2. Las palabras en la negociación. Gerardo Gonzalez Uribe. El Sabio y el Rey Un Rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño. "¡Qué desgracia, mi señor!" exclamó el Sabio, "Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad". "¡Qué insolencia!" gritó el Rey enfurecido, "¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!" Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos. Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Rey con atención, le dijo: "¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes".
3. Las palabras en la negociación. Gerardo Gonzalez Uribe. Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: "¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro". "Recuerda bien, amigo mío", respondió el segundo Sabio, "que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse". De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma en que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
4. Las palabras en la negociación. Gerardo Gonzalez Uribe. La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.
5. Las palabras en la negociación. Gerardo Gonzalez Uribe. EL HOMBRE SABIO El sabio se mantiene alejado de la rivalidad, De la codicia y de la confusión Producida por los deseos. El sabio es feliz al vivir, Es bondadoso y armoniza con todos, Es sincero al hablar, equilibrado Y recto en el trabajo y en la vida. Cuando acaba su obra, se retira oportunamente, Su respiración es fresca como la de un niño, Y busca siempre beneficiar a los hombres. El sabio es difícil de comprender, Es cauteloso como quien atraviesa Un río en invierno, Prudente como quien tiene enemigos, reservado como el huésped de una casa, Sencillo como la madera, tranquilo como un valle Y profundo como las aguas de un lago.
6. El sabio posee poco Porque se ha olvidado de las cosas, Su presencia es modelo para todos los hombres. No se muestra, por eso resplandece, No se vanagloria, por eso sobresale, No se exalta, por eso merece elogio, Es humilde y se mantiene íntegro. Permanece independiente, Aunque viva rodeado de gloria y esplendor Nunca pierde la paz. El sabio no es impetuoso, Y nunca pierde el dominio de sí mismo. El sabio no ofende a nadie, Y nunca halla motivo para rechazar a nadie. El sabio es aquel que se conoce a sí mismo, Que quiere conquistarse a sí mismo, más que conquistar a otros. El sabio, contemplado, No parece digno de ser mirado, oyéndolo, no parece digno de ser escuchado, Sin embargo, contiene en sí todas las virtudes.
7. El sabio parece que no hace nada y, Sin embargo, nada queda sin realizar. El sabio hace del corazón de los demás El suyo propio. Con el bueno obra de forma buena, Con el malo obra de buena forma. El sabio se parece a un niño, Nada ni nadie le daña. El sabio se da cuenta de las cosas Que para los demás pasan inadvertidas, Y estima por igual las grandes y las pequeñas. El sabio no combate, mas siempre vence, no teme a la muerte. El sabio es, en fin, quien está en armonía con la naturaleza. (Tao Te King)
8. 1. Mantente fresco cuando otros estén furiosos y pierdan la cabeza. Tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol 2. Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y los de terceros, los cuales probablemente están más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la perspectiva de los demás enriquecerás tu propio punto de vista. 3. Espera a calmarte antes de hablar. Ten en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Dale más relevancia a las personas que a las opiniones.
9. 4. Trata a toda persona con la cual tengas contacto como si fuera un pariente rico, de quien esperas ser incluído en su testamento. Nunca te arrepientas de tratar muy bien a la gente. Es el mejor negocio en todos los sentidos. 5. Busca el lado positivo y agradable, aun de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente, los momentos difíciles, y a convertir los problemas en oportunidades. 6. Establece el hábito de hacer preguntas y, sobre todo, de escuchar las respuestas. Pregunta antes de reaccionar. Algunas veces disparamos y después preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos para contestar, y no para entender.
10. 7. No hagas o digas nada que pueda herir o hacerle daño a otra persona. Aférrate al proverbio que dice que todo lo que uno haga, se devolverá. La gente no recuerda tanto lo que tú dices o haces, sino la intención con la que lo haces. 8. Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva. Observa si el propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño. 9. Ten presente que si toleras a los demás, ellos también serán pacientes contigo en los aspectos no muy gratos de tu personalidad. 10. El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar responsabilidad. No olvides que un conflicto bien manejado fortalece la relación, y te ayuda a aprender de las diferencias .