El arte románico se caracteriza por sus semejanzas con el arte romano. Sus principales edificios eran iglesias, catedrales y monasterios construidos en piedra con planta de cruz latina y cubiertos con bóvedas de cañón. La escultura y pintura decoraban los edificios con imágenes religiosas didácticas y simbólicas que enseñaban escenas bíblicas a una población analfabeta.