Los pulpos pertenecen al grupo de los CEFALÓPODOS , término griego que literalmente significa “ pies en la cabeza ”. Otras especies que pertenecen a este grupo son el calamar y la sepia . Todos comparten con el pulpo las mismas características: viven en el mar, respiran por branquias, no tienen concha externa, en la cabeza poseen largos tentáculos y pueden expulsar un chorro de tinta para enturbiar el agua mientras huyen de un enemigo.
El pulpo habita en fondos rocosos, arenosos y en praderas submarinas, desde la superficie hasta los 100 metros de profundidad. Son animales nocturnos que se ocultan durante el día en sus escondrijos. Se desplazan con ayuda de sus tentáculos, pero en caso de peligro pueden desplazarse mediante la expulsión de un chorro de agua a través de la cavidad respiratoria, que pueden orientar en varias direcciones. El pulpo puede camuflarse , cambiando tanto de forma como de color. Dispone además de un cerebro muy desarrollado, mostrando, como veremos más tarde, conductas muy inteligentes .
El tamaño de los pulpos normalmente no supera el metro de longitud, incluyendo los brazos. En casos excepcionales, los ejemplares que viven a gran profundidad pueden llegar a medir 3 metros de largo, con un peso total que ronda los 25 kilos. El caso más extremo es la especie llamada “ Pulpo Gigante de California ” que aparece en la diapositiva.
El pulpo se camufla perfectamente en el ambiente, cambiando tanto de forma como de color. Su estado de ánimo también influye en los cambios de color, apareciendo tonos azules cuando está excitado o volviéndose pálido cuando está asustado. En cambio, cuando está furioso, dominan los colores rojizos . En este vídeo vamos a ver cómo es capaz de confundirse con el ambiente para ocultarse.