Este resumen describe el contenido del documento en 3 oraciones:
El documento resume el Sermón del Monte de Jesús, explicando que estaba dirigido a sus discípulos y no al mundo en general. Jesús describe las características de los verdaderos discípulos y contrasta la interpretación de la ley por parte de los fariseos con la intención original de Dios. Finalmente, Jesús advierte a los discípulos sobre hacer obras de justicia para ser vistos por los demás en lugar de glorificar a Dios.
1. Mateo 6:1-2
Por Chuck Smith
Hola …¿Como están amigos? Hoy nos encontramos en la sección del libro de
Mateo que comúnmente es llamado el Sermón del Monte porque fue dado a los
discípulos de Jesús en la ladera de la montaña, allí sobre el Mar de Galilea.
“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo…”. Lo primero que notamos es que
el Sermón del Monte no es para el uso de todo el mundo. No es un sistema de
leyes que el mundo deba o pueda fundar. El Sermón del Monte es para los
discípulos de Jesucristo, y son solamente ellos a quienes se menciona en la
primera parte del sermón, aquellos que realmente pueden poner estas cosas
en práctica, y esto solamente es posible a través del poder del Espíritu Santo.
Así que, primeramente, tenemos aquí una descripción de la persona
acerca de la que Jesús está hablando y esta descripción está en la forma de
Bienaventuranzas, cuando Jesús describe a la persona a quien se aplica el
sermón: “Bienaventurados los pobres en espíritu. Bienaventurados los que
lloran. Bienaventurados los mansos. Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia. Bienaventurados los misericordiosos. Bienaventurados los de
limpio corazón. Bienaventurados los pacificadores. Estos son los hijos de Dios.
Estos son los discípulos de Jesucristo. Estas son las características de los
discípulos de Cristo.
Y luego Jesús les dice cuál será la reacción del mundo frente a ellos, y
esa reacción es la persecución, pues no los comprenderán, los ultrajarán,
diciendo toda clase de males en su contra. Pero la respuesta a esta
persecución deber ser regocijarse y estar alegres. Y luego El les dice de la
influencia que ellos tienen sobre la tierra. Ustedes son la sal o la influencia
preservadora en una sociedad corrompida. Ustedes son la luz en la oscuridad.
Ustedes son la luz del mundo. Ustedes son la sal de la tierra.
Luego Jesús entra en un área, que seguramente fué impactante para los
discípulos, comienza a hablarles acerca de la ley y de su relación con el
creyente. Y el les declara que no ha venido para destruir la ley sino para
cumplirla. Entonces Jesús les dice a sus discípulos, “A menos que vuestra
justicia sea mayor que la de los escribas y Fariseos, no entrareis en el reino de
los cielos”. Los escribas y fariseos invertían su vida entera tratando de guardar
2. cada parte de la ley. Entonces luego que Jesús hiciera este tipo de declaración,
la primera reacción que yo tendría, sería simplemente darme por vencido.
“Bien, esto es todo. Yo le hecho. No tiene sentido seguir intentando. No hay
forma en que yo pueda ser más justo que los escribas y fariseos”. Pero acto
seguido Jesús vuelve a explicar lo que quiso decir, comienza a darles cinco
ilustraciones de la ley como estaba siendo enseñada y practicada por los
escribas y fariseos y lo contrasta con el fin que tenía la ley cuando Dios la
entregó la primera vez.
Y la diferencia básica entre la manera en que la ley era practicada y
enseñada por los fariseos, y la intención de Dios al dar la ley, en ambos casos
era que los fariseos estaban enseñando y practicando la ley en estricta
apariencia exterior. Ellos guardaban la ley desde un aspecto externo pero la
intención de la ley era de manera espiritual. Y no entendiendo la ley para ser
espiritual y que gobernara el espíritu, la actitud interior, ellos desarrollaron una
reacción equivocada de la ley. Así es como ellos veían la ley y el cumplimiento
externo de sus requerimientos, y asíellos se sentían muy satisfechos, seguros,
y orgullosos y sentían que podían juzgar a todos los hombres. Jesús describe
acertadamente la actitud de los fariseos cuando dice que el fariseo va al templo
a orar y dice, “Oh Dios, te agradezco que no soy como los otros hombres, no
soy un extorsionista, doy mis diezmos, hago esto y aquello.” De esa manera
Jesús está describiendo perfectamente la actitud que el fariseo tiene en lo que
concierne a la ley, el alto concepto que tiene de sí mismo.
Pero la ley no fue dada por Dios para que los hombres se sientan
orgullosos de si mismos. La ley fue dada por Dios para revelarle al hombre la
maldad excesiva del pecado y para que el mundo entero se diera cuenta que
es culpable ante Dios. Así que su interpretación de la ley era totalmente
equivocada y creaba una actitud errónea por parte de ellos. En vez de hacerlos
sentirse pecadores culpables ante Dios y decir, "Oh Dios, ten misericordia de
mi pecador” en vez de ello, por la forma en que ellos la interpretaban, estaban
capacitados para cumplir la ley. Pero la ley es espiritual, aunque ellos pueden
haber cumplido los aspectos externos, aún así ellos desobedecieron totalmente
los aspectos espirituales.
Así es el contraste que Jesús está haciendo, en relación a la manera en
que la ley era enseñada, “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y
3. cualquiera que matare será culpable del juicio. Pero yo os digo que cualquiera
que se enoje contra su hermano…” El asesinar viene del odio. Y usted puede
ser culpable de la ley que dice: No matarás, si usted tiene odio en su corazón
contra su hermano. Si usted considera que su hermano no vale nada, usted lo
destruye en su propia mente. El para usted no vale nada, y en su mente viola
la ley. No matarás.
No cometerás adulterio. Jesús dijo, “Miren, no es simplemente un
acto físico. Si está mirando a una mujer y la desea, entonces ya cometió
adulterio en su corazón.” La ley intenta hacernos culpables ante Dios, y como
Pablo el apóstol dijo, hubo un tiempo en que él pensaba que en lo referente a
la ley, él era perfecto. El escribió a los Filipenses y dijo, “En cuanto a la justicia
que es en la ley, yo la he cumplido” Pero escribiendo a los Romanos dijo, “Yo
no sabía que el desear o codiciar estaba mal excepto por que la ley lo dijo. No
codiciarás. Así que cuando me di cuenta que la ley estaba gobernando los
deseos, el pecado revivió y yo morí. En otras palabras, me mató. Me condenó a
muerte, puesto que era culpable.” Ahora bien, el pensaba por mucho tiempo
que no era culpable, pero cuando se dio cuenta de que la ley era espiritual y la
persona es carnal, dijo “Escuchen, he fallado.”
Y esto es básicamente lo que Jesús está mostrando, que la ley es
espiritual. Y por eso el hombre no puede cumplir la ley de Dios, y es por eso
que su justicia debe ser mayor que la de los escribas y fariseos si usted va a
entrar en el reino de los cielos. Pero ¿Cómo puede su justicia ser mayor que la
de los fariseos y escribas? Bien, la de ellos era una justicia de obras y si usted
está intentando lograr justicia a través de las obras, no hay forma que usted los
supere. Ellos han trabajado mejor que usted desde hace mucho tiempo. Ahora,
Dios ha establecido otra base para la justicia y así es que la justicia que Dios
imparte o que Dios cuenta a un hombre es por la fe que éste tenga en las obras
de Dios. Pues la fe de un hombre en Jesucristo, Dios la cuenta por justicia. Y
Pablo dijo, “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no
teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo,
la justicia que es de Dios por la fe”
4. Así que esta es la nueva relación con Dios: justicia mediante la fe, por el
creer en Jesucristo y de esa forma es que Dios lo cuenta por justicia; de ese
modo mi justicia excede a la de los escribas y fariseos porque Dios me ha
concedido la justicia de Jesucristo, excediendo la de los escribas y fariseos. Allí
está mi única esperanza de entrar al reino de los cielos: mi fe en el trabajo de
Dios a través de Jesucristo que alcanzó por y para mí esa justicia estando de
pie ante Dios.
Ahora llegamos al capítulo 6 y aquí Jesús, primeramente, menciona un
principio, y así como el método de los grandes maestros, hay una declaración
acerca del principio, y luego da la ilustración y la ampliación. El principio es
este:
“Guardaos de hacer vuestra justicia” (Mateo 6:1)
Las limosnas son los actos de justicia.
“ Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser
vistos de ellos” (Mateo 6:1):
El está hablando aquí de los motivos por los cuales usted hace las
cosas, por los cuales usted hace sus actos de justicia. Asegúrese de que su
motivación al hacer las cosas no provenga de su deseo de ser reconocido y
visto por los hombres. Tenga cuidado de no hacer sus actos de justicia para ser
visto de los hombres. Pablo, el apóstol nos habla de lo que lo motivó a él, él
dice, "Porque el amor de Cristo me constriñe” Y realmente, el amor es el mejor
motivador para el servicio cristiano y el único válido para el servicio cristiano.
Yo puedo estar haciendo muchas cosas maravillosas pero si no las hago
en amor, no tienen valor. Puedo incluso vender todo lo que tengo, y repartir las
ganancias entre los pobres, pero puedo hacerlo de tal manera de llamar a
todos los periódicos y decir, “Oigan, envíen a un reportero. Yo tengo mi casa a
la venta y voy a dar todo a los pobres, y cuando venda mi casa, pondré un
letrero bien grande que diga, “El Programa de Ayuda de Chuck”, e invito a
todos los pobres y a los fotógrafos y comienzo a repartir todos mis bienes y
alimento a los pobres y me paro allí sonriendo para los fotógrafos. Esto es
5. maravilloso. Los demás diran “Miren lo que este hombre ha hecho. Que
grandioso, él vendió todo y lo dio a los pobres”. Pero, mis motivos eran estar
frente al público con mi rostro sonriente y que todos dijesen, “¿Miren lo que ha
hecho este hombre, no es este hombre maravilloso?”. Esa es mi recomprensa,
que todos digan cuán maravilloso es lo que hago. Y es mejor que yo escuche
bien esas palabras, porque es la única recompensa que recibiré.
Cuando llegue a la presencia de Dios y este frente a El diré, “Fíjate en
mi Señor, estoy listo para recibir la recompensa”. Y el mirará el libro y dirá,
“Bueno, yo no veo nada aquí, Chuck”. Entonces Yo digo, “Espera un momento,
Señor. ¿Qué quieres decir con que tú no ves nada? ¿No viste el canal 7? ¿No
escuchaste a todas esas personas diciendo cuán maravilloso fui?”, Y Dios dirá
“Oh sí, yo recuerdo. Esa fue tu recompensa”. Y esto es, básicamente, lo que
Jesús está diciendo aquí. Así que tenga cuidado con su motivación. No haga
las cosas de tal manera de atraer la atención hacia usted, o sea, de recibir la
alabanza de las personas y los aplausos de la multitud. Si esto es lo que hay
detrás y usted lo hace para tener toda la atención sobre sus buenas obras,
entonces esa atención que usted obtenga es toda la recompensa que recibirá.
Así que cuide de no hacer sus obras de justicia para ser visto de los hombres.
Tenemos una simetría aquí porque anteriormente Jesús dijo, “Vosotros
sois la luz del mundo”, y usted no puede esconder la luz. Por lo tanto, lo que
usted hace, será visto; se notará. No se puede esconder la luz. Usted es la luz
del mundo, pero “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que
vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos”. Esto no siempre es fácil de hacer. Debemos buscar hacer las cosas de
tal forma que cuando las personas vean lo que estamos haciendo, no nos
glorifiquen a nosotros sino que glorifiquen a Dios. Y esta deber ser, por
supuesto, la motivación que haya detrás de todo, darle la gloria a Dios, porque
yo amo a Dios y quiero servirle. Lo estoy haciendo por El. Esa es la motivación
que Dios honrará. Pero si mi meta es recibir la gloria y el favor del hombre,
entonces esa honra y alabanza que reciba, serán mi recompensa.
También están aquellos que dicen que no deberíamos estar interesados
en la recompensa, que debemos ser buenos solo por benevolencia. Y esto es
6. algo muy magnánimo para decir. Y……… las personas generalmente dicen
esto para aparentar que son muy benévolos, y por eso ellos tienen su
recompensa cuando dicen esto porque las personas dicen de ellos, “¿No es
maravilloso cómo hace las cosas? ¡Que corazón puro tiene él! ¡Que motivación
tan pura!, “El no está buscando nada a cambio, él solo quiere ser bueno,
porque él es bueno. Oh, que dulce”. Eso es enfermizo, y no es bíblico. Jesús
habla muchas veces aquí de las recompensas y de qué manera nosotros
deberíamos preocuparnos por ellas, esas recompensas que vienen de nuestro
Padre celestial. Hay un lugar para la recompensa en la experiencia cristiana.
La salvación no es una recompensa. La salvación es un regalo de Dios a
través de Su gracia hacia nosotros en Cristo Jesús. Y la salvación es algo que
Dios me da a través de mi fe en Jescuristo, y no tiene nada que ver con mis
obras o mi esfuerzo. Tiene que ver solamente con el creer en Jesucristo y Dios
me da ese gliorioso regalo de la vida eterna. Dios no me recompensa con la
vida etena; ese es un regalo de Dios. Pero como hijo de Dios, existen
responsabilidades que Dios pone sobre mí. Existen oportunidades que Dios me
da de servirle. Y yo estaré de pie ante Dios y seré recompensado de acuerdo a
mi fidelidad en cumplir con esas obligaciones y responsabilidades que Dios ha
puesto ante mí mientras estoy aquí. Así que es correcto que yo desee esa
recompensa de Dios y que busque esa recompensa de Dios.
Jesús dijo, “Si tu haces tu justicia delante de los hombes para ser visto
de ellos, básicamente, tu ya tienes tu recompensa” en el caso de que los
hombres vean lo que usted está haciendo y lo reconozcan y lo alaben a usted
por hacer eso. Luego Jesús da tres ilustraciones para este principio básico. El
trata con las tres cosas justas que el hombre hace, y son el dar las limosnas,
sus oraciones y la mortificación de su carne. Y hay una manera correcta y una
incorrecta de hacer cada una de estas cosas. Hay una manera correcta de
darle a Dios y una manera incorrecta de darle a Dios. Usted da de la forma
equivocada y entonces ya tiene su recompensa. Usted da de la manera
correcta y Dios le recompensará. Todo depende de dónde usted quiera recibir
su recompensa. ¿Usted quiere su recompensa de Dios? ¿O quiere su
recompensa de los hombres? Usted no puede hacer sus obras delante de los
hombre de manera que todos digan, “Ah, oh”, para que todos queden
7. impresionados y diciendo, “¿Se enteró de lo que hizo él? ¿No es maravilloso?”
O usted puede hacerlo de manera de que brille por siempre en el reino de Dios,
por Su esplendor y Su belleza.
“Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como
hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los
hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa” (Mateo 6:2)
Yo nunca he escuchado realmente acerca de nadie que haga tocar
trompeta delante de él cuando están llevando su ofrenda a la iglesia. Sin
embargo, he visto reuniones en donde el evangelista dice, “Dios me ha
revelado que hay 15 personas esta noche aquí que van a dar mil dólares para
mi ministerio. Quiero a 15 de ustedes que Dios les esté hablando a su corazón,
a dar ahora esos mil dólares. Quiero que se pongan de pie”. Y ellos insisten
hasta que…, “Bendito sea Dios, allí hay un hermano. Alabado sea Dios,
hermano, aleluya”. Y allí están esas personas de pie allí con el cheque en sus
manos.
En cuanto concierne a Dios, usted no recibirá recompensa de Dios por
ese dinero que acaba de dar. Usted ya tiene su recompensa porque en un
sentido, usted ha hecho sonar la trompeta. Usted ha hecho un gran despliegue
por su ofrenda. Y todos saben cuán generoso es usted. Usted está de pie,
recibe los aplausos de las personas, ese es todo el galardón que recibirá.