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DEPARTAMENTO DE FARMACOLOGÍA CLÍNICA Y TERAPEÚTICA

 GUÍA FARMACOTERAPEÚTICA PARA EL MANEJO DEL DOLOR AGUDO EN EL
  SERVICIO DE URGENCIAS DE LA CLÍNICA UNIVERSIDAD DE LA SABANA


Elaborada por:

Diana Mora Castillo, Médico Interno, XIV semestre, Universidad de la Sabana

Paulina Gálvez Pineda, Residente de primer año de Farmacología Clínica

Julio César García Casallas, Médico Internista y Farmacólogo Clínico

INTRODUCCIÓN

La Clínica Universidad de La Sabana es un Centro Académico de Salud, un escenario para
la docencia, la asistencia y la investigación. Representa calidad en la atención en salud;
demostrado por el trabajo bien hecho.

La misión de nuestra institución es la de ser un Centro Académico de Salud de alta
complejidad, dedicado a la asistencia, la formación de personas y la investigación
biomédica, que busca la excelencia, la promoción de la vida y la calidez en el servicio, en el
marco de la visión cristiana de la persona humana.
Nuestra visión es ser reconocidos como Campus Biomédico líder en el país, con impacto en
la zona de influencia y centro de referencia para trauma y rehabilitación.

En virtud de esto, cabe resaltar la importancia de la elaboración de Guías
Farmacoterapeúticas con el objetivo de brindar una mejor atención a nuestros pacientes.

El tratamiento efectivo del dolor agudo en el servicio de urgencias es un componente
fundamental de la calidad de la atención.

El dolor es el principal motivo de consulta en el servicio de urgencias y muchos pacientes
deciden auto-medicarse para controlar el dolor antes de ser atendidos. (Kelly & Gunn,
2008). Múltiples estudios confirman que los pacientes en los servicios de urgencias
alrededor del mundo reciben un manejo del dolor sub-óptimo (Todd et al, 2007). A pesar de
que el 70% de los pacientes atendidos en los servicios de urgencias calificaron su analgesia
como “buena” o “muy buena”, la satisfacción del paciente no se correlaciona con lo
reportado a través de la escala visual análoga para el dolor de la OMS en el momento del
egreso. (Kelly et al, 2000). (1)
En el servicio de urgencias, la analgesia debe ser sencilla de administrar, contextualizada
con la clínica del paciente y de ser posible; de efecto local en lugar de técnicas sistémicas.
Se deben adoptar sistemas para asegurar una adecuada valoración del dolor, una analgesia
apropiada, una monitorización frecuente y una re-valoración del dolor con el objetivo de
brindar analgesia adicional en caso de ser necesario. (Curtis et al, 2007) (1)

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), define el dolor como una
experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión tisular actual o
potencial, o descrita en términos de dicha lesión (Merksey & Bogduk, 1994). Sin embargo,
la inhabilidad para poder comunicar esta experiencia de manera verbal no descarta que el
paciente lo pueda estar presentando y que requiera de manejo. Esto cobra relevancia en
pacientes con alteración del estado de conciencia, pacientes pediátricos y en pacientes con
alteraciones del lenguaje. (1)

El dolor agudo se define como aquel de presentación reciente y de probable duración
limitada. Por lo general, tiene una causa identificable y una relación directa con lesión o
enfermedad.

La lesión tisular que conlleva al dolor es el resultado de un proceso llamado nocicepción, el
cual presenta 4 fases: transducción, transmisión, modulación y percepción.

Con la transducción, el estímulo doloroso es convertido en una señal eléctrica en la
terminación libre de los nervios, también llamados nociceptores. Los nociceptores se
encuentran ampliamente distribuídos en los tejidos somáticos y viscerales.

Con la transmisión, la señal eléctrica es enviada a través de las fibras nerviosas hacia el
sistema nervioso central. Las fibras nerviosas incluyen aferencias sensoriales primarias,
principalmente A delta y C. Estas fibras se proyectan hacia la médula espinal, ascienden
por los tractos (incluyendo el tracto espinotalámico) hacia el tallo cerebral y tálamo y hacia
la corteza a través del tracto tálamocortical.

La modulación es un proceso que mejora o suprime la señal dolorosa y ocurre
principalmente en el asta dorsal de la médula espinal (particularmente en la sustancia
gelatinosa).

La percepción es el paso final del proceso nociceptivo y ocurre cuando la señal dolorosa
finalmente llega a la corteza cerebral. Este es un proceso integral en el cual convergen
factores subjetivos y emocionales. (2) (3)

PRINCIPIOS DEL MANEJO DEL DOLOR AGUDO

      La individualización del paciente resulta fundamental para el manejo efectivo del
       dolor agudo.

      El éxito del manejo del dolor agudo radica en la coordinación, el entrenamiento y el
       compromiso de todo el equipo de trabajo y de la educación que se le brinde al
paciente y a sus cuidadores.

      El manejo efectivo del dolor agudo depende de los protocolos formales y de las
       guías de manejo generadas en cada institución y de los programas de calidad para
       evaluar la efectividad del manejo del dolor.

      La población infantil, geriátrica y gineco-obstétrica son poblaciones especiales y
       requieren de particular atención. Otros grupos poblacionales importantes son los
       pacientes con enfermedad hepática y renal, los pacientes con tolerancia a los
       opioides y los pacientes con farmacodependencias.

      La actitud y las creencias del paciente frente al dolor agudo han demostrado ser
       factores modificadores en la percepción del dolor y en los requerimientos
       analgésicos. El apoyo y el entendimiento por parte del personal de salud podría ser
       una influencia positiva para la resolución del dolor agudo.



OBJETIVO

El objetivo de ésta guía es brindar grados de recomendación de los diferentes
medicamentos utilizados en el manejo del dolor agudo en el servicio de urgencias de la
Clínica Universidad de la Sabana, basándose en la evidencia hasta el momento publicada en
la literatura científica.



METODOLOGÍA

Se realizó una búsqueda de la literatura publicada desde el año 2007 hasta la actualidad
sobre el manejo del dolor agudo no abdominal en los servicios de urgencias. La búsqueda
se realizó en MEDSCAPE, PUBMED, MD CONSULT y en THE COCHRANE
LIBRARY. Las palabras clave utilizadas fueron “acute pain management”, “emergency
room” y “emergency department”.



Niveles de evidencia y grados de recomendación

Niveles de Evidencia

   •   A: Evidencia demostrada por Metanálisis, Ensayos Clínicos Aleatorizados, válidos

   •   B: Ensayos clínicos aleatorizados con pobre validez, Estudios de cohorte, Estudios
       de casos y controles, series de casos o reportes de caso

   •   C: Opinión de expertos
Grados de Recomendación

   •   I: Los estudios demuestran claramente el beneficio de utilizar la terapia analizada

   •   IIa: Los estudios demuestran controversia en el beneficio de utilizar la terapia, pero
       la mayoría de estudios concluyen utilizar la terapia

   •   IIb: Los estudios no demuestran de manera contundente el beneficio de utilizar la
       terapia, debe evaluarse el riesgo beneficio

III: Los estudios demuestran claramente que la terapia no debe utilizarse



MANEJO DEL DOLOR AGUDO EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS: EVIDENCIA

La guía para acceso y manejo del dolor agudo realizada por el Instituto para el Manejo de
Sistemas Clínicos (ICSI) en 2008, considera un nuevo algoritmo para enfocar el dolor
agudo (Ver algoritmo)(4). De acuerdo a esto, en la guía se consideran tres grupos de
analgésicos: Antinflamatorios no esteroides (AINEs), analgésicos opiáceos y coanalgésicos
(antidepresivos).

Los AINEs son considerados en dolor agudo leve a moderado debido a trauma, dolor
postoperatorio y artritis. En dolor severo a moderado se consideran en conjunto AINEs y
opioide a bajas dosis con el fin de disminuir los eventos adversos de los segundos. Sin
embargo, se debe tener en cuenta que los pacientes con dicho tratamiento, tiene tres veces
más riesgo de realizar eventos gastrointestinales serios. Respecto a los analgésicos
opioides, están indicados cuando el dolor no mejora o existe alergia a los AINEs o dolor
moderado a severo. Morfina es el medicamento de primera elección en éste grupo de
medicamentos y como segunda opción se considera el Tramadol.

Respecto a los coanalgésicos, son frecuentemente utilizados como complemento junto a los
AINEs y opioides especialmente en dolor Neuropático. En éste grupo hacen parte los
antidepresivos tricíclicos para el manejo del dolor en pacientes con pie diabético y los
antiepilépticos como el Gabapentin en el manejo de dolor Neuropático secundario a herpes.

De acuerdo a la revisión sistemática para la realización de la guía, se conservó la
recomendación de la American Hearth Association (AHA) sobre tener precaución con la
prescripción de COX 2 selectivos en pacientes con enfermedad cardiovascular debido al
aumento                 de                   eventos                cardiovasculares.

Por otra parte, Los anestésicos locales como los parches de lidocaína son una opción en el
manejo del dolor postherpético (4).

De acuerdo a la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor quienes realizaron una
guía en pacientes con dolor agudo durante el año 2010 y 2011, se consideraron categorías
del dolor agudo: dolor de cuello, dolor abdominal, cefalea, dolor torácico y dolor
secundario a infecciones respiratorias altas. De igual manera, plantea el uso de alguna
herramienta que permita acceder al nivel del dolor como lo es la escala análoga del dolor
para poder objetivizar el nivel y mejoría del síntoma en los pacientes de urgencias.
De acuerdo al concenso, en el dolor abdominal agudo se tiene el temor del
enmascaramiento de un diagnóstico quirúrgico. Sin embargo, se ha demostrado que los
opioides como manejo del dolor no enmascaran los hallazgos clínicos ni aumenta la
incidencia de errores en el diagnóstico.

Respecto al dolor lumbar, el tratamiento de primera línea en el dolor son los
antinflamatorios no esteroideos (AINEs) o acetaminofén (Paracetamol), y como tercera
opción se debe considerar el uso de opioides. En cólico renal, se recomienda la
combinación de AINES intravenosos y opioides como manejo rápido del dolor asociado a
nauseas y emesis. En cefalea migrañosa, se consideran como primera línea los antagonistas
de dopamina como la Metoclopramida para manejo de episodios eméticos y AINEs (5).

De acuerdo a una revisión realizada en 2006 sobre el manejo de dolor en urgencias y
publicado en Emergency Medicine Practice, el dolor agudo en urgencias se maneja
mediante el uso de tres grupos farmacológicos de manera general: Antinflamatorios no
esteroideos (AINEs), Analgésicos opioides y Analgésicos para dolor Neuropático (6).

Para el dolor leve a severo se recomienda el uso de analgésicos vía oral y para del dolor
moderado a severo, se recomiendan analgésicos intravenosos, principalmente opioides.
Respecto al dolor abdominal, la morfina es de primera elección. De igual manera, se
revisaron estudios comparando Ketorolac con Ibuprofeno en donde no hay evidencia de
superioridad en el tratamiento del dolor. Sin embargo, el Ketorolac es de uso escaso en
nuestra institución (6).

El colegio americano de urgencias de Londres creó un comité en el cual elaboraron una
guía sobre el manejo del dolor en adultos y la cual fue publicada en el año 2008. El
tratamiento de los pacientes está dirigido de acuerdo al nivel del dolor de acuerdo a la
escalera analgésica de la OMS (7):


                                    escalón IV (DOLOR GRAVE-     métodos invasivos +/-
                                          REFRACTARIO)              coadyuvantes



                                                               opioides potentes: morfina,
                                    escalón III-DOLOR SEVERO    oxicodona, hidromorfona,
                                                                   fentanilo, metadona,
                                            (EVA 7-10)               buprenorfina +/-
                                                                      coadyuvantes
             ESCALERA ANALGESICA
                    OMS
                                        escalón II-DOLOR
                                           MODERADO             opioides dédiles: codeína,
                                                               tramadol +/- coadyuvantes
                                           (EVA: 4-6)


                                                                  acetaminofén, AINES,
                                     escalón I-DOLOR LEVE      dipirona + /- coadyuvantes
                                                                   (anticonvulsivantes,
                                           (EVA: 1-3)               corticoesteroides,
                                                                     antidepresivos)
Por otra parte, otro estudio del 2006, llamado “Pain in the emergency department: Results
of the pain and emergency medicine initiative (PEMI) Multicenter study”, fue planteado
como un estudio observacional, multicéntrico y prospectivo en 20 centros de salud de
estados unidos y Canadá. La muestra total fue de 842 pacientes adultos con dolor agudo (8)
y su objetivo principal fue analizar los analgésicos de mayor uso en los departamentos de
urgencias. Los medicamentos de acuerdo al porcentaje de uso fueron: morfina (20.1%),
Ibuprofeno (17.3%), Hidrocodona + Acetaminofén (12.7%), Oxicodona + Acetaminofén
11.3% y acetaminofén solo 7.2%. Todo esto, teniendo en cuenta la oligoanalgesia aplicada
a los pacientes que consultaron a dichos servicios (8)

Finalmente, un ensayo clínico realizado en el año 2009 y publicado en el “American
College of Emergency Physicians”, se realizó con el fin de evaluar la efectividad y
seguridad de la Hidromorfona en un protocolo de 1 mg (primera dosis) + 1 mg (segunda
dosis) en comparación con el esquema tradicional de morfina (titulación de dosis de
acuerdo a respuesta ante el dolor)(9). El estudio fue de tipo prospectivo y aleatorizado, en
donde se estudió una muestra de aproximadamente 224 pacientes entre 21 a 64 años con
dolor agudo en urgencias (dolor menor a 7 días de duración). Los resultados muestran una
mayor proporción de población del sexo femenino e hispánicos y se concluyó que la
primera dosis de hidromorfona es superior en reducir el dolor (89 sujetos), en comparación
al grupo con morfina (74 pacientes), siendo estadísticamente significativo. Respecto a la
seguridad de ambos esquemas, ambos fueron similares. (9)
ALGORITMO PARA EL MANEJO DEL DOLOR EN URGENCIAS (C)




De acuerdo a la clasificación del dolor el manejo instaurado debe ser (C):

MEDICAMENTOS PARA EL MANEJO DEL DOLOR LEVE

         MEDICAMENTO                DOSIS RECOMENDADA                      DOSIS MAXIMA
Acetaminofén                    500-1000mg VO cada 4-6 horas         4 gramos
Dipirona                        1gramo IV cada 8 horas               4 gramos
Acido acetil salicílico         500-1000mg VO cada 4-6 horas         4 gramos
Diclofenaco                     50mg IV cada 8 horas                 150mg
Ibuprofeno                      400-800mg VO cada 6-8 horas          2400mg
Naproxeno                       500mg VO dosis inicial; seguido de   1300mg
                                250mg cada 8 horas
Meloxicam                       7.5mg VO cada 12 horas               15mg
MEDICAMENTOS PARA EL MANEJO DEL DOLOR MODERADO y SEVERO

MEDICAMENTO            Do. VO           Do. VO          Do. IV            Do. IV     COMENTARIOS
                  RECOMENDADA          INICIAL     RECOMENDADA           INICIAL
Morfina           30mg                10-30mg      10mg                  1-10mg      Sus metabolitos
                                                                                     pueden generar
                                                                                     mioclonus en
                                                                                     pacientes con
                                                                                     falla renal.
Hidromorfona      7.5mg               1-4mg        1.5mg                 0.2-1mg     Opioide potente.
Oxicodona         20mg                5-10mg       NA                    NA          Cada 8-12horas
Metadona          5mg                 2.5-5mg      NA                    NA          T ½ > 24 horas.
                                                                                     Administrar cada
                                                                                     6-8 horas
Meperidina        300mg               No se        75mg                  50-100mg    Estimulante del
                                      recomienda                                     SNC. Se asocia a
                                                                                     convulsiones en
                                                                                     falla renal.
Codeína           200mg               30-60mg      130mg                 -           >nauseas y
                                                                                     estreñimiento que
                                                                                     otros opioides
Tramadol          -                   50mg         -                     NA          Dosis máxima:
                                                                                     400mg día



MEDICAMENTOS COADYUVANTES PARA EL MANEJO DEL DOLOR DE TIPO
NEUROPÁTICO


MEDICAMENTO         DOSIS        DOSIS     TITULACIÓN          EFECTO         CONTRAINDICACION
                   INICIAL     MÁXIMA                        ADVERSO
Carbamacepina     100mg        1200mg      Después de 3-   Convulsiones,      Hipersensibilidad a los
                  c/12hr       c/día       7 días se       agranulocitosis,   anticonvulsivantes, falla
                                           puede           fatiga,            renal, falla hepática
                                           aumentar a      nistagmus
                                           dosis de
                                           200mg c/día
Gabapentina       300mg        1800mg                      Convulsiones,      Falla renal
                               c/día                       fatiga, cambios
                                                           en el
                                                           pensamiento
Parches de        3 parches    3 parches                   Irritación de la   Hipersensibilidad a
lidocaína al 5%   en área de   para 12                     piel               anestésicos de amida
                  dolor        horas en
                               el día
pregabalina       5mg c/8hr    300mg       Aumentar a      Exacerbación       Alteración de la función
                  o 75mg       c/12hr      300mg día       de falla           renal, falla cardiaca
                  c/12hr                   después de 7    cardiaca,
                                           días            cefalea, ataxia
Fenitoína         4-                       Ajustar con     Convulsiones,      hipersensibilidad
                  5mg/kg/día               precaución      ataxia
En la tercera edición de las guías “Acute Pain Management; Scientific Evidence” del
National Health and Medical Research Council de Australia, publicadas en el año 2010, se
encontró que en los servicios de urgencias, los opioides son frecuentemente prescritos para
el manejo del dolor agudo severo y que preferiblemente, se deben administrar por vía IV,
dada la amplia variabilidad inter-individual en dosis-respuesta y su lenta absorción a través
de las vías IM y SC. La dosis se debe ajustar de acuerdo a la edad y se debe titular de
acuerdo a su efecto. Se deben vigilar signos sugestivos de sedación, depresión respiratoria e
hipotensión. (Coman & Kelly, 1999) (nivel de evidencia B).(1)

En la actualidad, no existe un consenso en cuanto al opioide IV más efectivo o en cuanto a
la dosificación para el manejo del dolor agudo en el servicio de urgencias. No se reportó
diferencia entre la administración en bolo de fentanil y morfina para el manejo del dolor
por 30 minutos durante la atención pre hospitalaria (Galinski et al, 2005) (nivel de
evidencia A). De manera similar, en la población geriátrica que asiste al servicio de
urgencias no se reportaron diferencias entre la efectividad y la aparición de efectos
adversos entre la administración en bolo de morfina e hidromorfona (Chang, Bijur,
Baccelieri et al, 2009) (nivel de evidencia A).

La administración adicional de dosis ultra bajas de naloxona a los bolos de morfina fracasó
en mejorar la analgesia y en reducir la aparición de efectos adversos. (Bijur et al, 2006)
(nivel de evidencia A).

La titulación de altas dosis de opioides se asocia con analgesia efectiva. Un porcentaje
significativo de pacientes confirmaron analgesia efectiva a los 10 minutos de la
administración de morfina a una dosis de 0.1 mg/kg, seguida por una dosis de 0.05 mg/kg a
los 5 minutos comparado con aquellos que recibieron la mitad de la dosis. Sin embargo, no
hubo diferencias significativas a los 30 minutos. (Bounes et al, 2008) (nivel de evidencia
A).

En la población adulta, no geriátrica, una dosis IV en bolo de hidromorfona x 2mg provee
analgesia efectiva. Sin embargo, se asocia con desaturación de oxígeno en un tercio de los
pacientes. (Chang, Bijur, Napolitano et al, 2009) (nivel de evidencia B).

La administración IV de opioides por bomba de infusión contínua demostró ser tan efectiva
como la administración IV en bolo en el servicio de urgencias. (Evans et al, 2005) (nivel de
evidencia A).

En cuanto al manejo del dolor agudo severo asociado a trauma, el tramadol por vía de
administración IV ha demostrado efectividad similar a morfina (Vergnion et al, 2001)
(nivel de evidencia A).

La administración parenteral de tramadol fue igual de efectiva que la administración
parenteral de ketorolaco en pacientes con cólico renal. (Nicolas Torralba et al, 1999)
(evidencia nivel A).

En el contexto de dolor agudo de características somáticas (musculoesquelético), la
efectividad y la aparición de efectos adversos fue similar en la administración IM de
tramadol y de ketorolaco en combinación con acetaminofén por VO. (Lee et al, 2008)
(nivel de evidencia A).

Analgesia en condiciones específicas

Cefalea migrañosa

La mayoría de las cefaleas de tipo migrañoso son manejadas con éxito por el paciente y en
el servicio de consulta externa. Sin embargo, un pequeño número de pacientes no
responden de manera satisfactoria y se presentan en el servicio de urgencias.
Aproximadamente el 80% de los pacientes han tratado de manejar sus síntomas con su
medicación habitual (analgésicos orales y triptanos) antes de consultar al servicio de
urgencias. (Larkin & Prescott, 1992; Shrestha et al, 1996).

En un meta-análisis publicado en el año 2008 en la revista BMJ, se revisaron siete ensayos
clínicos controlados de alta calidad donde se evaluaba la efectividad de dexametasona IV
en los pacientes con cefalea migrañosa. Todos los ensayos incluyen el uso de dexametasona
IV como terapia coadyuvante en el manejo de cefalea migrañosa. Se compara la
administración de dosis única de dexametasona versus placebo. Se evalúa el alivio del dolor
y la recurrencia de cefalea dentro de las primeras 72 horas. Dexametasona y placebo
demostraron reducir el dolor agudo de manera similar (IC 95% entre 0.20 y 0.94). Sin
embargo, dexametasona fue más efectiva que placebo en cuanto a la reducción de la
recurrencia con un riesgo relativo de 0.74. No hubo diferencias significativas en la
aparición de efectos secundarios entre el grupo que recibió dexametasona y el grupo que
recibió placebo. En conclusión, el uso de dexametasona IV-dosis única como terapia
coadyuvante en el manejo de cefalea migrañosa se asocia con una reducción del 26% de la
recurrencia dentro de las primeras 72 horas. (nivel de evidencia A) (10)

Los triptanos y fenotiazinas (proclorperazina, clorpromazina) son efectivos en el 75% de
los pacientes con migraña que se presentan al servicio de urgencias. (nivel de evidencia A).

Fractura del cuello femoral

En los pacientes que presentaron fractura del cuello del fémur en el servicio de urgencias, el
bloqueo “3 en 1” del nervio femoral con bupivacaína, combinado con morfina IV fue más
efectivo que morfina IV como monoterapia. Se evidenció un efecto terapeútico más rápido
(Fletcher et al, 2003) (nivel de evidencia A).

El bloqueo de la fascia iliaca con mepivacaína, mejoró el dolor de manera significativa,
redujo los requerimientos de morfina IV y así mismo la aparición de reacciones adversas
como la sedación. (Foss et al, 2007) (nivel de evidencia A).

Heridas

Los anestésicos locales son frecuentemente utilizados para el tratamiento de las heridas en
los servicios de urgencias.

Los agentes más utilizados para las infiltraciones, dependiendo de la duración analgésica
requerida son la lidocaína, la ropivacaína y la levobupivacaína. Se ha demostrado que es
menos doloroso infiltrar el anestésico local a través de la herida que en el tejido subyacente
(Bartfiel et al, 1998) (nivel de evidencia A).

El bloqueo de los nervios digitales con ropivacaína al 0.75%, prolongan el efecto
terapeútico de manera significativa y reducen los requerimientos de las dosis rescate hasta
por 24 horas, comparado con la lidocaína al 2%. (keramidas & Rodopoulou, 2007) (nivel
de evidencia A).

Las preparaciones tópicas de anestésicos locales como la mezcla de adrenalina, lidocaína y
ametocaína son alternativas efectivas para el manejo de laceraciones simples y reducen el
dolor de manera significativa para la posterior infiltración de anestésicos locales. (Singer &
Stark, 2000) (nivel de evidencia A).

La lidocaína y la adrenalina tópicas aplicadas en capas y de manera secuencial sobre las
heridas, reducen el dolor de manera significativa comparado con la infiltración de lidocaína
al 2%. (Gaufberg et al, 2007) (nivel de evidencia A).

La aplicación tópica en gel de morfina no reportó ser más efectiva que otras geles en la
reducción del dolor por quemaduras en el servicio de urgencias. (Welling, 2007) (nivel de
evidencia A).

Dolor coronario agudo

Morfina es un analgésico efectivo y apropiado para el manejo del dolor coronario agudo.
(nivel de evidencia A).

Nitroglicerina es un agente efectivo y apropiado para el manejo del dolor toráxico agudo de
tipo isquémico. (nivel de evidencia B).

El pilar principal de la analgesia en el sindrome coronario agudo es la adecuada
restauración de la oxigenación miocárdica, incluyendo oxigenoterapia, nitroglicerina y beta
bloqueadores.

Pacientes que presentan tolerancia a los opioides

Se pueden clasificar en tres grupos:

   1. Pacientes con dolor crónico oncológico y no-oncológico tratados con opioides.
   2. Pacientes con historia de abuso de sustancias ilegales o no.
   3. Pacientes que han desarrollado tolerancia aguda a los opioides o hiperalgesia
      inducida por opioides, particularmente en manejo con opioides fuertes.

La evidencia científica publicada con respecto al manejo de éstos pacientes es bastante
limitada y las recomendaciones se basan principalmente en series de casos, reporte de casos
y opinión de expertos. En general, el manejo de éstos pacientes se debe enfocar en:

   1. analgesia efectiva
2.   implementación de estrategias que ayuden a atenuar la tolerancia a los opioides.
   3.   Prevención de síndrome de abstinencia
   4.   Intervención multi-disciplinaria
   5.   Plan de egreso apropiado

Es conocido que los requerimientos de opioides en los pacientes tolerantes son
significativamente más altos si se comparan con los requerimientos de los pacientes no-
tolerantes. En 1995, Rapp et al. reportaron que los pacientes con tolerancia a los opioides
requieren aproximadamente 3 veces la dosis de opioides requeridas por los pacientes no
tolerantes.

Por otro lado, la incidencia de naúseas y vómito inducido por opioides es menor en
pacientes con tolerancia a los opioides. Sin embargo, el riesgo de sedación excesiva y de
depresión respiratoria es más alto en este grupo de pacientes. (Rapp et al,1995) (11)

Se ha descrito que el receptor NMDA está involucrado en el desarrollo de la tolerancia a los
opioides. (Chang et al, 2007). En roedores, el uso de NMDA-antagonista de ketamina ha
demostrado atenuar el desarrollo de la tolerancia a los opioides. Sin embargo, no existen
estudios en humanos que demuestren esto. (12)

En pacientes recibiendo opioides de manera crónica, la administración de ketamina ha
demostrado mejorar el alivio del dolor y reducir los requerimientos de opioides (Eilers et al,
2001). Posterior a la administración espinal de opioides en pacientes tolerantes, el uso de
infusión continua de ketamina resultó en una mejoría significativa del dolor. (Urban et al,
2008). (13) (14)


EL USO DE DIPIRONA (METAMIZOL) EN EL MANEJO DEL DOLOR AGUDO

La dipirona (metamizol) es un analgésico introducido a la práctica clínica en 1922. Este
fármaco está indicado en el manejo del dolor severo, especialmente en aquellos asociados a
espasmos del músculo liso que afectan los tractos gastrointestinal, biliar y urinario.
También es utilizado en el manejo del dolor oncológico, en la cefalea migrañosa y en la
fiebre refractaria a otros fármacos.

La dipirona es un profármaco. Posterior a su administración por vía oral, es rápidamente
hidrolizado por los jugos gástricos a su principal metabolito: 4-metil-amino-antipirina
(MAA). Al ser absorbido, MAA se convierte en otros metabolitos; 4-formil-amino-
antipirina (FAAP) y 4-amino-antipirina (AA). Este último es acetilado a 4-acetil-amino-
antipirina (AAAP) por la enzima polimórfica N-acetyl-transferasa.

La dipirona es considerado un analgésico OTC en muchos países a pesar de que su
mecanismo de acción no se conoce completamente.

A diferencia de los anti-inflamatorios-no-esteroideos (AINEs), dipirona produce efectos
analgésicos asociados a una acción anti-inflamatoria menos potente.
En virtud de esto, se propone que el efecto anti-nociceptivo de la dipirona es mediado por
mecanismos centrales. De hecho, la dipirona tiene baja unión a proteínas plasmáticas y se
distribuye de manera homogénea y rápida a través del cuerpo y de la barrera
hematoencefálica.

Estudios recientes han demostrado que la dipirona interfiere tanto en la actividad
enzimática de prostaglandinas, isoformas COX-1 y COX-2 y en diferentes sistemas
celulares periféricos.

Algunos estudios han evidenciado una inhibición selectiva de la COX-2 (in vitro). Esto
podría explicar la razón por la cual la dipirona, a diferencia de la aspirina y otros AINEs no
se asocia con riesgo de sangrado gastrointestinal. (15)

Suecia y otros países industrializados, como Estados Unidos, retiraron el uso de dipirona
hacia la década de los setenta, debido a los casos de agranulocitosis y anemia aplásica
asociados a su uso, cuya mortalidad está cercana a 10% (16)

La incidencia de discrasias sanguíneas con la dipirona fue estimada en uno de cada 3.000
usuarios y, en 1981, The Deutsche Bundesgesundheitsamt calculó el riesgo de
agranulocitosis con dipirona en uno de cada 20.000 usuarios por año, razón por lo cual
también restringió su uso y prohibió todas sus indicaciones.

Sin embargo, en Colombia y otros países, entre los que se incluyen Alemania, Italia,
Francia, España, Suiza, Holanda y toda América Latina desde 1943, y la mayoría de los
países asiáticos y africanos, continúan la comercialización de este fármaco.

En el estudio de Hedenmalm, K. et al, publicado en el año 2002, se revisan todos los
reportes de la Swedish Adverse Drug Reactions Advisory Commitee (SADRAC) desde
1975 en los cuales se asocia el uso de dipirona con agranulocitosis y otras discrasias
sanguíneas. Ellos concluyen que el riesgo de agranulocitosis secundaria a dipirona parece
ser considerablemente más alto de lo estimado en estudios previos. Dipirona también se
asocia con otras discrasias sanguíneas y el pronóstico de la combinación de discrasias
parece ser más pobre que la agranulocitosis como condición aislada. (17) (nivel de
evidencia B)

En el artículo de revisión “Dipirona para la cefalea primaria aguda”, publicado en La
Biblioteca Cochrane Plus, en el año 2008, se pretende determinar la efectividad y la
seguridad de la dipirona para la cefalea primaria aguda.

Se hicieron búsquedas en el Registro de Ensayos del Grupo Cochrane de Dolor, Apoyo y
Curas Paliativas. Los criterios de selección fueron ensayos controlados aleatorios doble
ciego de dipirona para el alivio sintomático de la cefalea primaria aguda en adultos y niños.

Posteriormente, los autores revisaron los artículos, evaluaron la calidad los ensayos y
analizaron los resultados. Se incluyeron cuatro ensayos con un total de 636 sujetos adultos
pertenecientes a unidades de salud pública de Brasil. El ensayo más grande (n = 356)
evaluó dos dosis (0,5gr y 1gr) de dipirona oral para cefalea primaria aguda, que fueron
significativamente mejores que el placebo para el alivio del dolor. La dosis de 1gr también
fue significativamente mejor que 1gr de ácido acetilsalicílico (ASA). Los resultados fueron
estadísticamente significativos y favorecieron a la dipirona en cuanto a los resultados sin
dolor. (nivel de evidencia C)

Por otro lado, dos de los cuatro ensayos evaluaron los eventos adversos. No se informaron
eventos adversos graves y no se detectaron diferencias significativas en los eventos
adversos entre la dipirona y los comparadores (placebo y ASA). (nivel de evidencia C)

Los autores de este artículo afirman que no es posible establecer una conclusión sobre la
seguridad de la dipirona basada solamente en los ensayos incluidos. Pues, 636 pacientes
son muy pocos para evaluar los trastornos sanguíneos inducidos por la dipirona. (18)

Se recomienda que los médicos y los pacientes se deberían informar adecuadamente sobre
el riesgo de discrasias sanguíneas, en especial la agranulocitosis, relacionada con el uso de
la dipirona. Hasta el momento no se ha podido cuantificar este riesgo de forma adecuada y
hay poco consenso en la literatura sobre este tema.

El objetivo del estudio descriptivo, observacional “Detección de efectos secundarios
asociados a la administración de tramadol y dipirona en un hospital de alta complejidad”,
publicado en la revista Biomédica en el año 2009, fue describir y estimar la frecuencia de
efectos secundarios, incluida la falla terapéutica, asociados al uso de tramadol y a la
dipirona en el Hospital Universitario de La Samaritana (III nivel), Bogotá, Colombia.

Se hizo seguimiento de los efectos secundarios asociados a la dipirona y al tramadol en los
pacientes hospitalizados en los Servicios de Medicina Interna, Ortopedia y Cirugía, durante
un período de seis meses como parte de un proyecto a un año.

La información se recolectó mediante el formato para reporte al Instituto Nacional de
Vigilancia Médica y Alimentos, INVIMA. La probabilidad de causalidad se estableció
mediante el algoritmo de la Organización Mundial de la Salud.

Se detectaron 213 efectos secundarios en 171 de los 2.547 pacientes que ingresaron a los
servicios (proporción de incidencia, 8,4%). El 53,4% se clasificó como posible para la
dipirona y el 46,82% para el tramadol; el 0,62%, (16 casos) correspondió a efectos
secundarios serios. El sistema más frecuentemente afectado fue el gastrointestinal: dipirona,
27%, y tramadol, 42,9%. El costo generado por la atención de los efectos secundarios a los
medicamentos del estudio fue de US$ 14.346,53.

Ellos concluyen que el impacto negativo de los efectos secundarios de estos medicamentos,
los recursos que se emplean en su atención y la capacidad de prevenirlos, demuestran que
se requieren programas institucionales de farmacovigilancia. (nivel de evidencia B) (19)
RECOMENDACIONES DE LA GUIA



Generalidades:

      Los AINEs son considerados en dolor agudo leve a moderado debido a trauma,
       dolor postoperatorio y artritis (B).
      En dolor severo a moderado se considera AINEs junto a opioides a bajas dosis con
       el fin de disminuir los eventos adversos secundarios a los segundos (B).
      Respecto a los opioides, están indicados cuando el dolor es refractario a AINEs,
       alergia a AINEs o en el dolor intensidad moderada a severa de acuerdo a la Escala
       Visual Análoga propuesta por la OMS. Morfina es el medicamento de primera
       elección en éste grupo de medicamentos y el de segunda línea, Tramadol (B).

Opioides:

      La morfina se debe administrar IV, la dosis se debe ajustar de acuerdo a la edad y se
       debe titular de acuerdo a su efecto. Se deben vigilar signos sugestivos de sedación,
       depresión respiratoria e hipotensión. (B) ver anexo: titulación de morfina, Unidad
       de Dolor y Cuidado Paliativo. Instituto Nacional de Cancerología, Colombia.(C)
      Considerar el uso de antagonistas de dopamina, principalmente metoclopramida
       durante las primeras 24 horas de la administración de morfina, con el objetivo de
       disminuir la aparición de efectos secundarios asociados a los opioides. (C)
      Para el manejo del dolor agudo severo asociado a trauma, se recomienda el uso de
       morfina. No se recomienda el uso de tramadol, ya que la ausencia de titulación se
       puede asociar con la presentación de náuseas y vómito, aumentando la presión intra-
       craneal. (C)
      Se ha demostrado que los opioides como manejo del dolor no enmascaran los
       hallazgos clínicos ni aumenta la incidencia de errores en el diagnóstico (C).
      La Hidromorfona es un opioide que mejora el dolor en mayor proporción de sujetos
       en comparación con la morfina (B).

Dipirona:

      La dosis máxima a suministrar en un adulto es de 4 gramos al día. (C)
      El medicamento no debe ser empleado por más de una semana. (C)
      Para cefalea migrañosa, se recomienda administrar dipirona en dosis única de 0.5-
       1gr IV, en infusión lenta. (C)
      El uso intra hospitalario de dipirona requiere de programas institucionales de
       farmacovigilancia, con el objetivo de prevenir efectos secundarios. (B)
      Debe controlarse la función renal con creatinina al inicio del tratamiento y a la
       semana después de iniciado su uso. (C)
      Debe justificarse el empleo de dipirona durante un periodo superior a una semana.
       (C)
   No existen estudios sobre el uso concomitante de dipirona y AINEs. Por lo tanto, no
       se recomienda su uso. (C)

Según el tipo de dolor:

      El tratamiento de primera línea en dolor lumbar son los AINEs o acetaminofén,
       como tercera línea se consideran los opioides (C).
      En cólico renal, se recomienda la combinación de AINES intravenosos y opioides
       como manejo rápido del dolor incluyendo las naúseas y episodios eméticos (C).
      En pacientes con enfermedad cardiovascular, la AHA recomienda que se debe tener
       precaución con la prescripción de los COX-2 por riesgo a presentar mayores
       eventos cardiovasculares (B).

Dolor Neuropático:

      Los antidepresivos tricíclicos son de primera elección para el manejo del dolor en
       pacientes con pie diabético (B).
      La gabapentina y pregabalina se consideran el principal neuroepiléptico en el
       manejo de neuralgia post herpética (B).

Cefalea migrañosa:

      El uso de dexametasona IV-dosis única como terapia coadyuvante en el manejo de
       cefalea migrañosa se asocia con una reducción del 26% de la recurrencia dentro de
       las primeras 72 horas. (A)

      La administración de triptanos y fenotiazinas (bajo la supervisión del servicio de
       neurología) para el manejo de cefalea migrañosa. (A)

Fractura del cuello femoral:


      Bloqueo de nervio femoral con bupivacaína al 0.75% + morfina IV para manejo del
       dolor asociado a fractura del cuello femoral. (A)

Heridas:

      Anestésicos locales tópicos para el manejo de heridas. (A)
      El bloqueo de los nervios digitales con bupivacaína al 0.75% (A)

Dolor coronario agudo:

      La morfina es un analgésico efectivo y apropiado para el manejo del dolor coronario
       agudo. (A)
Pacientes que presentan tolerancia a los opioides:

      Se ha reportado una menor presentación de náuseas y vómito inducido por analgesia
       con opioides en pacientes con tolerancia a opioides. (C)
      La administración de ketamina mejora el alivio del dolor en pacientes con tolerancia
       a los opioides. (C)
      Los pacientes con tolerancia a los opioides presentan requerimientos
       significativamente más altos de opioides que los pacientes que no presentan
       tolerancia. Se recomienda titular la primera dosis de morfina en los pacientes con
       tolerancia a los opioides (C) ver anexo: titulación de morfina.
      La administración de ketamina puede reducir los requerimientos de opioides en los
       pacientes tolerantes a los opioides. (C)
      Los pacientes que presentan tolerancia a los opioides representan un grupo en riesgo
       para desarrollar síndrome de abstinencia si se instaura un manejo del dolor con
       medicamentos no opioides. (C)
      Se debe considerar la intervención neuroaxial con opioides en pacientes con
       tolerancia a los opioides. (C)
      Se recomienda la intervención multi-disciplinaria en el manejo del dolor del
       paciente con tolerancia a los opioides. (C)
      En los pacientes con tolerancia a los opioides se debe considerar la posibilidad de
       desarrollar hiperalgesia inducida por opioides. (C)
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      Medicine-National Health and Medical Research Council, Australian Government.
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Guia manejo del dolor agudo en urgencias

  • 1. DEPARTAMENTO DE FARMACOLOGÍA CLÍNICA Y TERAPEÚTICA GUÍA FARMACOTERAPEÚTICA PARA EL MANEJO DEL DOLOR AGUDO EN EL SERVICIO DE URGENCIAS DE LA CLÍNICA UNIVERSIDAD DE LA SABANA Elaborada por: Diana Mora Castillo, Médico Interno, XIV semestre, Universidad de la Sabana Paulina Gálvez Pineda, Residente de primer año de Farmacología Clínica Julio César García Casallas, Médico Internista y Farmacólogo Clínico INTRODUCCIÓN La Clínica Universidad de La Sabana es un Centro Académico de Salud, un escenario para la docencia, la asistencia y la investigación. Representa calidad en la atención en salud; demostrado por el trabajo bien hecho. La misión de nuestra institución es la de ser un Centro Académico de Salud de alta complejidad, dedicado a la asistencia, la formación de personas y la investigación biomédica, que busca la excelencia, la promoción de la vida y la calidez en el servicio, en el marco de la visión cristiana de la persona humana. Nuestra visión es ser reconocidos como Campus Biomédico líder en el país, con impacto en la zona de influencia y centro de referencia para trauma y rehabilitación. En virtud de esto, cabe resaltar la importancia de la elaboración de Guías Farmacoterapeúticas con el objetivo de brindar una mejor atención a nuestros pacientes. El tratamiento efectivo del dolor agudo en el servicio de urgencias es un componente fundamental de la calidad de la atención. El dolor es el principal motivo de consulta en el servicio de urgencias y muchos pacientes deciden auto-medicarse para controlar el dolor antes de ser atendidos. (Kelly & Gunn, 2008). Múltiples estudios confirman que los pacientes en los servicios de urgencias alrededor del mundo reciben un manejo del dolor sub-óptimo (Todd et al, 2007). A pesar de que el 70% de los pacientes atendidos en los servicios de urgencias calificaron su analgesia como “buena” o “muy buena”, la satisfacción del paciente no se correlaciona con lo reportado a través de la escala visual análoga para el dolor de la OMS en el momento del egreso. (Kelly et al, 2000). (1)
  • 2. En el servicio de urgencias, la analgesia debe ser sencilla de administrar, contextualizada con la clínica del paciente y de ser posible; de efecto local en lugar de técnicas sistémicas. Se deben adoptar sistemas para asegurar una adecuada valoración del dolor, una analgesia apropiada, una monitorización frecuente y una re-valoración del dolor con el objetivo de brindar analgesia adicional en caso de ser necesario. (Curtis et al, 2007) (1) La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), define el dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión tisular actual o potencial, o descrita en términos de dicha lesión (Merksey & Bogduk, 1994). Sin embargo, la inhabilidad para poder comunicar esta experiencia de manera verbal no descarta que el paciente lo pueda estar presentando y que requiera de manejo. Esto cobra relevancia en pacientes con alteración del estado de conciencia, pacientes pediátricos y en pacientes con alteraciones del lenguaje. (1) El dolor agudo se define como aquel de presentación reciente y de probable duración limitada. Por lo general, tiene una causa identificable y una relación directa con lesión o enfermedad. La lesión tisular que conlleva al dolor es el resultado de un proceso llamado nocicepción, el cual presenta 4 fases: transducción, transmisión, modulación y percepción. Con la transducción, el estímulo doloroso es convertido en una señal eléctrica en la terminación libre de los nervios, también llamados nociceptores. Los nociceptores se encuentran ampliamente distribuídos en los tejidos somáticos y viscerales. Con la transmisión, la señal eléctrica es enviada a través de las fibras nerviosas hacia el sistema nervioso central. Las fibras nerviosas incluyen aferencias sensoriales primarias, principalmente A delta y C. Estas fibras se proyectan hacia la médula espinal, ascienden por los tractos (incluyendo el tracto espinotalámico) hacia el tallo cerebral y tálamo y hacia la corteza a través del tracto tálamocortical. La modulación es un proceso que mejora o suprime la señal dolorosa y ocurre principalmente en el asta dorsal de la médula espinal (particularmente en la sustancia gelatinosa). La percepción es el paso final del proceso nociceptivo y ocurre cuando la señal dolorosa finalmente llega a la corteza cerebral. Este es un proceso integral en el cual convergen factores subjetivos y emocionales. (2) (3) PRINCIPIOS DEL MANEJO DEL DOLOR AGUDO  La individualización del paciente resulta fundamental para el manejo efectivo del dolor agudo.  El éxito del manejo del dolor agudo radica en la coordinación, el entrenamiento y el compromiso de todo el equipo de trabajo y de la educación que se le brinde al
  • 3. paciente y a sus cuidadores.  El manejo efectivo del dolor agudo depende de los protocolos formales y de las guías de manejo generadas en cada institución y de los programas de calidad para evaluar la efectividad del manejo del dolor.  La población infantil, geriátrica y gineco-obstétrica son poblaciones especiales y requieren de particular atención. Otros grupos poblacionales importantes son los pacientes con enfermedad hepática y renal, los pacientes con tolerancia a los opioides y los pacientes con farmacodependencias.  La actitud y las creencias del paciente frente al dolor agudo han demostrado ser factores modificadores en la percepción del dolor y en los requerimientos analgésicos. El apoyo y el entendimiento por parte del personal de salud podría ser una influencia positiva para la resolución del dolor agudo. OBJETIVO El objetivo de ésta guía es brindar grados de recomendación de los diferentes medicamentos utilizados en el manejo del dolor agudo en el servicio de urgencias de la Clínica Universidad de la Sabana, basándose en la evidencia hasta el momento publicada en la literatura científica. METODOLOGÍA Se realizó una búsqueda de la literatura publicada desde el año 2007 hasta la actualidad sobre el manejo del dolor agudo no abdominal en los servicios de urgencias. La búsqueda se realizó en MEDSCAPE, PUBMED, MD CONSULT y en THE COCHRANE LIBRARY. Las palabras clave utilizadas fueron “acute pain management”, “emergency room” y “emergency department”. Niveles de evidencia y grados de recomendación Niveles de Evidencia • A: Evidencia demostrada por Metanálisis, Ensayos Clínicos Aleatorizados, válidos • B: Ensayos clínicos aleatorizados con pobre validez, Estudios de cohorte, Estudios de casos y controles, series de casos o reportes de caso • C: Opinión de expertos
  • 4. Grados de Recomendación • I: Los estudios demuestran claramente el beneficio de utilizar la terapia analizada • IIa: Los estudios demuestran controversia en el beneficio de utilizar la terapia, pero la mayoría de estudios concluyen utilizar la terapia • IIb: Los estudios no demuestran de manera contundente el beneficio de utilizar la terapia, debe evaluarse el riesgo beneficio III: Los estudios demuestran claramente que la terapia no debe utilizarse MANEJO DEL DOLOR AGUDO EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS: EVIDENCIA La guía para acceso y manejo del dolor agudo realizada por el Instituto para el Manejo de Sistemas Clínicos (ICSI) en 2008, considera un nuevo algoritmo para enfocar el dolor agudo (Ver algoritmo)(4). De acuerdo a esto, en la guía se consideran tres grupos de analgésicos: Antinflamatorios no esteroides (AINEs), analgésicos opiáceos y coanalgésicos (antidepresivos). Los AINEs son considerados en dolor agudo leve a moderado debido a trauma, dolor postoperatorio y artritis. En dolor severo a moderado se consideran en conjunto AINEs y opioide a bajas dosis con el fin de disminuir los eventos adversos de los segundos. Sin embargo, se debe tener en cuenta que los pacientes con dicho tratamiento, tiene tres veces más riesgo de realizar eventos gastrointestinales serios. Respecto a los analgésicos opioides, están indicados cuando el dolor no mejora o existe alergia a los AINEs o dolor moderado a severo. Morfina es el medicamento de primera elección en éste grupo de medicamentos y como segunda opción se considera el Tramadol. Respecto a los coanalgésicos, son frecuentemente utilizados como complemento junto a los AINEs y opioides especialmente en dolor Neuropático. En éste grupo hacen parte los antidepresivos tricíclicos para el manejo del dolor en pacientes con pie diabético y los antiepilépticos como el Gabapentin en el manejo de dolor Neuropático secundario a herpes. De acuerdo a la revisión sistemática para la realización de la guía, se conservó la recomendación de la American Hearth Association (AHA) sobre tener precaución con la prescripción de COX 2 selectivos en pacientes con enfermedad cardiovascular debido al aumento de eventos cardiovasculares. Por otra parte, Los anestésicos locales como los parches de lidocaína son una opción en el manejo del dolor postherpético (4). De acuerdo a la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor quienes realizaron una guía en pacientes con dolor agudo durante el año 2010 y 2011, se consideraron categorías del dolor agudo: dolor de cuello, dolor abdominal, cefalea, dolor torácico y dolor secundario a infecciones respiratorias altas. De igual manera, plantea el uso de alguna
  • 5. herramienta que permita acceder al nivel del dolor como lo es la escala análoga del dolor para poder objetivizar el nivel y mejoría del síntoma en los pacientes de urgencias. De acuerdo al concenso, en el dolor abdominal agudo se tiene el temor del enmascaramiento de un diagnóstico quirúrgico. Sin embargo, se ha demostrado que los opioides como manejo del dolor no enmascaran los hallazgos clínicos ni aumenta la incidencia de errores en el diagnóstico. Respecto al dolor lumbar, el tratamiento de primera línea en el dolor son los antinflamatorios no esteroideos (AINEs) o acetaminofén (Paracetamol), y como tercera opción se debe considerar el uso de opioides. En cólico renal, se recomienda la combinación de AINES intravenosos y opioides como manejo rápido del dolor asociado a nauseas y emesis. En cefalea migrañosa, se consideran como primera línea los antagonistas de dopamina como la Metoclopramida para manejo de episodios eméticos y AINEs (5). De acuerdo a una revisión realizada en 2006 sobre el manejo de dolor en urgencias y publicado en Emergency Medicine Practice, el dolor agudo en urgencias se maneja mediante el uso de tres grupos farmacológicos de manera general: Antinflamatorios no esteroideos (AINEs), Analgésicos opioides y Analgésicos para dolor Neuropático (6). Para el dolor leve a severo se recomienda el uso de analgésicos vía oral y para del dolor moderado a severo, se recomiendan analgésicos intravenosos, principalmente opioides. Respecto al dolor abdominal, la morfina es de primera elección. De igual manera, se revisaron estudios comparando Ketorolac con Ibuprofeno en donde no hay evidencia de superioridad en el tratamiento del dolor. Sin embargo, el Ketorolac es de uso escaso en nuestra institución (6). El colegio americano de urgencias de Londres creó un comité en el cual elaboraron una guía sobre el manejo del dolor en adultos y la cual fue publicada en el año 2008. El tratamiento de los pacientes está dirigido de acuerdo al nivel del dolor de acuerdo a la escalera analgésica de la OMS (7): escalón IV (DOLOR GRAVE- métodos invasivos +/- REFRACTARIO) coadyuvantes opioides potentes: morfina, escalón III-DOLOR SEVERO oxicodona, hidromorfona, fentanilo, metadona, (EVA 7-10) buprenorfina +/- coadyuvantes ESCALERA ANALGESICA OMS escalón II-DOLOR MODERADO opioides dédiles: codeína, tramadol +/- coadyuvantes (EVA: 4-6) acetaminofén, AINES, escalón I-DOLOR LEVE dipirona + /- coadyuvantes (anticonvulsivantes, (EVA: 1-3) corticoesteroides, antidepresivos)
  • 6. Por otra parte, otro estudio del 2006, llamado “Pain in the emergency department: Results of the pain and emergency medicine initiative (PEMI) Multicenter study”, fue planteado como un estudio observacional, multicéntrico y prospectivo en 20 centros de salud de estados unidos y Canadá. La muestra total fue de 842 pacientes adultos con dolor agudo (8) y su objetivo principal fue analizar los analgésicos de mayor uso en los departamentos de urgencias. Los medicamentos de acuerdo al porcentaje de uso fueron: morfina (20.1%), Ibuprofeno (17.3%), Hidrocodona + Acetaminofén (12.7%), Oxicodona + Acetaminofén 11.3% y acetaminofén solo 7.2%. Todo esto, teniendo en cuenta la oligoanalgesia aplicada a los pacientes que consultaron a dichos servicios (8) Finalmente, un ensayo clínico realizado en el año 2009 y publicado en el “American College of Emergency Physicians”, se realizó con el fin de evaluar la efectividad y seguridad de la Hidromorfona en un protocolo de 1 mg (primera dosis) + 1 mg (segunda dosis) en comparación con el esquema tradicional de morfina (titulación de dosis de acuerdo a respuesta ante el dolor)(9). El estudio fue de tipo prospectivo y aleatorizado, en donde se estudió una muestra de aproximadamente 224 pacientes entre 21 a 64 años con dolor agudo en urgencias (dolor menor a 7 días de duración). Los resultados muestran una mayor proporción de población del sexo femenino e hispánicos y se concluyó que la primera dosis de hidromorfona es superior en reducir el dolor (89 sujetos), en comparación al grupo con morfina (74 pacientes), siendo estadísticamente significativo. Respecto a la seguridad de ambos esquemas, ambos fueron similares. (9)
  • 7. ALGORITMO PARA EL MANEJO DEL DOLOR EN URGENCIAS (C) De acuerdo a la clasificación del dolor el manejo instaurado debe ser (C): MEDICAMENTOS PARA EL MANEJO DEL DOLOR LEVE MEDICAMENTO DOSIS RECOMENDADA DOSIS MAXIMA Acetaminofén 500-1000mg VO cada 4-6 horas 4 gramos Dipirona 1gramo IV cada 8 horas 4 gramos Acido acetil salicílico 500-1000mg VO cada 4-6 horas 4 gramos Diclofenaco 50mg IV cada 8 horas 150mg Ibuprofeno 400-800mg VO cada 6-8 horas 2400mg Naproxeno 500mg VO dosis inicial; seguido de 1300mg 250mg cada 8 horas Meloxicam 7.5mg VO cada 12 horas 15mg
  • 8. MEDICAMENTOS PARA EL MANEJO DEL DOLOR MODERADO y SEVERO MEDICAMENTO Do. VO Do. VO Do. IV Do. IV COMENTARIOS RECOMENDADA INICIAL RECOMENDADA INICIAL Morfina 30mg 10-30mg 10mg 1-10mg Sus metabolitos pueden generar mioclonus en pacientes con falla renal. Hidromorfona 7.5mg 1-4mg 1.5mg 0.2-1mg Opioide potente. Oxicodona 20mg 5-10mg NA NA Cada 8-12horas Metadona 5mg 2.5-5mg NA NA T ½ > 24 horas. Administrar cada 6-8 horas Meperidina 300mg No se 75mg 50-100mg Estimulante del recomienda SNC. Se asocia a convulsiones en falla renal. Codeína 200mg 30-60mg 130mg - >nauseas y estreñimiento que otros opioides Tramadol - 50mg - NA Dosis máxima: 400mg día MEDICAMENTOS COADYUVANTES PARA EL MANEJO DEL DOLOR DE TIPO NEUROPÁTICO MEDICAMENTO DOSIS DOSIS TITULACIÓN EFECTO CONTRAINDICACION INICIAL MÁXIMA ADVERSO Carbamacepina 100mg 1200mg Después de 3- Convulsiones, Hipersensibilidad a los c/12hr c/día 7 días se agranulocitosis, anticonvulsivantes, falla puede fatiga, renal, falla hepática aumentar a nistagmus dosis de 200mg c/día Gabapentina 300mg 1800mg Convulsiones, Falla renal c/día fatiga, cambios en el pensamiento Parches de 3 parches 3 parches Irritación de la Hipersensibilidad a lidocaína al 5% en área de para 12 piel anestésicos de amida dolor horas en el día pregabalina 5mg c/8hr 300mg Aumentar a Exacerbación Alteración de la función o 75mg c/12hr 300mg día de falla renal, falla cardiaca c/12hr después de 7 cardiaca, días cefalea, ataxia Fenitoína 4- Ajustar con Convulsiones, hipersensibilidad 5mg/kg/día precaución ataxia
  • 9. En la tercera edición de las guías “Acute Pain Management; Scientific Evidence” del National Health and Medical Research Council de Australia, publicadas en el año 2010, se encontró que en los servicios de urgencias, los opioides son frecuentemente prescritos para el manejo del dolor agudo severo y que preferiblemente, se deben administrar por vía IV, dada la amplia variabilidad inter-individual en dosis-respuesta y su lenta absorción a través de las vías IM y SC. La dosis se debe ajustar de acuerdo a la edad y se debe titular de acuerdo a su efecto. Se deben vigilar signos sugestivos de sedación, depresión respiratoria e hipotensión. (Coman & Kelly, 1999) (nivel de evidencia B).(1) En la actualidad, no existe un consenso en cuanto al opioide IV más efectivo o en cuanto a la dosificación para el manejo del dolor agudo en el servicio de urgencias. No se reportó diferencia entre la administración en bolo de fentanil y morfina para el manejo del dolor por 30 minutos durante la atención pre hospitalaria (Galinski et al, 2005) (nivel de evidencia A). De manera similar, en la población geriátrica que asiste al servicio de urgencias no se reportaron diferencias entre la efectividad y la aparición de efectos adversos entre la administración en bolo de morfina e hidromorfona (Chang, Bijur, Baccelieri et al, 2009) (nivel de evidencia A). La administración adicional de dosis ultra bajas de naloxona a los bolos de morfina fracasó en mejorar la analgesia y en reducir la aparición de efectos adversos. (Bijur et al, 2006) (nivel de evidencia A). La titulación de altas dosis de opioides se asocia con analgesia efectiva. Un porcentaje significativo de pacientes confirmaron analgesia efectiva a los 10 minutos de la administración de morfina a una dosis de 0.1 mg/kg, seguida por una dosis de 0.05 mg/kg a los 5 minutos comparado con aquellos que recibieron la mitad de la dosis. Sin embargo, no hubo diferencias significativas a los 30 minutos. (Bounes et al, 2008) (nivel de evidencia A). En la población adulta, no geriátrica, una dosis IV en bolo de hidromorfona x 2mg provee analgesia efectiva. Sin embargo, se asocia con desaturación de oxígeno en un tercio de los pacientes. (Chang, Bijur, Napolitano et al, 2009) (nivel de evidencia B). La administración IV de opioides por bomba de infusión contínua demostró ser tan efectiva como la administración IV en bolo en el servicio de urgencias. (Evans et al, 2005) (nivel de evidencia A). En cuanto al manejo del dolor agudo severo asociado a trauma, el tramadol por vía de administración IV ha demostrado efectividad similar a morfina (Vergnion et al, 2001) (nivel de evidencia A). La administración parenteral de tramadol fue igual de efectiva que la administración parenteral de ketorolaco en pacientes con cólico renal. (Nicolas Torralba et al, 1999) (evidencia nivel A). En el contexto de dolor agudo de características somáticas (musculoesquelético), la efectividad y la aparición de efectos adversos fue similar en la administración IM de
  • 10. tramadol y de ketorolaco en combinación con acetaminofén por VO. (Lee et al, 2008) (nivel de evidencia A). Analgesia en condiciones específicas Cefalea migrañosa La mayoría de las cefaleas de tipo migrañoso son manejadas con éxito por el paciente y en el servicio de consulta externa. Sin embargo, un pequeño número de pacientes no responden de manera satisfactoria y se presentan en el servicio de urgencias. Aproximadamente el 80% de los pacientes han tratado de manejar sus síntomas con su medicación habitual (analgésicos orales y triptanos) antes de consultar al servicio de urgencias. (Larkin & Prescott, 1992; Shrestha et al, 1996). En un meta-análisis publicado en el año 2008 en la revista BMJ, se revisaron siete ensayos clínicos controlados de alta calidad donde se evaluaba la efectividad de dexametasona IV en los pacientes con cefalea migrañosa. Todos los ensayos incluyen el uso de dexametasona IV como terapia coadyuvante en el manejo de cefalea migrañosa. Se compara la administración de dosis única de dexametasona versus placebo. Se evalúa el alivio del dolor y la recurrencia de cefalea dentro de las primeras 72 horas. Dexametasona y placebo demostraron reducir el dolor agudo de manera similar (IC 95% entre 0.20 y 0.94). Sin embargo, dexametasona fue más efectiva que placebo en cuanto a la reducción de la recurrencia con un riesgo relativo de 0.74. No hubo diferencias significativas en la aparición de efectos secundarios entre el grupo que recibió dexametasona y el grupo que recibió placebo. En conclusión, el uso de dexametasona IV-dosis única como terapia coadyuvante en el manejo de cefalea migrañosa se asocia con una reducción del 26% de la recurrencia dentro de las primeras 72 horas. (nivel de evidencia A) (10) Los triptanos y fenotiazinas (proclorperazina, clorpromazina) son efectivos en el 75% de los pacientes con migraña que se presentan al servicio de urgencias. (nivel de evidencia A). Fractura del cuello femoral En los pacientes que presentaron fractura del cuello del fémur en el servicio de urgencias, el bloqueo “3 en 1” del nervio femoral con bupivacaína, combinado con morfina IV fue más efectivo que morfina IV como monoterapia. Se evidenció un efecto terapeútico más rápido (Fletcher et al, 2003) (nivel de evidencia A). El bloqueo de la fascia iliaca con mepivacaína, mejoró el dolor de manera significativa, redujo los requerimientos de morfina IV y así mismo la aparición de reacciones adversas como la sedación. (Foss et al, 2007) (nivel de evidencia A). Heridas Los anestésicos locales son frecuentemente utilizados para el tratamiento de las heridas en los servicios de urgencias. Los agentes más utilizados para las infiltraciones, dependiendo de la duración analgésica
  • 11. requerida son la lidocaína, la ropivacaína y la levobupivacaína. Se ha demostrado que es menos doloroso infiltrar el anestésico local a través de la herida que en el tejido subyacente (Bartfiel et al, 1998) (nivel de evidencia A). El bloqueo de los nervios digitales con ropivacaína al 0.75%, prolongan el efecto terapeútico de manera significativa y reducen los requerimientos de las dosis rescate hasta por 24 horas, comparado con la lidocaína al 2%. (keramidas & Rodopoulou, 2007) (nivel de evidencia A). Las preparaciones tópicas de anestésicos locales como la mezcla de adrenalina, lidocaína y ametocaína son alternativas efectivas para el manejo de laceraciones simples y reducen el dolor de manera significativa para la posterior infiltración de anestésicos locales. (Singer & Stark, 2000) (nivel de evidencia A). La lidocaína y la adrenalina tópicas aplicadas en capas y de manera secuencial sobre las heridas, reducen el dolor de manera significativa comparado con la infiltración de lidocaína al 2%. (Gaufberg et al, 2007) (nivel de evidencia A). La aplicación tópica en gel de morfina no reportó ser más efectiva que otras geles en la reducción del dolor por quemaduras en el servicio de urgencias. (Welling, 2007) (nivel de evidencia A). Dolor coronario agudo Morfina es un analgésico efectivo y apropiado para el manejo del dolor coronario agudo. (nivel de evidencia A). Nitroglicerina es un agente efectivo y apropiado para el manejo del dolor toráxico agudo de tipo isquémico. (nivel de evidencia B). El pilar principal de la analgesia en el sindrome coronario agudo es la adecuada restauración de la oxigenación miocárdica, incluyendo oxigenoterapia, nitroglicerina y beta bloqueadores. Pacientes que presentan tolerancia a los opioides Se pueden clasificar en tres grupos: 1. Pacientes con dolor crónico oncológico y no-oncológico tratados con opioides. 2. Pacientes con historia de abuso de sustancias ilegales o no. 3. Pacientes que han desarrollado tolerancia aguda a los opioides o hiperalgesia inducida por opioides, particularmente en manejo con opioides fuertes. La evidencia científica publicada con respecto al manejo de éstos pacientes es bastante limitada y las recomendaciones se basan principalmente en series de casos, reporte de casos y opinión de expertos. En general, el manejo de éstos pacientes se debe enfocar en: 1. analgesia efectiva
  • 12. 2. implementación de estrategias que ayuden a atenuar la tolerancia a los opioides. 3. Prevención de síndrome de abstinencia 4. Intervención multi-disciplinaria 5. Plan de egreso apropiado Es conocido que los requerimientos de opioides en los pacientes tolerantes son significativamente más altos si se comparan con los requerimientos de los pacientes no- tolerantes. En 1995, Rapp et al. reportaron que los pacientes con tolerancia a los opioides requieren aproximadamente 3 veces la dosis de opioides requeridas por los pacientes no tolerantes. Por otro lado, la incidencia de naúseas y vómito inducido por opioides es menor en pacientes con tolerancia a los opioides. Sin embargo, el riesgo de sedación excesiva y de depresión respiratoria es más alto en este grupo de pacientes. (Rapp et al,1995) (11) Se ha descrito que el receptor NMDA está involucrado en el desarrollo de la tolerancia a los opioides. (Chang et al, 2007). En roedores, el uso de NMDA-antagonista de ketamina ha demostrado atenuar el desarrollo de la tolerancia a los opioides. Sin embargo, no existen estudios en humanos que demuestren esto. (12) En pacientes recibiendo opioides de manera crónica, la administración de ketamina ha demostrado mejorar el alivio del dolor y reducir los requerimientos de opioides (Eilers et al, 2001). Posterior a la administración espinal de opioides en pacientes tolerantes, el uso de infusión continua de ketamina resultó en una mejoría significativa del dolor. (Urban et al, 2008). (13) (14) EL USO DE DIPIRONA (METAMIZOL) EN EL MANEJO DEL DOLOR AGUDO La dipirona (metamizol) es un analgésico introducido a la práctica clínica en 1922. Este fármaco está indicado en el manejo del dolor severo, especialmente en aquellos asociados a espasmos del músculo liso que afectan los tractos gastrointestinal, biliar y urinario. También es utilizado en el manejo del dolor oncológico, en la cefalea migrañosa y en la fiebre refractaria a otros fármacos. La dipirona es un profármaco. Posterior a su administración por vía oral, es rápidamente hidrolizado por los jugos gástricos a su principal metabolito: 4-metil-amino-antipirina (MAA). Al ser absorbido, MAA se convierte en otros metabolitos; 4-formil-amino- antipirina (FAAP) y 4-amino-antipirina (AA). Este último es acetilado a 4-acetil-amino- antipirina (AAAP) por la enzima polimórfica N-acetyl-transferasa. La dipirona es considerado un analgésico OTC en muchos países a pesar de que su mecanismo de acción no se conoce completamente. A diferencia de los anti-inflamatorios-no-esteroideos (AINEs), dipirona produce efectos analgésicos asociados a una acción anti-inflamatoria menos potente.
  • 13. En virtud de esto, se propone que el efecto anti-nociceptivo de la dipirona es mediado por mecanismos centrales. De hecho, la dipirona tiene baja unión a proteínas plasmáticas y se distribuye de manera homogénea y rápida a través del cuerpo y de la barrera hematoencefálica. Estudios recientes han demostrado que la dipirona interfiere tanto en la actividad enzimática de prostaglandinas, isoformas COX-1 y COX-2 y en diferentes sistemas celulares periféricos. Algunos estudios han evidenciado una inhibición selectiva de la COX-2 (in vitro). Esto podría explicar la razón por la cual la dipirona, a diferencia de la aspirina y otros AINEs no se asocia con riesgo de sangrado gastrointestinal. (15) Suecia y otros países industrializados, como Estados Unidos, retiraron el uso de dipirona hacia la década de los setenta, debido a los casos de agranulocitosis y anemia aplásica asociados a su uso, cuya mortalidad está cercana a 10% (16) La incidencia de discrasias sanguíneas con la dipirona fue estimada en uno de cada 3.000 usuarios y, en 1981, The Deutsche Bundesgesundheitsamt calculó el riesgo de agranulocitosis con dipirona en uno de cada 20.000 usuarios por año, razón por lo cual también restringió su uso y prohibió todas sus indicaciones. Sin embargo, en Colombia y otros países, entre los que se incluyen Alemania, Italia, Francia, España, Suiza, Holanda y toda América Latina desde 1943, y la mayoría de los países asiáticos y africanos, continúan la comercialización de este fármaco. En el estudio de Hedenmalm, K. et al, publicado en el año 2002, se revisan todos los reportes de la Swedish Adverse Drug Reactions Advisory Commitee (SADRAC) desde 1975 en los cuales se asocia el uso de dipirona con agranulocitosis y otras discrasias sanguíneas. Ellos concluyen que el riesgo de agranulocitosis secundaria a dipirona parece ser considerablemente más alto de lo estimado en estudios previos. Dipirona también se asocia con otras discrasias sanguíneas y el pronóstico de la combinación de discrasias parece ser más pobre que la agranulocitosis como condición aislada. (17) (nivel de evidencia B) En el artículo de revisión “Dipirona para la cefalea primaria aguda”, publicado en La Biblioteca Cochrane Plus, en el año 2008, se pretende determinar la efectividad y la seguridad de la dipirona para la cefalea primaria aguda. Se hicieron búsquedas en el Registro de Ensayos del Grupo Cochrane de Dolor, Apoyo y Curas Paliativas. Los criterios de selección fueron ensayos controlados aleatorios doble ciego de dipirona para el alivio sintomático de la cefalea primaria aguda en adultos y niños. Posteriormente, los autores revisaron los artículos, evaluaron la calidad los ensayos y analizaron los resultados. Se incluyeron cuatro ensayos con un total de 636 sujetos adultos pertenecientes a unidades de salud pública de Brasil. El ensayo más grande (n = 356) evaluó dos dosis (0,5gr y 1gr) de dipirona oral para cefalea primaria aguda, que fueron
  • 14. significativamente mejores que el placebo para el alivio del dolor. La dosis de 1gr también fue significativamente mejor que 1gr de ácido acetilsalicílico (ASA). Los resultados fueron estadísticamente significativos y favorecieron a la dipirona en cuanto a los resultados sin dolor. (nivel de evidencia C) Por otro lado, dos de los cuatro ensayos evaluaron los eventos adversos. No se informaron eventos adversos graves y no se detectaron diferencias significativas en los eventos adversos entre la dipirona y los comparadores (placebo y ASA). (nivel de evidencia C) Los autores de este artículo afirman que no es posible establecer una conclusión sobre la seguridad de la dipirona basada solamente en los ensayos incluidos. Pues, 636 pacientes son muy pocos para evaluar los trastornos sanguíneos inducidos por la dipirona. (18) Se recomienda que los médicos y los pacientes se deberían informar adecuadamente sobre el riesgo de discrasias sanguíneas, en especial la agranulocitosis, relacionada con el uso de la dipirona. Hasta el momento no se ha podido cuantificar este riesgo de forma adecuada y hay poco consenso en la literatura sobre este tema. El objetivo del estudio descriptivo, observacional “Detección de efectos secundarios asociados a la administración de tramadol y dipirona en un hospital de alta complejidad”, publicado en la revista Biomédica en el año 2009, fue describir y estimar la frecuencia de efectos secundarios, incluida la falla terapéutica, asociados al uso de tramadol y a la dipirona en el Hospital Universitario de La Samaritana (III nivel), Bogotá, Colombia. Se hizo seguimiento de los efectos secundarios asociados a la dipirona y al tramadol en los pacientes hospitalizados en los Servicios de Medicina Interna, Ortopedia y Cirugía, durante un período de seis meses como parte de un proyecto a un año. La información se recolectó mediante el formato para reporte al Instituto Nacional de Vigilancia Médica y Alimentos, INVIMA. La probabilidad de causalidad se estableció mediante el algoritmo de la Organización Mundial de la Salud. Se detectaron 213 efectos secundarios en 171 de los 2.547 pacientes que ingresaron a los servicios (proporción de incidencia, 8,4%). El 53,4% se clasificó como posible para la dipirona y el 46,82% para el tramadol; el 0,62%, (16 casos) correspondió a efectos secundarios serios. El sistema más frecuentemente afectado fue el gastrointestinal: dipirona, 27%, y tramadol, 42,9%. El costo generado por la atención de los efectos secundarios a los medicamentos del estudio fue de US$ 14.346,53. Ellos concluyen que el impacto negativo de los efectos secundarios de estos medicamentos, los recursos que se emplean en su atención y la capacidad de prevenirlos, demuestran que se requieren programas institucionales de farmacovigilancia. (nivel de evidencia B) (19)
  • 15. RECOMENDACIONES DE LA GUIA Generalidades:  Los AINEs son considerados en dolor agudo leve a moderado debido a trauma, dolor postoperatorio y artritis (B).  En dolor severo a moderado se considera AINEs junto a opioides a bajas dosis con el fin de disminuir los eventos adversos secundarios a los segundos (B).  Respecto a los opioides, están indicados cuando el dolor es refractario a AINEs, alergia a AINEs o en el dolor intensidad moderada a severa de acuerdo a la Escala Visual Análoga propuesta por la OMS. Morfina es el medicamento de primera elección en éste grupo de medicamentos y el de segunda línea, Tramadol (B). Opioides:  La morfina se debe administrar IV, la dosis se debe ajustar de acuerdo a la edad y se debe titular de acuerdo a su efecto. Se deben vigilar signos sugestivos de sedación, depresión respiratoria e hipotensión. (B) ver anexo: titulación de morfina, Unidad de Dolor y Cuidado Paliativo. Instituto Nacional de Cancerología, Colombia.(C)  Considerar el uso de antagonistas de dopamina, principalmente metoclopramida durante las primeras 24 horas de la administración de morfina, con el objetivo de disminuir la aparición de efectos secundarios asociados a los opioides. (C)  Para el manejo del dolor agudo severo asociado a trauma, se recomienda el uso de morfina. No se recomienda el uso de tramadol, ya que la ausencia de titulación se puede asociar con la presentación de náuseas y vómito, aumentando la presión intra- craneal. (C)  Se ha demostrado que los opioides como manejo del dolor no enmascaran los hallazgos clínicos ni aumenta la incidencia de errores en el diagnóstico (C).  La Hidromorfona es un opioide que mejora el dolor en mayor proporción de sujetos en comparación con la morfina (B). Dipirona:  La dosis máxima a suministrar en un adulto es de 4 gramos al día. (C)  El medicamento no debe ser empleado por más de una semana. (C)  Para cefalea migrañosa, se recomienda administrar dipirona en dosis única de 0.5- 1gr IV, en infusión lenta. (C)  El uso intra hospitalario de dipirona requiere de programas institucionales de farmacovigilancia, con el objetivo de prevenir efectos secundarios. (B)  Debe controlarse la función renal con creatinina al inicio del tratamiento y a la semana después de iniciado su uso. (C)  Debe justificarse el empleo de dipirona durante un periodo superior a una semana. (C)
  • 16. No existen estudios sobre el uso concomitante de dipirona y AINEs. Por lo tanto, no se recomienda su uso. (C) Según el tipo de dolor:  El tratamiento de primera línea en dolor lumbar son los AINEs o acetaminofén, como tercera línea se consideran los opioides (C).  En cólico renal, se recomienda la combinación de AINES intravenosos y opioides como manejo rápido del dolor incluyendo las naúseas y episodios eméticos (C).  En pacientes con enfermedad cardiovascular, la AHA recomienda que se debe tener precaución con la prescripción de los COX-2 por riesgo a presentar mayores eventos cardiovasculares (B). Dolor Neuropático:  Los antidepresivos tricíclicos son de primera elección para el manejo del dolor en pacientes con pie diabético (B).  La gabapentina y pregabalina se consideran el principal neuroepiléptico en el manejo de neuralgia post herpética (B). Cefalea migrañosa:  El uso de dexametasona IV-dosis única como terapia coadyuvante en el manejo de cefalea migrañosa se asocia con una reducción del 26% de la recurrencia dentro de las primeras 72 horas. (A)  La administración de triptanos y fenotiazinas (bajo la supervisión del servicio de neurología) para el manejo de cefalea migrañosa. (A) Fractura del cuello femoral:  Bloqueo de nervio femoral con bupivacaína al 0.75% + morfina IV para manejo del dolor asociado a fractura del cuello femoral. (A) Heridas:  Anestésicos locales tópicos para el manejo de heridas. (A)  El bloqueo de los nervios digitales con bupivacaína al 0.75% (A) Dolor coronario agudo:  La morfina es un analgésico efectivo y apropiado para el manejo del dolor coronario agudo. (A)
  • 17. Pacientes que presentan tolerancia a los opioides:  Se ha reportado una menor presentación de náuseas y vómito inducido por analgesia con opioides en pacientes con tolerancia a opioides. (C)  La administración de ketamina mejora el alivio del dolor en pacientes con tolerancia a los opioides. (C)  Los pacientes con tolerancia a los opioides presentan requerimientos significativamente más altos de opioides que los pacientes que no presentan tolerancia. Se recomienda titular la primera dosis de morfina en los pacientes con tolerancia a los opioides (C) ver anexo: titulación de morfina.  La administración de ketamina puede reducir los requerimientos de opioides en los pacientes tolerantes a los opioides. (C)  Los pacientes que presentan tolerancia a los opioides representan un grupo en riesgo para desarrollar síndrome de abstinencia si se instaura un manejo del dolor con medicamentos no opioides. (C)  Se debe considerar la intervención neuroaxial con opioides en pacientes con tolerancia a los opioides. (C)  Se recomienda la intervención multi-disciplinaria en el manejo del dolor del paciente con tolerancia a los opioides. (C)  En los pacientes con tolerancia a los opioides se debe considerar la posibilidad de desarrollar hiperalgesia inducida por opioides. (C)
  • 18. REFERENCIAS 1. ACUTE PAIN MANAGEMENT: SCIENTIFIC EVIDENCE, Third Edition. Australian and New Zealand College of Anaesthetists and Faculty of Pain Medicine-National Health and Medical Research Council, Australian Government. 2010 2. Marchand, S. The physiology of pain mechanisms: from the periphery to the brain. Rheum Dis Clin North Am - 01-MAY-2008; 34(2): 285-309 3. Fink, W Jr. The Pathophysiology of Acute Pain. Emerg Med Clin N Am 23 (2005) 277–28 4. Institute for Clinical systems improvement. Health care guideline: Assessment and management of acute pain. Sixth Edition, March 2008. 5. International association for the study of pain. Principles of Emergency Department Pain Management for patients with acutely painful Medical Conditions. Global Year Against Acute Pain October 2010-october 2011. 6. Liesl A. Curtis, MD, FACEP, Todd D. Morrell, MD, Steven A. Godwin, MD, FACEP, Knox H. Todd, MD, MPH. Pain Management in the Emergency Department. Emergency Medicine Practice. July 2006. 7. The College of Emergency Medicine. Clinical effectiveness committee. Guideline for the management of pain in adults. Incorporated by Royal Charter, 2008. www.collemergencymed.ac.uk. 8. Knox H. Todd, Ducharme james, Choiniere Manon, S. Crandall Cameron, E. Fosnocht David, Homel Peter, Tanabe Paula. pain in the emergency department: Results of the pain and emergency medicine initiative (PEMI) Multicenter study. The journal of pain, Vol 8, No 6, 2007. Elsevier. 9. Colman, Ian. et al. Parenteral dexamethasone for acute severe migraine headache: meta-analysis of randomised controlles trials for preventing recurrence. doi:10.1136/bmj.39566.806725.BE 10. Rapp SE, Wild LM, Egan KJ et al (1994) Acute pain management of the chronic pain patient on opiates: a survey of caregivers at University of Washington Medical Center. Clin J Pain 10(2): 133–8. 11. Chang G, Chen L & Mao J (2007) Opioid tolerance and hyperalgesia. Med Clin North Am 91(2): 199–211. 12. Eilers H, Philip LA, Bickler PE et al (2001) The reversal of fentanyl-induced tolerance by administration of “small-dose” ketamine. Anesth Analg 93(1): 213–4. 13. Urban MK, Ya Deau JT, Wukovits B et al (2008) Ketamine as an adjunct to postoperative pain management in opioid tolerant patients after spinal fusions: a prospective randomized trial. HSS J 4(1): 62–5
  • 19. 14. Andrew K. Chang, MD, MS, Polly E. Bijur, PhD, Michelle Davitt, MD, E. John Gallagher, MD. Randomized Clinical Trial Comparing a Patient-Driven Titration Protocol of Intravenous Hydromorphone With Traditional Physician-Driven Management of Emergency Department Patients With Acute Severe Pain. From the Department of Emergency Medicine, Albert Einstein College of Medicine, Montefiore. Medical Center, Bronx, NY. Annals of Emergency Medicine. Volume 54 N° 4, October 2009. 15. Hinz, B et al. Dipyrone elicits substantial inhibition of peripheral cyclooxygenases in humans: new insights into the pharmacology of an old analgesic. FASEB J. 21, 2343–2351 (2007) 16. Hamerschlak N, Cavalcanti A. Neutropenia, agranulocytosis and dipyrone. Sao Paulo Med J. 2005;123:247-9. 17. Hedenmalm, K. et al, Agranulocytosis and other blood dyscrasias associated with dipyrone (metamizole) Eur J Clin Pharmacol (2002) 58: 265–274 18. Ramacciotti AS, Soares BGO, Atallah AN. Dipirona para la cefalea primaria aguda (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2008 Número 2. 18 de febrero de 2007 19. Montoya G, Vaca C, et al. Detección de efectos secundarios asociados a la administración de tramadol y dipirona en un hospital de alta complejidad. Biomédica 2009; 29:369-81 20. Décimo boletín de Farmacovigilancia: Señales e identificación de riesgos. ISSN/año 2/octubre-noviembre 2005. 21. Bentur Y, Cohen O. Dipyrone Overdose. Journal of Toxicology-Clinical Toxicology. Vol. 42, No. 3, pp. 261-265. 2004.