El documento argumenta que la investigación en el colegio es importante porque despierta la curiosidad natural del ser humano y fomenta el derecho a cuestionar el status quo. La investigación permite que los estudiantes se entiendan a sí mismos como seres en continuo desarrollo e invita a una búsqueda constante de preguntas sobre el mundo y uno mismo, más que de respuestas definitivas. Al investigar, los estudiantes descubren su propia naturaleza curiosa y se convierten en investigadores por naturaleza.
1. ¿INVESTIGAR EN EL COLEGIO?
Por Prof. Armando Rodríguez N.
Para aquellos que gastamos nuestros primeros años de infancia viendo televisión en
blanco y negro; no es desconocida aquella famosa salida chapulinesca, ante lo
inesperado: “lo sospeché desde un principio”. Sin embargo, como en uno de los
cuentos macondianos tan llenos de magia y de color, pareciera que poco a poco hemos
perdido aquel fabuloso don de la sospecha, mucho más cuando en la memoria histórica
de la humanidad pesa el legado del castigo, a veces mítico otras veces real, de
aquellos que se atrevieron a sospechar.
Acaso prometeo no pagó con sus entrañas su atrevimiento, al robar el fuego para el ser
humano, o se podrá olvidar a la imprudente Eva, alma bendita, quien nos heredó el
castigo de la expulsión del paraíso idílico, y nos condenó a vivir de nuestro trabajo, o de
la esposa de Lot convertida en sal, sólo por volver atrás. En fin, el hombre nace curioso
y la sociedad lo corrompe.
Me acuerdo de tiempo aquellos, cuando nuestros profesores con toda y su buena
voluntad me prohibían la intrepidez. ¡No toque esto! ¡Quédese quieto! ¡No lo vaya a
dañar! ¡Ver y no tocar se llama respetar!. Nos vetaban aquel preciado obsequio por el
que Pandora nos atrajo los sufrimientos: la curiosidad. Y en el imaginario colectivo de
los colombianos jamás se nos podrá olvidar la razón de la muerte del gato.
Hoy más que nunca la curiosidad se enfrenta al tribunal inquisitorio de la pereza mental,
y aquella luz divina motivo de la envidia de las deidades es sometida al chantaje del
status quo y de la verdad absoluta.
Sólo así he llegado a comprender la subversión que se encarna en la acción
investigadora. No encuentro mejor manera de expresar el papel de la investigación en
el colegio, sino como aquella punta de lanza, siempre avante en la batalla por la
reivindicación del derecho inalienable de ser curiosos.
La investigación encierra un arcano. El derecho indiscutible de entendernos como seres
en camino, inacabados, cambiantes, en continua búsqueda, siempre e innegablemente
problémicos, paradójicos y por qué no contradictorios. Más allá de ser un simple
recurso metodológico la investigación está llamada a convertirse en una manera de
entendernos como humanos. Sólo en la búsqueda continua, más que de respuestas de
preguntas, hemos logrado entendernos como lo que somos y nos hemos hecho
merecedores de un lugar especial en el infinito espacio del universo. En esa búsqueda
nos topamos con el descubrimiento más grande del mundo, (mucho más que los viajes
a la luna, o la reacción nuclear, o la penicilina), nos encontramos con el descubrimiento
de nosotros mismos.
Investigadores por naturaleza hemos alcanzado el punto aquel en que pareciera que ya
nada nos espera a la vuelta de la esquina, por eso, en una memoria tardía de la ley
Darwiniana del más fuerte, sólo quiero agregar que investigar es vivir.