1. LA HISTORIA CLINICA
INTRODUCCIÓN
La historia clínica tiene el propósito de objetivar el diagnóstico del cuadro actual, es útil a los fines de desarrollar trabajos de investigación
científica, y además es necesaria a los fines estadísticos, legales y laborales.
ETICA MEDICA y RELACION MEDICO PACIENTE
Ética: Ciencia humana (costumbre )teórica, condensa principios.
Costumbres, tradiciones de los pueblos transmitidos de generación en generación.
La medicina está subordinada a la ética.
Acá agregar parte 4 de los teóricos (paginas 12 a la 16)
METODOS CLÁSICOS
Acá agregar parte 1 de los teóricos (paginas 1 y 2)
SÍNTOMAS Y SIGNOS
Acá agregar parte 2 de los teóricos (paginas 3 a la 6 primera parte)
EPIDEMIOLOGIA
Acá agregar parte 3 de los teóricos (paginas 6 y 7 primera parte)
Anamnesis:Definición:
1. reminiscencia o acto de traer a la memoria un hecho del pasado. 2. recopilación de los datos médicos o psiquiátricos de un
paciente, incluidos sus antecedentes personales, sus antecedentes familiares, su entorno, sus experiencias pasadas y
especialmente sus recuerdos, datos que se utilizan para investigar su salud y analizar su situación personal, social y
epidemiológica.
LA HISTORIA CLINICA CLÁSICA
Momentos de la Misma c/explicación
Como realizarla
Ejemplos prácticos
LA ANAMNESIS CLÁSICA
Primer Paso: Datos de Filiación:
Fecha y hora de la H.C.: Nro. de Historia Clinica:
Apellido y Nombre: Fecha de Nacimiento:
Edad: Sexo: D.N.I.:
Profesión:
Nacionalidad: Estado Civil:
Sistema de Cobertura Social:
Lugar de Nacimiento:
Domicilio Actual: Telefono:
Datos del Familiar o acompañante:
Segundo Paso: Evaluación del Estado Psicointelectual del Paciente:
Tercer Paso: Anamnesis Próxima:
Motivo de la Consulta: Motivo de la consulta.
Síntomas Actuales.
Síntomas Acompañantes.
Síntomas del Estado Actual de las Principales Funciones.
Síntomas obtenidos de la Anamnesis Sistémica
Antecedentes de la enfermedad Actual:
Fecha y forma de Comienzo.
Circunstancia en la que se manifestó.
Causa a la que atribuye los síntomas.
Secuencia de los síntomas presentados.
Características de los mismos.
Descripción cronológica de los síntomas y su relación con otros hechos.
Evolución de los síntomas hasta la fecha.
Consultas y estudios realizados y/o solicitados.
Intervenciones terapéuticas efectuadas.
Terapéutica Actual y habitual.
Respuesta a la terapéutica realizada.
Estado Actual de las Principales Funciones.
2. Síntomas de la Anamnesis Sistémica.
Ocular: Dolor Diplopía
Agudeza Visual Secreciones
O.R.L. Disfonía Bloqueo Nasal
Epistaxis Vértigo
Cuello Adenopatías Masas Tiroideas
Estado Dental, encías, lengua y mucosa yugal.
Mamas Nódulos Dolor Menstrual
Cardiovascular Dolor Disnea
Palpitaciones Edemas
Pulmonar Tos y expectoración Disnea
Hemoptisis Dolor P. De Costado
Gastrointestinal Disfagia Nauseas o vómitos
Diarrea Ardor epigástrico
Constipación Dolor cólico
Hematemesis Melena
Enterorragia Proctorragia
Urinario Disuria Poliuria
Polaquiuria Oliguria
Hematuria Nicturia
Orina turbia
Ginecológico Dismenorrea Flujo Vaginal
Metrorragia
Neurológico Cefalea Convulsiones
Paresias Parestesias
Anestesia Rigidez o contractura
Psiquismo Ansiedad Depresión
Insomnio Somnolencia
Musculoesquelético Dolor
Falta de fuerza Inflamación
Rigidez articular Calambres
Cuarto Paso: Anamnesis Remota:
Antecedentes Personales: Antecedentes Fisiológicos.
Concepción y Nacimiento
Embarazo Normal o Complicado
Parto eutócico o distócico
Crecimiento
Desarrollo somato morfológico
Locuela
Psiquismo
Deambulación
Lactancia
Desarrollo Sexual
Telarca y Menarca
Fecundidad, Partos, Reproducción
Erección y eyaculación
Sueño
Fuerza y resistencia muscular
Deglución, digestión y defecación
Coagulación
Inmunidad y Vacunación
Hábitos alimenticios, Higiénicos, Funcionales y deportivos.
Antecedentes Biológicos Individuales:
Raza.
Religión.
Edad y Sexo.
Conducta Sexual.
Método Anticonceptivo utilizado.
3. Antecedentes Cósmico Ambientales
Profesión.
Condiciones de trabajo actual y anteriores.
Estado Civil.
Lugar de Nacimiento y residencias previas.
Residencia en área endémica.
Viajes a áreas endémicas.
Condiciones de vivienda actual y anteriores.
Costumbres Personales, Familiares o Sociales.
Antecedentes Patológicos.
Enfermedades Congénitas.
Enfermedades del Neonato.
Hipersensibilidad o alergia.
Idiosincrasia.
Alteraciones Nutricionales.
Intolerancia a algún medicamento o alimento.
Hospitalizaciones previas.
Enfermedades Traumáticas o traumatismos previos.
Trastornos causados por agentes físicos.
Mordeduras o picaduras venenosas.
Enfermedades Reumatológicas o Autoinmunitarias.
Enfermedades Musculoesqueléticas.
Enfermedades Infectocontagiosas Adquiridas.
Antecedentes Quirúrgicos Previos.
Enfermedades Neoplásicas.
Antecedentes Hemorragíparos.
Hábitos Tóxicos y Antecedentes Toxicológicos.
Enfermedades de Transmisión Sexual.
Enfermedades de Transmisión Hematológica.
Enfermedades Oftalmológicas.
Enfermedades Dermatológicas.
Enfermedades Psicológicas o Psiquiátricas.
Enfermedades Genitourinarias.
Enfermedades Renales y/o Alteraciones Hidroelectrolíticas.
Alteraciones Ginecoobstétricas.
Enfermedades Pediátricas.
Factores de Riesgo Cardiovascular.
Enfermedades Cardiovasculares.
Enfermedades del Sistema Nervioso.
Enfermedades del Aparato Digestivo.
Enfermedades Renales o de vías urinarias.
Enfermedades Pulmonares o de Vías Respiratorias.
Enfermedades Endocrinas.
Enfermedades Profesionales.
Listado de Enfermedades o trastornos personales previos a interrogar:
Sarampión Gonorrea Litiasis Renal HTA
Tos Convulsa Sífilis I.T.U. Diabetes
Parotiditis HIV-Sida Flebitis M.I. Dislipemia
Varicela Meningitis Trombosis Venosa Hiperuricemia
Rubéola Carbunco Trombosis Arterial Arterioclerosis
Escarlatina Chagas Alergia a Medicamentos Obesidad
Difteria Toxoplasmosis Cancer Alcoholismo
Tuberculosis Fiebre Reumática Gastritis o Ulcera Convulsiones
Tétanos Paludismo Varices Esofágicas Traumatismos
Poliomielitis Otras Venéreas Nefropatías Operaciones
Tifoidea Bronquitis a repet. Alergia Dérmica Hospitalizaciones
Brucelosis Pleuresía Alergia Respiratoria Intolerancia a drogas
Hidatidosis Parásitos Intest. Anorexia o Bulimia Litiasis Biliar
Hepatitis Neumonía Desnutrición Asma
Herpes Labial Hemorragias Intoxicaciones
Herpes Genital Intolerancia a alimentos Crisis nerviosas
Várices en M.I. Varicocele
Hemorroides Hernias
4. Antecedentes Heredofamiliares:
Enfermedades Hereditarias o Familiares en Padres
Enfermedades Hereditarias o Familiares en Hijos
Enfermedades Hereditarias o Familiares en Hermanos
Enfermedades Hereditarias o Familiares en Fam. 2º grado.
Enfermedades Infecciosas en convivientes y/o familiares.
Enfermedades Tóxicas en convivientes y/o familiares.
Listado de Enfermedades Diatésicas, Heredofamiliares, Infecciosas y Tóxicas a interrogar.
Infecciosas Alergia HTA Diabetes
Hemorragia Neoplasia Cardiopatía Alcoholismo
Neuropsiquiátricas Litiasis Renal Litiasis Biliar Hepatitis
Enfermedad de Chagas Parasitosis Asma Tuberculosis
Enf. Reumáticas Gota SIDA
LA HISTORIA EN CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES
La mujer en edad reproductiva:
En ella es importante recabar datos sobre:
Menarca Fecha de última Menstruación:
Intervalos Menstruales: Menacmia:
Características de la menstruación: Cantidad:
Dolores menstruales: Hemorragia intermenstrual:
Embarazos: Partos y su tipo:
Complicaciones de Embarazos o partos: Abortos y su tipo:
Anticoncepción: Actividad Sexual:
Dada la naturaleza íntima de las preguntas se debe exagerar el tacto, la comprensión y el trato amable ya que ello redundará en una mejor
comunicación para esta y para futuras consultas.
guardia o sistemas de emergencias
asistencia del paciente en domicilio
presentación de un caso para ateneo o revista de sala.
de internación y su evolución.
control de sanos o de patología crónica.
la anamnesis en el niño.
la anamnesis en el anciano.
Anamnesis.
Aspectos Generales:
La anamnesis es el primer método clásico del examen del enfermo.
Adquiere una importancia singular ya que, a través de un minucioso interrogatorio, por el que obtenemos datos del presente y del pasado
del paciente y su entorno, podemos llegar a un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Es el primer contacto con el paciente, que comienza con el saludo inicial, iniciando de este modo la relación médico-paciente.
Como instrumento para llevarla a cabo se utiliza la palabra hablada, por la que se llega a conocer factores personales, familiares y
ambientales relatados por el enfermo. Éste tipo de anamnesis se denomina “Directa”.
Pero en determinadas circunstancias, ya sea por el estado mental del paciente, por la corta edad del mismo, por diferencias en el idioma,
el interrogatorio se lo debe realizar a los familiares o allegados, por ejemplo en un accidente, a la persona que lo acompañó como puede ser
un transeúnte o un policía, en niños pequeños interrogamos a la madre, en personas con trastornos de la conciencia a la persona
acompañante o testigo, etc. Esta anamnesis se denomina “Indirecta”.
A la anamnesis la dividimos en “Próxima” y en “Remota”.
La anamnesis próxima se refiere a los síntomas y signos de la enfermedad que aqueja al paciente, desde sus comienzos hasta el momento
del examen. Comprende el motivo de consulta, los síntomas actuales, los desencadenantes y la evolución hasta la fecha incluyendo las
intervenciones médicas y no médicas realizadas.
La anamnesis remota, nos da una visión más global del paciente, incluyendo los antecedentes fisiológicos, cósmico ambientales, tóxicos,
alérgicos, quirúrgicos, las patologías que ha padecido o padece y lo referido a los
trastornos hereditarios y otras enfermedades infectocontagiosas o del entorno epidemiológico del paciente sufridas por convivientes o/o
familiares..
5. Elementos de la Anamnesis:
*Identificación.
*Motivo de consulta.
*Antecedentes de enfermedad actual.
*Antecedentes fisiológicos.
*Hábitos de vida y condiciones socioeconómicas y culturales.
*Antecedentes patológicos.
*Antecedentes heredo-familiares.
Identificación:
La identificación nos permite comenzar con la relación médico-paciente.
Obtenemos una serie de datos importantes para orientarnos sobre diversos estados mórbidos, el nivel intelectual y sociocultural del
paciente.
Los datos son también importantes desde el punto de vista pericial, sanitario y médico-laboral.
Se deben obtener los siguientes elementos:
Nombre: Es el primer dato de identificación. Nos permite una mejor relación ya que al llamarlo por el nombre el paciente percibe el
interés del médico, adquiere más confianza por el sólo echo de sentirse persona y no un número como por ejemplo “paciente de la sala
109”. Con este dato también podemos conocer el grupo étnico Ej. : Manuel González
Edad: hay diversas patologías propias de cada grupo etario. Por ejemplo la diarrea en el recién nacido; en la infancia, las enfermedades
eruptivas, etc.
Sexo: es importante porque hay patologías que sólo padecen o son propias del sexo femenino como el cáncer de mama, quistes de ovario,
alteraciones en las vías biliares, etc., en el sexo masculino la hemofilia, cáncer de próstata, cáncer de colon, etc. son características para
tener presente.
Raza: es un punto que nos permite orientar sobre ciertos estados mórbidos, como la anemia de las células falciformes que es una
alteración hematológica genética específica que aparece en individuos de raza negra.
Estado civil: se relaciona con el estilo de vida del paciente, en general, el soltero se asocia con una vida más desordenada, el casado con
una vida más armoniosa, pero en la que el estrés es un factor siempre presente. También se lo puede relacionar con aspectos periciales.
Profesión: es importante indagar sobre la ocupación actual y las anteriores, relacionándose muchas veces con la enfermedad que padece.
Todas las profesiones u ocupaciones tienen riesgos para la salud de las personas, así la neumoconiosis en los mineros, en los trabajadores
de industrias metalúrgicas, los médicos con problemas postulares, várices en los cirujanos que permanecen mucho tiempo parados, etc.
Nacionalidad: el clima, hábitos, condiciones socioeconómicas, son predisponentes de numerosas enfermedades de importancia
epidemiológica.
Residencia: debemos indagar sobre el lugar dónde vive y donde vivió el paciente, para orientarnos sobre patologías como por ejemplo
Chagas en regiones del noreste del país, H.A.C.R.E. en el sudeste de Córdoba, etc.
Motivo de consulta:
Es la razón por la cual el paciente concurre al médico.
En el motivo de consulta debemos incluir:
*Qué lo motiva al paciente para acudir al médico. Preguntando: ¿Para qué viene?
*Por qué lo viene a ver especialmente a él. Por ejemplo porque es un cardiólogo y siente palpitaciones, dolor en el pecho,...
*Cuáles son sus síntomas actuales realizando preguntas como: ¿Qué siente?, ¿Qué le anda pasando?.El paciente en la mayoría de los
casos no sabe cómo debe expresarse, el médico es quien debe saber interrogar, descartar datos que no son útiles, e insistir sobre datos
confusos.
El paciente, en la mayoría de los casos comienza con lo que más lo aqueja o llama la atención que puede ser o no un signo guión que nos
oriente sobre el trastorno que padece. No siempre hay un síntoma único y constante para cada enfermedad. Por ejemplo: paciente que
refiere tos, disnea, expectoración muco sanguinolenta, siendo este último un síntoma trascendental para nuestra orientación.
*Anamnesis sistémica:
Es el interrogatorio que nos permite conocer el estado de los distintos aparatos y sistemas.
Detectamos de esta manera, enfermedades que no se encuentran dentro del cuadro sintomatológico del paciente, para poder luego
desarrollarlas en antecedentes de enfermedad actual.
Debemos realizar las siguientes preguntas:
Síntomas generales:
*Si tiene fiebre, o sensación de aumento de la temperatura, acompañado de cefalea, escalofríos, sed, etc.
*Debilidad (astenia)
*Disminución o aumento de peso.
*Sudoración, sí es localizada en manos por ejemplo, o es generalizada.
*Escalofríos.
*Prurito, si es localizada o generalizada.
*Lesiones cutáneas.
6. Aparato respiratorio:
Dolor localizado en nariz o en la cara, estornudos, secreción (acuosa, purulenta, sanguinolenta). Alteraciones en el olfato.
Epistaxis: hemorragia nasal.
Falta de aire (disnea); alteraciones en la fonación.
Tos seca o con expectoración, frecuencia, intensidad, tonalidad, relación con el decúbito, momento en el que predomina.
Hemoptisis.
Vómitos, eliminación súbita a través de la glotis de cantidades abundantes de pus o de líquido de aspecto mucoide o seroso.
Sibilancias, ronquidos, contracciones espasmódicas del diafragma concomitantes con el cierre de la glotis acompañada de ruido ronco.
Síntomas de compresión relacionado con el simpático, nervios recurrentes y frénico.
Aparato digestivo:
Alteraciones en el apetito, polifagia, disfagia o inapetencia, perversión en el apetito.
Sialosis, producción excesiva de saliva.
Dolor de dientes, glándulas salivales, lengua, articulación témporo-maxilar.
Dolor retroesternal durante la deglución, pirosis o sensación de quemadura retroesternal.
Regurgitación; eructos; sollozos; hematemesis.
Dolor epigástrico, náuseas, vómitos, dispepsia.
Diarrea, duración, volumen, consistencia, color, aspecto de las heces.
Esteatorrea, grasa excretada en heces.
Distensión abdominal, flatulencia, melena o hemorragias en heces.
Tenesmo, disentería.
Estreñimiento, duración y aspecto de las heces. Sangrado anal. Prurito, intensidad, horario en que predomina.
Ictericia, intensidad, duración, evolución, color de la orina, heces, prurito.
Sistema genitourinario:
Dolor, localización del mismo, si es lumbar y en el flanco.
Alteraciones en la micción, incontinencia, interrupción, retención urinaria.
Oliguria, anuria, poliuria, disuria, nicturia, polaquiuria.
Orina turbia, hematuria, hemoglobinuria.
Olor fétido.
Esfuerzo al orinar, dolor vesical.
Edema, localización del mismo.
Aparato genital masculino:
Dolor, testicular, perineal, lumbosacro.
Priapismo, erección persistente, dolorosa, sin deseo sexual.
Presencia de sangre en el esperma.
Impotencia sexual, eyaculación precoz, falta de eyaculación, anorgasmia, disminución de la libido, deficiencia de hormonas testiculares.
Aparato genital femenino:
Menarquía, duración de los ciclos subsecuentes.
Polimenorrea, oligomenorrea, amenorrea, hipermenorrea, hipomenorrea, menorragia, dismenorrea.
Dolores, cólicos, hemorragias, secreción, cantidad de la misma.
Prurito.
Dispareunia, frigidez, disminución de la libido, anorgasmia.
Menopausia y climaterio, edad, insomnio.
Amenorrea, Síndrome de Turner.
Glándula mamaria:
Dolor, relación con la menstruación. Nódulos, localización y evolución, modificaciones durante el ciclo.
Secreción papilar, uni o bilateral, espontánea o provocada, aspecto de la secreción.
Sistema cardiovascular.
Dolor pericárdico, de origen psicógeno.
Palpitaciones, tipo de sensación, momento en que se producen, modos de aparición.
Disnea, relación con el esfuerzo, decúbito, Disnea paroxística nocturna, periódica o de Cheynes-Stokes.
Desmayos, alteraciones del sueño, cianosis, edema, astenia.
Dolor en las arterias, claudicación intermitente ,alteraciones en el color de la piel como palidez, rubor, fenómeno de Reynaud, frialdad de
la piel, disminución del tejido subcutáneo, caída de pelo, alteraciones de las uñas, callosidades, ulceraciones, edema, derrames
hemorrágicos, ampollas, e isquemia.
Venas: dolor, edema, alteraciones tróficas como hiperpigmentación, celulitis, eccema, úlceras, dermatofibrosis.
Linfático: dolor en el trayecto del vaso linfático, área del ganglio, edemas.
7. Microcirculación: alteraciones del color, la temperatura de la piel y la sensibilidad.
Sistema hemolinfopoyético:
Astenia, de aparición lenta o progresiva.
Hemorragias: petequias, equimosis, hematomas, gingivorragias, hematuria.
Adenomegalia, localización, signos de inflamación, fístulas.
Hepato- esplenomegalia.
Alteraciones en la piel como petequias, equimosis, palidez, eritemas, pápulas.
Sistema endocrino:
Hipotálamo e Hipófisis: Alteraciones en el desarrollo físico, sexual, galactorrea, alteraciones visuales.
Tiroides: dolor, nódulos, bocio, ronquera, disnea, disfagia, manifestaciones de la hiperfunción y de la hipofunción.
Paratiroides: manifestaciones de la hiper e hipofunción.
Suprarrenales: Aumento de peso, cara de luna llena, debilidad muscular, poliuria, polidipsia, infertilidad, hipertensión arterial, calambres,
astenia, hirsutismo, virilismo.
Sistema osteoarticular:
Dolores óseos, localización, deformidad de los mismos.
Artralgias, signos de inflamación, crepitación articular.
Posibilidad de realizar movimientos.
Debilidad muscular, atrofia muscular.
Espasmos musculares, tetania, miotonía.
Sistema Nervioso:
Trastornos de la conciencia, dolor de cabeza y cara, aturdimiento, vértigo, convulsiones, automatismo, amnesia, visuales, auditivos, de la
marcha, del sueño, de los esfínteres, de las funciones cerebrales superiores.
Antecedentes de la enfermedad actual:
Se desarrollan aquí cronológicamente los síntomas citados en el motivo de consulta, para ello se le deben realizar las siguientes preguntas
al paciente en relación con datos que nos interesan:
Fecha de comienzo: ¿Cuándo comenzó? Es fácil determinar las patologías agudas ya que éstas dan lugar a dolor, fiebre, al igual que las
subagudas que han ido progresando. Las crónicas, en cambio, son difíciles de determinar la fecha precisa.
Circunstancias en que se manifestó la enfermedad: ¿Qué estaba haciendo/ bajo qué circunstancias ocurrieron los hechos? Si fue trabajando,
en reposo, durante el sueño durante procesos fisiológicos (micción, coito, defecación).
Causa cierta o probable de la enfermedad: ¿Le atribuye alguna causa? Como por ejemplo en las intoxicaciones, epidemias, etc.
Síntomas que han presentado: ¿Qué pasó primero?, ¿Qué más? .Es importante insistir para obtener más información.
Síntomas actuales: ¿Qué siente ahora?,
Medicación efectuada: ¿Está tomando algún medicamento?, ¿Qué dosis, cuántas veces al día?.
Tratamiento.
En el caso de que el paciente venga por un control, debemos preguntar: ¿Qué síntomas ha presentado desde el último control? ¿Cómo se
sintió con la medicación?, ¿Ha percibido alguna molestia?.
Antecedentes personales:
Los podemos dividir en Fisiológicos y Patológicos.
Los fisiológicos reúnen datos desde la gestación del paciente hasta el presente, incluyendo por tanto:
* Gestación y nacimiento: se interroga sobre el transcurso del embarazo, si fue irradiado, si recibió medicación su progenitora, acerca del
nacimiento, si fue por parto normal o cesárea, si lloró o no al nacer.
* Dentición: sobre la aparición de los primeros dientes.
* Habla, desarrollo físico, control de esfínteres: se pregunta sobre la edad en que sucedieron. También sobre el rendimiento escolar. Estos
datos son importantes cuando el paciente tiene corta edad (niño, joven).
* Pubertad: fecha de iniciación.
* Menarquía: fecha de comienzo, características del ciclo menstrual, duración del ciclo, cantidad del flujo.
8. Hábitos de vida, y condiciones socioeconómicas y culturales del paciente.
* Alimentación: realizamos preguntas como ¿Cuántas veces en el día come?, ¿Qué come: frutas, verduras, carnes, grasas, lácteos, etc.?,
¿Qué cantidad de alimentos come?. De esta manera valoramos el estado de nutrición del paciente, nos orienta hacia su situación
socioeconómica, sobre su alimentación cuantitativamente y cualitativamente.
* Vivienda: es un dato importante ya que nos brinda información acerca de cómo es la vivienda (paredes de barro, techo de paja, qué tipo
de suelo tiene, etc.), con quiénes vive, si conoce por ejemplo la vinchuca, si le picó, si hay muchos mosquitos en el área en que vive. Son
datos epidemiológicos importantes para las enfermedades parasitarias e infecciosas.
* Ocupación actual y ocupaciones anteriores: se pretende recolectar datos acerca de la actividad laboral del paciente, con qué sustancias
trabaja, cuánto tiempo de exposición tiene a esas sustancias, en qué condiciones realiza sus actividades, etc. Obtenemos entonces,
elementos que nos ayudan para orientarnos sobre ciertas patologías laborales como la neumoconiosis, accidentes, etc., el estado
psicointelectual del paciente, ya que una persona mal remunerada, cuyos recursos debe destinar a su familia y al ser insuficientes les hace
carecer de elementos básicos para vivir tiene un grado de estrés diferente al que no padece estas circunstancias.
* Actividades físicas: es importante la relación que tiene la actividad física con ciertas patologías, como el infarto, lesiones
degenerativas, etc.
Se clasifican en:
- Personas sedentarias.
- Personas que practican actividad física moderada.
- Personas que practican actividad física intensa y continua.
- Personas que ejercen actividad física ocasional.
* Hábitos tóxicos: es un tema que debe ser manejado con discreción ya que el alcoholismo, el tabaquismo, drogadicción, son conductas
socialmente condenadas pero de las que no cabe duda crecen a pasos agigantados.
Debemos investigar qué cantidad de alcohol, cigarrillos, drogas consume, desde cuándo, bajo qué circunstancias las consume. Tenemos
la obligación de prevenir las patologías que surgen a raíz de estas sustancias, comenzando por tomar conciencia las personas del equipo
sanitario.
*Condiciones socioeconómicas: se reúnen con el resto de los datos el estado del paciente, situación profesional, si hay dependencia
económica de parientes o instituciones.
*Condiciones culturales: se revelan en el transcurso de la anamnesis.
*Vida conyugal y adaptación familiar: relación entre padres e hijos, marido y mujer, siendo datos que pueden influir en la patología del
paciente.
Antecedentes patológicos:
Se intenta realizar una cronología de las enfermedades que ha padecido y padece el paciente desde los primeros años al momento actual.
En la infancia y niñez: adenitis, amigdalitis, erupciones como rubéola, sarampión, varicela, parotiditis, meningitis, poliomielitis.
Pubertad: trastornos endocrinos, tuberculosis, diabetes, etc.
Adultos: neoplasias, obesidad, diabetes, hipertensión, gota, cálculos, arteriosclerosis, infecciones, hipertiroidismo, hipotiroidismo, etc.
*Antecedentes alérgicos: es importante establecer las causas de la alergia (fármacos, alimentos, pelos de animales).
*Operaciones: tipo de intervención, fecha de las mismas, número de operaciones, consecuencias de las mismas, lugar en que se
realizaron.
*Traumatismos: es importante determinar accidentes, lugar y secuelas.
Antecedentes heredo-familiares:
Relacionado con el estado de salud de sus padres, de los hermanos, hijos, enfermedades que padecen o que padecieron, enfermedades
hereditarias como hemofilia, anemia, riñón poliquístico.
Debemos preguntar primero si sus padres viven y a partir de allí desarrollar los siguientes interrogatorios.
PARTE PRACTICA
Destrezas a desarrollar con el JTP.:
¿El Motivo de Consulta y los Antecedentes de la Enfermedad Actual, permiten elaborar un diagnóstico? ¿Hay alguna situación
donde esto sea posible? ¿Qué jerarquía tiene en relación a los antecedentes personales y otros datos de la Anamnesis Remota?.
Rta: El MC y los AEA no permiten por sí solos elaborar un diagnóstico, ya que éste se establece mediante la sumatoria de los datos de la
anamnesis, el examen físico, y cuando correspondiere, los métodos complementarios. No obstante, existen situaciones en las que el MC y los
AEA son fuertemente sugerentes de alguna entidad nosológica, lo que sumado al escaso o nulo aporte del examen físico y/o los métodos
complementarios, los constituyen en la principal pista diagnóstica. Ejemplos de este último caso son el angor péctoris, las crisis asmáticas, etc.
Los datos del MC y AEA siempre tienen mayor jerarquía que los aportados por los antecedentes personales y la AR, ya que constituyen una
situación presente, actual, con síntomas y signos objetivables, mientras que la AR contiene el relato de hechos pasados, condicionados por la
memoria, el nivel cultural del paciente, el conocimiento sobre el significado de las pruebas realizadas o los tratamientos recibidos, la
posibilidad de objetivar estos hechos mediante historias clínicas o estudios previos, etc.
9. ¿Para que es útil recabar prontamente los datos de la Anamnesis Próxima?
Rta: Obtener los datos de la AP de manera rápida sirve para determinar la velocidad del curso mórbido y la urgencia con la que debe
instaurarse el tratamiento u otro tipo de intervención en un paciente. Por ejemplo en casos de infarto agudo de miocardio, shock,
politraumatismos, hemorragia digestiva aguda, entre otros, puede posponerse la obtención de los datos de filiación, anamnesis remota,
antecedentes personales, para saber inmediatamente cuáles son los síntomas actuales y las condiciones en las que se desarrolló el evento,
continuar con el examen físico mientras se van disponiendo las medidas emergentes de sostén y tratamiento. En otros casos la cronicidad del
proceso o la ausencia de síntomas de gravedad permite trabajar con holgura, debiendo realizar una anamnesis completa antes de continuar con
el examen físico e iniciar un tratamiento.
¿Qué datos conforman el Motivo de Consulta?
Rta: En el MC no sólo debe incluirse el motivo por el que el paciente acude a la consulta, sino también cualquier otro síntoma hallado durante
el interrogatorio, tanto de probables síntomas acompañantes, o de afectación de las principales funciones. Por ejemplo, una paciente de 25
años concurre a la consulta por presentar dolor lumbar, fiebre y hematuria. Durante el interrogatorio relata amenorrea secundaria de 3 meses
de evolución. Éste último dato debe colocarse entre los anteriores en el MC, ya que un posible embarazo condiciona los métodos
complementarios a utilizar y el tratamiento a instaurar. Otro ejemplo sería una paciente que consulta por disuria y polaquiuria. Entre sus
antecedentes, es diabética desde hace 10 años. Al examen físico se detecta una úlcera en su pie. Este hallazgo del examen físico actual se
inscribe en el M.C. se se interroga adecuadamente en los A.E.A.. La presencia de estas dos infecciones y la condición favorecedora modifican
el enfoque terapéutico. Que es Diabética es un Antecedente Personal, el estado de compensación actual, la presencia o no de síntomas de
descompensación configuran parte del motivo de la consulta. En el MC se colocan los síntomas actuales nominados cronológicamente. Es
ocasiones no sólo los síntomas positivos deben incluirse en el MC, sino también los negativos. Éstos se refieren a condiciones que no están
presentes en el paciente en el momento de la consulta. Por ejemplo: Dolor cólico intestinal sin diarrea, (típico del cólico de la intoxicación
plúmbica), etc.
¿Qué datos comprenden los antecedentes de la Enfermedad Actual? ¿Desde cuando y hasta cuando se extiende este periodo de
información? ¿Cómo se investigan los Antecedentes de La Enfermedad Actual?
Rta: Los AEA comprenden el desarrollo explicativo de los síntomas apuntados en el MC. Se extiende desde que éstos comenzaron hasta el
momento en que el médico está realizando la anamnesis. Se relata la forma de comienzo de los síntomas, las circunstancias que rodearon al
hecho, la probable causa desencadenante, la características de los mismos en cuanto a modalidad, intensidad, duración, modo y causa en que
se incrementan o ceden, la evolución de los mismos, las consultas realizadas y las intervenciones diagnósticas o terapéuticas instauradas. Es
decir, se relata en orden cronológico todo lo sucedido, referente a cada síntoma y de los síntomas entre sí, desde su presentación hasta el
momento actual y se correlaciona la aparición y desaparición de los mismos con las distintas intervenciones realizadas en el curso de la
enfermedad hasta el momento en que desarrollamos el interrogatorio.
¿Cuándo debemos dudar de la fidelidad de los datos de la anamnesis directa?
Rta: Existen casos especiales donde los datos aportados por el paciente son poco confiables. Por ejemplo en pacientes con alteraciones
mentales, personas que poseen pudor o vergüenza de relatar ciertos hechos, o situaciones de alteración de la conciencia o el pensamiento como
el alcoholismo, drogadicción, abuso de fármacos, etc. o circunstancia en que se pueda ver afectada su moral o su pudor, como por ejemplo
preguntas relacionadas a su sexualidad, etc. En todos estos casos es necesario insistir si es de trascendencia, realizar preguntas relacionadas
que puedan inducir al paciente a contarnos lo que oculta, preguntar a personas de su entorno y si no llegamos a obtener mas datos, si con lo
que obtuvimos se generaron dudas, daremos un valor relativo a estos datos. Es muy frecuente que la mujer que realizó una maniobra abortiva
niegue el hecho y aún niegue haber estado embarazada. A veces haciendole saber de la confidencilidad de los datos y que son necesarios para
ayudarle, se obtienen respuestas que explican lo sucedido. También suele negarse el abuso de fármacos, drogas o alcohol. Si al mismo
paciente se le pregunta si con anterioridad o en el pasado realizó abuso, este reconoce el hecho en el pasado y en ocasiones nos relata que
continuó con su hábito hasta hace muy poco tiempo atrás.
¿Si la anamnesis se ve dificultada, como podemos favorecer su desarrollo? ¿Cómo podemos enriquecer el interrogatorio?
Rta: Una premisa de la buena relación médico-paciente consiste en brindarle a éste último la confianza suficiente para que pueda despejar
todas sus dudas y además responder sin rodeos las inquisiciones del médico. En ciertos casos es necesario recurrir a la anamnesis indirecta ya
que debido al estado patológico o circunstancial, el paciente no puede entender las preguntas o responder adecuadamente.
En sucesos que se repiten en el tiempo, una forma de facilitar la explicación de éstos consiste en investigar la presentación del último episodio
de ellos, ya que los recuerdos se pueden evocar con mayor facilidad y fidelidad. Por ejemplo en crisis de angor péctoris repetidas desde tiempo
atrás, el paciente podrá relatar con mayor precisión todo lo relacionado a la última crisis de dolor, como puede ser las características del dolor,
circunstancias en las que se presentó, actividades realizadas en momentos previos, etc.
Otro modo es preguntar sobre síntomas que suelen acompañar al síntoma principal, sobre las principales funciones, sobre síntomas que
hubiese presentado en consultas anteriores, etc. Si en el transcurso de estas preguntas surge algún síntoma no relatado anteriormente, se coloca
al mismo en el MC y se lo desarrolla en los AEA.
Es útil, además, ahondar en el aparato afectado, preguntando sobre otros síntomas del mismo. Ejemplo: si el paciente refiere tos con
expectoración, averiguar si tiene además disnea, fiebre, dolor tipo puntada de costado, etc.
El médico debe revisar si el lenguaje que está utilizando es demasiado técnico, y debe adecuarlo al paciente según el nivel intelectual,
procedencia y educación de éste.
10. Es importante permitir al paciente el espontáneo ordenamiento y explicación de los sucesos, interviniendo el médico en casos confusos,
cuando éste termine su relato, o cuando no pueda lograrse una hilación correcta.
¿Qué datos incluyen la Anamnesis Remota?
Rta: La anamnesis remota incluye los antecedentes hereditarios y los antecedentes personales. Éstos últimos, a su vez, comprenden los
patológicos, fisiológicos y cósmico-ambientales.
¿El estado de la Principales Funciones forma parte de la Anamnesis Próxima o Remota?
Rta: El estado de las principales funciones forma parte de la anamnesis próxima. La enfermedad es un fenómeno ante el cual reacciona la
totalidad del organismo, pudiendo producirse alteraciones en algunas o todas las funciones (digestiva, respiratoria, circulatoria, locomotriz,
psicointelectual, sexual, etc). Al recabar datos funcionales actuales, se intenta es valorar el estado general del paciente y la afectación
particular de cada sistema que puede ocasionar la enfermedad actual. No debe confundirse esto con los Antecedentes Personales Fisiológicos
que incluyen datos sobre el modo de desarrollo de las funciones del individuo registrando datos de la evolución normal o natural del mismo.
1. ¿De qué parte de la anamnesis se incorpora el antecedente epidemiológico?
Rta: El antecedente epidemiológico se incorpora de los datos de filiación, y de los antecedentes personales y hereditarios, patológicos,
cósmico-ambientales y fisiológicos. Es decir que datos como la edad, sexo, lugar de nacimiento o de residencia, profesión, estado civil, raza,
incluidos en los datos de filiación, son importantes para conocer el entorno donde se desarrollo la enfermedad del individuo y permite, a la luz
del conocimiento epidemiológico, sospechar el tipo de afección que sufre y en ocasiones, su causa principal y otras causas secundarias,
concausas o factores de riesgo asociados. Los datos que se obtienen entre de los antecedentes tanto heredofamiliares como personales, es decir
las enfermedades padecidas por familiares o convivientes y el propio paciente, hábitos, condiciones de vida, actividad física, alimentación, etc.
constituyen también información valiosa al momento del diagnóstico.
Del MC y de los AEA pueden obtenerse datos que sirven para el estudio epidemiológico de la comunidad en que reside el paciente o control
de foco de casos locales, familiares, etc, pero no sirven como dato epidemiológico para el paciente en cuestión.
¿Cuándo se debe realizar Anamnesis Indirecta?
Rta: La anamnesis indirecta, es decir la recolección de los datos a partir de terceros, familiares o conocidos del paciente, se debe realizar
cuando éste último es un niño, cuando tiene alteraciones de la conciencia o de sus facultades mentales que no le permiten relatar sus molestias
o interpretar y responder las preguntas del médico, cuando se encuentra bajo el efecto de ciertas drogas o fármacos que pueden impedir o
modificar su respuesta, en casos de dificultad de la comunicación (ej. sordomudos, ciegos, extranjeros, etc), en episodios de pérdida transitoria
de la conciencia donde se requiere el relato de testigos del hecho, cuando existen dudas sobre la veracidad de los hechos o el paciente oculta
datos (ej. alcoholistas, toxicómanos, etc), cuando el paciente carece de confianza suficiente con el médico o esta en juego su pudor o
vergüenza, entre otras situaciones.
¿Terminada la Anamnesis, cual es el valor de la misma para el diagnóstico final?
Rta: La anamnesis constituye, junto al examen físico y los métodos complementarios, uno de los pilares básicos del diagnóstico. Los datos
aportados por ella, sean éstos positivos o negativos, son siempre de fundamental importancia al momento de arribar a un diagnóstico. Además,
el diagnóstico de muchas enfermedades se establece casi exclusivamente a partir del interrogatorio, como por ejemplo en la angina de pecho,
epilepsia, jaqueca, neuralgia del trigémino, además de las afecciones neurológicas y psiquiátricas cuyo diagnóstico se apoya por completo en
los datos de la anamnesis. En otros casos es necesario confrontar los datos con los otros elementos disponibles, como son el examen físico y
los métodos complementarios.
No obstante, no se debe olvidar que la anamnesis constituye el relato de un sujeto, y que en casos de simulación (consciente o inconsciente,
premeditada o no), la misma puede llevar más a confusión que a clarificación. En ese caso habrá que dudar de los resultados de la anamnesis,
si a través del resto del examen clínico no se encuentra una explicación satisfactoria a los acontecimientos, según la versión verbal del
paciente.
ANAMNESIS:
Definición y generalidades:
La anamnesis (a través de la memoria) o interrogatorio es el primer método de examen del enfermo. Primero e ineludible , pues no se
concibe el examen clínico de un enfermo sin su correspondiente anamnesis.
Consiste en interrogar al paciente o a sus allegados sobre una serie de hechos, circunstancias y datos, que no son otra cosa que signos y
síntomas del presente, del pasado inmediato y el pasado remoto o pretérito, las que forman en su conjunto una biografía biológica y
patológica del enfermo o patografía, que empieza en los ascendientes y termina en la enfermedad actual y situación vial del enfermo.
Los signos y síntomas obtenidos por la anamnesis son de tal valor y, a veces , tan característicos que son suficientes , ellos solos, para
orientar y sugerir un diagnóstico.
11. Los síntomas subjetivos y las reacciones sensitivo-afectivas a que dan lugar todas las enfermedades, así como la información y los datos
de orden hederitario y personal que nos son útiles para juzgar y entrar en conocimiento sobre la personalidad fisiológica y sobre la
individualidad psico-física del enfermo no se pueden obtener de otra forma, que no sea por medio del interrogatorio.
División:
Se dice que la anamnesis es directa , cuando se interroga al enfermo mismo, e indirecta cuando por circunstancias diversas –estado
mental del enfermo, poca edad del mismo, incomprensión idiomática, etc.- se realiza interrogando a los familiares y allegados.
En general, la anamnesis se propone recoger datos sobre tres órdenes de hechos:
1. Sobre la personalidad del enfermo, en su triple manifestación somato-morfológica, temperamental y psico-intelectual,
indagando sobre su patrimonio hederitario y sobre las condiciones cósmico-ambientales que son las determinantes de la
personalidad.
2. Sobre su herencia mórbida y condiciones de receptividad y resistencia ante las enfermedades, indagando sobre su desarrollo, su
reaccionalidad ante los estímulos mórbidos y hechos patológicos que se han producido.
3. Sobre la enfermedad que padece, indagando las manifestaciones subjetivas y objetivas de la misma, apreciadas por el enfermo,
y las circunstancias y condiciones que pueden haber contribuido en su realización.
Plan:
En la consulta, la anamnesis se empieza interrogando sobre los datos o “antecedentes de la enfermedad actual”, que es lo que primero y
lo que espontáneamente nos relata el enfermo, pero en el aprendizaje es mucho más provechoso empezar interrogando sobre los
antecedentes del “pasado” de acuerdo al siguente plan , según el cual se ha dividido la anamnesis en remota y próxima o actual.
La anamnesis remota o praegresa remota de los clásicos, comprende los antecedentes siguientes: I) Hereditarios, constituidos por los
datos atingentes a la herencia tanto los de orden biológico como los patológicos, vale decir, todos los datos que nos lleven al conocimiento
de los “factores genotípicos”, II) Personales, que comprenden todos los datos de orden biológico, generales y particulares, los de orden
cósmico ambientales y los de orden mórbido, es decir todos los que nos informen sobre la forma de la realización “génica” o “fenotipo”
del enfermo y sobre los factores ambientales, de toda clase, que sobre el mismo hayan actuado, para explicarnos, aunque sea en parte, el
“paratipo” o individualidad” del enfermo.
La anamnesis próxima o actual o praegresa próxima se refiere únicamente a los síntomas y signos que aqueja al enfermo y a los datos y
antecedentes que nos ilustren sobre el estado de sus principales funciones, desde la iniciación de la enfermedad hasta el momento de su
examen.
Anamnesis Remota:
I. Herencia Biológica. – La Herencia, dice M. Rivot, es la ley biológica según la cual
todos los seres vivos tienden a repetirse en sus descendientes y transmitirles sus propiedades.
La herencia como dicen los genetistas, es una “resultante” que hace que las especies sean inmutables (Jennings) al transmitirse por su
intermedio, de una forma fatal e invariable, los “caracteres” propios de la especie, y que explica que los individuos hereden algunas de las
modalidades de sus padres, ya que la “individualidad” es un sistema biológico dinámico en constante reacción con el medio y por
consiguiente, dominada por la ley de la variabilidad (G. Viola).
Se heredan, por lo tanto, y se transmiten de padres a hijos y de generación a generación,
un gran número de caracteres físicos o “somato-morfológicos”, funcionales o “temperamentales”, caracterológicos o “psíquicos” y
mentales o “intelectuales”.
La “resistencia” y la “disposición mórbida” de los individuos como así también su “comportamiento” y su “reacción” ante las diversas
enfermedades depende, en alto grado , de sus características generales; y es también sobre estos mismos caracteres, que se eleva y moldea
la personalidad del enfermo, cosas todas, como ya se ha visto de fundamental importancia para el diagnóstico y el pronóstico.
Este es el valor de la “herencia biológica”, que se indagará interrogando sobre el parecido o similitud que tienen los siguientes caracteres
del enfermo con los de sus parientes más próximos, padres , hermanos, etc.; de orden somato-morfológico, como ser: talla, grueso, peso
corporal, etc.; de orden temperamental, como ser: modalidad de las principales funciones, fuerza dinamismo, función digestiva, función
sexual, etc.; de orden psico-intelectual o modalidad psico-afectiva, como ser: carácter, humor, afectividad, instintos, disposición mental,
memoria, ideación, etc.
Herencia Mórbida.- Los elementos generadores paternos en sus en su anfimixia, no solo pueden transmitir a los descendientes sus
caracteres biológicos normales, sino también algunos de sus caracteres mórbidos y anormales. Además, un sinnúmero de causas
ambientales, psíquicas, ambientales, infecciosas, tóxicas ya sean pasajeras o crónicas, al actuar sobre los genitores pueden determinar
“somato-inducciones” (blastoftoria)sobre las células germinales de los padres sobre el embrión en formación (embrioftoria), dando lugar
en el descendiente a alteraciones morfológicas o funcionales las más diversas. Finalmente, puede todavía el nuevo ser sufrir consecuencias
nocivas, por las causas diversas, durante el nacimiento. Todas estas posibilidades son las que se estudian en esta sección que hemos
denominado ”Herencia mórbida”, porque todas ellas constituye hechos hereditarios “in sensu strictor”, o son legados de la herencia que
debe indagarse. La anamnesis se transforma aquí, en una verdadera pesquisa a fin de establecer si existen o no, datos sobre lo siguiente:
A)- Enfermedades hereditarias o heredopatías, o heredopatía propiamente dicha, que son todas aquellas enfermedades debidas a una
alteración del plasma germinativo, que se produce por “disgénias” o por “agenias”, vale decir, por verdaderas “mutaciones” o “variaciones
según algunos genitistas, y de las que trataremos detalladamente más adelante.
12. B)- Diátesis, receptividad y resistencia mórbida, que se deben a “modalidades génicas de realización”; y que van cobrando cada vez más
importancia en la patogenia de las enfermedades, como causas esenciales o determinantes.
C)- Anomalías y malformaciones, ya sean pequeñas o monstruosas, ya de orden morfológico o funcional, cuyo origen es siempre oscuro
y complejo pues unas veces se trata de herencia atávica o de regresiones; otras de “blastoftoria” debida a somato-inducción producida por
agentes patógenos que han actuado sobre las células generadoras de algunos de los padres; y otras de “embrioftoria” cuando han actuado, a
través de la madre, sobre el embrión, como las cardiopatías congénitas, labio leporino, etc.
D)- Herencia infecciosa o heredo-infección, mal llamada infección hederitaria ya que no se trata, “in sensu strictor” de una herencia,
porque estos hechos no son imputables a “alteraciones del plasma germinativo”, sino a una simple “infección del germen” o más
ciertamente del embrión, como acontece, a veces, con la sífilis y más raramente con algunas enfermedades infecciosas, como la
tuberculosis o el paludismo, cuando se dan en el recién nacido, quien aparece presentándolas, como un “legado de la herencia”.
E)- Enfermedades familiares, de génesis no bien establecida y que se las puede imputar a “atavismos” o a “blasto” o “embrioftoria”
hereditarias o no; pero que tienen la particularidad de presentarse en varios miembros de una familia, tales son ciertas “miopatías”,
“paraplejías”, “neurosis”, “demencias”, etc.
F)- Enfermedades y malformaciones congénitas, que comprenden a todas aquellas que se adquieren y se producen, por diversas causas y
circunstancias, en el momento del nacimiento; como las llamadas “cardiopatías congénitas”, “la parálisis facial traumática”, la “oftalmia” y
“parálisis branquial congénitas”, etc. Tienen de común estos estados el de hacerse presentes en el momento del nacimiento, ya sea por
haberse originado durante la vida intrauterina , como sucede con el primer ejemplo o en momento de nacimiento, como ocurre en los tres
siguientes, debidos a maniobras obstétricas, o durante la formación del embrión, como acontece con los dos últimos ejemplos.
Las enfermedades hereditarias y las diátesis merecen , por si importancia, ser consideradas más detalladamente:
A)- Enfermedades hereditarias: Deben ser consideradas como tales todas aquellas que, como se ha dicho se deben a una “alteración en el
plasma germinativo” que implica verdaderas “disgenias” y “agenias” y son, por consiguiente, irreversibles y fatalmente hereditarias, vale
decir, transmisible a los descendientes.
Felizmente, estas enfermedades van siendo cada vez menos numerosas y frecuentes, ya que el mejor conocimiento de su mecanismo y
génesis ha conducido a establecer las correspondientes medidas eugénicas.
Su número y gran variabilidad ha hecho necesario su clasificación de acuerdo con las características, modalidad, y circunstancias con que
se realiza su transmisión; la que obedece, en definitiva, a las mismas leyes genéticas que rigen la herencia de los caracteres normales. Las
siguientes clasificaciones valen, pues, tanto para las enfermedades hereditarias como para los caracteres normales:
1) Según la forma de “realizarse” la transmisión de los caracteres o de la enfermedad, la herencia será:
a) Directa o inmediata, cundo la transmisión se realiza de padres a hijos.
b) Indirecta o “atávica” (antepasado remoto) o también inmediata, cuando tiene lugar saltando una o más generaciones, por ejemplo, de
abuelo a nieto.
2) Según la forma de “expresarse” el carácter o la enfermedad que se hereda, la herencia será:
a) Similar, cuando se hereda el mismo carácter o enfermedad guardando la misma forma y modalidad que en los antecesores.
b) Disimilar, cuando la forma y modalidad de los mismos es diferente aunque asientan siempre en el mismo tejido, órganos o sistema.
2) Según la edad en que se “presenten”los caracteres o la enfermedad heredada, la herencia será:
a) Homocrona, cuando los caracteres o la enfermedad se manifiestan a la misma edad que en los ascendientes.
b) Heterocrona,cuando se manifiestan a una edad diferente.
3) Según el lugar en el que se “asientan” los caracteres o la enfermedad que se hereda la herencia será:
a) Homótopa, cuando asientan y se manifiestas en los descendientes en el mismo lugar que ocupaban en los genitores.
b) Heterópata, cuando asientan y se manifiestan en un lugar diferente.
4) Cuando la transmisión de los caracteres o de la enfermedad está ligada al sexo y únicamente es la línea femenina la que los
transmite, la herencia se llama “matriarcal” (E. Aper) o “ginecófora” (A. Plate).
L. Ferrannini, con criterio clínico, clasifica las enfermedades hereditarias en : homogénicas y heterogénicas, según que la enfermedad
heredada se realice o no sobre el mismo aparato; en homólogas y heterólogas, si, realizándose en el mismo aparato, se repite o no el mismo
tipo morboso o fundamental; y en isomorfar o heteromorfas si, si realizándose en el mismo aparato y presentando el mismo tipo morboso,
se repite o no la misma forma clínica.
En realidad esta clasificación es más aplicable a las “Diatesis” y a las “Disposiciones orgánicas” que a las verdaderas enfermedades
hereditarias, pues estas son siempre en los descendientes un calco de la de los ascendientes.
Estas y otras modalidades de la herencia están reguladas y obedecen a las “leyes medelianas de la herencia”, establecidas en 1865 por el
fraile austríaco Gregorio Juan Mendel, y redescubiertas en 1900 por de Vries Correns y Tschemak.
De acuerdo con la ley con que se cumple la transmisión de los caracteres o de las enfermedades hereditarias, la herencia será;
1) Dominante, si se realiza de acuerdo con la primera ley en su variedad “pisum”, y según la cuál el “carácter” o la “enfermedad
hereditaria” transmitida aparece en la mayoría de los miembros de la generación. En la proporción de cien por ciento en la primera
generación y del setenta y cinco por ciento en la segunda generación (estos casos son frecuentes en matrimonios consanguíneos.)
2) Recesiva, si se realiza de acuerdo con la segunda Ley de Mendel, o de la “partición”, o de acuerdo con la primera ley en su variedad
“mirabilis Jalappa”, y según las cuales el “carácter” o la “enfermedad hereditaria” no aparece en la primera generación, en la cual
únicamente en algunos miembros, aquellos permanecen en “receso” o “escondidos”, para aparecer realizados en la segunda
generación de acuerdo con la proporción n: 2n: n, según la segunda ley de la partición, o sea sólo en una proporción del veinticinco
por ciento.
Las leyes referidas son las siguientes:
1ª Ley: los hijos resultantes del cruce de dos razas poseen, o bien un carácter intermedio entre los dos troncos originarios (variedad
mirabilis jalappa), o bien el carácter de uno de los troncos (llamado carácter dominante) – variedad “pisum”- y no se manifiesta el carácter
del otro (llamado por eso carácter recesivo).
13. 2ª Ley: En el cruzamiento de los hijos de la primera generación los caracteres se manifiestan en la proporción n:2n:n (si no hay
dominancia) – variedad mirabilis jalappa- vale decir, que sólo un veinticinco por ciento presenta el carácter, o bien la transmisión se hace
en la proporción 3:1 (si hay dominante) – tipo pisum-, vale decir, que un setenta y cinco por ciento presentará el carácter.
Este hecho hace que sean más importantes para la patología las enfermedades hereditarias “recesivas” e ir enmascarada, escapan más
fácilmente a las profilácticas.
Las principales enfermedades hereditarias de acuerdo con esta clasificación son las siguientes:
1) Dominantes:
a- Del esqueleto: polidactilia, braquidactilia, dedos en tenaza, hipofalangia, etc.
b- Del sistema nervioso: Neorofibromatosis, corea crónica de Huntington, atrofia muscular progresiva, parálisis espina-espática
hereditaria, herdo-ataxia cerebelosa de Pierre Marie, tembror hereditario, miotonía de Thomsen, etc.
c- Del metabolismo: gota, obesidad, diabetes mellitus (que se comporta más bien como diátesos), diabetes insípida, cistinuria, etc.
d- De la piel: Queratosis palmo-plantar, hiperqueratosis, hipotricosis, telangiectasia, efélides, vitiligo, paraqueratosis, etc.
e- De los ojos: Catarata congénita, glaucónia, miopía, daltonismo, coloboma del iris y del nervio óptico, nistagmo, estrabismo, etc.
f- De la Sangre: Hemofilia, ictericia hemolítica familiar.
2) Recesivas:
a- Del esqueleto: Luxación congénita de la cadera, acondroplasia, etc.
b- Del Sistema nervioso: Epilepsia, psicopatías, demencia precoz, idiocia amaurótica, hemicránea , ataxia deFriedreich, etc.
c- Del metabolismo: Alcaptonuria.
d- De la piel: Albiniamo, ictiosis congénita, xeroderma pigmentosum, trafodermia, etc.
e- De los ojos: Retinitis pigmentaria.
3) Matriarcales:
Hemofilia, daltonismo, atrofia óptica hereditaria, atrofia muscular progresiva, psicosis maníaco-depresiva, bocio esporádico.
B)Diatesis, receptividad y resistencia.
Diátesis (yo dispongo, yo constituyo) Según Ch. Bouchard es un término genérico con el que se designa un trastorno permanente de los
cambios nutritivos que prepara, provoca y mantiene enfermedades diferentes en sus formas sintomáticas, en su asiento anatómico y en su
proceso patológico; en una palabra, es un “temperamento mórbido”.
Remota este concepto del sagaz clínico francés, no hay dificultad en admitir que las diátesis constituyen módulos metabólicos anormales
en el recambio intermedio de las diversas sustancias: Hidratos de carbono, albúminas, grasas transmitidas por la herencia o que se
constituye como “variaciones fenotípicas” surgidas a influjo de causas “cósmico-ambientales, que hacen posible y preparan para la
aparición, a una edad determinada, de diversas enfermedades de orden metabólico.
Al abrigo de este concepto encontramos justificado, con N. Pende, que a la parde las clásicas diátesis, atrítica y escrofulosa de Ch.
Bouchard, se agregue una serie de otros estados que tienen la misma base patogenética que hemos señalado e igual significado clínico. De
suerte que actualmente existe unanimidad entre los patólogos para reconocer las siguientes diátesis:
1) Artrítica, que expresa una predisposición orgánica hacia algunos de los siguientes estados mórbidos: gota, diabetes mellitus, obesidad,
calculosis biliar, litiasis renal, asma, urticaria, colitis muco-membranosa, reumatismo crónico deformante, uricemia, herpetismo cutáneo,
síndromes coloideo-clásicos, procesos exudativos varios, etc.
Todas estas diátesis se deben, como decía tan elegante y sintéticamente Bouchard, a un “ralentissement de la nutritión”; a un
“braditrofismo”, es decir, a cata-anabolismos celulares incompletos e imperfectos para diversas sustancias, según sea la diátesis artrítica en
cuestión: del ácido úrico, para la gota; de los glúcidos, para la diabetes; de las grasas para la obesidad; de los prótidos, para el asma y
síndromes exudativos, etc.
3) Escrófulo- bacilar, que comprende a la escrófula, a las adenopatías bacilares, a las llamadas formas frías de la tuberculosis y al mal
de Pott; y que se debe a una modalidad reaccional hereditaria del sistema linfático ante la oligo-infección tuberculosa (diátesis
linfática de los clásicos).
4) Neuro- endocrinopática, constituida por los desequilibrios neuro-vegetativos de orden constitucional, que dan lugar a diverso
cuadros clínicos como son la simpatosis, las distonía vegetativas, las endocrinopatías hiperclínicas e hipoclínicas (cuadros
embozados de desequilibrio endocrino uni o pluriglandular de origen constitucional, vale decir hederitarios y familiares), la
hipersencibilidad, los estados de alegría, etc.
5) Psicopáticas, donde se incluye la predisposición hacia las psicopatías endógenas, como la macía depresiva y la demencia precoz, las
tendencias suicidas y delincuenciales, la neurosis y nerviosismos, la locura moral, etc., afecciones en las que el “factor hereditario”
colabora con las “causas ambientales” para su determinación.
6) Neoplasia, donde se incluyen todas las neoformaciones benignas y malignas: nevus, telangiesctasias, neurofibramatosis, polisarcia,
sarcomas, epiteliomas, carcinomas, etc. Estados, éstos, en los que no se puede negar el papel de una “disposición hereditaria”. Es
de tanta importancia este factor hereditario en la realización de las “neoplasias malignas” que aún hoy, muchos patólogas consideran
a estos estados morbosos como verdaderas enfermedades hereditarias “in sensu strictor”, y no como una disposición celular” hacia
una aberración reproductiva que sólo se presentará en presencia de “causas concurrentes” que actualmente estudia la oncología.
7) Heredo-sifilítica, que comprende todas las anomalías morfológicas y funcionales, en particular la hipersencibilidad y la tendencia
hacia las psiconeuropatías, que afectan a los hijos de los padres sifilíticos y que dependen de las modificaciones del terreno que
implica la sífilis heredada, aparte de la infección misma.
8) Cardiopática e Hipertensiva, con la que se entiende una disposición heredada para sufrir de afecciones cardíacas, disposición que se
da de padres a hijos, y que está constituida por una meiopragis coronárica o por una esclerosis cardíaca, que nos explican la
14. realización de muchos infartos cardíacos y muertes repentinas, o bien por una minusvalía cardíaca que posibilita se fijen en el
corazón las más diversas causas patógenas (infecciosas, tóxicas, etc.).
Así como la disposición para sufrir de hipertensión arterial y otras vasculopatías.
9 Hemopática, en donde entraría todas la hemopatías llamadas primarias: clorosis, mielotisis, diátesis hemorragípara, diátesis eosinofílica,
linfosis, etc., estados mórbidos en los que hasta hoy no se encuentra específica que no sea cierta predisposición de orden hereditario o
familiar del sistema linfo-hematopoyético y endocrino, para presentar las alteraciones anatomo-patológicas y funcionales, propias de
aquellos estados.
Puede todavía alargarse esta lista de diátesis y disposiciones enumerando algunas otras, como la nefropática, la neumopática, la
fibroplástica o mesenquimal de Pende, etc., que indican “minusvalía me órganos o tejido, que hace posible que en ellos se localicen las
más diversas causas morbígenas. La transmisión hereditaria de estos “estados diátesicos” obedece y se cumple conforme a las “leyes de la
herencia” ya mencionadas. Observación clínica clásica que recientes investigaciones han confirmado y explicado al demostrar que muchas
de estas diátesis se deben a deficiencias enzimáticas de orden hereditario.
Para establecer “ la herencia mórbida de un enfermo”,. De posibilidades tan bastas y amplias como se acaba de ve, debe interrogarse
detalladamente, con mucha habilidad y tacto, sobre lo siguiente:
1) Edad de los genitores: Es sabido que los hijos de la juventud y de la vejez son los “más débiles”, al decir del vulgo y con razón, pues
en el primer caso el desarrollo de los genitores no se ha realizado completamente y en el segundo está en plena regresión; estados
ambos que condicionan “posibilidades disgénicas” que pueden dar lugar a engendrar hijos con disposiciones y anomalías
patológicas.
2) Condiciones de concepción y circunstancias en que se desarrollo el embarazo: las intoxicaciones e infecciones agudas o crónicas,
accidentales o habituales (alcohol, tabaco, sífilis, tuberculosis, etc.), agotamiento físico y nervioso, choques emotivos y afectivos,
alimentación deficiente, etc., son causas, todas ellas, que influyen desfavorablemente sobre el fruto de la concepción; lo que se
traduce después, en el curso de la vida del nuevo ser, por anomalías o por disposiciones mórbidas somáticas o funcionales.
A este respecto, a guisa de ejemplo, recordaremos que Mac Auliffe hace notar la frecuencia de las anomalías morfológicas y
funcionales, y la menor resistencia de los hijos llamados de la “luna de miel” o de “la boda”, que es dado observar en aquellos pueblos o
regiones en que el matrimonio es festejado con un orgía de varios días de duración.
3) Existencia de alguna enfermedad hereditaria o de alguna diátesis: En los ascendientes próximos o alejados o en los descendientes, si
los hubiera, ya que nos son conocidas las circunstancias y leyes a que obedece su transmisión hereditaria, y, por consiguiente, la
posibilidad de que existan en estado “real” o “potencial” en el enfermo que se examina.
4) Existencia de “poliletalidad infantil” o de “abortos repetidos”: lo primero es frecuente cuando los genitores sufren de infecciones o
intoxicaciones crónicas importantes: sífilis, tuberculosis, alcoholismo, paludismo, diátesis graves, o bien cuando existen causas de
agotamiento general, como el exceso de trabajo, la miseria, etc. Todas estas circunstancias son causas de somato-inducción que
actuando sobre las células generadoras o sobre el embrión (véase herencia), debilitan el fruto de la concepción y hacen posible su
muerte a temprana edad.
Lo segundo tiene el mismo valor, aunque es más propio de la sífilis (aborto de los primeros meses) o tuberculosis (aborto de los últimos
meses) siempre que no existan causas ginecológicas, endocrinas o mecánicas factibles, como es sabido, de dar lugar a la producción de
abortos.
5) Existencia de enfermedades en intoxicaciones , ya sea endémicas o epidémicas, en el lugar de nacimiento: porque ello permite
sospechar que las hayan sufrido los padres y, por consiguiente, que los hijos presenten sus consecuencias.
6) Condiciones del parto: Normalidad o anormalidad del mismo, maniobras obstétricas, infecciones, etc. (Fórceps, asfixia, infección
gonocóccica, etc.), porque son estados y circunstancias capaces de ciertas de dar lugar a malformaciones, anomalías, infecciones
congénitas, etcétera.
7) Dominante constitucional de los padres: si existe en ellos algún “hábito” o “temperamento“ propios de ciertas anomalías
constitucionales, por ejemplo: el hábito asténico, el timo-linfático, el pletórico, el displástico, el disendocríco, etc. Porque pueden
repetirse en los descendientes o se la razón de muchas diátesis, endocrinopatías, hemopatías y minusvalías orgánicas en los
descendientes.
8) Existencia de malformaciones, enfermedades familiares y enfermedades congénitas en algunos de los parientes: Estos estados
anormales implican herencia o disposición en los descendientes, máxime si existe consanguinidad entre los padres.
Interrogando de esta forma y asistidos de los conocimientos biología humana y patología general que para ello es necesario, llegaremos a
establecer con precisión el “patrimonio hereditario mórbido”del enfermo
III. ATECEDENTES PERSONALES.
Los forman todos aquellos datos que se refieren a las siguientes condiciones:
A) Condiciones biológicas generales: que son todas las que, aunque presentes en nuestro enfermo, son comunes a la generalidad de los
individuos que se hallan dentro de las mismas circunstancias; como la edad, el sexo, la raza y la nacionalidad.
A) Condiciones biológicas individuales: Son aquellas que han actuado o que se refieren particularmente a nuestro enfermo, como las
condiciones de concepción, de nacimiento, de desarrollo, y manifestaciones temperamentales normales anormales.
B) Condiciones cósmico- ambientales: Que están constituidas por todos los factores de este orden y que han actuado y pueden actuar
sobre el enfermo, como el lugar del nacimiento, el lugar de residencia, la profesión, el estado civil, el método de vida, etc.
C) Condiciones mórbidas; Comprende a todos los factores de este orden, como las enfermedades congénitas, las anomalías y las
enfermedades adquiridas.
7
A) Condiciones biológicas generales:
1_ La edad. Tiene un inestimable valor semiológico; ella importa por si sola un signo que no puede ser pasado por alto, porque cada
edad condiciona una modalidad biológica normal y patológica. Cada etapa de la vida tiene, en general, puede decirse, su propia patología y
15. su propia forma de reaccionar ante los mismos estímulos mórbidos o fisiológicos. Conocer esto significa “valorar semiológicamente”,
como un signo grande o pequeño valor en el cuadro mórbido, la edad de un individuo dado.
Biológicamente pueden considerarse en el ciclo vitalde un individuo, las tre siguientes etapas, con sus correspondientes características :
Primera etapa: Que va desde 0 hasta los 22 años en la mujer y los 25 en el hombre; y que se puede denominar la etapa anabólica-
evolutivo-anaplástica, porque en ella predomina, en sus cambios metabólicos, el anabolismo sobre el catabolismo; por la permanente
evolución que sufren las formas – como una consecuencia del constante crecimiento ponderal que las caracteriza-, lo que implica
constantes creaciones y modificaciones somato-morfológicas, de acuerdo con la ley de “alternancias” de P. Godin que rige el desarrollo, y
formas, o diferenciación morfológica, de G. Viola, y porque estos cambios exigen una constante formación plástica o de tejidos.
En esta etapa de la vida todo el organismo parece trabajar para la misma, su signo biológico es crecer; el ser no parece tener otra
finalidad, por eso cualquier interferencia exterior como una alimentación insuficiente en calidad o cantidad, una enfermedad, etc., le altera
grandemente y le pone en peligro o le apareja graves trastornos en el futuro. Pero, por la rara paradoja, como no tiene otra finalidad que
existir y devenir, vence, casi sin quererlo, todos los peligros. Es así como la fragilidad y la resistencia del niño aparecen como una de las
cosas inefables de la vida.
Segunda etapa: Que va desde los 22 a los 55 en la mujer y desde los 25 a los 65 años en el hombre y, que denominamos: Ortobólica-
vegetativa-ortoplástica, porque en ella, concluido el desarrollo y terminado el antagonismo entre masa y forma, existe un verdadero
equilibrio metabólico, característica de esta etapa, que los antiguos denominaban “constants aetas”, y en las que las energías vitales, que
trascendían hacia el mundo exterior bajo la forma de ideas y acción para rubricar así la historia del hombre sobre la tierra. Es la edad de la
experiencia biológica en que el sistema “ofensivo-defensivo” contra todos los impedimentos cósmico-ambientales, ha adquirido su más
alto grado de eficiencia. Es la edad en que se han puesto a punto todos los equilibrios funcionales. Es la de mayor resistencia y eficiencia
orgánica. Su signo biológico es vegetar y defenderse.
Tercera Etapa: Que va desde los 55 años en la mujer y desde los 65 en el hombre hasta el in de su existencia, que hemos denominado:
catabólica-involutiva-cataplástica, porque en ella predomina el catabolismo sobre el anabolismo, la destrucción sobre la reparación, porque
el tejido conjuntivo de esclerosis va amortajándolas estructuras diferenciadas y nobles. Es la etapa en que se ve trabajar afiebrada a la
muerte que nada desperdicia para sí . Por esto es la edad frágil, las resistencias están gastadas y las defensas don fácilmente franqueadas y
vencidas. Su signo biológico es la decadencia y la entrega. -Fig. 9-
Dentro de cada una de las grande etapas que integran la parábola de la vida, es menester considerar sus diversos períodos, porque cada
uno de ellos tiene su particular significado semiológico:
La primera etapa comprende los siguientes períodos:
a) La infancia: que va desde 0 a 12 años y dentro de la cual podemos diferenciar : la lactancia, de 0 a 2 ½ años; la infancia propiamente
dicha, de 2 ½ a 6 años, y la niñez de 6 a 12 años.
En la lactancia la actividad nutritiva es de gran importancia; basta recordar que a los 6 meses se ha doblado el peso y al año casi
triplicado, para deducir la importancia, la gravedad y las consecuencias que pueden tener las deficiencias de las lactación o de una
alimentación artificial, y la gravedad que adquieren, en esta edad, los trastornos gastrointestinales. Interesa, pues, precisar como ha sido la
alimentación y si han existido infecciones gastrointestinales o de nutrición.
A esta edad se completa el desarrollo del sistema nervioso, y el infante no tiene más defensas que las que recibió con herencia o las que
le aporta la madre con la lactación; he aquí la gravedad que en ellos suelen tener las enfermedades infecciosas y las frecuencia de sus
grandes reacciones febriles, la gravedad de los enfriamientos ante las menores causas, y lo común que son las convulsiones musculares y
espasmos viscerales. Se explican también las graves secuelas de las afecciones nerviosas, como las de la poliomielitis anterior aguda y la
de las encefalitis y meningitis.
En la infancia y en la niñez se hacen aparentes todas las enfermedades congénitas, hereditarias o no, ya sean morfológicas, funcionales o
intelectuales. Este hecho es importante de consignar porque es únicamente a esta edad que la acción terapéutica sobre tales estados pueden
tener algún resultado positivo, pues, pasada la misma, aquellos trastornos tienen más posibilidad de fijarse definitivamente.
El sistema linfo-hematopoyético adquiere un gran desarrollo y sensibilidad, por lo que son, a veces, de gravedad las hemopatías, las
adenitis, amigdalitis y las espleno-hepatopatías, ec.
Son frecuentes, también, las enfermedades infecciosas por la poca inmunidad y la fácil contagiosidad que implica la vida en común, que
a esta edad hace el niño en las escuelas, los juegos, etc. Es por eso que se llama la edad de “ las enfermedades eruptivas”, de la coqueluche,
de las infecciones intestinales, de las exo y endoparasitosis, etc., y son particularmente graves la tuberculosois, la meningitis y la
poliomielitis por su elevada mortalidad y las irreparables secuelas que pueden dejar.
b) La pubertad (de púber = pelos) que se instala, en nuestro medio, desde los11 ½ a los 13 ½ en las niñas y entre los 12 ½ a los 14 ½
años en los niños. Esta edad constituye desde el punto de vista biológico, una “crisis endocrina” que determina en el organismo del niño
una serie de transformaciones morfológicas, psíquicas e intelectuales que dan por resultado fijar, de un forma característica y definitiva,
cada uno de los sexos. Su instalación se marca en las niñas por la instalación del flujo menstrual (menarquía) y el desarrollo de las mamas;
y en el niño por la aparición de los pelos pubianos y el cambio de la voz, caracteres sexuales “secundarios” que se complementan hacia los
16 ½ en la niña y hacia los 17 ½ en el varón.
Es por esta razón que a esta edad se presentan , de una forma manifiesta, todos los trastornos endocrinos de orden constitucional o
hereditario; como son el matronismo de Pende – que en realidad se perfila ya entre los 5 y 7 años, se realiza lo que Pende denomina
“pequeña pubertad” o primera diferenciación sexual- la criptorquidia, la obesidad puberal (G Marañón), los hermafreoditismos, el
eunucoidismo, los infantilismos –los tipo mixedematosos ya son reconocibles en la infancia, pero los de tipo hipofisiario sólo lo son en
esta edad-, el bocio – con o sin hipertiroidismo-, el puerilismo; etc. Las osteomielitis, la meningitis cerebroespinal, la encefalitis, la tioidea,
la viruela, etc., son frecuentes y de importancia por sus secuelas. La tuberculosis y la diabetes son particularmente graves. Lan
enfermedades venéreas de la adolescencia y de la juventud (17 a 25 años) son de particularísisma importancia por su frecuencia, cronicidad
y secuencia para el futuro. En la segunda etapa deben considerarse los siguientes períodos:
a) la edad adulta: Que comprende desde los 22 a 45 años en la mujer y desde los 25 a 60 años en el hombre. Es una edad caracterizada
por la rareza delas enfermedades infecciosas y agudas, y por la buena evolución de estas cuando se presentan. En cambio son
frecuentes las enfermedades crónicas de comienzo y marcha solapada, y que vienen a ser la coronación de las enfermedades
16. infecciosas crónicas anteriores, o de intoxicaciones lentas de orden habitualo profesional, como son las cardiopatías, nefropatías,
hepatopatías, tuberculosis crónica, úlcera gastro-duodenal, hematopatías varias, sífilis cardiovascular y nerviosa, etc.
Es también la edad de las “diátesis” y de las “disposiciones orgánicas”, que encuentran
más o menos precoz con la concurrencia de algunos factores ambientales de orden
alimentario, de trabajo, patógenos o psicógenos, como son la obesidad, diabetes,
hipertensión, cirrosis hepática, neoplasias, gota, asma, calculosis, reumatismo crónico,
etc.
B) Edad crítica:; De singular importancia en la mujer, en la que se presenta entre los 45 y 50 años, signada por la suspensión del flujo
menstrual o “menopausia”, y que se debe a la crisis endocrina que determina el apagamiento funcional del ovario. Esta edad acarrea en la
mujer una serie de trastornos morfológicos, funcionales y psico-intelectuales que tienen su razón de ser en la “crisis endocrina de la
menopausia” y que se rotulan, precisamente por ello, como “enfermedades de la menopausia”.
Algunos autores admiten también una “edad crítica” para el hombre, que se presentaría entre los 55 y los 60 años; pero aunque es
innegable desde el punto de vista endocrino, no alcanza, desde el punto de vista clínico, mayor significación; ya que el agotamiento de la
glándula testicular acontece de una forma insensible y sin gran repercusión orgánica.
En la tercera etapa deben considerarse los siguientes períodos:
a) La vejez, que empieza a los 55 años en la mujer y a los 675 en el hombre, y
b) La senectud o extrema vejez, edades que se caracterizan por la “esclerosis” en todas sus manifestaciones: arterioesclerosis y
vísceroesclerosis.
Son edades vulnerables a todas las infecciones e intoxicaciones agudas. Su modalidad fisiológica imprime una característica tan propia a
las enfermedades que en ella puedan presentarse, que ha hecho que se las estudie y se les haga objeto de una especialidad, la Geriatría, que
se ocupa, precisamente, de la patología de la vejez, que poco a poco se va imponiendo, dado que la longevidad es un hecho cada vez más
frecuente y constituye ya un problema social.
2) El sexo: Tiene importancia porque, a parte la de patología propia de cada sexo –dependientes de la diferencia anatómica y funcional de
los órganos sexuales-, existen algunas enfermedades que son más frecuentes en un sexo que en otro.
En la mujer son más frecuentes la histeria, la calculosis hepática, la clorosis, las lesiones mitrales, el hipertiroidismo, las hemopatías, y
son exclusivas de ellas aquellas, como se comprende, que tienen una íntima relación con su esfera y función genital: Cáncer de
mama y de útero, metropatías, toxicosis gravídica, nefropatías y hepatopatías de embarazo, infección puerperal, etc.
En el hombre se observa con mayor frecuencia la úlcera gastro-duodenal, el cáncer gástrico, la hemofilia, la sífilis del neuroeje, en todas
sus formas: tabes, parálisis general, sífilis cerebral; así como también el angorpéctoris, la cirrosis, el infarto de miocardio, etc. y todas
aquellas que derivan de intoxicaciones habituales o profesionales a las que, por razones de costumbre o trabajo, se halla más expuesto.
Es también una característica del sexo femenino su mayor resistencia biológica, que le hace más sufrida y les permite tolerar mejor las
diversas enfermedades y, en particular, según Apert, las enfermedades infecciosas.
4) Raza y Nacionalidad; Son factores que determinan modalidades de reacción, de resistencia y de susceptibilidad mórbida propias. Es
bien conocida la capacidad de sufrimiento y resistencia ante el dolor de los salvajes, que forman contraste con la hipersensibilidad
del civilizado cuyo sistema nervioso, más trabajado y su mentalidad analítica tan proclive a la angustia, le hace que magnifique los
síntomas subjetivos.
Los europeos son muy sensibles a las enfermedades tropicales, y los oriundos de regiones vírgenes, en cambio, son muy sensibles a todas
las enfermedades infecciosas, en especial la tuberculosis, que se manifiesta en ellos en forma aguda y con alto porcentaje de mortalidad.
Se ha señalado por algunos autores, la rareza de la sífilis nerviosa en los orientales, siendo, muy frecuentes en ellos las formas dérmicas;
a tal punto que Levaditi piensa que más que la sensibilidad racial debe inculparse a una variedad del espiroesqueto específico.
En los países que circundan la cuenca del Mediterráneo, son muy frecuentes por existir edémicamente, muchas enfermedades
parasitarias: paludismo, Kala-azar, fiebre de Malta, boton de Oriente, etc. Se ha señalado también la frecuencia y gravedad que adquieren
las enfermedades infecciosas, en especial la escarlatina y la neumonía entre los anglosajones del norte. Finalmente, no hay para que insistir
en que los que habitan los países tropicales sufren la patología propia de esa región y que sus habitantes padecen, además, las
consecuencias de su clima agotador.
La nacionalidad importa también, además de su valor étnico, por las epidemias o endemias que en el país puedan existir, por sus
condiciones de higiene, de vida, de trabajo, y de alimentación a que están o puedan estar sometidos sus habitantes.
B) Condiciones biológicas individuales:
1)Condiciones de concepción y nacimiento: Ya hemos visto, al ocuparnos de la herencia mórbida, que deben indagarse en los genitores
todas las causas de orden tóxico, infeccioso o psíquico que puedan actuar como “causa de inducción”a través del soma paterno o materno
sobre el nuevo ser, porque ellas son el origen de muchas anomalías, malformaciones o monstruosidades que implican verdaderas
enfermedades (labio leporino, cardiopatías congénitas, acondroplasia, etc.) o bien “condiciones de receptibilidad” o de poca “resistencia
mórbida”.
Las enfermedades congénitas, como se ha visto, son las que se presentan justamente con el nacimiento, algunas de ellas son
enfermedades hereditarias propiamente dichas, otras son simples anomalías o infecciones adquiridas en el claustro materno, o en el
momento de nacimiento, actúan ya como enfermedades(cardiopatías congénitas, etc.), ya como anomalías o estigmas (labio leporino,
parálisis facial, etc.) durante toda la vida.
2)Desarrollo: El individuo es un hecho dinámico en continua y constante transformación. Desde la concepción hasta la adultez se habla
de desarrollo, desde la adultez hasta la muerte se habla de involución.
Pero ambos constituyen el “desarrollo de la personalidad”, que se cumple en sus cuatro direcciones: somato-morfológica,
temperamental, psíquica e intelectual, de acuerdo con las leyes generales que la rigen y de cuyo estudio se ocupa la auxología.
17. A continuación expondremos, a título informativo y muy esquemáticamente, las diversas etapas y características del desarrollo:
Etapas del Desarrollo: Este esquema ha sido confeccionado siguiendo a P. Godin y a N. Pende; sólo hemos modificado algunas
“denominaciones” y algunas “edades”, obedeciendo las primeras a exigencias de nuestro idioma, y las segundas a las características
biológicas de nuestro medio:
a) Primera infancia, o “turgur primus”, que va desde 1 hasta los 5 años y que se caracteriza por el predominio del desarrollo transversal
o ponderal sobre el vertical o diferenciación morfológica; domina en esta etapa, como lo decían los clásicos, el “turgur” sobre la
“proceritas”.
b) Segunda infancia, o “proceritas prima”, que va desde los 5 a los 7 años, y que Pende denomina”pequeña pubertad”; se caracteriza
por predominar el desarrollo vertical o diferenciación morfológica sobre el crecimiento ponderal. En esta etapa predomina la
“proceritas” sobre el “turgur”.
c) Tercera infancia o niñez, o “turgur secundus”, que va desde los 7 a los 11 y que se caracteriza por el predominio del desarrollo
somático sobre el morfológico. En esta etapa predomina el “turgur” sobre la “proceritas”.
d) Adolescencia, o “proceritas segunda” o período peripubertario de Godin, que va desde los 12 a los 14 ½ años en el varón y desde los
11 ½ a los 13 ½ años en lamujer, y que se caracteriza porque en ella tiene lugar “la crisis de la pubertad”, predominan los grandes
cambios morfológicos que darán lugar al la diferenciación sexual.
e) Primera juventud, o “turgur terzius” o pubertad de Godin, que va desde los 14 ½ a los 17 años en el varón y de los 13 ½ a los 16
años en la mujer, que se caracteriza por el predominio del crecimiento somático sobre la diferenciación morfológica. En esta etapa
predomina el “turgur” sobre la “ proceritas”; a los grandes cambios morfológicos cumplidos en la anterior sigue el empuje ponderal
a ésta.
f) Segunda juventud, o internúbilo-pubertario de Godin, que va desde los 17 a los 23 años en el varón y de los 16 a los 22 años en la
mujer. Esta etapa se caracteriza porque en ella se alcanza la maduréz sexual.
g) Adultez, o “turgur quartus”, que va desde los 23 a los 35 años en el hombre y desde los 22 a los 30 años en la mujer, que se
caracteriza por el crecimiento ponderal o de las dimensiones tansversales.
h) Madurez, o “cosnstants aetas”, de los clásicos que va desde los 35 a los 55 años en el hombre y de los 30 a los45 años en la mujer,
que se caracteriza por el equilibrio morfológico funcional.
i) Involución: A la etapa anterior le sigue el proceso de involución que se inicia con la edad crítica –que es muy ruidosa en la mujer
(menopausia) y poco aparente en el hombre, y que está caracterizada por el desequilibrio endocrino que sigue al apagamiento de
funciones sexuales-, y continúa con la vejez, que se hace presente a los 50 años en la mujer y a los 60 en el hombre, para terminar
con la senectud, que se inicia a los 65 años en la mujer y a los 70 años en el hombre.
Proporciones somato-morfológicas:
En el primer año, la talla aumenta veinte centímetros y el peso se triplica.
A los cinco años, la talla se duplica y el peso se quintuplica.
A los quince años, la talla se triplica y el peso es quince veces más.
De uno a cuatro años, se duplica el largo de los miembros inferiores.
De los siete a los diez años, se triplica el largo de los miembros inferiores.
Comportamiento del peso:
En el primer año, aumenta seis kilogramos.
En el segundo año, aumenta dos kilogramos y medio.
De tres a siete años, aumenta a razón de kilogramo y medio por año.
De siete a doce años, aumenta a razón de dos kilogramos por año.
De doce a dieciocho años, aumenta a razón de dos kilogramos y medio por año.
Sólo por causas mórbidas o anormales el “desarrollo” se desvía, lo que comporta un estado de enfermedad, en su sentido más lato, o bien
una modalidad anormal de reaccionar ante los estímulos fisiológicos y patológicos. Se desprende de aquí la importancia que tiene el
conocimiento de cómo se ha cumplido el desarrollo del individuo que ha caído enfermo, lo que se obtendrá interrogando sobre lo siguiente:
a) Desarrollo somato-morfológico: Si las modificaciones del peso de la talla y de la figura han acontecido a edad en proporción y con el
ritmo normales; según se indica en los cuadros anteriores.
Como han progresado el peso y la talla en las diversas edades, sobre todo en aquellas que caracterizaron a la pequeña pubertad, a la
juventud y a la adultez, para deducir si hay congruencia entre la edad civil y la biológica.
Para juzgar de la normalidad y valor de estos datos con una mayor exactitud, es de utilidad tener como guía las tablas de Brugsch, o de
Castaldi, o de Quetelet, etc., al mismo tiempo que la modalidad somato-morfológica de los padres en la edad que se considera al enfermo.
b) Desarrollo fisiológico o temperamental: Edad de aparición y características de las principales funciones: lactancia, su cantidad y
calidad; alimentación y funciones del aparato digestivo; sueño; juego y trabajos, su modalidad, sus preferencias y comportamiento
en los mismos. Funciones sexuales y de reproducción: menarquía en las niñas; fecundidad , partos, amamamiento, etc., en la mujer,
erección y actitud procreadora en el varón, etc. Función locomotriz, edad de los primeros movimientos y de la deambulación; fuerza
y resistencia muscular en realización con los deportes y el trabajo, etc. Características de las funciones respiratoria y circulatoria en
reposo, durante las digestiones y en los esfuerzos, etc.
c) Desarrollo psico-intelectual: Se preguntará por la edad a que se pronunciaron las primeras palabras y en la que se poseyó un lenguaje
más o menos completo; por los juegos preferidos; por la sociabilidad y comportamiento en la escuela, en el taller o en la oficina. Por
la afectividad y el razonamiento; por las preferencias intelectuales, lecturas y problemas; por la aptitud para el trabajo físico y
mental, etc.
3) Desviaciones Temperamentales: Bajo este rubro agrupamos una serie de estados funcionales caracterizados por su anormal y, a
veces, paradójica forma de comportarse ante determinados estímulos. Estas desviaciones temperamentales interesan