3. En los EEUU, al principio, las
películas o bien denotan un tono
pesimista.
Cuando en 1947 se inicia la
"guerra fría" entre Occidente y la
URSS, en los EEUU comienza un
período de conservadurismo
político que llega a afectar a
Hollywood, especialmente a los
cineastas de izquierda, los cuales
son perseguidos, denunciados y
condenados.
Algunos cineastas, como Charles
Chaplin y Orson Welles, optaron
por el exilio.
4. Los años 50 representan para los
norteamericanos una nueva
situación.
La adquisición de televisores
supone un fuerte competidor
para el cine.
El número de espectadores
disminuye y hay que buscar
maneras para recuperarlo. La
mejor forma será dándole al
público lo que la pequeña
pantalla no puede:
espectacularidad.
Es entonces cuando la pantalla
crece, se proyecta en color y el
sonido se convierte en estéreo.
5. Se imponen los musicales, como
"Cantando bajo la lluvia" (1952),
con Gene Kelly.
Hacen aparición nuevos mitos de la
pantalla que rompen los esquemas de
comportamiento social
convencionales, como Marlon
Brando, James Dean o Marilyn
Monroe.
Los jóvenes se convierten en un
público potencial importante; es la
época del rock and roll.
Es también la década de los grandes
melodramas y de la consolidación de
los géneros, como en el caso
del thriller; un buen ejemplo de éste
último lo tenemos en los films
de Hitchcock, "Vértigo" (1958) o "La
ventana indiscreta" (1954).
6. Japón se ha distinguido por la
calidad de muchos de sus
títulos, de la mano de grandes
cineastas como Yasujirō
Ozu, Kenji Mizoguchi y Akira
Kurosawa, éste último es el
autor de "Los siete samurais"
(1954).
En todos ellos sorprende la
concepción del tiempo
cinematográfico y de la
planificación.
7. A principio de los años 60, en el cine francés
aparece la denominada nouvelle vague, un
cine igualmente hecho con pocos medios
pero con fuertes innovaciones estéticas,
como demostró el film de Godard, "À bout
de souffle" (1959), que supuso una ruptura
con el lenguaje cinematográfico habitual.
Otros realizadores como Alain
Resnais, Francois Truffaut, Claude
Chabrol, Louis Malle o Éric
Rohmer siguieron los mismos pasos, aunque
cada uno desde su estilo personal.
Paralelamente aparece el cinéma verité, de
tendencia documentalista, que busca captar
la vida tal como es.
8. A lo largo de los años 60 surgirán
también nuevos tipos de cine:
En Suecia, Ingmar Bergman asume un
cine introspeccionista donde la
psicología de las personas, sus
angustias y sus dudas existenciales,
pasa a ser el referente principal.
En España, a pesar de la dictadura
franquista, los directores se las
arreglan para realizar peliculas
interesantes y propositivas, como Luis
Buñuel, Juan Antonio Bardem, Luis
García Berlanga y Carlos Saura.
9. En Italia, Michelangelo
Antonioni, Pier Paolo
Pasolini, Bernardo
Bertolucci, Luchino
Visconti y Federico Fellini optan
por un tipo de cine poético.
Mientras que Antonioni -autor de
"La aventura" (1960)- indaga en el
comportamiento de los personajes,
Fellini se distingue por su cine rico
en propuestas fantasiosas y
oníricas, siendo una muestra los
films "Ocho y medio" (1963) o
"Amarcord" (1974).
10. En Gran Bretaña, el free cinema se encuadra
dentro de una estética contestataria, crítica para
con su sociedad puritana y clasista; plantea las
inadaptaciones sociales que ocasiona la vida en
las grandes ciudades industriales y la soledad del
hombre contemporáneo en ellas.
Los cineastas más representativos han sido
Lindsay Anderson, Tony Richardson o Karel
Reisz.
En la Alemania federal, el "nuevo cine alemán"
generó cineastas como Fleischmann, Kluge,
Schlöndorff, Straub, Fassbinder, Herzog o
Wenders. En todos ellos hay la influencia del
"mayo del 68".
11.
12. El cine llegó a México casi ocho
meses después de su triunfal
aparición en París.
La noche del 6 de agosto de 1896, el
presidente Porfirio Díaz, su familia y
miembros de su gabinete
presenciaban asombrados las
imágenes en movimiento que dos
enviados de los Lumière proyectaban
en uno de los salones del Castillo de
Chapultepec.
13. A partir de ese momento, la
presencia del cine en México
fue en ascenso.
Gabriel Veyre abrió una sala de
exhibición cinematográfica en
el entrepiso de la Droguería
Plateros.
Oficialmente la primera
función que se dio al público
fue el 27 de agosto de 1896,
aunque con anterioridad se dio
una función para dar a
conocer el maravilloso invento
a la prensa.
14. La respuesta del público fue única e
hizo posible que las funciones de
cine "Droguería Plateros" se
convirtieran en una experiencia
cotidiana en la capital del país.
En Guadalajara, el público prefirió
el cinematógrafo de los Lumière
porque ofrecía más calidad y
variedad en sus cintas.
15. Gabriel Veyre y Ferdinand Bon
Bernard, su socio, dejaron México a
finales de 1897, cuando vendieron el
cinematógrafo.
Fue entonces que el empresario Ignacio
Aguirre se convirtió en el primer
exhibidor mexicano.
Al igual que Aguirre, otros hombres de
negocios llevaron el cine a varias
ciudades del país, con lo que fueron
abriendo camino a un arte que se
convertiría en una prolífica industria.
16. Se puede considerar a Porfirio
Díaz como el primer "actor" del
cine mexicano.
La primera película filmada en
nuestro país, El presidente de la
república paseando a caballo en el
bosque de Chapultepec (1896)
resultaba indicativa de otra
característica del nuevo invento:
mostrar a los personajes famosos
en sus actividades cotidianas y
oficiales.
17. Durante 1896, Bernard y Viere
filmaron unas 35 películas en las
ciudades de México, Guadalajara y
Veracruz.
Entre otras cosas, los franceses
mostraron a Díaz en diversos actos,
registraron la llegada de la campana
de Dolores al Palacio Nacional.
Filmaron diversas escenas folclóricas
y costumbristas que muestran ya una
tendencia hacia el exotismo que
acompañaría al cine mexicano a lo
largo de su historia.
18. El mismo año
llegó también el
Vitascope
norteamericano;
sin embargo, el
impacto inicial
del cinematógrafo
había dejado sin
oportunidad a
Edison de
conquistar al
público
mexicano.
19. En 1898 se inició como realizador el
ingeniero Salvador Toscano, quien se
había dedicado a exhibir películas en
Veracruz.
Su labor es una de las pocas que aún se
conservan de esa época inicial del cine.
Toscano testimonió con su cámara
diversos aspectos de la vida del país
durante el porfiriato y la revolución.
Inició, de hecho, la vertiente
documental que tantos seguidores ha
tenido en nuestro país.
20. Otros cineastas de esa primera época
fueron: Guillermo Becerril (desde
1899); los hermanos Stahl y los
hermanos Alva (desde 1906) y
Enrique Rosas, éste último realizador
de un gran documental sobre el viaje
de Porfirio Díaz a Yucatán: Fiestas
presidenciales en Mérida (1906).
Este filme fue, sin duda, el primer
largometraje mexicano.
21. La Revolución mexicana contribuyó
enormemente al desarrollo del cine en
nuestro país.
Por circunstancias cronológicas, la
Revolución fue el primer gran
acontecimiento histórico totalmente
documentado en cine. Nunca antes un
evento de tal magnitud había sido registrado
en movimiento.
La Primera Guerra Mundial, iniciada cuatro
años después del conflicto mexicano, fue
documentada siguiendo el estilo impuesto
por los realizadores mexicanos de la
Revolución.
22. La vertiente documental y realista fue, por
razones claras, la principal manifestación del
cine mexicano de la Revolución. Aunque el
cine de ficción comenzaba a popularizarse
en Europa y Norteamérica, el conflicto
armado mexicano constituyó la principal
programación de las salas de cine nacionales
entre 1910 y 1917.
El público se interesaba en estos filmes por su
valor noticioso.
Los filmes de la Revolución pueden
considerarse como antecedentes lejanos de
los noticiarios televisivos de hoy en día.
23. Los cineastas de la Revolución procuraban
mostrar una visión objetiva de los hechos.
Para no tomar partido, los camarógrafos
filmaban los preparativos de ambos bandos,
hacían converger la acción en la batalla.
En muchos casos, los ejércitos contendientes
tenían su propio camarógrafo.
Los hermanos Alva siguieron a Madero
Jesús H. Abitia acompañaba a la División del
Norte y filmaba los acontecimientos desde el
punto de vista de los ejércitos de Álvaro
Obregón y Venustiano Carranza.
24. Se dice que Pancho Villa
contaba con sus propios
camarógrafos
norteamericanos, y que
incluso llegó a
"coreografiar" la batalla
de Celaya en función de
la cámara de cine.
25. Se considera que entre 1917 y 1920 hubo en
México una época de oro del cine, situación
que no se repetiría sino hasta tres décadas
después.
Es curiosa la coincidencia de que la mejor
época del cine silente mexicano se inicie
durante los años de la Primera Guerra
Mundial, mientras que la mejor época de
nuestro cine sonoro coincida con la Segunda
Guerra.
En ambas situaciones se presentó una
disminución en la importación de películas,
resultado natural de la disminución en el
número de filmes producidos por los países
en guerra durante esos años.
26. Muchos autores difieren sobre las fechas de
la verdadera Época de Oro, sin embargo la
mayoria considera que abarco de 1939 a
1945.
En esos años, el cine mexicano abordó más
temas y géneros que en ninguna otra época.
Obras literarias, comedias rancheras,
películas policíacas, comedias musicales y
melodramas, formaron parte del inventario
cinematográfico mexicano de aquellos años.
27. El auge del cine mexicano favoreció el surgimiento de una nueva
generación de directores como:
• Raúl de Anda
• Julio Bracho
• Luis Buñuel
• Juan Bustillo Oro
• Tito Davison
• Emilio Fernández
• Fernando de Fuentes
• Alejandro Galindo
• Roberto Gavaldón
• Rogelio A. González
• Alberto Gout
• Matilde Landeta
• Gilberto Martínez Solares
• Fernando Méndez
• Juan Orol
• Joaquín Pardavé
• Ismael Rodríguez
• Fernando Soler
• Julián Soler
• Miguel Zacarías
28. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el cine
mexicano gozó del prestigio que había alcanzado
durante unos años más.
Sin embargo, el repunte del cine norteamericano y la
aparición de la televisión representaron una seria
amenaza para una cinematografía que ya daba señales
de cansancio.
Entre 1946 y 1950 ocurrieron cosas importantes dentro
del cine nacional: Emilio Fernández consolidó su fama
mundial al obtener distintos premios internacionales, el
director español Luis Buñuel inició la etapa mexicana de
su filmografía y Pedro Infante se convirtió en el actor
más popular de nuestro país.
29. El cine mexicano comenzó a manifestar
síntomas de no estar del todo bien.
Para preservar el ritmo de trabajo alcanzado,
las compañías productoras decidieron
abaratar los costos de producción de las
películas. De esta manera proliferaron los
llamados "churros”.
Para 1949, la exhibición de películas en el
país estaba casi totalmente controlada por el
norteamericano William Jenkins.
Bajo el gobierno de Miguel Alemán se decretó
la Ley de la Industria Cinematográfica, a fin
de controlar al monopolio de la exhibición
cinematográfica.
30. La imagen
cinematográfica del
sexenio de Miguel
Alemán está
constituida por la
rumbera y el arrabal.
Más de cien películas
con esos temas se
filmaron durante su
período de gobierno.
31. El género de las rumberas,
reflejaban el fenómeno de la
creciente urbanización del país.
Representaba una opción atractiva
para una industria cinematográfica.
Casi todos estos filmes contaban,
con algunas variantes, la misma
historia: una chica humilde de
provincia llegaba a la ciudad, era
"devorada" por la maldad
imperante en la urbe, y quedaba
condenada a bailar en el cabaret
hasta encontrar la redención.
32. Películas de rumberas:
Gángsters contra charros (1947)
Salón México (1948)
Calabacitas tiernas (1948)
Aventurera (1949)
Sensualidad (1950)
33. El cine de arrabal, cuya máxima figura
fue "Pepe el Toro" del filme Nosotros
los pobres (1947) de Ismael
Rodríguez, representaba el espejo en el
cual se miraban los provincianos que
llegaban a la capital con la esperanza
de encontrar un futuro más
promisorio.
Pedro Infante representaba el modelo
a seguir, pues encarnó las aspiraciones
de millones de mexicanos que,
simplemente, querían ser como él en
sus películas.
34. Películas de arrabal:
Campeón sin corona
Nosotros los pobres (1947)
¡Esquina bajan...! (1948)
El rey del barrio (1949)
Víctimas del pecado (1950)
El suavecito (1950)
35. El 15 de abril de 1957 muere Pedro Infante, con lo
que simbólicamente moría también la época de oro
del cine nacional-
El cine mexicano experimentaba a fines de los
cincuenta una inercia casi completa.
Las fórmulas tradicionales habían agotado ya su
capacidad de entretenimiento; comedias rancheras,
melodramas y filmes de rumberas se filmaban y
exhibían ante un público cada vez más indiferente.
El cine de Luis Buñuel, los filmes de luchadores y el
nacimiento del cine independiente, fueron las
únicas novedades dentro de esta industria agotada.
36. Luis Buñuel llegó a México en 1946, casi veinte años después
de haber estremecido al mundo con sus filmes surrealistas Un
perro andaluz (1928) y La edad de oro (1930).
37. El horror mexicano tuvo que esperar dos
décadas para hacer su aparición.
En 1956, Fernando Méndez incursionó en el
género con “Ladrón de cadáveres” (1956), en
la que se mezclan por primera vez dos
elementos característicos del horror
mexicano: los luchadores y los monstruos.
Su segunda incursión, El vampiro se
convertiría en la mejor película de horror
hecha en México y en uno de los filmes de
culto más populares de nuestro cine en otros
países.
38. Durante los primeros años de la
televisión mexicana, la transmisión
de la lucha libre convirtió a este
deporte-espectáculo en uno de los
más populares en México.
El director Chano Urueta realizó el
primer filme de luchadores: La
bestia magnífica (1952) iniciando
así un género que no ha tenido
equivalente en la cinematografía
mundial.
39. El cine de luchadores se popularizó
enormemente entre los años cincuenta y
sesenta. El Santo, Blue Demon y Mil
Máscaras se integraron a la galería de
estrellas del cine mexicano.
La popularidad de este género trascendió las
fronteras de nuestro país, al grado de que en
Francia se considera al cine de luchadores
como un producto casi artístico.
De hecho, la Cinemateca Francesa es la
única en el mundo que posee la colección
más grande de filmes de lucha libre fuera de
México.
40. El cine mexicano se había estancado por
líos burocráticos y sindicales.
La producción se concentraba en pocas
manos, y la posibilidad de ver surgir a
nuevos cineastas era casi imposible, debido
a las dificultades impuestas por la sección
de directores del Sindicato de Trabajadores
de la Producción Cinematográfica (STPC).
Tres de los estudios de cine más
importantes desaparecieron entre 1957 y
1958: Tepeyac, Clasa Films y Azteca.
41. En 1960, cuando el gobierno de
Adolfo López Mateos adquirió las
salas de Operadora de Teatros y de
la Cadena de Oro -desbaratando
así el monopolio de Jenkins- la
etapa final de la producción
cinematográfica quedó bajo
control del Estado.
Al hacer del cine un asunto de
interés nacional el gobierno
mexicano, sin saberlo, estaba
cavando la tumba de esta
industria.
42. Experiencias como las del cine
independiente, o el surgimiento de
realizadores interesantes como Arturo
Ripstein y Luis Alcoriza, significaron un
alejamiento entre el público mexicano y
su mejor cine.
La popularidad de la televisión comenzó
a formar en el público otros hábitos de
diversión, y en especial la telenovela, se
convirtió en la opción natural de
entretenimiento.
La telenovela vino a sustituir al
melodrama cinematográfico.
43. El cine de los sesenta es recordado
hoy por los subproductos que la
industria comercializó en esos
años: más cine de luchadores, los
filmes de Mauricio Garcés, el
surgimiento del "Piporro", las
vaciladas de Viruta y Capulina.
En este panorama dominado por la
antena televisiva, el cine de calidad
quedó confinado a la pequeña sala
del cineclub, a los oscuros
festivales internacionales, y al
prestigio dudoso de un cine que
muy pocos vieron en la época en
que fue realizado.
44. En el gobierno de Luis
Echeverría, por primera vez en
la historia política mexicana, el
gobierno utilizó de manera
sistemática al cine, la radio y la
televisión como canales
formales de comunicación
nacional e internacional.
En 1975 el gobierno creó tres
compañías productoras de cine,
propiedad del Estado: Conacine,
Conacite I y Conacite II.
45. Otras acciones del gobierno
de Echeverría, encaminadas a
mejorar la producción
cinematográfica, fueron: la
reconstitución de la
Academia Mexicana de Artes
y Ciencias Cinematográficas
y de la entrega del Ariel, en
1972; la inauguración de la
Cineteca Nacional, en 1974;
y la creación del Centro de
Capacitación
Cinematográfica (CCC), en
1975.
46. El cine mexicano producido de 1970 a 1976 es
considerado, por muchos estudiosos de nuestra
cinematografía, como uno de los mejores que se
hayan hecho en nuestro país.
En general, el cine del sexenio de Echeverría puede
considerarse como un cine crítico, incisivo, a veces
demasiado preocupado por temas sociales y políticos.
Por primera vez en la historia de nuestra
cinematografía, la realidad social de la clase media se
vio retratada en la pantalla.
El cine de los setentas abandonó los antiguos clichés y
se abocó a combinar la calidad con el éxito comercial.
47. Castillo de la Pureza (1972)
Canoa (1975)
La pasión según Berenice (1975)
El apando (1975)
Las Poquianchis (1976),
Mecánica Nacional (1971)
El rincón de las vírgenes (1972)
48. En estos Film, se demostraba con ello que en México se podía hacer
un cine maduro, que además tuviera éxito en taquilla.
Los directores que tuvieron éxito en esta epoca fueron: Arturo
Ripstein, Felipe Cazals, Jaime Humberto Hermosillo, José Estrada,
Jorge Fons, Marcela Fernández Violante, Juan Manuel Torres y
Gonzalo Martínez.
49. En 1976, con la idea de "propiciar un
retorno al cine familiar" y "regresar a la
época de oro", la administración de López
Portillo desmanteló las estructuras de la
industria cinematográfica estatal creadas un
sexenio antes.
Se trató de internacionalizar al cine
mexicano trayendo a directores extranjeros
a filmar a nuestro país.
Se dejó de apoyar a los directores que
habían producido filmes de éxito en el
sexenio anterior.
50. Bellas de noche (1974) y Las
ficheras (1976), ambas dirigidas
por Miguel M. Delgado, iniciaron
la corriente del cine de ficheras,
cabaret y albures.
A diferencia de sus antecesoras,
las rumberas, estas nuevas
"damas de la noche"
aprovecharon las facilidades
otorgadas por las autoridades
fílmicas para prodigar desnudos
y palabrotas.
51. La televisión privada también
hizo su aparición en la
industria del cine en México.
El chanfle (1978), Milagro en
el circo (1978), La ilegal
(1979) y Nora la rebelde
(1979) fueron los primeros
intentos de Televisa por
abarcar una nueva faceta en
su creciente monopolio de los
medios de comunicación en
nuestro país.
52. Si la producción
cinematográfica mexicana no
se extinguió en esos años fue
debido al auge de la
producción privada y por las
escasas producciones
independientes, que
encontraron en el sistema
cooperativo la forma de
producir escasas muestras de
cine de calidad.
Las películas de calidad no
llegaban al público o de plano
se quedaban enlatadas.
53. En 1983, se creó el Instituto Mexicano
de Cinematografía (IMCINE)
En esos años hubo una cierta apertura
política en el cine: se estrenaron La
sombra del caudillo (1960) que había
estado enlatada más de 25 años, y Rojo
amanecer (1989) sobre la masacre del
68
En 1992 se dio la virtual liquidación
de la Compañía Operadora de Teatros
(COTSA), el monopolio público de la
exhibición.
54. A principios de agosto de
1992, la prensa capitalina de
espectáculos anunció que
Como agua Para chocolate
(1992) de Alfonso Arau, había
impuesto récord de
permanencia en el cine
"Latino" de la Ciudad de
México, una sala dedicada
generalmente a exhibir
películas norteamericanas.
55. Para el público mexicano de los
noventa, títulos como La tarea
(1990), Danzón (1991), La
mujer de Benjamín (1991),
Sólo con tu pareja (1991),
Cronos (1992), o Miroslava
(1993), poseyeron alta calidad,
muy distinta a la que se le
atribuía al cine mexicano pocos
años antes.
56. Las nuevas películas mexicanas hicieron
que el cine volviera a formar parte activa
de la cultura de nuestro país.
En general, el cine mexicano experimentó
un feliz reencuentro con su público.
La asistencia a las salas de cine para ver
películas mexicanas aumentó
considerablemente entre 1990 y 1995.
La renta de estas mismas películas en
video sobrepasó las expectativas de los
distribuidores.