La madre del autor le preguntó cuál era la parte más importante del cuerpo cuando era joven. A través de varias conversaciones, la madre lo llevó a darse cuenta de que los hombros son la parte más importante porque permiten a alguien apoyarse y encontrar consuelo cuando está triste o necesita llorar. El autor aprendió esta lección personalmente cuando murió su abuelo y necesitó el consuelo de su madre.