Ronnie no consiguió un empleo en una tienda por departamentos después de graduarse de la escuela secundaria y se sintió decepcionado. Sin embargo, esto lo llevó a conseguir otros trabajos que eventualmente lo llevaron a una exitosa carrera como actor y político, llegando a ser el gobernador y presidente de los Estados Unidos. La historia enseña que aunque experimentamos decepciones que parecen obstáculos, Dios puede usar lo malo para conducirnos a algo mejor si confiamos en él.