Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
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1. Anotaciones
¿Quién es el Hombre de Pecado? 1
¿Quién Es El Hombre De Pecado?
En cualquier momento que miramos la pro-fecía
Bíblica nos enfrentamos con los problemas
de encontrar un genuino cumplimiento a menos,
por supuesto, que allí la inspiración nos diga
el significado del exacto cumplimiento. En el
Nuevo Testamento tenemos algunas declaraciones
inspiradas diciéndonos del preciso cumplimiento
de algunas profecías del Antiguo Testamento.
Por ejemplo, Hechos 2:16 y Sig. nos dicen del
cumplimiento de Joel 2:28 y Sig. Lucas 3:3-6 nos
dicen del cumplimiento de Isaías 40:3-5. Mateo
1:21 y Sig. muestran el cumplimiento de Isaías
7:14. Estos son solo unos pocos de los muchos
ejemplos que podrían ser dados.
No obstante, en un caso donde hay la profecía del Nuevo Testamento que se cum-pliría
después del cierre de la revelación del Nuevo Testamento, se vuelve mucho
más difícil interpretarla en vista de que no somos inspirados. Estoy seguro de que
llegará el momento cuando entenderemos plenamente todo el escrito inspirado. Hasta
entonces debemos continuar estudiando seriamente y buscar entender con una mente
abierta lo que el Señor enseña.
Una profecía muy perpleja del Nuevo Testamento es encontrada en 2 Tesalonicenses
2:1-12. La pregunta, “¿Quién es el hombre de pecado?” no es una fácil para responder,
y hay varias y diversas interpretaciones de este pasaje. Hay tres posiciones básicas
tomadas con respecto a este “hombre de pecado”.
1. El Papado. Muchos de los primeros comentaristas Protestantes y varias corrientes
toman la posición de que este se refiere al desarrollo del Catolicismo y al surgimiento del
Papado. Para una completa discusión de esta posición, véase Lenski, Interpretación
de Colosenses, Tesalonicenses, Timoteo, Tito, Filemón (pág. 432-436). También
referiré a usted a las notas de Clarke al final de su comentario sobre 2 Tesalonicenses
2. También Macknight discute esto. Lo animo a que observe estas discusiones.
2. El “Anti-Cristo”. Esta posición es la de que exactamente antes de la venida de
Jesús se levantará una persona que es tan diabólica y maligna que será conocida como
el “antiCristo”. Llevará a muchos a una gran iniquidad. Intentará destruir totalmente
al Cristianismo, pero Jesús vendrá y lo destruirá. Para una completa discusión de esta
posición, véase Hendricksen, Comentario del Nuevo Testamento, Exposición de I
y II de Tesalonicenses (pág. 170-179).
3. Por falta de una mejor terminología, me referiré a la tercera posición como el
Emperador Romano. Esta posición podría ser declarada en esta forma: El “hombre
de pecado” es el emperador (o emperadores) Romano que trajo varias persecuciones
contra los Cristianos como lo profetizó Daniel y está descrito en Apocalipsis 13 y
siguientes. Quisiera discutir esta y le pido que cuidadosamente considere el razona-miento
que usaré. Antes de presentar algunos argumentos para esta posición, sería
propio mirar los pasajes bajo consideración.
En 2 Tesalonicenses 2:1-5 Pablo está corrigiendo una falsa impresión que tenían los
Tesalonicenses. Creían que la venida del Señor era inminente. El escribió de manera
que “no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis...”
(v.2). Pablo no quería que perdieran la cabeza a causa de este asunto sino que man-tuvieran
su cordura. Evidentemente, algunos afirmaron que Pablo o Silas o Timoteo
habían recibido una revelación profética (“espíritu”) declarando que el tiempo de la
venida de Jesús estaba aquí. Quizás alguien dijo que hubo una carta de ellos para ese
efecto. Pablo está negando algo de tal revelación o carta. Por tanto, él dijo: “Nadie
os engañe en ninguna manera” (v.3).
2. Anotaciones
2 ¿Quién es el Hombre de Pecado?
La razón por la que no se debían mover es que la venida de Jesús no ocurriría hasta
que hubiera una apostasía y hasta que se manifestara el “hombre de pecado, el hijo
de perdición” (v.3). Llegaría un tiempo cuando “por haberse multiplicado la maldad,
el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). Esto sería una “apostasía”. Entonces
también habría un hombre de pecado, uno que tendría “desprecio y violación de la ley”
(Thayer, pág. 42). Este hombre actuaría con total desprecio hacia Dios y su camino.
Es llamado el “hijo de perdición”. Apoleia: “la perdición (o destrucción) que consiste
en la perdida de la vida eterna, miseria eterna, perdición ... un hombre sentenciado a la
miseria eterna. 2 Tes. 2:3” (Thayer, pág. 71). Este hombre de pecado sería condenado
eternamente como resultado de su impía iniquidad y oposición a todo lo que es santo.
En el versículo 4 este hombre de pecado “se opone y se levanta contra todo lo
que se llama Dios o es objeto de culto, tanto que se sienta en el templo de Dios como
Dios, haciéndose pasar por Dios”. Su pecaminosidad o desobediencia consiste en
oponerse a Dios y al pueblo de Dios y en exaltarse a sí mismo a una posición de honra
y adoración que pertenece únicamente a la Deidad. El reclama una posición más alta
que la que jamás pudo pertenecer al hombre, una posición en la que él demanda la
adoración del hombre.
En los versículos 6-12 esta iniquidad es descrita. Pero al momento del escrito de
Pablo, había algo que detenía la obra diabólica de este hombre de pecado. El imperio
Romano y los emperadores controlaban el mundo. Los Cristianos estaban protegidos
hasta cierto grado por las autoridades Romanas. Roma miraba al Cristianismo como
una extensión del Judaísmo, y, por tanto, era considerado como legal. (Cualquier
religión que existía cuando Roma capturaba una nación era aceptada como legal.
No obstante, no fue permitido que una religión nueva empezara). Cuando Roma se
enteró de que el Cristianismo no era parte del Judaísmo, fue declarado entonces que
este (el Cristianismo) era ilegal. Esto explica por qué Pablo fue liberado de su primer
encarcelamiento Romano y sin embargo ejecutado por esparcir y divulgar una religión
ilegal durante su segundo encarcelamiento. En Hechos 21 cuando Los Judíos bus-caron
matar a Pablo, el tribuno Romano lo rescató (v.27-36). En Hechos 18 cuando
algunos Judíos estaban tratando de detener la predicación de Pablo, fue el procónsul
Romano quien lo protegió (v.12-17). Sin embargo, cuando Roma empezó a mirar el
Cristianismo como ilegal, esto cambió y no hubo poder restrictivo para detener las
persecuciones contra los Cristianos.
Este hombre de pecado sería usado como un instrumento de Satanás (2 Tes. 2:9).
Vendría con “gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de ini-quidad
para los que se pierden ...” (v.9-10). Pero una cosa es segura: este hombre de
pecado será destruido por el poder el Señor Jesucristo (v.8).
¿Quién Es Este Hombre de Pecado? Daniel 7
Para adecuadamente contestar nuestra pregunta, necesitamos considerar la visión de
Daniel y lo que esta simboliza. Miremos Daniel 7:1-12. Daniel nos dice de su visión de
las “cuatro bestias grandes ... subían del mar” (v.3). La primera era como león, y tenía
alas de águila (v.4), la segunda era semejante a un oso (v.5), la tercera era semejante
a un leopardo con cuatro cabezas (v.6), y la cuarta era “espantosa y terrible y en gran
manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro ... y tenía diez cuernos”
(v.7). Mientras Daniel contemplaba, vio “que otro cuerno pequeño salía entre ellos
... y he aquí este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes
cosas” (v.8-9). “Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que
hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y
entregado para ser quemado en el fuego” (v.11).
En los v.15-28 Daniel estaba completamente afligido por la visión y le preguntó
a uno de los que asistían (¿un ángel?) por el significado exacto. “... Y me habló, y
me hizo conocer la interpretación de las cosas” (v.16). Le fue dicho que las cuatro
bestias eran cuatro reyes o reinos (v.17,23) que surgirían. Estos corresponden a los
cuatro reinos del capítulo 2. Daniel estaba especialmente preocupado acerca de la
3. Anotaciones
¿Quién es el Hombre de Pecado? 3
cuarta bestia, los diez cuernos, y el otro cuerno que había salido (v.20). “Y veía yo
que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía” (v.21). “La cuarta bestia
será un cuarto reino en la tierra, el cual era diferente de todos los otros reinos, y a toda
la tierra devorará, trillará y despedazará” (v.23). Los cuernos representan reyes; el
cuerno pequeño que salió representa un rey que “hablará palabras contra el Altísimo,
y a los santos del Altísimo quebrantará ... y serán entregados en su mano hasta tiempo,
y tiempos, y medio tiempo” (v.24-25). Sin embargo, llegaría el momento cuando su
dominio le sería quitado y el reino de Dios prevalecería (v.26-27).
Reconocemos a Babilonia como el reino representado por el león. Medo-Persia fue
el segundo seguido por Grecia simbolizada por el leopardo. La cuarta bestia grande y
terrible representaba al Imperio Romano. Por tanto, los cuernos eran los emperadores.
El número diez debería ser tomado en el sentido de un número completo antes que diez
reyes literales. Allí se levantaría un emperador perseguidor que severamente haría
estragos al pueblo de Dios. Sería arrogante y jactancioso aún contra Dios.
Apocalipsis 13
La visión de Daniel es complementada por la visión de Juan en Daniel 13. En el
capítulo 12 vimos al dragón (Satanás) tratando de destruir al hijo varón (Jesús) pero
fallando en su intento. Luego se dirige al pueblo de Dios en un esfuerzo por vencer-los.
El capítulo 13 dice de la agencia que él estaba usando para vencer a los santos de
Dios. Hubo una bestia que subió del mar (¿recuerde Daniel 7:3?). Esta bestia era una
mezcla de las cuatro bestias de Daniel. Era semejante a un leopardo, con pies como
de oso, y una boca como boca de león (Ap. 13:-2). Esta es esa bestia tan espantosa y
terrible que Daniel vio. Tenía diez cuernos y siete cabezas. Una de sus cabezas fue
herida y sin embargo su herida mortal fue sanada. Recibió adoración de los pueblos
de la tierra. “También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se
le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses” (v.5). Los cuarenta y dos meses
corresponden a los tres años y medio del “cuerno” de Daniel 7:24-25. Como en Da-niel
7, esta bestia hace guerra contra los santos y busca vencerlos (Daniel 7:21), “y la
adoración todos los moradores de la tierra” excepto aquellos cuyos nombres están en
el libro de la vida (Ap. 13:8).
Luego vemos una segunda bestia que sube (Ap. 13:11). Esta es semejante a un
cordero pero tiene la voz de dragón. Su única actividad es persuadir a los pueblos de
la tierra para que adoren a la primera bestia cuya herida mortal fue sanada (v.12). Al
hacerlo así, ejecuta “grandes señales, de tal manera que aún hace descender fuego del
cielo a la tierra ... y engaña a los moradores de la tierra con las señales ...” (v.13-14).
Ella obliga a adorar al Emperador.
Tenemos poca dificultad en ver la persecución del emperador (o emperadores) de
Roma en este capítulo y al comité yendo a través del imperio Romano buscando obli-gar
la adoración al Emperador. Si este se refiere a Nerón o a Domiciano (¿”la herida
mortal sanada”?) o a ambos no es el punto particular de discusión en este momento.
Simplemente queremos ver lo que tanto Daniel como Juan vieron en el “rey” diabó-licamente
persiguiendo al pueblo de Dios por “cuarenta y dos meses” o 3½ años o
1260 días. Por supuesto, este no es un marco de tiempo literal ni específico, sino un
tiempo incompleto (la mitad del número perfecto, el siete).
El Hombre de Pecado
Ahora, ¿cómo nos ayuda todo esto a definir el hombre de pecado?
1. Su “advenimiento es por obra de Satanás” (2 Tes. 2:9) exactamente como en Ap.
13:2,4. El está actuando como un agente del diablo.
2. El viene “... con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo enga-ño
de iniquidad para los que se pierden ...” (2 Tes. 2:8-9). Esto es también visto en
Apocalipsis 13:14.
4. Anotaciones
4 ¿Quién es el Hombre de Pecado?
3. Hay la declaración de deidad — “... se levanta contra todo lo que se llama Dios
o es objeto de culto, tanto que se sienta en el templo de Dios, haciéndose pasar por
Dios” (2 Tes. 2:4). También vemos esto en Ap. 13:4,14.
4. Pablo predijo una “apostasía” en la que las almas serían engañadas y se perderían
(2 Tes. 2:3,11). Daniel dijo cómo el “cuerno pequeño” “...a los santos del Altísimo
quebrantaría ...” (Daniel 7:25). En Ap. 13 la bestia haría “... guerra contra los santos,
y los vencería ...” (v.7). Jesús dijo: “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor
de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). (Comprendo que Jesús está hablando de los
eventos conduciendo a la destrucción de Jerusalén en este contexto. La comparación
es que la maldad hace que el pueblo apostate).
5. Este “hombre de pecado” será muerto por el Señor con el espíritu de su boca,
y destruirá con el resplandor de su venida (2 Tes. 2:8). Daniel vio a la bestia muerta,
y su cuerpo destrozado y entregado para ser quemado en el fuego (Daniel 7:11,26).
En Apocalipsis la bestia fue derrotada, apresada, y arrojada al lago de fuego y azufre
(Ap. 19:19-20).
A causa de estas similitudes, parece muy lógico que Pablo está hablando de la
misma persona que estaban hablando Daniel y Juan. Al hacerlo así, él está ayudando
a prepararlos para la llegada de las persecuciones que muchos de ellos tendrían que
enfrentar. Fracaso en ver qué beneficio tendrían estas personas a las cuales Pablo les
está hablando, de algún evento lejano que sería removido. Le urjo a que estudie esto
diligentemente y obtenga sus conclusiones cuidadosamente. En cuanto sea posible,
necesitamos permitir que la Biblia nos ayude a entender la profecía. No necesitamos
especular.
(Guardian of Truth, Vol. 32, pág. 115, Forrest D. Moyer).