El documento ofrece orientaciones y consejos para las familias sobre cómo fomentar el desarrollo del lenguaje oral en la educación infantil. Recomienda crear hábitos como una alimentación y higiene adecuadas, y estimular el lenguaje a través de la conversación, cuentos, juegos y respetando los ritmos individuales de cada niño.
CUADERNILLO DE EJERCICIOS PARA EL TERCER TRIMESTRE, SEXTO GRADO
Lenguaje Oral en Educación Infantil, orientaciones y pautas para la familia (Fco. Javier Gallardo)
1. El Lenguaje Oral en
Educación InfantilOrientaciones y pautas
para la familia
Fco. Javier Gallardo Gómez
Maestro especialista Audición y Lenguaje
Psicopedagogo
2. La escuela y la familia son entornos naturales donde
el niño aprende y desarrolla su lenguaje en los primeros
años de vida.
Es en estos dos ambientes donde cobra
especial importancia la puesta en marcha de
medidas de prevención y estimulación que
aseguren un adecuado desarrollo lingüístico
del niño.
3. El bebé es ahora un niño…
Tomar alimentos sólidos, dejando las comidas
trituradas y potitos. La masticación desarrolla y
fortalece la musculatura de la boca y favorece una
correcta articulación a la hora de hablar.
La entrada al colegio a los tres años es el mejor momento para anunciarles
que “ya son mayores” y avanzar en aspectos generales relacionados con la
alimentación y la higiene que van a influir en el normal desarrollo de la lengua
oral.
Algunos consejos a seguir:
Una buena solución es llevar a nuestro hijo/a al
comedor del cole (aprende a comer de todo, como
todos, seguir normas…)
4. Eliminar chupetes y biberones, ya que
el uso prolongado de estos influye en la
deformación de la cavidad oral y de la
posición dentaria, así como en la
aparición de caries.
Cepillarse los dientes debe ser un hábito más.
Previene la aparición de caries y además
favorece la motricidad de lengua, labios y
mandíbula.
5. Aprender a sonarse para mantener una
buena higiene y favorecer así la respiración
nasal.
Crear un horario habitual de comidas,
baño, sueño…, hace crecer a nuestros
niños/as más felices.
6. Crear hábitos y rutinas
desde temprana edad …
Favorece la Autoestima, la
Seguridad y la Confianza
en uno mismo …
AUTONOMÍA
GENERAL
El niño será capaz de hacer
cosas sin ayuda, y
enfrentarse a situaciones
novedosas utilizando para
ello su LENGUAJE
7. Algunas dudas y preguntas de la familia…
“Su hermana empezó a hablar mucho antes
y este niño no dice nada, sólo señala las cosas…
¿Por qué no habla todavía?”
“Pues ya lleva un año en el cole y cuando quiere
contarme algo se empieza a atrancar, repite muchas
palabras… ¿de repente se ha vuelto tartamudo?”
“Yo quiero que mi niño diga ya la “erre”, su primo
es más pequeño y ya lo hace muy bien”
“Mejor le hablo como él lo hace ¿verdad?
porque así me entenderá mejor”
8. Aclaremos dudas
Para empezar es normal que nos preocupemos por nuestro hijo/a, somos sus padres y por
eso estamos atentos a su desarrollo y crecimiento, pero debemos ser moderados y ver
muchos de estos “problemas” como algo normal.
Cada niño es un ser único e irrepetible. Hay múltiples variables que nos hacen diferentes
desde que nacemos: temperamento, ambiente, padres, hermanos, grupo de iguales,
momento generacional… luego es lógico que los niños sean diferentes, lo que no implica ser
mejor ni peor, por tanto, no nos empeñemos en “clonar”.
Existen diferentes ritmos de desarrollo y es importante respetarlos. Al igual que un niño puede
empezar a andar antes del primer año de vida y otros lo hacen más allá de los 12-14 meses,
con el desarrollo del lenguaje ocurre igual unos hablan antes que otros y por ello no debemos
caer en las comparaciones, ni preocuparnos en exceso.
A temprana edad son normales ciertos procesos como los de simplificación del habla
(sustituir fonemas, reducir las palabras...), o episodios de disfemia evolutiva (tartamudez
infantil). Unos niños los superan antes y otros más tarde. Busque siempre ayuda e
información profesional.
El mejor remedio a estas edades es la prevención y estimulación, sin agobios, sin caer en la
comparaciones y mostrando siempre altas expectativas en nuestros hijos/as.
9. Dedique el mayor tiempo posible a hablar con su hijo de cosas que le interesen
(colegio, juegos, amigos...), aprovechando situaciones cotidianas y buscando el
intercambio comunicativo. Cualquier momento es bueno, camino del cole, de vuelta a
casa, mientras se baña, durante la cena…
Háblele con claridad, pausadamente y sin elevar la voz. No utilice un código
excesivamente infantil. Evite el lenguaje “bebe” (tete, papes, bibi…). Recuerde que los
niños aprenden por imitación.
Deje que su hijo se exprese cómodamente, muestre paciencia y atención a lo que le
cuenta. Déjele terminar las frases. Mírele a la cara y pida que le mire cuando intente
comunicar algo.
¿CÓMO FAVORECER Y POTENCIAR LA
COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE DE SU HIJO?
El lenguaje infantil es un fiel reflejo del entorno social en el que el niño o la niña se
desenvuelve, siendo la imitación del lenguaje de los demás y el deseo de comunicarse las
dos variables que hacen que el lenguaje se forme.
Entonces, ¿cómo puede el entorno familiar favorecer y desarrollar el lenguaje oral de su
hijo?, estos son algunos consejos:
10. No le riña o interrumpa cuando cometa errores al hablar. Espere a que termine y dígalo
usted de forma lenta y clara, mostrando el ejemplo correcto.
No permita que, por comodidad, deje de pedirnos lo que quiere o necesita. No se anticipe a
su petición, espere a que lo diga, no basta solo con el gesto. Premie y refuerce sus intentos
comunicativos.
Ayude a enriquecer su lenguaje agregando lenguaje al suyo, ampliando vocabulario,
utilizando preguntas abiertas en las que tenga que contestar con palabras o frases
elaboradas, más allá del Si o No. Por ejemplo: No usar siempre preguntas cerradas del
tipo: ¿quieres pan?, sino preguntas abiertas, como: ¿qué quieres?, ¿quieres pan, chocolate
o galletas?
Si su hijo tartamudea, no se alarme ni preocupe excesivamente, esos fallos y bloqueos son
normales a temprana edad. Evite las risas o burlas, no haga observaciones sobre su forma
de hablar, dele tiempo para terminar y evite las actitudes perfeccionistas. Cualquier duda en
este sentido debe ser consultada con el especialista en audición y lenguaje de su centro
educativo.
Cuéntele historias, cuentos, enséñele rimas, refranes… despertará su
imaginación, ejercitará su memoria, atención y enriquecerá su
lenguaje general (vocabulario, frases, ritmo, musicalidad. Un pequeño
cuento de 5 o 10 minutos al día produce mucho más de lo que
pensamos.
11. Jugar para hablar
Hay multitud de juegos que podemos realizar en familia con nuestros hijos junto a sus
hermanos o amigos y que van a favorecer el desarrollo no sólo del lenguaje oral sino de otros
muchos aspectos relacionados como la atención, la memoria, la comprensión oral… Como
ejemplos podemos señalar los siguientes:
Reconocer e imitar sonidos de animales, instrumentos, onomatopeyas…
Aprender canciones, retahílas, rimas… Memorizar poesías, refranes...
Decir palabras que empiecen por un fonema/letra o sílaba concreta.
Jugar con letras de plástico, de plastilina… (conciencia fonológica)
Realizar juegos de soplo: Hinchar globos, hacer pompas de jabón,
jugar con pajitas, tocar silbatos, apagar velas…
Imitar movimientos de mandíbula, lengua, labios y mejillas delante de un espejo.
Contarle cuentos, con dibujos para seguir la narración y después hacerle preguntas del tipo:
¿Quién?, ¿Qué hace?, ¿Dónde?, ¿Para qué sirve?...
Análisis y enumeración: Ejemplo: Decir las partes de un coche. Decir elementos de una casa (en la
cocina, salón…)
Jugar a los contrarios.
Resolver adivinanzas.
Jugar al “voy y cojo…” , al “veo-veo”.
Saludar o despedirse cada vez que entre o salga de algún lugar.
Imitar situaciones de diálogo (reglas conversacionales)
Construir frases cada vez más largas partiendo de una palabra escuchada, leída o reconocida en
un dibujo. Describir dibujos, fotos…