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Ecuaciones Diferenciales Ordinarias
[Notas de Clase]
Luis Enrique Carrillo Diaz
Ciclo 2013-I
Luis Enrique Carrillo D´ıaz
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias
UNMSM
´Indice general
1. Introducci´on 1
1.1. Aspectos hist´oricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.2. Resultados b´asicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
2. M´etodo de Picard 13
2.1. Aproximaciones sucesivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
2.2. Existencia y unicidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
3. Existencia de soluciones 23
3.1. M´etodo de Cauchy-Euler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
4. Unicidad de soluciones 35
4.1. Teoremas de unicidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
5. Inecuaciones diferenciales 45
5.1. Resultados b´asicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
5.2. Soluciones maximales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
6. Dependencia continua 53
7. Sistemas de ecuaciones diferenciales 61
7.1. Sistemas lineales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
7.2. Independencia lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
8. Teor´ıa cualitativa de ecuaciones diferenciales ordinarias 73
8.1. Sistemas aut´onomos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
8.1.1. Primer caso: λ1, λ2 ∈ R; λ1 = λ2; con igual signo . . . . 81
8.1.2. λ1 y λ2 son reales y de signos opuestos. . . . . . . . . . . 83
8.1.3. λ1 = λ2 = λ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
8.1.4. λ1, λ2 son complejos conjugados . . . . . . . . . . . . . . 85
8.2. C´omo dibujar un mapa de fases . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
9. Nociones de estabilidad 99
Alumnos con Pr´actica N◦ 1
1. Abad Rojas, Bruce Anderson
2. Arakawa Yagi, Patricia
3. Bartolo Auccatoma, Richard
4. Ch´avez Lago, Victor Rolando
5. Huayhuas Chipana, Fidel Eduardo
6. Medrano Carrasco, Aracelli Alejandra
7. Mendoza Llanca, Nilton Anibal
8. Ramirez Galindo, Jhonny
9. Ramos Castillo, Ricardo Jes´us [Felici-
taciones por su Pr´actica N◦
1]
10. Rayo Acu˜na, Carla Patricia
11. Rodriguez Valerio, Piere Alexander
[Felicitaciones por su excelente Pr´acti-
ca N◦
1]
12. Rojas Mendoza, Erik Antonio [Felici-
taciones por su Pr´actica N◦
1]
13. Torres Castillo, Victor Antonio
14. Vargas Orme˜no, Mariana Milagros
15. Yepez Veli, Miguel Angel
Prefacio
Las ecuaciones algebraicas tienen soluciones num´ericas; sin embargo las
ecuaciones algebraicas no son las ´unicas que nos permiten describir una serie
de fen´omenos del mundo real, los cuales son modelados por otros tipos de
ecuaciones, como las ecuaciones diferenciales, cuyas soluciones son funciones.
As´ı por ejemplo, en el contexto de la mec´anica cl´asica, el movimiento de una
part´ıcula que se desplaza en l´ınea recta con velocidad constante de 3 cm/s
est´a gobernado por la ecuaci´on
e′
− 3 = 0 (1)
donde e = e(t) representa el espacio recorrido en el tiempo t en segundos; ′
≡
d
dt
A estas ecuaciones que describen fen´omenos del mundo real, en la terminolog´ıa
moderna se las denomina modelos matem´aticos. Vemos que la ecuaci´on (1) es
satisfecha por la funci´on lineal e = 3t, ya que e′
= 3, es decir e′
− 3 = 0. En
otras palabras estamos observando que la soluci´on de este sistema mec´anico
est´a dada por la funci´on e = 3t cuya gr´afica se muestra a continuaci´on
1
3
e = 3t
Sin embargo basta una simple observaci´on para darse cuenta que esta funci´on
no es la ´unica que satisface la ecuaci´on (1), ya que tambi´en satisfacen tal
ecuaci´on las funciones e = 3t + 1, e = 3t + 3, y en general e = 3t + k, donde k
es una constante arbitraria; con lo cual de paso se verifica que existe
una cantidad infinita de soluciones para la ecuaci´on (1); este conjunto infinito
de soluciones es la familia de rectas con pendiente igual a 3. A este haz de
rectas lo llamaremos a grosso modo una soluci´on general de la ecuaci´on (1).
En el gr´afico que mostramos a continujaci´on aparece esta familia de rectas.
1
3
e = 3t
e = 3t + 1
e = 3t + k
Pero quiz´as alg´un lector que por primera vez lee estos temas est´e pensando
que s´olo las familias de rectas son soluciones de las ecuaciones diferenciales;
pero felizmente no es tan limitado este tema, ya que al preguntarnos cu´al es la
funci´on cuya derivada reproduce la misma funci´on, inmediatamente surge en
nuestra mente la funci´on u(t) = et
, pues en efecto u′
(t) = et
o equivalentemente
u′
(t) − u(t) = 0 (2)
es decir esta ecuaci´on diferencial tiene por soluci´on la funci´on exponencial real
u(t) = et
, y de manera an´aloga al caso anterior se tiene que tambi´en son
soluciones las funciones u(t) = et
+ k donde k es una constante arbitraria.
Otro hecho que le da mucho inter´es a este tema es que no siempre las
ecuaciones diferenciales tienen soluciones tan evidentes como las de que hemos
mostrado, y por regla general son m´as complicadas y sus soluciones no son tan
inmediatas; asi la ecuaci´on diferencial
u′′
(t) + 2u′
(t) + 2u(t) = 0 (3)
que involucra la funci´on inc´ognita u(t) as´ı como la primera y segunda deri-
vadas de esta funci´on, tiene a las funciones e−t
cos t ; e−t
sen t as´ı como a sus
combinaciones lineales, es decir a Ae−t
cos t + Be−t
sen t con A y B constantes
arbitrarias, como sus soluciones. Obviamente que en este caso las soluciones
no son evidentes.
Cuando se estudian las Ecuaciones Diferenciales a un nivel introductorio
se podria decir que estudiamos las Ecuaciones Diferenciales para desarrollar
m´etodos con la finalidad inmediata de encontrar soluciones de las mismas. Sin
embargo la necesidad de hacer un estudio sistem´atico sobre los aspectos cua-
litativos y cuantitativos de los sistemas dados por ecuaciones diferenciales se
acrecienta dia a d´ıa; as´ı en el contexto actual de vertiginoso desarrollo cient´ıfi-
co y tecnol´ogico, el estudio de las ecuaciones diferenciales ha adquirido una
inusitada importancia. Una de las razones de esta moda es que las ecuaciones
diferenciales se originan de modo natural como modelos de diversas ´areas de
las ciencias, econom´ıa, ingenier´ıa, biolog´ıa, y muchas otras ramas del conoci-
miento humano, es decir las ecuaciones diferenciales se han constitu´ıdo en una
poderosa herramienta para modelar diversos sistemas del mundo real, sobre
todo de aquellos sistemas llamados de evoluci´on, es decir de aquellos que des-
criben cambios en funci´on del tiempo.
En los ejemplos que hemos visto observamos que existen una infinidad
de soluciones para una determinada ecuaci´on diferencial, sin embargo en los
sistemas que modelan fen´omenos del mundo real esto no ocurre, y en tales
casos el inter´es se focaliza en obtener de esa infinitud de soluciones una ´unica
soluci´on que satisfaga determinadas condiciones, (unicidad de soluciones), que
es lo que constituye un Problema de Valor Inicial (PVI) o de Problema Cauchy.
En palabras simples, si consideramos a los elementos de la soluci´on general
como trayectorias, lo dicho significa, en t´erminos geom´etricos, que en muchas
oportunidades es muy importante conocer la trayectoria espec´ıfica de la curva
soluci´on que pasa por el punto (t0, u0) donde u0 es el estado del sistema en el
tiempo t0; esta situaci´on est´a ilustrada en la siguiente figura
En una gran variedad de problemas de aplicaci´on nos encontraremos con
expresiones de la forma
u′
= f(t, u) (4)
donde u = u(t) donde t es la variable que representa al tiempo. Pero, as´ı como
vimos que la ecuaci´on (1) representa la pendiente de la recta, en forma an´aloga
cabe preguntarse que es lo que significa geom´etricamente la ecuaci´on (4).
Se observa que en cada punto (t, u) del plano tu, f(t, u) representa la pendiente
u′
de la curva soluci´on u = u(t) que pasa por el punto (t, u), ya que
u′
(t) = f(t, u(t))
Este hecho nos sugiere la forma de construir curvas aproximadas a la cur-
va soluci´on de una ecuaci´on diferencial; as´ı a trav´es de cada punto (t, u) de
una regi´on rectangular del plano tu, trazamos un peque˜no segmento de recta
de pendiente f(t, u(t)), la colecci´on de todas estas mini tangentes es lo que
constituye un campo de direcciones que permiten aproximar gr´aficamente una
curva soluci´on. Obviamente que ir aproximando directamente la curva usando
el campo de direcciones resulta altamente laborioso y de una gran demanda
de tiempo, pero afortunadamente existen programas que permiten efectuar tal
aproximaci´on en forma muy r´apida y con m´argenes de error muy peque˜nos.
En el siguiente gr´afico1
mostramos un campo de direcciones y varias curvas
soluci´on de la ecuaci´on (4) que han sido ajustadas al campo de direcciones.
Se debe observar directamente que un problema de ecuaciones diferencia-
les es opuesto a un problema de c´alculo diferencial, ya que en el problema de
c´alculo se conoce la curva soluci´on y lo que se busca es encontrar la pendiente
a dicha curva, en cambio en el problema de ecuacion diferencial conocemos la
pendiente y buscamos encontrar las curvas que tengan dicha pendiente.
En el contenido de estas Notas de Clases, tambi´en incluimos las ecuaciones
aut´onomas2
u′
= f(u) cuya simplicidad se manifiesta en su campo de pendien-
tes, el cual resulta independiente del tiempo t, y sobre cada recta horizontal
del plano tu, donde u tiene el mismo valor, el campo de pendientes es el mismo.
As´ı por ejemplo la ecuaci´on diferencial
u′
= 3u(5 − u)
1
Este gr´afico aparece en Logan [7]
2
Ecuaciones aut´onomas: ecuaciones que no dependen del tiempo en el segundo miem-
bro
es aut´onoma, y a lo largo de la recta u = 2 el campo pendiente tiene valor 18,
lo cual significa que las curvas soluci´on cortan la recta u = 2 con una pendiente
relativamente pronunciada igual a u′
= 18
Finalizo este prefacio haciendo una observaci´on: Estas Notas de Clase se
hacen a modo de un resumen compilatorio, tomando como base para el desa-
rrollo de la estructura did´actica, algunos textos de la bibliograf´ıa; no es mi
pretensi´on ser el autor primigenio de lo que figura en estos apuntes de clase.
Es muy probable que este material sea utilizado por el suscrito, en un futuro
mediato, como base para un Texto de Ecuaciones Diferenciales Ordinarias, cu-
yo aporte principal quiz´as sea la presentaci´on de un enfoque especial, basado en
los requerimientos del Curso de EDO de la Facultad de Ciencias Matem´aticas
de la Universidad de San Marcos. Agradezco a los alumnos y colegas que est´an
haciendo correcciones y cr´ıticas, contribuyendo con ello a minimizar los errores
que de seguro existen, as´ı como a mejorar la presentaci´on y el contenido.
Dr. Luis Carrillo D´ıaz
Cap´ıtulo 1
Introducci´on
En ciencias, ingenier´ıa, econom´ıa y en muchas otras ´areas que poseen un
componente cuantitativo existe un inter´es muy fuerte en describir la forma
como evolucionan los sistemas, es decir en describir la din´amica de tales sis-
temas. En el caso unidimensional el estado de un sistema en cualquier tiem-
po t es denotado por una funci´on, la cual es frecuentemente denotada por
u = u(t). Pensemos en la variable dependiente u como el estado de un sistema
que est´a variando con el tiempo t, el cual es la variable independiente. Por
tanto conocer u es equivalente a conocer el estado de un sistema en el tiempo
t. Por ejemplo si u(t) representara la poblaci´on de una especie animal en un
ecosistema, la concentraci´on de una sustancia qu´ımica en la sangre o el n´ume-
ro de individuos infectados en una epidemia de gripe, el conocimiento de u(t)
nos dir´ıa exactamente la forma en que cambia el estado de tal sistema con el
transcurrir del tiempo. La siguiente figura muestra una serie de tiempo de una
funci´on de estado gen´erica.
u = u(t)
t
u
tiempo
estado
Serie de tiempo de una función de estado genérica u = u(t) para un sistema
Una manera de obtener el estado u(t) para un sistema dado es tomar medi-
ciones en diferentes momentos y ajustar los datos para obtener una f´ormula
manejable para u(t). Se podr´ıa tambi´en leer dichos datos o mediciones de un
1
2 Luis Carrillo D´ıaz
osciloscopio o de alg´un otro indicador, obteniendo por ajuste de datos muchas
curvas; sin embargo dichas curvas s´olo nos pueden indicar el comportamien-
to de dicho sistema en el tiempo, pero no nos indican el porqu´e un sistema
se comporta de la manera en que lo estamos observando. En resumen lo que
tratamos de encontrar son modelos explicativos que permitan comprender el
comportamiento de la soluci´on buscada.
1.1. Aspectos hist´oricos
Por lo general se piensa que el c´alculo cl´asico apareci´o con Newton y Leib-
nitz, sin embargo es conocido hist´oricamente que uno de los principales pro-
blemas que mantuvo ocupados a los cient´ıficos de anta˜no fue el movimiento de
los planetas; as´ı la predicci´on del momento exacto en que ocurrir´ıa un eclipse
lunar era motivo de prestigio y oportunidad para que los astr´onomos de la ´epo-
ca puedan mostrar sus habilidades. El antecedente m´as lejano lo encontramos
en Bhaskara II (486 d.c), quien concibi´o la diferenciaci´on de la funci´on sen t,
y adem´as tom´o conocimento indirectamente de que una variable alcanzaba su
valor m´aximo en el punto donde la diferencial se anula. Con tales antecedentes
es natural imaginar que las ra´ıces del Teorema del valor medio tambi´en fueran
conocidas por ´el. Posteriormente Madhava (1340-1429 d.c) desarroll´o el paso
al l´ımite infinito, el cu´al es el n´ucleo del an´alisis moderno cl´asico. Por lo tanto,
es probable que el inicio del c´alculo diferencial se remonte a por lo menos 12
centurias antes del espectacular descubrimiento de Newton-Leibnitz.
1.2. Resultados b´asicos
Cada vez que se plantea resolver una ecuaci´on diferencial, por lo general se
supone que existe la soluci´on a dicha ecuaci´on; sin embargo la teor´ıa de exis-
tencia y unicidad de soluciones es muy compleja y delicada. En la actualidad
se ha incrementado el estudio de la no existencia de soluciones o del Blow-up
o explosi´on de las mismas, ya que una gran cantidad de modelos matem´aticos
tienen soluciones cuyo comportamiento tiene que ver con tales conceptos.
A lo largo del desarrollo de nuestro Curso estaremos interesados tanto en la
existencia de soluciones, es decir en probar que los sistemas involucrados po-
sean al menos una soluci´on; as´ı como que bajo determinadas circunstancias la
soluci´on resulte ´unica. En resumen daremos respuesta concreta al problema de
existencia y unicidad de soluciones para el problema de valor inicial (PVI)
y′
= f(x, y)
y(x0) = y0
(1.1)
donde f(x, y) es considerada una funci´on continua sobre un dominio D (es
decir D un abierto y conexo del plano xy) que contiene a (x0, y0)
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 3
Definici´on 1.1. [Concepto de soluci´on] Una soluci´on del PVI (1.1)
en un intervalo J que contiene a x0 es una funci´on y(x) que satisface
i) y′
(x) existe para todo x ∈ J
ii) Para todo x ∈ J el punto (x, y(x)) ∈ D
iii) y′
(x) = f(x, y(x)) para todo x ∈ J
iv) y(x0) = y0
Si la soluci´on es v´alida en un intervalo I J entonces se dice que la solu-
ci´on es local, y si es v´alida en todo J se dice que la soluci´on es global.
Se probar´a m´as adelante que para garantizar la existencia de al menos una
soluci´on (local) del PVI (1.1) es suficiente que la funci´on f(x, y) sea continua
en una vecindad suficientemente peque˜na del punto (x0, y0).
Observaci´on 1.2. Cuando en el PVI (1.1) la funci´on f(x, y) no es cont´ınua
en el dominio D que contiene a (x0, y0), la naturaleza de las soluciones es
impredecible; as´ı puede ocurrir que el PVI no tenga soluci´on o que existan
infinitas soluciones.
Ilustraremos acerca de la naturaleza de algunas soluciones del PVI (1.1).
Ejemplo 1.3. Para la ecuaci´on diferencial
y′
= y2
(1.2)
se tiene que cualquier soluci´on no nula es de la forma
y(x) = −[x + c]−1
con c ∈ R; adem´as y(x) = 0 para todo x ∈ R tambi´en es soluci´on. Observamos
que a pesar de que f(x, y) = y2
es una funci´on continua en R2
no existen
soluciones globales no nulas; pu´es las soluciones no nulas existen para x = c
con c ∈ R, como se ve en la gr´afica que aparece a continuaci´on.
X
Y
x = c
c <0
X
Y
x = c
c >0
4 Luis Carrillo D´ıaz
Tambi´en observamos que por cada punto (0, y0) pasa una ´unica soluci´on
de y′
= y2
. Adem´as f(x, y) = y2
satisface |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ L|y1 − y2| en
R2
.(localmente)(!Probarlo!).
Ejemplo 1.4. Sea f : R2
→ R una funci´on definida por f(t, x) = 3x2/3
. Para
el problema de valor inicial
x′
= f(t, x), x(0) = x0, x0 ∈ R (1.3)
integrando la ecuaci´on diferencial se tiene que su soluci´on general es dada por
x(t) = (t + c)3
, donde c es una constante. Esto nos indica que por cada punto
(0, x0) pasan infinitas curvas que son las gr´aficas de las soluciones del PVI (1.3).
Cuando x0 = 0, la funci´on
ϕ(t) =



(t − b)3
, t > b
0 , a ≤ t ≤ b
(t − a)3
, t < a
con a, b ∈ R, es soluci´on de x′
= 3x2/3
; x(0) = 0 para a ≤ 0 ≤ b, como se
muestra en el gr´afico siguiente
Para x0 > 0, la funci´on ψ(t) definida como
ψ(t) =



(t + (x0)1/3
)3
, t ≥ −(x0)1/3
0 , a ≤ t < −(x0)1/3
(t − a)3
, t < a
es soluci´on del PVI x′
= 3x2/3
, x(0) = x0, con x0 > 0, como se muestra en
la siguiente figura
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 5
Ejercicio. Discutir el caso x0 < 0.
Observar que en este caso si existe soluci´on global, es decir existe soluci´on
en todo el intervalo real R, pero no existe unicidad globalmente. Sin embargo
dependiendo de la posici´on de x0 puede existir unicidad; as´ı observando los
gr´aficos vemos que si x0 = 0 entonces existe una vecindad de t0 = 0 tal que
por el punto (0, x0) pasa una ´unica soluci´on de x′
= 3x2/3
, pero si x0 = 0 por
m´as peque˜na que se considere la vencidad de t0 = 0 siempre por (0, 0) pasar´an
infinitas soluciones del PVI: x′
= 3x2/3
; x(0) = x0.
A continuaci´on daremos algunos resultados que ser´an usados para probar
la existencia y unicidad de soluciones del PVI (1.1).
Proposici´on 1.5. Sea f(x, y) continua en un dominio D, entonces cual-
quier soluci´on de (1.1) es una soluci´on de
y(x) = y0 +
x
x0
f(t, y(t))dt (1.4)
y rec´ıprocamente.
Prueba. Cualquier soluci´on y(x) de la ecuaci´on diferencial y′
= f(x, y) la
convierte en una identidad en x, es decir
y′
(x) = f(x, y(x))
integrando esta igualdad desde x0 hasta x obtenemos
y(x) − y(x0) =
x
x0
f(t, y(t)dt.
Rec´ıprocamente, si y(x) es cualquier soluci´on de (1.4), entonces y(x0) = y0,
y como f(x, y) es continua, entonces al diferenciar (1.4) encontramos que
6 Luis Carrillo D´ıaz
y′
(x) = f(x, y(x))
Observamos entonces que la continuidad de f(x, y) es suficiente para ga-
rantizar la existencia de soluci´on para el problema de valor inicial (1.1) pues de
ese modo se garantiza la existencia de la integral en (1.4); pero esto no basta
para garantizar la unicidad de la soluci´on; as´ı vemos que f(x, y) = y2/3
es una
funci´on cont´ınua en el plano xy, sin embargo el problema
y′
= y2/3
; y(0) = 0 (1.5)
posee por lo menos dos soluciones: y(x) = 0 y y(x) = x3
/27.
As´ı tambi´en el problema de valor inicial
y′
=
2
x
(y − 1); y(0) = 0 (1.6)
no tiene soluci´on. Sin embargo el problema
y′
=
2
x
(y − 1); y(0) = 1 (1.7)
tiene infinitas soluciones las cuales son dadas por y(x) = 1 + cx2
, donde c es
una constante arbitraria.
De los ejemplos vistos se intuye que para asegurar la unicidad debemos de
exigir alguna condici´on adicional a la funci´on f(x, y). Comenzaremos exigiendo
una condici´on de acotaci´on sobre la variable y. Esta condici´on dice que f(x, y)
debe satisfacer
|f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ L|y1 − y2| (1.8)
para todos (x, y1) , (x, y2) pertenecientes al dominio D.
Definici´on 1.6. Se dice que una funci´on f(x, y) satisface la condici´on
de Lipschitz uniformenente sobre cualquier dominio D si satisface (1.8)
para cada par de puntos (x, y1) , (x, y2) con el mismo x. La constante
no-negativa L es conocida como constante de Lipschitz.
Vimos que el problema (1.5) no tiene soluci´on ´unica, adem´as la funci´on
y2/3
no cumple con la definici´on de ser una funci´on Lipschitz uniformemente
sobre cualquier dominio que contenga a x = 0 ya que
|f(0, y1) − f(0, y2)| = |y
2/3
1 − y
2/3
2 | = |y
1/3
1 + y
1/3
2 ||y
1/3
1 − y
1/3
2 |
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 7
mientras que la funci´on f(x, y) = x−y satisface la condici´on de Lipschitz sobre
D = R2
con L = 1
Observamos que si se cumple la desigualdad (1.8) entonces f(x, y) es con-
tinua respecto a y en D, sin embargo no es necesariamente diferenciable con
respecto a y, as´ı por ejemplo la funci´on f(x, y) = |y| no es diferenciable en R2
pero satisface (1.8) con L = 1. La diferenciabilidad juega un rol muy impor-
tante en este contexto, ya que como veremos a continuaci´on, si la funci´on es
diferenciable entonces esto facilitar´a el c´alculo de la constante de Lipschitz.
Teorema 1.7. Sean D un dominio convexo y f(x, y) una funci´on diferen-
ciable con respecto a y en D. La condici´on de Lipschitz (1.8) es satisfecha
si y solamente si
sup
D
|
∂f(x, y)
∂y
| ≤ L (1.9)
Prueba. Como f(x, y) es diferenciable con respecto a y, siendo el dominio D
convexo, el teorema del valor medio garantiza que para (x, y1) , (x, y2) en D
existe y∗
entre y1 y y2 tal que
f(x, y1) − f(x, y2) =
∂f(x, y∗
)
∂y
(y1 − y2) (1.10)
luego por (1.9) la desigualdad (1.8) es inmediata. Rec´ıprocamente, si la de-
sigualdad (1.8) se verifica entonces
|
∂f(x, y1)
∂y1
| = l´ım
y2→y1
|
f(x, y1) − f(x, y2)
y2 − y1
| ≤ L (1.11)
Para probar teoremas de existencia y unicidad se usan algunos resultados
conocidos como desigualdaes integrales tipo Gronwall como la que que veremos
a continuaci´on, que es una variante del Lema de Gronwall.
Teorema 1.8. Sean u(x), p(x) y q(x) funciones continuas no negativas
sobre el intervalo |x − x0| ≤ a con
u(x) ≤ p(x) +
x
x0
q(t)u(t)dt; |x − x0| ≤ a (1.12)
entonces se cumple
u(x) ≤ p(x) +
x
x0
p(t)q(t)exp(
s
t
q(s)ds)dt; |x − x0| ≤ a (1.13)
8 Luis Carrillo D´ıaz
Prueba. Haremos la prueba de (1.13) para el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + a, para
la otra parte del intervalo se proceder´a de manera an´aloga.
Sea
r(x) =
x
x0
q(t)u(t)dt (1.14)
por tanto r(x0) = 0 y r′
(x) = q(x)u(x). Substituyendo r(x) en (1.12) se
tiene
u(x) ≤ p(x) + r(x)
entonces
r′
(x) ≤ p(x)q(x) + q(x)r(x)
Haciendo
F(x) = r(x)exp(−
x
x0
q(s)ds)
tenemos
F′
(x) = −q(x)exp(−
x
x0
q(s)ds)r(x) + exp(−
x
x0
q(s)ds)r′
(x)
luego
F′
(x) ≤ exp(−
x
x0
q(s)ds)r′
(x)
y como r′
(x) ≤ p(x)q(x) + q(x)r(x) es decir
F′
(x) ≤ exp(−
x
x0
q(s)ds)[p(x)q(x) + q(x)r(x)]
integrando la desigualdad anterior se tiene que
F(x) ≤
x
x0
p(t)q(t)dtexp(−
x
x0
q(s)ds)dt
finalmente de la definici´on de F(x) tenemos
r(x) ≤
x
x0
p(t)q(t)dtexp(−
x
x0
q(s)ds)dt
y como u(x) ≤ p(x) + r(x) se sigue el resultado.
Corolario 1.9. Si en el Teorema (1.8) la funci´on p(x) ≡ 0 entonces u(x) ≡ 0
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 9
Corolario 1.10. Si en el Teorema (1.8) la funci´on p(x) es no decreciente
en el intervalo [x0, x0+a], y no creciente en el intervalo [x0−a, x0] entonces
u(x) ≤ p(x)exp(
x
x0
q(t)dt) para |x − x0| ≤ a (1.15)
Prueba. La prueba de (1.15) se har´a considerando el intervalo x0 ≤ x ≤ x0+a,
procedi´endose luego de manera an´aloga para el intervalo x0−a ≤ x ≤ x0. Como
p(x) es no decreciente, de (1.13) se tiene que
u(x) ≤ p(x)[1 +
x
x0
q(t)exp(
x
t
q(s)ds)dt]
= p(x)[1 −
x0
d
dt
exp( ts
q(s)ds)dt]
= p(x)exp[
x
x0
q(t)dt]
Corolario 1.11. Si en el Teorema (1.8) se tiene p(x) = c0 + c1|x − x0| y
q(x) = c2, donde c0, c1 y c2 son constantes no negativas entonces
u(x) ≤ (c0 +
c1
c2
)exp(c2|x − x0|) −
c1
c2
(1.16)
Prueba. Para las funciones espec´ıficas p(x) y q(x) la desigualdad (1.13) sobre
el intervalo [x0, x0 + a] se reduce a
u(x) ≤ c0 + c1(x − x0) +
x
x0
[c0 + c1(t − x0)]c2ec2(x−t)
dt
= c0 + c1(x − x0) + {−[c0 + c1(t − x0)ec2(x−t)
|x
x0
−
c1
c2
ec2(x−t)
|x
x0
}
= c0 + c1(x − x0) − c0 − c1(x − x0) + c0ec2(x−x0)
−
c1
c2
+
c1
c2
ec2(x−x0)
= (c0 +
c1
c2
)exp(c2(x − x0)) −
c1
c2
Comentario 1.12. En este cap´ıtulo s´olo hemos mostrado algunas desigualda-
des integrales tipo Gronwall; existen muchas otras desigualdades de este tipo.
Al respecto puede verse un tratamiento m´as espec´ıfico en Lakshmikantham y
Leela [6].
10 Luis Carrillo D´ıaz
Comentamos al inicio de este cap´ıtulo que en la actualidad se han incre-
mentado las investigaciones acerca de la No-existencia de soluciones para de-
terminados sistemas. Algunos m´etodos para no-existencia de soluciones hacen
uso de inecuaciones diferenciales como por ejemplo el m´etodo de Kaplan ba-
sado en el primer coeficiente de Fourier, llamado por tal motivo el m´etodo del
primer autovalor del problema de Dirichlet. Claramente estos temas escapan
a los objetivos de este curso; y se tratar´an extracurricularmente como t´opicos
especiales, incluy´endose en los ap´endices de estas notas de clase.
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 11
Pr´actica N◦
1
1. Muestre que el PVI
y′′
= f(x, y); y(x0) = y0; y′
(x0) = y1 (1.17)
donde f(x, y) es una funci´on continua en un dominio D que contiene al
punto (x0, y0) es equivalente a la ecuaci´on integral
y(x) = y0 + (x − x0)y1 +
x
x0
(x − t)f(y, y(t))dt (1.18)
2. Encontrar el dominio en el cual las siguientes funciones f(x, y) satisfacen
la condici´on de Lipschitz (1.8):
(i) |xy| (ii) x2
y2
+ xy + 1 (iii) x2
cos2
y + y sin2
x.
3. Calculando las constantes de Lipschitz apropiadas, muestre que las si-
guientes funciones satisfacen la condici´on de Lipschitz en los dominios
dados:
(i) x sin y + y cos x; |x| ≤ a; |y| ≤ b
(ii) x2
ex+y
; |x| ≤ a; |y| ≤ b
4. Sea u(x) una funci´on no-negativa en el intervalo |x − x0| ≤ a, C > 0 una
constante dada y
u(x) ≤
x
x0
Cuα
(t)dt; 0 < α < 1.
Pruebe que para todo x en el intervalo |x − x0| ≤ a se tiene que
u(x) ≤ [C(1 − α)|x − x0|](1−α)−1
5. Sean c0 y c1 constantes no-negativas, y u(x) y q(x) funciones continuas
no-negativas para todo x ≥ 0 que satisfacen
u(x) ≤ c0 + c1
x
0
q(t)u2
(t)dt.
.
Probar que para todo x ≥ 0 para el cual se cumple c0c1
x
0
q(t)dt < 1,
u(x) ≤ c0[1 − c0c1
x
0
q(t)dt]−1
12 Luis Carrillo D´ıaz
Cap´ıtulo 2
M´etodo de Picard
E. Picard
Actualmente con el advenimiento de la inform´atica
es muy recurrente obtener soluciones por aproxima-
ci´on num´erica, m´axime si para muchas ecuaciones
diferenciales no es posible obtener soluciones exac-
tas mediante f´ormulas anal´ıticas o como se dice en
la jerga matem´atica, existen muchas soluciones a las
cuales no se les puede ver la cara expl´ıcitamente. En
la antiguedad se us´o el argumento de aproximaci´on
para construir soluciones y probar la existencia de
las mismas en un entorno local.
2.1. Aproximaciones sucesivas
Usaremos el m´etodo de aproximaciones sucesivas debido al matem´atico
franc´es Emilie Picard, el cual es basado en el m´etodo cl´asico del punto fijo
para aproximar soluciones de ecuaciones algebraicas no lineales. Nosotros usa-
remos este m´etodo para resolver la ecuaci´on integral (1.4), lo cual equivale,
por la proposici´on (1.5), a obtener la soluci´on del problema original (1.1). La
iteraci´on de Picard comienza con la suposici´on de una primera aproximaci´on a
la soluci´on buscada y luego se calculan sucesivamente mejores aproximaciones
por un procedimiento iterativo o recursivo; como resultado de tal procedimien-
to se obtiene un conjunto de f´ormulas anal´ıticas recursivas que aproximan la
soluci´on.
Con la intenci´on de resolver la ecuaci´on integral (1.4) usando el m´etodo
iterativo de Picard consideremos y0(x) como una funci´on cont´ınua cualquiera,
por comodidad de notaci´on llamaremos a y0(x) ≡ y0. Supongamos que y0 sea la
aproximaci´on inicial a dicha ecuaci´on integral, por lo tanto definimos a partir
de y0(x) la siguiente aproximaci´on
y1(x) = y0 +
x
x0
f(t, y0(t))dt
13
14 Luis Carrillo D´ıaz
Ahora aprovechamos esta y1(x) para nuestra siguiente aproximaci´on y sus-
tituimos este valor para y(x) en el segundo miembro de (1.4) y lo llamamos
y2(x); repitiendo este proceso obtenemos la m+1-´esima aproximaci´on ym+1(x),
la cual es obtenida de ym(x) por medio de
ym+1(x) = y0 +
x
x0
f(t, ym(t))dt; para m = 0, 1, 2, . . . (2.1)
Si la sucesi´on (ym(x)) converge uniformemente a una funci´on continua y(x)
sobre alg´un intervalo J que contenga a x0, y si para todos los x ∈ J los puntos
(x, ym(x)) ∈ D, entonces por el resultado citado al pi´e de p´agina1
, podemos
considerar el l´ımite en ambos miembros de (2.1) y obtener
y(x) = l´ım
x→∞
ym+1(x) = y0 + l´ım
x→∞
x
x0
f(t, ym(t))dt = y0 +
x
x0
f(t, y(t))dy
por tanto y(x) es la soluci´on buscada.
Ejemplo 2.1. Como el problema de valor inicial
y′
= −y
y(0) = 1
(2.2)
es equivalente a la ecuaci´on integral
y(x) = 1 −
x
0
y(t)dt (2.3)
Construyendo las aproximaciones sucesivas consideramos
y0(x) = 1, luego obtenemos
y1(x) = 1 −
x
0
1dt = 1 − x
y2(x) = 1 −
x
0
(1 − t)dt = 1 − x +
x2
2!
. . .
1
Teorema. Sea (ym(x)) una sucesi´on convergiendo uniformemente a y(x) en [α, β],
y sea f(x, y) una funci´on continua en el dominio D tal que para todo m y x en [α, β]
los puntos (x, ym(x)) pertenecen a D. Entonces
l´ım
m→∞
β
α
f(t, ym(t))dt =
β
α
l´ım
m→∞
f(t, ym(t))dt =
β
α
f(t, y(t))dt
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 15
ym(x) =
m
i=0
(−1)i xi
i!
Tomando l´ımite tenemos
l´ım
m→∞
ym(x) = e−x
en consecuencia la funci´on y(x) = e−x
es soluci´on del problema de valor inicial
(2.2) sobre el intervalo J = R.
Ejemplo 2.2. Consideremos el problema de valor inicial
u′
= 2t(1 + u); u(0) = 0 (2.4)
El esquema iterativo es dado por
uk+1(t) =
t
0
2s(1 + uk(s))ds; k = 0, 1, 2, . . .
Tomamos u0 = 0 luego
u1(t) =
t
0
2s(1 + 0)ds = t2
,
u2(t) =
t
0
2s(1 + u1(s))ds =
t
0
2s(1 + s2
)ds = t2
+
1
2
t4
,
u3(t) =
t
0
2s(1 + u2(s))ds =
t
0
2s(1 + s2
+
1
2
4
)ds = t2
+
1
2
t4
+
1
6
t6
.
De esta forma se genera una sucesi´on de aproximaciones al problema de valor
inicial (2.4). Se puede verificar que la soluci´on anal´ıtica para este problema es
u(t) = et2
− 1. El desarrollo en serie de Taylor de esta funci´on es dado por
u(t) = et2
− 1 = t2
+
1
2
t4
+
1
6
t6
+ · · · +
1
n!
t2n
+ . . . ,
la cual converge para todo t. Se observa por tanto que las aproximaciones
sucesivas generadas por la iteraci´on de Picard son las sumas parciales de esta
serie, y que ella converge a la soluci´on exacta.
Comentario 2.3. El m´etodo de Picard tiene como una de sus caracter´ısticas
principales que es constructivo, adem´as las cotas de las diferencias entre la
soluci´on y las iteraciones son f´acilmente calculables; tales cotas o estimativas
son ´utiles para obtener aproximaciones de la soluci´on y para el estudio de
propiedades cualitativas de la soluci´on.
16 Luis Carrillo D´ıaz
El procedimiento de Picard es especialmente util desde el punto de vista
te´orico ya que constituye la base para la demostraci´on de existencia de soluci´on
de un problema de valor inicial no lineal general. El esquema de dicha prueba
consiste en mostrar que existe un l´ımite de una sucesi´on de aproximaciones, y
que este l´ımite es la soluci´on del problema de valor inicial.
Para efectos pr´acticos la iteraci´on de Picard no es apropiada para problemas
de ciencias e ingenier´ıas, para los cuales se emplean otros algoritmos m´as finos
que permiten aproximaciones muy precisas.
El siguiente resultado nos provee de las condiciones suficientes para que la
sucesi´on formada por las iteraciones (ym(x)) converga uniformemente a la ´unica
soluci´on y(x) de la ecuaci´on integral (1.4), o equivalentemente del problema
original (1.1).
2.2. Existencia y unicidad
En la secci´on anterior hemos visto que es suficiente la continuidad de la
funci´on f(x, y) en un dominio que contenga al punto (x0, y0) para que el pro-
blema (1.1) tenga al menos una soluci´on. Tambi´en hemos comentado sobre
la importancia de garantizar que dicho problema posea una ´unica soluci´on.
En esta oportunidad los resultados que presentamos tienen que ver con aque-
llas condiciones adicionales a la continuidad que debe de satisfacer la funci´on
f(x, y) para que tengamos una ´unica soluci´on del problema (1.1).
Teorema 2.4. Supongamos que son satisfechas las siguientes condiciones:
i) f(x, y) es continua en el rect´angulo cerrado
S = {(x, y) ∈ R2
; |x − x0| ≤ a; |y − y0| ≤ b};
por tanto existe M > 0 tal que |f(x, y)| ≤ M; para todo (x, y) ∈ S
ii) f(x, y) satisface uniformemente una condici´on de Lipschitz sobre S
iii) y0(x) es continua en |x − x0| ≤ a; y |y0(x) − y0| ≤ b
Entonces la sucesi´on (ym(x)) generada por el esquema iterativo de Picard
(2.1) converge uniformemente a la ´unica soluci´on y(x) del problema (1.1).
La soluci´on encontrada por aplicaci´on de este Teorema es v´alida sobre el
intervalo Jh : |x − x0| ≤ h, donde h = min{a, b/M}; adem´as para cada x ∈ Jh
se cumple la siguiente estimativa de error
|y(x) − ym(x)| ≤ NeLh
min{1,
(Lh)m
m!
}; m = 0, 1, . . . (2.5)
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 17
donde m´axx∈Jh
|y1(x) − y0(x)| ≤ N
Prueba. Primero probaremos que las aproximaciones sucesivas ym(x) defini-
das por (2.1) existen como funciones continuas sobre Jh y (x, ym(x)) ∈ S para
todo x ∈ Jh. Como y0(x) es continua para todo x del intervalo |x − x0| ≤ a la
funci´on F0(x) = f(x, y0(x)) es continua en Jh y por tanto y1(x) es continua en
Jh. Adem´as
|y1(x) − y0| ≤ |
x
x0
|f(t, y0(t))|dt| ≤ M|x − x0| ≤ Mh ≤ b.
Supongamos que la afirmaci´on es v´alida para ym−1(x) para m ≥ 2; entonces es
suficiente probar que tambi´en es v´alida para ym(x). Como ym−1(x) es continua
en Jh, la funci´on Fm−1(x) = f(x, ym−1(x)) es tambi´en continua en Jh. Adem´as
|ym(x) − y0| ≤
x
x0
|f(t, ym−1(t))|dt ≤ M|x − x0| ≤ b
A continuaci´on mostraremos que la sucesi´on (ym(x)) converge uniforme-
mente en Jh. Como y1(x) y y0(x) son continuas en Jh existe una constante
N > 0 tal que |y1(x) − y0(x)| ≤ N
Afirmaci´on. Para todo x ∈ Jh se cumple la siguiente desigualdad
|ym(x) − ym−1(x)| ≤ N
(L|x − x0|)m−1
(m − 1)!
; m = 1, 2, . . . (2.6)
Para m = 1 la desigualdad (2.6) es inmediata, adem´as si fuera v´alida para
m = k ≥ 1 entonces (2.1) y la hip´otesis (ii) nos permiten obtener
|yk+1(x) − yk(x)| ≤
x
x0
|f(t, yk(t)) − f(t, yk−1(t))|dt
≤ L
x
x0
|yk(t) − yk−1(t)|dt
≤ L
x
x0
N
(L|t − x0|)k−1
(k − 1)!
dt = N
(L|x − x0|)k
k!
por lo tanto la igualdad (2.6) es v´alida para todo m.
A continuaci´on, como
N
∞
m=1
(L|x − x0|)m−1
(m − 1)!
≤ N
∞
m=1
(Lh)m
m!
= NeLh
< ∞
18 Luis Carrillo D´ıaz
haciendo uso del Teorema de Weierstrass2
se tiene que la serie
y0(x) +
∞
m=1
(ym(x) − ym−1(x))
converge uniforme y absolutamente sobre el intervalo Jh, y por tanto sus sumas
parciales y1(x), y2(x); . . . convergen a una funci´on continua en dicho intervalo,
es decir
y(x) = l´ım
x→∞
ym(x)
Como ya hemos visto anteriormente esta y(x) es una soluci´on de (1.4).
Prueba de la unicidad. Supongamos que z(x) sea otra soluci´on de (1.4),
la cual existe en Jh y (x, z(x)) ∈ S para cada x ∈ Jh. Entonces la hip´otesis (ii)
es aplicable y se tiene
|y(x) − z(x)| ≤
x
x0
|f(t, y(t)) − f(t, z(t))|dt ≤ L
x
x0
|y(t) − z(t)|dt
Por la anterior desigualdad integral y el corolario (1.9) se tiene que
|y(t) − z(t)| = 0
para todo x ∈ Jh, de donde se tiene que z(x) = y(x) para todo x ∈ Jh.
Finalmente obtengamos la estimativa de error (2.5).
Para n > m de la desigualdad (2.6) obtenemos
|yn(x) − ym(x)| ≤
n−1
k=m
|yk+1(x) − yk(x)| ≤
n−1
k=m
N
(L|x − x0|)k
k!
≤ N
n−1
k=m
(Lh)k
k!
= N(Lh)m
n−m−1
k=0
(Lh)k
(m + k)!
(2.7)
sin embargo como 1/(m + k)! ≤
1
m!k!
se sigue que
|yn(x) − ym(x)| ≤ N
(Lh)m
m!
n−m−1
k=0
(Lh)k
k!
≤ N
(Lh)m
m!
eLh
y luego cuando n → ∞ obtenemos
2
Teorema (M-test de Weierstrass). Sea (ym(x)) una sucesi´on de funciones con
|ym(x)| ≤ Mm para todo x ∈ [α, β] con
∞
m=0 Mm < ∞. Entonces la serie
∞
m=0 ym(x)
converge uniformemente en [α, β] a una ´unica funci´on y(x).
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 19
|y(x) − ym(x)| ≤ N
(Lh)m
m!
eLh
(2.8)
de la desigualdad (2.7) tambi´en obtenemos
|yn(x) − ym(x)| ≤ N
n−1
k=m
(Lh)k
k!
≤ NeLh
y cuando n → ∞ obtenemos
|y(x) − ym(x)| ≤ NeLh
(2.9)
De (2.8) y (2.9) se obtiene la estimativa de error (2.5).
Nota. El Teorema (2.4) es llamado un teorema de existencia local, ya que
garantiza la existencia de soluci´on ´unica en una vecindad del punto (x0, y0).
Ejemplo 2.5. Consideremos el problema de valor inicial
y′
= 1 + y2
; y(0) = 0 (2.10)
para el cual la ´unica soluci´on y(x) = tan x existe en el intervalo (−π/2, π/2).
Para aplicar el Teorema (2.4) observamos que:
(i) 1+y2
es cont´ınua en el rect´angulo S: |x| ≤ a; |y| ≤ b y 1+y2
≤ 1+b2
= M;
(ii) En el rect´angulo S la funci´on 1 + y2
satisface una condici´on de Lipschitz
con L = 2b, y
(iii) y0(x) ≡ 0 es continua en |x| ≤ a y |y0(x)| ≤ b. luego por el teorema (2.4)
existe una ´unica soluci´on de (2.10) en el intervalo |x| ≤ h = m´ın{a, b/(1+b2
)}.
Sin embargo como b/(1 + b2
) ≤ 1/2 (con igualdad para b = 1) el intervalo
´optimo para el cual el Teorema (2.4) se verifica es |x| ≤ 1/2. Para efectos
did´acticos el esquema iterativo para (2.10) es
ym+1(x) = x +
x
0
y2
m(t)dt; y0(x) ≡ 0; m = 0, 1, 2, . . . (2.11)
De (2.11) es f´acil obtener y1(x) = x, y2(x) = x + x3
/3, luego la estimativa de
error (2.5) para b = 1; h = 1/2; y m = 2 nos permite obtener
| tan x − x −
x3
3
| ≤
1
2
e m´ın{1, 1/2} =
1
4
e; −
1
2
≤ x ≤
1
2
(2.12)
Obviamente que el segundo miembro de (2.12) es muy burdo.
Si la soluci´on del problema (1.1) existe en todo el intervalo |x − x0| ≤ a
entonces diremos que la soluci´on existe globalmente.
20 Luis Carrillo D´ıaz
Teorema 2.6. [Teorema de Existencia Global] Si las siguientes con-
diciones son satisfechas:
i) f(x, y) es continua en la banda T = {(x, y); |x − x0| ≤ a; y ∈ R}
ii) f(x, y) satisface una condici´on de Lipschitz (1.8) uniforme en T.
iii) y0(x) es continua en |x − x0| ≤ a.
Entonces la sucesi´on (ym(x)) generada por el esquema iterativo de Picard
(2.1) existe en todo el intervalo |x−x0| ≤ a y converge a la ´unica soluci´on
y(x) del problema (1.1).
Prueba. Para cualquier funci´on y0(x) continua en |x − x0| ≤ a por medio
de un f´acil argumento inductivo se establece la existencia de cada ym(x) en
|x − x0| ≤ a con |ym(x)| < ∞. Tambi´en como en la prueba del teorema (2.4)
es simple verificar que la sucesi´on (ym(x)) converge a y(x) en |x − x0| ≤ a,
para ello es suficiente reemplazar h por a en la prueba y considerando que la
funci´on f(x, y) satisface la condici´on de Lipschitz (1.8) en la banda T.
Corolario 2.7. Sea f(x, y) continua en R2
la cual satisface una condici´on
de Lipschitz (1.8) en cada banda Ta = {(x, y); |x| ≤ a; y ∈ R} con
constante de Lipschitz La. Entonces el PVI (1.1) tiene una ´unica soluci´on
la cual existe para todo x.
Prueba. Para cualquier x existe un a > 0 tal que |x−x0| ≤ a. Como la banda
T est´a contenida en la banda Ta+|x0| la funci´on f(x, y) satisface las condiciones
del teorema (2.6) en la banda T. Luego el resultado es v´alido para todo x.
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 21
Pr´actica N◦
2
1. Considerar el PVI
u′
= 1 + u2
; u(0) = 0 (2.13)
Aplicar la iteraci´on de Picard con u0 = 0 y calcular cuatro t´erminos. Si
el proceso se contin´ua, ¿a que funci´on converge la serie resultante?
2. Aplicar el Proceso iterativo de Picard al PVI
u′
= t − u; u(0) = 1 (2.14)
para obtener tres iterativas de Picard, considerando u0 = 1. Dibujar cada
iteraci´on y la soluci´on exacta sobre el mismo eje de coordenadas.
3. Discutir la existencia y unicidad de soluciones de los siguientes proble-
mas de valor inicial:
(i) y′
= (x + y)x2
y2
; y(0) = 1
(ii) y′
= ex
+ x/y; y(0) = 1
4. Demuestre que los siguientes PVIs poseen una ´unica soluci´on para todo
real x:
(i) y′
+ p(x)y = q(x); y(x0) = y0 donde p(x) y q(x) son funciones
continuas en R
(ii) y′
= (cos x)e−y2
+ sin y; y(x0) = y0
5. Demuestre que el problema de valor inicial
y′
= (x2
− y2
) sin y + y2
cos y; y(0) = 0 (2.15)
tiene una ´unica soluci´on y(x) ≡ 0 en el rect´angulo cerrado
S = {(x, y); |x| ≤ a; |y| ≤ b}
6. Pruebe que el teorema garantiza la existencia de una ´unica soluci´on del
PVI
y′
= e2y
; y(0) = 0
en el intervalo (−1/2e, 1/2e). Tambi´en resuelva este problema y verifique
que la soluci´on existe en un intervalo mayor.
22 Luis Carrillo D´ıaz
Cap´ıtulo 3
Existencia de soluciones
(1858-1932)
G.Peano
En este cap´ıtulo abordaremos los teoremas de exis-
tencia de soluciones debido a Peano y Cauchy-Peano.
Peano fue un matem´atico italiano quien tuvo impor-
tantes contribuciones a la Teor´ıa de Conjuntos y a
las Ecuaciones Diferenciales Ordinarias. Peano de-
mostr´o que la continuidad de la funci´on f(x, y) era
suficiente para garantizar la existencia de soluciones
al PVI (1.1). La ausencia de continuidad de tal fun-
ci´on f(x, y) no permite afirmar categ´oricamente nada
acerca de la existencia de soluciones y menos acerca
de la unicidad de las mismas. Corroborando lo dicho
mostraremos dos ejemplos que ilustran la necesidad
de la continuidad como piedra de base para iniciar el
estudio de la estabilidad del problema (1.1), el cual quedar´a totalmente edifica-
do si el sistema estudiado tiene adicional a la existencia de soluci´on, unicidad
y dependencia continua de los datos iniciales.
En los ejemplos que se muestran a continuaci´on se observar´a que en ausen-
cia de continuidad para la funci´on f(x, y) es imposible conocer el comporta-
miento de las soluciones del PVI (1.1) as´ı para el PVI
y′
=
2
x
(y − 1); y(0) = 0 (3.1)
se observa que no existen soluciones; sin embargo el PVI
y′
=
2
x
(y − 1); y(0) = 1 (3.2)
tiene infinitas soluciones dadas por y(x) = 1 + cx2
donde c es una constante
arbitraria. Notamos que en ambos casos la funci´on f(x, y) =
2
x
(y − 1) no es
continua en x0 = 0, y la ausencia de continuidad ha devenido en un comporta-
miento bastante err´atico e impredecible acerca de la existencia de soluciones.
23
24 Luis Carrillo D´ıaz
Teorema 3.1. [Teorema de existencia de Peano] Si la funci´on f(x, y)
es una funci´on continua y acotada sobre la banda
T = {(x, y); |x − x0| ≤ a; y ∈ R}, entonces el PVI (1.1) tiene al menos
una soluci´on en |x − x0| ≤ a.
Prueba. Haremos la prueba sobre el intervalo [x0, x0 +a], ya que su extensi´on
al intervalo [x0 − a, x0] es inmediata.
x◦
x◦
+ ax◦
- a
T
Observaci´on. La banda T se abre hacia arriba y abajo infinitamente. En algu-
nas oportunidades se usa la notaci´on |y| < ∞ para indicar que y ∈ R.
Definimos una sucesi´on de funciones (ym(x)) por el esquema siguiente:
x◦
x◦
+ a/m x◦
+ 2a/m x◦
+ a
ym(x) = y0 : x0 ≤ x ≤ x0 +
a
m
ym(x) = y0 +
x−a/m
x0
f(t, ym(t))dt, x0 + k
a
m
≤ x ≤ x0 + (k + 1)
a
m
;
k = 1, 2, . . . , m − 1 (3.3)
El objetivo es probar que la sucesi´on (ym(x)) converge a la soluci´on del PVI
(1.1).
Observamos que la primera ecuaci´on de (3.3) define a ym(x) en el inter-
valo [x0, x0 + a/m]., y la segunda ecuaci´on define a ym(x) primero en [x0 +
a/m, x0 + 2a/m] ( para k = 1), luego en [x0 + 2a/m, x0 + 3a/m] y as´ı suce-
sivamente. Como f(x, y) es acotada sobre la banda T, podemos suponer que
|f(x, y)| ≤ M para todo (x, y) ∈ T.
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 25
Para cualquier par de puntos x1, x2 ∈ [x0, x0 + a], se tiene que
a)|ym(x2) − ym(x1)| = 0 si x1, x2 ∈ [x0, x0 + a/m]
b)|ym(x2) − ym(x1)| = |
x2−(a/m)
x0
f(t, ym(t))dt| ≤ M|x2 −
a
m
− x0|
lo cual se observa mejor con la ayuda del gr´afico.
x
1
x◦ x◦ + a/m x
2
x◦ + 2a/m
Luego
|ym(x2) − ym(x1)| = |
x2−(a/m)
x0
f(t, ym(t))dt| ≤ M|x2 −
a
m
− x0| ≤ M|x2 − x1|
si x1 ∈ [x0, x0 +
a
m
]; x2 ∈ [x0 + k
a
m
, x0 + (k + 1)
a
m
]
c)|ym(x2)−ym(x1)| = |
x2−(a/m)
x1−(a/m)
f(t, ym(t))dt| ≤ M|x2−x1| en caso contrario.
es decir si x1, x2 ∈ [x0 + ka/m, x0 + (k + 1)a/m].
En efecto;
|ym(x2) − ym(x1)| = |
x2−a/m
x0
f(t, ym(t))dt −
x1−a/m
x0
f(t, ym(t))dt|
= |
x2−a/m
x1−a/m
f(t, ym(t))dt
Gr´aficamente esto se ve en el segundo subintervalo como
x◦+ a/m x
2
x◦ + 2a/mx
1
Luego se sigue que
|ym(x2) − ym(x1)| ≤ M|x2 − x1|; x1, x2 ∈ [x0, x0 + a].
Entonces |ym(x2)−ym(x1)| ≤ ǫ si |x2−x1|ǫ/M = δ; es decir la sucesi´on (ym(x))
es equicontinua. Adem´as para todo x ∈ [x0, x0 + a] se tiene
26 Luis Carrillo D´ıaz
|ym(x)| ≤ y0 + M|x −
a
m
− x0| ≤ |y0| + Ma
es decir la sucesi´on (ym(x)) es uniformemente acotada en [x0, x0 + a]. Luego
por el Teorema de Ascoli- Arzel´a1
la sucesi´on (ym(x)) contiene una subsucesi´on
(ymp (x)) la cual converge uniformemente en [x0, x0 +a] a una funci´on continua
y(x). Para mostrar que la funci´on y(x) es soluci´on del PVI (1.1), hagamos
tender p → ∞ en la relaci´on
ymp (x) = y0 +
x
x0
f(t, ymp(t))dt −
x
x−(a/mp)
f(t, ymp (t))dt.
como f(x, y) es continua y la convergencia es uniforme, en la primera integral
podemos tomar el l´ımite dentro de la integral para obtener
x
x0
f(t, y(t))dt. La
segunda integral no excede a M(a/mp) y luego tiende a cero. Por tanto y(x)
es una soluci´on de la ecuaci´on integral (1.4).
Corolario 3.2. Si f(x, y) es continua en S : |x − x0| ≤ a; |y − y0| ≤ b,
y por lo tanto existe M > 0 tal que |f(x, y)| ≤ M para todo (x, y) ∈ S,
entonces el PVI (1.1) tiene al menos una soluci´on en Jh : |x − x0| ≤ h =
m´ın{a, b/M}
Prueba. Mutatis mutandis la prueba sigue el mismo esquema del teorema
anterior.
Ejemplo 3.3. La funci´on f(x, y) = y2/3
es continua en todo R2
. Luego por el
Corolario (3.2) el problema de valor inicial
y′
= y2/3
; y(0) = 0
tiene al menos una soluci´on en |x| ≤ h = m´ın{a, b1/3
}. Sin embargo, podemos
escoger b suficientemente grande tal que h = a. Luego el PVI en cuesti´on tiene
al menos una soluci´on en todo x de R.
3.1. M´etodo de Cauchy-Euler
En esta oportunidad presentamos el m´etodo de Cauchy-Euler, el cual es
empleado para construir una soluci´on aproximada del PVI (1.1) que consiste
concretamente en obtener soluciones ǫ-aproximadas para la ecuaci´on diferencial
del problema de valor inicial correspondiente.
Supongamos que la funci´on f(x, y) es continua en un dominio D
1
Teorema de Ascoli-Arzel´a: Un conjunto infinito S de funciones uniformemente aco-
tadas y equicontinuas en [α, β], contiene una sucesi´on la cual converge uniformemente en
[α, β].
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 27
Definici´on 3.4. Una funci´on y(x) definida en J es llamada soluci´on ǫ-
aproximada de la ecuaci´on y′
= f(x, y) si cumple:
i) Si y(x) es continua para todo x de J
ii) Para todo x ∈ J los puntos (x, y(x)) ∈ D
iii) y(x) tiene una derivada seccionalmente continua en J, la cual pue-
de no estar definida solo en un n´umero finito de puntos, digamos
x1, x2, . . . , xk, y
iv) |y′
(x) − f(x, y(x))| ≤ ǫ; para todo x ∈ J; x = xi; i = 1, 2, . . . , k
Teorema 3.5. Sea f(x, y) continua en S, y por lo tanto existe M > 0
tal que |f(x, y)| ≤ M para todo (x, y) ∈ S. Entonces para cualquier ǫ > 0
existe una soluci´on ǫ-aproximada de la ecuaci´on diferencial y′
= f(x, y)
en el intervalo Jh tal que y(x0) = y0
Prueba. Como f(x, y) es continua en el rect´angulo cerrado S, entonces es
uniformemente continua alli. Luego para cada ǫ > 0 existe un δ > 0 tal que
|f(x, y) − f(x1, y1)| ≤ ǫ (3.4)
para cada (x, y) , (x1, y1) de S, cuando |x − x1| ≤ δ y |y − y1| ≤ δ.
Construiremos una soluci´on ǫ−aproximada en el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 +h
y por medio de un proceso similar haremos lo mismo en el intervalo x0 − h ≤
x ≤ x0.
Comenzamos dividiendo el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + h en m partes
x0 < x1 < . . . < xm = x0 + h
tal que
xi − xi−1 ≤ m´ın{δ, δ/M}; i = 1, 2, . . . , m (3.5)
A continuaci´on definimos una funci´on y(x) en el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + h por
la f´ormula recursiva
y(x) = y(xi−1) + (x − xi−1)f(xi−1, y(xi−1)); xi−1 ≤ x ≤ xi, i = 1, 2, . . . , m
(3.6)
Observamos que y(x) es continua y su derivada y′
(x) = f(xi−1, y(xi−1));
xi−1 < x < xi; i = 1, 2, . . . , m es seccionalmente continua, y falla en ser defi-
nida solo en los puntos xi; i = 1, 2, . . . , (m − 1). Como en cada subintervalo
28 Luis Carrillo D´ıaz
[xi−1, xi] i = 1, 2, . . . , m la funci´on es una recta, para probar que (x, y(x)) ∈ S
es suficiente verificar que |y(xi) − y0| ≤ b para todo i = 1, 2, . . . , m
Haciendo en (3.6) i = 1 y x = x1 obtenemos
|y(x1) − y0| = (x1 − x0)|f(x0, y0)| ≤ Mh ≤ b
Supongamos que la afirmaci´on es v´alida para i = 1, 2, . . . , (k − 1) < (m − 1),
entonces de (3.6) se tiene:
y(x1) − y0 = (x1 − x0)f(x0, y0)
y(x2) − y(x1) = (x2 − x1)f(x1, y(x1))
. . .
y(xk) − y(xk−1) = (xk − xk−1)f(xk−1, y(xk−1))
por tanto
y(xk) − y0 =
k
l=1
(xl − xl−1)f(xl−1, y(xl−1)
de donde obtenemos
|y(xk) − y0| ≤
k
l=1
(xl − xl−1)M = M(xk − x0) ≤ Mh ≤ b.
Finalmente si xi−1 < x < xi, entonces de (3.6) y (3.5) tenemos
|y(x)y(xi−1| ≤ M|x − xi−1| ≤ M
δ
M
= δ
y luego por (3.4) encontramos que
|y′
(x) − f(x, y(x))| = |f(xi−1, y(xi−1)) − f(x, y(x))| ≤ ǫ
para todo x ∈ Jh; x = xi; i = 1, 2, . . . , (m − 1).
es decir se satisface la condici´on (iv) de la definici´on de soluci´on ǫ-aproximada,
con lo cual se completa la prueba de que y(x) es una soluci´on ǫ − aproximada
de la ecuaci´on diferencial y′
= f(x, y).
El m´etodo de construcci´on que acabamos de mostrar es lo que se conoce
como el m´etodo de Cauchy-Euler.
A continuaci´on reiteramos el corolario (3.2) y probamos una consecuencia
del Teorema (3.5).
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 29
Teorema 3.6. [Teorema de existencia de Cauchy-Peano] Supon-
gamos que las condiciones del Teorema (3.5) son satisfechas. Entonces el
PVI (1.1) tiene al menos una soluci´on en Jh.
Prueba. Haremos la prueba s´olo en el intervalo
x0 ≤ x ≤ x0 + h. Sea (ǫm) una sucesi´on mon´otona decreciente de n´umeros
positivos tal que ǫm → 0. Para cada ǫm se aplicar´a el Teorema (3.5) para
construir una soluci´on ǫ − aproximada ym(x). Al igual que en el Teorema
(3.1), para cualquier para de puntos x, x∗
en [x0, x0 + h] se obtiene que
|ym(x) − ym(x∗
)| ≤ M|x − x∗
|
de lo cual se sigue que la sucesi´on (ym(x)) es equicontinua. Adem´as como
en el Teorema (3.5) para cada x ∈ [x0, x0 + h], tenemos |ym(x)| ≤ |y0| + b,
Por lo tanto la soluci´on (ym(x)) tambi´en es uniformemente acotada. Luego por
el Teorema de Ascoli-Arzel´a se tiene que existe una subsucesi´on (ymp (x)) de
(ym(x)), la cual converge uniformemente en [x0, x0 +h] a una funci´on continua
y(x). Ahora tenemos que demostrar que la funci´on y(x)) es una soluci´on del
problema (1.1), para lo cual definimos
em(x) = y′
m(x) − f(x, ym(x)); en los puntos donde y′
(x) existe
= 0, en caso contrario.
de donde integrando desde x0 hasta x obtenemos
ym(x) = y0 +
x
x0
[f(y, ym(t)) + em(t)]dt (3.7)
y |em(t)| ≤ ǫm. pues
|em(t)| = |y′
m(x) − f(x, ym(x))| ≤ ǫm
por la condici´on (iv) de soluci´on ǫ-aproximada.
Como f(x, y) es continua en S y (ymp (x)) converge a y(x) uniformemente
en [x0, x0 + h], la funci´on f(x, ymp (x)) converge a f(x, y(x)) uniformemente en
[x0, x0 + h]. Adem´as desde que ǫmp → 0 encontramos que |ǫmp (x)| converge a
cero uniformemente en [x0, x0 + h].Luego, reemplazando m por mp en (3.7) y
haciendo p → ∞ se encuentra que y(x) es una soluci´on de la ecuaci´on integral
(1.4)
30 Luis Carrillo D´ıaz
Comentario 3.7. El Corolario (3.2) asegura esencialmente que si en un do-
minio D la funci´on f(x, y) es continua, entonces para cada punto (x0, y0) en
D existe un rect´angulo S tal que el problema (1.1) tiene una soluci´on y(x) en
Jh. Como S est´a en el interior de D, por aplicaci´on de Corolario (3.2) en el
punto en el cual la soluci´on pasa fuera de S, podemos extender la regi´on en la
cual la soluci´on existe
Daremos un ejemplo acerca de este comentario.
El PVI
y′
= y2
; y(0) = 1
tiene como soluci´on a y(x) = 1/(1 − x). Observamos que el intervalo de exis-
tencia de esta soluci´on es (−∞, 1).
Para este problema se tiene que S = {(x, y) : |x| ≤ a; |y − 1| ≤ b};
M = m´axS y2
= (1 + b)2
y h = m´ın{a, b/(1 + b)2
}.
Como b/(1 + b)2
≤ 1/4 podemos tomar h = 1/4 (independientemente de
la forma de escoger a), luego por aplicaci´on del Corolario (3.2) se garantiza la
existencia de una soluci´on ´unica y1(x) en el intervalo |x| ≤ 1/4. Ahora con-
sideremos la continuaci´on de y1(x) a la derecha obtenida por encontrar una
soluci´on y2(x) del problema y′
= y2
; y(1/4) = 4/3. Para este nuevo problema
se tiene S = {(x, y) : |x − 1/4| ≤ a; |y − 4/3| ≤ b}; y m´axS y2
= (4/3 + b)2
.
Como b/(4/3 + b)2
≤ 3/16 podemos tomar h = 3/16. Luego y2(x) existe en
el intervalo |x − 1/4| ≤ 3/16. Este procedimeinto asegura la existencia de una
soluci´on
y(x) =
y1(x); −1/4 ≤ x ≤ 1/4
y2(x); 1/4 ≤ x ≤ 7/10
en el intervalo −1/4 ≤ x ≤ 7/10. Este proceso de continuaci´on de la soluci´on
puede ser usado adem´as a la derecha del punto (7/16, 16/9) o a la izquierda del
punto (−1/4, 4/5). Con el fin de establecer hasta que punto la soluci´on puede
ser continuada se requiere del siguiente lema.
Lema 3.8. Sea f(x, y) una funci´on continua en un dominio D con
supD |f(x, y)| ≤ M.Supongamos que el PVI (1.1) tiene una soluci´on y(x)
en un intervalo J = (α, β). Entonces los l´ımites l´ımx→α+ y(x) = y(α + 0)
y l´ımx→β− y(x) = y(β − 0) existen.
Prueba. Para α < x1 < x2 < β, la ecuaci´on integral (1.4) implica que
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 31
|y(x2) − y(x1)| ≤
x2
x1
|f(t, y(t))|dt ≤ M|x2 − x1|.
Por lo tanto y(x2) − y(x1) → 0; cuando x1, x2 → α+
. Luego por el criterio
de convergencia de Cauchy2
el l´ımx→α+ y(x) existe. Un argumento an´alogo
permite demostrar la existencia del otro l´ımite.
Teorema 3.9. Supongamos que se cumplen las condiciones del Lema
(3.8) y sean (β, y(β − 0)) ∈ D y (α, y(α + 0)) ∈ D. Entonces la soluci´on
y(x) del PVI (1.1) en (α, β) puede ser extendida sobre el intervalo (α, β+γ]
([α − γ, β)) para alg´un γ > 0.
Prueba. Definimos la funci´on y1(x) del modo siguiente: y1(x) = y(x) para
x ∈ (α, β) y y1(β) = y(β − 0). Entonces como para cada x ∈ (α, β]
y1(x) = y(β − 0) +
x
β
f(t, y1(t))dt
= y0 +
β
x0
f(t, y1(t))dt +
x
β
f(t, y1(t)dt
= y0 +
x
x0
f(t, y1(t))dt,
y la derivada izquierda y′
1(β − 0) existe y y′
1(β − 0) = f(β, y1(β)). Luego
y1(x) es una continuaci´on de y(x) en el intervalo (α, β]. Ahora sea y2(x) una
soluci´on del problema y′
= f(x, y); y(β) = y1(β) con intervalo de existrencia
[β, β + γ], entonces la funci´on
y3(x) =
y1(x); x ∈ (α, β]
y2(x); x ∈ [β, β + γ]
es una continuaci´on de y(x) en el intervalo (α, β + γ]. Por tal motivo es
suficiente notar que
y3(x) = y0 +
x
x0
f(t, y3(t))dt (3.8)
para todo x ∈ (α, β + γ]. En efecto (3.8) es obvia para x ∈ (α, β], de la
definici´on de y3(x) y para x ∈ [β, β + α] tenemos
y3(x) = y(β − 0) +
x
β
f(t, y3(t))dt
2
32 Luis Carrillo D´ıaz
= y0 +
β
x0
f(t, y3(t))dt +
x
β
f(t, y3(t))dt
= y0 +
x
x0
f(t, y3(t))dt
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 33
Pr´actica N◦
3
1. Muestre que la soluci´on del problema y′
= −x/y; y(0) = 1 no puede
ser extendida m´as all´a del intervalo −1 < x < 1
2. Muestre que la soluci´on del problema y′
= 2xy2
; y(0) = 1 existe s´olo en
el intervalo |x| < 1.
3. Encuentre el m´aximo intervalo en el cual la soluci´on del problema
y′
+ (sin x)y2
= 3(xy)2
, y(0) = 2
puede ser extendida.
4. Muestre que la soluci´on del problema
y′
= 1 + y2
; y(0) = 1
no puede ser extendida fuera del intervalo −3
π
4
< x <
π
4
.
5. Sea f(x, y) una funci´on continua que satisface |f(x, y)| ≤ c1 +c2|y|α
para
todo (x, y) ∈ T = {(x, y); |x − x0| ≤ a; |y| < ∞}, donde c1 y c2 son dos
constantes no negativas y 0 ≤ α < 1. Pruebe que el problema de valolr
inicial (1.1) tiene al menos una soluci´on en |x − x0| ≤ a
6. Resolver el problema de valor inicial
yy′
− 3x2
(1 + y2
) = 0; y(0) = 1
Hallar tambi´en el mayor intervalo sobre el cual la soluci´on est´a definida.
34 Luis Carrillo D´ıaz
Cap´ıtulo 4
Unicidad de soluciones
R. Lipschitz
En los modelos matem´aticos de aplicaci´on espec´ıfica
uno de los aspectos m´as importantes es el relacionado
con la unicidad de soluciones, lo cual posteriormente
constituir´a uno de los pilares de la estabilidad de
los sistemas. Este t´opico adquiere relevancia desde
el punto de vista pr´actico en el sentido de que para
muchos modelos s´olo es posible obtener una soluci´on
aproximada, y si la soluci´on no fuera ´unica entonces
no se tendr´ıa certeza a cual de las soluciones nos
estar´ıamos aproximando.
En los cap´ıtulos previos hemos visto que cuando la funci´on f(x, y) es conti-
nua en un rect´angulo cerrado S, entonces eso es suficiente para garantizar la
existencia de al menos una soluci´on del PVI (1.1) en un intervalo Jh. En este
cap´ıtulo presentamos algunos resultados que nos garantizan la existencia de
una ´unica soluci´on.
4.1. Teoremas de unicidad
Para obtener la unicidad de soluci´on para el problema (1.1) se tiene que
adicionar condiciones a la funci´on continua f(x, y), una de tales condiciones
es la de ser Lipschitz continua como lo veremos en el siguiente teorema.
Teorema 4.1. [Teorema de unicidad de Lipschitz]
Sea f(x, y) una funci´on continua que satisface la condici´on de Lipschitz
uniformemente en S, entonces el problema (1.1) tiene a lo m´as una solu-
ci´on en |x − x0| ≤ a.
1
1
La funci´on f(x, y) satisface la condici´on de Lipschitz uniformemente en cualquier domi-
nio D si para cualquier par de puntos (x, y1) , (x, y2) en D se tiene |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤
L|y1 − y2|, donde L es una constante no negativa llamada constante de Lipschitz.
35
36 Luis Carrillo D´ıaz
Prueba. En el Teorema (2.4) se prueba unicidad de soluciones para el pro-
blema (1.1) en el intervalo Jh, siguiendo el mismo esquema se muestra que el
intervalo Jh se puede cambiar por el intervalo |x−x0| ≤ a con lo que se prueba
este Teorema.
Teorema 4.2. [Teorema de unicidad de Peano] Sea f(x, y) una fun-
ci´on continua en S+ = {(x, y) : x0 ≤ x ≤ x0 + a; |y − y0| ≤ b} y no
creciente en y para cada x fijo en x0 ≤ x ≤ x0 + a. Entonces el problema
(1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en x0 ≤ x ≤ x0 + a.
Prueba. Supongamos que y1(x) y y2(x) son dos soluciones diferentes de (1.1)
en el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + a. Supongamos que y2(x) > y1(x) para x1 < x <
x1 + ǫ ≤ x0 + a, mientras que y1(x) = y2(x) en x0 ≤ x ≤ x1, esta situaci´on la
podemos mostrar en el gr´afico siguiente
x◦ x
1
x
1+
y
2
(x)
y(x)1
x◦+ a
es decir x1 es el ´ınfimo del conjunto A = {x; y2(x) > y1(x)}. Este ´ınfimo existe
porque el conjunto A est´a acotado inferiormente al menos por x0. Como por
hip´otesis se tiene que f(x, y) es no creciente en la variable y, entonces para
todo x ∈ (x1, x1 + ǫ) se tiene
f(x, y1(x)) ≥ f(x, y2(x))
es decir
y′
1(x) ≥ y′
2(x)
.
Afirmaci´on. La funci´on z(x) = y2(x) − y1(x) es una funci´on no creciente.
Si z(x) fuera creciente, como en x1 las funciones y1(x) y y2(x) coinciden en-
tonces se tendr´ıa que z(x1) = 0 lo que implica que z(x) ≤ 0 en (x1, x1 + ǫ).
Esta contradicci´on prueba que y1(x) = y2(x) en x0 ≤ x ≤ x0 + a.
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 37
Ejemplo 4.3. La funci´on |y|1/2
sgn y, donde sgn y = 1 si y ≥ 0 y y = −1 si
y < 0, es continua, no decreciente, y el problema de valor inicial
y′
= |y|1/2
sgn y; y(0) = 0
tiene dos soluciones y(x) = 0 y y(x) = x2
/4 en el intervalo [0, +∞). Esto
nos dice que en el Teorema (4.2) no se puede reemplazar no creciente por no
decreciente.
Con la finalidad de probar adecuadamente el siguiente Teorema, previa-
mente proveeremos del siguiente resultado
Lema 4.4. Sea w(z) una funci´on continua y creciente en el intervalo
[0, +∞), con w(0) = 0 , w(z) > 0 para z > 0 que adem´as satisface
l´ım
ǫ→0+
ǫ
dz
w(z)
= ∞. (4.1)
Si u(x) es una funci´on cont´ınua no negativa en [0, a], que verifica la de-
sigualdad
u(x) ≤
x
0
w(u(t))dt, 0 < x ≤ a (4.2)
entonces u(x) ≡ 0; en [0, a]
Prueba. Definimos v(x) = m´ax0≤t≤x u(t), y supongamos que v(x) > 0 para
0 < x ≤ a, entonces u(x) ≤ v(x), y para cada x existe un x1 ≤ x tal que
u(x1) = v(x). De lo cual se tiene
v(x) = u(x1) ≤
x1
0
w(u(t))dt ≤
x
0
w(v(t))dt;
es decir, la funci´on no decreciente v(x) satisface la misma desigualdad que u(x).
Hagamos
v(x) =
x
0
w(v(t))dt,
entonces v(0) = 0; v(x) ≤ v(x); v′
(x) = w(v(x)) ≤ w(v(x)), luego para 0 <
δ < a tenemos
a
δ
v′
(x)
w(v(x))
dx ≤ a − δ < a
Sin embargo de (4.1) se tiene que
38 Luis Carrillo D´ıaz
a
δ
v′
(x)
w(v(x)
dx =
α
ǫ
dz
w(z)
; v(δ) = ǫ; v(a) = α
se hace infinita cuando ǫ → 0 (δ → 0). Esta contradicci´on muestra que v(x)
no puede ser positiva , asi que v(x) ≡ 0, y luego u(x) = 0 en [0, a].
Teorema 4.5. [Teorema de unicidad de Osgood] Sea f(x, y) una
funci´on continua en S y para todo (x, y1); (x, y2) en S se satisface
|f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ w(|y1 − y2|), (4.3)
donde w(z) es la misma funci´on del Lema (4.4). Entonces el PVI (1.1)
tiene a lo m´as una soluci´on en el intervalo |x − x0| ≤ a.
Prueba. Supongamos que y1(x) y y2(x) son dos soluciones de (1.1) en el
intervalo |x − x0| ≤ a. Luego de (4.3) se sigue que
|y1(x) − y2(x)| ≤
x
x0
|w(|y1(t) − y2(t)|)|dt
.
Para cualquier x ∈ [x0, x0 + a] hacemos u(x) = |y1(x0 + x) − y2(x0 + x)|,
entonces la funci´on no negativa u(x) satisface la desigualdad (4.2) y luego el
Lema (4.4) implica que u(x) = 0 en [0, a] es decir y1(x) = y2(x) en [x0, x0 + a].
En el caso de que x ∈ [x0 − a, x0], la prueba es la misma, solamente tomando
cuidado de definir u(x) como u(x) = |y1(x0 − x) − y2(x0 − x)| en [x0 − a, x0].
El siguiente Lema nos servir´a de auxilio para el teorema que contin´ua
Lema 4.6. Sea u(x) una funci´on continua no negativa en el intervalo
|x − x0| ≤ a, con u(x0) = 0 y sea u(x) diferenciable en x0 con u′
(x0) = 0,
entonces la desigualdad
u(x) ≤
x
x0
u(t)
t − x0
dt (4.4)
implica que u(x) = 0 en |x − x0| ≤ a
Prueba. Haremos la prueba s´olo en el lado derecho del intervalo, es decir en
el subintervalo x0 ≤ x ≤ x0 + a.
Definimos
v(x) =
x
x0
u(t)
t − x0
dt
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 39
Observamos que esta integral existe debido a que
l´ım
x→x0
u(x) − u(x0)
x − x0
= u′
(x0) = 0
pu´es por hip´otesis se tiene u(x0) = 0 y u′
(x0) = 0
adem´as se tiene
v′
(x) =
u(x)
x − x0
≤
v(x)
x − x0
de donde obtenemos que d/dx[v(x)/(x−x0)] ≤ 0 lo que implica que
v(x)
x − x0
es
no creciente. Como v(x0) = 0 entonces v(x) ≤ 0 lo cual es una contradicci´on
con v(x) ≥ 0. Luego v(x) ≡ 0, y luego u(x) = 0 en el intervalo [x0, x0 + a]
Teorema 4.7. [Teorema de Unicidad de Nagumo] Sea f(x, y) una
funci´on continua en S y si para todo (x, y1) , (x, y2) de S se cumple
|f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ k|x − x0|−1
|y2 − y1|; x = x0; k ≤ 1. (4.5)
Entonces el problema de valor inicial (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en
|x − x0| ≤ a.
Prueba. Supongamos que y1(x) y y2(x) son dos soluciones del problema (1.1)
en el intervalo |x − x0| ≤ a.
Entonces de (4.5) se tiene que
|y1(x) − y2(x)| ≤ |
x
x0
|t − x0|−1
|y1(t) − y2(t)|dt|
Hacemos u(x) = |y1(x) − y2(x)|; entonces la funci´on u(x) satisface la de-
sigualdad (4.4). Adem´as como u(x) es continua en el intervalo |x − x0| ≤ a y
u(x0) = 0, del Teorema del Valor Medio tenemos
u′
(x0) = l´ım
h→0
u(x0 + h) − u(x0)
h
= l´ım
h→0
|y1(x0) + hy′
1(x0 + θ1h) − y2(x0) − hy′
2(x0)θ2h)|
h
; 0 < θ1, θ2 < 1
= (sgn h) l´ım
h→0
|y′
1(x0 + θ1h) − y′
2(x0 + θ2h)| = 0
Luego las condiciones del Lema (4.6) se cumplen , y u(x) ≡ 0 es decir y1(x) =
y2(x) en |x − x0| ≤ a
40 Luis Carrillo D´ıaz
A continuaci´on mostramos un ejemplo en el que se confirma que la exigencia
hecha en (4.5) del Teorema de Nagumo para la constante k es la mejor posible.
Ejemplo 4.8. Sea f(x, y) la funci´on definida por
f(x, y) =



0 , 0 ≤ x ≤ 1; y ≤ 0
(1 − ǫ)y
x
, 0 < x ≤ 1, 0 < y < x1+ǫ
; ǫ > 0
(1 + ǫ)x1+ǫ
, 0 ≤ x ≤ 1; x1+ǫ
≤ y
Se verifica que esta funci´on es continua en S = [0, 1]×R y satisface la condici´on
(4.5) a excepci´on de k = 1 + ǫ > 1. Se verifica que para esta funci´on el PVI
(1.1) con (x0, y0) = (0, 0) tiene infinitas soluciones de la forma y(x) = cx1+ǫ
,
donde c es una constante arbitraria tal que 0 < c < 1; en consecuencia en
el Teorema de Nagumo (4.7) no se puede reemplazar la constante k por una
constante k > 1.
Teorema 4.9. [Teorema de Krasnoselki-Krein]
Sea f(x, y) una funci´on continua en S la cual satisface para todo
(x, y1); (x, y2) ∈ S
|f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ k|x − x0|−1
|y2 − y1|; x = x0; k > 0 (4.6)
|f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ C|y2 − y1|α
; C > 0, 0 < α < 1, k(1 − α) < 1 (4.7)
Entonces el problema (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en |x − x0| ≤ a.
Prueba. Supongamos que y1(x), y y2(x) son dos soluciones de (1.1) en el
intervalo |x − x0| ≤ a. Haremos la prueba s´olo en el subintervalo [x0, x0 + a].
De (4.7) se tiene que
u(x) := |y1(x) − y2(x)| ≤
x
x0
Cuα
(t)dt
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 41
Efectivamente: Como y1(x) y y2(x) son dos soluciones de (1.1) entonces
de (4.7) se tiene
|y′
1(x) − y′
2(x)| ≤ C|y2 − y1|α
integrando de x0 a x tenemos que
x
x0
|y′
1(t) − y′
2(t)| ≤
x
x0
C|y2(t) − y1(t)|α
dt
Haciendo u(x) = |y1(x) − y2(x) tenemos entonces que
u(x) − u(x0) ≤
x
x0
Cuα
dt
pero u(x0) = 0 luego tenemos
u(x) ≤
x
x0
Cuα
dt
Por tanto, por aplicaci´on del resultado2
c
En efecto; Como v(x) = u(x)(x − x0)−k
entonces
v(x) ≤ C(x − x0)(1−α)−1
(x − x0)−k
= C(x − x0)(1−α)−1−k
Como k(1 − α) < 1 es inmediato que l´ımx→x0 v(x) = 0.
Pues por hip´otesis se tiene que k(1 − α) < 1 con k > 0, de donde obtene-
mos que (1 − α)−1
− k > 0, por lo tanto l´ımx→x0 v(x) = 0
Luego si definimos v(x0) = 0 , entonces la funci´on v(x) es continua en el
intervalo [x0, x0 + a]. Mostraremos que v(x) = 0 en [x0, x0 + a]. Si v(x) > 0 en
alg´un punto de [x0, x0 +a] entonces existe un x1 > x0 tal que 0 < m = v(x1) =
m´axx0≤x≤x0+a v(x). Sin embargo de (4.6) tenemos
m = v(x1) ≤ (x − x0)−k
x1
x0
k(t − x0)−1
u(t)dt
2
Resultado. Sea u(x) una funci´on no negativa en el intervalo |x − x0| ≤ a y C ≥ 0 una
constante dada. Si se cumple
u(x) ≤
x
x0
Cuα
(t)dt, 0 < α < 1
entonces u(x) ≤ [C(1−α)−1
|x − x0|](1−α)−1
; para todo x en|x − x0| ≤ a
42 Luis Carrillo D´ıaz
En efecto, esta desigualdad se verifica, pues de (4.6) se tiene que
|y′
1(x) − y′
2(x)| ≤ k|x − x0|−1
|y2 − y1|
integrando esta desigualdad de x0 hasta x1 obtenemos
u(x1) − u(x0) ≤
x1
x0
|t − x0|−1
u(t)
ya que hemos considerado u(x) := |y2(x) − y1(x)|
Luego
m = v(x1) ≤ |x1 − x0|−k
x1
x0
|t − x0|−1
u(t)
pues v(x) = u(x)(x − x0)−k
de donde u(x) = v(x)(x − x0)k
.
≤ (x − x0)−k
x1
x0
k(t − x0)k−1
v(t)dt
< m(x − x0)−k
x1
x0
k(t − x0)k−1
dt
= m(x − x0)−k
(x − x0)k
= m
lo cual es una contradicci´on. Por tanto v(x) ≡ 0, luego u(x) = 0 en [x0, x0 +a].
Teorema 4.10 ([Teorema unicidad de Van Kampen]). Sea f(x, y)
una funci´on continua en S y para todo (x, y) ∈ S se cumple
|f(x, y)| ≤ A|x − x0|p
, p > −1; A > 0 (4.8)
adem´as para cada (x, y1), (x, y2) de S se satisface
|f(x, y1) − f(x, y2)| ≤
C
|x − x0|r
|y1 − y2|q
, q ≥ 1; C > 0 (4.9)
con q(1 + p) − r = p, ρ = C(2A)q−1
/(p + 1)q
< 1. Entonces el PVI (1.1)
tiene a lo m´as una soluci´on en |x − x0| ≤ a.
Prueba. Supongamos que y1(x) y y2(x) son dos soluciones de (1.1) en
|x − x0| ≤ a. Ahora mostraremos que y1(x) = y2(x) s´olo en el intervalo
[x0 − a, x0].
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 43
Consideramos
|y′
2(x) − y′
1(x)| = |f(x, y2(x)) − f(x, y1(x))|
integrando desde x hasta x0 tenemos que
u(x) = |y1(x) − y2(x)| ≤
x0
x
|f(x, y1(t)) − f(x, y2(t))|dt
y por (4.8) tenemos
≤ 2A
x0
x
(x0 − t)p
dt =
2A
p + 1
(x0 − x)p+1
de donde obtenemos aplicando (4.9)
u(x) ≤ C
x0
x
1
(x0 − t)r
uq
(t)dt
≤ C(
2A
p + 1
)q
x0
x
(x − t)q(p+1)−r
dt = ρ(
2A
p + 1
)(x0 − x)p+1
de esta nueva estimativa y (4.9) tenemos
u(x) ≤ ρ1+q
(
2A
P + 1
)(x0 − x)p+1
.
Continuando de esta manera obtenemos
u(x) ≤ ρ1+q+2+···+qm
(
2A
p + 1
)(x0 − x)p+1
, m = 1, 2, . . .
Como q > 1 y ρ < 1, se sigue que u(x) = 0 en [x0 − a, x0].
44 Luis Carrillo D´ıaz
PR´ACTICA N◦
04
1. Sea f(x, y) una funci´on continua que satisface la condici´on de Lipschitz
generalizada
|f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ L(x)|y1 − y2|
para todo (x, y1), (x, y2) ∈ S, donde la funci´on L(x) es tal que la integral
x0+a
x0−a
L(t)dt existe. Probar que el PVI (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on
en |x − x0| ≤ a.
2. Sea f(x, y) continua en S+, que para todo (x, y1); (x, y2) en S+, con
y2 ≥ y1 satisface una condici´on de Lipschitz lateral
f(x, y2) − f(x, y1) ≤ L(y2 − y1).
Pruebe que (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en x0 ≤ x ≤ x0 + a.
3. Dada la ecuaci´on y′
= xg(x, y) supongamos que g y ∂g/∂y son definidas
y continuas para todo (x, y). Muestre que:
(a) y(x) ≡ 0 es una soluci´on.
(b) Si y = y(x) para x ∈ (α, β) es una soluci´on y si y(x0) > 0 con
x0 ∈ (α, β) entonces y(x) > 0 para todo x ∈ (α, β).
(c) Si y = y(x) para x ∈ (α, β) es una soluci´on y si y(x0) < 0 con
x0 ∈ (α, β) entonces y(x) < 0 para todo x ∈ (α, β).
Cap´ıtulo 5
Inecuaciones diferenciales
En esta oportunidad introducimos el estudio de las llamadas inecuaciones
diferenciales, tema poco difundido a nivel de un Curso de Ecuaciones Dife-
renciales Ordinarias. Es natural suponer algunas preguntas que deben hacerse
algunos lectores: Si el curso es de Ecuaciones Diferenciales Ordinarias, ¿por-
qu´e estudiar inecuaciones diferenciales? Indudablemente que en el contexto
actual en que los m´etodos de aproximaci´on num´erica est´an de moda, el estu-
diar inecuaciones diferenciales permite establecer un intervalo variable, en el
cual oscila la soluci´on de nuestro problema de valor inicial (1.1); as´ı muchas
veces bastar´a conocer las soluciones de dos inecuaciones diferenciales, entre
las cuales se encuentra la soluci´on de una ecuaci´on diferencial, para conocer
con bastante aproximaci´on el valor de la soluci´on del PVI (1.1), el cual es una
ecuaci´on diferencial.
Consideramos a f(x, y) una funci´on continua en un dominio D.
Definici´on 5.1. Decimos que una funci´on y(x) es soluci´on de la inecua-
ci´on diferencial y′
> f(x, y) en el intervalo J = [x0, x0 + a) si
i) y′
(x) existe para cada x ∈ J
ii) Los puntos (x, y(x)) ∈ D para cada x ∈ J, y
iii) y′
(x) > f(x, y(x)) para todo x ∈ J.
Las soluciones de las inecuaciones y′
≥ f(x, y), y′
< f(x, y), y′
≤ f(x, y)
son definidas de manera an´aloga.
Ejemplo 5.2. Es f´acil verificar que la funci´on y(x) = cot x es soluci´on de la
inecuaci´on diferencial y′
< −y2
en el intervalo J = (0, π)
Efectivamente, vemos que
45
46 Luis Carrillo D´ıaz
i) y′
(x) = − csc2
x; existe para todo x ∈ J = (0, π)
ii) (x, y(x)) ≡ (x, cot x) ∈ D; ∀x ∈ J
iii) − csc2
x < − cot2
x; para todo x ∈ J
5.1. Resultados b´asicos
Teorema 5.3. Sean f(x, y) una funci´on continua en el dominio D, y
y1(x), y2(x) son soluciones de las inecuaciones diferenciales
y′
1 ≤ f(x, y1); y′
2 > f(x, y2) (5.1)
sobre J. Entonces y1(x0) < y2(x0) implica que
y1(x) < y2(x); para todo x ∈ J (5.2)
Prueba. Si no se cumpliera (5.2) entonces el conjunto
A = {x ∈ J : y1(x) ≥ y2(x)} = Φ
x◦
x◦+ a
y
2
y
1
x*
Sea x∗
la mayor de las cotas inferiores de A, entonces x0 < x∗
y y1(x∗
) = y2(x∗
).
Para h < 0 se tiene que y1(x∗
+ h) < y2(x∗
+ h), luego
y′
1(x∗
− 0) = l´ım
h→0
y1(x∗
+ h) − y1(x∗
)
h
≥ l´ım
h→0
y2(x∗
+ h) − y2(x∗
)
h
= y′
2(x∗
− 0).
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 47
es decir
y′
1(x∗
) ≥ y′
2(x∗
)
pero por (5.1) se obtiene
f(x∗
, y1(x∗
)) ≥ y′
1(x∗
) ≥ y′
2(x∗
) > f(x∗
, y2(x∗
))
de donde f(x∗
, y1(x∗
)) > f(x∗
, y2(x∗
)), y como y1(x∗
) = y2(x∗
), esta desigual-
dad es contradictoria; en consecuencia el conjunto A es vac´ıo, con lo cual se
verifica la desigualdad (5.2).
Observaci´on 5.4. El teorema (5.3) sigue siendo v´alido si en (5.1) se cambia
≤ por <, y > por ≥; pero no se sigue cumpliendo si se cambian las desigual-
dades por igualdades como observamos en el siguiente ejemplo
El problema
y′
= y2/3
; y(0) = 0
tiene soluciones y1(x) = x3
/27; y2(x) = 0 en [0, +∞), se observa que para
estas ecuaciones si se reemplazan en (5.3) las desigualdades por igualdades
estas se siguen cumpliendo, pero vemos que x3
/27 0 en (0, ∞).
Corolario 5.5. Sea f(x, y) una funci´on continua en un dominio D. Si
adem´as se cumplen:
i) y(x) es una soluci´on del problema de valor inicial (1.1) en el intervalo
J = [x0, x0 + a)
ii) y1(x) y y2(x) son las soluciones de las inecuaciones diferenciales
y′
1(x) < f(x, y1(x)) ; y′
2(x) > f(x, y2(x)) en el intervalo J.
iii) y1(x0) ≤ y0 ≤ y2(x0).
Entonces y1(x) < y(x) < y2(x); para x ∈ (x0, x0 + a).
Prueba. Probaremos que y(x) < y2(x); para x ∈ (x0, x0 + a).
Si y0 < y2(x0), entonces de iii) se tendr´ıa y1(x0) ≤ y0 < y2(x0), es decir
y1(x0) < y2(x0), por tanto el resultado se obtiene por aplicaci´on del Teorema
(5.3).
Ahora suponemos que y0 = y2(x0). Hagamos z(x) = y2(x) − y(x), entonces
z′
(x0) = y′
2(x0) − y′
(x0) > f(x0, y2(x0)) − f(x0, y(x0)) = 0, [Por la segunda
inecuaci´on de (ii) y por (i) donde se afirma que y(x) es una soluci´on del PVI
48 Luis Carrillo D´ıaz
(1.1)]; es decir z(x) es creciente a la derecha de x0 en un intervalo suficiente-
mente peque˜no [x0, x0 + δ], entonces
z(x0) < z(x0 + δ)
es decir 0 < y2(x0 +δ)−y(x0 +δ) de donde se tiene que y(x0 +δ) < y2(x0 +δ).
Por una nueva aplicaci´on del Teorema (5.3) se tiene que y(x) < y2(x) para todo
x ∈ [x0 + δ, x0 + a). Desde que δ puede ser escogido suficientemente peque˜no,
se tiene que el Corolario es v´alido.
Ejemplo 5.6. Consideremos el PVI
y′
= y2
+ x2
; y(0) = 1; x ∈ [0, 1) (5.3)
Para la funci´on y1(x) = 1 +
x3
3
, se tiene que y1(0) = 1, y para x ∈ (0, 1) se
tiene
y′
1(x) = x2
< (1 +
x3
3
)2
+ x2
= y2
1(x) + x2
.
En forma an´aloga se tiene para la funci´on y2(x) = tan(x+π/4), que y2(0) =
1 y para x ∈ (0, π/4) se tiene que
y′
2(x) = sec2
(x + π/4) = tan2
(x + π/4) + 1 > y2
2(x) + x2
Luego por el Corolario (5.5) la soluci´on del PVI (1.1) queda entre y1(x) y y2(x);
es decir
1 +
x3
3
< y(x) < tan(x + π/4); x ∈ (0, 1)
El siguiente resultado es una aplicaci´on del Teorema (5.3)
Teorema 5.7. Sea f(x, y) una funci´on continua en el dominio D, y para
todo (x, y), (x, z) ∈ D con x ≥ x0, y ≥ z se verifica
f(x, y) − f(x, z) ≤ L(y − z). (5.4)
Adem´as suponemos que las condiciones(i)-(iii) del Corolario (5.5) con
desigualdad estricta en (ii) reemplazadas por igualdades son satisfechas.
Entonces y1(x) ≤ y(x) ≤ y2(x); ∀x ∈ J.
Prueba. Definimos z1(x) = y1(x) − ǫeλ(x−x0)
, donde ǫ > 0 y λ > L
Por las hip´otesis anteriores se tiene que
z′
1(x) = y′
1(x) − ǫeλ(x−x0)
≤ f(x, y1(x)) − ǫeλ(x−x0)
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 49
≤ f(x, z1(x)) + ǫ(L − λ)eλ(x−x0)
< f(x, z1(x))
En forma an´aloga para la funci´on z2(x) = y2(x) + ǫeλ(x−x0)
se tiene que
z′
2(x) > f(x, z2(x)).
Tambi´en, z1(x0) < y1(x0) ≤ y0 ≤ y2(x0) < z2(x0) es evidente. Por lo tanto las
condiciones del Teorema (5.3) para las funciones z1(x) y z2(x) son satisfechas,
por lo cual
z(x) < y(x) < z2(x) para todo x ∈ J (5.5)
haciendo ǫ → 0 en (5.5) se obtiene lo deseado.
Corolario 5.8. Supongamos que las condiciones del Teorema (5.7) son
satisfechas con (5.4) sustituida por la condici´on de Lipschitz para todo
x ≥ x0 y si (iii) del Corolario (5.5) es reemplazada por y1(x0) = y0 =
y2(x0). Entonces para cualquier x1 ∈ J tal que x1 > x0
y1(x1) < y(x1); (y(x1) < y2(x1)) o y1(x) = y(x)(y(x) = y2(x))∀x ∈ [x0, x1].
Prueba. Para x ≥ x0 y y ≥ z la condici´on de Lipschitz es equivalente a
−L(y − z) ≤ f(x, y) − f(x, z) ≤ L(y?z) (5.6)
y luego por el Teorema (5.7) se sigue que y1(x) ≤ y(x) ≤ y2(x).
Como y1(x0) = y(x0) = y2(x0) a menos que y(x) = y1(x)(y(x) = y2(x)), existe
alg´un x1 > x0 en el cual y1(x1) < y(x1)(y(x − 1) < y2(x1)). Sin embargo de
(5.6) encontramos que
y′
1(x) − y′
(x) ≤ f(x, y1(x)) − f(x, y(x)) ≤ L(y(x) − y1(x)),
lo cual es equivalente a
d
dx
(eLx
(y1(x) − y(x))) ≤ 0
luego la funci´on eLx
(y1(x) − y(x)) no puede ser creciente y para cualquier
x > x1
eLx
(y1(x) − y(x)) ≤ eLx1
(y1(x1) − y(x1)) < 0
Luego, y1(x) < y(x); ∀x > x1. por lo tanto, si y(x1) = y1(x1) en cualquier
punto x1, entonces y(x) = y1(x) en [x0, x1].
Ahora presentaremos otra aplicaci´on del Teorema (5.3).
50 Luis Carrillo D´ıaz
5.2. Soluciones maximales y minimales
Definici´on 5.9. Una soluci´on r(x) (respectivamente ρ(x)) del PVI (1.1)
la cual existe en el intervalo J, es llamada soluci´on maximal (respectiva-
mente minimal) si para una soluci´on arbitraria de (1.1) existiendo en J,
la desigualdad
y(x) ≤ r(x); (respectivamente ρ(x) ≤ y(x))
se cumple para todo x ∈ J
Si las soluciones maximales o minimales existen, son ´unicas.
Teorema 5.10. Si f(x, y) es una funci´on continua en S+ = {(x, y) : x0 ≤
x ≤ x0 + a; |y − y0| ≤ b}. Entonces existe una soluci´on maximal r(x) y
una soluci´on minimal del PVI (1.1) en el intervalo [x0, x0 + α], donde
α = m´ın{a, b/(2M + b)}; donde M > 0 satisface |f(x, y)| ≤ M para todo
(x, y) ∈ S+.
Prueba. Probaremos la existencia de la soluci´on maximal r(x).
Sea 0 < ǫ ≤ b/2 y consideremos el PVI
y′
= f(x, y) + ǫ; y(x0) = y0 + ǫ. (5.7)
Desde que la funci´on fǫ(x, y) = f(x, y) + ǫ es continua en Sǫ = {(x, y) : x0 ≤
x ≤ x0 + a; |y − y(x0 + ǫ)| ≤ b/2}, y Sǫ ⊆ S+, encontramos que |f(x, y)| ≤
M+b/2 en Sǫ. Luego del Corolario (3.2) se sigue que el problema (5.7) tiene una
soluci´on y(x, ǫ) en el intervalo [x0, x0 +α], donde α = m´ın{a, b/(2M +b)}. Para
0 < ǫ2 < ǫ1 ≤ ǫ, tenemos que y(x0, ǫ2) < y(x0, ǫ1) y y′
(x, ǫ2) = f(x, y(x, ǫ2)) +
ǫ2, y′
(x, ǫ1) > f(x, y(x, ǫ1))+ǫ2 para x ∈ [x0, x0 +α]. Luego el Teorema (5.3) es
aplicable y tenemos y(x, ǫ2) < y(x, ǫ1) para todo x ∈ [x0, x0 + α]. Ahora como
en el Teorema (??) es f´acil ver que la familia de funciones y(x, ǫ) es equicontinua
y uniformemente acotada en [x0, x0 + α], luego del Teorema 7.10 existe una
sucesi´on decreciente {ǫn} tal que ǫn → 0 cuando n → ∞, y l´ımn→∞ y(x, ǫn)
existe uniformemente en [x0, x0 + α]. Denotamos esta funci´on l´ımite por r(x).
Obviamente r(x0) = y0 y la continuidad uniforme de f, con
y(x, ǫn) = y0 + ǫn +
x
x0
[f(t, y(t, ǫn)) + ǫn]dt
nos da a r(x) como una soluci´on de (1.1).
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 51
Afirmaci´on. r(x) es la soluci´on maximal de (1.1) en [x0, x0 + α]
Sea y(x) cualquier soluci´on del PVI (1.1) en [x0, x0 + α], entonces y(x0) =
y0 < y0 + ǫ = y(x0, ǫ), y y′
(x) < f(x, y(x)) + ǫ; y′
(x, ǫ) = f(x, y(x, ǫ)) + ǫ
para todo x ∈ [x0, x0 + α] y 0 < ǫ ≤ b/2, luego del Teorema (5.3) se sigue
que y(x) < y(x, ǫ), x ∈ [x0, x0 + α]. Por la unicidad de la soluci´on maximal se
muestra que y(x, ǫ) tiende uniformemente a r(x) en [x0, x0 + α] cuando ǫ → 0.
Ejemplo 5.11. Para el problema de valor inicial
y′
= |y|1/2
; y(0) = 0
es claro que r(x) = x2
/4, ρ(x) = 0; si x ≥ 0; y r(x) = 0, ρ(x) = −x2
/4 si
x ≤ 0 y
Ahora como una aplicaci´on de la soluci´on maximal r(x) se probar´a el si-
guiente Teorema.
Teorema 5.12. Sea f(x, y) una funci´on continua en un dominio D, y sea
r(x) la soluci´on maximal del problema (1.1) en el intervalo J = [x0, x0+a).
Sea y(x) una soluci´on de la inecuaci´on diferencial
y′
≤ f(x, y(x)) (5.8)
en J. Entonces y(x0) ≤ y0 implica que
y(x) ≤ r(x); para todo x ∈ J (5.9)
Prueba. Para x1 ∈ (x0, x0 +a) un argumento an´alogo al usado en el Teorema
(5.10) muestra que existe una soluci´on maximal r(x, ǫ) de (5.7) en [x0, x1] para
todo ǫ suficientemente peque˜no y adem´as l´ımǫ→0 r(x, ǫ) = r(x) uniformemente
en [x0, x1]. Ahora de (5.7) y de (5.8) junto con y(x0) ≤ y0 < r(x, ǫ) se obtiene
que
y(x) < r(x, ǫ) (5.10)
en [x0, x1]
La desigualdad (5.9) se sigue tomando ǫ → 0 en (5.10).
Comentario 5.13. Las inecuaciones diferenciales son tambi´en muy usadas
para obtener resultados de no existencia global y explosi´on de soluciones en
tiempo finito de ecuaciones diferenciales parciales; as´ı en el M´etodo de Kaplan
o del primer coeficiente de Fourier las inecuaciones se muestran muy potentes
con el auxilio de la famosa desigualdad de Jensen.
52 Luis Carrillo D´ıaz
Cap´ıtulo 6
Dependencia continua de los
datos iniciales
En muchos de modelos f´ısicos representados por el problema de valor inicial
(1.1), los diversos par´ametros que intervienen en su formulaci´on no pueden ser
cuantificados de manera exacta, ya sea por los errores materiales y humanos
que existen o por el grado de precisi´on de los equipos empleados en hacer las
mediciones correspondientes. Otro factor que interviene en esta introducci´on
de errores es el ajuste final del modelo matem´atico a estudiar, esto se presenta
al captar datos experimentales del fen´omeno estudiado, as´ı por ejemplo, si el
fen´omeno real nos provee de valores para f(x, y) los cuales oscilan entre −1 y
1,como se muestra en la figura, es muy dificil que exista una funci´on f(x, y) que
tenga exactamente dichos valores reales, entonces lo que se hace es considerar
una funci´on que se ajuste o describa aproximadamente dicho comportameiento
real del fen´omeno.
0
1
-1
Datos en el laboratorio
Se observa entonces que es muy importante tener la certeza que leves varia-
ciones en la toma de los datos iniciales f(x, y) y (x0, y0), nos den soluciones del
53
54 Luis Carrillo D´ıaz
problema (1.1) las cuales difieran tambien muy levemente. Este comportamien-
to es lo que se conoce como dependencia continua de los datos iniciales, que
es un ingrediente esencial de lo que se conoce como estabilidad de soluciones.
Cuando no existe dependencia continua de los datos iniciales puede ocurrir
que peque˜nas variaciones en los datos iniciales impliquen grandes variaciones
en las soluciones resultantes. Por lo general la mayor´ıa de las soluciones del
problema (1.1) no son exactas y se emplean m´etodos de aproximaci´on num´eri-
cos para obtener soluciones aproximadas, pero si no existe garant´ıa de que
exista dependencia continua de los datos iniciales o que exista unidad de solu-
ciones, entonces tampoco habr´ıa garant´ıa de que nos estemos aproximando a
la soluci´on correcta.
Teorema 6.1. Si las siguientes condiciones son satisfechas:
i. f(x, y) es continua y acotada por M sobre un dominio D el cual
contiene los puntos (x0, y0) y (x1, y1).
ii. f(x, y) satisface una condici´on de Lipschitz uniforme sobre D.
iii. g(x, y) es continua y acotada por M1 en D.
iv. y(x) y z(x) son soluciones del problema (1.1) y se cumple que
z′
(x) = f(x, z) + g(x, z); z(x1) = y1
existe en un intervalo J conteniendo a x0 y x1.
Entonces para todo x ∈ J, la siguiente desigualdad se cumple
|y(x)−z(x)| ≤ (|y0−y1|+(M+M1)|x1−x0|+
1
L
M1)×exp(L|x−x0|)−
1
L
M1
(6.1)
1
Prueba. De la Proposici´on (1.5) se tiene que para todo x ∈ J
z(x) = y1 +
x
x1
[f(t, z(t)) + g(t, z(t))]dt
= y1 +
x
x0
f(t, z(t))dt +
x0
x1
f(t, z(t))dt +
x
x1
g(t, z(t))dt
Luego tenemos
1
La funci´on f(x, y) satisface la condici´on de Lipschitz uniformemente en cualquier domi-
nio D si para cualquier par de puntos (x, y1) , (x, y2) en D se tiene |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤
L|y1 − y2|, donde L es una constante no negativa llamada constante de Lipschitz.
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 55
y(x) − z(x) = y0 − y1 =
x
x0
[f(t, y(t)) − f(t, z(t))]dt
+
x1
x0
f(t, z(t))dt −
x
x1
g(t, z(t))dt. (6.2)
de (6.2) tenemos
|y(x)−z(x)| ≤ |y0 −y1|+(M +M1)|x1 −x0|+M1|x−x0|+L
x
x0
|y(t)−z(t)|dt
(6.3)
La desigualdad de (6.3) es la misma que la del Corolario (1.11) con c0 =
|y0 − y1| + (M + M1)|x − x0|, c1 = M1; c2 = L y u(x) = |y(x) − z(x)| con lo
cual la desigualdad (6.1) se cumple.
Comentario 6.2. Se observa de la ecuaci´on (6.1) que la diferencia de las solu-
ciones del PVI (1.1), y(x) y z(x) en J, resulta peque˜na si la funci´on f(x, y) y el
punto inicial (x0, y0) var´ıan continuamente (levemente). Tambi´en observamos
que la soluci´on z(x) del problema de valor inicial
z′
(x) = f(x, z) + g(x, z); z(x1) = y1
no requiere ser ´unica en J.
Ejemplo 6.3. Consideremos el problema de valor inicial
y′
= sen(xy); y(0) = 1 (6.4)
en el rect´angulo S = {(x, y); |x| ≤ 1/2; |y − 1| ≤ 1/2}.
Para aplicar el Teorema (2.4), vemos que a = 1/2, b = 1/2, y que
m´ax
x∈S
| sin(xy)| ≤ 1 ≤ M
y por el Teorema (1.7) vemos que la funci´on sin(xy) satisface la condici´on de
Lipschitz en S y el m´axS |x cos(xy)| = 1/2 = L, luego el problema (6.4) tiene
una ´unica soluci´on en el intervalo |x| ≤ h ≤ 1/2.
Como una aproximaci´on del problema (6.4) consideramos el problema
z′
= xz; z(0) = 1,1 (6.5)
la cual tambi´en tiene una soluci´on ´unica z(x) = 1,1e(x2/2)
en el intervalo |x| ≤
1/2. Por la f´ormula de Taylor encontramos que
|g(x, y)| = | sin xy − xy| ≤
1
6
|xy|3
≤
1
6
(1/2)3
(3/2)3
=
9
128
= M1
56 Luis Carrillo D´ıaz
Haciendo uso del Teorema (6.1) para los PVIs anteriores obtenemos una
cota de error superior para la diferencia entre las soluciones y(x) y z(x)
|y(x) − z(x)| ≤ (0,1 +
9
64
exp(|x|/2) −
9
64
, ∀|x| ≤ 1/2.
Para enfatizar la dependencia del punto inicial (x0, y0) escribiremos y(x, x0, y0)
para denotar la soluci´on y(x) del PVI (1.1).
Teorema 6.4. Supongamos que se satisfacen las siguientes sentencias:
i) f(x, y) es continua y acotada por M en un dominio D que contiene
a (x0, y0).
ii)
∂f(x, y)
∂y
existe, es continua y es acotada por L en D.
iii) La soluci´on y(x, x0, y0) del PVI (1.1) existe en un intervalo J
conteniendo al punto x0.
Entonces se tiene que y(x; x0, y0) es diferenciable con respecto a y0
y z(x) =
∂y(x; x0, y0)
∂y0
es soluci´on del problema de valor inicial
z′
=
∂f
∂y
(x, y(x; x0, y0))z (6.6)
z(x0) = 1 (6.7)
La ecuaci´on (6.6) es llamada la ecuaci´on variacional correspondiente a la
soluci´on y(x; x0, y0).
Prueba. Sea (x0, y1) ∈ D tal que la soluci´on y(x, x0, y1) del PVI
y′
= f(x, y); y(x0) = y1
existe en el intervalo J1. Entonces para todo x ∈ J2 = J ∩ J1, el Teorema (6.4)
implica que
|y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1)| ≤ |y0 − y1|eL|y0−y1|
es decir |y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1)| → 0, cuando |y0 − y1| → 0.
Ahora para cada x ∈ J2 se cumple que
y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1) − z(x)(y0 − y1)
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 57
=
x
x0
[f(t, y(t, x0, y0)) − f(t, y(t, x0, y − 1)) −
∂f
∂y
(t, y(t, x0, y0))z(t)(y0 − y1)]dt
=
x
x0
∂f
∂y
(t, y(t, x0, y0))[y(t, x0, y0) − y(t, x0, y1) − z(t)(y0 − y1)]dt
+
x
x0
δ{y(t, x0, y0), y(t, x0, y1)}dt,
donde δ{y(t, x0, y0), y(t, x0, y1)} → 0, cuando |y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1)| → 0,
es decir cuando |y0 − y1| → 0.
De aqui encontramos que
|y(x, x0, y0) − y(x, x0, y11) − z(x)(y0 − y1)|
≤ L|
x
x0
|y(t, x0, y0) − y(t, x0, y1) − z(t)(y0 − y1)|dt| + o(|y0 − y1|).
Ahora aplicamos el Corolario (1.11) y obtenemos
|y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1) − z(x)(y0 − y1)| ≤ o(|y0 − y1|)exp(L|x − x0|).
Luego
|y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1) − z(x)(y0 − y1)| → 0 cuando |y0 − y1| → 0.
con lo cual se completa la prueba.
A continuaci´on mostraremos que las condiciones del Teorema (6.4) son
suficientes para que la soluci´on y(x, x0, y0) sea diferenciable con respecto a x0.
Teorema 6.5. Supongamos que se satisfacen las hip´otesis del Teorema
(6.4). Entonces la soluci´on y(x, x0, y0) es diferenciable con respecto a x0
y z(x) = ∂y(x, x0, y0)/∂x0 es la soluci´on de la ecuaci´on variacional (6.6)
satisfaciendo la condici´on inicial
z(x0) = −f(x0, y0). (6.8)
Prueba. La prueba es similar a la del Teorema (6.4)
Notar que la ecuaci´on variacional (6.6) puede ser obtenida directamente
diferenciando la relaci´on
y′
(x, x0, y0) = f(x, y(x, x0, y0))
58 Luis Carrillo D´ıaz
con relaci´on a y0 ( o a x0 ); adem´as como y(x0, x0, y0) = y0, diferenciando con
respecto a y0 obtenemos la condici´on inicial (6.7). Para obtener la condici´on
inicial (6.8) empezamos con la ecuaci´on integral
y(x, x0, y0) = y0 +
x
x0
f(t, y(t, x0, y0))dt
y diferenciando con respecto a x0 obtenemos
∂y(x, x0, y0)
∂x0
|x=x0 = −f(x0, y0).
Para finalizar, consideraremos el problema
y′
= f(x, y, λ); y(x0) = y0 (6.9)
donde λ es un par´ametro real.
La prueba del siguiente teorema es muy similar a la de los resultados an-
teriores.
Teorema 6.6. Supongamos que se cumple lo siguiente:
i) f(x, y, λ) es continua y acotada por M en un dominio D ⊂ R3
que
contiene al punto (x0, y0, λ0).
ii) ∂f(x, y, λ)/∂y existe, ∂f(x, y, λ)/∂λ es continua y acotada por L y
L1 respectivamente en D.
Entonces se cumple:
1. Existen n´umeros positivos h y ǫ tal que dado cualquier n´umero λ
en el intervalo |λ − λ0| ≤ ǫ, existe una ´unica soluci´on y(x, λ) del
problema de valor inicial (6.9) en el intervalo |x − x0| ≤ h.
2. Para todo λ1, λ2 del intervalo |λ−λ0| ≤ ǫ y x en el intervalo |x−x0| ≤
h se cumple la desigualdad
|y(x, λ1) − y(x, λ2) ≤
L1|λ1 − λ2|
L
(exp(L|x − x0|) − 1) (6.10)
3. La soluci´on y(x, λ) es diferenciable con respecto a λ, y z(x, λ) =
∂y(x, λ)/∂λ es la soluci´on del problema de valor inicial
z′
(x, λ) =
∂f
∂y
(x, y(x, λ), λ)z(x, λ) +
∂f
∂λ
(x, y(x, λ), λ) (6.11)
z(x0, λ) = 0 (6.12)
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 59
Si λ es tal que |λ − λ0| es suficientemente peque˜no entonces se dice que se
tiene una aproximaci´on de primer orden de la soluci´on y(x, λ) dada por
y(x, λ) ≃ y(x, λ0)+(λ−λ0)[
∂y
∂λ
(x, λ)]x=λ0 = y(x, λ0)+(λ−λ0)z(x, λ0). (6.13)
Ejemplo 6.7. Consideremos el problema de valor inicial
y′
= λy2
+ 1; y(0) = 0 (λ ≥ 0) (6.14)
para el cual la soluci´on y(x, λ) =
1
√
λ
tan
√
λx existe en (−π/(2
√
λ), π/(2
√
λ)).
Si en (6.14) consideramos λ = 0 entonces y(x, 0) = x; desde que
∂f
∂y
= 2λy
y
∂f
∂λ
= y2
, entonces el problema de valor inicial correspondiente a (6.11) y
(6.12) es
z′
(x, 0) = x2
; z(0, 0) = 0
cuya soluci´on es z(x, 0) = x3
/3. Luego para λ cercano a cero, (6.13) nos
da la aproximaci´on
y(x, λ) =
1
√
λ
tan(
√
λx) ≃ x + λ
x3
3
.
60 Luis Carrillo D´ıaz
Cap´ıtulo 7
Sistemas de ecuaciones
diferenciales
Hasta el momento el estudio se ha realizado con relaci´on al problema (1.1),
el cual contiene una ecuaci´on diferencial con una inc´ognita que toma valor es-
calar. En este cap´ıtulo extenderemos los resultados obtenidos para el problema
de valor inicial (1.1) a sistemas de ecuaciones diferenciales de primer orden. El
an´alisis lo haremos fundamentalmente sobre los sistemas bidimensionales de
primer orden, ya que dicho abordaje nos servir´a de soporte para el estudio de
los Sistemas bidimensionales aut´onomos.
Consideremos el sistema de ecuaciones diferenciales siguiente
u′
1 = g1(x, u1, u2)
u′
2 = g2(x, u1, u2)
(7.1)
donde u1 y u2 son las funciones inc´ognitas que dependen de la variable inde-
pendiente x, y supongamos que g1, g2 son funciones continuas en un dominio
E de R3
.
Definici´on 7.1. Una soluci´on de (7.1) en un intervalo J, es un conjunto
de dos funciones u1, u2 tales que
i) Existen u′
1(x) y u′
2(x) para todo x del intervalo J.
ii) Para todo x ∈ J, los puntos (x, u1(x), u2(x)) ∈ E
iii) u′
i(x) = gi(x, u1(x), u2(x)) para todo x ∈ J; i = 1, 2.
Ejemplo 7.2. El sistema diferencial simult´aneo de primer orden u′
1(x) =
1; u′
2(x) = 2x tiene por soluci´on u1(x) = x y u2(x) = x2
Con relaci´on al sistema (7.1) podemos dar condiciones iniciales
u1(x0) = u0
1; u2(x0) = u0
2 (7.2)
61
62 Luis Carrillo D´ıaz
donde x0 es un valor espec´ıfico de x en J, y u0
1 y u0
2 son n´umeros tales que
(x0, u0
1, u0
2) ∈ E.
El sistema diferencial (7.1) junto con la condici´on inicial (7.2) constituyen
un problema de valor inicial.
Ejemplo 7.3. El sistema diferencial simult´aneo de primer orden



u′
1(x) = u1
u′
2(x) = u2
1
u1(0) = 1
u2(0) = 3/2
(7.3)
tiene por soluci´on al par de funciones
u1(x) = ex
, u2(x) = 1 +
1
2
e2x
Los sistemas diferenciales (7.1)-(7.2) se originan en biolog´ıa y aplicaciones
f´ısicas y frecuentemente describen sistemas muy complejos.
Es importante observar que los sistemas diferenciales de primer orden se
originan tambi´en a partir de ecuaciones de orden susperior con relaci´on a
una sola variable, como lo ilustraremos en los ejemplos que presentamos a
continuaci´on.
Ejemplo 7.4. Convertir la ecuaci´on diferencial
an(x)
dn
u
dxn
+ an−1(x)
dn−1
u
dxn−1
+ · · · + a0u = 0
en un sistema de n ecuaciones de primer orden.
Soluci´on.
Sean u1(x) = y, u2(x) = dy/dx, . . ., un(x) = dn−1
y/dxn−1
, entonces
du1/dx = u2, du2/dx = u3, . . . , dun−1/dxn−1
= un,
y
dun/dx = −
an−1(x)un + an−1(x)un−2 + · · · + a0u1
an(x)
Ejemplo 7.5. Convertir el PVI
d3
y
dt3
+ (
dy
dt
)2
+ 3y = et
; y(0) = 1, y′
(0) = 0, y′′
(0) = 0
en un problema de valor inicial en las variables y, dy/dt, d2
y/dt2
.
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 63
Soluci´on.
Sean u1(t) = y, u2(t) = dy/dt y u3(t) = d2
y/dt2
. Entonces
du1
dt
= u2;
du2
dt
= u3;
du3
dt
= et
− u2
2 − 3u1
Adem´as las funciones u1, u2, u3 satisfacen las condiciones iniciales u1(0) =
1, u2(0) = 0, u3(0) = 0.
Estudiaremos lo relativo a la existencia y unicidad para el PVI (7.1)-(7.2),
desde la perspectiva de una notaci´on vectorial; en tal perspectiva denotaremos
con
u(x) = (u1(x), u2(x)); y g(x, u) = (g1(x, u), g2(x, u))
y convenimos que las derivaciones e integraciones son ejecutadas puntualmente
en cada componente, es decir
u′
(x) = (u′
1(x), u′
2(x));
β
α
u(x)dx = (
β
α
u1(x)dx,
β
α
u2(x)dx).
Con esta notaci´on el problema de valor inicial (7.1)-(7.2) puede escribirse como
u′
= g(x, u); u(x0) = u0
(7.4)
lo cual es exactamente igual, en forma, a la expresi´on de (1.1), con la diferencia
que ahora u y u′
son funciones definidas en J tomando sus valores en R2
, y
g(x, u) es una funci´on definida en E ⊆ R3
con valores en R2
y u0
= (u0
1, u0
2).
Se dice que la funci´on g(x, u) := (g1(x, u), g2(x, u2)) es continua en E si
cada una de sus funciones componentes g1 y g2 son continuas en E
Se dice que la funci´on g(x, u) es Lipschitz continua uniformemente en E
si existe una constante positiva L tal que
g(x, u) − g(x, v) ≤ L u − v (7.5)
para todo (x, u); (x, v) ∈ E
Teorema 7.6. Sea E un dominio convexo y para todo (x, u) ∈ E las
derivadas parciales ∂g/∂u1, ∂g/∂u2 existen y ∂g/∂u ≤ L. Entonces la
funci´on g(x, u) satisface la condici´on de Lipschitz (7.5) en E con constante
de Lipschitz L.
64 Luis Carrillo D´ıaz
Prueba. Sean (x, u) y (x, v) puntos fijados en E. Por la convexidad de E los
puntos (x, v + t(u − v)) ∈ E; ∀t ∈ [0, 1]. Luego la funci´on de valor vectorial
G(t) = g(x, v + t(u − v)), para 0 ≤ t ≤ 1 est´a bi´en definida. Adem´as
G′
(t) = (u1 − v1)
∂g
∂u1
(x, v + t(u − v)) + (u2 − v2)
∂g
∂u2
(x, v + t(u − v))
de donde
G′
(t) ≤
2
i=1
|
∂gi
∂u1
(x, v+t(u−v))||u1 −v1|+
2
i=1
|
∂gi
∂u2
(x, v+t(u−v))||u2 −v2|
≤ L[|u1 − v1| + |u2 − v2|]
= L u − v
Ahora de la relaci´on
g(x, u) − g(x, v) = G(1) − G(0) =
1
0
G′
(t)dt
tenemos que
g(x, u) − g(x, v) ≤
1
0
G′
(t) dt ≤ L u − v
Procediendo con los mismos argumentos que en la Proposici´on (1.5) se
verifica que si g(x, u) es continua en el dominio E, entonces cualquier soluci´on
de (7.4) es soluci´on de la ecuaci´on integral
u(x) = u0
+
x
x0
g(t, u(t))dt (7.6)
y rec´ıprocamente.
Para encontrar una soluci´on de la ecuaci´on integral (7.6) se usa el m´eto-
do de Picard de aproximaciones sucesivas en forma an´aloga al caso escalar.
As´ı si u0
(x) cualquier funci´on continua, la cual suponemos es una aproxima-
ci´on inicial de la soluci´on, entonces definimos aproximaciones sucesivamente
por
um+1
(x) = u0
+
x
x0
g(t, um(t))dt, m = 0, 1, . . . (7.7)
y como en el caso escalar si la sucesi´on (um
(x)) converge uniformemente a
una funci´on cont´ınua u(x) en alg´un intervalo J que contiene a x0 y para todo
x ∈ J los puntos (x, u(x)) ∈ E, entonces la funci´on u(x) ser´a una soluci´on de
la ecuaci´on integral (7.6).
Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 65
Ejemplo 7.7. Para el PVI,
u′
1 = x + u2
u′
2 = x + u1 (7.8)
u1(0) = 1; u2(0) = −1
encontrar la soluci´on haciendo uso del m´etodo de Picard
Soluci´on.
Empezamos considerando u0
(x) = (1, −1), y siguiendo el esquema iterativo de
Picard tenemos
u1
(x) = (1, −1) +
x
0
g(t, u0(t))dt = (1, −1) +
x
0
g(t, u0(t))
u1
(x) = (1, −1) +
x
0
(t − 1, t + 1)dt
u1
(x) = (1 − x +
x2
2
, −1 + x +
x2
2
)
u2
(x) = (1, −1) +
x
0
(t − 1 + t +
t2
2
, t + 1 − t +
t2
2
)dt
= (1 − x +
2x2
2
+
x3
3!
, −1 + x +
x3
3!
)
u3
(x) = (1 − x +
2x2
2
+
x3
3!
+
x4
4!
, −1 + x +
x3
3!
+
x4
4!
)
u4
(x) = (1 − x +
2x2
2
+
x3
3!
+
x4
4!
+
x5
5!
, −1 + x +
x3
3!
+
x4
4!
+
x5
5!
)
= (−(1 + x) + (2 +
2x2
2!
+
x3
3!
+
x4
4!
+
x5
5!
, −(1 + x) + (2x +
2x3
3!
+
x5
5!
)
. . .
Luego observamos que la sucesi´on (um
(x)) existe para todo x ∈ R y converge
para
u(x) = (−(1 + x) + ex
+ e−x
, −(1 + x) + ex
− e−x
)
la cual es la soluci´on del PVI (7.8).
A continuaci´on enunciaremos algunos resultados an´alogos del caso escalar
respecto a la existencia local y global.
Edo carrillo diaz
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  • 2. Luis Enrique Carrillo D´ıaz Ecuaciones Diferenciales Ordinarias UNMSM
  • 3. ´Indice general 1. Introducci´on 1 1.1. Aspectos hist´oricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 1.2. Resultados b´asicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 2. M´etodo de Picard 13 2.1. Aproximaciones sucesivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 2.2. Existencia y unicidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 3. Existencia de soluciones 23 3.1. M´etodo de Cauchy-Euler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 4. Unicidad de soluciones 35 4.1. Teoremas de unicidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 5. Inecuaciones diferenciales 45 5.1. Resultados b´asicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 5.2. Soluciones maximales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 6. Dependencia continua 53 7. Sistemas de ecuaciones diferenciales 61 7.1. Sistemas lineales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 7.2. Independencia lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 8. Teor´ıa cualitativa de ecuaciones diferenciales ordinarias 73 8.1. Sistemas aut´onomos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 8.1.1. Primer caso: λ1, λ2 ∈ R; λ1 = λ2; con igual signo . . . . 81 8.1.2. λ1 y λ2 son reales y de signos opuestos. . . . . . . . . . . 83 8.1.3. λ1 = λ2 = λ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 8.1.4. λ1, λ2 son complejos conjugados . . . . . . . . . . . . . . 85 8.2. C´omo dibujar un mapa de fases . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 9. Nociones de estabilidad 99
  • 4.
  • 5. Alumnos con Pr´actica N◦ 1 1. Abad Rojas, Bruce Anderson 2. Arakawa Yagi, Patricia 3. Bartolo Auccatoma, Richard 4. Ch´avez Lago, Victor Rolando 5. Huayhuas Chipana, Fidel Eduardo 6. Medrano Carrasco, Aracelli Alejandra 7. Mendoza Llanca, Nilton Anibal 8. Ramirez Galindo, Jhonny 9. Ramos Castillo, Ricardo Jes´us [Felici- taciones por su Pr´actica N◦ 1] 10. Rayo Acu˜na, Carla Patricia 11. Rodriguez Valerio, Piere Alexander [Felicitaciones por su excelente Pr´acti- ca N◦ 1] 12. Rojas Mendoza, Erik Antonio [Felici- taciones por su Pr´actica N◦ 1] 13. Torres Castillo, Victor Antonio 14. Vargas Orme˜no, Mariana Milagros 15. Yepez Veli, Miguel Angel
  • 6.
  • 7. Prefacio Las ecuaciones algebraicas tienen soluciones num´ericas; sin embargo las ecuaciones algebraicas no son las ´unicas que nos permiten describir una serie de fen´omenos del mundo real, los cuales son modelados por otros tipos de ecuaciones, como las ecuaciones diferenciales, cuyas soluciones son funciones. As´ı por ejemplo, en el contexto de la mec´anica cl´asica, el movimiento de una part´ıcula que se desplaza en l´ınea recta con velocidad constante de 3 cm/s est´a gobernado por la ecuaci´on e′ − 3 = 0 (1) donde e = e(t) representa el espacio recorrido en el tiempo t en segundos; ′ ≡ d dt A estas ecuaciones que describen fen´omenos del mundo real, en la terminolog´ıa moderna se las denomina modelos matem´aticos. Vemos que la ecuaci´on (1) es satisfecha por la funci´on lineal e = 3t, ya que e′ = 3, es decir e′ − 3 = 0. En otras palabras estamos observando que la soluci´on de este sistema mec´anico est´a dada por la funci´on e = 3t cuya gr´afica se muestra a continuaci´on 1 3 e = 3t Sin embargo basta una simple observaci´on para darse cuenta que esta funci´on no es la ´unica que satisface la ecuaci´on (1), ya que tambi´en satisfacen tal ecuaci´on las funciones e = 3t + 1, e = 3t + 3, y en general e = 3t + k, donde k es una constante arbitraria; con lo cual de paso se verifica que existe
  • 8. una cantidad infinita de soluciones para la ecuaci´on (1); este conjunto infinito de soluciones es la familia de rectas con pendiente igual a 3. A este haz de rectas lo llamaremos a grosso modo una soluci´on general de la ecuaci´on (1). En el gr´afico que mostramos a continujaci´on aparece esta familia de rectas. 1 3 e = 3t e = 3t + 1 e = 3t + k Pero quiz´as alg´un lector que por primera vez lee estos temas est´e pensando que s´olo las familias de rectas son soluciones de las ecuaciones diferenciales; pero felizmente no es tan limitado este tema, ya que al preguntarnos cu´al es la funci´on cuya derivada reproduce la misma funci´on, inmediatamente surge en nuestra mente la funci´on u(t) = et , pues en efecto u′ (t) = et o equivalentemente u′ (t) − u(t) = 0 (2) es decir esta ecuaci´on diferencial tiene por soluci´on la funci´on exponencial real u(t) = et , y de manera an´aloga al caso anterior se tiene que tambi´en son soluciones las funciones u(t) = et + k donde k es una constante arbitraria. Otro hecho que le da mucho inter´es a este tema es que no siempre las ecuaciones diferenciales tienen soluciones tan evidentes como las de que hemos mostrado, y por regla general son m´as complicadas y sus soluciones no son tan inmediatas; asi la ecuaci´on diferencial u′′ (t) + 2u′ (t) + 2u(t) = 0 (3) que involucra la funci´on inc´ognita u(t) as´ı como la primera y segunda deri- vadas de esta funci´on, tiene a las funciones e−t cos t ; e−t sen t as´ı como a sus combinaciones lineales, es decir a Ae−t cos t + Be−t sen t con A y B constantes arbitrarias, como sus soluciones. Obviamente que en este caso las soluciones
  • 9. no son evidentes. Cuando se estudian las Ecuaciones Diferenciales a un nivel introductorio se podria decir que estudiamos las Ecuaciones Diferenciales para desarrollar m´etodos con la finalidad inmediata de encontrar soluciones de las mismas. Sin embargo la necesidad de hacer un estudio sistem´atico sobre los aspectos cua- litativos y cuantitativos de los sistemas dados por ecuaciones diferenciales se acrecienta dia a d´ıa; as´ı en el contexto actual de vertiginoso desarrollo cient´ıfi- co y tecnol´ogico, el estudio de las ecuaciones diferenciales ha adquirido una inusitada importancia. Una de las razones de esta moda es que las ecuaciones diferenciales se originan de modo natural como modelos de diversas ´areas de las ciencias, econom´ıa, ingenier´ıa, biolog´ıa, y muchas otras ramas del conoci- miento humano, es decir las ecuaciones diferenciales se han constitu´ıdo en una poderosa herramienta para modelar diversos sistemas del mundo real, sobre todo de aquellos sistemas llamados de evoluci´on, es decir de aquellos que des- criben cambios en funci´on del tiempo. En los ejemplos que hemos visto observamos que existen una infinidad de soluciones para una determinada ecuaci´on diferencial, sin embargo en los sistemas que modelan fen´omenos del mundo real esto no ocurre, y en tales casos el inter´es se focaliza en obtener de esa infinitud de soluciones una ´unica soluci´on que satisfaga determinadas condiciones, (unicidad de soluciones), que es lo que constituye un Problema de Valor Inicial (PVI) o de Problema Cauchy. En palabras simples, si consideramos a los elementos de la soluci´on general como trayectorias, lo dicho significa, en t´erminos geom´etricos, que en muchas oportunidades es muy importante conocer la trayectoria espec´ıfica de la curva soluci´on que pasa por el punto (t0, u0) donde u0 es el estado del sistema en el tiempo t0; esta situaci´on est´a ilustrada en la siguiente figura En una gran variedad de problemas de aplicaci´on nos encontraremos con expresiones de la forma u′ = f(t, u) (4) donde u = u(t) donde t es la variable que representa al tiempo. Pero, as´ı como vimos que la ecuaci´on (1) representa la pendiente de la recta, en forma an´aloga cabe preguntarse que es lo que significa geom´etricamente la ecuaci´on (4). Se observa que en cada punto (t, u) del plano tu, f(t, u) representa la pendiente
  • 10. u′ de la curva soluci´on u = u(t) que pasa por el punto (t, u), ya que u′ (t) = f(t, u(t)) Este hecho nos sugiere la forma de construir curvas aproximadas a la cur- va soluci´on de una ecuaci´on diferencial; as´ı a trav´es de cada punto (t, u) de una regi´on rectangular del plano tu, trazamos un peque˜no segmento de recta de pendiente f(t, u(t)), la colecci´on de todas estas mini tangentes es lo que constituye un campo de direcciones que permiten aproximar gr´aficamente una curva soluci´on. Obviamente que ir aproximando directamente la curva usando el campo de direcciones resulta altamente laborioso y de una gran demanda de tiempo, pero afortunadamente existen programas que permiten efectuar tal aproximaci´on en forma muy r´apida y con m´argenes de error muy peque˜nos. En el siguiente gr´afico1 mostramos un campo de direcciones y varias curvas soluci´on de la ecuaci´on (4) que han sido ajustadas al campo de direcciones. Se debe observar directamente que un problema de ecuaciones diferencia- les es opuesto a un problema de c´alculo diferencial, ya que en el problema de c´alculo se conoce la curva soluci´on y lo que se busca es encontrar la pendiente a dicha curva, en cambio en el problema de ecuacion diferencial conocemos la pendiente y buscamos encontrar las curvas que tengan dicha pendiente. En el contenido de estas Notas de Clases, tambi´en incluimos las ecuaciones aut´onomas2 u′ = f(u) cuya simplicidad se manifiesta en su campo de pendien- tes, el cual resulta independiente del tiempo t, y sobre cada recta horizontal del plano tu, donde u tiene el mismo valor, el campo de pendientes es el mismo. As´ı por ejemplo la ecuaci´on diferencial u′ = 3u(5 − u) 1 Este gr´afico aparece en Logan [7] 2 Ecuaciones aut´onomas: ecuaciones que no dependen del tiempo en el segundo miem- bro
  • 11. es aut´onoma, y a lo largo de la recta u = 2 el campo pendiente tiene valor 18, lo cual significa que las curvas soluci´on cortan la recta u = 2 con una pendiente relativamente pronunciada igual a u′ = 18 Finalizo este prefacio haciendo una observaci´on: Estas Notas de Clase se hacen a modo de un resumen compilatorio, tomando como base para el desa- rrollo de la estructura did´actica, algunos textos de la bibliograf´ıa; no es mi pretensi´on ser el autor primigenio de lo que figura en estos apuntes de clase. Es muy probable que este material sea utilizado por el suscrito, en un futuro mediato, como base para un Texto de Ecuaciones Diferenciales Ordinarias, cu- yo aporte principal quiz´as sea la presentaci´on de un enfoque especial, basado en los requerimientos del Curso de EDO de la Facultad de Ciencias Matem´aticas de la Universidad de San Marcos. Agradezco a los alumnos y colegas que est´an haciendo correcciones y cr´ıticas, contribuyendo con ello a minimizar los errores que de seguro existen, as´ı como a mejorar la presentaci´on y el contenido. Dr. Luis Carrillo D´ıaz
  • 12.
  • 13. Cap´ıtulo 1 Introducci´on En ciencias, ingenier´ıa, econom´ıa y en muchas otras ´areas que poseen un componente cuantitativo existe un inter´es muy fuerte en describir la forma como evolucionan los sistemas, es decir en describir la din´amica de tales sis- temas. En el caso unidimensional el estado de un sistema en cualquier tiem- po t es denotado por una funci´on, la cual es frecuentemente denotada por u = u(t). Pensemos en la variable dependiente u como el estado de un sistema que est´a variando con el tiempo t, el cual es la variable independiente. Por tanto conocer u es equivalente a conocer el estado de un sistema en el tiempo t. Por ejemplo si u(t) representara la poblaci´on de una especie animal en un ecosistema, la concentraci´on de una sustancia qu´ımica en la sangre o el n´ume- ro de individuos infectados en una epidemia de gripe, el conocimiento de u(t) nos dir´ıa exactamente la forma en que cambia el estado de tal sistema con el transcurrir del tiempo. La siguiente figura muestra una serie de tiempo de una funci´on de estado gen´erica. u = u(t) t u tiempo estado Serie de tiempo de una función de estado genérica u = u(t) para un sistema Una manera de obtener el estado u(t) para un sistema dado es tomar medi- ciones en diferentes momentos y ajustar los datos para obtener una f´ormula manejable para u(t). Se podr´ıa tambi´en leer dichos datos o mediciones de un 1
  • 14. 2 Luis Carrillo D´ıaz osciloscopio o de alg´un otro indicador, obteniendo por ajuste de datos muchas curvas; sin embargo dichas curvas s´olo nos pueden indicar el comportamien- to de dicho sistema en el tiempo, pero no nos indican el porqu´e un sistema se comporta de la manera en que lo estamos observando. En resumen lo que tratamos de encontrar son modelos explicativos que permitan comprender el comportamiento de la soluci´on buscada. 1.1. Aspectos hist´oricos Por lo general se piensa que el c´alculo cl´asico apareci´o con Newton y Leib- nitz, sin embargo es conocido hist´oricamente que uno de los principales pro- blemas que mantuvo ocupados a los cient´ıficos de anta˜no fue el movimiento de los planetas; as´ı la predicci´on del momento exacto en que ocurrir´ıa un eclipse lunar era motivo de prestigio y oportunidad para que los astr´onomos de la ´epo- ca puedan mostrar sus habilidades. El antecedente m´as lejano lo encontramos en Bhaskara II (486 d.c), quien concibi´o la diferenciaci´on de la funci´on sen t, y adem´as tom´o conocimento indirectamente de que una variable alcanzaba su valor m´aximo en el punto donde la diferencial se anula. Con tales antecedentes es natural imaginar que las ra´ıces del Teorema del valor medio tambi´en fueran conocidas por ´el. Posteriormente Madhava (1340-1429 d.c) desarroll´o el paso al l´ımite infinito, el cu´al es el n´ucleo del an´alisis moderno cl´asico. Por lo tanto, es probable que el inicio del c´alculo diferencial se remonte a por lo menos 12 centurias antes del espectacular descubrimiento de Newton-Leibnitz. 1.2. Resultados b´asicos Cada vez que se plantea resolver una ecuaci´on diferencial, por lo general se supone que existe la soluci´on a dicha ecuaci´on; sin embargo la teor´ıa de exis- tencia y unicidad de soluciones es muy compleja y delicada. En la actualidad se ha incrementado el estudio de la no existencia de soluciones o del Blow-up o explosi´on de las mismas, ya que una gran cantidad de modelos matem´aticos tienen soluciones cuyo comportamiento tiene que ver con tales conceptos. A lo largo del desarrollo de nuestro Curso estaremos interesados tanto en la existencia de soluciones, es decir en probar que los sistemas involucrados po- sean al menos una soluci´on; as´ı como que bajo determinadas circunstancias la soluci´on resulte ´unica. En resumen daremos respuesta concreta al problema de existencia y unicidad de soluciones para el problema de valor inicial (PVI) y′ = f(x, y) y(x0) = y0 (1.1) donde f(x, y) es considerada una funci´on continua sobre un dominio D (es decir D un abierto y conexo del plano xy) que contiene a (x0, y0)
  • 15. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 3 Definici´on 1.1. [Concepto de soluci´on] Una soluci´on del PVI (1.1) en un intervalo J que contiene a x0 es una funci´on y(x) que satisface i) y′ (x) existe para todo x ∈ J ii) Para todo x ∈ J el punto (x, y(x)) ∈ D iii) y′ (x) = f(x, y(x)) para todo x ∈ J iv) y(x0) = y0 Si la soluci´on es v´alida en un intervalo I J entonces se dice que la solu- ci´on es local, y si es v´alida en todo J se dice que la soluci´on es global. Se probar´a m´as adelante que para garantizar la existencia de al menos una soluci´on (local) del PVI (1.1) es suficiente que la funci´on f(x, y) sea continua en una vecindad suficientemente peque˜na del punto (x0, y0). Observaci´on 1.2. Cuando en el PVI (1.1) la funci´on f(x, y) no es cont´ınua en el dominio D que contiene a (x0, y0), la naturaleza de las soluciones es impredecible; as´ı puede ocurrir que el PVI no tenga soluci´on o que existan infinitas soluciones. Ilustraremos acerca de la naturaleza de algunas soluciones del PVI (1.1). Ejemplo 1.3. Para la ecuaci´on diferencial y′ = y2 (1.2) se tiene que cualquier soluci´on no nula es de la forma y(x) = −[x + c]−1 con c ∈ R; adem´as y(x) = 0 para todo x ∈ R tambi´en es soluci´on. Observamos que a pesar de que f(x, y) = y2 es una funci´on continua en R2 no existen soluciones globales no nulas; pu´es las soluciones no nulas existen para x = c con c ∈ R, como se ve en la gr´afica que aparece a continuaci´on. X Y x = c c <0 X Y x = c c >0
  • 16. 4 Luis Carrillo D´ıaz Tambi´en observamos que por cada punto (0, y0) pasa una ´unica soluci´on de y′ = y2 . Adem´as f(x, y) = y2 satisface |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ L|y1 − y2| en R2 .(localmente)(!Probarlo!). Ejemplo 1.4. Sea f : R2 → R una funci´on definida por f(t, x) = 3x2/3 . Para el problema de valor inicial x′ = f(t, x), x(0) = x0, x0 ∈ R (1.3) integrando la ecuaci´on diferencial se tiene que su soluci´on general es dada por x(t) = (t + c)3 , donde c es una constante. Esto nos indica que por cada punto (0, x0) pasan infinitas curvas que son las gr´aficas de las soluciones del PVI (1.3). Cuando x0 = 0, la funci´on ϕ(t) =    (t − b)3 , t > b 0 , a ≤ t ≤ b (t − a)3 , t < a con a, b ∈ R, es soluci´on de x′ = 3x2/3 ; x(0) = 0 para a ≤ 0 ≤ b, como se muestra en el gr´afico siguiente Para x0 > 0, la funci´on ψ(t) definida como ψ(t) =    (t + (x0)1/3 )3 , t ≥ −(x0)1/3 0 , a ≤ t < −(x0)1/3 (t − a)3 , t < a es soluci´on del PVI x′ = 3x2/3 , x(0) = x0, con x0 > 0, como se muestra en la siguiente figura
  • 17. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 5 Ejercicio. Discutir el caso x0 < 0. Observar que en este caso si existe soluci´on global, es decir existe soluci´on en todo el intervalo real R, pero no existe unicidad globalmente. Sin embargo dependiendo de la posici´on de x0 puede existir unicidad; as´ı observando los gr´aficos vemos que si x0 = 0 entonces existe una vecindad de t0 = 0 tal que por el punto (0, x0) pasa una ´unica soluci´on de x′ = 3x2/3 , pero si x0 = 0 por m´as peque˜na que se considere la vencidad de t0 = 0 siempre por (0, 0) pasar´an infinitas soluciones del PVI: x′ = 3x2/3 ; x(0) = x0. A continuaci´on daremos algunos resultados que ser´an usados para probar la existencia y unicidad de soluciones del PVI (1.1). Proposici´on 1.5. Sea f(x, y) continua en un dominio D, entonces cual- quier soluci´on de (1.1) es una soluci´on de y(x) = y0 + x x0 f(t, y(t))dt (1.4) y rec´ıprocamente. Prueba. Cualquier soluci´on y(x) de la ecuaci´on diferencial y′ = f(x, y) la convierte en una identidad en x, es decir y′ (x) = f(x, y(x)) integrando esta igualdad desde x0 hasta x obtenemos y(x) − y(x0) = x x0 f(t, y(t)dt. Rec´ıprocamente, si y(x) es cualquier soluci´on de (1.4), entonces y(x0) = y0, y como f(x, y) es continua, entonces al diferenciar (1.4) encontramos que
  • 18. 6 Luis Carrillo D´ıaz y′ (x) = f(x, y(x)) Observamos entonces que la continuidad de f(x, y) es suficiente para ga- rantizar la existencia de soluci´on para el problema de valor inicial (1.1) pues de ese modo se garantiza la existencia de la integral en (1.4); pero esto no basta para garantizar la unicidad de la soluci´on; as´ı vemos que f(x, y) = y2/3 es una funci´on cont´ınua en el plano xy, sin embargo el problema y′ = y2/3 ; y(0) = 0 (1.5) posee por lo menos dos soluciones: y(x) = 0 y y(x) = x3 /27. As´ı tambi´en el problema de valor inicial y′ = 2 x (y − 1); y(0) = 0 (1.6) no tiene soluci´on. Sin embargo el problema y′ = 2 x (y − 1); y(0) = 1 (1.7) tiene infinitas soluciones las cuales son dadas por y(x) = 1 + cx2 , donde c es una constante arbitraria. De los ejemplos vistos se intuye que para asegurar la unicidad debemos de exigir alguna condici´on adicional a la funci´on f(x, y). Comenzaremos exigiendo una condici´on de acotaci´on sobre la variable y. Esta condici´on dice que f(x, y) debe satisfacer |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ L|y1 − y2| (1.8) para todos (x, y1) , (x, y2) pertenecientes al dominio D. Definici´on 1.6. Se dice que una funci´on f(x, y) satisface la condici´on de Lipschitz uniformenente sobre cualquier dominio D si satisface (1.8) para cada par de puntos (x, y1) , (x, y2) con el mismo x. La constante no-negativa L es conocida como constante de Lipschitz. Vimos que el problema (1.5) no tiene soluci´on ´unica, adem´as la funci´on y2/3 no cumple con la definici´on de ser una funci´on Lipschitz uniformemente sobre cualquier dominio que contenga a x = 0 ya que |f(0, y1) − f(0, y2)| = |y 2/3 1 − y 2/3 2 | = |y 1/3 1 + y 1/3 2 ||y 1/3 1 − y 1/3 2 |
  • 19. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 7 mientras que la funci´on f(x, y) = x−y satisface la condici´on de Lipschitz sobre D = R2 con L = 1 Observamos que si se cumple la desigualdad (1.8) entonces f(x, y) es con- tinua respecto a y en D, sin embargo no es necesariamente diferenciable con respecto a y, as´ı por ejemplo la funci´on f(x, y) = |y| no es diferenciable en R2 pero satisface (1.8) con L = 1. La diferenciabilidad juega un rol muy impor- tante en este contexto, ya que como veremos a continuaci´on, si la funci´on es diferenciable entonces esto facilitar´a el c´alculo de la constante de Lipschitz. Teorema 1.7. Sean D un dominio convexo y f(x, y) una funci´on diferen- ciable con respecto a y en D. La condici´on de Lipschitz (1.8) es satisfecha si y solamente si sup D | ∂f(x, y) ∂y | ≤ L (1.9) Prueba. Como f(x, y) es diferenciable con respecto a y, siendo el dominio D convexo, el teorema del valor medio garantiza que para (x, y1) , (x, y2) en D existe y∗ entre y1 y y2 tal que f(x, y1) − f(x, y2) = ∂f(x, y∗ ) ∂y (y1 − y2) (1.10) luego por (1.9) la desigualdad (1.8) es inmediata. Rec´ıprocamente, si la de- sigualdad (1.8) se verifica entonces | ∂f(x, y1) ∂y1 | = l´ım y2→y1 | f(x, y1) − f(x, y2) y2 − y1 | ≤ L (1.11) Para probar teoremas de existencia y unicidad se usan algunos resultados conocidos como desigualdaes integrales tipo Gronwall como la que que veremos a continuaci´on, que es una variante del Lema de Gronwall. Teorema 1.8. Sean u(x), p(x) y q(x) funciones continuas no negativas sobre el intervalo |x − x0| ≤ a con u(x) ≤ p(x) + x x0 q(t)u(t)dt; |x − x0| ≤ a (1.12) entonces se cumple u(x) ≤ p(x) + x x0 p(t)q(t)exp( s t q(s)ds)dt; |x − x0| ≤ a (1.13)
  • 20. 8 Luis Carrillo D´ıaz Prueba. Haremos la prueba de (1.13) para el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + a, para la otra parte del intervalo se proceder´a de manera an´aloga. Sea r(x) = x x0 q(t)u(t)dt (1.14) por tanto r(x0) = 0 y r′ (x) = q(x)u(x). Substituyendo r(x) en (1.12) se tiene u(x) ≤ p(x) + r(x) entonces r′ (x) ≤ p(x)q(x) + q(x)r(x) Haciendo F(x) = r(x)exp(− x x0 q(s)ds) tenemos F′ (x) = −q(x)exp(− x x0 q(s)ds)r(x) + exp(− x x0 q(s)ds)r′ (x) luego F′ (x) ≤ exp(− x x0 q(s)ds)r′ (x) y como r′ (x) ≤ p(x)q(x) + q(x)r(x) es decir F′ (x) ≤ exp(− x x0 q(s)ds)[p(x)q(x) + q(x)r(x)] integrando la desigualdad anterior se tiene que F(x) ≤ x x0 p(t)q(t)dtexp(− x x0 q(s)ds)dt finalmente de la definici´on de F(x) tenemos r(x) ≤ x x0 p(t)q(t)dtexp(− x x0 q(s)ds)dt y como u(x) ≤ p(x) + r(x) se sigue el resultado. Corolario 1.9. Si en el Teorema (1.8) la funci´on p(x) ≡ 0 entonces u(x) ≡ 0
  • 21. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 9 Corolario 1.10. Si en el Teorema (1.8) la funci´on p(x) es no decreciente en el intervalo [x0, x0+a], y no creciente en el intervalo [x0−a, x0] entonces u(x) ≤ p(x)exp( x x0 q(t)dt) para |x − x0| ≤ a (1.15) Prueba. La prueba de (1.15) se har´a considerando el intervalo x0 ≤ x ≤ x0+a, procedi´endose luego de manera an´aloga para el intervalo x0−a ≤ x ≤ x0. Como p(x) es no decreciente, de (1.13) se tiene que u(x) ≤ p(x)[1 + x x0 q(t)exp( x t q(s)ds)dt] = p(x)[1 − x0 d dt exp( ts q(s)ds)dt] = p(x)exp[ x x0 q(t)dt] Corolario 1.11. Si en el Teorema (1.8) se tiene p(x) = c0 + c1|x − x0| y q(x) = c2, donde c0, c1 y c2 son constantes no negativas entonces u(x) ≤ (c0 + c1 c2 )exp(c2|x − x0|) − c1 c2 (1.16) Prueba. Para las funciones espec´ıficas p(x) y q(x) la desigualdad (1.13) sobre el intervalo [x0, x0 + a] se reduce a u(x) ≤ c0 + c1(x − x0) + x x0 [c0 + c1(t − x0)]c2ec2(x−t) dt = c0 + c1(x − x0) + {−[c0 + c1(t − x0)ec2(x−t) |x x0 − c1 c2 ec2(x−t) |x x0 } = c0 + c1(x − x0) − c0 − c1(x − x0) + c0ec2(x−x0) − c1 c2 + c1 c2 ec2(x−x0) = (c0 + c1 c2 )exp(c2(x − x0)) − c1 c2 Comentario 1.12. En este cap´ıtulo s´olo hemos mostrado algunas desigualda- des integrales tipo Gronwall; existen muchas otras desigualdades de este tipo. Al respecto puede verse un tratamiento m´as espec´ıfico en Lakshmikantham y Leela [6].
  • 22. 10 Luis Carrillo D´ıaz Comentamos al inicio de este cap´ıtulo que en la actualidad se han incre- mentado las investigaciones acerca de la No-existencia de soluciones para de- terminados sistemas. Algunos m´etodos para no-existencia de soluciones hacen uso de inecuaciones diferenciales como por ejemplo el m´etodo de Kaplan ba- sado en el primer coeficiente de Fourier, llamado por tal motivo el m´etodo del primer autovalor del problema de Dirichlet. Claramente estos temas escapan a los objetivos de este curso; y se tratar´an extracurricularmente como t´opicos especiales, incluy´endose en los ap´endices de estas notas de clase.
  • 23. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 11 Pr´actica N◦ 1 1. Muestre que el PVI y′′ = f(x, y); y(x0) = y0; y′ (x0) = y1 (1.17) donde f(x, y) es una funci´on continua en un dominio D que contiene al punto (x0, y0) es equivalente a la ecuaci´on integral y(x) = y0 + (x − x0)y1 + x x0 (x − t)f(y, y(t))dt (1.18) 2. Encontrar el dominio en el cual las siguientes funciones f(x, y) satisfacen la condici´on de Lipschitz (1.8): (i) |xy| (ii) x2 y2 + xy + 1 (iii) x2 cos2 y + y sin2 x. 3. Calculando las constantes de Lipschitz apropiadas, muestre que las si- guientes funciones satisfacen la condici´on de Lipschitz en los dominios dados: (i) x sin y + y cos x; |x| ≤ a; |y| ≤ b (ii) x2 ex+y ; |x| ≤ a; |y| ≤ b 4. Sea u(x) una funci´on no-negativa en el intervalo |x − x0| ≤ a, C > 0 una constante dada y u(x) ≤ x x0 Cuα (t)dt; 0 < α < 1. Pruebe que para todo x en el intervalo |x − x0| ≤ a se tiene que u(x) ≤ [C(1 − α)|x − x0|](1−α)−1 5. Sean c0 y c1 constantes no-negativas, y u(x) y q(x) funciones continuas no-negativas para todo x ≥ 0 que satisfacen u(x) ≤ c0 + c1 x 0 q(t)u2 (t)dt. . Probar que para todo x ≥ 0 para el cual se cumple c0c1 x 0 q(t)dt < 1, u(x) ≤ c0[1 − c0c1 x 0 q(t)dt]−1
  • 24. 12 Luis Carrillo D´ıaz
  • 25. Cap´ıtulo 2 M´etodo de Picard E. Picard Actualmente con el advenimiento de la inform´atica es muy recurrente obtener soluciones por aproxima- ci´on num´erica, m´axime si para muchas ecuaciones diferenciales no es posible obtener soluciones exac- tas mediante f´ormulas anal´ıticas o como se dice en la jerga matem´atica, existen muchas soluciones a las cuales no se les puede ver la cara expl´ıcitamente. En la antiguedad se us´o el argumento de aproximaci´on para construir soluciones y probar la existencia de las mismas en un entorno local. 2.1. Aproximaciones sucesivas Usaremos el m´etodo de aproximaciones sucesivas debido al matem´atico franc´es Emilie Picard, el cual es basado en el m´etodo cl´asico del punto fijo para aproximar soluciones de ecuaciones algebraicas no lineales. Nosotros usa- remos este m´etodo para resolver la ecuaci´on integral (1.4), lo cual equivale, por la proposici´on (1.5), a obtener la soluci´on del problema original (1.1). La iteraci´on de Picard comienza con la suposici´on de una primera aproximaci´on a la soluci´on buscada y luego se calculan sucesivamente mejores aproximaciones por un procedimiento iterativo o recursivo; como resultado de tal procedimien- to se obtiene un conjunto de f´ormulas anal´ıticas recursivas que aproximan la soluci´on. Con la intenci´on de resolver la ecuaci´on integral (1.4) usando el m´etodo iterativo de Picard consideremos y0(x) como una funci´on cont´ınua cualquiera, por comodidad de notaci´on llamaremos a y0(x) ≡ y0. Supongamos que y0 sea la aproximaci´on inicial a dicha ecuaci´on integral, por lo tanto definimos a partir de y0(x) la siguiente aproximaci´on y1(x) = y0 + x x0 f(t, y0(t))dt 13
  • 26. 14 Luis Carrillo D´ıaz Ahora aprovechamos esta y1(x) para nuestra siguiente aproximaci´on y sus- tituimos este valor para y(x) en el segundo miembro de (1.4) y lo llamamos y2(x); repitiendo este proceso obtenemos la m+1-´esima aproximaci´on ym+1(x), la cual es obtenida de ym(x) por medio de ym+1(x) = y0 + x x0 f(t, ym(t))dt; para m = 0, 1, 2, . . . (2.1) Si la sucesi´on (ym(x)) converge uniformemente a una funci´on continua y(x) sobre alg´un intervalo J que contenga a x0, y si para todos los x ∈ J los puntos (x, ym(x)) ∈ D, entonces por el resultado citado al pi´e de p´agina1 , podemos considerar el l´ımite en ambos miembros de (2.1) y obtener y(x) = l´ım x→∞ ym+1(x) = y0 + l´ım x→∞ x x0 f(t, ym(t))dt = y0 + x x0 f(t, y(t))dy por tanto y(x) es la soluci´on buscada. Ejemplo 2.1. Como el problema de valor inicial y′ = −y y(0) = 1 (2.2) es equivalente a la ecuaci´on integral y(x) = 1 − x 0 y(t)dt (2.3) Construyendo las aproximaciones sucesivas consideramos y0(x) = 1, luego obtenemos y1(x) = 1 − x 0 1dt = 1 − x y2(x) = 1 − x 0 (1 − t)dt = 1 − x + x2 2! . . . 1 Teorema. Sea (ym(x)) una sucesi´on convergiendo uniformemente a y(x) en [α, β], y sea f(x, y) una funci´on continua en el dominio D tal que para todo m y x en [α, β] los puntos (x, ym(x)) pertenecen a D. Entonces l´ım m→∞ β α f(t, ym(t))dt = β α l´ım m→∞ f(t, ym(t))dt = β α f(t, y(t))dt
  • 27. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 15 ym(x) = m i=0 (−1)i xi i! Tomando l´ımite tenemos l´ım m→∞ ym(x) = e−x en consecuencia la funci´on y(x) = e−x es soluci´on del problema de valor inicial (2.2) sobre el intervalo J = R. Ejemplo 2.2. Consideremos el problema de valor inicial u′ = 2t(1 + u); u(0) = 0 (2.4) El esquema iterativo es dado por uk+1(t) = t 0 2s(1 + uk(s))ds; k = 0, 1, 2, . . . Tomamos u0 = 0 luego u1(t) = t 0 2s(1 + 0)ds = t2 , u2(t) = t 0 2s(1 + u1(s))ds = t 0 2s(1 + s2 )ds = t2 + 1 2 t4 , u3(t) = t 0 2s(1 + u2(s))ds = t 0 2s(1 + s2 + 1 2 4 )ds = t2 + 1 2 t4 + 1 6 t6 . De esta forma se genera una sucesi´on de aproximaciones al problema de valor inicial (2.4). Se puede verificar que la soluci´on anal´ıtica para este problema es u(t) = et2 − 1. El desarrollo en serie de Taylor de esta funci´on es dado por u(t) = et2 − 1 = t2 + 1 2 t4 + 1 6 t6 + · · · + 1 n! t2n + . . . , la cual converge para todo t. Se observa por tanto que las aproximaciones sucesivas generadas por la iteraci´on de Picard son las sumas parciales de esta serie, y que ella converge a la soluci´on exacta. Comentario 2.3. El m´etodo de Picard tiene como una de sus caracter´ısticas principales que es constructivo, adem´as las cotas de las diferencias entre la soluci´on y las iteraciones son f´acilmente calculables; tales cotas o estimativas son ´utiles para obtener aproximaciones de la soluci´on y para el estudio de propiedades cualitativas de la soluci´on.
  • 28. 16 Luis Carrillo D´ıaz El procedimiento de Picard es especialmente util desde el punto de vista te´orico ya que constituye la base para la demostraci´on de existencia de soluci´on de un problema de valor inicial no lineal general. El esquema de dicha prueba consiste en mostrar que existe un l´ımite de una sucesi´on de aproximaciones, y que este l´ımite es la soluci´on del problema de valor inicial. Para efectos pr´acticos la iteraci´on de Picard no es apropiada para problemas de ciencias e ingenier´ıas, para los cuales se emplean otros algoritmos m´as finos que permiten aproximaciones muy precisas. El siguiente resultado nos provee de las condiciones suficientes para que la sucesi´on formada por las iteraciones (ym(x)) converga uniformemente a la ´unica soluci´on y(x) de la ecuaci´on integral (1.4), o equivalentemente del problema original (1.1). 2.2. Existencia y unicidad En la secci´on anterior hemos visto que es suficiente la continuidad de la funci´on f(x, y) en un dominio que contenga al punto (x0, y0) para que el pro- blema (1.1) tenga al menos una soluci´on. Tambi´en hemos comentado sobre la importancia de garantizar que dicho problema posea una ´unica soluci´on. En esta oportunidad los resultados que presentamos tienen que ver con aque- llas condiciones adicionales a la continuidad que debe de satisfacer la funci´on f(x, y) para que tengamos una ´unica soluci´on del problema (1.1). Teorema 2.4. Supongamos que son satisfechas las siguientes condiciones: i) f(x, y) es continua en el rect´angulo cerrado S = {(x, y) ∈ R2 ; |x − x0| ≤ a; |y − y0| ≤ b}; por tanto existe M > 0 tal que |f(x, y)| ≤ M; para todo (x, y) ∈ S ii) f(x, y) satisface uniformemente una condici´on de Lipschitz sobre S iii) y0(x) es continua en |x − x0| ≤ a; y |y0(x) − y0| ≤ b Entonces la sucesi´on (ym(x)) generada por el esquema iterativo de Picard (2.1) converge uniformemente a la ´unica soluci´on y(x) del problema (1.1). La soluci´on encontrada por aplicaci´on de este Teorema es v´alida sobre el intervalo Jh : |x − x0| ≤ h, donde h = min{a, b/M}; adem´as para cada x ∈ Jh se cumple la siguiente estimativa de error |y(x) − ym(x)| ≤ NeLh min{1, (Lh)m m! }; m = 0, 1, . . . (2.5)
  • 29. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 17 donde m´axx∈Jh |y1(x) − y0(x)| ≤ N Prueba. Primero probaremos que las aproximaciones sucesivas ym(x) defini- das por (2.1) existen como funciones continuas sobre Jh y (x, ym(x)) ∈ S para todo x ∈ Jh. Como y0(x) es continua para todo x del intervalo |x − x0| ≤ a la funci´on F0(x) = f(x, y0(x)) es continua en Jh y por tanto y1(x) es continua en Jh. Adem´as |y1(x) − y0| ≤ | x x0 |f(t, y0(t))|dt| ≤ M|x − x0| ≤ Mh ≤ b. Supongamos que la afirmaci´on es v´alida para ym−1(x) para m ≥ 2; entonces es suficiente probar que tambi´en es v´alida para ym(x). Como ym−1(x) es continua en Jh, la funci´on Fm−1(x) = f(x, ym−1(x)) es tambi´en continua en Jh. Adem´as |ym(x) − y0| ≤ x x0 |f(t, ym−1(t))|dt ≤ M|x − x0| ≤ b A continuaci´on mostraremos que la sucesi´on (ym(x)) converge uniforme- mente en Jh. Como y1(x) y y0(x) son continuas en Jh existe una constante N > 0 tal que |y1(x) − y0(x)| ≤ N Afirmaci´on. Para todo x ∈ Jh se cumple la siguiente desigualdad |ym(x) − ym−1(x)| ≤ N (L|x − x0|)m−1 (m − 1)! ; m = 1, 2, . . . (2.6) Para m = 1 la desigualdad (2.6) es inmediata, adem´as si fuera v´alida para m = k ≥ 1 entonces (2.1) y la hip´otesis (ii) nos permiten obtener |yk+1(x) − yk(x)| ≤ x x0 |f(t, yk(t)) − f(t, yk−1(t))|dt ≤ L x x0 |yk(t) − yk−1(t)|dt ≤ L x x0 N (L|t − x0|)k−1 (k − 1)! dt = N (L|x − x0|)k k! por lo tanto la igualdad (2.6) es v´alida para todo m. A continuaci´on, como N ∞ m=1 (L|x − x0|)m−1 (m − 1)! ≤ N ∞ m=1 (Lh)m m! = NeLh < ∞
  • 30. 18 Luis Carrillo D´ıaz haciendo uso del Teorema de Weierstrass2 se tiene que la serie y0(x) + ∞ m=1 (ym(x) − ym−1(x)) converge uniforme y absolutamente sobre el intervalo Jh, y por tanto sus sumas parciales y1(x), y2(x); . . . convergen a una funci´on continua en dicho intervalo, es decir y(x) = l´ım x→∞ ym(x) Como ya hemos visto anteriormente esta y(x) es una soluci´on de (1.4). Prueba de la unicidad. Supongamos que z(x) sea otra soluci´on de (1.4), la cual existe en Jh y (x, z(x)) ∈ S para cada x ∈ Jh. Entonces la hip´otesis (ii) es aplicable y se tiene |y(x) − z(x)| ≤ x x0 |f(t, y(t)) − f(t, z(t))|dt ≤ L x x0 |y(t) − z(t)|dt Por la anterior desigualdad integral y el corolario (1.9) se tiene que |y(t) − z(t)| = 0 para todo x ∈ Jh, de donde se tiene que z(x) = y(x) para todo x ∈ Jh. Finalmente obtengamos la estimativa de error (2.5). Para n > m de la desigualdad (2.6) obtenemos |yn(x) − ym(x)| ≤ n−1 k=m |yk+1(x) − yk(x)| ≤ n−1 k=m N (L|x − x0|)k k! ≤ N n−1 k=m (Lh)k k! = N(Lh)m n−m−1 k=0 (Lh)k (m + k)! (2.7) sin embargo como 1/(m + k)! ≤ 1 m!k! se sigue que |yn(x) − ym(x)| ≤ N (Lh)m m! n−m−1 k=0 (Lh)k k! ≤ N (Lh)m m! eLh y luego cuando n → ∞ obtenemos 2 Teorema (M-test de Weierstrass). Sea (ym(x)) una sucesi´on de funciones con |ym(x)| ≤ Mm para todo x ∈ [α, β] con ∞ m=0 Mm < ∞. Entonces la serie ∞ m=0 ym(x) converge uniformemente en [α, β] a una ´unica funci´on y(x).
  • 31. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 19 |y(x) − ym(x)| ≤ N (Lh)m m! eLh (2.8) de la desigualdad (2.7) tambi´en obtenemos |yn(x) − ym(x)| ≤ N n−1 k=m (Lh)k k! ≤ NeLh y cuando n → ∞ obtenemos |y(x) − ym(x)| ≤ NeLh (2.9) De (2.8) y (2.9) se obtiene la estimativa de error (2.5). Nota. El Teorema (2.4) es llamado un teorema de existencia local, ya que garantiza la existencia de soluci´on ´unica en una vecindad del punto (x0, y0). Ejemplo 2.5. Consideremos el problema de valor inicial y′ = 1 + y2 ; y(0) = 0 (2.10) para el cual la ´unica soluci´on y(x) = tan x existe en el intervalo (−π/2, π/2). Para aplicar el Teorema (2.4) observamos que: (i) 1+y2 es cont´ınua en el rect´angulo S: |x| ≤ a; |y| ≤ b y 1+y2 ≤ 1+b2 = M; (ii) En el rect´angulo S la funci´on 1 + y2 satisface una condici´on de Lipschitz con L = 2b, y (iii) y0(x) ≡ 0 es continua en |x| ≤ a y |y0(x)| ≤ b. luego por el teorema (2.4) existe una ´unica soluci´on de (2.10) en el intervalo |x| ≤ h = m´ın{a, b/(1+b2 )}. Sin embargo como b/(1 + b2 ) ≤ 1/2 (con igualdad para b = 1) el intervalo ´optimo para el cual el Teorema (2.4) se verifica es |x| ≤ 1/2. Para efectos did´acticos el esquema iterativo para (2.10) es ym+1(x) = x + x 0 y2 m(t)dt; y0(x) ≡ 0; m = 0, 1, 2, . . . (2.11) De (2.11) es f´acil obtener y1(x) = x, y2(x) = x + x3 /3, luego la estimativa de error (2.5) para b = 1; h = 1/2; y m = 2 nos permite obtener | tan x − x − x3 3 | ≤ 1 2 e m´ın{1, 1/2} = 1 4 e; − 1 2 ≤ x ≤ 1 2 (2.12) Obviamente que el segundo miembro de (2.12) es muy burdo. Si la soluci´on del problema (1.1) existe en todo el intervalo |x − x0| ≤ a entonces diremos que la soluci´on existe globalmente.
  • 32. 20 Luis Carrillo D´ıaz Teorema 2.6. [Teorema de Existencia Global] Si las siguientes con- diciones son satisfechas: i) f(x, y) es continua en la banda T = {(x, y); |x − x0| ≤ a; y ∈ R} ii) f(x, y) satisface una condici´on de Lipschitz (1.8) uniforme en T. iii) y0(x) es continua en |x − x0| ≤ a. Entonces la sucesi´on (ym(x)) generada por el esquema iterativo de Picard (2.1) existe en todo el intervalo |x−x0| ≤ a y converge a la ´unica soluci´on y(x) del problema (1.1). Prueba. Para cualquier funci´on y0(x) continua en |x − x0| ≤ a por medio de un f´acil argumento inductivo se establece la existencia de cada ym(x) en |x − x0| ≤ a con |ym(x)| < ∞. Tambi´en como en la prueba del teorema (2.4) es simple verificar que la sucesi´on (ym(x)) converge a y(x) en |x − x0| ≤ a, para ello es suficiente reemplazar h por a en la prueba y considerando que la funci´on f(x, y) satisface la condici´on de Lipschitz (1.8) en la banda T. Corolario 2.7. Sea f(x, y) continua en R2 la cual satisface una condici´on de Lipschitz (1.8) en cada banda Ta = {(x, y); |x| ≤ a; y ∈ R} con constante de Lipschitz La. Entonces el PVI (1.1) tiene una ´unica soluci´on la cual existe para todo x. Prueba. Para cualquier x existe un a > 0 tal que |x−x0| ≤ a. Como la banda T est´a contenida en la banda Ta+|x0| la funci´on f(x, y) satisface las condiciones del teorema (2.6) en la banda T. Luego el resultado es v´alido para todo x.
  • 33. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 21 Pr´actica N◦ 2 1. Considerar el PVI u′ = 1 + u2 ; u(0) = 0 (2.13) Aplicar la iteraci´on de Picard con u0 = 0 y calcular cuatro t´erminos. Si el proceso se contin´ua, ¿a que funci´on converge la serie resultante? 2. Aplicar el Proceso iterativo de Picard al PVI u′ = t − u; u(0) = 1 (2.14) para obtener tres iterativas de Picard, considerando u0 = 1. Dibujar cada iteraci´on y la soluci´on exacta sobre el mismo eje de coordenadas. 3. Discutir la existencia y unicidad de soluciones de los siguientes proble- mas de valor inicial: (i) y′ = (x + y)x2 y2 ; y(0) = 1 (ii) y′ = ex + x/y; y(0) = 1 4. Demuestre que los siguientes PVIs poseen una ´unica soluci´on para todo real x: (i) y′ + p(x)y = q(x); y(x0) = y0 donde p(x) y q(x) son funciones continuas en R (ii) y′ = (cos x)e−y2 + sin y; y(x0) = y0 5. Demuestre que el problema de valor inicial y′ = (x2 − y2 ) sin y + y2 cos y; y(0) = 0 (2.15) tiene una ´unica soluci´on y(x) ≡ 0 en el rect´angulo cerrado S = {(x, y); |x| ≤ a; |y| ≤ b} 6. Pruebe que el teorema garantiza la existencia de una ´unica soluci´on del PVI y′ = e2y ; y(0) = 0 en el intervalo (−1/2e, 1/2e). Tambi´en resuelva este problema y verifique que la soluci´on existe en un intervalo mayor.
  • 34. 22 Luis Carrillo D´ıaz
  • 35. Cap´ıtulo 3 Existencia de soluciones (1858-1932) G.Peano En este cap´ıtulo abordaremos los teoremas de exis- tencia de soluciones debido a Peano y Cauchy-Peano. Peano fue un matem´atico italiano quien tuvo impor- tantes contribuciones a la Teor´ıa de Conjuntos y a las Ecuaciones Diferenciales Ordinarias. Peano de- mostr´o que la continuidad de la funci´on f(x, y) era suficiente para garantizar la existencia de soluciones al PVI (1.1). La ausencia de continuidad de tal fun- ci´on f(x, y) no permite afirmar categ´oricamente nada acerca de la existencia de soluciones y menos acerca de la unicidad de las mismas. Corroborando lo dicho mostraremos dos ejemplos que ilustran la necesidad de la continuidad como piedra de base para iniciar el estudio de la estabilidad del problema (1.1), el cual quedar´a totalmente edifica- do si el sistema estudiado tiene adicional a la existencia de soluci´on, unicidad y dependencia continua de los datos iniciales. En los ejemplos que se muestran a continuaci´on se observar´a que en ausen- cia de continuidad para la funci´on f(x, y) es imposible conocer el comporta- miento de las soluciones del PVI (1.1) as´ı para el PVI y′ = 2 x (y − 1); y(0) = 0 (3.1) se observa que no existen soluciones; sin embargo el PVI y′ = 2 x (y − 1); y(0) = 1 (3.2) tiene infinitas soluciones dadas por y(x) = 1 + cx2 donde c es una constante arbitraria. Notamos que en ambos casos la funci´on f(x, y) = 2 x (y − 1) no es continua en x0 = 0, y la ausencia de continuidad ha devenido en un comporta- miento bastante err´atico e impredecible acerca de la existencia de soluciones. 23
  • 36. 24 Luis Carrillo D´ıaz Teorema 3.1. [Teorema de existencia de Peano] Si la funci´on f(x, y) es una funci´on continua y acotada sobre la banda T = {(x, y); |x − x0| ≤ a; y ∈ R}, entonces el PVI (1.1) tiene al menos una soluci´on en |x − x0| ≤ a. Prueba. Haremos la prueba sobre el intervalo [x0, x0 +a], ya que su extensi´on al intervalo [x0 − a, x0] es inmediata. x◦ x◦ + ax◦ - a T Observaci´on. La banda T se abre hacia arriba y abajo infinitamente. En algu- nas oportunidades se usa la notaci´on |y| < ∞ para indicar que y ∈ R. Definimos una sucesi´on de funciones (ym(x)) por el esquema siguiente: x◦ x◦ + a/m x◦ + 2a/m x◦ + a ym(x) = y0 : x0 ≤ x ≤ x0 + a m ym(x) = y0 + x−a/m x0 f(t, ym(t))dt, x0 + k a m ≤ x ≤ x0 + (k + 1) a m ; k = 1, 2, . . . , m − 1 (3.3) El objetivo es probar que la sucesi´on (ym(x)) converge a la soluci´on del PVI (1.1). Observamos que la primera ecuaci´on de (3.3) define a ym(x) en el inter- valo [x0, x0 + a/m]., y la segunda ecuaci´on define a ym(x) primero en [x0 + a/m, x0 + 2a/m] ( para k = 1), luego en [x0 + 2a/m, x0 + 3a/m] y as´ı suce- sivamente. Como f(x, y) es acotada sobre la banda T, podemos suponer que |f(x, y)| ≤ M para todo (x, y) ∈ T.
  • 37. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 25 Para cualquier par de puntos x1, x2 ∈ [x0, x0 + a], se tiene que a)|ym(x2) − ym(x1)| = 0 si x1, x2 ∈ [x0, x0 + a/m] b)|ym(x2) − ym(x1)| = | x2−(a/m) x0 f(t, ym(t))dt| ≤ M|x2 − a m − x0| lo cual se observa mejor con la ayuda del gr´afico. x 1 x◦ x◦ + a/m x 2 x◦ + 2a/m Luego |ym(x2) − ym(x1)| = | x2−(a/m) x0 f(t, ym(t))dt| ≤ M|x2 − a m − x0| ≤ M|x2 − x1| si x1 ∈ [x0, x0 + a m ]; x2 ∈ [x0 + k a m , x0 + (k + 1) a m ] c)|ym(x2)−ym(x1)| = | x2−(a/m) x1−(a/m) f(t, ym(t))dt| ≤ M|x2−x1| en caso contrario. es decir si x1, x2 ∈ [x0 + ka/m, x0 + (k + 1)a/m]. En efecto; |ym(x2) − ym(x1)| = | x2−a/m x0 f(t, ym(t))dt − x1−a/m x0 f(t, ym(t))dt| = | x2−a/m x1−a/m f(t, ym(t))dt Gr´aficamente esto se ve en el segundo subintervalo como x◦+ a/m x 2 x◦ + 2a/mx 1 Luego se sigue que |ym(x2) − ym(x1)| ≤ M|x2 − x1|; x1, x2 ∈ [x0, x0 + a]. Entonces |ym(x2)−ym(x1)| ≤ ǫ si |x2−x1|ǫ/M = δ; es decir la sucesi´on (ym(x)) es equicontinua. Adem´as para todo x ∈ [x0, x0 + a] se tiene
  • 38. 26 Luis Carrillo D´ıaz |ym(x)| ≤ y0 + M|x − a m − x0| ≤ |y0| + Ma es decir la sucesi´on (ym(x)) es uniformemente acotada en [x0, x0 + a]. Luego por el Teorema de Ascoli- Arzel´a1 la sucesi´on (ym(x)) contiene una subsucesi´on (ymp (x)) la cual converge uniformemente en [x0, x0 +a] a una funci´on continua y(x). Para mostrar que la funci´on y(x) es soluci´on del PVI (1.1), hagamos tender p → ∞ en la relaci´on ymp (x) = y0 + x x0 f(t, ymp(t))dt − x x−(a/mp) f(t, ymp (t))dt. como f(x, y) es continua y la convergencia es uniforme, en la primera integral podemos tomar el l´ımite dentro de la integral para obtener x x0 f(t, y(t))dt. La segunda integral no excede a M(a/mp) y luego tiende a cero. Por tanto y(x) es una soluci´on de la ecuaci´on integral (1.4). Corolario 3.2. Si f(x, y) es continua en S : |x − x0| ≤ a; |y − y0| ≤ b, y por lo tanto existe M > 0 tal que |f(x, y)| ≤ M para todo (x, y) ∈ S, entonces el PVI (1.1) tiene al menos una soluci´on en Jh : |x − x0| ≤ h = m´ın{a, b/M} Prueba. Mutatis mutandis la prueba sigue el mismo esquema del teorema anterior. Ejemplo 3.3. La funci´on f(x, y) = y2/3 es continua en todo R2 . Luego por el Corolario (3.2) el problema de valor inicial y′ = y2/3 ; y(0) = 0 tiene al menos una soluci´on en |x| ≤ h = m´ın{a, b1/3 }. Sin embargo, podemos escoger b suficientemente grande tal que h = a. Luego el PVI en cuesti´on tiene al menos una soluci´on en todo x de R. 3.1. M´etodo de Cauchy-Euler En esta oportunidad presentamos el m´etodo de Cauchy-Euler, el cual es empleado para construir una soluci´on aproximada del PVI (1.1) que consiste concretamente en obtener soluciones ǫ-aproximadas para la ecuaci´on diferencial del problema de valor inicial correspondiente. Supongamos que la funci´on f(x, y) es continua en un dominio D 1 Teorema de Ascoli-Arzel´a: Un conjunto infinito S de funciones uniformemente aco- tadas y equicontinuas en [α, β], contiene una sucesi´on la cual converge uniformemente en [α, β].
  • 39. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 27 Definici´on 3.4. Una funci´on y(x) definida en J es llamada soluci´on ǫ- aproximada de la ecuaci´on y′ = f(x, y) si cumple: i) Si y(x) es continua para todo x de J ii) Para todo x ∈ J los puntos (x, y(x)) ∈ D iii) y(x) tiene una derivada seccionalmente continua en J, la cual pue- de no estar definida solo en un n´umero finito de puntos, digamos x1, x2, . . . , xk, y iv) |y′ (x) − f(x, y(x))| ≤ ǫ; para todo x ∈ J; x = xi; i = 1, 2, . . . , k Teorema 3.5. Sea f(x, y) continua en S, y por lo tanto existe M > 0 tal que |f(x, y)| ≤ M para todo (x, y) ∈ S. Entonces para cualquier ǫ > 0 existe una soluci´on ǫ-aproximada de la ecuaci´on diferencial y′ = f(x, y) en el intervalo Jh tal que y(x0) = y0 Prueba. Como f(x, y) es continua en el rect´angulo cerrado S, entonces es uniformemente continua alli. Luego para cada ǫ > 0 existe un δ > 0 tal que |f(x, y) − f(x1, y1)| ≤ ǫ (3.4) para cada (x, y) , (x1, y1) de S, cuando |x − x1| ≤ δ y |y − y1| ≤ δ. Construiremos una soluci´on ǫ−aproximada en el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 +h y por medio de un proceso similar haremos lo mismo en el intervalo x0 − h ≤ x ≤ x0. Comenzamos dividiendo el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + h en m partes x0 < x1 < . . . < xm = x0 + h tal que xi − xi−1 ≤ m´ın{δ, δ/M}; i = 1, 2, . . . , m (3.5) A continuaci´on definimos una funci´on y(x) en el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + h por la f´ormula recursiva y(x) = y(xi−1) + (x − xi−1)f(xi−1, y(xi−1)); xi−1 ≤ x ≤ xi, i = 1, 2, . . . , m (3.6) Observamos que y(x) es continua y su derivada y′ (x) = f(xi−1, y(xi−1)); xi−1 < x < xi; i = 1, 2, . . . , m es seccionalmente continua, y falla en ser defi- nida solo en los puntos xi; i = 1, 2, . . . , (m − 1). Como en cada subintervalo
  • 40. 28 Luis Carrillo D´ıaz [xi−1, xi] i = 1, 2, . . . , m la funci´on es una recta, para probar que (x, y(x)) ∈ S es suficiente verificar que |y(xi) − y0| ≤ b para todo i = 1, 2, . . . , m Haciendo en (3.6) i = 1 y x = x1 obtenemos |y(x1) − y0| = (x1 − x0)|f(x0, y0)| ≤ Mh ≤ b Supongamos que la afirmaci´on es v´alida para i = 1, 2, . . . , (k − 1) < (m − 1), entonces de (3.6) se tiene: y(x1) − y0 = (x1 − x0)f(x0, y0) y(x2) − y(x1) = (x2 − x1)f(x1, y(x1)) . . . y(xk) − y(xk−1) = (xk − xk−1)f(xk−1, y(xk−1)) por tanto y(xk) − y0 = k l=1 (xl − xl−1)f(xl−1, y(xl−1) de donde obtenemos |y(xk) − y0| ≤ k l=1 (xl − xl−1)M = M(xk − x0) ≤ Mh ≤ b. Finalmente si xi−1 < x < xi, entonces de (3.6) y (3.5) tenemos |y(x)y(xi−1| ≤ M|x − xi−1| ≤ M δ M = δ y luego por (3.4) encontramos que |y′ (x) − f(x, y(x))| = |f(xi−1, y(xi−1)) − f(x, y(x))| ≤ ǫ para todo x ∈ Jh; x = xi; i = 1, 2, . . . , (m − 1). es decir se satisface la condici´on (iv) de la definici´on de soluci´on ǫ-aproximada, con lo cual se completa la prueba de que y(x) es una soluci´on ǫ − aproximada de la ecuaci´on diferencial y′ = f(x, y). El m´etodo de construcci´on que acabamos de mostrar es lo que se conoce como el m´etodo de Cauchy-Euler. A continuaci´on reiteramos el corolario (3.2) y probamos una consecuencia del Teorema (3.5).
  • 41. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 29 Teorema 3.6. [Teorema de existencia de Cauchy-Peano] Supon- gamos que las condiciones del Teorema (3.5) son satisfechas. Entonces el PVI (1.1) tiene al menos una soluci´on en Jh. Prueba. Haremos la prueba s´olo en el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + h. Sea (ǫm) una sucesi´on mon´otona decreciente de n´umeros positivos tal que ǫm → 0. Para cada ǫm se aplicar´a el Teorema (3.5) para construir una soluci´on ǫ − aproximada ym(x). Al igual que en el Teorema (3.1), para cualquier para de puntos x, x∗ en [x0, x0 + h] se obtiene que |ym(x) − ym(x∗ )| ≤ M|x − x∗ | de lo cual se sigue que la sucesi´on (ym(x)) es equicontinua. Adem´as como en el Teorema (3.5) para cada x ∈ [x0, x0 + h], tenemos |ym(x)| ≤ |y0| + b, Por lo tanto la soluci´on (ym(x)) tambi´en es uniformemente acotada. Luego por el Teorema de Ascoli-Arzel´a se tiene que existe una subsucesi´on (ymp (x)) de (ym(x)), la cual converge uniformemente en [x0, x0 +h] a una funci´on continua y(x). Ahora tenemos que demostrar que la funci´on y(x)) es una soluci´on del problema (1.1), para lo cual definimos em(x) = y′ m(x) − f(x, ym(x)); en los puntos donde y′ (x) existe = 0, en caso contrario. de donde integrando desde x0 hasta x obtenemos ym(x) = y0 + x x0 [f(y, ym(t)) + em(t)]dt (3.7) y |em(t)| ≤ ǫm. pues |em(t)| = |y′ m(x) − f(x, ym(x))| ≤ ǫm por la condici´on (iv) de soluci´on ǫ-aproximada. Como f(x, y) es continua en S y (ymp (x)) converge a y(x) uniformemente en [x0, x0 + h], la funci´on f(x, ymp (x)) converge a f(x, y(x)) uniformemente en [x0, x0 + h]. Adem´as desde que ǫmp → 0 encontramos que |ǫmp (x)| converge a cero uniformemente en [x0, x0 + h].Luego, reemplazando m por mp en (3.7) y haciendo p → ∞ se encuentra que y(x) es una soluci´on de la ecuaci´on integral (1.4)
  • 42. 30 Luis Carrillo D´ıaz Comentario 3.7. El Corolario (3.2) asegura esencialmente que si en un do- minio D la funci´on f(x, y) es continua, entonces para cada punto (x0, y0) en D existe un rect´angulo S tal que el problema (1.1) tiene una soluci´on y(x) en Jh. Como S est´a en el interior de D, por aplicaci´on de Corolario (3.2) en el punto en el cual la soluci´on pasa fuera de S, podemos extender la regi´on en la cual la soluci´on existe Daremos un ejemplo acerca de este comentario. El PVI y′ = y2 ; y(0) = 1 tiene como soluci´on a y(x) = 1/(1 − x). Observamos que el intervalo de exis- tencia de esta soluci´on es (−∞, 1). Para este problema se tiene que S = {(x, y) : |x| ≤ a; |y − 1| ≤ b}; M = m´axS y2 = (1 + b)2 y h = m´ın{a, b/(1 + b)2 }. Como b/(1 + b)2 ≤ 1/4 podemos tomar h = 1/4 (independientemente de la forma de escoger a), luego por aplicaci´on del Corolario (3.2) se garantiza la existencia de una soluci´on ´unica y1(x) en el intervalo |x| ≤ 1/4. Ahora con- sideremos la continuaci´on de y1(x) a la derecha obtenida por encontrar una soluci´on y2(x) del problema y′ = y2 ; y(1/4) = 4/3. Para este nuevo problema se tiene S = {(x, y) : |x − 1/4| ≤ a; |y − 4/3| ≤ b}; y m´axS y2 = (4/3 + b)2 . Como b/(4/3 + b)2 ≤ 3/16 podemos tomar h = 3/16. Luego y2(x) existe en el intervalo |x − 1/4| ≤ 3/16. Este procedimeinto asegura la existencia de una soluci´on y(x) = y1(x); −1/4 ≤ x ≤ 1/4 y2(x); 1/4 ≤ x ≤ 7/10 en el intervalo −1/4 ≤ x ≤ 7/10. Este proceso de continuaci´on de la soluci´on puede ser usado adem´as a la derecha del punto (7/16, 16/9) o a la izquierda del punto (−1/4, 4/5). Con el fin de establecer hasta que punto la soluci´on puede ser continuada se requiere del siguiente lema. Lema 3.8. Sea f(x, y) una funci´on continua en un dominio D con supD |f(x, y)| ≤ M.Supongamos que el PVI (1.1) tiene una soluci´on y(x) en un intervalo J = (α, β). Entonces los l´ımites l´ımx→α+ y(x) = y(α + 0) y l´ımx→β− y(x) = y(β − 0) existen. Prueba. Para α < x1 < x2 < β, la ecuaci´on integral (1.4) implica que
  • 43. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 31 |y(x2) − y(x1)| ≤ x2 x1 |f(t, y(t))|dt ≤ M|x2 − x1|. Por lo tanto y(x2) − y(x1) → 0; cuando x1, x2 → α+ . Luego por el criterio de convergencia de Cauchy2 el l´ımx→α+ y(x) existe. Un argumento an´alogo permite demostrar la existencia del otro l´ımite. Teorema 3.9. Supongamos que se cumplen las condiciones del Lema (3.8) y sean (β, y(β − 0)) ∈ D y (α, y(α + 0)) ∈ D. Entonces la soluci´on y(x) del PVI (1.1) en (α, β) puede ser extendida sobre el intervalo (α, β+γ] ([α − γ, β)) para alg´un γ > 0. Prueba. Definimos la funci´on y1(x) del modo siguiente: y1(x) = y(x) para x ∈ (α, β) y y1(β) = y(β − 0). Entonces como para cada x ∈ (α, β] y1(x) = y(β − 0) + x β f(t, y1(t))dt = y0 + β x0 f(t, y1(t))dt + x β f(t, y1(t)dt = y0 + x x0 f(t, y1(t))dt, y la derivada izquierda y′ 1(β − 0) existe y y′ 1(β − 0) = f(β, y1(β)). Luego y1(x) es una continuaci´on de y(x) en el intervalo (α, β]. Ahora sea y2(x) una soluci´on del problema y′ = f(x, y); y(β) = y1(β) con intervalo de existrencia [β, β + γ], entonces la funci´on y3(x) = y1(x); x ∈ (α, β] y2(x); x ∈ [β, β + γ] es una continuaci´on de y(x) en el intervalo (α, β + γ]. Por tal motivo es suficiente notar que y3(x) = y0 + x x0 f(t, y3(t))dt (3.8) para todo x ∈ (α, β + γ]. En efecto (3.8) es obvia para x ∈ (α, β], de la definici´on de y3(x) y para x ∈ [β, β + α] tenemos y3(x) = y(β − 0) + x β f(t, y3(t))dt 2
  • 44. 32 Luis Carrillo D´ıaz = y0 + β x0 f(t, y3(t))dt + x β f(t, y3(t))dt = y0 + x x0 f(t, y3(t))dt
  • 45. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 33 Pr´actica N◦ 3 1. Muestre que la soluci´on del problema y′ = −x/y; y(0) = 1 no puede ser extendida m´as all´a del intervalo −1 < x < 1 2. Muestre que la soluci´on del problema y′ = 2xy2 ; y(0) = 1 existe s´olo en el intervalo |x| < 1. 3. Encuentre el m´aximo intervalo en el cual la soluci´on del problema y′ + (sin x)y2 = 3(xy)2 , y(0) = 2 puede ser extendida. 4. Muestre que la soluci´on del problema y′ = 1 + y2 ; y(0) = 1 no puede ser extendida fuera del intervalo −3 π 4 < x < π 4 . 5. Sea f(x, y) una funci´on continua que satisface |f(x, y)| ≤ c1 +c2|y|α para todo (x, y) ∈ T = {(x, y); |x − x0| ≤ a; |y| < ∞}, donde c1 y c2 son dos constantes no negativas y 0 ≤ α < 1. Pruebe que el problema de valolr inicial (1.1) tiene al menos una soluci´on en |x − x0| ≤ a 6. Resolver el problema de valor inicial yy′ − 3x2 (1 + y2 ) = 0; y(0) = 1 Hallar tambi´en el mayor intervalo sobre el cual la soluci´on est´a definida.
  • 46. 34 Luis Carrillo D´ıaz
  • 47. Cap´ıtulo 4 Unicidad de soluciones R. Lipschitz En los modelos matem´aticos de aplicaci´on espec´ıfica uno de los aspectos m´as importantes es el relacionado con la unicidad de soluciones, lo cual posteriormente constituir´a uno de los pilares de la estabilidad de los sistemas. Este t´opico adquiere relevancia desde el punto de vista pr´actico en el sentido de que para muchos modelos s´olo es posible obtener una soluci´on aproximada, y si la soluci´on no fuera ´unica entonces no se tendr´ıa certeza a cual de las soluciones nos estar´ıamos aproximando. En los cap´ıtulos previos hemos visto que cuando la funci´on f(x, y) es conti- nua en un rect´angulo cerrado S, entonces eso es suficiente para garantizar la existencia de al menos una soluci´on del PVI (1.1) en un intervalo Jh. En este cap´ıtulo presentamos algunos resultados que nos garantizan la existencia de una ´unica soluci´on. 4.1. Teoremas de unicidad Para obtener la unicidad de soluci´on para el problema (1.1) se tiene que adicionar condiciones a la funci´on continua f(x, y), una de tales condiciones es la de ser Lipschitz continua como lo veremos en el siguiente teorema. Teorema 4.1. [Teorema de unicidad de Lipschitz] Sea f(x, y) una funci´on continua que satisface la condici´on de Lipschitz uniformemente en S, entonces el problema (1.1) tiene a lo m´as una solu- ci´on en |x − x0| ≤ a. 1 1 La funci´on f(x, y) satisface la condici´on de Lipschitz uniformemente en cualquier domi- nio D si para cualquier par de puntos (x, y1) , (x, y2) en D se tiene |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ L|y1 − y2|, donde L es una constante no negativa llamada constante de Lipschitz. 35
  • 48. 36 Luis Carrillo D´ıaz Prueba. En el Teorema (2.4) se prueba unicidad de soluciones para el pro- blema (1.1) en el intervalo Jh, siguiendo el mismo esquema se muestra que el intervalo Jh se puede cambiar por el intervalo |x−x0| ≤ a con lo que se prueba este Teorema. Teorema 4.2. [Teorema de unicidad de Peano] Sea f(x, y) una fun- ci´on continua en S+ = {(x, y) : x0 ≤ x ≤ x0 + a; |y − y0| ≤ b} y no creciente en y para cada x fijo en x0 ≤ x ≤ x0 + a. Entonces el problema (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en x0 ≤ x ≤ x0 + a. Prueba. Supongamos que y1(x) y y2(x) son dos soluciones diferentes de (1.1) en el intervalo x0 ≤ x ≤ x0 + a. Supongamos que y2(x) > y1(x) para x1 < x < x1 + ǫ ≤ x0 + a, mientras que y1(x) = y2(x) en x0 ≤ x ≤ x1, esta situaci´on la podemos mostrar en el gr´afico siguiente x◦ x 1 x 1+ y 2 (x) y(x)1 x◦+ a es decir x1 es el ´ınfimo del conjunto A = {x; y2(x) > y1(x)}. Este ´ınfimo existe porque el conjunto A est´a acotado inferiormente al menos por x0. Como por hip´otesis se tiene que f(x, y) es no creciente en la variable y, entonces para todo x ∈ (x1, x1 + ǫ) se tiene f(x, y1(x)) ≥ f(x, y2(x)) es decir y′ 1(x) ≥ y′ 2(x) . Afirmaci´on. La funci´on z(x) = y2(x) − y1(x) es una funci´on no creciente. Si z(x) fuera creciente, como en x1 las funciones y1(x) y y2(x) coinciden en- tonces se tendr´ıa que z(x1) = 0 lo que implica que z(x) ≤ 0 en (x1, x1 + ǫ). Esta contradicci´on prueba que y1(x) = y2(x) en x0 ≤ x ≤ x0 + a.
  • 49. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 37 Ejemplo 4.3. La funci´on |y|1/2 sgn y, donde sgn y = 1 si y ≥ 0 y y = −1 si y < 0, es continua, no decreciente, y el problema de valor inicial y′ = |y|1/2 sgn y; y(0) = 0 tiene dos soluciones y(x) = 0 y y(x) = x2 /4 en el intervalo [0, +∞). Esto nos dice que en el Teorema (4.2) no se puede reemplazar no creciente por no decreciente. Con la finalidad de probar adecuadamente el siguiente Teorema, previa- mente proveeremos del siguiente resultado Lema 4.4. Sea w(z) una funci´on continua y creciente en el intervalo [0, +∞), con w(0) = 0 , w(z) > 0 para z > 0 que adem´as satisface l´ım ǫ→0+ ǫ dz w(z) = ∞. (4.1) Si u(x) es una funci´on cont´ınua no negativa en [0, a], que verifica la de- sigualdad u(x) ≤ x 0 w(u(t))dt, 0 < x ≤ a (4.2) entonces u(x) ≡ 0; en [0, a] Prueba. Definimos v(x) = m´ax0≤t≤x u(t), y supongamos que v(x) > 0 para 0 < x ≤ a, entonces u(x) ≤ v(x), y para cada x existe un x1 ≤ x tal que u(x1) = v(x). De lo cual se tiene v(x) = u(x1) ≤ x1 0 w(u(t))dt ≤ x 0 w(v(t))dt; es decir, la funci´on no decreciente v(x) satisface la misma desigualdad que u(x). Hagamos v(x) = x 0 w(v(t))dt, entonces v(0) = 0; v(x) ≤ v(x); v′ (x) = w(v(x)) ≤ w(v(x)), luego para 0 < δ < a tenemos a δ v′ (x) w(v(x)) dx ≤ a − δ < a Sin embargo de (4.1) se tiene que
  • 50. 38 Luis Carrillo D´ıaz a δ v′ (x) w(v(x) dx = α ǫ dz w(z) ; v(δ) = ǫ; v(a) = α se hace infinita cuando ǫ → 0 (δ → 0). Esta contradicci´on muestra que v(x) no puede ser positiva , asi que v(x) ≡ 0, y luego u(x) = 0 en [0, a]. Teorema 4.5. [Teorema de unicidad de Osgood] Sea f(x, y) una funci´on continua en S y para todo (x, y1); (x, y2) en S se satisface |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ w(|y1 − y2|), (4.3) donde w(z) es la misma funci´on del Lema (4.4). Entonces el PVI (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en el intervalo |x − x0| ≤ a. Prueba. Supongamos que y1(x) y y2(x) son dos soluciones de (1.1) en el intervalo |x − x0| ≤ a. Luego de (4.3) se sigue que |y1(x) − y2(x)| ≤ x x0 |w(|y1(t) − y2(t)|)|dt . Para cualquier x ∈ [x0, x0 + a] hacemos u(x) = |y1(x0 + x) − y2(x0 + x)|, entonces la funci´on no negativa u(x) satisface la desigualdad (4.2) y luego el Lema (4.4) implica que u(x) = 0 en [0, a] es decir y1(x) = y2(x) en [x0, x0 + a]. En el caso de que x ∈ [x0 − a, x0], la prueba es la misma, solamente tomando cuidado de definir u(x) como u(x) = |y1(x0 − x) − y2(x0 − x)| en [x0 − a, x0]. El siguiente Lema nos servir´a de auxilio para el teorema que contin´ua Lema 4.6. Sea u(x) una funci´on continua no negativa en el intervalo |x − x0| ≤ a, con u(x0) = 0 y sea u(x) diferenciable en x0 con u′ (x0) = 0, entonces la desigualdad u(x) ≤ x x0 u(t) t − x0 dt (4.4) implica que u(x) = 0 en |x − x0| ≤ a Prueba. Haremos la prueba s´olo en el lado derecho del intervalo, es decir en el subintervalo x0 ≤ x ≤ x0 + a. Definimos v(x) = x x0 u(t) t − x0 dt
  • 51. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 39 Observamos que esta integral existe debido a que l´ım x→x0 u(x) − u(x0) x − x0 = u′ (x0) = 0 pu´es por hip´otesis se tiene u(x0) = 0 y u′ (x0) = 0 adem´as se tiene v′ (x) = u(x) x − x0 ≤ v(x) x − x0 de donde obtenemos que d/dx[v(x)/(x−x0)] ≤ 0 lo que implica que v(x) x − x0 es no creciente. Como v(x0) = 0 entonces v(x) ≤ 0 lo cual es una contradicci´on con v(x) ≥ 0. Luego v(x) ≡ 0, y luego u(x) = 0 en el intervalo [x0, x0 + a] Teorema 4.7. [Teorema de Unicidad de Nagumo] Sea f(x, y) una funci´on continua en S y si para todo (x, y1) , (x, y2) de S se cumple |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ k|x − x0|−1 |y2 − y1|; x = x0; k ≤ 1. (4.5) Entonces el problema de valor inicial (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en |x − x0| ≤ a. Prueba. Supongamos que y1(x) y y2(x) son dos soluciones del problema (1.1) en el intervalo |x − x0| ≤ a. Entonces de (4.5) se tiene que |y1(x) − y2(x)| ≤ | x x0 |t − x0|−1 |y1(t) − y2(t)|dt| Hacemos u(x) = |y1(x) − y2(x)|; entonces la funci´on u(x) satisface la de- sigualdad (4.4). Adem´as como u(x) es continua en el intervalo |x − x0| ≤ a y u(x0) = 0, del Teorema del Valor Medio tenemos u′ (x0) = l´ım h→0 u(x0 + h) − u(x0) h = l´ım h→0 |y1(x0) + hy′ 1(x0 + θ1h) − y2(x0) − hy′ 2(x0)θ2h)| h ; 0 < θ1, θ2 < 1 = (sgn h) l´ım h→0 |y′ 1(x0 + θ1h) − y′ 2(x0 + θ2h)| = 0 Luego las condiciones del Lema (4.6) se cumplen , y u(x) ≡ 0 es decir y1(x) = y2(x) en |x − x0| ≤ a
  • 52. 40 Luis Carrillo D´ıaz A continuaci´on mostramos un ejemplo en el que se confirma que la exigencia hecha en (4.5) del Teorema de Nagumo para la constante k es la mejor posible. Ejemplo 4.8. Sea f(x, y) la funci´on definida por f(x, y) =    0 , 0 ≤ x ≤ 1; y ≤ 0 (1 − ǫ)y x , 0 < x ≤ 1, 0 < y < x1+ǫ ; ǫ > 0 (1 + ǫ)x1+ǫ , 0 ≤ x ≤ 1; x1+ǫ ≤ y Se verifica que esta funci´on es continua en S = [0, 1]×R y satisface la condici´on (4.5) a excepci´on de k = 1 + ǫ > 1. Se verifica que para esta funci´on el PVI (1.1) con (x0, y0) = (0, 0) tiene infinitas soluciones de la forma y(x) = cx1+ǫ , donde c es una constante arbitraria tal que 0 < c < 1; en consecuencia en el Teorema de Nagumo (4.7) no se puede reemplazar la constante k por una constante k > 1. Teorema 4.9. [Teorema de Krasnoselki-Krein] Sea f(x, y) una funci´on continua en S la cual satisface para todo (x, y1); (x, y2) ∈ S |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ k|x − x0|−1 |y2 − y1|; x = x0; k > 0 (4.6) |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ C|y2 − y1|α ; C > 0, 0 < α < 1, k(1 − α) < 1 (4.7) Entonces el problema (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en |x − x0| ≤ a. Prueba. Supongamos que y1(x), y y2(x) son dos soluciones de (1.1) en el intervalo |x − x0| ≤ a. Haremos la prueba s´olo en el subintervalo [x0, x0 + a]. De (4.7) se tiene que u(x) := |y1(x) − y2(x)| ≤ x x0 Cuα (t)dt
  • 53. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 41 Efectivamente: Como y1(x) y y2(x) son dos soluciones de (1.1) entonces de (4.7) se tiene |y′ 1(x) − y′ 2(x)| ≤ C|y2 − y1|α integrando de x0 a x tenemos que x x0 |y′ 1(t) − y′ 2(t)| ≤ x x0 C|y2(t) − y1(t)|α dt Haciendo u(x) = |y1(x) − y2(x) tenemos entonces que u(x) − u(x0) ≤ x x0 Cuα dt pero u(x0) = 0 luego tenemos u(x) ≤ x x0 Cuα dt Por tanto, por aplicaci´on del resultado2 c En efecto; Como v(x) = u(x)(x − x0)−k entonces v(x) ≤ C(x − x0)(1−α)−1 (x − x0)−k = C(x − x0)(1−α)−1−k Como k(1 − α) < 1 es inmediato que l´ımx→x0 v(x) = 0. Pues por hip´otesis se tiene que k(1 − α) < 1 con k > 0, de donde obtene- mos que (1 − α)−1 − k > 0, por lo tanto l´ımx→x0 v(x) = 0 Luego si definimos v(x0) = 0 , entonces la funci´on v(x) es continua en el intervalo [x0, x0 + a]. Mostraremos que v(x) = 0 en [x0, x0 + a]. Si v(x) > 0 en alg´un punto de [x0, x0 +a] entonces existe un x1 > x0 tal que 0 < m = v(x1) = m´axx0≤x≤x0+a v(x). Sin embargo de (4.6) tenemos m = v(x1) ≤ (x − x0)−k x1 x0 k(t − x0)−1 u(t)dt 2 Resultado. Sea u(x) una funci´on no negativa en el intervalo |x − x0| ≤ a y C ≥ 0 una constante dada. Si se cumple u(x) ≤ x x0 Cuα (t)dt, 0 < α < 1 entonces u(x) ≤ [C(1−α)−1 |x − x0|](1−α)−1 ; para todo x en|x − x0| ≤ a
  • 54. 42 Luis Carrillo D´ıaz En efecto, esta desigualdad se verifica, pues de (4.6) se tiene que |y′ 1(x) − y′ 2(x)| ≤ k|x − x0|−1 |y2 − y1| integrando esta desigualdad de x0 hasta x1 obtenemos u(x1) − u(x0) ≤ x1 x0 |t − x0|−1 u(t) ya que hemos considerado u(x) := |y2(x) − y1(x)| Luego m = v(x1) ≤ |x1 − x0|−k x1 x0 |t − x0|−1 u(t) pues v(x) = u(x)(x − x0)−k de donde u(x) = v(x)(x − x0)k . ≤ (x − x0)−k x1 x0 k(t − x0)k−1 v(t)dt < m(x − x0)−k x1 x0 k(t − x0)k−1 dt = m(x − x0)−k (x − x0)k = m lo cual es una contradicci´on. Por tanto v(x) ≡ 0, luego u(x) = 0 en [x0, x0 +a]. Teorema 4.10 ([Teorema unicidad de Van Kampen]). Sea f(x, y) una funci´on continua en S y para todo (x, y) ∈ S se cumple |f(x, y)| ≤ A|x − x0|p , p > −1; A > 0 (4.8) adem´as para cada (x, y1), (x, y2) de S se satisface |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ C |x − x0|r |y1 − y2|q , q ≥ 1; C > 0 (4.9) con q(1 + p) − r = p, ρ = C(2A)q−1 /(p + 1)q < 1. Entonces el PVI (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en |x − x0| ≤ a. Prueba. Supongamos que y1(x) y y2(x) son dos soluciones de (1.1) en |x − x0| ≤ a. Ahora mostraremos que y1(x) = y2(x) s´olo en el intervalo [x0 − a, x0].
  • 55. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 43 Consideramos |y′ 2(x) − y′ 1(x)| = |f(x, y2(x)) − f(x, y1(x))| integrando desde x hasta x0 tenemos que u(x) = |y1(x) − y2(x)| ≤ x0 x |f(x, y1(t)) − f(x, y2(t))|dt y por (4.8) tenemos ≤ 2A x0 x (x0 − t)p dt = 2A p + 1 (x0 − x)p+1 de donde obtenemos aplicando (4.9) u(x) ≤ C x0 x 1 (x0 − t)r uq (t)dt ≤ C( 2A p + 1 )q x0 x (x − t)q(p+1)−r dt = ρ( 2A p + 1 )(x0 − x)p+1 de esta nueva estimativa y (4.9) tenemos u(x) ≤ ρ1+q ( 2A P + 1 )(x0 − x)p+1 . Continuando de esta manera obtenemos u(x) ≤ ρ1+q+2+···+qm ( 2A p + 1 )(x0 − x)p+1 , m = 1, 2, . . . Como q > 1 y ρ < 1, se sigue que u(x) = 0 en [x0 − a, x0].
  • 56. 44 Luis Carrillo D´ıaz PR´ACTICA N◦ 04 1. Sea f(x, y) una funci´on continua que satisface la condici´on de Lipschitz generalizada |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ L(x)|y1 − y2| para todo (x, y1), (x, y2) ∈ S, donde la funci´on L(x) es tal que la integral x0+a x0−a L(t)dt existe. Probar que el PVI (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en |x − x0| ≤ a. 2. Sea f(x, y) continua en S+, que para todo (x, y1); (x, y2) en S+, con y2 ≥ y1 satisface una condici´on de Lipschitz lateral f(x, y2) − f(x, y1) ≤ L(y2 − y1). Pruebe que (1.1) tiene a lo m´as una soluci´on en x0 ≤ x ≤ x0 + a. 3. Dada la ecuaci´on y′ = xg(x, y) supongamos que g y ∂g/∂y son definidas y continuas para todo (x, y). Muestre que: (a) y(x) ≡ 0 es una soluci´on. (b) Si y = y(x) para x ∈ (α, β) es una soluci´on y si y(x0) > 0 con x0 ∈ (α, β) entonces y(x) > 0 para todo x ∈ (α, β). (c) Si y = y(x) para x ∈ (α, β) es una soluci´on y si y(x0) < 0 con x0 ∈ (α, β) entonces y(x) < 0 para todo x ∈ (α, β).
  • 57. Cap´ıtulo 5 Inecuaciones diferenciales En esta oportunidad introducimos el estudio de las llamadas inecuaciones diferenciales, tema poco difundido a nivel de un Curso de Ecuaciones Dife- renciales Ordinarias. Es natural suponer algunas preguntas que deben hacerse algunos lectores: Si el curso es de Ecuaciones Diferenciales Ordinarias, ¿por- qu´e estudiar inecuaciones diferenciales? Indudablemente que en el contexto actual en que los m´etodos de aproximaci´on num´erica est´an de moda, el estu- diar inecuaciones diferenciales permite establecer un intervalo variable, en el cual oscila la soluci´on de nuestro problema de valor inicial (1.1); as´ı muchas veces bastar´a conocer las soluciones de dos inecuaciones diferenciales, entre las cuales se encuentra la soluci´on de una ecuaci´on diferencial, para conocer con bastante aproximaci´on el valor de la soluci´on del PVI (1.1), el cual es una ecuaci´on diferencial. Consideramos a f(x, y) una funci´on continua en un dominio D. Definici´on 5.1. Decimos que una funci´on y(x) es soluci´on de la inecua- ci´on diferencial y′ > f(x, y) en el intervalo J = [x0, x0 + a) si i) y′ (x) existe para cada x ∈ J ii) Los puntos (x, y(x)) ∈ D para cada x ∈ J, y iii) y′ (x) > f(x, y(x)) para todo x ∈ J. Las soluciones de las inecuaciones y′ ≥ f(x, y), y′ < f(x, y), y′ ≤ f(x, y) son definidas de manera an´aloga. Ejemplo 5.2. Es f´acil verificar que la funci´on y(x) = cot x es soluci´on de la inecuaci´on diferencial y′ < −y2 en el intervalo J = (0, π) Efectivamente, vemos que 45
  • 58. 46 Luis Carrillo D´ıaz i) y′ (x) = − csc2 x; existe para todo x ∈ J = (0, π) ii) (x, y(x)) ≡ (x, cot x) ∈ D; ∀x ∈ J iii) − csc2 x < − cot2 x; para todo x ∈ J 5.1. Resultados b´asicos Teorema 5.3. Sean f(x, y) una funci´on continua en el dominio D, y y1(x), y2(x) son soluciones de las inecuaciones diferenciales y′ 1 ≤ f(x, y1); y′ 2 > f(x, y2) (5.1) sobre J. Entonces y1(x0) < y2(x0) implica que y1(x) < y2(x); para todo x ∈ J (5.2) Prueba. Si no se cumpliera (5.2) entonces el conjunto A = {x ∈ J : y1(x) ≥ y2(x)} = Φ x◦ x◦+ a y 2 y 1 x* Sea x∗ la mayor de las cotas inferiores de A, entonces x0 < x∗ y y1(x∗ ) = y2(x∗ ). Para h < 0 se tiene que y1(x∗ + h) < y2(x∗ + h), luego y′ 1(x∗ − 0) = l´ım h→0 y1(x∗ + h) − y1(x∗ ) h ≥ l´ım h→0 y2(x∗ + h) − y2(x∗ ) h = y′ 2(x∗ − 0).
  • 59. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 47 es decir y′ 1(x∗ ) ≥ y′ 2(x∗ ) pero por (5.1) se obtiene f(x∗ , y1(x∗ )) ≥ y′ 1(x∗ ) ≥ y′ 2(x∗ ) > f(x∗ , y2(x∗ )) de donde f(x∗ , y1(x∗ )) > f(x∗ , y2(x∗ )), y como y1(x∗ ) = y2(x∗ ), esta desigual- dad es contradictoria; en consecuencia el conjunto A es vac´ıo, con lo cual se verifica la desigualdad (5.2). Observaci´on 5.4. El teorema (5.3) sigue siendo v´alido si en (5.1) se cambia ≤ por <, y > por ≥; pero no se sigue cumpliendo si se cambian las desigual- dades por igualdades como observamos en el siguiente ejemplo El problema y′ = y2/3 ; y(0) = 0 tiene soluciones y1(x) = x3 /27; y2(x) = 0 en [0, +∞), se observa que para estas ecuaciones si se reemplazan en (5.3) las desigualdades por igualdades estas se siguen cumpliendo, pero vemos que x3 /27 0 en (0, ∞). Corolario 5.5. Sea f(x, y) una funci´on continua en un dominio D. Si adem´as se cumplen: i) y(x) es una soluci´on del problema de valor inicial (1.1) en el intervalo J = [x0, x0 + a) ii) y1(x) y y2(x) son las soluciones de las inecuaciones diferenciales y′ 1(x) < f(x, y1(x)) ; y′ 2(x) > f(x, y2(x)) en el intervalo J. iii) y1(x0) ≤ y0 ≤ y2(x0). Entonces y1(x) < y(x) < y2(x); para x ∈ (x0, x0 + a). Prueba. Probaremos que y(x) < y2(x); para x ∈ (x0, x0 + a). Si y0 < y2(x0), entonces de iii) se tendr´ıa y1(x0) ≤ y0 < y2(x0), es decir y1(x0) < y2(x0), por tanto el resultado se obtiene por aplicaci´on del Teorema (5.3). Ahora suponemos que y0 = y2(x0). Hagamos z(x) = y2(x) − y(x), entonces z′ (x0) = y′ 2(x0) − y′ (x0) > f(x0, y2(x0)) − f(x0, y(x0)) = 0, [Por la segunda inecuaci´on de (ii) y por (i) donde se afirma que y(x) es una soluci´on del PVI
  • 60. 48 Luis Carrillo D´ıaz (1.1)]; es decir z(x) es creciente a la derecha de x0 en un intervalo suficiente- mente peque˜no [x0, x0 + δ], entonces z(x0) < z(x0 + δ) es decir 0 < y2(x0 +δ)−y(x0 +δ) de donde se tiene que y(x0 +δ) < y2(x0 +δ). Por una nueva aplicaci´on del Teorema (5.3) se tiene que y(x) < y2(x) para todo x ∈ [x0 + δ, x0 + a). Desde que δ puede ser escogido suficientemente peque˜no, se tiene que el Corolario es v´alido. Ejemplo 5.6. Consideremos el PVI y′ = y2 + x2 ; y(0) = 1; x ∈ [0, 1) (5.3) Para la funci´on y1(x) = 1 + x3 3 , se tiene que y1(0) = 1, y para x ∈ (0, 1) se tiene y′ 1(x) = x2 < (1 + x3 3 )2 + x2 = y2 1(x) + x2 . En forma an´aloga se tiene para la funci´on y2(x) = tan(x+π/4), que y2(0) = 1 y para x ∈ (0, π/4) se tiene que y′ 2(x) = sec2 (x + π/4) = tan2 (x + π/4) + 1 > y2 2(x) + x2 Luego por el Corolario (5.5) la soluci´on del PVI (1.1) queda entre y1(x) y y2(x); es decir 1 + x3 3 < y(x) < tan(x + π/4); x ∈ (0, 1) El siguiente resultado es una aplicaci´on del Teorema (5.3) Teorema 5.7. Sea f(x, y) una funci´on continua en el dominio D, y para todo (x, y), (x, z) ∈ D con x ≥ x0, y ≥ z se verifica f(x, y) − f(x, z) ≤ L(y − z). (5.4) Adem´as suponemos que las condiciones(i)-(iii) del Corolario (5.5) con desigualdad estricta en (ii) reemplazadas por igualdades son satisfechas. Entonces y1(x) ≤ y(x) ≤ y2(x); ∀x ∈ J. Prueba. Definimos z1(x) = y1(x) − ǫeλ(x−x0) , donde ǫ > 0 y λ > L Por las hip´otesis anteriores se tiene que z′ 1(x) = y′ 1(x) − ǫeλ(x−x0) ≤ f(x, y1(x)) − ǫeλ(x−x0)
  • 61. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 49 ≤ f(x, z1(x)) + ǫ(L − λ)eλ(x−x0) < f(x, z1(x)) En forma an´aloga para la funci´on z2(x) = y2(x) + ǫeλ(x−x0) se tiene que z′ 2(x) > f(x, z2(x)). Tambi´en, z1(x0) < y1(x0) ≤ y0 ≤ y2(x0) < z2(x0) es evidente. Por lo tanto las condiciones del Teorema (5.3) para las funciones z1(x) y z2(x) son satisfechas, por lo cual z(x) < y(x) < z2(x) para todo x ∈ J (5.5) haciendo ǫ → 0 en (5.5) se obtiene lo deseado. Corolario 5.8. Supongamos que las condiciones del Teorema (5.7) son satisfechas con (5.4) sustituida por la condici´on de Lipschitz para todo x ≥ x0 y si (iii) del Corolario (5.5) es reemplazada por y1(x0) = y0 = y2(x0). Entonces para cualquier x1 ∈ J tal que x1 > x0 y1(x1) < y(x1); (y(x1) < y2(x1)) o y1(x) = y(x)(y(x) = y2(x))∀x ∈ [x0, x1]. Prueba. Para x ≥ x0 y y ≥ z la condici´on de Lipschitz es equivalente a −L(y − z) ≤ f(x, y) − f(x, z) ≤ L(y?z) (5.6) y luego por el Teorema (5.7) se sigue que y1(x) ≤ y(x) ≤ y2(x). Como y1(x0) = y(x0) = y2(x0) a menos que y(x) = y1(x)(y(x) = y2(x)), existe alg´un x1 > x0 en el cual y1(x1) < y(x1)(y(x − 1) < y2(x1)). Sin embargo de (5.6) encontramos que y′ 1(x) − y′ (x) ≤ f(x, y1(x)) − f(x, y(x)) ≤ L(y(x) − y1(x)), lo cual es equivalente a d dx (eLx (y1(x) − y(x))) ≤ 0 luego la funci´on eLx (y1(x) − y(x)) no puede ser creciente y para cualquier x > x1 eLx (y1(x) − y(x)) ≤ eLx1 (y1(x1) − y(x1)) < 0 Luego, y1(x) < y(x); ∀x > x1. por lo tanto, si y(x1) = y1(x1) en cualquier punto x1, entonces y(x) = y1(x) en [x0, x1]. Ahora presentaremos otra aplicaci´on del Teorema (5.3).
  • 62. 50 Luis Carrillo D´ıaz 5.2. Soluciones maximales y minimales Definici´on 5.9. Una soluci´on r(x) (respectivamente ρ(x)) del PVI (1.1) la cual existe en el intervalo J, es llamada soluci´on maximal (respectiva- mente minimal) si para una soluci´on arbitraria de (1.1) existiendo en J, la desigualdad y(x) ≤ r(x); (respectivamente ρ(x) ≤ y(x)) se cumple para todo x ∈ J Si las soluciones maximales o minimales existen, son ´unicas. Teorema 5.10. Si f(x, y) es una funci´on continua en S+ = {(x, y) : x0 ≤ x ≤ x0 + a; |y − y0| ≤ b}. Entonces existe una soluci´on maximal r(x) y una soluci´on minimal del PVI (1.1) en el intervalo [x0, x0 + α], donde α = m´ın{a, b/(2M + b)}; donde M > 0 satisface |f(x, y)| ≤ M para todo (x, y) ∈ S+. Prueba. Probaremos la existencia de la soluci´on maximal r(x). Sea 0 < ǫ ≤ b/2 y consideremos el PVI y′ = f(x, y) + ǫ; y(x0) = y0 + ǫ. (5.7) Desde que la funci´on fǫ(x, y) = f(x, y) + ǫ es continua en Sǫ = {(x, y) : x0 ≤ x ≤ x0 + a; |y − y(x0 + ǫ)| ≤ b/2}, y Sǫ ⊆ S+, encontramos que |f(x, y)| ≤ M+b/2 en Sǫ. Luego del Corolario (3.2) se sigue que el problema (5.7) tiene una soluci´on y(x, ǫ) en el intervalo [x0, x0 +α], donde α = m´ın{a, b/(2M +b)}. Para 0 < ǫ2 < ǫ1 ≤ ǫ, tenemos que y(x0, ǫ2) < y(x0, ǫ1) y y′ (x, ǫ2) = f(x, y(x, ǫ2)) + ǫ2, y′ (x, ǫ1) > f(x, y(x, ǫ1))+ǫ2 para x ∈ [x0, x0 +α]. Luego el Teorema (5.3) es aplicable y tenemos y(x, ǫ2) < y(x, ǫ1) para todo x ∈ [x0, x0 + α]. Ahora como en el Teorema (??) es f´acil ver que la familia de funciones y(x, ǫ) es equicontinua y uniformemente acotada en [x0, x0 + α], luego del Teorema 7.10 existe una sucesi´on decreciente {ǫn} tal que ǫn → 0 cuando n → ∞, y l´ımn→∞ y(x, ǫn) existe uniformemente en [x0, x0 + α]. Denotamos esta funci´on l´ımite por r(x). Obviamente r(x0) = y0 y la continuidad uniforme de f, con y(x, ǫn) = y0 + ǫn + x x0 [f(t, y(t, ǫn)) + ǫn]dt nos da a r(x) como una soluci´on de (1.1).
  • 63. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 51 Afirmaci´on. r(x) es la soluci´on maximal de (1.1) en [x0, x0 + α] Sea y(x) cualquier soluci´on del PVI (1.1) en [x0, x0 + α], entonces y(x0) = y0 < y0 + ǫ = y(x0, ǫ), y y′ (x) < f(x, y(x)) + ǫ; y′ (x, ǫ) = f(x, y(x, ǫ)) + ǫ para todo x ∈ [x0, x0 + α] y 0 < ǫ ≤ b/2, luego del Teorema (5.3) se sigue que y(x) < y(x, ǫ), x ∈ [x0, x0 + α]. Por la unicidad de la soluci´on maximal se muestra que y(x, ǫ) tiende uniformemente a r(x) en [x0, x0 + α] cuando ǫ → 0. Ejemplo 5.11. Para el problema de valor inicial y′ = |y|1/2 ; y(0) = 0 es claro que r(x) = x2 /4, ρ(x) = 0; si x ≥ 0; y r(x) = 0, ρ(x) = −x2 /4 si x ≤ 0 y Ahora como una aplicaci´on de la soluci´on maximal r(x) se probar´a el si- guiente Teorema. Teorema 5.12. Sea f(x, y) una funci´on continua en un dominio D, y sea r(x) la soluci´on maximal del problema (1.1) en el intervalo J = [x0, x0+a). Sea y(x) una soluci´on de la inecuaci´on diferencial y′ ≤ f(x, y(x)) (5.8) en J. Entonces y(x0) ≤ y0 implica que y(x) ≤ r(x); para todo x ∈ J (5.9) Prueba. Para x1 ∈ (x0, x0 +a) un argumento an´alogo al usado en el Teorema (5.10) muestra que existe una soluci´on maximal r(x, ǫ) de (5.7) en [x0, x1] para todo ǫ suficientemente peque˜no y adem´as l´ımǫ→0 r(x, ǫ) = r(x) uniformemente en [x0, x1]. Ahora de (5.7) y de (5.8) junto con y(x0) ≤ y0 < r(x, ǫ) se obtiene que y(x) < r(x, ǫ) (5.10) en [x0, x1] La desigualdad (5.9) se sigue tomando ǫ → 0 en (5.10). Comentario 5.13. Las inecuaciones diferenciales son tambi´en muy usadas para obtener resultados de no existencia global y explosi´on de soluciones en tiempo finito de ecuaciones diferenciales parciales; as´ı en el M´etodo de Kaplan o del primer coeficiente de Fourier las inecuaciones se muestran muy potentes con el auxilio de la famosa desigualdad de Jensen.
  • 64. 52 Luis Carrillo D´ıaz
  • 65. Cap´ıtulo 6 Dependencia continua de los datos iniciales En muchos de modelos f´ısicos representados por el problema de valor inicial (1.1), los diversos par´ametros que intervienen en su formulaci´on no pueden ser cuantificados de manera exacta, ya sea por los errores materiales y humanos que existen o por el grado de precisi´on de los equipos empleados en hacer las mediciones correspondientes. Otro factor que interviene en esta introducci´on de errores es el ajuste final del modelo matem´atico a estudiar, esto se presenta al captar datos experimentales del fen´omeno estudiado, as´ı por ejemplo, si el fen´omeno real nos provee de valores para f(x, y) los cuales oscilan entre −1 y 1,como se muestra en la figura, es muy dificil que exista una funci´on f(x, y) que tenga exactamente dichos valores reales, entonces lo que se hace es considerar una funci´on que se ajuste o describa aproximadamente dicho comportameiento real del fen´omeno. 0 1 -1 Datos en el laboratorio Se observa entonces que es muy importante tener la certeza que leves varia- ciones en la toma de los datos iniciales f(x, y) y (x0, y0), nos den soluciones del 53
  • 66. 54 Luis Carrillo D´ıaz problema (1.1) las cuales difieran tambien muy levemente. Este comportamien- to es lo que se conoce como dependencia continua de los datos iniciales, que es un ingrediente esencial de lo que se conoce como estabilidad de soluciones. Cuando no existe dependencia continua de los datos iniciales puede ocurrir que peque˜nas variaciones en los datos iniciales impliquen grandes variaciones en las soluciones resultantes. Por lo general la mayor´ıa de las soluciones del problema (1.1) no son exactas y se emplean m´etodos de aproximaci´on num´eri- cos para obtener soluciones aproximadas, pero si no existe garant´ıa de que exista dependencia continua de los datos iniciales o que exista unidad de solu- ciones, entonces tampoco habr´ıa garant´ıa de que nos estemos aproximando a la soluci´on correcta. Teorema 6.1. Si las siguientes condiciones son satisfechas: i. f(x, y) es continua y acotada por M sobre un dominio D el cual contiene los puntos (x0, y0) y (x1, y1). ii. f(x, y) satisface una condici´on de Lipschitz uniforme sobre D. iii. g(x, y) es continua y acotada por M1 en D. iv. y(x) y z(x) son soluciones del problema (1.1) y se cumple que z′ (x) = f(x, z) + g(x, z); z(x1) = y1 existe en un intervalo J conteniendo a x0 y x1. Entonces para todo x ∈ J, la siguiente desigualdad se cumple |y(x)−z(x)| ≤ (|y0−y1|+(M+M1)|x1−x0|+ 1 L M1)×exp(L|x−x0|)− 1 L M1 (6.1) 1 Prueba. De la Proposici´on (1.5) se tiene que para todo x ∈ J z(x) = y1 + x x1 [f(t, z(t)) + g(t, z(t))]dt = y1 + x x0 f(t, z(t))dt + x0 x1 f(t, z(t))dt + x x1 g(t, z(t))dt Luego tenemos 1 La funci´on f(x, y) satisface la condici´on de Lipschitz uniformemente en cualquier domi- nio D si para cualquier par de puntos (x, y1) , (x, y2) en D se tiene |f(x, y1) − f(x, y2)| ≤ L|y1 − y2|, donde L es una constante no negativa llamada constante de Lipschitz.
  • 67. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 55 y(x) − z(x) = y0 − y1 = x x0 [f(t, y(t)) − f(t, z(t))]dt + x1 x0 f(t, z(t))dt − x x1 g(t, z(t))dt. (6.2) de (6.2) tenemos |y(x)−z(x)| ≤ |y0 −y1|+(M +M1)|x1 −x0|+M1|x−x0|+L x x0 |y(t)−z(t)|dt (6.3) La desigualdad de (6.3) es la misma que la del Corolario (1.11) con c0 = |y0 − y1| + (M + M1)|x − x0|, c1 = M1; c2 = L y u(x) = |y(x) − z(x)| con lo cual la desigualdad (6.1) se cumple. Comentario 6.2. Se observa de la ecuaci´on (6.1) que la diferencia de las solu- ciones del PVI (1.1), y(x) y z(x) en J, resulta peque˜na si la funci´on f(x, y) y el punto inicial (x0, y0) var´ıan continuamente (levemente). Tambi´en observamos que la soluci´on z(x) del problema de valor inicial z′ (x) = f(x, z) + g(x, z); z(x1) = y1 no requiere ser ´unica en J. Ejemplo 6.3. Consideremos el problema de valor inicial y′ = sen(xy); y(0) = 1 (6.4) en el rect´angulo S = {(x, y); |x| ≤ 1/2; |y − 1| ≤ 1/2}. Para aplicar el Teorema (2.4), vemos que a = 1/2, b = 1/2, y que m´ax x∈S | sin(xy)| ≤ 1 ≤ M y por el Teorema (1.7) vemos que la funci´on sin(xy) satisface la condici´on de Lipschitz en S y el m´axS |x cos(xy)| = 1/2 = L, luego el problema (6.4) tiene una ´unica soluci´on en el intervalo |x| ≤ h ≤ 1/2. Como una aproximaci´on del problema (6.4) consideramos el problema z′ = xz; z(0) = 1,1 (6.5) la cual tambi´en tiene una soluci´on ´unica z(x) = 1,1e(x2/2) en el intervalo |x| ≤ 1/2. Por la f´ormula de Taylor encontramos que |g(x, y)| = | sin xy − xy| ≤ 1 6 |xy|3 ≤ 1 6 (1/2)3 (3/2)3 = 9 128 = M1
  • 68. 56 Luis Carrillo D´ıaz Haciendo uso del Teorema (6.1) para los PVIs anteriores obtenemos una cota de error superior para la diferencia entre las soluciones y(x) y z(x) |y(x) − z(x)| ≤ (0,1 + 9 64 exp(|x|/2) − 9 64 , ∀|x| ≤ 1/2. Para enfatizar la dependencia del punto inicial (x0, y0) escribiremos y(x, x0, y0) para denotar la soluci´on y(x) del PVI (1.1). Teorema 6.4. Supongamos que se satisfacen las siguientes sentencias: i) f(x, y) es continua y acotada por M en un dominio D que contiene a (x0, y0). ii) ∂f(x, y) ∂y existe, es continua y es acotada por L en D. iii) La soluci´on y(x, x0, y0) del PVI (1.1) existe en un intervalo J conteniendo al punto x0. Entonces se tiene que y(x; x0, y0) es diferenciable con respecto a y0 y z(x) = ∂y(x; x0, y0) ∂y0 es soluci´on del problema de valor inicial z′ = ∂f ∂y (x, y(x; x0, y0))z (6.6) z(x0) = 1 (6.7) La ecuaci´on (6.6) es llamada la ecuaci´on variacional correspondiente a la soluci´on y(x; x0, y0). Prueba. Sea (x0, y1) ∈ D tal que la soluci´on y(x, x0, y1) del PVI y′ = f(x, y); y(x0) = y1 existe en el intervalo J1. Entonces para todo x ∈ J2 = J ∩ J1, el Teorema (6.4) implica que |y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1)| ≤ |y0 − y1|eL|y0−y1| es decir |y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1)| → 0, cuando |y0 − y1| → 0. Ahora para cada x ∈ J2 se cumple que y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1) − z(x)(y0 − y1)
  • 69. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 57 = x x0 [f(t, y(t, x0, y0)) − f(t, y(t, x0, y − 1)) − ∂f ∂y (t, y(t, x0, y0))z(t)(y0 − y1)]dt = x x0 ∂f ∂y (t, y(t, x0, y0))[y(t, x0, y0) − y(t, x0, y1) − z(t)(y0 − y1)]dt + x x0 δ{y(t, x0, y0), y(t, x0, y1)}dt, donde δ{y(t, x0, y0), y(t, x0, y1)} → 0, cuando |y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1)| → 0, es decir cuando |y0 − y1| → 0. De aqui encontramos que |y(x, x0, y0) − y(x, x0, y11) − z(x)(y0 − y1)| ≤ L| x x0 |y(t, x0, y0) − y(t, x0, y1) − z(t)(y0 − y1)|dt| + o(|y0 − y1|). Ahora aplicamos el Corolario (1.11) y obtenemos |y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1) − z(x)(y0 − y1)| ≤ o(|y0 − y1|)exp(L|x − x0|). Luego |y(x, x0, y0) − y(x, x0, y1) − z(x)(y0 − y1)| → 0 cuando |y0 − y1| → 0. con lo cual se completa la prueba. A continuaci´on mostraremos que las condiciones del Teorema (6.4) son suficientes para que la soluci´on y(x, x0, y0) sea diferenciable con respecto a x0. Teorema 6.5. Supongamos que se satisfacen las hip´otesis del Teorema (6.4). Entonces la soluci´on y(x, x0, y0) es diferenciable con respecto a x0 y z(x) = ∂y(x, x0, y0)/∂x0 es la soluci´on de la ecuaci´on variacional (6.6) satisfaciendo la condici´on inicial z(x0) = −f(x0, y0). (6.8) Prueba. La prueba es similar a la del Teorema (6.4) Notar que la ecuaci´on variacional (6.6) puede ser obtenida directamente diferenciando la relaci´on y′ (x, x0, y0) = f(x, y(x, x0, y0))
  • 70. 58 Luis Carrillo D´ıaz con relaci´on a y0 ( o a x0 ); adem´as como y(x0, x0, y0) = y0, diferenciando con respecto a y0 obtenemos la condici´on inicial (6.7). Para obtener la condici´on inicial (6.8) empezamos con la ecuaci´on integral y(x, x0, y0) = y0 + x x0 f(t, y(t, x0, y0))dt y diferenciando con respecto a x0 obtenemos ∂y(x, x0, y0) ∂x0 |x=x0 = −f(x0, y0). Para finalizar, consideraremos el problema y′ = f(x, y, λ); y(x0) = y0 (6.9) donde λ es un par´ametro real. La prueba del siguiente teorema es muy similar a la de los resultados an- teriores. Teorema 6.6. Supongamos que se cumple lo siguiente: i) f(x, y, λ) es continua y acotada por M en un dominio D ⊂ R3 que contiene al punto (x0, y0, λ0). ii) ∂f(x, y, λ)/∂y existe, ∂f(x, y, λ)/∂λ es continua y acotada por L y L1 respectivamente en D. Entonces se cumple: 1. Existen n´umeros positivos h y ǫ tal que dado cualquier n´umero λ en el intervalo |λ − λ0| ≤ ǫ, existe una ´unica soluci´on y(x, λ) del problema de valor inicial (6.9) en el intervalo |x − x0| ≤ h. 2. Para todo λ1, λ2 del intervalo |λ−λ0| ≤ ǫ y x en el intervalo |x−x0| ≤ h se cumple la desigualdad |y(x, λ1) − y(x, λ2) ≤ L1|λ1 − λ2| L (exp(L|x − x0|) − 1) (6.10) 3. La soluci´on y(x, λ) es diferenciable con respecto a λ, y z(x, λ) = ∂y(x, λ)/∂λ es la soluci´on del problema de valor inicial z′ (x, λ) = ∂f ∂y (x, y(x, λ), λ)z(x, λ) + ∂f ∂λ (x, y(x, λ), λ) (6.11) z(x0, λ) = 0 (6.12)
  • 71. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 59 Si λ es tal que |λ − λ0| es suficientemente peque˜no entonces se dice que se tiene una aproximaci´on de primer orden de la soluci´on y(x, λ) dada por y(x, λ) ≃ y(x, λ0)+(λ−λ0)[ ∂y ∂λ (x, λ)]x=λ0 = y(x, λ0)+(λ−λ0)z(x, λ0). (6.13) Ejemplo 6.7. Consideremos el problema de valor inicial y′ = λy2 + 1; y(0) = 0 (λ ≥ 0) (6.14) para el cual la soluci´on y(x, λ) = 1 √ λ tan √ λx existe en (−π/(2 √ λ), π/(2 √ λ)). Si en (6.14) consideramos λ = 0 entonces y(x, 0) = x; desde que ∂f ∂y = 2λy y ∂f ∂λ = y2 , entonces el problema de valor inicial correspondiente a (6.11) y (6.12) es z′ (x, 0) = x2 ; z(0, 0) = 0 cuya soluci´on es z(x, 0) = x3 /3. Luego para λ cercano a cero, (6.13) nos da la aproximaci´on y(x, λ) = 1 √ λ tan( √ λx) ≃ x + λ x3 3 .
  • 72. 60 Luis Carrillo D´ıaz
  • 73. Cap´ıtulo 7 Sistemas de ecuaciones diferenciales Hasta el momento el estudio se ha realizado con relaci´on al problema (1.1), el cual contiene una ecuaci´on diferencial con una inc´ognita que toma valor es- calar. En este cap´ıtulo extenderemos los resultados obtenidos para el problema de valor inicial (1.1) a sistemas de ecuaciones diferenciales de primer orden. El an´alisis lo haremos fundamentalmente sobre los sistemas bidimensionales de primer orden, ya que dicho abordaje nos servir´a de soporte para el estudio de los Sistemas bidimensionales aut´onomos. Consideremos el sistema de ecuaciones diferenciales siguiente u′ 1 = g1(x, u1, u2) u′ 2 = g2(x, u1, u2) (7.1) donde u1 y u2 son las funciones inc´ognitas que dependen de la variable inde- pendiente x, y supongamos que g1, g2 son funciones continuas en un dominio E de R3 . Definici´on 7.1. Una soluci´on de (7.1) en un intervalo J, es un conjunto de dos funciones u1, u2 tales que i) Existen u′ 1(x) y u′ 2(x) para todo x del intervalo J. ii) Para todo x ∈ J, los puntos (x, u1(x), u2(x)) ∈ E iii) u′ i(x) = gi(x, u1(x), u2(x)) para todo x ∈ J; i = 1, 2. Ejemplo 7.2. El sistema diferencial simult´aneo de primer orden u′ 1(x) = 1; u′ 2(x) = 2x tiene por soluci´on u1(x) = x y u2(x) = x2 Con relaci´on al sistema (7.1) podemos dar condiciones iniciales u1(x0) = u0 1; u2(x0) = u0 2 (7.2) 61
  • 74. 62 Luis Carrillo D´ıaz donde x0 es un valor espec´ıfico de x en J, y u0 1 y u0 2 son n´umeros tales que (x0, u0 1, u0 2) ∈ E. El sistema diferencial (7.1) junto con la condici´on inicial (7.2) constituyen un problema de valor inicial. Ejemplo 7.3. El sistema diferencial simult´aneo de primer orden    u′ 1(x) = u1 u′ 2(x) = u2 1 u1(0) = 1 u2(0) = 3/2 (7.3) tiene por soluci´on al par de funciones u1(x) = ex , u2(x) = 1 + 1 2 e2x Los sistemas diferenciales (7.1)-(7.2) se originan en biolog´ıa y aplicaciones f´ısicas y frecuentemente describen sistemas muy complejos. Es importante observar que los sistemas diferenciales de primer orden se originan tambi´en a partir de ecuaciones de orden susperior con relaci´on a una sola variable, como lo ilustraremos en los ejemplos que presentamos a continuaci´on. Ejemplo 7.4. Convertir la ecuaci´on diferencial an(x) dn u dxn + an−1(x) dn−1 u dxn−1 + · · · + a0u = 0 en un sistema de n ecuaciones de primer orden. Soluci´on. Sean u1(x) = y, u2(x) = dy/dx, . . ., un(x) = dn−1 y/dxn−1 , entonces du1/dx = u2, du2/dx = u3, . . . , dun−1/dxn−1 = un, y dun/dx = − an−1(x)un + an−1(x)un−2 + · · · + a0u1 an(x) Ejemplo 7.5. Convertir el PVI d3 y dt3 + ( dy dt )2 + 3y = et ; y(0) = 1, y′ (0) = 0, y′′ (0) = 0 en un problema de valor inicial en las variables y, dy/dt, d2 y/dt2 .
  • 75. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 63 Soluci´on. Sean u1(t) = y, u2(t) = dy/dt y u3(t) = d2 y/dt2 . Entonces du1 dt = u2; du2 dt = u3; du3 dt = et − u2 2 − 3u1 Adem´as las funciones u1, u2, u3 satisfacen las condiciones iniciales u1(0) = 1, u2(0) = 0, u3(0) = 0. Estudiaremos lo relativo a la existencia y unicidad para el PVI (7.1)-(7.2), desde la perspectiva de una notaci´on vectorial; en tal perspectiva denotaremos con u(x) = (u1(x), u2(x)); y g(x, u) = (g1(x, u), g2(x, u)) y convenimos que las derivaciones e integraciones son ejecutadas puntualmente en cada componente, es decir u′ (x) = (u′ 1(x), u′ 2(x)); β α u(x)dx = ( β α u1(x)dx, β α u2(x)dx). Con esta notaci´on el problema de valor inicial (7.1)-(7.2) puede escribirse como u′ = g(x, u); u(x0) = u0 (7.4) lo cual es exactamente igual, en forma, a la expresi´on de (1.1), con la diferencia que ahora u y u′ son funciones definidas en J tomando sus valores en R2 , y g(x, u) es una funci´on definida en E ⊆ R3 con valores en R2 y u0 = (u0 1, u0 2). Se dice que la funci´on g(x, u) := (g1(x, u), g2(x, u2)) es continua en E si cada una de sus funciones componentes g1 y g2 son continuas en E Se dice que la funci´on g(x, u) es Lipschitz continua uniformemente en E si existe una constante positiva L tal que g(x, u) − g(x, v) ≤ L u − v (7.5) para todo (x, u); (x, v) ∈ E Teorema 7.6. Sea E un dominio convexo y para todo (x, u) ∈ E las derivadas parciales ∂g/∂u1, ∂g/∂u2 existen y ∂g/∂u ≤ L. Entonces la funci´on g(x, u) satisface la condici´on de Lipschitz (7.5) en E con constante de Lipschitz L.
  • 76. 64 Luis Carrillo D´ıaz Prueba. Sean (x, u) y (x, v) puntos fijados en E. Por la convexidad de E los puntos (x, v + t(u − v)) ∈ E; ∀t ∈ [0, 1]. Luego la funci´on de valor vectorial G(t) = g(x, v + t(u − v)), para 0 ≤ t ≤ 1 est´a bi´en definida. Adem´as G′ (t) = (u1 − v1) ∂g ∂u1 (x, v + t(u − v)) + (u2 − v2) ∂g ∂u2 (x, v + t(u − v)) de donde G′ (t) ≤ 2 i=1 | ∂gi ∂u1 (x, v+t(u−v))||u1 −v1|+ 2 i=1 | ∂gi ∂u2 (x, v+t(u−v))||u2 −v2| ≤ L[|u1 − v1| + |u2 − v2|] = L u − v Ahora de la relaci´on g(x, u) − g(x, v) = G(1) − G(0) = 1 0 G′ (t)dt tenemos que g(x, u) − g(x, v) ≤ 1 0 G′ (t) dt ≤ L u − v Procediendo con los mismos argumentos que en la Proposici´on (1.5) se verifica que si g(x, u) es continua en el dominio E, entonces cualquier soluci´on de (7.4) es soluci´on de la ecuaci´on integral u(x) = u0 + x x0 g(t, u(t))dt (7.6) y rec´ıprocamente. Para encontrar una soluci´on de la ecuaci´on integral (7.6) se usa el m´eto- do de Picard de aproximaciones sucesivas en forma an´aloga al caso escalar. As´ı si u0 (x) cualquier funci´on continua, la cual suponemos es una aproxima- ci´on inicial de la soluci´on, entonces definimos aproximaciones sucesivamente por um+1 (x) = u0 + x x0 g(t, um(t))dt, m = 0, 1, . . . (7.7) y como en el caso escalar si la sucesi´on (um (x)) converge uniformemente a una funci´on cont´ınua u(x) en alg´un intervalo J que contiene a x0 y para todo x ∈ J los puntos (x, u(x)) ∈ E, entonces la funci´on u(x) ser´a una soluci´on de la ecuaci´on integral (7.6).
  • 77. Ecuaciones Diferenciales Ordinarias 65 Ejemplo 7.7. Para el PVI, u′ 1 = x + u2 u′ 2 = x + u1 (7.8) u1(0) = 1; u2(0) = −1 encontrar la soluci´on haciendo uso del m´etodo de Picard Soluci´on. Empezamos considerando u0 (x) = (1, −1), y siguiendo el esquema iterativo de Picard tenemos u1 (x) = (1, −1) + x 0 g(t, u0(t))dt = (1, −1) + x 0 g(t, u0(t)) u1 (x) = (1, −1) + x 0 (t − 1, t + 1)dt u1 (x) = (1 − x + x2 2 , −1 + x + x2 2 ) u2 (x) = (1, −1) + x 0 (t − 1 + t + t2 2 , t + 1 − t + t2 2 )dt = (1 − x + 2x2 2 + x3 3! , −1 + x + x3 3! ) u3 (x) = (1 − x + 2x2 2 + x3 3! + x4 4! , −1 + x + x3 3! + x4 4! ) u4 (x) = (1 − x + 2x2 2 + x3 3! + x4 4! + x5 5! , −1 + x + x3 3! + x4 4! + x5 5! ) = (−(1 + x) + (2 + 2x2 2! + x3 3! + x4 4! + x5 5! , −(1 + x) + (2x + 2x3 3! + x5 5! ) . . . Luego observamos que la sucesi´on (um (x)) existe para todo x ∈ R y converge para u(x) = (−(1 + x) + ex + e−x , −(1 + x) + ex − e−x ) la cual es la soluci´on del PVI (7.8). A continuaci´on enunciaremos algunos resultados an´alogos del caso escalar respecto a la existencia local y global.