1. VOTAR POR EL MENOS MALO
Nuestra democracia se ha caracterizado por ser eminentemente electoral,
reduciéndose la participación de la sociedad al proceso de elección de los
administradores de los diferentes estamentos de gobierno. El proceso electoral para
elegir a los gobiernos locales está entrando en una etapa donde se tienen que definir
los nombres de las personas que aspiran a integrar estos niveles de la administración
pública; este proceso de elegir los “mejores cuadros” por parte de los partidos
políticos para presentar como carta de presentación de sus aspiraciones, demuestra lo
débil de la democracia ecuatoriana que obnubilan con estos procesos a la sociedad que
se queda “mirando los árboles y no ve el bosque”.
Las agrupaciones políticas (llámense movimientos, agrupaciones, partidos, etc.) son los
directamente responsables de que la democracia se reduzca a procesos electorales,
desde que el país se encuentra en régimen democrático (1980), hasta la presente las
diferentes constituciones y ley de elecciones que han transcurrido, han pretendido
establecer modalidades que "obliguen" a los candidatos a presentar propuestas de
gobierno, promesas que por lo general quedan en buenas intenciones escritas en un
documento que es requisito para poder participar en la lid electoral, pero que no
existe sistema de control que logre hacer que se cumpla con lo ofrecido, a pesar que la
ley establece modelos de rendición de cuentas en espacios de participación ciudadana
donde la ciudadanía no se le permite participar, y en procesos de revocatoria cada vez
mas engorrosos que despechan incluso a los enemigos mas acérrimos del político
cuestionado, modelos de control que permiten la impunidad y privilegiala corrupción.
Las agrupaciones electoreras se encuentran apresuradamente buscando sus "mejores
cuadros" con las mejores ideas que les permita deslumbrar a los electores, ninguna
agrupación ha propuesto una planificación para conseguir un bienestar de la sociedad
donde se refleje las políticas publicas y programas que permitan mantener en el
tiempo las condiciones de bienestar, planificación que debe contener la filosofía
política de la propuesta, para que el electorado asuma su corresponsalía en las
acciones de gobierno y no solo se lamente de los fracasos utilizando el síndrome de la
"culpa ajena".
Exijamos propuestas para conseguir el bienestar de la sociedad en toda su dimensión,
y no "sueños de perro" que no se cumplen y que sirve para engatusar a los votantes,
que las agrupaciones políticas sean coherentes con las propuestas y no solo presenten
"figuretis" que les permitan no perder su reducido espacio político donde han
conseguido el bienestar personal.