El poema expresa el deseo del autor de tener una conexión más profunda con Dios y no depender de las cosas materiales para ser feliz. El autor pide a Dios que le dé más de sí mismo en lugar de lunas o soles que lo iluminen o fascinen. También sugiere que un mundo material puede dar malos consejos y que en cosas simples como una flor se puede encontrar mucho amor.