Manuel Vicent discute la relación entre la ficción literaria y el cine. Explica que aunque ambos son formas de expresión artística, tienen lenguajes distintos. Cuando una novela se lleva al cine, es necesario "podar" la historia para ajustarla al formato de una película, lo que a veces causa "heridas" entre los escritores. Vicent opina que entregó sus novelas Tranvía a la Malvarrosa y Son de mar para que hicieran buenas películas, sin intervenir en la producción. Re
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Entrevista a Manuel Vicent
http://www.laopiniondemalaga.es/cultura‐espectaculos/2013/01/29/llevar‐novela‐cine‐hay‐
podar‐produce‐heridas/564018.html
´Para llevar una novela al cine hay que
podar, y eso produce heridas´
El taller Cine: artes y técnicas aplicadas que imparte Manuel Gutiérrez Aragón en La Térmica continúa
hoy y mañana con la presencia del autor valenciano, quien disertará sobre La ficción literaria aplicada
al cine.
29.01.2013 | 13:44
El escritor Manuel Vicent. EFE
El autor valenciano considera que la literatura y el cine son formas distintas de expresar la realidad y que
cuando un escritor cede su obra para la gran pantalla «ésta ya no le pertenece»
JESÚS ZOTANO ¿Se llevan bien la ficción literaria y el cine o ambas artes mantienen
una relación tirante?
Bueno, es tirante si uno no comprende que el cine y la literatura son formas distintas de
expresar la realidad. Y que son lenguajes distintos.
Aún así es muy común escuchar eso de que «el libro era mejor que la película».
Pero algunas veces sucede lo contrario. El novelista tiene que saber que cuando cede los
derechos de una novela ésta ya no le pertenece; siempre y cuando no traicionen el espíritu de
su obra. Lo que hay que procurar es que sea una buena película y que sea divertida... Pero es
otro género, otro camino hacia la expresión artística.
Y siempre un resumen, porque una película tiene que condensar el contenido de una
novela en hora y media.
En cine siempre funciona mejor un relato, un cuento, que una novela. A partir de un cuento
una película puede crecer. El cuento se puede desarrollar. Mientras que con una novela
siempre hay que podar. Y en esa poda se producen muchas heridas. Sobre todo porque la
novela pertenece al guionista y el guionista está supeditado al director y éste al productor.
Pensar que lo que sale en la pantalla es lo que el escritor ha pensado o imaginado y encima
enfadarse si eso no se produce me parece que es una idiotez.
¿Cree que trata bien el cine español a la literatura?
En algunas ocasiones se han dado caso ejemplares. Por ejemplo, de Los santos inocentes,
que es un cuento de Delibes, uno de los mejores, salió una gran película. También la versión
de Mario Camus de La colmena, que es una novela de Cela que tiene más fama que mérito,
aunque es una buena novela, es una excelente película. Con Las lenguas de las mariposas,
en la que Azcona hizo una fusión de dos o tres cuentos de Manuel Rivas, igual: José Luis
Cuerda hizo una buena película. Y en otros casos, pues resulta todo lo contrario, como ha
pasado con las películas sobre obras de Juan Marsé, que no ha habido otra forma más que
destrozarle su literatura.
¿En su caso, cómo fue? ¿Qué opina de las películas de Tranvía a la Malvarrosa y Son
de mar?
2. Yo entregué el libro de Tranvía a la Malvarrosa a García Sánchez y a Azcona, y en el caso de
Son de mar, a Azcona y a Bigas Luna, y lo único que deseé es que hicieran una buena
película. Nada más. Y, bueno, había algunas cosas que me gustaban y otras no. Pero yo no
intervine, ni fui un solo día al rodaje ni me preocupé en nada. Sólo deseaba que las películas
estuvieran bien, que fueran divertidas y que tuvieran éxito.
¿Cree que no hemos sido capaces de reflejar en la pantalla la grandeza de obras como
Don Quijote o El Lazarillo?
El Quijote se ha hecho en muchas ocasiones y alguna, como la de Gutiérrez Aragón con Luis
Galiardo, es una buena versión. Lo que sucede es que son distintas formas de expresión y
con distintos instrumentos y lenguajes. No tienen nada que ver. Absolutamente nada que ver.
El cine, por otra parte, es una industria y para que salga bien una película, para que sea un
producto bien acabado, necesita que cincuenta elementos o variables de la cinta funcionen
todos. Con que un actor secundario no esté bien, te sales de la pantalla. Mientras que en una
novela puede haber un capítulo mejor y otro peor pero lo interesante es la propia historia. En
una película todo está en la pantalla, en esa fantasmagoría de luces y las sombras.