1. Inteligencia Emocional
Autor: Daniel Goleman Realizado por Heidy Millán
EL CEREBRO EMOCIONAL
Existen diferentes situaciones que nos permiten entender el poder objetivo
de las emociones, que reflejan la influencia en el ser humano del papel
desempeñado por el amor verdadero y otras emociones. En los asuntos humanos
hay una decisiva determinación de las emociones, que constituyen obligados
puntos de referencia en la existencia misma de la especie.
Las emociones tienen un poder extraordinario que puede incluso llevarnos
mas allá del instinto de supervivencia individual y que acciones heroicas, pueden
verse desde el punto de vista del intelecto como irracionales pero cuando se ve
desde el corazón hay hechos que constituyen la única solución posible, dando
preponderancia al corazón sobre la cabeza en momentos de suma gravedad.
La ciencia de una supremacía en el contexto humano a emociones o
sentimientos que se expresan y vienen del corazón sobre la racional, en aquellos
casos muy difíciles y que no pueden ser resueltos solamente por la inteligencia.
En consecuencia el sentido emocional tiene un valor de supervivencia
indescriptible, de forma tal que las emociones se han integrado al sistema
nervioso en forma innata y automática en el corazón.
Muchos son los ejemplos que pueden darse sobre el papel de las
emociones y su utilización en afrontar problemas de la vida tal como el riesgo, las
pérdidas irreparables, la muerte de seres queridos, las relaciones de parejas, la
consecución de metas u otros. Solo un esfuerzo extraordinario llamado emoción
nos lleva a actuar adecuadamente y superarnos.
Decisiones y acciones dependen más de nuestros sentimientos y
pensamientos, pero las emociones están sembradas en el sistema nervioso y han
servido para garantizar la vida humana y evolucionar para transmitir a otros estas
predisposiciones genéticas.
Sin embargo hoy día las nuevas realidades han establecidos códigos que
intentan frenar la vida emocional permitiendo así a la sociedad limitar los excesos
emocionales que salen de nuestro corazón; pero a pesar de todas las limitaciones
impuestas socialmente, existe un imponderable natural que se llama la pasión que
llega y desborda la razón.
Con frecuencia nos vemos obligados a enfrentar retos que se nos
presentan en el mundo de hoy con soluciones emocionales del pasado, es así que
2. ayer la violencia animal y hoy la violencia humana nos obliga a tener miedo,
emoción que acondiciona al ser humano a tomar decisiones, prestar atención y
concientizarnos de lo que pasa a nuestro alrededor, de tal manera que las
emociones nos llevan a actuar, por lo que se dice que son programas de reacción
automática con los que hemos sido dotados sugiriendo que en toda emoción hay
una tendencia a la acción.
Cada emoción predispone al cuerpo a un tipo de diferente respuesta, así
podemos entender que en el disgusto y en el miedo el tipo de reacción biológica
es distinto y el flujo sanguíneo no es el mismo. Pero estas predisposiciones
biológicas han sido modeladas por el medio cultural y a medida que van
desapareciendo las presiones que exigían respuestas emocionales estas también
han ido quedando en la obsolescencia.
Lo emocional y lo racional van en equilibrio, interactúan para estructurar
nuestra vida mental, de forma que cuando nos referimos a estos dos aspectos
podemos hablar de mente que piensa y mente que siente, actúan en estrecha
colaboración para guiarnos adecuadamente, una nos da reflexiones y ponderación
la otra es impulsiva y casi ilógica es la emocional y que llega a ser más dominante
cuanto más intenso sea el sentimiento.
La evolución del cerebro nos ayuda a comprender mejor el gran poder de
las emociones sobre la mente pensante y es así como la estructura cerebral
compuesta por el denominado cerebro reptil es la región más primitiva del cerebro
y allí están concentrados las funciones de supervivencia, el cerebro neocortex es
el pensante y la estructura emocional está referida al sistema límbico, que
desempeña un papel fundamental en la estructura de nuestro sistema nervioso.
Muchas veces se ha sobrevalorado la importancia de los aspectos
puramente racionales pero para bien o para mal en aquellos momentos en que
nos vemos arrastrados por las emociones, nuestra inteligencia se ve francamente
desbordada. Con demasiada frecuencia nos vemos obligados a afrontar retos que
nos presenta el mundo post moderno con recursos emocional adaptado a
necesidades pasadas.
El neocortex y el reptil centro superior no gobiernan la totalidad de la vida
emocional, ya que las situaciones emocionales están contenidas en el sistema
límbico.
Definitivamente lo emocional se sobre pone a lo racional cuando se trata de
situaciones riesgosas y que nos llevan a tomar decisiones convenientes para
solución de eventos arriesgados.