SlideShare ist ein Scribd-Unternehmen logo
1 von 9
Downloaden Sie, um offline zu lesen
I Trimestre de 2012
                       Vislumbres de nuestro Dios



                      Notas de Elena G. de White


                               Lección 3
                             21 de enero de 2012




              Dios como Redentor
Sábado 14 de enero

Cuando se fija la atención sobre la cruz de Cristo, todo el ser se en-
noblece. El conocimiento del amor del Salvador subyuga el alma, y
eleva la mente por encima de las cosas del tiempo y los sentidos.
Aprendamos a valorar todas las cosas temporales a la luz que brilla
de la cruz. Esforcémonos por sondear las profundidades de humilla-
ción a las cuales descendió nuestro Salvador con el fin de hacer que
el hombre poseyera las riquezas eternas. A medida que estudiamos el
plan de redención, el corazón sentirá los latidos del amor del Salva-
dor, y quedará cautivado por el encanto de su carácter.

Es el amor de Cristo lo que constituye nuestro cielo. Pero el lenguaje
nos falla cuando tratamos de describir este amor. Pensamos acerca
de su vida en la tierra y de su sacrificio hecho en nuestro favor; pen-
samos en la obra que lleva a cabo en los cielos como abogado nues-
tro, de las mansiones que fue a preparar para los que le aman; y tan
solo podemos exclamar: "¡Oh, la altura y la profundidad del amor de
Cristo!" Al permanecer un momento al pie de la cruz, obtenemos un
débil concepto de lo que es el amor de Dios, y exclamamos: "En esto
consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por
nuestros pecados" (1 Juan 4:10). Pero en nuestra contemplación de
Cristo solo exploramos el borde de un amor que es inmensurable. Su
amor es como un vasto océano sin playa ni fondo.
                         Recursos Escuela Sabática ©
En todo discípulo verdadero este amor es como el fuego sagrado, que
se enciende sobre el altar del corazón. Fue en esta tierra donde el
amor de Dios se reveló por intermedio de Jesús. Y es en esta misma
tierra donde sus hijos harán que este mismo amor brille a través de
sus vidas intachables. De ese modo los pecadores serán conducidos a
la cruz, para contemplar al Cordero de Dios (Exaltad a Jesús, p.
242).


Domingo 15 de enero:
En la cruz

La muerte de Cristo demuestra el gran amor de Dios por el hombre.
Es nuestra garantía de salvación. Quitarle al cristiano la cruz sería
como borrar del cielo el sol. La cruz nos acerca a Dios, y nos reconci-
lia con él. Con la perdonadora compasión del amor de un padre, Je-
hová contempla los sufrimientos que su Hijo soportó con el fin de
salvar de la muerte eterna a la familia humana, y nos acepta en el
Amado.

Sin la cruz, el hombre no podría unirse con el Padre. De ella depende
toda nuestra esperanza. De ella emana la luz del amor del Salvador; y
cuando al pie de la cruz el pecador mira al que murió para salvarle,
puede regocijarse con pleno gozo; porque sus pecados son perdona-
dos. AI postrarse con fe junto a la cruz, alcanza el más alto lugar que
pueda alcanzar el hombre.

Mediante la cruz podemos saber que el Padre celestial nos ama con
un amor infinito. ¿Debemos maravillarnos de que Pablo exclamara:
"Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesu-
cristo"? (Gálatas 6:14). Es también nuestro privilegio gloriarnos en la
cruz, entregarnos completamente a Aquel que se entregó por noso-
tros. Entonces, con la luz que irradia del Calvario brillando en nues-
tros rostros, podemos salir para revelar esta luz a los que están en ti-
nieblas (Los hechos de los apóstoles, pp. 170, 171).

Jesús no vino a este mundo a dar órdenes y amenazas sino a mostrar
un amor sin paralelo; y el amor engendra amor. El amor de Cristo
exhibido en la cruz sorprende y gana al pecador quien, arrepentido y
creyente, le adora por el amor sin límites del Salvador. Cristo vino a
este mundo para que muchos puedan copiar su carácter perfecto y de
                         Recursos Escuela Sabática ©
esa manera elevar a la raza caída. Sin embargo, entre los millones
que hay en el mundo, son pocos los que aceptan la justicia y excelen-
cia de su carácter y que cumplen sus requerimientos para asegurarse
la felicidad (Confrontation, p. 72).

Cuando miráis la cruz del Calvario, no podéis dudar del amor de Dios
o de su deseo de salvar. Tiene una inmensidad de mundos que le tri-
butan honor divino, y el cielo y todo el universo hubieran estado feli-
ces si él hubiera dejado perecer este mundo; pero su amor fue tan
grande que dio a su propio Hijo para que muriera a fin de que noso-
tros fuésemos redimidos de la muerte eterna. Al ver el cuidado y el
amor que Dios tiene por nosotros, respondamos a ellos; démosle a
Jesús todas las facultades de nuestro ser, peleando varonilmente las
batallas del Señor (A fin de conocerle, p. 369).


Lunes 16 de enero:
El evangelio en el Antiguo Testamento

En el desierto de la tentación, en el huerto de Getsemaní y en la cruz,
nuestro Salvador cruzó armas con el príncipe de las tinieblas. Sus
heridas llegaron a ser los trofeos de su victoria en favor de la familia
humana. Mientras Cristo pendía agonizante de la cruz, mientas los
malos espíritus se regocijaban, y los hombres impíos le escarnecían,
su calcañar fue en verdad herido por Satanás. Pero ese mismo acto
aplastaba la cabeza de la serpiente. Por la muerte destruyó "al que
tenía el imperio de la muerte, es a saber, al diablo"(Hebreos 2:14).
Este acto decidió el destino del jefe de los rebeldes, y aseguró para
siempre el plan de la salvación. Al morir, Cristo venció el poder de la
muerte; al resucitar, abrió para sus seguidores las puertas del sepul-
cro. En esa última gran contienda vemos cumplirse la profecía: "Ésta
te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar"(Génesis 3:15)
(Profetas y reyes, p. 517).

En la creación, antes de la entrada del pecado, cada parte de la natu-
raleza era perfecta. Dios no necesitó quitar ninguna cosa por con-
siderarla innecesaria, ni disponer algún poder o fuerza para destruir-
la. Fue la calamidad del pecado lo que comenzó la obra de desinte-
gración y dejó al hermoso templo de Dios en ruinas. El ya no podía
morar en el corazón de los seres humanos. Pero se dio la promesa de
que la obra del enemigo sería destruida: "Pondré enemistad entre ti y
                         Recursos Escuela Sabática ©
la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar" (Génesis 3:15).

En los concilios celestiales se proveyó esperanza para la raza caída.
Jesucristo ofreció su vida como redención para los perdidos, y pagó
el precio del rescate para recrear en el pecador la imagen de Dios en
el alma. El caído podía ser renovado a la semejanza divina y ser ele-
vado, perdonado y redimido, no por la ley, sino por Jesucristo, Justi-
cia nuestra (Signs of the Times, 12 de diciembre, 1895).

En la ofrenda de Isaac, Dios tuvo el propósito de prefigurar el sacrifi-
cio de su Hijo. Isaac era una figura del Hijo de Dios que fue ofrecido
como sacrificio por los pecados del mundo. Dios deseaba impresio-
nar en Abraham el evangelio de salvación para los hombres... Había
de entender en su propio caso cuán grande era la abnegación del
Dios infinito al dar a su Hijo para rescatar al hombre de la ruina (A
fin de conocerle, p. 22).

Durante siglos, una gran corriente de conocimiento acerca de Cristo
se derramó en el mundo mediante la palabra de los patriarcas y los
profetas. Adán, arrepentido y convertido, fue un cristiano. Abel, En-
oc, Noé, Abraham, todos fueron cristianos. En tipos y símbolos se re-
veló el evangelio a esas dispensaciones antiguas. Las escrituras del
Antiguo Testamento nos muestran el poder que poseían aquellos que
miraban a Cristo. Los gloriosos rayos de una luz que se incrementa
constantemente se han concentrado ahora en nuestros días. Todos
testifican que Cristo es "el camino, y la verdad, y la vida". En su pri-
mera venida nos fue revelado el Cristo que sacrificó riquezas, poder y
gloria, para recibir pobreza, tentación, privaciones y sufrimientos
(Signs of the Times, 13 de enero, 1898).


Martes 17 de enero:
La salvación en Isaías

Durante los últimos siglos de la historia de Israel antes del primer
advenimiento, era de comprensión general que se aludía a la venida
del Mesías en esta profecía: "Poco es que tú me seas siervo para le-
vantar las tribus de Jacob, y para que restaures los asolamientos de
Israel: también te di por luz de las gentes, para que seas mi salud
[salvación] hasta lo postrero de la tierra"(Isaías 49:6). El profeta
                         Recursos Escuela Sabática ©
había predicho: "Manifestaráse la gloria de Jehová, y toda carne jun-
tamente la verá"(Isaías 40:5). Acerca de esta luz de los hombres testi-
ficó osadamente Juan el Bautista cuando proclamó: "Yo soy la voz
del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como
dijo Isaías profeta" (Juan 1:23).

A Cristo fue a quien se dirigió la promesa profética: "Así ha dicho Je-
hová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al
abominado de las gentes... así dijo Jehová... Guardarte he, y te daré
por alianza del pueblo, para que levantes la tierra, para que heredes
asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que
están en tinieblas: Manifestaos... No tendrán hambre ni sed, ni el ca-
lor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los
guiará, y los conducirá a manaderos de aguas" (Isaías 49:7-10).

Los que eran firmes en la nación judía, los descendientes del santo
linaje por medio del cual se había conservado el conocimiento de
Dios, fortalecían su fe meditando en estos pasajes y otros similares.
Con sumo gozo leían que el Señor ungiría al que iba "a predicar bue-
nas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a
publicar libertad a los cautivos... a promulgar año de la buena volun-
tad de Jehová" (Isaías 61:1, 2). Sin embargo, sus corazones se entris-
tecían al pensar en los sufrimientos que debería soportar para cum-
plir el propósito divino. Con profunda humillación en su alma leían
en el rollo profético estas palabras: [Se cita Isaías 53:1-9] (Profetas
y reyes, pp. 508, 509).

¡Cuán inconfundiblemente claras eran las profecías de Isaías respec-
to a los sufrimientos y la muerte de Cristo! "¿Quién ha creído a nues-
tro anuncio? —pregunta el profeta— ¿y sobre quién se ha mani-
festado el brazo de Jehová? Y subirá cual renuevo delante de él, y
como raíz de tierra seca: no hay parecer en él, ni hermosura: verlo
hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y des-
echado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en que-
branto: y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y
no lo estimamos...

El Salvador profetizado había de venir, no como un rey temporal, pa-
ra librar a la nación judía de opresores terrenales, sino como hombre
entre los hombres, para vivir una vida de pobreza y humildad, y para
ser al fin despreciado, rechazado y muerto. El Salvador predicho en
                         Recursos Escuela Sabática ©
las Escrituras del Antiguo Testamento había de ofrecerse a sí mismo
como sacrificio en favor de la especie caída, cumpliendo así todos los
requerimientos de la ley quebrantada. En él los sacrificios típicos
iban a encontrar la realidad prefigurada, y su muerte de cruz iba a
darle significado a toda la economía judía (Los hechos de los
apóstoles, pp. 183-185).


Miércoles 18 de enero:
Los Evangelios y la cruz

La Pascua recordaba la pasada liberación de los hijos de Israel, a la
vez que señalaba a Cristo, el futuro Cordero de Dios que sería inmo-
lado para redimir a la raza caída. La sangre esparcida en los postes
de la puerta prefiguraba la sangre expiatoria de Cristo y la constante
dependencia del pecador en los méritos de esa sangre para ser res-
guardado del poder satánico y finalmente ser redimido. Cristo comió
la pascua con sus discípulos antes de su crucifixión, y esa misma no-
che instituyó la Cena del Señor para que se observara en conmemo-
ración de su muerte. Hasta entonces, la Pascua había sido celebrada
para conmemorar la liberación de los hijos de Israel de Egipto; desde
ahora debían recordarse los eventos relacionados con su muerte. Al
levantarse de la cena con sus discípulos, Cristo declaró: "¡Cuánto he
deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!... Amaba
tanto a sus discípulos que estaba dispuesto a morir por ellos, y les
exhortó a amarse unos a otros así como él los había amado (Signs of
the Times, 25 de marzo 25, 1880).

Cristo se hallaba en el punto de transición entre dos sistemas y sus
dos grandes fiestas respectivas. Él, el Cordero inmaculado de Dios,
estaba por presentarse como ofrenda por el pecado, y así acabaría
con el sistema de figuras y ceremonias que durante cuatro mil años
había anunciado su muerte. Mientras comía la pascua con sus discí-
pulos, instituyó en su lugar el rito que había de conmemorar su gran
sacrificio. La fiesta nacional de los judíos iba a desaparecer para
siempre. El servicio que Cristo establecía había de ser observado por
sus discípulos en todos los países y a través de todos los siglos.

La pascua fue ordenada como conmemoración del libramiento de Is-
rael de la servidumbre egipcia. Dios había indicado que, año tras año,
cuando los hijos preguntasen el significado de este rito, se les repitie-
                         Recursos Escuela Sabática ©
se la historia. Así había de mantenerse fresca en la memoria de todos
aquella maravillosa liberación. El rito de la cena del Señor fue dado
para conmemorar la gran liberación obrada como resultado de la
muerte de Cristo. Este rito ha de celebrarse hasta que él venga por
segunda vez con poder y gloria. Es el medio por el cual ha de mante-
nerse fresco en nuestra mente el recuerdo de su gran obra en favor
nuestro (El Deseado de todas las gentes, p. 608).

Aunque la institución de la pascua apuntaba hacia el pasado, a la li-
beración milagrosa de los hebreos, también apuntaba hacia el futuro,
mostrando la muerte del Hijo de Dios antes que sucediera. Durante
la última pascua que el Señor celebró con sus discípulos, instituyó la
cena del Señor en lugar de la pascua, para que se observara como re-
cordativo de su muerte. Ya no tendrían más necesidad de la pascua,
porque él, el gran Cordero representado, estaba listo para ser sacrifi-
cado por los pecados del mundo. En la muerte de Cristo la figura se
encontró con la realidad (Exaltad a Jesús, p. 25).


Jueves 19 de enero:
El clamor en la cruz

¿Quién puede estimar el valor de un alma? Si queréis saber su valor,
id al Getsemaní, y allí velad con Cristo durante esas horas de angus-
tia, cuando su sudor era como grandes gotas de sangre. Mirad al Sal-
vador pendiente de la cruz. Oíd su clamor desesperado: "Dios mío,
Dio mío, ¿por qué me has desamparado?" Mirad la cabeza herida, el
costado atravesado, los pies maltrechos. Recordad que Cristo lo
arriesgó todo. Por nuestra redención el cielo mismo se puso en peli-
gro. Podréis estimar el valor de un alma al pie de la cruz, recordado
que Cristo habría entregado su vida por un solo pecador (Palabras
de vida del gran Maestro, pp. 154, 155).

Para muchos, la historia de la condescendencia, la humillación y el
sacrificio de nuestro Señor, no despierta interés más profundo ni
conmueve más el alma, ni afecta más la vida que la historia de la
muerte de los mártires de Jesús. Muchos sufrieron la muerte por tor-
turas lentas; otros murieron crucificados. ¿En qué difiere de estas
muertes la del amado Hijo de Dios? Es verdad que murió en la cruz
en forma muy cruel; sin embargo, otros por amor a él, han sufrido
iguales torturas corporales. ¿Por qué fue entonces más espantoso el
                         Recursos Escuela Sabática ©
sufrimiento de Cristo que el de otras personas que entregaron su vida
por amor a él? Si los sufrimientos de Cristo consistieron solamente
en dolor físico, entonces su muerte no fue más dolorosa que la de al-
gunos mártires.

Pero el dolor corporal fue tan solo una pequeña parte de la agonía
que sufrió el amado Hijo de Dios. Los pecados del mundo pesaban
sobre él, así como la sensación de la ira de su Padre, mientras sufría
la penalidad de la ley transgredida. Fue esto lo que abrumó su alma
divina. Fue el hecho de que el Padre ocultara su rostro, el sentimien-
to de que su propio Padre le había abandonado, lo que le infundió
desesperación. El inocente Varón que sufría en el Calvario compren-
dió y sintió plena y hondamente la separación que el pecado produce
entre Dios y el hombre. Fue oprimido por las potestades de las tinie-
blas. Ni un solo rayo de luz iluminó las perspectivas del futuro para
él. Y luchó con el poder de Satanás, quien declaraba que tenía a Cris-
to en su poder, que era superior en fuerza al Hijo de Dios, que el Pa-
dre había negado a su Hijo y que ya no gozaba del favor de Dios más
que él mismo. Si gozaba aún del favor divino, ¿por qué necesitaba
morir? Dios podía salvarlo de la muerte.

Cristo no cedió en el menor grado al enemigo que lo torturaba, ni
aun en su más acerba angustia. Rodeaban al Hijo de Dios legiones de
ángeles malos, mientras que a los santos ángeles se les ordenaba que
no rompiesen sus filas ni se empeñasen en lucha contra el enemigo
que le tentaba y vilipendiaba. A los ángeles celestiales no se les per-
mitió ayudar al angustiado espíritu del Hijo de Dios. Fue en aquella
terrible hora de tinieblas, en que el rostro de su Padre se ocultó
mientras le rodeaban legiones de malos ángeles y los pecados del
mundo estaban sobre él, cuando sus labios profirieron estas pala-
bras: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"

La muerte de los mártires no se puede comparar con la agonía sufri-
da por el Hijo de Dios. Debemos adquirir una visión más amplia y
profunda de la vida, los sufrimientos y la muerte del amado Hijo de
Dios. Cuando se considera correctamente la expiación, se reconoce
que la salvación de las almas es de valor infinito. En comparación
con la empresa de la vida eterna, todo lo demás se hunde en la insig-
nificancia. Pero ¡cómo han sido despreciados los consejos de este
amado Salvador! El corazón se ha dedicado al mundo, y los intereses
egoístas han cerrado la puerta al Hijo de Dios. La hueca hipocresía, el
                         Recursos Escuela Sabática ©
orgullo, el egoísmo y las ganancias, la envidia, la malicia y las pasio-
nes han llenado de tal manera los corazones de muchos, que Cristo
no halla cabida en ellos (Joyas de los testimonios, tomo 1, pp.
230-232).




           Material provisto por RECURSOS ESCUELA SABATICA ©
             http://ar.groups.yahoo.com/group/Comentarios_EscuelaSabatica
                http://groups.google.com.ar/group/escuela-sabatica?hl=es
      Suscríbase para recibir gratuitamente recursos para la Escuela Sabática


                             Recursos Escuela Sabática ©

Weitere ähnliche Inhalte

Was ist angesagt?

El Camino a Cristo
El Camino a CristoEl Camino a Cristo
El Camino a CristoAdvenz
 
notas ellen white escuela sabatica 27/10/2012
notas ellen white escuela sabatica 27/10/2012notas ellen white escuela sabatica 27/10/2012
notas ellen white escuela sabatica 27/10/2012Misión Peruana del Norte
 
Notas de Elena - lección 4 - Cristo y la Ley en el Sermón del Monte
Notas de Elena - lección 4 - Cristo y la Ley en el Sermón del MonteNotas de Elena - lección 4 - Cristo y la Ley en el Sermón del Monte
Notas de Elena - lección 4 - Cristo y la Ley en el Sermón del Montejespadill
 
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A. DIA 1 DE JUNIO DEL 2014. PPS
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A. DIA 1 DE JUNIO DEL 2014. PPSLA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A. DIA 1 DE JUNIO DEL 2014. PPS
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A. DIA 1 DE JUNIO DEL 2014. PPSFEDERICO ALMENARA CHECA
 
La Maravillosa Gracia de Dios - Elena G. White
La Maravillosa Gracia de Dios - Elena G. WhiteLa Maravillosa Gracia de Dios - Elena G. White
La Maravillosa Gracia de Dios - Elena G. WhiteRemanenteAdventista
 
El Camino a Cristo - Elena G. White
El Camino a Cristo - Elena G. WhiteEl Camino a Cristo - Elena G. White
El Camino a Cristo - Elena G. Whitejespadill
 
Misericordia de dios
Misericordia de diosMisericordia de dios
Misericordia de diosPuri Murua
 
Notas de Elena | Lección 9 | Jesús, el gran Maestro | Escuela Sabática
Notas de Elena | Lección 9 | Jesús, el gran Maestro | Escuela SabáticaNotas de Elena | Lección 9 | Jesús, el gran Maestro | Escuela Sabática
Notas de Elena | Lección 9 | Jesús, el gran Maestro | Escuela Sabáticajespadill
 
En los lugares celestiales - Elena G. White
En los lugares celestiales - Elena G. White En los lugares celestiales - Elena G. White
En los lugares celestiales - Elena G. White RemanenteAdventista
 
Segunda Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Segunda Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDSegunda Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Segunda Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDORDEN SEGLAR CARMELITAS DESCALZOS
 
Mensajes para los jóvenes por Elena G. de White
Mensajes para los jóvenes por Elena G. de WhiteMensajes para los jóvenes por Elena G. de White
Mensajes para los jóvenes por Elena G. de WhiteAdvenz
 
Hijos e hijas de Dos - Elena G. White
Hijos e hijas de Dos - Elena G. WhiteHijos e hijas de Dos - Elena G. White
Hijos e hijas de Dos - Elena G. WhiteRemanenteAdventista
 
Notas de Elena | Lección 10 | Detrás de la máscara | Escuela Sabática
Notas de Elena | Lección 10 | Detrás de la máscara | Escuela SabáticaNotas de Elena | Lección 10 | Detrás de la máscara | Escuela Sabática
Notas de Elena | Lección 10 | Detrás de la máscara | Escuela Sabáticajespadill
 
+ Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
 + Palabra rhema como discernir el mundo espiritual + Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
+ Palabra rhema como discernir el mundo espiritualKikemontero
 
+ Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
 + Palabra rhema como discernir el mundo espiritual + Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
+ Palabra rhema como discernir el mundo espiritualKikemontero
 
Maranata el Señor Viene - Elena G. White
Maranata el Señor Viene - Elena G. WhiteMaranata el Señor Viene - Elena G. White
Maranata el Señor Viene - Elena G. WhiteRemanenteAdventista
 
Este es mi hijo, el amado
Este es mi hijo, el amadoEste es mi hijo, el amado
Este es mi hijo, el amadoTodolies2
 
Mensajes Espirituales
Mensajes Espirituales Mensajes Espirituales
Mensajes Espirituales SENA
 

Was ist angesagt? (20)

EGW La Maravillosa Gracia
EGW La Maravillosa GraciaEGW La Maravillosa Gracia
EGW La Maravillosa Gracia
 
El Camino a Cristo
El Camino a CristoEl Camino a Cristo
El Camino a Cristo
 
notas ellen white escuela sabatica 27/10/2012
notas ellen white escuela sabatica 27/10/2012notas ellen white escuela sabatica 27/10/2012
notas ellen white escuela sabatica 27/10/2012
 
EGW Hijos e Hijas de Dios
EGW Hijos e Hijas de DiosEGW Hijos e Hijas de Dios
EGW Hijos e Hijas de Dios
 
Notas de Elena - lección 4 - Cristo y la Ley en el Sermón del Monte
Notas de Elena - lección 4 - Cristo y la Ley en el Sermón del MonteNotas de Elena - lección 4 - Cristo y la Ley en el Sermón del Monte
Notas de Elena - lección 4 - Cristo y la Ley en el Sermón del Monte
 
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A. DIA 1 DE JUNIO DEL 2014. PPS
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A. DIA 1 DE JUNIO DEL 2014. PPSLA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A. DIA 1 DE JUNIO DEL 2014. PPS
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A. DIA 1 DE JUNIO DEL 2014. PPS
 
La Maravillosa Gracia de Dios - Elena G. White
La Maravillosa Gracia de Dios - Elena G. WhiteLa Maravillosa Gracia de Dios - Elena G. White
La Maravillosa Gracia de Dios - Elena G. White
 
El Camino a Cristo - Elena G. White
El Camino a Cristo - Elena G. WhiteEl Camino a Cristo - Elena G. White
El Camino a Cristo - Elena G. White
 
Misericordia de dios
Misericordia de diosMisericordia de dios
Misericordia de dios
 
Notas de Elena | Lección 9 | Jesús, el gran Maestro | Escuela Sabática
Notas de Elena | Lección 9 | Jesús, el gran Maestro | Escuela SabáticaNotas de Elena | Lección 9 | Jesús, el gran Maestro | Escuela Sabática
Notas de Elena | Lección 9 | Jesús, el gran Maestro | Escuela Sabática
 
En los lugares celestiales - Elena G. White
En los lugares celestiales - Elena G. White En los lugares celestiales - Elena G. White
En los lugares celestiales - Elena G. White
 
Segunda Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Segunda Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDSegunda Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Segunda Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
 
Mensajes para los jóvenes por Elena G. de White
Mensajes para los jóvenes por Elena G. de WhiteMensajes para los jóvenes por Elena G. de White
Mensajes para los jóvenes por Elena G. de White
 
Hijos e hijas de Dos - Elena G. White
Hijos e hijas de Dos - Elena G. WhiteHijos e hijas de Dos - Elena G. White
Hijos e hijas de Dos - Elena G. White
 
Notas de Elena | Lección 10 | Detrás de la máscara | Escuela Sabática
Notas de Elena | Lección 10 | Detrás de la máscara | Escuela SabáticaNotas de Elena | Lección 10 | Detrás de la máscara | Escuela Sabática
Notas de Elena | Lección 10 | Detrás de la máscara | Escuela Sabática
 
+ Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
 + Palabra rhema como discernir el mundo espiritual + Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
+ Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
 
+ Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
 + Palabra rhema como discernir el mundo espiritual + Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
+ Palabra rhema como discernir el mundo espiritual
 
Maranata el Señor Viene - Elena G. White
Maranata el Señor Viene - Elena G. WhiteMaranata el Señor Viene - Elena G. White
Maranata el Señor Viene - Elena G. White
 
Este es mi hijo, el amado
Este es mi hijo, el amadoEste es mi hijo, el amado
Este es mi hijo, el amado
 
Mensajes Espirituales
Mensajes Espirituales Mensajes Espirituales
Mensajes Espirituales
 

Andere mochten auch (20)

2011 04-01 leccionintermediarios
2011 04-01 leccionintermediarios2011 04-01 leccionintermediarios
2011 04-01 leccionintermediarios
 
2011 04-06 leccionintermediarios
2011 04-06 leccionintermediarios2011 04-06 leccionintermediarios
2011 04-06 leccionintermediarios
 
Arquitectura de ordenadores
Arquitectura de ordenadoresArquitectura de ordenadores
Arquitectura de ordenadores
 
Rollup elecciones
Rollup eleccionesRollup elecciones
Rollup elecciones
 
9 craig siglr
9 craig siglr9 craig siglr
9 craig siglr
 
Wiki
WikiWiki
Wiki
 
Démarche d'implantation du SCP
Démarche d'implantation du SCPDémarche d'implantation du SCP
Démarche d'implantation du SCP
 
La prosa medieval tema3
La prosa medieval tema3La prosa medieval tema3
La prosa medieval tema3
 
Hiver2011 2012
Hiver2011 2012Hiver2011 2012
Hiver2011 2012
 
bilan de la popularite de Nicolas Sarkozy 2011
bilan de la popularite de Nicolas Sarkozy 2011bilan de la popularite de Nicolas Sarkozy 2011
bilan de la popularite de Nicolas Sarkozy 2011
 
A.Hellebuyck - FEB - cct 102 - FR
A.Hellebuyck - FEB - cct 102 - FRA.Hellebuyck - FEB - cct 102 - FR
A.Hellebuyck - FEB - cct 102 - FR
 
Sondage ETF - Août 2011
Sondage ETF - Août 2011Sondage ETF - Août 2011
Sondage ETF - Août 2011
 
Los blog y su uso educativo
Los blog y su uso educativoLos blog y su uso educativo
Los blog y su uso educativo
 
2011 04-02 leccioninfantes
2011 04-02 leccioninfantes2011 04-02 leccioninfantes
2011 04-02 leccioninfantes
 
Guide du ramassage scolaire à vélo
Guide du ramassage scolaire à véloGuide du ramassage scolaire à vélo
Guide du ramassage scolaire à vélo
 
Malou
MalouMalou
Malou
 
2011 04-04 leccionjuveniles
2011 04-04 leccionjuveniles2011 04-04 leccionjuveniles
2011 04-04 leccionjuveniles
 
2011 03-10 complementario
2011 03-10 complementario2011 03-10 complementario
2011 03-10 complementario
 
Retour d'experience lors de DevEXP 2013
Retour d'experience lors de DevEXP 2013Retour d'experience lors de DevEXP 2013
Retour d'experience lors de DevEXP 2013
 
Habits1
Habits1Habits1
Habits1
 

Ähnlich wie 2012 01-03 notasegw

10 Significado De Su Muerte Sef
10 Significado De Su Muerte Sef10 Significado De Su Muerte Sef
10 Significado De Su Muerte Sefchucho1943
 
Lección 13 | Notas de Elena | El Reino de Cristo y la Ley | Escuela Sabática
Lección 13 | Notas de Elena | El Reino de Cristo y la Ley | Escuela SabáticaLección 13 | Notas de Elena | El Reino de Cristo y la Ley | Escuela Sabática
Lección 13 | Notas de Elena | El Reino de Cristo y la Ley | Escuela Sabáticajespadill
 
Lectio Divina Septiembre
Lectio Divina  SeptiembreLectio Divina  Septiembre
Lectio Divina SeptiembreNahuel Rojas
 
Primera Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Primera Semana de  Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDPrimera Semana de  Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Primera Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDORDEN SEGLAR CARMELITAS DESCALZOS
 
Notas de Elena | lección 1 | Nuestro amante Padre celestial | Escuela sabátic...
Notas de Elena | lección 1 | Nuestro amante Padre celestial | Escuela sabátic...Notas de Elena | lección 1 | Nuestro amante Padre celestial | Escuela sabátic...
Notas de Elena | lección 1 | Nuestro amante Padre celestial | Escuela sabátic...jespadill
 
Primera Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Primera Semana de  Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDPrimera Semana de  Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Primera Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDORDEN SEGLAR CARMELITAS DESCALZOS
 
CARMELO DE TERESA, Decima Semana Ciclo B, Fr Julio César González Carretti ocd
CARMELO DE TERESA, Decima Semana Ciclo B, Fr Julio César González Carretti ocdCARMELO DE TERESA, Decima Semana Ciclo B, Fr Julio César González Carretti ocd
CARMELO DE TERESA, Decima Semana Ciclo B, Fr Julio César González Carretti ocdORDEN SEGLAR CARMELITAS DESCALZOS
 
Exaltación de la Santa Cruz
Exaltación de la Santa CruzExaltación de la Santa Cruz
Exaltación de la Santa Cruzcristinamoreubi
 
03 dios como redentor
03 dios como redentor03 dios como redentor
03 dios como redentorchucho1943
 
12 creacion y evangelio
12 creacion y evangelio12 creacion y evangelio
12 creacion y evangeliochucho1943
 
Reflejemos a Jesús - Elena G. White
Reflejemos a Jesús - Elena G. WhiteReflejemos a Jesús - Elena G. White
Reflejemos a Jesús - Elena G. WhiteRemanenteAdventista
 
2014 fiesta de la exaltación de la santa cruz
2014 fiesta de la exaltación de la santa cruz2014 fiesta de la exaltación de la santa cruz
2014 fiesta de la exaltación de la santa cruzVoluntariado A IC
 
Lección 4 | Joven | La Salvación | Escuela Sabática Tercer trimestre 2014
Lección 4 | Joven | La Salvación | Escuela Sabática Tercer trimestre 2014Lección 4 | Joven | La Salvación | Escuela Sabática Tercer trimestre 2014
Lección 4 | Joven | La Salvación | Escuela Sabática Tercer trimestre 2014jespadill
 

Ähnlich wie 2012 01-03 notasegw (20)

10 Significado De Su Muerte Sef
10 Significado De Su Muerte Sef10 Significado De Su Muerte Sef
10 Significado De Su Muerte Sef
 
14-09-14
14-09-1414-09-14
14-09-14
 
Lección 13 | Notas de Elena | El Reino de Cristo y la Ley | Escuela Sabática
Lección 13 | Notas de Elena | El Reino de Cristo y la Ley | Escuela SabáticaLección 13 | Notas de Elena | El Reino de Cristo y la Ley | Escuela Sabática
Lección 13 | Notas de Elena | El Reino de Cristo y la Ley | Escuela Sabática
 
Lectio Divina Septiembre
Lectio Divina  SeptiembreLectio Divina  Septiembre
Lectio Divina Septiembre
 
Primera Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Primera Semana de  Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDPrimera Semana de  Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Primera Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
 
Notas de Elena | lección 1 | Nuestro amante Padre celestial | Escuela sabátic...
Notas de Elena | lección 1 | Nuestro amante Padre celestial | Escuela sabátic...Notas de Elena | lección 1 | Nuestro amante Padre celestial | Escuela sabátic...
Notas de Elena | lección 1 | Nuestro amante Padre celestial | Escuela sabátic...
 
Primera Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Primera Semana de  Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCDPrimera Semana de  Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
Primera Semana de Cuaresma, Fr Julio César González Carretti OCD
 
CARMELO DE TERESA, Decima Semana Ciclo B, Fr Julio César González Carretti ocd
CARMELO DE TERESA, Decima Semana Ciclo B, Fr Julio César González Carretti ocdCARMELO DE TERESA, Decima Semana Ciclo B, Fr Julio César González Carretti ocd
CARMELO DE TERESA, Decima Semana Ciclo B, Fr Julio César González Carretti ocd
 
Exaltación de la Santa Cruz
Exaltación de la Santa CruzExaltación de la Santa Cruz
Exaltación de la Santa Cruz
 
03 dios como redentor
03 dios como redentor03 dios como redentor
03 dios como redentor
 
12 creacion y evangelio
12 creacion y evangelio12 creacion y evangelio
12 creacion y evangelio
 
Reflejemos a Jesús - Elena G. White
Reflejemos a Jesús - Elena G. WhiteReflejemos a Jesús - Elena G. White
Reflejemos a Jesús - Elena G. White
 
Tema1
Tema1Tema1
Tema1
 
Tema1
Tema1Tema1
Tema1
 
Tema1
Tema1Tema1
Tema1
 
2014 fiesta de la exaltación de la santa cruz
2014 fiesta de la exaltación de la santa cruz2014 fiesta de la exaltación de la santa cruz
2014 fiesta de la exaltación de la santa cruz
 
BAUTISMO DE JESUS.pptx
BAUTISMO DE JESUS.pptxBAUTISMO DE JESUS.pptx
BAUTISMO DE JESUS.pptx
 
03 adultos trimestre 1 2012
03 adultos trimestre 1 201203 adultos trimestre 1 2012
03 adultos trimestre 1 2012
 
2012 01-03 leccionadultos
2012 01-03 leccionadultos2012 01-03 leccionadultos
2012 01-03 leccionadultos
 
Lección 4 | Joven | La Salvación | Escuela Sabática Tercer trimestre 2014
Lección 4 | Joven | La Salvación | Escuela Sabática Tercer trimestre 2014Lección 4 | Joven | La Salvación | Escuela Sabática Tercer trimestre 2014
Lección 4 | Joven | La Salvación | Escuela Sabática Tercer trimestre 2014
 

Mehr von Misión Peruana del Norte

Guia practica para líder GP II Trimestre 2015
Guia practica para líder GP II Trimestre 2015Guia practica para líder GP II Trimestre 2015
Guia practica para líder GP II Trimestre 2015Misión Peruana del Norte
 
Guia práctica para líderes de grupos pequeños
Guia práctica para líderes de grupos pequeñosGuia práctica para líderes de grupos pequeños
Guia práctica para líderes de grupos pequeñosMisión Peruana del Norte
 
Meditaciones matinales para adultos marzo 2014
Meditaciones matinales para adultos marzo 2014Meditaciones matinales para adultos marzo 2014
Meditaciones matinales para adultos marzo 2014Misión Peruana del Norte
 
Meditaciones matinales para adultos febrero 2014
Meditaciones matinales para adultos febrero 2014Meditaciones matinales para adultos febrero 2014
Meditaciones matinales para adultos febrero 2014Misión Peruana del Norte
 
Meditaciones matinales para adultos enero 2014
Meditaciones matinales para adultos enero 2014Meditaciones matinales para adultos enero 2014
Meditaciones matinales para adultos enero 2014Misión Peruana del Norte
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 5
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 5La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 5
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 5Misión Peruana del Norte
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 4
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 4La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 4
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 4Misión Peruana del Norte
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 3
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 3La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 3
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 3Misión Peruana del Norte
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 2
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 2La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 2
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 2Misión Peruana del Norte
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 1
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 1La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 1
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 1Misión Peruana del Norte
 

Mehr von Misión Peruana del Norte (20)

8 hábitos para una pareja feliz.pptx
8 hábitos para una pareja feliz.pptx8 hábitos para una pareja feliz.pptx
8 hábitos para una pareja feliz.pptx
 
Libros originales de Ellen G. White
Libros originales de Ellen G. WhiteLibros originales de Ellen G. White
Libros originales de Ellen G. White
 
Guia practica para líder GP II Trimestre 2015
Guia practica para líder GP II Trimestre 2015Guia practica para líder GP II Trimestre 2015
Guia practica para líder GP II Trimestre 2015
 
Guía práctica para lideres GP
Guía práctica para lideres GPGuía práctica para lideres GP
Guía práctica para lideres GP
 
Guia práctica para líderes de grupos pequeños
Guia práctica para líderes de grupos pequeñosGuia práctica para líderes de grupos pequeños
Guia práctica para líderes de grupos pequeños
 
Meditaciones matinales para adultos marzo 2014
Meditaciones matinales para adultos marzo 2014Meditaciones matinales para adultos marzo 2014
Meditaciones matinales para adultos marzo 2014
 
Meditaciones matinales para adultos febrero 2014
Meditaciones matinales para adultos febrero 2014Meditaciones matinales para adultos febrero 2014
Meditaciones matinales para adultos febrero 2014
 
Meditaciones matinales para adultos enero 2014
Meditaciones matinales para adultos enero 2014Meditaciones matinales para adultos enero 2014
Meditaciones matinales para adultos enero 2014
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 5
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 5La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 5
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 5
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 4
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 4La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 4
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 4
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 3
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 3La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 3
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 3
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 2
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 2La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 2
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 2
 
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 1
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 1La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 1
La vida y la Misión de la Iglesia - Russell Burrill 1
 
Forum de Grupos Pequeños DSA 8
Forum de Grupos Pequeños DSA 8Forum de Grupos Pequeños DSA 8
Forum de Grupos Pequeños DSA 8
 
Forum de Grupos Pequeños DSA 7
Forum de Grupos Pequeños DSA 7Forum de Grupos Pequeños DSA 7
Forum de Grupos Pequeños DSA 7
 
Forum de Grupos Pequeños DSA 6
Forum de Grupos Pequeños DSA 6Forum de Grupos Pequeños DSA 6
Forum de Grupos Pequeños DSA 6
 
Forum de Grupos Pequeños DSA 4
Forum de Grupos Pequeños DSA 4Forum de Grupos Pequeños DSA 4
Forum de Grupos Pequeños DSA 4
 
Forum de Grupos Pequeños DSA 3
Forum de Grupos Pequeños DSA 3Forum de Grupos Pequeños DSA 3
Forum de Grupos Pequeños DSA 3
 
Forum de Grupos Pequeños DSA 2
Forum de Grupos Pequeños DSA 2Forum de Grupos Pequeños DSA 2
Forum de Grupos Pequeños DSA 2
 
Forum de Grupos Pequeños DSA 1
Forum de Grupos Pequeños DSA 1Forum de Grupos Pequeños DSA 1
Forum de Grupos Pequeños DSA 1
 

2012 01-03 notasegw

  • 1. I Trimestre de 2012 Vislumbres de nuestro Dios Notas de Elena G. de White Lección 3 21 de enero de 2012 Dios como Redentor Sábado 14 de enero Cuando se fija la atención sobre la cruz de Cristo, todo el ser se en- noblece. El conocimiento del amor del Salvador subyuga el alma, y eleva la mente por encima de las cosas del tiempo y los sentidos. Aprendamos a valorar todas las cosas temporales a la luz que brilla de la cruz. Esforcémonos por sondear las profundidades de humilla- ción a las cuales descendió nuestro Salvador con el fin de hacer que el hombre poseyera las riquezas eternas. A medida que estudiamos el plan de redención, el corazón sentirá los latidos del amor del Salva- dor, y quedará cautivado por el encanto de su carácter. Es el amor de Cristo lo que constituye nuestro cielo. Pero el lenguaje nos falla cuando tratamos de describir este amor. Pensamos acerca de su vida en la tierra y de su sacrificio hecho en nuestro favor; pen- samos en la obra que lleva a cabo en los cielos como abogado nues- tro, de las mansiones que fue a preparar para los que le aman; y tan solo podemos exclamar: "¡Oh, la altura y la profundidad del amor de Cristo!" Al permanecer un momento al pie de la cruz, obtenemos un débil concepto de lo que es el amor de Dios, y exclamamos: "En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" (1 Juan 4:10). Pero en nuestra contemplación de Cristo solo exploramos el borde de un amor que es inmensurable. Su amor es como un vasto océano sin playa ni fondo. Recursos Escuela Sabática ©
  • 2. En todo discípulo verdadero este amor es como el fuego sagrado, que se enciende sobre el altar del corazón. Fue en esta tierra donde el amor de Dios se reveló por intermedio de Jesús. Y es en esta misma tierra donde sus hijos harán que este mismo amor brille a través de sus vidas intachables. De ese modo los pecadores serán conducidos a la cruz, para contemplar al Cordero de Dios (Exaltad a Jesús, p. 242). Domingo 15 de enero: En la cruz La muerte de Cristo demuestra el gran amor de Dios por el hombre. Es nuestra garantía de salvación. Quitarle al cristiano la cruz sería como borrar del cielo el sol. La cruz nos acerca a Dios, y nos reconci- lia con él. Con la perdonadora compasión del amor de un padre, Je- hová contempla los sufrimientos que su Hijo soportó con el fin de salvar de la muerte eterna a la familia humana, y nos acepta en el Amado. Sin la cruz, el hombre no podría unirse con el Padre. De ella depende toda nuestra esperanza. De ella emana la luz del amor del Salvador; y cuando al pie de la cruz el pecador mira al que murió para salvarle, puede regocijarse con pleno gozo; porque sus pecados son perdona- dos. AI postrarse con fe junto a la cruz, alcanza el más alto lugar que pueda alcanzar el hombre. Mediante la cruz podemos saber que el Padre celestial nos ama con un amor infinito. ¿Debemos maravillarnos de que Pablo exclamara: "Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesu- cristo"? (Gálatas 6:14). Es también nuestro privilegio gloriarnos en la cruz, entregarnos completamente a Aquel que se entregó por noso- tros. Entonces, con la luz que irradia del Calvario brillando en nues- tros rostros, podemos salir para revelar esta luz a los que están en ti- nieblas (Los hechos de los apóstoles, pp. 170, 171). Jesús no vino a este mundo a dar órdenes y amenazas sino a mostrar un amor sin paralelo; y el amor engendra amor. El amor de Cristo exhibido en la cruz sorprende y gana al pecador quien, arrepentido y creyente, le adora por el amor sin límites del Salvador. Cristo vino a este mundo para que muchos puedan copiar su carácter perfecto y de Recursos Escuela Sabática ©
  • 3. esa manera elevar a la raza caída. Sin embargo, entre los millones que hay en el mundo, son pocos los que aceptan la justicia y excelen- cia de su carácter y que cumplen sus requerimientos para asegurarse la felicidad (Confrontation, p. 72). Cuando miráis la cruz del Calvario, no podéis dudar del amor de Dios o de su deseo de salvar. Tiene una inmensidad de mundos que le tri- butan honor divino, y el cielo y todo el universo hubieran estado feli- ces si él hubiera dejado perecer este mundo; pero su amor fue tan grande que dio a su propio Hijo para que muriera a fin de que noso- tros fuésemos redimidos de la muerte eterna. Al ver el cuidado y el amor que Dios tiene por nosotros, respondamos a ellos; démosle a Jesús todas las facultades de nuestro ser, peleando varonilmente las batallas del Señor (A fin de conocerle, p. 369). Lunes 16 de enero: El evangelio en el Antiguo Testamento En el desierto de la tentación, en el huerto de Getsemaní y en la cruz, nuestro Salvador cruzó armas con el príncipe de las tinieblas. Sus heridas llegaron a ser los trofeos de su victoria en favor de la familia humana. Mientras Cristo pendía agonizante de la cruz, mientas los malos espíritus se regocijaban, y los hombres impíos le escarnecían, su calcañar fue en verdad herido por Satanás. Pero ese mismo acto aplastaba la cabeza de la serpiente. Por la muerte destruyó "al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, al diablo"(Hebreos 2:14). Este acto decidió el destino del jefe de los rebeldes, y aseguró para siempre el plan de la salvación. Al morir, Cristo venció el poder de la muerte; al resucitar, abrió para sus seguidores las puertas del sepul- cro. En esa última gran contienda vemos cumplirse la profecía: "Ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar"(Génesis 3:15) (Profetas y reyes, p. 517). En la creación, antes de la entrada del pecado, cada parte de la natu- raleza era perfecta. Dios no necesitó quitar ninguna cosa por con- siderarla innecesaria, ni disponer algún poder o fuerza para destruir- la. Fue la calamidad del pecado lo que comenzó la obra de desinte- gración y dejó al hermoso templo de Dios en ruinas. El ya no podía morar en el corazón de los seres humanos. Pero se dio la promesa de que la obra del enemigo sería destruida: "Pondré enemistad entre ti y Recursos Escuela Sabática ©
  • 4. la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar" (Génesis 3:15). En los concilios celestiales se proveyó esperanza para la raza caída. Jesucristo ofreció su vida como redención para los perdidos, y pagó el precio del rescate para recrear en el pecador la imagen de Dios en el alma. El caído podía ser renovado a la semejanza divina y ser ele- vado, perdonado y redimido, no por la ley, sino por Jesucristo, Justi- cia nuestra (Signs of the Times, 12 de diciembre, 1895). En la ofrenda de Isaac, Dios tuvo el propósito de prefigurar el sacrifi- cio de su Hijo. Isaac era una figura del Hijo de Dios que fue ofrecido como sacrificio por los pecados del mundo. Dios deseaba impresio- nar en Abraham el evangelio de salvación para los hombres... Había de entender en su propio caso cuán grande era la abnegación del Dios infinito al dar a su Hijo para rescatar al hombre de la ruina (A fin de conocerle, p. 22). Durante siglos, una gran corriente de conocimiento acerca de Cristo se derramó en el mundo mediante la palabra de los patriarcas y los profetas. Adán, arrepentido y convertido, fue un cristiano. Abel, En- oc, Noé, Abraham, todos fueron cristianos. En tipos y símbolos se re- veló el evangelio a esas dispensaciones antiguas. Las escrituras del Antiguo Testamento nos muestran el poder que poseían aquellos que miraban a Cristo. Los gloriosos rayos de una luz que se incrementa constantemente se han concentrado ahora en nuestros días. Todos testifican que Cristo es "el camino, y la verdad, y la vida". En su pri- mera venida nos fue revelado el Cristo que sacrificó riquezas, poder y gloria, para recibir pobreza, tentación, privaciones y sufrimientos (Signs of the Times, 13 de enero, 1898). Martes 17 de enero: La salvación en Isaías Durante los últimos siglos de la historia de Israel antes del primer advenimiento, era de comprensión general que se aludía a la venida del Mesías en esta profecía: "Poco es que tú me seas siervo para le- vantar las tribus de Jacob, y para que restaures los asolamientos de Israel: también te di por luz de las gentes, para que seas mi salud [salvación] hasta lo postrero de la tierra"(Isaías 49:6). El profeta Recursos Escuela Sabática ©
  • 5. había predicho: "Manifestaráse la gloria de Jehová, y toda carne jun- tamente la verá"(Isaías 40:5). Acerca de esta luz de los hombres testi- ficó osadamente Juan el Bautista cuando proclamó: "Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo Isaías profeta" (Juan 1:23). A Cristo fue a quien se dirigió la promesa profética: "Así ha dicho Je- hová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las gentes... así dijo Jehová... Guardarte he, y te daré por alianza del pueblo, para que levantes la tierra, para que heredes asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Manifestaos... No tendrán hambre ni sed, ni el ca- lor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manaderos de aguas" (Isaías 49:7-10). Los que eran firmes en la nación judía, los descendientes del santo linaje por medio del cual se había conservado el conocimiento de Dios, fortalecían su fe meditando en estos pasajes y otros similares. Con sumo gozo leían que el Señor ungiría al que iba "a predicar bue- nas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos... a promulgar año de la buena volun- tad de Jehová" (Isaías 61:1, 2). Sin embargo, sus corazones se entris- tecían al pensar en los sufrimientos que debería soportar para cum- plir el propósito divino. Con profunda humillación en su alma leían en el rollo profético estas palabras: [Se cita Isaías 53:1-9] (Profetas y reyes, pp. 508, 509). ¡Cuán inconfundiblemente claras eran las profecías de Isaías respec- to a los sufrimientos y la muerte de Cristo! "¿Quién ha creído a nues- tro anuncio? —pregunta el profeta— ¿y sobre quién se ha mani- festado el brazo de Jehová? Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca: no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y des- echado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en que- branto: y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos... El Salvador profetizado había de venir, no como un rey temporal, pa- ra librar a la nación judía de opresores terrenales, sino como hombre entre los hombres, para vivir una vida de pobreza y humildad, y para ser al fin despreciado, rechazado y muerto. El Salvador predicho en Recursos Escuela Sabática ©
  • 6. las Escrituras del Antiguo Testamento había de ofrecerse a sí mismo como sacrificio en favor de la especie caída, cumpliendo así todos los requerimientos de la ley quebrantada. En él los sacrificios típicos iban a encontrar la realidad prefigurada, y su muerte de cruz iba a darle significado a toda la economía judía (Los hechos de los apóstoles, pp. 183-185). Miércoles 18 de enero: Los Evangelios y la cruz La Pascua recordaba la pasada liberación de los hijos de Israel, a la vez que señalaba a Cristo, el futuro Cordero de Dios que sería inmo- lado para redimir a la raza caída. La sangre esparcida en los postes de la puerta prefiguraba la sangre expiatoria de Cristo y la constante dependencia del pecador en los méritos de esa sangre para ser res- guardado del poder satánico y finalmente ser redimido. Cristo comió la pascua con sus discípulos antes de su crucifixión, y esa misma no- che instituyó la Cena del Señor para que se observara en conmemo- ración de su muerte. Hasta entonces, la Pascua había sido celebrada para conmemorar la liberación de los hijos de Israel de Egipto; desde ahora debían recordarse los eventos relacionados con su muerte. Al levantarse de la cena con sus discípulos, Cristo declaró: "¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!... Amaba tanto a sus discípulos que estaba dispuesto a morir por ellos, y les exhortó a amarse unos a otros así como él los había amado (Signs of the Times, 25 de marzo 25, 1880). Cristo se hallaba en el punto de transición entre dos sistemas y sus dos grandes fiestas respectivas. Él, el Cordero inmaculado de Dios, estaba por presentarse como ofrenda por el pecado, y así acabaría con el sistema de figuras y ceremonias que durante cuatro mil años había anunciado su muerte. Mientras comía la pascua con sus discí- pulos, instituyó en su lugar el rito que había de conmemorar su gran sacrificio. La fiesta nacional de los judíos iba a desaparecer para siempre. El servicio que Cristo establecía había de ser observado por sus discípulos en todos los países y a través de todos los siglos. La pascua fue ordenada como conmemoración del libramiento de Is- rael de la servidumbre egipcia. Dios había indicado que, año tras año, cuando los hijos preguntasen el significado de este rito, se les repitie- Recursos Escuela Sabática ©
  • 7. se la historia. Así había de mantenerse fresca en la memoria de todos aquella maravillosa liberación. El rito de la cena del Señor fue dado para conmemorar la gran liberación obrada como resultado de la muerte de Cristo. Este rito ha de celebrarse hasta que él venga por segunda vez con poder y gloria. Es el medio por el cual ha de mante- nerse fresco en nuestra mente el recuerdo de su gran obra en favor nuestro (El Deseado de todas las gentes, p. 608). Aunque la institución de la pascua apuntaba hacia el pasado, a la li- beración milagrosa de los hebreos, también apuntaba hacia el futuro, mostrando la muerte del Hijo de Dios antes que sucediera. Durante la última pascua que el Señor celebró con sus discípulos, instituyó la cena del Señor en lugar de la pascua, para que se observara como re- cordativo de su muerte. Ya no tendrían más necesidad de la pascua, porque él, el gran Cordero representado, estaba listo para ser sacrifi- cado por los pecados del mundo. En la muerte de Cristo la figura se encontró con la realidad (Exaltad a Jesús, p. 25). Jueves 19 de enero: El clamor en la cruz ¿Quién puede estimar el valor de un alma? Si queréis saber su valor, id al Getsemaní, y allí velad con Cristo durante esas horas de angus- tia, cuando su sudor era como grandes gotas de sangre. Mirad al Sal- vador pendiente de la cruz. Oíd su clamor desesperado: "Dios mío, Dio mío, ¿por qué me has desamparado?" Mirad la cabeza herida, el costado atravesado, los pies maltrechos. Recordad que Cristo lo arriesgó todo. Por nuestra redención el cielo mismo se puso en peli- gro. Podréis estimar el valor de un alma al pie de la cruz, recordado que Cristo habría entregado su vida por un solo pecador (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 154, 155). Para muchos, la historia de la condescendencia, la humillación y el sacrificio de nuestro Señor, no despierta interés más profundo ni conmueve más el alma, ni afecta más la vida que la historia de la muerte de los mártires de Jesús. Muchos sufrieron la muerte por tor- turas lentas; otros murieron crucificados. ¿En qué difiere de estas muertes la del amado Hijo de Dios? Es verdad que murió en la cruz en forma muy cruel; sin embargo, otros por amor a él, han sufrido iguales torturas corporales. ¿Por qué fue entonces más espantoso el Recursos Escuela Sabática ©
  • 8. sufrimiento de Cristo que el de otras personas que entregaron su vida por amor a él? Si los sufrimientos de Cristo consistieron solamente en dolor físico, entonces su muerte no fue más dolorosa que la de al- gunos mártires. Pero el dolor corporal fue tan solo una pequeña parte de la agonía que sufrió el amado Hijo de Dios. Los pecados del mundo pesaban sobre él, así como la sensación de la ira de su Padre, mientras sufría la penalidad de la ley transgredida. Fue esto lo que abrumó su alma divina. Fue el hecho de que el Padre ocultara su rostro, el sentimien- to de que su propio Padre le había abandonado, lo que le infundió desesperación. El inocente Varón que sufría en el Calvario compren- dió y sintió plena y hondamente la separación que el pecado produce entre Dios y el hombre. Fue oprimido por las potestades de las tinie- blas. Ni un solo rayo de luz iluminó las perspectivas del futuro para él. Y luchó con el poder de Satanás, quien declaraba que tenía a Cris- to en su poder, que era superior en fuerza al Hijo de Dios, que el Pa- dre había negado a su Hijo y que ya no gozaba del favor de Dios más que él mismo. Si gozaba aún del favor divino, ¿por qué necesitaba morir? Dios podía salvarlo de la muerte. Cristo no cedió en el menor grado al enemigo que lo torturaba, ni aun en su más acerba angustia. Rodeaban al Hijo de Dios legiones de ángeles malos, mientras que a los santos ángeles se les ordenaba que no rompiesen sus filas ni se empeñasen en lucha contra el enemigo que le tentaba y vilipendiaba. A los ángeles celestiales no se les per- mitió ayudar al angustiado espíritu del Hijo de Dios. Fue en aquella terrible hora de tinieblas, en que el rostro de su Padre se ocultó mientras le rodeaban legiones de malos ángeles y los pecados del mundo estaban sobre él, cuando sus labios profirieron estas pala- bras: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" La muerte de los mártires no se puede comparar con la agonía sufri- da por el Hijo de Dios. Debemos adquirir una visión más amplia y profunda de la vida, los sufrimientos y la muerte del amado Hijo de Dios. Cuando se considera correctamente la expiación, se reconoce que la salvación de las almas es de valor infinito. En comparación con la empresa de la vida eterna, todo lo demás se hunde en la insig- nificancia. Pero ¡cómo han sido despreciados los consejos de este amado Salvador! El corazón se ha dedicado al mundo, y los intereses egoístas han cerrado la puerta al Hijo de Dios. La hueca hipocresía, el Recursos Escuela Sabática ©
  • 9. orgullo, el egoísmo y las ganancias, la envidia, la malicia y las pasio- nes han llenado de tal manera los corazones de muchos, que Cristo no halla cabida en ellos (Joyas de los testimonios, tomo 1, pp. 230-232). Material provisto por RECURSOS ESCUELA SABATICA © http://ar.groups.yahoo.com/group/Comentarios_EscuelaSabatica http://groups.google.com.ar/group/escuela-sabatica?hl=es Suscríbase para recibir gratuitamente recursos para la Escuela Sabática Recursos Escuela Sabática ©