2. Las semillas del futuro fracaso en las empresas, pueden estar ocultas en su éxito actual.
3. Las culturas de las empresas no solo son más fuertes de lo que creen los empresarios, sino que cambiarlas plantea problemas todavía mayores.
4. Incluso mientras se esta produciendo, y sin que se hayan concluido el proceso de cambio de mentalidad, las empresas deben empezar a moverse interna y externamente, con la velocidad del rayo para reaccionar ante los cambios del entorno – competitivo, tecnológico y económico-. (No solo se trata de implementar sistemas de gestión de calidad, JIT o modificaciones tecnológicas, es indispensable redefinir orientación y manejo del mercado)
5. Dirección al manosegundo no consiste solamente en adaptar estrategias de respuesta, adaptándose a los cambios de la corriente, sino que es tamben una estrategia activa en el sentido de moldear el entono antes de que lo haga la competencia – adaptándose a los cambios de la corriente o incluso, dirigiéndola- (Imponer el cambio)
6. Ningún directivo, ninguna empresa, podrá, no ya prosperar, sino sobrevivir, si se limita a permanecer inmóvil. Constantemente debe poner al día sus capacidades, sus conocimientos, sus actividades y su comportamiento. Para que esto produzca resultados es imprescindible que la empresa, en todos sus niveles, adopte con decisión una actitud abierta para compartir información, y para absorberla del exterior. Es necesario desaprender las caducas lecciones del pasado, para aprender para poder hacer algo nuevo acorde a la actual dinámica del mercado.
7. El éxito depende del gran equipo procedente de todos los niveles y de todos los campos, más que de las ideas de individuos geniales o de departamentos concretos especializados e impenetrables.
8. La fuerza de la competitividad hay que buscarla allí donde haya algo único, notable y potencialmente duradero para ofrecer. Construir un núcleo de ventaja competitiva y diferencial.
9. Para fortalecer la ventaja competitiva, la empresa debe estar dispuesta a establecer alianzas estratégicas, sin necesidad de querer hacerlo todo. La capacidad de acción no se limita a su capacidad física y tecnológica, más bien a su capacidad de generar confianza y ampliar la estrategia con negociaciones gana y gana de mutuo beneficio.
10. Solamente en la medida que se construya una verdadera “Capacidad de la organización”, la capacidad estratégica será efectiva. La capacidad de organización reflejada en el desarrollo de una verdadera cultura de compromiso, una adecuada disciplina de trabajo y una actitud total hacia el cambio, venciendo los miedos al cambio, tanto por parte del personal ejecutivo, como de la misma administración a presentar nuevas reglas, políticas y formas hacia un mercado. La capacidad de la organización se mide en la redefinición de su estructura organizacional, menos piramidal, más horizontal, y cuando existan jefes que no griten a sus colaboradores por que hablan claro, cuando el jefe permita que las personas digan la verdad.
11. Aplicar los principios de Flexibilidad, “Ambigüedad” y “Paradoja”. La empresa debe aprender a organizar su trabajo en equipos multi-funcionales, haciendo, sin embargo, que algunas funciones sean más especificas que otras. Se requiere de una estrategia que aplique variedad en sus estrategias, y que la centralización permita la expansión geográfica y el empoderamiento gerencial para cada función, cargo o sector.
12. La capacidad de gestión y la capacidad de la organización deben ser consideradas como aspectos centrales y nucleares de la empresa, tan importantes como su potencial estratégico y la estrategia misma, en el marketing y en lo tecnológico.
13. La empresa prosperará si pone los intereses de sus clientes y de sus empelados, al mismo nivel que los intereses de sus jefes y propietarios. La reorientación hacia el mercado, comprendiendo satisfacción de clientes y posicionamiento de las marcas, y el empoderamiento de sus empleados proporcionando visión compartida, entrenamiento adecuado, guía con estímulos constantes y apoyo en el trabajo diario.