El documento discute la complejidad de la política agraria global y los desafíos de equilibrar la ecología, las necesidades nacionales y los problemas sociales. También explora el potencial de los cultivos energéticos en México para reducir la contaminación, crear empleos, disminuir la pobreza y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, siempre que la producción sea económicamente viable.