase (lo cual es injusto) y,
los instrumentos con los cuales producen; éstos adquie- pot 1o tanto, ha de ser sustituido por el concentrado po-
ren vida y estado legal propios y, en nombre de su der de sus indignadas vlctimas, poCer suscitado, poilo
supervivencia o mejoraniento, los seres humanos se ven demás, por las propias victorias del capitalismo. Para
oprimidos y ffatados como ganado o mercanclas vendi- Matx, toda frustración es producto de la alienación,
bles. Esto es válido para todas las instituciones, iglesias, constituye cada una de las bar¡eras y distorsiones crea-
sistemas económicos, formas de gobietno, códigos mora- das por la inevitable guerra de clascs, e impide a este
Isaiah Be¡lln. 10
11. l{6 K¡rl Marx 6, Mate¡ialismo histórico 147
o ¡ aquel erupo de hombres lealizar un armonioso tra- tenece a Ia provincia de la rnedicina altes quc a ]a de la
tr.ri.t d".oopeiación social, que es el que anhcla su nntu' tcor'ía politica.
ruleza. Trata más suavemente a Feuerb¿ch. Conside¡a que ha
En La ideologla alemana examina una por un¿ las escrito más sobriamente y que realizó un intento hoirrado,
Drctensiones de los neohegelianos y les <<da su metecido>>' aunque a veces fallido, de descubrir las supercherías del
trnta allí a los hermanos Bruno, Edgar y Egbert Bauer idealismo. En las Once tesis sobre Feuetbich, que esei-
brcve y salvajemente, tal como lo habla hecho e¡ I¿ bió durante e[ mismo período, Marx declarabá que si
sagrada fatnilia, que habla alcanzado escasa difusión. bien Feuerbach había percibido correctamente que los
Los representa como ttes sórdidos buhoneros de produc- hombres son en gran rnedida producto de las c-hcuns-
tos metaflsicos inferiores que creen que la mera exis- tancias y la educación, no había proseguido avanzando
tencia de una fastidiosa élite ctítica, elevada por sus pa{a
-ve¡
que las circunstancias son alteradas por la acti-
dotes intelectuales por encima de la tutba filistea, logrará vidad de los hombres, así como que los eduóadores son
por sl sola la emalcipación de aquellos scctores de la hijos de su época. La docrina de-Feuerbach divide arti-
humanidad que sean dignos de ei.la. Esta creencia en el ficialmente la sociedad en dos partes: las masas o.rre,
poder de un frígido apartamiento de la lucha económica estando desamparadamente expueitas a toda las inflúen-
y social pam efectuar una transfolmeción Ce la scciedad, cics, han de ser liberadas; y los maes¿ros, quc de algún
la considera un insano y pedesEe academicismo, una modo se esfue¡zan por permanecer inmunes a los efectos
actitud semejante a la de la osta que será banida, como de su contorno. Pero la relación entre el espíritu y la
el resto del mundo al que pertenece, por la revolución nlateria, enfte los hombres y la naturaleza, eJ reclproca.
real que, estaba claro, se acercaba. Ttata a Stirner más De ouo modo la historia quedarla reducida a ilsica,
extensam.ente. Lc denomina San Max y a ftavés de qui- Encomia a Feuerbach por habet mosmado que con la
nientas páginas lo persígue con pesadas burlas e insultos. religión los hombres se engañan a sí mismbs cuando
Stirnei crela que todos ios progtamas, ideales y teorlas, iuve¡tan un rnund,"r irnaginarió pnra comFensar la mise-
así como los órdenes económicos, sociales y políticos, ria Ce ia vida reai; uitíáe de una fo¡ma de evasión, de
son otras tantas prisiones aftiticiálmente erigidas para un sueño dorado o, ségún la frase que Marx hizo célebre,
la mente y el espíritu, ¡rredios de frenar la voluntad, de del opio del pueblo; por lo tanro, Ia crítica ¿" la ¡eligión
ocultar al individuo la existencia de sus infínitas poten- ha Ce cobt¿r un carácrer antropclógico y tomar la -for-
cias cteadotas, y que todos los sistemas han de ser por ma de una exposicíón y análisis de sus otlgenes secula-
lo tanto destruiclos, au¡que no porque sean malos, sino res. Pero acusa a Feuerbach de no haber abordado la
potque son sistemas; sólo cuando esto se ha¡'a logrado, tarea ptincipal; ve, sí, que la religión es el anodino que
podrá el hombre, al liberarse de las cadenas anti¡atura- suaviza el sufrimiento causado por las contradicciones
les que lo sujetan, convertirse en el verdadero amo de sl del mundo material, pero deja de ver que, en tal caso,
y
mismo al.canzat toda su estatura como ser humano. s,emgjantes contradicciones han de ser suprimidas, pues,
Conside¡a esta doctrina, que tuvo gran influencia sobre de 1o contrario, continuarán engendrando ilusiones-con-
Nietzsche y probablemente sobre Bakunin (y acaso por- fortantes y fatales; la única revolución que podrá lograrlo
que ella anticipó con demasiada precisión la propia teo- no ha de verificarse en la superesffus¡u¡¿ mutrdq
ría de Marx de la alienación), como un fenómeno pato- -gl
del pensamiento-, sino en el sustrato matefial, el mun-
lógico, como el torturado grito de agonía de un neurótico do real de los hombres y las cosas. Hasta ento¡ces. la
que se siente objeto de persecución, como algo que per- filosofla había tratado las ideas y creencias como si
12. 148 Katl Marx 6. Matcrialismo histótico 149
poscyer¿ll1 un¿ validez quc les era intrlnsecamente propia, vertirse en una tiranla de la clase victoriosa cuan-
lrcro csto nunca lra sido cierto, pues el contenido real -aun lo
do ésta fueta la de los trabajadotes- sobre el testo.
de una creencia cs la acción en que ella se exptesa. Los que resultarla incompatible con aquella igualdnd hu-
principios y convicciones reales dc un hombre o una mana que el vetdadero socialismo ptocuraba establecet.
sociedad se expresan en sus actos, y no err sus palabras, Los <<verdadeios socialistas> se oponlan a la docttirra de
La creencia y el acto son una y la misma cosa; si los la,necesidad de una fra¡ca guerra de clases, aduciendo
actos no corresponden a las creencias reconocidas, las que ella ceg ba a los obteros el acceso a aquellos detechos
cteencias son mentiras, ideologlas, conscientes o incons- é ideales por los que luchaban. Sólo ttata¡do a los hom-
cientes, que encubren lo opuesto de Io que profesan, bres comó iguales desde el comienzo, considerándolos
<Los filósofos han ofrecido anteriormente varias inter- como seres humanos, esto es, renunciando a la fuetza
pretaciones del mundo. Nuestra tarea consiste en modi-
y apelando al sentimiento de solidaridad humana, de la
ficarlo.> igualdad ante la justicia y a un generoso humanitadsmo,
Los llamados <(verdaderos sociaüstas>>, Grün y Hess, sé obtendrla una petdurable armonla de intereses. Sobte
no andan mejor encaminados. Cietto que escribieron todo, la carga qu" soportaba el ptoletariado no habla
acerca de la situación existente, pero, al colocar los idea- de desplazatse a los hombros de ninquna otra clase.
les antes que los inicieses en ordci: de iniportancia, Sostenían que Marx y su parttcio no deseaban sino in-
están igualmente alejados de una clara visión de los vettfu los oapeles de las clases existentes, privar a,la
hechos. Ctelan coffectámente que la desigualdad polltica, butguesla de iu poder sólo para arruinarla y esdavizarla.
así como el general malestar emocional de su generación,
Pero esto. abarte de set motalmente inaceptable, manten-
cabia rastrearlos en las conffadicciones económicas que dría en oie la guerra de clases v, de este modo, no con'
sólo podían suprimirse mediante la total abolición de ciliaria la existente contradicción de la única maneta
la otopiedad privada. Pero también oelan que el pro- pcsible: la fusión de lcs ínte¡eses antagónicos e¡ un úni-
greso tecnológico que tornaba esto posible no efa un co ideal común. .,-/'
fin, síno un medio; que la acción sólo podla justificarse Para Marx, esto Áleta más que idiotez o moiigaterla.
mediallte una apelación a ideales morales; que el empleo
Toda la algumentación, repite incansablemente, teposa
de La fuerza, por más noble que ft:era el propósito per-
en la ptenisa <ie qtte a lcs-hombtes, aun a lcs capitalis-
seguido, destrula su propío fin, puesto que embrutecía a
tas, cabe conclucirlos a una discusión racional para que'
ambos bandos en pugna y tornaba ¿ ambos incapaces de
baio condiciones adecuadas, renuncien voluntaiiamente ¿i
verCadera libertad, una vez que la lucl.a acabara. Si los poder adquitido r:or nacimiento, riqueza o capacidad, en
hombres habían de set liberados, sólo habían de sedo
nombre de un ptincipio moral y a fin de crear un mundo
por medios pacíficos y civilizados, y el proceso había
más iusto. Para Marx, era ésta la más vieia, la más fa'
de cumplirse tan rápida e incruentamente como fuese
posible, antes de que la industrializaaón se extendiera miliar v la más gastada de tcdas las falacias racionalistás.
tan vastamente que hiciese inevitable una sangrienta La había sorptendido en su forma más peniciosa en
guera de clases. En realidad, y a menos que se proce- la creencia de su ptopio padre y dc sus contemporáneos
tliera así, sólo quedaba el recurso de la vioiencia, y ella, de oue, co última instancia, a nzón y la bondad moral
rr fin de cuentas, se destruiría a sí misma, pues una estahan destinaclas a ttiunfar, teoría totalmente refu.tada
sociedad erigida por la espada, aun cuando inicialnrente
pot los sucesos que fueron sombría consecuencia de la
lrt iusticia estuviera de su lado, no podía dejar de con- revolución francesa. Y ntedicarla ahota, como si unó arin
siguiera viviendo en ei siglo xvrrr, era incurrir en ili-
i
13. tl0 6. histórico
K¿rl Marx M¿tcrialismo lil
lnltada estupidez o en cobarde evasión hacia Ias mer.as
-bien que la fe y Ia energía eran suficientes para aÍianzarla. que
¡ulabras, o en a.lib.r"áo- uiojirÁ",'i"*ái É" q* to<lo hombre tenla poder pam alcanzát el bienestar'ejpi.
re, requerla era un examen científico a.
U ,ii"i]¿ri,.d. ritual y material, de que sólo a sí mismo habla de ceniu-
iVlarx tuvo cuidado dc señalar
;;;?;'ü;ii".li¿o
en el erroi ofuesro: no había .J*r;i.h; rarse, a_fin de cuenras, por su debilidad y miseria. En
ffi;il:""
tnl te-sis acerca de la natutaleza humana, ni ha6ía contra de esto, Marx sostenla que la überiad de acción
mani_ estaba severamente resrringida por la precisa posición
festado que mientras .r,", i.Jri.ár-ffi;?r;
bre fuera fundamentalmenre.generoso y justo, ;Ti
i ;:__ que el individuo ocupaba en el mapa social. Tódas las
él Io hallaba
tapaz, egoista. e incapaz d. unu u..ión j.rl"Lr.*¿r. nociones,de justicia e injusticia, de altruismo y egolsmo,
estaban tuera de lugar, puesto que se ¡eferían exclusiva-
adelántar una hipótesis tan
-"rT.:y:].li "do de sus qp6¡g¡¡es. A ambas subjetiva y
arustoflca como la mente a estados mentales que, si bien en sl mismos eran
las'viciabá e¡teramente auténticos, no constitulan más que slntomas
la falacia de que Ios ¿. i"l't.^rüñ;"J;d;;
".t.J
útima instancü determinados p-or .i".".iiil, "rí""üi ", de Ia condición real de quien Ios tenla. Sólo contaban los
éstos, ast como de eue podían'ü ¿. actos y, particularmente, el comportamiento obietivo de
á;r;;i;;;;T.fi,_"
aislamiento d. ,o .ántoi¡o. Fi.l-uf ;é-r';;; un gtupo, cualesquicra fuesen los motivos subietivos
¿.'iilg.r, de sus miembros. A veces, cuando el propio páciente
1:1?:.r:: ,"s conclusiones, ,ort.ntu qu. L. pi"*rir",
Í
holbre eran lo que eran por obia de tá riilr.i¿n conocía la ciencia de la patologla, podía diagnostiiar acer-
::jT
!uL'rar, esro. es,. economlca, t¿damente su estado, y esto es: sin duda, lo clue hahla
_en que estaba de hecho ccJo-
cado, y supiéralo o nc. Cualesqu-iera de entenderse por auténtica penetración de un filósofo
f";";;-;ü;;;*, social, Pero, más frecuentemente, el síntoma se presen-
las accion-es de un hombre .Ji;;;i;j;r;.fiil;,._ taba como Ia única realidad ve¡dadera y ocupaba toda
reses
.reales, por los requerimient-os;; ;;'#r#i¿" la atención del paciente. Puesto que los sintomis, en este
material; las ¿spiraciorres ionscientes d";;r"il rn.i* .f
grueso de 1¿, humanidad no .ntrubur, caso, efan estados mentales, eran éstos los que ensen-
intereses reales, si bien ¿ ueces aparecían
;; :.lir;;1;;'1r". draban la íalacia, de otto modg inexplicable, de ?ue
airfrrzua* iá;o la tealidad poseía un carácter-.rnental o espiritual, o'de
l:rllTi, 9-.. orros tantos f ne. desinie¡esr¿.r,,lüü,1í"r,
;
rndepencrentes, de tipo polít.ico, moral,
que cabía ¡nodificar la hisgoriá por obra de las Cecisiones
estétiáo, .moclo- aislacias de vol¡ntades' Iíumanas no sujetas a .cadenas.
i1.$ T,a mayor pr.qÉ
4. r"; ilí;i¡;;;;;i,)t^,i'r,
oeqendencra en qu€ s.e hallaban respecto
d.,u.o"toino
Los principios y las causas, a menos que se aliaran con
i¡tereses reales que provoceran la acción. etau otras
y;-:t_*,lgó",, y particuiannente re.pecto
oe¿ermtnáda clase. de modo tan eficrrz
d.," rfiliu.ián u -
tantas frases vacías; conducir a los hornbres en s,,
que .n u.rdud nombte equivalía a aliment¿rlos con aire, reducirlos a un
ctelan sinceram.ni. qu" de un estilo
¿J-ri¿r' ,"ái.^l-
mente diferente resuliaría .un" *odi{i.uüá" " 'r."_ estaclo en que, al no ser capaces de aprehender su ver-
¿. f.,
timientos. Era éste el más pernicios;-;;;;Ír;j;"J;;. clera situación, se l'erían sumidos en el-caos y la destruc-
en que incutrían los mode¡nós p"nrudorár.-Hubi;;uüid" ción.
en parre como resultado del individuatisr" Para modific¿t el mundo es preciso comprender pri-
;;;r*;;;;"
gu_e, presentándose como la contraparte ,,iJ;ü;l;;,, meto el material con gue uno trata. La burguesfa, que
.{eI crecimie-nto de Ja libertad no desea modificarlo, sino conservar el stdttt qao, obra
á.'.J,i."r""'y "pijá.ul
ción, enseñaba a los homb¡es a creer que I' piensa en término de conceptos que, sieado productos
tenía en sus manos los rnedios -íd;; el jndividuo de determinádo estadio de su desarrollo, sirven, haciendo
;. i; ;;It.i;:l. gt,st¡acción de Io que pretendan sef, corno instruhentog
14. 'l .
!i.r4$r1j¡,.v,lt+:f ¡r¡s4
I
,"rc "4.
i
Karl Marx 6. Materialismo histórico
rfil
de su conservación temporaria. El proletariado, cuyo in- plenas posibilidades, en que. vivirán y
terés consiste en modificarlo, acrf tu .i"g.*.ná';do. crcatáÍr espo¡tá-
neamente,- en que no dependerán y. á.
los aravlos inrelectuales del pónsamient.E ü ;i;r;;"- otrorl ñ;;;"
tendrán libertad para obiar o p.nrár
día, nacido de las condicionis y necesidade, d;;;. ffc.f"-;;';;ú¿;,
pesar de.que,existe una total divetgenci;-¡"
;r;;1","
-"'1" :g-rpn,rír que ei corrrol de
,^ por
una utopla.inalcanz"¡lJ Ái.rtr* ."ñi_
e_ntre ambas clases. Las frrr., ,..r.r"J. ll1. se lu.lu ya de una los medios d. piodu."ió.,.
Iibertad representan algo más ,*"ri"?iJJ"áá¿"
i, i"rtLi" io üata lucha est¡ictamente por los me_
dios, de subsistenSia.,. pue.s Io, d.r.ubrim¡.nt"il
las pronuncia el liberal de la clase" -"dir, ., á..ir,,.or.- modernos han abolado Ia esca_sez natural, sino que
i"r;;.
sentan Ia acritud
mlsmo, ¡especto
_de ésre, por rnÁ ;;;'* .""ri"l'rf trata ahora, de una escasez artificial *.u¿.'p*
l" Hi*u
se
_de su propio estilo de vida, dle su real rucna por ta consecución de,nuevos instrumentos, p¡o_
o. deseada relación con los miembros
de otrás clases so- ceso que necesariamente conduce a la centralizaciá-áel
ciales. Pero son sonidos uu.lo, .ounáo
retaflo <(alrenado>, puesto que no describ"_n
L, i.Uü .i poder mediante Ia ceación, d. .onopoii*;;;;"_
nad" qrra"--,." escala social y e-l incremento;; ilp.;*l;y
real en su vrda_y sóIo t¡aicionan su atontado
estadó men_ llo,d-. h
ra oegradacton en el otfo. La quetra entaa gt*po,
aaoné-
I?"^^Ytt?ttltia del poder hipnótico de las frases que,
al contundtr Ios.problemas, no sólo deian de prornou., micanente <iete¡minados divide a I", h"-úr.;;l;r;;;;"
a los hechos reales de su siruación, 1., ü;;-;:d"r;
sur.pudet de acción, sino que Io estorban y
a ve-ces Io oa- costumbres y,,normas- que no osan pon.r .n tala da-ioi_
¡.
lllt'1!:'lo', puros qu.e searr sus notivos' ics rrutualisras,
los <(verdaderos socjalistasr>, los anarquistas cro potque eUas se desmoronaúan al ser explicadas
his_
mlsdcos. son tóricamente; sólo un remedio -1"
por Jo enemigos más peligrosis J.l *.i.i"iiil. ¿..rprii.-i¿n á.
la
.tanto
pues ésta es por Io menos in enemigo
-tu
Iucha de clases- podrá loqrar tu .up..riZ'n á" .r,"*i.._
rqt]c, ?urguesía, cha cada vez más ancha. Empero, la esencia de u¡a clase
dectarado. de
_cuyas palabras y hechos Ios trabaiador s consiste en comperir .on otrá, clases. De .qui qu. ,rl?in
pueden aprende¡ a desconfiar. peto
aquellos otro, ou.
proclaman su solidaridad .on io, t.uu"lidái", :or9 pg9.t1 alcanzarse. nq ya rneCíanre la instaul.ación de
;;;"il"
cue siempre, existen intereses ,rni,r"trri.. ¿. ú l,,"r"r"i_
la rsualCad ent¡e lás clases ___concepción utópica_,
mediante la abolición total de lur'.ir.* ' sino
""'
oao como
_ta.[es. comunes a tcdos los hombres _que los "irs"*
honrbres tienen inrereses independientes de
su afiliación .. Para tr4arx,. no menos que para los Drimeros raciooa_
lrstas.
a determinada o que trás.i.nden a ?rrr_,',iir.-i_ .el homl¡re es potencialmente sabio, creador v li-
_clase,
nan et error v la oscuridad en el mismo campo proletario, bre. Si su carácer se ha degradado más allá de lo iml-
ginable, ello se debe a la lirga y embrrrtece.ioru- nuüu
v así,lo debili.tan para Ia próxima I".h". i;;;;b;i;ñ;,
I han ce entender que el moderno sistema indust¡ial, gn.erle.il y sus antepasados viviéron desde que i"'r;;¿-
corno dad, dejó,de ser aquel primitivo comunismo , p"rti, J.f
antes- de él el sistema feudal. como c.ualquier
otro sisrema cuár, contorp¡e a la antrooología corriente, se ha desarto_
I
social, constiruye, mientras lo .trr" joü.rnr;;;"ü"nü._
srte para perdurar como clase, un deipotismo llado. No se obtendrán la p.az ni Ia iibe¡tad h";;-;;"
l
férreo irn- semeiante estado vuelva a alcanzarse, encarnando. .sin
L
p"":jo pgr, el sistema ca¡italista d. producción-;;irü_ embarqo, todas las concuistas tecnológicas v
l Ducron, det cual no puede escapar ningrÍn individuo.
amo o esclavo. Todos los sueños visionarios de li_
sea logradas por la humanidad en el transcutso ¿"'* f.i"""rpi.itl"i.,
i reste
bertad hnmana, de__una época en que los hombres errar pot el desierto. La tevolución francesa fue un in-
serán tento- de lograr esto mediante Ia modificación sólo de
capaces de desarrollar sus dotes natu¡ales hasta
sus más las tormas políticas, lo cual era precisamente lo que