2. La definición de pornografía infantil es compleja, por cuanto depende
de múltiples factores de tipo cultural, de creencias de tipo moral, de
pautas de comportamiento sexual, así como de las ideas religiosas
imperantes en cada comunidad. Lógicamente, estas fluctuaciones
conceptuales tienen un reflejo en los conceptos legales utilizados por
los ordenamientos de cada país. Estos factores explican que tampoco
existan convenciones jurídicas internacionalmente uniformes en torno
al límite legal a partir del cual se acota el concepto de niño o de
menor.
3. En la actualidad se constata una
tendencia según la cual el tráfico de
pornografía infantil no viene presidido por
el ánimo de lucro ni por motivos
comerciales. Se ha acrecentado así el
intercambio de material entre pedófilos,
pauta de comportamiento que se ha
amplificado en las nuevas autopistas de
la información (Internet), donde los
usuarios pueden introducir material y
convertirse en difusores de dicho
material. En efecto, esta evolución no
hubiera sido posible sin la masificación y
el abaratamiento de los aparatos de
vídeo doméstico.
4. Frente a tales peligros las normas de autorregulación de usuarios y
operadores de la Red aconsejan acrecentar medidas de
autoprotección para los usuarios menores, por medio de técnicas de
bloqueo al acceso infantil a materiales que incorporan contenidos
nocivos. Sin embargo, las medidas de bloqueo que pueden
incorporarse a los programas de software pueden quedar vulneradas
por los menores con conocimientos informáticos. Por último, la
evolución de la informática permite la alteración de imágenes por
ordenador, de modo que se puede enmascarar la imagen de adultos
que participan en actos pornográficos o de contenido sexual para
que parezcan menores de edad; se trata de la denominada
pornografía técnica.
Pornografía Infantil
5. La Red se ha desarrollado y consolidado
como nueva autopista de la información de
masas bajo la lógica de la libertad de
información o del libre flujo de la
información. En este sentido, el
intervencionismo estatal ha sido considerado
como un factor que podría llegar a poner en
peligro Internet; de ahí que en la nueva
sociedad de la información se enarbolen
estandartes antiestatalistas y se postulen
soluciones cifradas en la autorregulación de
los operadores en la Red, siempre al margen
de regulaciones jurídicas heterónomas
impuestas por los estados o por los
organismos internacionales a través de
tratados o convenios internacionales.