1. Estos regalos eran para todos los hombres del mundo. Dios dio a Adán y a Eva muchos regalos: los h izo amigos suyos.
2. Entonces les dijo: Mirad todos los árboles del paraíso . Allí había manzanos, perales, melocotoneros, etc.
3. De todos esos frutos podéis comer; pero de este árbol que hay en el centro del paraíso, ¡no comáis!; pues, si coméis, moriréis . Adán y Eva pensaron que eso era muy fácil .
4. Un día, estaban Adán y Eva jugando en el Paraíso Se apareció el demonio a Eva disfrazado de serpiente. Y le dijo ¿Por qué no coméis de los frutos de este hermoso árbol? - Por que Dios así nos lo ha enseñado. ¡Qué tontería! - dijo el demonio - Dios no quiere que seáis como Él . Come tú y Adán, veréis que Dios os engaña
5. Nuestros primeros padres introdujeron así en el mundo el dolor, las enfermedades, las riñas y todas las cosas malas. Adán y Eva desobedecieron a Dios porque comieron del fruto prohibido. La serpiente los engañó.
6. Ahora tendrán que sufrir mucho: los animales ya no les obedecerán, ni les servirán, tendrán dolores, enfermedades, llorarán, se cansarán al trabajar... y al final morirán. Todo eso les ha venido porque han desobedecido a Dios.
7. Caín, su hermano, se dedicaba a cultivar los campos. En ellos sembraba trigo, maíz..., y tenía árboles frutales. Caín también ofrecía a Dios cosas del huerto . Pero Dios prefería a Abel . Por eso, Caín tenía tanta envidia a su hermano que se moría de pena. Los primeros hijos de Adán y Eva se llamaban Caín y Abel. Abel era un pastor que cuidaba su rebaño de ovejas. Con frecuencia, daba gracias a Dios porque le aumentaba de día en día el número de corderitos. Levantaba una mesa, ponía leña en ella, la encendía y luego quemaba en la hoguera un corderito, el mejor que tenía, y lo ofrecía a Dios. Dios aceptaba su sacrificio y quedaba muy contento de Abel.
8. Un día salieron los dos juntos al campo: Abel a cuidar sus ovejas y Caín a cultivar su huerto. Cuando estuvieron lejos de su casa y Caín creía que no les veía nadie, se abalanzó contra su hermano y lo mató. Pero Dios veía a Caín cuando mató a Abel, porque Dios lo ve todo.
9. A veces nos enfadamos unos con otros. Eso no está bien, porque no agrada a Jesús. Por eso, siempre que hagamos una cosa mal le diremos a Jesús: ¡Jesús, Tú eres bueno! ¡Perdóname! FIN