7. Clavijero: Su función es la de sostener y tensar las cuerdas, para ello consta de un mecanismo compuesto por un tornillo (sin fin) que hace girar un eje donde van enrolladas las cuerdas. Estos ejes poseen un agujero central por el que se introduce el extremo de la cuerda, de manera que sin hacer ningún nudo, se vuelve a introducir por el agujero. De esta forma al darle vueltas a la clavija, la cuerda se va tensando sobre sí misma repartiendo el tensado sobre toda la extensión de la misma, con lo que es más difícil que se rompa que si la tensión estuviera solamente repartida en un punto. Es muy importante mantener en buen estado las clavijas, es una zona muy delicada ya que soportan una gran tensión. Para mantenerlos limpios y suaves se puede emplear cualquier spray de aceite desengrasante, teniendo la precaución de secar bien después para que el aceite no penetre en la madera y no queden restos, para que las partículas de polvo no formen ninguna masa de suciedad. Cejuela: Es una pieza de forma alargada que va incrustada entre el clavijero y el mástil de hueso o madera dura. Sirve de puente a las cuerdas, permitiendo la separación entre ellas y fijándolas gracias a unas ranuras que lleva en su parte superior. La mayor o menor altura de la Cejuela regula la suavidad o dureza del instrumento. Es muy importante que las ranuras de este puente estén en perfecto estado, su deterioro por el tiempo, etc. ocasiona que las cuerdas se aproximen más hacia el mástil, lo que puede ocasionar que al vibrar las cuerdas rocen con los trastes (cerdean) produciendo distorsiones en el sonido.