3. El encuentro entre la Sociedad Andina y los conquistadores españoles estableció una relación de
dominación-subordinación entre dos culturas, dos pueblos y dos economías diferentes.
La organización andina indígena y reorganizada la población nativa, en sus localidades y regiones
bajo formas nuevas, se perdió la coherencia del mundo prehispánico.
4. La conquista desplazó a la alta cultura indígena y andina hacia el polo subordinado de la nueva
formación social, en tanto que lo hispano y europeo adquirió carácter dominante. El virreinato nos
ubicó en una situación colonial y consiguió definir una estructura social y política que sometió al
mundo conquistado. Desde entonces la oposición entre lo indígena y lo alienígena, entre lo andino
y lo hispano, entre lo nativo y lo europeo, abrieron una grieta en la conciencia nacional.
En este nace la discriminación entre serrano y costeño, indio y criollo, entre le rural y lo urbano.
La década final del siglo XIX, anuncia por primera vez el Estado moderno, al abrir posibilidades del
poder central por préstamos y capitales que multiplicaron su capacidad operativa. Se pusieron así
los cimientos del Perú contemporáneo. El aparato del Estado comenzó progresivamente a
institucionalizarse, mientras se fortalecían los grupos capitalistas urbanos y, en grado restringido,
algunos rurales, basados en la minería y agricultura con vínculos en el comercio y las finanzas.
Entre 1885 y 1920, que la propiedad monopólica se extiende abusivamente en el agro, la minería y
la industria urbana. Aparecen en las ciudades de la costa los obreros asalariados y en las áreas
ocupadas por el capital monopólico los campesinos indígenas son arrancados, por el enganche, de
sus comunidades y expuestos a una nueva relación social y cultural. Mientras que los indígenas son
arrinconados hasta crear la sensación de su desaparición en estos nuevos enclaves, o empujados a
migrar por efecto de la concentración de la propiedad de la tierra; los obreros urbanos, influidos
por el sindicalismo europeo.
5. En 1920 la modernización del Estado fue obligada por conflictos y contradicciones
en el seno de los sectores dominantes y aceptada pasivamente por los indígenas,
campesinos y sectores urbanos artes anales y obreros incipientes, en esta década
del siglo XX los cambios fueron obligados por la vasta movilización popular
urbana. Los obreros encabezan huelgas, paros y desplazamientos callejeros
demandando la jornada de ocho horas, protestando por el alza del costo de vida y
reclamando mejoras salariales, protección al artesano, vigencia de las libertades
públicas, etc. Los indígenas a su vez desplegaron fuerzas para recuperar tierras o
para defenderse de los gamonales que invadían y ocupaban sus propiedades
comunales.
En la década de 1920 el proceso migratorio desde el campo hacia las ciudades, el
peso mayor de la población rural era indiscutible. De acuerdo al Censo de 1940 el
17% de la población total vivía en ciudades de más de 20,000 habitantes y en
1961, según el Censo del mismo año era el 23%. Es decir, en 21 años, más de las
tres cuartas partes de la población vivía o estaba francamente adscrita al campo
o en centros poblados de muy estrecha relación con el mundo rural.
6. LAS IDEAS Y COSTUMBRES DE LA ZONA RURAL
Fue muy lento e muy débil en la estructura de comunicaciones, se sumaba
un pobre avance en el desarrollo de los medios masivos de información.
Desde la ciudad, se veía al campesino como serrano o como indio: era el
"pueblo" al que había que culturizar. La cultura indígena era
menospreciada o se la ponderaba paternalistamente. Y al obrero se le
trataba con benevolencia aristocrática.
7. EN EL PLANO ECONÓMICO
El Perú se había consolidado en su estructura productiva
exportadora. Se pretendió impulsar la producción algodonera,
azucarera y minera. Estas industrias pronto fueron conducidas por
un núcleo pequeño de grandes propietarios extranjeros y
nacionales.
Los intentos industrializadores de las capas medias
provincianas, ansiosas por llevar el progreso y el desarrollo a
sus regiones fracasaron estrepitosamente. En esas
circunstancias no sólo se impuso un centralismo
administrativo-político contra el que se alzaron los des
centralistas de los años 30, sino que este fenómeno se hizo
integral, es decir, administrativo, político y económico.
8. EN EL PLANO POLÍTICO
Se procuró mantener fuera del escenario nacional a
todas aquellas fuerzas que propugnaban un cambio
en el orden. Se aceptaba la idea de una democracia
pero restringida, cercenada y aristocrática. La
representación política en el Estado privilegió
siempre a los sectores dominantes y a los centros de
mayor desarrollo capitalista. El Estado era ese ente
oligárquico. frente al que luego, y con gran empuje,
se levantaron los sectores populares.