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Cuaderno Hombres
1. SERIE
CUADERNOS DE REFLEXIÓN ACCIÓN:
RECURSOS PARA UNA CONVIVENCIA DEMOCRATICA EN
LAS FAMILIAS
Coordinación General: Beatriz Schmukler
Coordinación Editorial: Xosefa Alonso Sierra
-Cuaderno nº 5-
HOMBRES CONSTRUYENDO DEMOCRACIA
EN LAS RELACIONES FAMILIARES
Benno De Keijzer
Gerardo Ayala
1
2. Los puntos de vista manejados en esta obra son responsabilidad exclusiva de las autoras y
autores, por lo que no necesariamente reflejan las posiciones del Instituto Nacional de las
Mujeres y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
2
3. Agradecimientos
Queremos dar las gracias a todas las personas que participaron con
nosotros en la creación de este proyecto, especialmente a Clemencia Muñoz por su
apoyo intelectual y moral y a las personas de los Equipos Estatales de Coordinación
que nos ayudaron a cuestionarnos día a día y a buscar formas más democráticas de
relacionarnos.
Agradecemos el apoyo de Inmujeres, PNUD y UNICEF para que este proyecto
fuera posible, a los Institutos o Programas Estatales de la Mujer y de Equidad de
Género de los 10 Estados participantes: Baja California Sur, Distrito Federal, Querétaro,
Guanajuato, Puebla, Monterrey, Sonora, Sinaloa, Veracruz y Yucatán.
Estos cuadernos se construyeron partiendo de una propuesta general formulada
conjuntamente desde la coordinación con las y los autores de los cuadernos. A partir de
esta primera propuesta recibimos retroalimentación de muchas personas que
contribuyeron a enriquecerlos con sus ideas y sugerencias, especialmente los equipos
estatales de coordinación, y las promotoras y promotores de los programas sociales que
participaron en la revisión de las diferentes versiones de los cuadernos, sus ideas y
experiencias fueron de mucha ayuda para lograr que estas herramientas se adapten a
sus realidades. Paco Cervantes y Roberto Garda del Colectivo de Hombres por
Relaciones Igualitarias (CORIAC) también ayudaron a enriquecer estos cuadernos con
sus sugerencias y críticas constructivas.
Le damos un especial reconocimiento al equipo Salud y Género A.C., por
la lectura detallada, sus comentarios fueron muy importantes para la concreción y
enriquecimiento de este cuaderno.
3
4. ÍNDICE
Introducción general…………………………………………………………..… 4
Metodología y ética……………………………………………………………... 13
Guía de el o la facilitadora
Presentación……………………………………………………………... 20
I. Los hombres en las relaciones familiares………………………….. 27
II. Identidades masculinas y problemas importantes
en las familias…………………………………………………………… 30
Identidad y socialización
Vida emotiva de los hombres y su relación con la violencia intrafamiliar,
la sexualidad y las adicciones
III. El hombre y las relaciones de poder en la pareja y la familia…. 57
Ciclo de la familia y formas de autoridad
Ejes de conflicto en la pareja y la familia
IⅤ. Recursos para la democratización familiar………………………. 65
Los hombres y la autoestima
Comunicación en la pareja y la familia
Negociación de conflictos
Paternidad: Y tú, ¿qué tan padre eres?
Mis recursos personales
Bibliografía……………………………………………………………………….. 82
Ficha Curricular………………………………………………………………….. 85
Directorio………………………………………………………………………….. 87
4
5. Introducción General
Beatriz Schmukler
Xosefa Alonso Sierra
La serie “Cuadernos de Reflexión-Acción: recursos para una vida democrática en
las familias” que estamos presentando forma parte de una estrategia de trabajo para
integrar el Enfoque de Democratización Familiar en políticas públicas.
El objetivo de los cuadernos es facilitar el dialogo y la reflexión colectiva sobre el
tipo de relaciones familiares que se establecen, comprender tanto los aspectos
satisfactorios como aquellos que debilitan a sus miembros y les quitan recursos para
crecer y desarrollar sus objetivos grupales e individuales.
Los cuadernos están dirigidos a ejecutores de políticas públicas, a las y los
promotores de programas sociales, y constituyen herramientas de apoyo para el
desarrollo de talleres con familias o con alguno de sus miembros.
Nos proponemos tender sobre las relaciones familiares una mirada que nos
permita ver la realidad sin idealizaciones y sin normas rígidas que se conviertan en
camisas de fuerza; comprender que los vínculos de amor pueden llegar a
transformarse en relaciones de dominación y ser a veces tiránicos y violentos; sentir y
entender las dificultades que tenemos para solucionar nuestros conflictos de modos
negociados, así como las creencias que nos impiden resolverlos con libertad;
visualizar los prejuicios sobre lo que deben ser las mujeres y los hombres, sobre la
disciplina de las hijas e hijos y sobre las maneras de vivir de otras personas, ancianas
y ancianos, jóvenes, niñas y niños. Nos preguntamos cómo podemos hacer para
aceptar esas diferencias, siempre y cuando no lastimen los derechos individuales.
Los Cuadernos de Reflexión-Acción son una herramienta para conversar. La
conversación nos sirve para reconocer nuestros miedos al fracaso en los vínculos que
establecemos, nuestras dudas sobre los cambios que hemos experimentado nosotras,
nosotros, nuestras hijas e hijos, nuestras parejas y nuestras relaciones. Asimismo,
conforman un instrumento para auxiliar a las y los promotores en esta labor social que
los convierte en líderes de relaciones humanas; ayudarlos a acompañar el proceso de
transformación de las personas con quienes trabajan como facilitadores del Enfoque
de Democratización Familiar, reconociendo sus propios miedos y contradicciones.
5
6. Consideramos sustantivo poder reconocer nuestros prejuicios y autoritarismos,
así como los obstáculos que tenemos para cambiar. Nos referimos a las nuevas
situaciones que estamos viviendo en nuestras familias y la necesidad de construir
nuevas miradas y vivencias para situaciones nuevas.
Estos cuadernos se fueron conformando colectivamente a partir de las temáticas
más habituales que surgían en los talleres con las y los promotores. Dichos temas
constituyen la base de las dinámicas que proponemos en ellos. Por ejemplo, aspectos
que tenemos en común madres y padres cuando nos sentimos dueños de la vida de
nuestras hijas e hijos y queremos imponerles conductas, mientras ellos ya desean su
libertad. ¿En qué consiste nuestra función en ese caso? ¿Cómo podemos, sin
imposición, facilitarles también a ellos sus vidas? ¿Cómo ayudarlos sin permitirles
transgresiones que vulneren los derechos de los demás? ¿Cómo pueden las y los
jóvenes ser sujetos de su propia vida y llegar a acuerdos con sus madres, padres,
compañeras y compañeros? ¿Qué hacer para que las niñas y los niños sean
escuchados en un clima donde los adultos los respeten y a su vez les puedan pedir su
participación en la vida del grupo?
Las mujeres estamos aprendiendo a reconocer nuestros deseos y nuestros
derechos. ¿Cómo plasmar esta nueva manera de vivir al negociar con las otras
personas y, simultáneamente, poner límites claros cuando necesitamos defendernos?
También los hombres se están transformando, comienzan a reconocer los alcances del
machismo y a reflexionar sobre “qué es un hombre de verdad”, como se dice en el
cuaderno de Hombres construyendo democracia. ¿Es que habrá un hombre de verdad,
o podremos ser individuos en relación, saber ser recíprocos y responsabilizarnos por
nosotras, nosotros y las demás personas?
¿POR QUÉ PROPONEMOS UNA DEMOCRACIA FAMILIAR?
Esta democracia no implica anarquía ni la necesidad de votar para tomar decisiones,
tampoco significa debilidad respecto a los deberes familiares. Implica “aceptación de
las obligaciones, además de derechos protegidos ante la ley”. Implica la protección
de niñas y niños, de ancianas y ancianos y de las personas con discapacidad. No
significa “falta de respeto y ausencia de autoridad”, sino equidad en las decisiones,
6
7. en la distribución del bienestar y en la libertad de pensamiento y acción, así como “la
posibilidad de réplica” y de disentir, de ser diferentes.
Algunos de los criterios que supone la democracia familiar son: la posibilidad
de compartir la autoridad y el poder entre los adultos a cargo y hacer partícipes a los
demás miembros de las decisiones que afectan al conjunto.
Ello conduce a propiciar consultas entre quienes ejercen el poder y la
autoridad –así como con los otros miembros del grupo– para que a partir de la
reflexión surjan nuevas preguntas y se arribe a soluciones de respeto y de mayor
consenso y negociación.
Planteamos problematizar las relaciones de género existentes y las maneras
actuales de “resolver” conflictos. La propuesta es que –mediante el trabajo con los
cuadernos en los talleres– se elabore, dialogue y reflexione colectivamente acerca de
formas de respeto y equidad entre los géneros y entre adultos y niños.
Se requieren metodologías para elaborar de manera conjunta aquellas trabas
que nos impiden imaginar nuevas salidas a nuestros conflictos, salidas que implican
descubrir barreras emocionales y culturales. La reflexión supone encontrar en
nosotras y nosotros mismos el cúmulo de obstáculos culturales para pensar.
Para construir una vida democrática en las familias es necesario repensar la
cultura de género y descubrir nuestras barreras emocionales para pensar. ¿Por qué
hablamos de género en esta construcción? y ¿por qué poner el acento en la
necesidad de que mujeres y hombres revisemos en la vida de todos los días las
modalidades habituales de ser mujer y ser hombre?
El enfoque de género es una manera de mirar las diferencias entre las mujeres y
los varones y las relaciones que establecen, es un concepto que ayuda a pensar que
el conjunto de atributos y expectativas que atribuimos a las personas de cada sexo
biológico son características definidas y construidas por el conjunto de los miembros
de cada sociedad en cada época histórica. Entonces, todas y todos somos sujetos
activos de esa construcción conjunta y podemos generar cambios beneficiosos.
La vida cotidiana es el escenario en el que se produce y reproduce la desigualdad
entre los géneros. Esa desigualdad aparece en el día a día de forma tal que las mujeres
quedan al servicio de las necesidades domésticas, como personas vulnerables y
altamente emocionales. Los padres, maridos, hijas e hijos tienen derechos sobre las
7
8. mujeres, mientras que los hombres quedan como los sujetos de autoridad y mando, con
derechos y capacidad para tomar decisiones por todos. Esta forma de organización
cotidiana construye la desigualdad entre los géneros y da lugar a dificultades de
negociación que pueden traducirse en situaciones violentas cuando las mujeres no
están dispuestas a aceptar pasivamente sus lugares subordinados y cumplir con el
papel que se espera de ellas.
La tendencia a transformar las diferencias en litigios, lamentablemente ha favorecido
controversias y enfrentamientos, más que conversaciones fructíferas entre quienes
sustentan puntos de vista diferentes.
Con el objetivo de adquirir habilidades en este tipo de conversaciones, estos
cuadernos proponen entrenamientos que aseguren participaciones democráticas en las
decisiones, que incluyen sugerencias y prácticas a través de diálogos abiertos y
continuos.
Proponemos que los cuadernos nos permitan trabajar con nosotras /os como
personas, que no nos dé pena encontrarnos con los mismos problemas que la población
a la que queremos ayudar. Ayudar es dialogar, escuchar y cooperar con las soluciones
de los otros, tener una actitud de apertura hacia las diferentes alternativas. En este
sentido, proponemos la reflexión, la comunicación y los recursos para la
democratización familiar como ejes transversales presentes en cada cuaderno:
a) La reflexión es útil para realizar una revisión crítica de nuestras vivencias y
actitudes, visualizar problemáticas y modelos hegemónicos que se sostienen en
relaciones de poder asimétricas. Nos posibilita cuestionarnos cuáles son las
causas de este tipo de relaciones, cómo se manifiestan, se sostienen y cuáles
son los costos y consecuencias para el individuo, para el grupo familiar y la
comunidad.
b) La comunicación se plantea como una herramienta para la convivencia y la
resolución de conflictos de una forma pacífica. Es una manera de apreciar las
diferencias que existen entre hombres y mujeres, distintas generaciones,
experiencias, historias y culturas, aprendiendo a respetarlas sin juzgar
negativamente lo diferente. Nos permite establecer maneras de comunicación
que propicien acuerdos y prácticas para el bienestar de cada persona y del
8
9. conjunto familiar, manifestar lo que sentimos y pensamos mientras que, a la vez,
nos disponemos a escuchar y considerar la opinión de las otras personas.
c) Los recursos para la democratización familiar son herramientas, habilidades y
potencial individual y colectivo para la transformación de las relaciones familiares.
Se trata de una búsqueda individual y grupal para acceder a alternativas posibles
dentro de unos valores democráticos, de equidad, cooperación y solidaridad. Si
bien estos principios se plantean como básicos y fundamentales para alcanzar
relaciones democráticas, no se proponen como modelos a seguir, en tanto que
cada persona, cada familia tiene experiencias y particularidades diferentes y, en
consecuencia, ha de decidir y elegir la opción que más le ayude en cada
momento.
ESTRUCTURA DE LOS CUADERNOS
Los seis cuadernos responden a una misma estructura. Se presenta primero el apartado
de Introducción General, Metodología y Ética, que es común a todos los cuadernos.
Cada uno de ellos cuenta con un apartado de Presentación donde se realiza un breve
diagnóstico de la situación específica del grupo al que va dirigido, por ejemplo, cuál es la
problemática que viven las niñas y niños, los jóvenes, las mujeres, los hombres, etc. En
función de esta descripción general de la realidad social en la que vive este grupo y en
relación con los otros miembros de una sociedad, se plantea una serie de temáticas que
se analizan en los capítulos de cada cuaderno. Cada capítulo responde a un objetivo
específico que a su vez remite al objetivo general del cuaderno; los capítulos contienen
varios apartados en los que se presenta una reflexión teórica y una o dos actividades,
como herramientas para las y los promotores en el trabajo con grupos. Dichas
actividades son de carácter participativo, tienen el fin de hacernos reflexionar sobre
nuestras propias vivencias y nos invitan a visualizar caminos de cambio para aquellos
aspectos que deseamos modificar de nuestro comportamiento en las relaciones
laborales, familiares y personales especialmente. Además de estas actividades o
ejercicios para generar conocimiento y análisis, existen otras para dinamizar grupos, de
9
10. cooperación, comunicación, relajación, etc. Todas ellas se presentan como herramientas
para lograr un proceso de aprendizaje.
La serie “Cuadernos de Reflexión-Acción: recursos para una vida democrática
en las familias” consta de los temas siguientes:
1. Niñas y niños: actores de la democracia en las relaciones familiares, autores:
Hugo Rocha, Laura Donnadieu y Yolanda Corona. En este cuaderno se plantea la
construcción de una visión distinta sobre las niñas y los niños, reconociéndolos
como sujetos de derechos y deberes. Visión alejada de considerar a las niñas y
niños como objetos que han de ser controlados, manipulados y reprimidos. Se
pretende generar en los adultos una sensibilidad hacia las niñas y los niños para
comprenderlos y contar con ellos como aliados, encontrando formas de mejorar
nuestras relaciones familiares, contagiándonos de sus capacidades creativas,
lúdicas, inventivas y de alegría.
2. La aventura de caminar juntos construyendo democracia, madres, padres-hijas e
hijos, autora María Jiménez. Se propone problematizar los diferentes contextos
familiares en los que se da la crianza de un ser humano, identificando y
cuestionando los procedimientos autoritarios que pueden existir en las relaciones
familiares, especialmente en la relación madres, padres, hijas e hijos. El objetivo
es lograr una convivencia en donde las niñas y niños recuperen sus derechos y
responsabilidades de acuerdo con su nivel de madurez; se invita a conformar
relaciones democráticas partiendo de la confianza, el respeto la empatía y la
conexión de la madre y el padre con sus emociones primero, y con las de sus
hijas e hijos después.
3. Mujeres y hombres jóvenes construyendo democracia en las relaciones
familiares, autoras Olivia Aguilar Dorantes y Silvia del Pilar López Hernández. La
pretensión de este cuaderno es que las y los jóvenes reflexionen acerca de sus
relaciones de familia, interpersonales y de pareja. Para ello, se revisan las
relaciones de autoridad y abuso de poder que pueden sufrir las y los jóvenes en
los diferentes ámbitos de su vida, y se cuestionan las funciones de género en
10
11. nuestra sociedad. Partiendo de la reflexión sobre los principales ejes de conflicto
se propone la construcción de alternativas para establecer relaciones que
promuevan la solidaridad, la cooperación, el respeto y la equidad entre hombres y
mujeres.
4. Mujeres construyendo democracia en las relaciones familiares, autoras María
Cristina Ravazzola y Emma María Reyes Rosas y Gisela Sánchez Díaz de León.
En este tema se reflexiona acerca de la educación y formas de socialización
tradicionales que viven las mujeres. Contiene un replanteamiento sobre las
relaciones autoritarias justificadas por el género y se propone fomentar procesos
de empoderamiento y autoestima de las mujeres a través del conocimiento de
sus derechos y el reconocimiento de sus deseos y valores, en armonía con la
sociedad de la que forman parte. Asimismo, se consideran las formas de relación
de las mujeres con las otras personas de la familia en vínculos de paridad y
negociación.
5. Hombres construyendo democracia en las relaciones familiares, autores Benno
De Keijzer y Gerardo Ayala. El cuaderno plantea reflexionar sobre la participación
de los hombres en sus relaciones de pareja y familia; el ejercicio de su
paternidad, las creencias acerca de los significados de ser hombre en nuestra
sociedad; y las formas de ejercer la autoridad. La meta es acompañar a los
hombres en la transformación de sus relaciones familiares y personales, así como
el reconocimiento y desarrollo de recursos individuales y colectivos para la
negociación de conflictos en la familia, con miras a vivir relaciones de equidad
más justas que permitan el desarrollo pleno de hombres y mujeres.
6. Familias construyendo relaciones democráticas, autora Cristina Ravazzola. Se
propone una reflexión acerca de las familias mexicanas, analizando cuáles son
los cambios que éstas han experimentado en las últimas décadas. A partir de
visualizar cómo hemos ido transformando nuestras relaciones familiares, desde
nuestros antepasados hasta la actualidad, se analiza la familia como un ente
social en continuo cambio y evolución. Reflexiona sobre qué tipo de familia
11
12. queremos y se proponen valores de equidad, respeto, solidaridad y cooperación
como un camino para la conformación de familias más democráticas.
USOS DE LOS CUADERNOS
Los cuadernos están pensados como herramienta de acompañamiento para la
realización de talleres con grupos, mixtos o por separado, de hombres y mujeres
adultos, jóvenes, niñas y niños.
Se propone incorporar el enfoque de democratización familiar como un eje
transversal en los programas sociales. En este sentido, los materiales no pretenden
sustituir a otras experiencias ni otros materiales con los que ya cuenten dichos
programas, sino que, por el contrario, sean una herramienta formativa complementaria
para la o el promotor en su trabajo con grupos, que le ayude a incorporar algunos temas
o a re trabajar otros desde una mirada democrática.1
Cada cuaderno puede ser trabajado desde el principio al fin, tomado como guía
para armar un conjunto de talleres, o pueden seleccionarse alguno de los temas que se
presentan en capítulos diferentes del mismo cuaderno. También pueden combinarse
temáticas de dos o más cuadernos para trabajar con un mismo grupo. Por ejemplo, si
tenemos un grupo mixto, podemos trabajar algunos temas que se presentan en el
cuaderno de hombres junto con otros que se presentan en el cuaderno de mujeres. A
este respecto, es preciso tener en cuenta que algunas dinámicas se presentan para
realizar por separado o en grupos homogéneos, ya que son problemáticas específicas
de mujeres o de hombres; la o el promotor deberá estar atento a cuál es la situación del
grupo y sus necesidades para realizar las actividades de una forma u otra.
Además, si bien hay temas similares que se tratan de forma diferente en el
cuaderno de hombres, el de mujeres o el de jóvenes, cuando se dan estas
concordancias se establecen puentes entre un cuaderno y otro para que la o el promotor
pueda ampliar su información si lo considera necesario.
1
Ello implica también una relación democrática del facilitador con el grupo. Véase en el apartado de
Metodología y Ética de los cuadernos.
12
13. Se recomienda a las y los facilitadotes que si considera que las actividades o
ejercicios que se brindan no resultan pertinentes para trabajar en su comunidad, las
adapten al contexto socio-cultural en el que se encuentran, partiendo de su
conocimiento de la realidad comunitaria y de su experiencia de trabajo. En algunos
temas se propone como herramienta complementaria la proyección de videos; no
obstante, no es imprescindible en caso de que no se pueda disponer de ellos o no se
cuente con el equipo necesario para proyectarlos.
Con el fin de lograr acuerdos básicos para el buen desarrollo de las actividades
se sugiere que todo taller tenga un momento de entrada con técnicas de presentación e
integración grupal, donde también se trabajen las expectativas y temores; así como un
momento de cierre en el que se evalúe lo aprendido y cada cual pueda definir
compromisos para realizar en su vida cotidiana respecto a lo que le ha motivado el taller.
En suma, la o el facilitador puede armar sus talleres como mejor lo disponga, la
función de los cuadernos es brindarle elementos para desarrollar su trabajo según sus
necesidades.
13
14. Metodología y Ética
Emma María Reyes Rosas
“Cada generación abre las alas
donde las ha cerrado la anterior
para volar más lejos, siempre más lejos.”
José Ingenieros.
A QUIEN FACILITA
En el siguiente texto encontrarás algunos aspectos y principios básicos a
considerar en tu trabajo de facilitación sobre la metodología participativa utilizada en los
“Cuadernos de Reflexión-Acción: recursos para una vida democrática en las
familias”, y algunas reflexiones sobre la ética en todo el proceso. Es importante que te
tomes unos momentos para reflexionar cómo este trabajo nos atañe de manera personal
y profesional. Recuerda que, si bien no hay recetas, sí hay puntos de partida que nos
permiten visualizar a corto, mediano y largo plazo la diversificación de posibilidades que
acompañan los procesos en el nivel personal, familiar, comunitario e institucional para
que la democratización familiar sea cada vez más posible.
¿QUÉ ENTENDEMOS POR UNA METODOLOGÍA PARTICIPATIVA?
En la introducción de los cuadernos se menciona que requerimos metodologías
para elaborar de manera colectiva las trabas que tenemos para imaginar nuevas salidas
a nuestros conflictos, salidas que implican rebasar barreras emocionales y culturales.
Para esto es fundamental desarrollar habilidades que nos permitan el acercamiento y
confianza entre las personas integrantes de los grupos y poner en práctica todos
nuestros sentidos.
La metodología que se propone es participativa, está diseñada de manera que
lo vivencial y lo teórico–metodológico se entretejan para enriquecer la experiencia del
proceso educativo. Se trabajará a partir de nuestras propias experiencias para
posteriormente retroalimentar con lo teórico e ir integrando la mirada, el pensar y sentir
de las mujeres y hombres con quienes trabajamos. Finalmente, cierra con una
14
15. reflexión sobre la forma en que se puede adaptar y aplicar en los contextos concretos
y recuperar los aprendizajes colectivos.
Esta metodología tiene su origen en la educación popular (De Keijzer, 2000), en la
educación de adultos que se ha enriquecido con la perspectiva de género dando lugar a
la pedagogía de género. Se parte de la premisa de que toda la gente tiene experiencias
y conocimientos que puede comunicar. Es sobre esta experiencia que se construye el
conocimiento nuevo.
Las características de está pedagogía son:
1. Es horizontal: de sujeto a sujeto, es decir, de persona a persona. Esto hace que la
enseñanza y el aprendizaje sean de ambas direcciones (bidireccional) constituyendo
así un “enseñaje”. Quien impulsa el proceso se convierte entonces en facilitadora o
facilitador del mismo. En nuestro caso, esto vale también para todos los niveles de
relación que se mantienen con las personas mas allá de las sesiones educativas.
2. Se centra en aprender a aprender más que en simple transmisión de
conocimientos. La incorporación de ésta y otras habilidades tiene una relación
directa con el empoderamiento y la democratización del conocimiento.
3. Este aprendizaje debe ser significativo: relacionado con la cotidianidad y los
intereses de las personas. Un aprendizaje que sea cargado de emoción tendrá
siempre mayor impacto.
4. Parte de y toma en cuenta la experiencia y la cultura local. Esto hace que sea
integradora de los conocimientos populares y los que nosotros podemos aportar.
Este proceso no es visto sólo como individual sino que es colectivo.
En el trabajo de facilitación hay que saber partir del nivel en que se encuentra el
educando y establecer cuál es el del educador, se trata de un nivel cultural, político e
ideológico.
5. Es participativa: tanto la experiencia y el saber nuestro como el de las personas con
las que trabajamos es importante. No se basa en grados académicos ni en
15
16. calificaciones y se desarrolla en espacios diversos (extra escolares) que rebasan el
aula tradicional. Este elemento participativo a veces choca con la propia dinámica
institucional que puede no ser tan participativa o democrática en su interior y en su
relación con la población.
6. Busca que estos contenidos sean apropiados y apropiables. Es por eso que se
basa mucho en la práctica, en el aprender haciendo. Ello incluye a la metodología,
que debe ser sencilla para que también pueda transmitirse a otras personas.
El instrumento más importante en la educación popular es el diálogo, la comunicación
horizontal. Esto no es un descubrimiento reciente en la educación. Al contrario, ya
Sócrates decía que la educación es el arte de parir ideas dialogando inteligentemente.
Es importante diferenciar dos conceptos básicos:
a) La metodología se refiere al proceso educativo global o camino general que
utilizamos para construir conocimientos en forma colectiva.
b) Las técnicas educativas son nuestras herramientas para lograr los objetivos
específicos en ese proceso o camino.
Esta diferenciación es importante porque hay gente que puede utilizar técnicas
más o menos participativas en un proceso que termina imponiendo o manipulando a las
mujeres y hombres con quienes trabajamos.
En la metodología participativa hay tres pasos:
1. Partir de la experiencia, la práctica de las personas.
2. Reflexionar y teorizar sobre ella.
3. Volver a una práctica enriquecida.
La educación, en su sentido más amplio, es un proceso permanente que
involucra a todos los seres humanos. El hecho de ser humano implica que estamos
16
17. aprendiendo todo el tiempo: en nuestros hogares, en nuestro trabajo, en nuestras
interacciones con otros; así como en la primaria, la universidad, etcétera.2
Citando a Paulo Freire (2000): El proceso de conocimiento, se construye
cotidianamente. Enseñar es parte del proceso mayor de conocer. Enseñar implica
necesariamente aprender. La educación o la práctica educativa es siempre una teoría
del conocimiento puesta en práctica. La mejor manera de acercarse es distanciarse
desde la teoría del conocer.
En este sentido, el educador necesita del educando y viceversa, ambos se
educan, las tareas son específicas. La cuestión es saber cómo se dan estas relaciones
dentro de una práctica democrática; esto depende de ciertas cualidades que el
profesor tiene que crear, como por ejemplo: no tener vergüenza de no saber, de no
conocer alguna cosa que el educando pregunta, sino de aprender conjuntamente. Esto
requiere tener la cualidad de la humildad.
Educar es como crear, porque ayudamos a hacerse mujer u hombre a otro ser
humano y la huella que imprimimos permanece en el otro por siempre. Educar implica el
compromiso de educar en la conciencia.
La pedagogía de género es un proceso educativo concreto que incide en
modificar profundamente nuestras identidades, nuestras vidas y enriquece nuestros
“saberes”. En cualquier proceso pedagógico el núcleo del asunto es el saber, es decir,
hay un proceso educativo y hay un saber que se genera o se sintetiza y luego se
transmite, recibe y elabora cuando se da un proceso pedagógico para la apropiación.
Es importante que todo proceso de capacitación tenga la intencionalidad de
cambio, estableciendo como meta los objetivos propuestos para la capacitación. En una
capacitación en género, esta intencionalidad pretende contrarrestar las desigualdades e
inequidades entre mujeres y hombres. No sólo busca propiciar un cambio intelectual,
sino incluso comprometer transformaciones personales profundas en la gente
capacitada. No basta con cambiar las funciones femeninas y masculinas, es preciso
incidir sobre la manera en cómo se establece la dinámica en el ejercicio del poder. Y
cuándo hablamos de poder nos referimos al poder positivo para actuar sin afectarnos
negativamente ni a nosotros ni a las personas que nos rodean.
2
Campaña “Banco Mundial en la Mira de las Mujeres” en el Seminario tripartita: Definición de lineamientos
metodológicos básicos para la aplicación del enfoque de género en las políticas públicas, septiembre
1999.
17
18. En una pedagogía de género el respeto a las personas en la formación de sus
capacidades tiene que ver con la posibilidad de utilizar la evaluación como un estímulo y no
como un castigo. La evaluación es el reconocimiento de las capacidades propias, las de otras
y otros y la búsqueda de su utilización para los objetivos que se persiguen (Reyes, 1999).
¿POR QUÉ ES VIVENCIAL?
Lo vivencial nos toca a todas y a todos. Todas y todos venimos de diferentes vivencias
familiares y –sin hablar de familias buenas o malas, ya que hay matices y no todo es
blanco o negro– no hay familias sin problemas. Por eso, la capacitación puede tocarnos,
cuestionarnos, revivir recuerdos o incluso situaciones actuales. Así es que les sugerimos
estar en contacto consigo mismas /os para identificar qué nos mueve y qué les pasa a
las personas con las que trabajamos. Identificar qué nos sucede nos da la posibilidad de
apoyar mejor al grupo con quienes estamos facilitando. Recordemos que los problemas
y /o los conflictos nos pueden ayudar a buscar nuevas posibilidades y a transformar
estas situaciones en experiencias de aprendizaje. Este es un trabajo educativo más que
terapéutico, aunque pretende llevar al cambio.
El proceso de formación y capacitación con perspectiva de género es un proceso
continuo y sistemático. No se puede hablar sólo de lo que le pasa a las otras personas,
ya que también nosotras y nosotros somos sujetos de cambio y parte activa en los
procesos de transformación.
Revolucionar el mundo de los significados entraña asumir la coautoría y
reconocer la dimensión política del proceso educativo. Como capacitadores y
facilitadores, transformar la realidad nos conduce a reflexionar sobre las consecuencias
e impactos del tipo de educación que queremos impulsar, y a re-pensar qué significa
tener poder, influir en la sociedad en la que vivimos e incidir en una educación para la
vida.
En este sentido, la dinámica de grupo nos proporciona una magnifica oportunidad
para incorporar y manejar instrumentos de indagación, para problematizar, sistematizar,
romper estereotipos, trastocar pautas de conducta, visualizar y conceptualizar la
totalidad del proceso. Nos ofrece la posibilidad de arriesgarnos, de aprender a actuar,
pensar y fantasear con libertad; nos permite aprender a observar y a escuchar, a
18
19. relacionar nuestras propias opiniones con las ajenas, a admitir que otras personas
piensan diferente.
LA FUNCIÓN DE LAS PERSONAS FACILITADORAS
Desde una pedagogía de género, la facilitación no es neutral. Nos lleva a:
Diseñar procesos, a encauzarlos a través de la reflexión, el análisis y la síntesis
de acuerdo con los objetivos.
Propiciar y potenciar habilidades que aumenten la expansión de la conciencia
Afinar la capacidad de preguntar y cuestionar.
Incidir en la toma de decisiones en todos los ámbitos de nuestra vida.
Parafraseando a Freire: una de las tareas del educador –de las personas facilitadoras–
es rehacer el mundo de relaciones en el que coexistimos mujeres y hombres para así
realmente vivir en una sociedad equitativa. En este sentido, la persona facilitadora es
también un artista que: “rehace el mundo, redibuja el mundo, repinta el mundo, recanta
el mundo, redanza el mundo”.
Ética
Hablar de ética nos lleva a mencionar la importancia de respetar los procesos de las
mujeres y los hombres con quienes trabajamos. Para ello es necesario diferenciar entre
nuestras posturas, creencias y maneras de ver el mundo, y las que poseen las personas
con quienes estamos trabajando en los talleres. Si bien en un taller no se resuelve todo,
sí contribuimos a generar procesos que van más allá del taller mismo. Contribuimos a
generar chispas de luz, de “saberes” para potenciar recursos personales, habilidades
que apoyen a las personas a buscar sus propios caminos.
¿Quiénes somos para decirle desde afuera a alguien qué es lo que tiene que
hacer? A veces, hay la tendencia a decirle a los demás: ”y por qué te dejas”, “por qué
eres tan tonta”; o “es mejor que le perdones y vuelvas a la casa, perdónale”; “es mejor
que no lo dejes hacer eso”; “es mejor que hagas…”; “eso no vale”; “eso sí es lo que
vale”; y así podríamos seguir mencionando otros ejemplos. Lo importante es generar la
19
20. reflexión para que las personas se den cuenta de otras opciones e incorporen nuevos
conocimientos y “saberes”.
Recuerda que estamos contribuyendo a generar procesos, por lo que hay que
evitar lo siguiente: empujar, enjuiciar, criticar, etiquetar, imponer, querer dirigir la vida de
otras personas.
La facilitación implica crear un espacio de aprendizaje colectivo. Facilitar significa,
básicamente, posibilitar la reflexión, el intercambio, la “problematización”, la discusión, la
reelaboración de lo aprendido y de lo vivido. Implica motivar para la construcción de
nuevos significados; reconocer la diversidad dentro de los diferentes contextos.
EL PROCESO DE CAPACITACIÓN (Reyes, 1999)
Recuerda incluir una sesión introductoria con los siguientes puntos:
• La presentación de las personas participantes.
• Las expectativas y temores: “Lo mejor y lo peor” de trabajar el tema de la
democratización de las familias.
• Establecer colectivamente las “reglas de oro”; es decir, los acuerdos grupales para
que pase lo mejor y no lo peor en el trabajo que se va a comenzar. Por ejemplo:
Cada cual responde y se compromete por lo que piensa, siente y actúa.
Cada cual es libre de compartir lo que quiera compartir.
Hablar en primera persona.
Actitud de escucha.
La honestidad.
El respeto.
La comprensión y empatía (ponerse en los zapatos de la otra persona, mas no
querer caminar por ella).
No etiquetar ni enjuiciar a nadie.
Las vivencias personales se quedan en el taller (secreto).
Es importante aclarar dudas, temores y construir colectivamente.
• Realizar encuadre metodológico y presentación del programa.
20
21. Guía de el o la facilitadora
Presentación
Objetivos del cuaderno:
• Ofrecer herramientas teóricas y metodológicas para orientar y facilitar
el diálogo y la reflexión crítica en torno a la masculinidad.
• Promover la participación de los hombres en sus relaciones de pareja
y familia y en el ejercicio de su paternidad.
• Proponer el reconocimiento y desarrollo de recursos personales y
colectivos para la negociación de conflictos en la familia.
¿Por qué es necesario un cuaderno enfocado a los hombres en la dinámica y los
vínculos familiares? En la problemática familiar, los hombres desempeñan con
frecuencia el papel de autoridad impositiva y hasta violenta. En las últimas décadas,
las mujeres han ido cambiando y promoviendo transformaciones en las relaciones
familiares y sociales. Las ideas y creencias acerca de los significados de ser hombre
en nuestra sociedad están siendo fuertemente cuestionadas por una serie de cambios
que se vienen dando en la conformación actual de las familias. Cambios que son parte
y consecuencia de procesos de transformaciones sociales más amplias que tienen que
ver con:
• El acelerado proceso de urbanización del país, en combinación con una
disminución notable de la población rural.
• Cambios en la infraestructura económica, con la incorporación masiva de las
mujeres al trabajo asalariado, como ha sido el caso de la industria maquiladora.
• El deterioro del poder adquisitivo, que empuja a más miembros de la familia a
trabajar por un salario –con un alto porcentaje de mujeres.
• La creciente migración, tanto interna como hacia EUA.
• El aumento de familias reconstruidas y hogares con jefatura femenina. 3
3
Aunque probablemente hay un sub-registro, este tipo de hogares alcanza ya 20%, porcentaje que va en
aumento dada la enorme migración de hombres hacia EUA.
21
22. • El efecto de 30 años de políticas de planificación familiar4 que generan familias
más pequeñas, lo cual supone una menor carga reproductiva y de crianza para
las mujeres pero que, sumada a un trabajo extradoméstico, se convierte en una
doble jornada de trabajo no reconocida y escasamente compartida por los
varones.
• El empuje de las mujeres buscando equidad en las relaciones de género en
campos cada vez más diversificados como son la educación, la sexualidad, la
economía y la política (De Keijzer, 1998).
Dichos cambios y este empuje de las mujeres, si bien han originado una auténtica
transición de género que busca relaciones de mayor equidad y oportunidad, siguen
encontrando resistencias en las nociones tradicionales de muchos hombres: padres,
novios, parejas y, a veces, hasta en los hijos varones.
En este contexto, el papel masculino de único proveedor como función principal ha
dejado de responder a las necesidades de las parejas, hijas e hijos y de los propios
hombres. Cada vez está más cuestionado el autoritarismo y la violencia que muchos
hombres ejercen en el espacio doméstico. Estamos viviendo la emergencia de
tensiones y conflictos diversos que, según la forma en que se aborden, pueden llevar
tanto al debilitamiento como al fortalecimiento de las redes familiares como soporte
privilegiado de vínculos afectivos capaces de contener las dificultades de la vida
cotidiana de niñas y niños, jóvenes y adultos.
Es pertinente abrir espacios para cuestionar las relaciones de poder y favorecer
formas creativas de negociación y diálogo entre los integrantes de las familias, para
que éstas sean un espacio más donde se gesten y abran nuevos y más amplios
cauces democráticos en la sociedad. Estos espacios deben abrirse considerando la
individualidad e integridad de las mujeres, sea cual sea su estatus legal en el vínculo
de pareja, así como la integridad de las hijas e hijos.
Los cambios, como el aumento en el nivel educativo de las mujeres y su
incorporación al trabajo remunerado, han traído nuevos retos a los hombres y a las
familias. Dichos cambios implican un replanteamiento en la toma de decisiones y una
4
En este lapso, las políticas se han enfocado casi exclusivamente a las mujeres, lo cual excluye y cancela
la responsabilidad de los hombres en el ámbito de la reproducción.
22
23. reorganización de las tareas relacionadas con la crianza y el trabajo doméstico. Este
es uno de los aspectos cruciales a abordar en este cuaderno. Para re-negociar las
relaciones de poder en las familias hace falta evidenciar las cuotas diferenciadas entre
hombres y mujeres. Si no se visibilizan, se pueden vivir en dichas relaciones
experiencias de frustración, sobre todo en las mujeres que no tienen el aprendizaje de
darse su lugar en el mundo.
En un mundo donde muchas mujeres van impulsando cambios en las relaciones de
género ¿se puede hablar de una crisis del modelo tradicional de ser hombre?
Sin duda, estos cambios económicos, culturales y sociales van configurando
nuevas identidades, así como la necesidad de reacomodos y modificaciones en las
nociones y creencias de lo que significa ser hombre.
No obstante, estas nuevas identidades no se reflejan en la totalidad de las
relaciones de poder entre hombres y mujeres, pues aún se mantienen veladas
expresiones de inequidad. Como parte de la transición de género iniciada por las
mujeres, en algunos sectores se están dando cambios en aspectos como la
participación de los hombres en el trabajo doméstico o la crianza, aunque una
proporción considerable de ellos ve esto como vergonzoso o poco importante y aún
existen claros reflejos estadísticos que señalan la desproporción que existe entre el
trabajo doméstico que hacen los hombres en comparación con las mujeres. Creemos
que en este periodo de transición es necesario ir más a fondo y cuestionar aún más
esta estructura en aspectos críticos como la sexualidad, el manejo del dinero, las
diferentes formas de ejercer la violencia, el papel del alcohol en la dinámica y la
economía familiar, así como la forma en que se toman decisiones y acuerdos.
No podemos hablar de un proceso único y lineal en esta transición de género. Al
contrario, dicha transición se mueve a ritmos y hasta direcciones distintas según
aspectos como la región, la clase social, la etnia, la religión y otros factores. Asimismo,
mientras ciertos sectores de la población transitan hacia relaciones de mayor equidad
y democracia familiar, otros segmentos de la población reafirman su lucha por volver al
modelo tradicional y patriarcal de familia. En este proceso, los cambios en políticas
públicas tienen una gran influencia; por ejemplo, en países donde se promueve la
23
24. participación de hombres en el parto, también se favorece su participación en la
crianza –un aspecto elemental en la construcción de la equidad.
En lo que toca a los hombres, las formas de reaccionar a estos cambios también
son variadas –van desde la resistencia abierta a los cambios en las relaciones de
género hasta la promoción de la equidad, pasando por gamas intermedias como son la
resistencia pasiva, la adaptación y una especie de camaleonismo cuando se adopta
exclusivamente el discurso de la equidad sin incorporar su práctica.
En el contexto de la familia, muchas mujeres al igual que las hijas e hijos esperan
nuevos desempeños masculinos y un ejercicio distinto y más compartido del poder.
¿Cómo incorporar a los hombres de manera propositiva y positiva en las dinámicas y
espacios familiares? ¿Qué necesidades afectivas están atendiendo y qué habilidades
necesitan reconocer, reafirmar y /o desarrollar?
LOS HOMBRES ANTE LOS CAMBIOS EN LA PAREJA Y LA FAMILIA
Una pregunta muy frecuente en este tipo de temas es ¿y por qué van a cambiar los
hombres? Indudablemente, la mayoría de los hombres adultos son depositarios de una
mayor cuota de poder, autoridad y de una serie de servicios de parte de las mujeres
con las que conviven: madres, hermanas, pareja, hijas y hasta la trabajadora
doméstica. Esta inequidad implica limitaciones importantes para el desarrollo humano
de estas mujeres y /o costos considerables ligados a problemas comunes como la
violencia y /o el alcoholismo de los hombres con los que conviven. Sin embargo, para
los hombres también hay costos considerables tanto en su salud física como en su
salud mental –costos que a veces no son visibles, precisamente por los privilegios que
gozan.
En nuestro trabajo con hombres es importante problematizar el hecho de que los
hombres en México mueren en promedio 6 años antes que las mujeres, aun cuando
ellas llevan los riesgos asociados con embarazo, parto y puerperio. La mayoría de estas
muertes masculinas están ligadas a la violencia: accidentes, homicidios y suicidios; y
otras se relacionan directamente con las adicciones, en especial, al alcohol (De Keijzer,
2003). Aunque estas consecuencias son evidentes en las estadísticas de salud pública,
24
25. para la mayoría de los hombres dichos costos no son muy claros. Esto, junto con una
insensibilidad aprendida en relación con la situación de las mujeres, dificulta los
procesos de cambio. Son los hombres que se acercan a grupos de reflexión o aquellos
que empiezan a atender su problema de violencia o alcoholismo quienes van
reconociendo y compartiendo el dolor y el sufrimiento que subyacen a su manera de ser
hombres.
En la sistematización de 13 años de trabajo con hombres, en Salud y Género
(2003) se van reconociendo algunos aspectos clave para entender el complejo y lento
proceso de cambio para los hombres. Algunos de los hallazgos se sintetizan a
continuación:
• El impulso hacia el cambio en los hombres puede tener distintos orígenes:
puede venir desde su propia socialización al estar en contacto con mensajes
de equidad de género en la infancia o adolescencia, o al ser víctima o testigo
de violencia o de otras consecuencias de la masculinidad hegemónica. En
etapas posteriores, las mujeres con las que los hombres se relacionan, tanto
parejas como en el ámbito laboral, ejercen una influencia muy importante.
Esto se ve también en los procesos de cambio intencionado (por parte de
instituciones civiles y gubernamentales) donde siempre hay mujeres
promoviéndolo. Un importante porcentaje de hombres cambia cuando “toca
fondo” en cuanto a su alcoholismo, su violencia, su pérdida de pareja o algún
problema grave de salud.
• Los niveles o ámbitos en los que se va dando el cambio van desde el
discurso hacia la reflexión sobre la propia socialización y los mensajes
recibidos sobre lo que es un hombre, hasta el reconocimiento de sus prácticas
de inequidad, el contacto con las emociones y, finalmente, el paso hacia
prácticas crecientemente equitativas. Esto no es un proceso lineal, ya que hay
hombres con prácticas de equidad que no han tenido contacto con discursos
sobre el género, así como hay hombres que incorporan el discurso y jamás lo
llevan a algún tipo de práctica.
25
26. • Mención especial merecen ciertos procesos conservadores que logran tocar la
vida de hombres, ayudándolos a rehabilitarse de su alcoholismo y su
violencia, sin que necesariamente los inviten a ser más sensibles y
democráticos con sus familias. Muchas veces es lo contrario, al impulsárseles
para que asuman de nuevo su autoridad patriarcal.
• Por último, tenemos algunos campos en donde se está impulsando de
manera preferencial el trabajo con hombres, buscando una mayor equidad:
estos campos son la salud reproductiva, la salud sexual (ante el aumento del
VIH-SIDA), la violencia y, finalmente, la paternidad. Mención especial merecen
las experiencias educativas-preventivas que buscan la sensibilización de
género con niños y hombres jóvenes, promoviendo cambios en los estilos de
vida de riesgo por otros de cuidado entre pares y equidad con las mujeres.
Finalmente, es importante dar a conocer que a escala mundial existen cientos de
programas que, con diferentes grados de éxito, están logrando invitar, sensibilizar y
apoyar a hombres en el tránsito a relaciones de mayor equidad y democracia tanto en el
ámbito público como en el familiar.
La familia como estructura social básica está cambiando y se está
diversificando. Aunque queremos poner el acento en las familias como el espacio
colectivo más íntimo y red de apoyo afectivo y efectivo, sin importar las formas que
esta tome para el mejor funcionamiento de sus integrantes, hay que reconocer que es
en las familias donde también se generan procesos de inequidad, conflicto, violencia y
otros problemas que afectan la situación de salud de las mujeres, de las hijas e hijos, y
que producen malestar en los hombres.
Si bien la transición de género hacia la equidad contiene elementos conflictivos,
vivir en relaciones más justas indudablemente aporta beneficios –y no sólo a las
mujeres, sino también a los hombres–, sobre todo en el aspecto amoroso-afectivo, si
es que se ve al amor como un placer y no como una amenaza. La democratización de
las familias es sin duda un proceso importante en dicha transición.
26
27. ACERCA DE LA ESTRUCTURA DEL CUADERNO
Este cuaderno contiene varios temas y subtemas con dinámicas y actividades
participativas que buscan incorporar la experiencia de quienes participan. Varias de las
técnicas se incluyen también en el Cuaderno de Mujeres construyendo democracia en
las relaciones familiares y en el de Mujeres y hombres jóvenes, para ayudar a colocar
un terreno común de diálogo en las familias. Se darán indicaciones en aquellos temas
que se establecen puentes hacia otros temas o técnicas en otros cuadernos, ello con
el fin de lograr acuerdos básicos para el buen desarrollo de las actividades. Estos
enlaces se refieren sobre todo a los temas que tienen que ver con equidad-
democratización, manejo de emociones, comunicación y autoestima.
I. LOS HOMBRES EN LAS RELACIONES FAMILIARES
27
28. En el trabajo de reflexión y educación con hombres se requieren técnicas participativas
que permitan mirar las relaciones familiares explorando las nociones y creencias que los
propios hombres tienen en torno al tema, así como lograr un primer diagnóstico y
ampliar el conocimiento que tenemos de ellos.
Del mismo modo es importante que desde un inicio se visibilicen los aspectos y
desigualdades que suelen ser invisibles para muchos hombres, a pesar de ser
planteados frecuentemente por sus parejas u otros familiares. Estas técnicas nos
permiten acercarnos a dichos temas en una forma no amenazante, reflexiva y
profunda.
TIPOS DE FAMILIAS
Actividad: Dibuja tu familia
Objetivo: Representar, discutir y reconocer las diferentes formas de organización
familiar presentes en nuestro contexto. Ubicarse como hombres en el contexto de
nuestras familias actuales.
Material: Hojas de papel, marcadores y lápices de colores.
Tiempo: 1 hora.
Desarrollo:
Es importante que se vayan reconociendo los diferentes tipos de organización
familiar que se dan en cada contexto. Esto se hace a partir de los tipos de familias
que existen en el propio grupo de participantes del taller.
1. Se pide que cada cual cierre los ojos y visualice su familia. Luego se solicita que
hagan un dibujo de su propia familia.
2. Se exponen en algún muro y se pide que todo el grupo observe la exposición
fijándose en los tipos de familias y las relaciones.
3. Se abre una reflexión en torno a los dibujos, enfatizando la variabilidad en las
formas de composición y organización familiar.
28
29. 4. Colectivamente se pueden señalar otros tipos de familias que no salieron de este
grupo. Quien facilita puede anotar estos tipos de familias donde está la exposición,
focalizando lo que sucede con los hombres en ellas.
Actividad: Lo que me gusta y no me gusta de la paternidad
Objetivo: Compartir los goces y dificultades de la paternidad en una forma
participativa.
Material: Seis pliegos de papel bond unidos con cinta adhesiva, marcadores finos y
tarjetas autoadheribles (post-it).
Tiempo: 1 hora 30 minutos.
Desarrollo:
Esta técnica sirve para abrir el diálogo en torno a los placeres y disgustos
asociados con la paternidad. Es útil, como técnica única, por ejemplo, cuando se
celebra el Día del Padre.
Algunas variantes: Se puede hacer en grupos diferenciados, todos viendo la
paternidad: las mamás, las hijas e hijos, que se pueden dividir por grupos de edad.
En este caso sí es bueno hacer una Plenaria mostrando los resultados o hacer una
exposición de los mismos.
También es posible efectuar un contraste entre la paternidad y la maternidad.
Si trabajamos en grupo mixto es muy importante que en un inicio se trabaje por
separado hombres / paternidad y mujeres / maternidad, pudiendo hacerse variaciones
de acuerdo al grupo (hombres viendo la maternidad y mujeres viendo la paternidad).
a) Si el grupo es muy grande, se divide en dos para trabajar simultáneamente en
salones separados, cada uno con una facilitadora o un facilitador. No es
necesario hacer Plenaria. En algún receso todos pueden ver ambos dibujos. Sin
embargo, se puede hacer reunión Plenaria si el tiempo lo permite.
1. Pedimos a un voluntario del grupo que se recueste en el centro de las hojas bond
unidas para dibujar el perfil de un padre. Junto a él dibujamos una hija y un hijo a
29
30. cada lado (podemos pedir "prestados" un niño y una niña que venga con sus
padres o si estamos en una escuela).
2. En forma participativa completan el dibujo de los cuerpos y agregan algo de su
contexto: objetos o cosas que hacemos juntos padre e hijas o hijos.
3. En tarjetas, cada cual anota (en las post-it de diferentes colores):
Qué me gusta de ser papá
Qué no me gusta de ser papá.
b) Si hay hombres que no son padres, trabajarán su “hijez”: es decir, su vivencia
como hija o hijo. Se les pide que lo escriban con pocas palabras y en letra
grande.
4. Cada uno comparte lo que escribió con el grupo, colocando la tarjeta donde piense
que corresponda. Primero se hace la ronda de qué gusta y luego lo que no. Es
importante que pasemos uno por uno, con calma, diciendo en voz alta lo que dice
la tarjeta.
5. Por último, se abre un espacio para comentar lo que se anotó.
¿De qué nos damos cuenta?
¿Que ventajas tiene la maternidad?
¿Qué ventajas tiene la paternidad?
También es importante que el grupo se fije en aspectos que se repiten o que son
contrastantes en las tarjetas puestas al niño y a la niña.
II. IDENTIDADES MASCULINAS Y PROBLEMAS IMPORTANTES
EN LAS FAMILIAS
30
31. ¿Qué es ser un hombre de verdad?
Hablar de identidades masculinas (en plural) nos lleva a pensar que no existe una
sola manera de ser hombre y, por tanto, existen muchas posibilidades de expresarse
de diferentes maneras sin por ello dejar de ser un hombre.
“Ser un hombre de verdad” es una consigna muy fuerte que orienta la manera de
actuar de muchos hombres más allá de sus necesidades y deseos. Así, la forma en
que se nos educa para ser hombres (socialización masculina) se conforma en procesos
sociales muy complejos y contradictorios que tienen su base en una serie de mandatos
culturales a través de los cuales se construye y refuerza una identidad masculina, que
se va asociando con una posición de dominio y control en el núcleo familiar y en la
sociedad en general.
En este apartado vamos a favorecer un primer acercamiento al trabajo de
sensibilización con los hombres, revisando la forma en que se construye la identidad
masculina incorporando creencias y representaciones, así como negando algunas
emociones, mientras se exagera otras. Revisaremos cómo se relacionan estos
elementos con el consumo excesivo de alcohol y otras sustancias, y con el ejercicio de
la violencia. Se trata de ejercicios de contacto y reflexión en torno aspectos que son
escasamente trabajados con los hombres.
La manera en que se nos educa para ser hombres no sólo limita el desarrollo
personal, también predispone a una serie de problemas de salud y es factor clave que
desencadena situaciones conflictivas en el seno de las familias. El consumo excesivo de
alcohol u otras sustancias y la violencia intrafamiliar son prácticas que se observan
principalmente en los hombres y están relacionadas con una serie de creencias que
conforman el mundo masculino; “Los hombres no lloran”, “Los hombres son fuertes y
aguantan mucho”, “Le pego porque la quiero”, etc. creencias que se van introyectando
(metiendo) en el pensamiento y la práctica de las personas, hasta aparecer como algo
“natural”, como si así hubiera sido todo el tiempo.
Es muy importante reconocer la influencia del complejo contexto histórico y
socioeconómico, pues las crisis económicas, el desempleo, la violencia institucional y
31
32. social que se vive en la actualidad provocan sentimientos de miedo e impotencia en los
hombres. Muchos hombres buscan en el alcohol y las drogas un recurso que, en un
primer momento, disminuye la tensión pero no resuelve el problema y, en cambio, puede
entorpecer y complicar la comunicación con la pareja y en las familias, terminando
incluso en la violencia.
La violencia como solución de los conflictos fractura la función de protección
económica, social y emocional de las familias. Aunado con las dificultades evidentes de
los organismos estatales y nacionales de seguridad social, esto hace que las
expectativas para sus integrantes sean muy adversas, puesto que deja fuera a mujeres
por traumas físicos y psicológicos, prácticamente expulsa a niñas y niños de las
escuelas por falta de atención de los progenitores y disminuye la autoestima de sus
miembros impidiendo el desarrollo personal, a causa del sufrimiento y carencia afectiva
en que se encuentran.
IDENTIDAD Y SOCIALIZACIÓN
Hablar en primera persona, hablar de sí mismo, hacer conciencia de lo que sentimos y
nombrarlo, son ejercicios que difícilmente realizamos las personas de manera cotidiana.
Para el caso específico de los hombres, las dificultades son aún mayores, 5 pues la
posición social de poder que se ostenta, sobre todo en las familias, impide verse a sí
mismos críticamente y hablar de ello. A los hombres se les enseña a hablar de los
“otros”, hablar para los “otros” y por los “otros”. Dicha experiencia abre una distancia en
el contacto consigo mismo, impide contactar con las emociones y, en consecuencia, con
el “otro”.
El trabajo con hombres requiere volver a lo básico, desandar lo aprendido
iniciando un proceso de desarticulación de aprendizajes de lo que es ser un hombre,
cuestionar las relaciones de poder, explorar las emociones y familiarizarnos con ellas.
Sobre todo con las que nos han sido negadas socialmente.
5
A pesar de que se considera que en este sistema de géneros las mujeres no son sujetos y los hombres
sí lo son, aquí podríamos cuestionamos ese supuesto. Más bien, advertimos que la inequidad de género
enajena tanto a mujeres como a hombres, es decir, el proceso de ser sujetos nos concierne a ambos.
32
33. Las siguientes actividades ayudan a hacer contacto con las identidades y las
emociones. Al realizarlos es muy importante que exista un ambiente de confianza y
respeto.
Actividad: Yo soy; yo no soy; yo sí soy cuando...
Objetivo: Provocar de manera sensible y directa un primer acercamiento a la reflexión
critica de las identidades.
Material: Tarjetas blancas ½ carta, plumones de colores, papel para rotafolio, masking
tape.
Tiempo: 1 hora.
Desarrollo:
Técnica recomendada para trabajar con hombres, favorece un primer acercamiento
a la introspección (mirar hacía dentro de sí mismo) y a cuestionarse acerca de las
diversas identidades que poseemos como personas. Útil para aprender a hablar
desde sí mismos.
6. Se reparten 3 tarjetas a cada participante y se les pide que se explayen libremente
ante las siguientes frases:
Yo soy
Yo no soy
Yo si soy cuando
Se escribe en silencio y de manera individual.
7. Cuando el grupo haya terminado de escribir, se pide que busquen una pareja con
quien compartir sus tarjetas.
8. Cinco minutos después y en Plenaria se pide que compartan sus respuestas. Quien
facilita puede ir escribiendo en un rotafolio las ideas principales, para destacar la
diversidad de identidades que coexisten en cada persona.
Puntos a profundizar:
33
34. 1. Todas las personas somos mucho más que el nombre que se nos pone, la profesión
que ejercemos o el sexo que nos identifica como mujer u hombre.
2. Coexisten en cada persona identidades diversas y contradictorias; las identidades se
expresan dependiendo de la época o las circunstancias. Quien facilita hará notar si
las tarjetas tienden a versiones rígidas de la masculinidad.
3. Es importante poner atención en lo que pasa cuando un hombre expresa
abiertamente la tristeza con llanto. ¿Cómo es visto por las mujeres? ¿Cómo es visto
por otros hombres? ¿Cómo vive el hombre la experiencia de ser visto por una mujer?
¿Es lo mismo si se trata de un niño o de un hombre adulto?
Actividad: Dos cuentos: “La historia de Andrés” y “Rosa caramelo” (el cuento “Rosa
caramelo” lo encontrarás en el Cuaderno de Mujeres construyendo democracia en las
relaciones familiares, lo ponemos como una herramienta complementaria. Se discute
con la guía que aparece aquí)
Objetivo: Favorecer la reflexión y un primer análisis acerca de los diferentes elementos y
mecanismos de la socialización masculina y femenina.
Material: Plumones, papel para rotafolio, masking tape.
Tiempo: 1 hora para cada cuento.
Desarrollo:
El cuento es una forma muy práctica para abordar temas que nos tocan
emocionalmente. Por lo general, las personas que participan empiezan
comentando los hechos del cuento para luego hablar más personalmente. Propiciar
una dinámica lúdica y fresca es fundamental para mantener motivación e interés,
así como para lograr profundidad en la reflexión y el análisis. Estos cuentos nos
acercan específicamente a la construcción social del género en hombres y
mujeres.
1. En Plenaria, se pide al grupo prestar especial atención pues van a ser leídos dos
cuentos, se proporcionan los datos del cuento y se comienza la lectura con voz clara
y elocuente.
34
35. 2. Al término de la lectura se forman pequeños grupos y /o se trabaja en Plenaria
dependiendo del tamaño del grupo.
3. Se inicia la reflexión con la siguiente guía de preguntas:
¿Qué sintieron al escuchar este cuento?
¿Qué fue lo que más les llamo la atención del cuento?
¿En qué se parece a la realidad?
Puntos a profundizar:
Las preguntas y el manejo de la escucha6 son clave para favorecer el cuestionamiento
de lo obvio de manera suave pero directa.
La historia de Andrés
Autor: Josep Vincent Márquez (1991)
Un cuento a modo de invitación
Dicen que aquellos que nacen en luna llena, cuando en ningún lugar de la tierra
sopla el viento y los lobos no aúllan porque tienen laringitis, reciben el don inapreciable
de tener un hada madrina. Y que ésta les concede un deseo cada diez años.
Al cumplir diecisiete años, Andrés se internó por primera vez en el bosque al
encuentro de su hada madrina. La encontró bromeando con unas flores a las que
cambiaba de color en medio de sus risas y a pesar de sus protestas.
Hola, Andrés, ¿cuál es tu deseo?
Quiero ser un hombre.
Ya lo eres.
Quiero decir todo un hombre, un auténtico hombre.
¿Y eso en que consiste, Andrés?
Quiero ser un gran guerrero.
6
Sobre este punto se ofrecen más elementos para quien facilita el trabajo grupal en el apartado de
metodología y ética.
35
36. El hada madrina lo convirtió en un gran guerrero. Durante diez años, Andrés
derrotó ejércitos, rindió fortalezas inexpugnables, mató hombres de todos los colores y
tamaños y fue aclamado por miles de soldados como el más hábil y fuerte luchador.
Pero cuando volvió a encontrarse con el hada ésta lo halló triste.
No estoy seguro de que eso sea ser un hombre, un auténtico hombre, madrina.
¿Cuál es, entonces, tu deseo?
Quiero tener poder, quiero que todos me obedezcan.
El hada madrina lo convirtió en un hombre muy poderoso, dotándole de riqueza
para comprar y sobornar, de astucia para juntar y dividir y de la indiferencia suficiente
para no sentir jamás escrúpulos. Diez años después acudió cabizbajo a la cita con su
hada madrina.
No estoy seguro de que el poder sea lo que distingue al hombre auténtico.
¿Cuál es, entonces, tu deseo?
Quiero ser un sabio prestigioso.
Lo fue. Nadie gozó de tanto reconocimiento por su ciencia y buen criterio. Las
universidades se disputaban entre sí nombrarlo doctor honoris causa, los científicos le
escuchaban con el silencio más respetuoso y no sólo le pedían consejo los reyes, sino
también los jóvenes amantes, que es mucho más difícil.
Diez años después, el hada madrina lo encontró en el bosque con barba de tres
días.
Te has adelantado a la cita.
Estaba inquieto. No estoy seguro de que ser sabio sea lo que distingue al verdadero
hombre.
¿Qué quieres que te conceda?
Quiero cuidar y proteger a una mujer y a una descendencia numerosa.
36
37. Necesitarías más de diez años. Bueno, veré lo que puedo hacer.
A la mañana siguiente, Andrés se encontró casado con una dulce mujer y
reproducido con asombrosa fidelidad por diez niños de edad escalonada de año en año
a partir de los dos meses. Durante diez años continuó teniendo niños. Y a todos
mantenía con su trabajo y protegía con su fuerza e inteligencia.
La nueva cita convocó a la madrina con un Andrés muy abatido.
¿Tampoco era eso lo que querías?
Se dejan cuidar y proteger muy poco. Conforme se hacen mayores parecen no necesitar
de mis consejos, y ella es fuerte, y ¡vaya si lo es!
¿Qué te concedo ahora?
Quiero ser todo un hombre. Quiero conquistar muchas mujeres.
El hada madrina suspiró.
Podrías haber pensado eso hace veinte años. Me hubiera resultado más fácil que
ahora..., vale.
Cuando se alejaba, Andrés oyó que le llamaba el hada y se volvió.
Ah, Andrés. Supongo que también querrás ser muy fogoso sexualmente y todo eso.
Antes de que me lo tengas que pedir dentro de diez años más, te lo concedo ahora.
Marchó Andrés agradecido y antes de salir del bosque encontró a una bella
campesina que al verle suspiró y dejó caer el cántaro de leche que portaba; temblaron
los robles con el estrépito de sus efusiones. Y se iniciaron así diez años en los que
Andrés gozó de los favores de más campesinas y de princesas, de matronas y
curanderas, que eran los oficios que en aquella época dejaban ejercer a las mujeres, y
de sencillas amas de casa y complejas doncellas.
37
38. Esperaba verte contento esta vez –le dijo el hada al encontrarse de nuevo.
Eso no es ser un verdadero hombre.
¿Qué quieres, pues, ahora?
Eso. Ser un verdadero hombre.
Ya te dije hace cuarenta años que eras un hombre.
Pero yo quiero ser todo un hombre, un hombre auténtico.
Mira, ¿por qué no te olvidas de eso? Has matado, has oprimido, has reprimido, has
abandonado, has causado dolor y has dado la lata buscando ser un verdadero hombre.
Y no has sido feliz. Puedo concederte que seas feliz.
No quiero ser feliz. Lo que quiero es ser un verdadero hombre.
Pues, mira, hijo –contestó el hada madrina–, vete mucho a la fregada.
Actividad: El marciano
Objetivo: Identificar y reconocer los principales atributos y características que
socialmente se atribuyen a los hombres y a las mujeres.
Material: Plumones, papel para rotafolio, masking tape.
Tiempo: 1 hora 30 minutos.
Desarrollo:
Ejercicio lúdico, sencillo y adaptable a diferentes contextos y poblaciones; al mismo
tiempo que se reflexiona sobre las características de las “otras” y los “otros”,
también se habla de sí mismo, aspecto positivo pues ayuda a descubrir que la
socialización y la identidad genérica también están en nosotras y nosotros mismos.
a) En Plenaria se dan las indicaciones siguientes: Ha venido un “marciano” a
visitarnos y necesita saber cómo son los hombres y las mujeres en México.
¿Cómo puede reconocer las diferencias entre hombres y mujeres?
1. En grupos pequeños (6 o 7 personas) van a diseñar creativamente una manera de
mostrar a nuestro visitante cómo son los hombres y cómo son las mujeres, es
38
39. importante acompañarlo con una lista lo más amplia posible de características que
los describan.
2. En Plenaria se comparten los resultados y se reflexiona con las preguntas siguientes:
¿Qué características no cambian ni con el tiempo ni con el lugar?
¿Cuáles características son conformadas socio-culturalmente?
Puntos a profundizar:
Destacar la conformación sociocultural de la identidad masculina y, en consecuencia,
sus posibilidades de cambio, haciendo la diferenciación entre lo que es el sexo y el
género.
Sexo: Se refiere a las características biológicas (pene, testículos y características
secundarias para los hombres, y vagina, ovarios, mamas y características secundarias
para las mujeres).
Género: Serie de normas y valores impuestos socio-culturalmente.
En esencia, lo que nos diferencia a mujeres y hombres se reduce a lo biológico /
reproductivo. Las otras características son puestas por la cultura.
VIDA EMOTIVA DE LOS HOMBRES Y SU RELACIÓN CON LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, LA SEXUALIDAD Y LAS
ADICCIONES
Uno de los aspectos críticos y sensibles de la vida emotiva de los hombres tiene que
ver con las dificultades para el reconocimiento y expresión de las emociones. Es decir,
la socialización de género favorece que las personas puedan o no, en función de su
sexo, hacer contacto y expresar determinadas emociones; como si algunas emociones
fueran para las mujeres y otras para los hombres, sin tomar en cuenta que todas las
emociones son esencialmente humanas. No es casual que, desde un poder asignado
mayor, los hombres aprendan a esconder emociones que se asocian con la debilidad o
lo femenino como son el miedo o la tristeza.
39
40. En lo que se refiere a los hombres, negar alguna emoción y /o inhibir su expresión
sólo ha servido para inhabilitarnos y no poder enfrentar positivamente tensiones y
conflictos de la vida cotidiana, con la pareja y en la vida familiar, lo cual ocasiona que
de manera casi automática se recurra a formas violentas para dirimir conflictos y
diferencias. De igual manera, el sistema de autoridad familiar, al descansar
principalmente sobre la figura de los hombres, predispone a mecanismos de control y
fuerza que ejercen muchos hombres cuando sus decisiones son cuestionadas.
Si los hombres no cuestionan este poder y reconocen y expresan sus emociones
de tristeza, miedo, frustración y rabia, así como sus necesidades de afecto y ternura, es
muy difícil que disminuya la violencia en las relaciones de pareja y familiares. Es clave
que los hombres aprendan a detectar su enojo y a expresarlo en formas no violentas.
Si los hombres no aprenden a escuchar y expresar sus emociones ¿cómo podrán
escuchar la voz de sus hijas e hijos y de la pareja? ¿Cómo desaprender lo que no nos
gusta y crear nuevas formas de relacionarse y vivir en familia? ¿Qué aprendimos en
nuestra familia? ¿Cómo aprendemos a relacionarnos como pareja?
El siguiente ejercicio es muy útil para el reconocimiento de las emociones y, por lo
tanto, básico para el trabajo de prevención de la violencia y las adicciones.
Actividad: Mateo
Objetivo: Visualizar las formas en que la socialización de género niega y /o inhibe la
expresión de emociones, analizando los costos para la salud mental. Reflexionar acerca
de la expresión de emociones y su función en la vida de las personas. Reconocer y
comunicar en formas diversas y no violentas las necesidades afectivas sin dañar a otras
u otros.
Material: Pliegos grandes de papel, tarjetas, masking tape, colores de madera /pinturas.
Tiempo: 2 horas 30 minutos.
Desarrollo:
Recomendaciones: Es importante que quien facilita tenga un conocimiento y
manejo básico de sus propias emociones, para poder ayudar al grupo a
reflexionarlas. Se sugiere que si no se conoce este ejercicio, se viva previamente,
40
41. antes de llevarlo al grupo, siguiendo el principio de “no llevar al grupo más allá de
aquello que quien facilita ha caminado”. No todos los hombres son iguales. La
manera en que cada persona expresa sus emociones varía. Sin embargo, es
importante observar algunas tendencias que se presentan, dada la socialización
masculina y /o femenina rígidamente diferenciada. Una persona que no reconoce
sus emociones, no sólo no puede expresarlas, sino que corre el riesgo de que
éstas lo conduzcan. Es central distinguirlas para buscar formas de expresión que
no dañen a otras u otros. Es importante resaltar que el trabajo con las emociones
se inicia reconociéndolas y valorándolas como una capacidad humana que
tenemos y que nos ayuda para enfrentar diversas situaciones de la vida cotidiana;
por ejemplo: para tomar decisiones acerca de la sexualidad, la paternidad, prevenir
la violencia y las adicciones.
Esta actividad tiene dos momentos de trabajo, se inicia con la lectura de un cuento que
sensibiliza en cuanto al tema. El segundo momento es para la realización de una
actividad individual que facilita la reflexión acerca de las emociones.
1er. momento:
a) Pedimos al grupo que se siente en círculo e iniciamos la lectura del siguiente
cuento:
El Otro Yo
Autor: Mario Benedetti
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras,
leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos en la nariz, roncaba en la
siesta, se llamaba Armando. Corriente en todo, menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices,
mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba
mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte, el
Otro Yo era melancólico y, debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su
deseo.
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42. Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió
lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el
muchacho se durmió. Cuando despertó, el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el
primer momento, el muchacho no supo qué hacer, pero después se rehizo e insultó
concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había
suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero
en seguida pensó que ahora sí podría ser íntegramente vulgar. Este pensamiento lo
reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto cuando salió a la calle con el propósito de lucir su
nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso lo llenó
de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a
él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar
que comentaban: pobre Armando, y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable.
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír, y al mismo tiempo, sintió a la
altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir
auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.
1. Luego de la lectura, se inicia una serie de preguntas para la reflexión:
¿Que fue lo que más les llamó la atención del cuento?
¿En qué se parece a la vida?
Durante un minuto recuerden los aspectos, actitudes, emociones que han dejado de
lado, y ¿por qué?
¿Para qué les sirvió dejarlas a un lado y cuáles son las áreas, actitudes y emociones
que tuvieron que desarrollar más?
¿Cuál ha sido el costo de esta pérdida?
2do. Momento:
a) Se pregunta al grupo cuál es la comida favorita de cada uno, y ¿cuál es la
comida que menos le gusta? Se reflexiona que así como con la comida, hay
gustos y preferencias con las emociones. Hay algunas que tenemos más
42
43. presentes y manifestamos con mayor facilidad, mientras que otras emociones
nos cuesta trabajo reconocerlas y las negamos.
b) Se les indica que se van a trabajar 5 emociones básicas: 7
Miedo
Afecto
Tristeza
Enojo
Alegría
c) Se toma un tiempo para identificar en que parte de su cuerpo sienten cada
emoción, y como podemos diferenciar una emoción de otra. La actividad se
realiza de manera individual.
Se asigna el número 1 a la emoción que expresan más fácilmente.
El número 2 a la que le sigue.
El número 3 a la que les es indiferente (ni se dificulta ni se facilita su
expresión).
El número 4 a la que se dificulta un poco.
El número 5 a la que se dificulta más y muchas veces se niega.
d) Una vez que terminaron su ejercicio individual, se comparte al resto del grupo.
Es muy importante que todos participen. Si el grupo es muy grande se forman
subgrupos.
En Plenaria, se reflexionan las similitudes y las diferencias dentro del grupo.
Puntos a profundizar:
Se comenta con el grupo lo siguiente:
• Las emociones que numeramos como 1 y 2, son las que hemos aprendido a
exagerar.
7
Del grupo pueden salir otras propuestas de emociones que caben o se vinculan con algunas de las ya
mencionadas, como el odio relacionado con el enojo. Alguna vez alguien propuso la indiferencia pero, al
trabajarla, encontró que más que una emoción era una máscara que ocultaba miedo y tristeza. También
pueden salir la vergüenza, la culpa o la violencia. Se puede apoyar propiciando la reflexión sobre sus
costos y consecuencias y si éstas favorecen nuestra expansión como seres humanos.
43
44. • A las que les pusimos el 4 y 5 son aquellas que aprendimos a disminuir.
• A la que pusimos el 3 es la que quizá no necesitamos ni disminuir ni exagerar,
pues la reconocemos de manera más espontánea.
1. Se les pregunta su opinión al respecto:
¿De qué les ha servido disminuir y exagerar ciertas emociones?
¿Cómo aprendimos a hacerlo? ¿Qué costos ha tenido en nuestras vidas?
¿Quién detecta la transformación de una emoción a otra, como el miedo o la
tristeza en enojo?
¿Cómo influye mi MATEA en las relaciones que establezco con las demás
personas (pareja, familia, amigos, etc.)?
¿Cuál es la función de las emociones? Se dan algunos ejemplos: el miedo nos
ayuda ante situaciones de peligro, el enojo para defendernos, y se pide al grupo
que proporcione otros ejemplos.
2. Se comenta que las emociones no son ni buenas ni malas, ni femeninas ni
masculinas, sino que son humanas. Y que no somos responsables de cómo las
sentimos, pero sí de lo que hacemos con eso que sentimos. En relación con el enojo,
es importante que el grupo pueda reconocer la diferencia entre la violencia y la
expresión directa y verbal de un enojo.
3. A continuación se hacen algunas preguntas pertinentes (cada cual anota
personalmente y luego se pueden compartir en pequeños grupos):
¿Qué podemos hacer para expresar libremente nuestras emociones?
¿Cómo puedo flexibilizar la expresión de lo que siento?
Las emociones podemos entenderlas como una forma de energía que si fluye nos ayuda
a sacar aquello que nos oprime y daña internamente; lograr su expresión sin dañar a
otros nos ayuda a fortalecernos más y a relacionarnos mejor con el mundo que nos
rodea. Las diferentes emociones son sencillamente el reflejo de necesidades afectivas, lo
mejor es no instalarse en una o dos emociones, sino moverse en todas ellas según vayan
apareciendo sucesos en nuestras vidas. Esto es importante aclararlo con los hombres que
tienen problemas para distinguir el enojo de la violencia.
44
45. Generalmente, desde una edad muy temprana se le suele proponer /imponer a
los niños que no deben ser miedosos y que las niñas se ven feas cuando muestran su
enojo.
La salud emocional tiene que ver con la flexibilización en la expresión de las
emociones, ya que son para identificar y expresar nuestras necesidades afectivas.
La violencia intrafamiliar
Por lo general, niños y hombres son socializados para que no hablen sobre lo que
sienten. Cuando nos sentimos frustrados o tristes, somos motivados a no hablar.
Muchas veces, cuando no hablamos, la frustración se intensifica hasta que se expresa
en forma violenta. La actividad siguiente trata de ayudar a los hombres a pensar en el
uso de la palabra –sin lastimar y /o dañar de ninguna manera.
Muchos jóvenes y adultos confunden la rabia con la violencia, creyendo que son
lo mismo. Es importante afirmar que esta rabia es una emoción y es normal sentirla en
diversos momentos de la vida. En cambio, la violencia es una forma de expresar la
rabia, es decir, es un comportamiento que la expresa.
Existen muchas otras formas de expresar la rabia, sin violencia. Con esta
actividad invitamos al grupo a aprender a expresar el coraje cuando lo sentimos, en vez
de dejarlo acumular, para evitar que explote dañando a los demás.
Actividad: ¿Qué hago con mi rabia?8
Objetivo: Ayudar a los participantes a reconocer su rabia o coraje y formas alternativas
para expresarla de maneras no destructivas.
Material: Plumones, papel para rotafolio, masking tape, copia de la hoja de recursos
para cada participante.
Tiempo: 1 hora.
Desarrollo:
8
Técnica adaptada de los cuadernos del Instituto Promundo, 2001.
45
46. Otras técnicas sobre asertividad pueden ayudar también a reflexionar acerca de la
violencia que ejercemos y buscar otras formas de expresarla sin violencia.
Recomendaciones: Se sugiere que si no se conoce este ejercicio, se viva
previamente, antes de llevarlo al grupo.
1. La persona que facilita explica al grupo que con esta actividad vamos a dialogar
acerca de cómo reaccionemos cuando sentimos rabia.
2. Luego entrega a cada uno de los participantes la siguiente guía de preguntas:
¿En general es difícil para los hombres expresar la rabia sin usar la violencia? ¿Por
qué?
Muchas veces sabemos salir de un conflicto o de una pelea sin usar la violencia,
pero no lo hacemos ¿Por qué?
¿Es posible “retirarse” para evitar la violencia?
¿Tenemos experiencia con esta técnica? ¿Cómo resulta?
¿Es posible expresar mi coraje /rabia sin agredir?
3. Leyendo cada pregunta, se pide que los participantes que la respondan por escrito
en una hoja, dándoles de 2 a 3’ por pregunta.
4. Luego se divide al grupo en subgrupos de 4 a 5 personas, como máximo, y se
entrega a cada subgrupo un pliego de papel para que elaboren una lista de:
a) Formas negativas de reaccionar cuando estamos con rabia.
b) Formas positivas de reaccionar cuando estamos con rabia.
5. Cada subgrupo presenta sus respuestas en Plenaria y se hace un cierre por parte de
la facilitadora o facilitador.
Puntos a profundizar:
Es posible que dentro de las formas positivas de expresar los enojos aparezcan
acciones como retirarse y usar palabras para manifestar lo que sentimos.
Es importante resaltar que retirarse no quiere decir salir conduciendo a alta velocidad, ni
ir en busca de alguna copa de alcohol, ni que se es un cobarde.
Retirarse es simplemente salir de la situación de conflicto y de rabia, alejarse de la
persona hacia quien sentimos rabia; y para poder hacerlo lo más recomendable es
46
47. respirar profundamente varias veces, caminar un poco o hacer actividades físicas,
tratando de calmarse. Es muy importante que la persona que tiene rabia explique a su
pareja que se va a retirar porque se siente muy enojada.
Usar palabras sin agredir es aprender a expresar dos cosas:
1) Decir a la otra persona lo que le hace sentir mal.
2) Decir lo que uno quiere de la otra persona sin agredir o insultar. Por ejemplo:
Estoy con rabia porque: ________________________
Me gustaría que:______________________________
Pediremos al grupo que cada cual ensaye completar estas frases como si las fueran a
dirigir hacia la persona con la que se enojaron.
A continuación se ofrece la siguiente guía de preguntas para trabajar de manera
individual:
¿Qué hago cuando estoy con rabia /enojo?
1. Piensa una situación reciente en la que sentiste rabia. ¿Qué sucedió? Describe
brevemente (una o dos frases).
2. Trata de recordar tus emociones cuando estabas con rabia, escríbelas. ¿En qué
parte de tu cuerpo las sentías?, escríbelo también.
3. Muchas veces después de sentir rabia comenzamos a reaccionar también con rabia.
Algunos hombres reaccionan gritando, tirando algo al piso, golpeando, etc. Es
frecuente que lleguen a la depresión, quietos y encerrados en sí mismos. Pensando
en este incidente, cuando tú sentiste rabia ¿cómo la demostraste? ¿Cuál fue tu
comportamiento? Escribe en una frase o en unas palabras cómo reaccionaste, tus
actos y comportamientos cuando estabas con rabia.
La sexualidad
La sexualidad es un elemento central en el desarrollo de las capacidades humanas. Su
expresión también está cruzada por el género, generando patrones distintos en mujeres
y hombres. Heredera de valores y creencias de la cultura occidental judeocristiana, la
sexualidad de la gran mayoría de los hombres se expresa y vive asociada con un
47
48. ejercicio de poder autoritario depositado en lo masculino y centrado en los genitales, es
decir falocéntrico. Esto tiende a limitar la vivencia de la sexualidad a una práctica
enajenada que transforma el vínculo humano, potencialmente de mayor intimidad y
libertad, en una relación basada en el dominio y el control.
Para algunos hombres, la necesidad de control y dominio llega al extremo de
vivenciar como placentero el acto de someter o humillar la dignidad de otra persona.
Dialogar y reflexionar en torno a la vivencia de la sexualidad en un ambiente de
confianza, respeto e intimidad entre hombres (en principio), favorece la apertura para
aprender a reconocer las necesidades afectivas que se esconden tras el ejercicio de una
sexualidad enajenada y muchas veces abusiva.
Es importante reconocer que a través de la sexualidad se puede ejercer abuso y
hasta violencia cuando se obliga a la pareja a tener prácticas sexuales que no desea. Si
bien el campo de la sexualidad es muy amplio y complejo, es importante detenernos un
poco y reflexionar desde los hombres cómo se dan estas formas de violencia que dañan
y vulneran a las mujeres y a la pareja en particular.
El uso de métodos anticonceptivos, la educación sexual, una mayor comunicación y
apertura entre muchas parejas, sobre todo en las ciudades, nos llevan a pensar que la
sexualidad puede estar viviéndose con mayores libertades en comparación con las
formas de hace algunas décadas. No obstante, los medios de comunicación y en
general la cultura siguen presentando una imagen de las mujeres como solamente
madres o como objetos eróticos al servicio de los hombres. La forma más extrema es la
pornografía que muestra a las mujeres como sumisas, sin historia, sin nombre, sin
subjetividad, sin sentimientos, separando el erotismo de los afectos.
La sexualidad es un campo potencial de desarrollo para hombres y mujeres, un
espacio que vincula la sensibilidad, la expresión de sentimientos con la posibilidad de
auto-reconocimiento y contacto con el cuerpo. También es una oportunidad para
conocer, escuchar y respetar los límites que ponen las mujeres. Esto, en el caso de los
hombres, es central para no ser invasivos de los espacios y el cuerpo de su pareja.
La dinámica siguiente nos hace ver cómo se viven los procesos de cosificación de
las personas, puesto que dicha cosificación es una pauta necesaria para el ejercicio de
la violencia.
48
49. Actividad: Personas y cosas9
Objetivo: Reconocer cómo las relaciones de poder se dan en cualquier ámbito, incluida
la sexualidad, para reflexionar acerca de los códigos de comunicación que se utilizan
con la pareja.
Material: Plumones, papel para rotafolio, masking tape.
Tiempo: 1 hora.
Desarrollo:
En esta actividad podemos observar la importancia de los afectos y las relaciones
de poder en los vínculos entre las personas.
1. La persona que facilita pide que se formen dos grupos y se coloquen uno frente al
otro, asignándole un número a cada grupo.
2. Luego se elige un grupo al azar y se le asigna la función de “cosas” y al otro grupo se
le asigna que sean las “personas”.
a) El grupo de “cosas” no puede pensar, no sienten, no pueden tomar
decisiones, no tienen sexualidad y deben hacer todo aquello que las
“personas” les ordenen. Si una “cosa” quiere moverse o hacer algo, tiene
que pedir permiso a una “persona”.
b) El grupo de “personas” piensan, pueden tomar decisiones, tienen
sexualidad, sienten y además de eso pueden disponer de las “cosas” que
quieran.
3. Se solicita al grupo “personas” tomar al grupo “cosas” y hacer con ellas lo que
quieran, podrán ordenar que hagan cualquier actividad.
4. Conceda al grupo “cosas” de 15 a 20’ para realizar los papeles y las actividades que
les designaron dentro de la sala.
5. Al concluir, los grupos regresan a sus lugares. A continuación se ofrece una guía
para la reflexión grupal en Plenaria:
¿Cómo fue su experiencia?
9
Técnica adaptada de los cuadernos del Instituto Promundo, 2001.
49
50. ¿Qué sentimientos o emociones reconocen?
¿Cómo fue estar en el grupo “personas”?
¿Cómo fue estar en el grupo “cosas”?
En nuestra vida cotidiana: ¿Tratamos a alguien como “cosa”?
¿A quién? ¿Por qué?
¿Cómo podemos modificar esta forma de trato?
¿Cómo se da esto en la sexualidad?
Puntos a profundizar:
Por lo general surgen sentimientos de desprecio que, a su vez, engendran sentimientos
de rebeldía, agresión, dependencia, rabia y resentimiento.
Alertar sobre el hecho de que siempre que hay cuando menos dos personas, hay una
relación, y que las fronteras no están bien delimitadas. Es muy fácil que se establezcan
relaciones de poder en la que suelen ser las mujeres quienes juegan el papel de
sumisión.
Cuando los papeles se invierten, es decir, cuando una persona deja de ser sumisa y
asume un poder o autoridad, ocurre con frecuencia que en vez de buscar relaciones de
equidad repite exactamente las mismas relaciones de poder, incluso habiendo pasado
por situaciones que consideró injustas.
Destacar el papel que los patrones culturales y sociales de las relaciones de poder
tienen en la vida de las personas. Debatir acerca de cómo las personas que no se
valoran o que no se aceptan, que viven insatisfechas consigo mismas, necesitan ejercer
ese tipo de poder sobre los demás para sentir que tienen el control de sus vidas.
Actividad: Lo que más me gusta y lo que menos me gusta de la sexualidad de las
mujeres y de los hombres
Objetivo: Reconocer los placeres, fantasías y deseos, así como los malestares y riesgos
en nuestra historia sexual.
Material: Plumones y masking tape, papel para rotafolio, radiograbadora y música
suave.
Tiempo: 1 hora.
50
51. Desarrollo:
Si se trabaja en grupos mixtos, es muy importante que mujeres y hombres lo hagan
por separado para después compartir en Plenaria.
1. En la primera ronda, cada participante escribe en tarjetas “qué es lo que más me
gusta de la sexualidad de las mujeres”, y luego, en otras tarjetas, “que es lo que
menos me gusta de la sexualidad de las mujeres”.
2. En la segunda ronda, se repite el procedimiento y los participantes escriben “qué es
lo que más me gusta de la sexualidad de los hombres”, y “qué es lo que menos me
gusta de la sexualidad de los hombres”.
3. Se pone una música adecuada de fondo y se van leyendo todas las respuestas
generadas, para cerrar con una reflexión colectiva para la cual se sugiere la siguiente
guía de preguntas:
¿Cómo comunicar mis necesidades a mi pareja?
¿Cómo escuchar las de mi pareja?
¿Cómo crear ese clima de confianza para hablar abiertamente?
¿Cómo no caer en el prejuicio de que es tu esposa y debes respetarla?
¿Qué derechos sexuales tienen las mujeres?
Puntos a profundizar:
Es fundamental reconocer que la sexualidad no se limita a los genitales: la sexualidad
es parte de nuestra integridad, cuerpo mente y alma; es decir, de lo que se siente, se
piensa, se quiere y se desea.
Hablar y nombrar los aspectos de la sexualidad que nos gustan de nuestra pareja, así
como nombrar aquello que no nos gusta, abre un espacio de comunicación e intimidad
muy enriquecedor para las parejas.
La sexualidad humana es un campo a redescubrir y reinventar.
Las adicciones
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