2. El retrato se considera como una de las manifestaciones más
originales del arte romano y tradicionalmente se piensa que es una
creación romana aunque las raíces están en la tradición del último
helenismo, periodo en el cual se avanzó en la individualización de
los retratos. Una segunda raíz la encontramos en los retratos
funerarios etruscos (siglos VII y VI a.C.).
Una tercera fuente estaría en una costumbre típicamente romana
llamada imagines maiorum, costumbre de la clase patricia de
hacer máscaras de cera de sus difuntos, para conservarlas en sus
casas y llevarlas en las ceremonias religiosas funerarias, éstas
máscaras se realizaban en bronce u otros materiales.
Buenos ejemplos son el grupo de Catón y Porcia y la escultura
conocida como Brutus Barberini, que es la representación de un
patricio llevando dos bustos de sus antepasados en la procesión.
3. Evolución del retrato romano
Época Republicana (hasta el año 31 a. C)
Aunque fue, parece en su mayoría, obra de artistas
de Grecia, la exigencia de realismo del gusto romano
formado en las imagines maiorum, y la
personalidad grave y serena de las personas
retratadas, dan a estas esculturas un tono fuerte,
enérgico y decidido, que falta en los retratos griegos.
Retratos de Pompeyo y de Julio César
4. Época de Augusto (31 a.C.-14 d.C.)
El papel preponderante que en la vida romana ejerce la
personalidad de Augusto, tiene su inmediato reflejo en
el arte del retrato, que además, experimenta en este
período la máxima influencia del arte griego. El
idealismo aflora en los numerosos retratos oficiales de
Augusto, exaltado por los artistas. Empieza a tener
importancia el retrato oficial, el cual irá incrementándose
durante la época imperial.
De Augusto se hicieron retratos excelentes, que querían
ser testimonio de un gobierno perfecto. El idealismo
obedece ahora, no sólo a un criterio estético, sino
político. Augusto tenía que aparecer a los ojos de todo
el mundo como un gobernante perfecto, poderoso,
inteligente, bueno…
Puede que el Augusto, de Prima Porta, sea el más
representativo de sus retratos; en él, es obvia la
influencia del Doríforo griego, con el típico contraposto,
aparece con vestido de cónsul cum imperium y en
gesto de arengar: lleva manto consular y se protege el
pecho con una coraza con motivos alegóricos. También
hay retratos de Augusto como Pretor (con el rollo de la
ley en la mano, y envuelto en la toga), como Pontifex
Maximus (cabeza cubierta con el manto y en actitud
oferente), y Heroizado (con la corona de laurel).
5. De unos dos metros de alto, está realizada en
mármol y se cree que es una copia o un
duplicado de un original perdido que debió
fundirse en bronce cuando ya el emperador
había fallecido, siendo, en todo caso, algo
posterior al año 20 d.C. Nos muestra a Octavio
como thorachatus, es decir como un jefe
militar que porta una coraza. Las escasas
muestras de pintura que aún conserva la
estatua han permitido suponer que,
originariamente, se encontraba completamente
policromada.
El escultor de esta obra singular, claramente
influenciado por Policleto (fijaos bien en el
significativo contrapposto), nos muestra en ella
a Augusto en el momento de dirigir a una
arenga a las tropas. Es evidente el atuendo
militar, aunque observamos también la
presencia del manto consular, recogido en
amplios pliegues en torno a la cintura del
personaje, rematándose sobre su brazo
izquierdo, del que cuelga elegantemente.
Completan la escultura, contribuyendo a darle
estabilidad, sendas imágenes de un delfín y un
pequeño Cupido, alusiones a la inmortalidad
que se presupone alcanzará el pacificador del
Imperio.
6.
7. Época del Imperio (del año 14 d.C. hasta el siglo V d.C.)
El poder creciente de los emperadores no tardó en derivar a
su divinización.
Resultado de esto fue la creación de un tipo nuevo de retrato
en el que se representó al emperador desnudo o semidesnudo
y coronado con laurel, o bien con atributos divinos como el
águila de Júpiter, el padre de todas las divinidades. Junto a
estas estatuas apoteósicas del emperador divinizado,
encontramos representaciones de éste como la clase patricia
romana (retrato togatae).
•En el siglo I, la divinización del emperador no se tradujo en la
idealización del rostro, el cual siguió presentando los rasgos
específicos de la persona (retratos de Tiberio y Claudio).
•En el siglo II se mantiene el mismo tipo de retrato del
emperador aunque con tendencia creciente a un mayor
realismo del rostro (Trajano).
•A partir de Adriano se generaliza el uso de la barba,
utilizándose la técnica del trépano en la representación de los
cabellos (se agujerea profundamente el mármol para crear
efectos de claroscuro, La dama de la permanente).
•El retrato de Caracalla ya de comienzos del siglo III, es una
obra maestra muy representativa (movimiento lateral de la
cabeza, barba, busto hasta los pectorales, etcétera), que nos
muestra el rostro enloquecido y cruel del emperador.
8.
9. En bronce, ha llegado hasta nuestros días, la
excepcional estatua ecuestre Marco Aurelio.
• A partir de la segunda mitad del siglo III, el
retrato empieza a transformarse en un sentido
anticlásico. El fino modelado anterior
desaparece, y en cambio, se subrayan los
rasgos esenciales de la fisonomía; los bustos
se simplifican y esquematizan; la expresión del
rostro es intensa, pero el modelado es seco y
duro; se apunta cierto hieratismo y una
tendencia creciente hacia aquello que es
colosal. Estas son las características del retrato
de Constantino y de sus sucesores, en los
cuales comienza a gestarse ya el retrato
bizantino.
11. El relieve romano se caracteriza por su
acusado sentido narrativo, pues describe
acontecimientos concretos, por lo general,
grandes hazañas históricas, sobre frisos
arquitectónicos, arcos de triunfo y columnas;
por otra parte posee un gran nivel técnico que
permite expresar con detallismo variadas
escenas y múltiples tipos humanos, así como la
ficción del espacio en profundidad, y se rige por
esquemas compositivos de gran dinamismo,
variando los gestos y actitudes de los
personajes.
El Ara Pacis Augustae es un altar rodeado por
un recinto murado, levantado en tiempos de
Augusto a raíz de sus campañas en Hispania.
Representa un cortejo con el emperador,
miembros del Senado y vestales que ofrecen
un sacrificio a los dioses con una decoración de
motivos vegetales.
En la Columna Trajana los relieves se disponen
en espiral. Representan las campañas de
Trajano contra los dacios; una de sus
peculiaridades es que se consigue ilusión de
profundidad con escaso grosor.
12. Ara Pacis Augustae (13-9 a. Cto.), que es una construcción cúbica que alberga un
altar de ofrendas. Tiene una puerta adintelada que accede a un pequeño receptáculo
con un podium sobre el que se encuentra el altar. A este podium se accede por dos
escaleras laterales. Todos los muros aparecen cuajados de bajorrelieves
procesionales, guirnaldas de flores y divinidades. Fue realizado por orden de Augusto
para agradecer sus victorias a los dioses. Conmemora la etapa de paz iniciada tras las
victorias del Emperador Octavio Augusto.
13.
14. Arco de Tito (s. I d. Cto.), que refleja la entrada de Tito en Jerusalem y el
expolio del templo
15. También se utilizan para decorar los SARCÓFAGOS, que con el tiempo pasarán de no tener
decoración o retratar al difunto, a elaborar más las escenas que decoran el sarcófago en
todos los frentes visibles, ya que el sarcófago romano suele adosarse a un muro. El material
es mármol de un solo bloque. En el Bajo Imperio se llega a la mayor perfección, con escenas
de tema mitológico que llenan la superficie, con técnica helenística, y separando las escenas
mediante columnas. Este modelo de sarcófago pasará al mundo cristiano, que decorará con
escenas de la vida de Cristo.
Sarcófago de un general romano en el que se representa una escena de batalla entre
soldados romanos y las tribus germánicas en el siglo II (aprox. 190 d. C.). Palazzo
Massimo alle Terme, Roma.