El reciente debate de 2012 en torno de la Biotecnología Nacional, el proyecto de ley sobre Bioseguridad en Uganda y los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) ha sacado a la luz en todo el país otros temas relacionados con el acceso a los alimentos. Aunque el proyecto de ley fue presentado en el Parlamento a principios de este año, todavía es motivo de preocupación para los campesinos y pequeños agricultores ugandeses el rápido incremento del control de sus tierras y sus recursos, que podría resultar como consecuencia de su falta de organización
"Cien Días vistos por Cinep n.° 93: el campo de la paz"
Construir una revolución campesina en África
1. Construir una revolución campesina en África
Publicado el Miércoles, 02 Octubre 2013 Vía Campesina
El reciente debate de 2012 en torno de la Biotecnología Nacional, el
proyecto de ley sobre Bioseguridad en Uganda y los Organismos
Genéticamente Modificados (OGM) ha sacado a la luz en todo el país
otros temas relacionados con el acceso a los alimentos. Aunque el
proyecto de ley fue presentado en el Parlamento a principios de este
año, todavía es motivo de preocupación para los campesinos y
pequeños agricultores ugandeses el rápido incremento del control de
sus tierras y sus recursos, que podría resultar como consecuencia de
su falta de organización.
El impulso dado a los OMG y el control corporativo sobre la
agricultura no es privativo de Uganda, por no decir de África. Semillas
patentadas, apropiación de tierras y dumping sobre productos
alimenticios básicos han sido de rutina en las últimas décadas, lo cual
ha conformado la estructura de un sistema económico transnacional
que favorece la ganancia sobre la población rural y su derecho a un
medio de vida sostenible. Desde América Latina hasta el Sudeste
Asiático, los campesinos vienen sufriendo oleadas de desplazamientos
y viendo además cómo los cultivos sanos se vuelven venenosos. Sin
embargo, los pequeños agricultores y las organizaciones de base
saben que tienen en común algo más que una situación compartida:
son parte de una lucha organizada.
La Vía Campesina, un movimiento campesino internacional a favor de
los pobres, formado por más de 200 millones de miembros en 79
países, lucha contra quienes pretenden convertir la producción de
alimentos del mundo en grandes negocios. Este movimiento agrario
lleva en general las voces de los pequeños agricultores a espacios
internacionales donde se encuentran cada vez más reconocidos, tales
como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
2. la Agricultura (FAO) y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
En la VI Conferencia de la Vía Campesina Internacional, que se
realizó en el mes de junio último en Yakarta, el movimiento mostró
todo lo que se ha logrado en estos 20 años de historia y afirmó su
compromiso de intensificar su misión en África.
Los movimientos campesinos de Uganda – que ni siquiera integran la
Federación de Campesinos de Uganda – aun no tienen representación
como miembros de la Vía Campesina. Un número mayor de voces
mostraría lo que una plataforma global por la lucha nacional podría
hacer. “Ya que los OGM sólo han ganado protagonismo en Uganda, es
buena idea hablar como un bloque unificado”, dijo Margaret Najjingo
Mangheni, profesora en el Departamento de Agricultura de la
Universidad de Makerere. “Tenemos que identificar a los aliados que
representen a los agricultores con quienes podamos trabajar más allá
de las fronteras”, añadió.
En África, el problema es urgente. Con la introducción de políticas
agrícolas neoliberales y orientación de la agricultura hacia la
exportación comercial, los precios de producción se han desplomado.
Esto deja a los campesinos imposibilitados de sobrevivir en sus
tierras y teniendo que enfrentarse al mismo tiempo a los altos precios
de los alimentos, al hambre, al acaparamiento de la tierra y a los
OGM. La introducción de semillas híbridas fue feroz, obligó a los
campesinos a comprar semillas, cuando éstas habían estado en sus
granjas familiares por generaciones. Además, con las semillas
híbridas los campesinos también tuvieron que comprar fertilizantes y
productos químicos, que no sólo los dejó sin un céntimo sino que
además puso en riesgo la salud de las familias rurales. Asimismo, el
empeoramiento de la situación se introducen cada vez más en las
tierras agrícolas los cultivos comerciales en lugar de los cultivos de
alimentos.
Este resultado combinado se traduce en mayores ganancias en el
mercado mundial y un impacto devastador en países del Sur Global,
lo cual contribuye a la crisis alimentaria. Estas políticas ponen a los
campesinos africanos a merced de un mercado internacional
fluctuante, mientras que lo que hace falta, por el contrario, son
políticas que promuevan su capacidad de producir alimentos de
calidad y de venderlo a precios justos y estables. Los gobiernos y
representantes de las corporaciones ignoran a menudo a los
campesinos o los ven como obstáculos para el desarrollo
transnacional y no como componentes clave para la solución para el
problema de la alimentación y para el enfriamiento del planeta.
Más de 3.000 kilómetros al sur de Kampala, la historia del Foro de
Pequeños Productores de Zimbabwe (ZIMSOFF) [Zimbabwe Small
3. Holder Organic Forum] proporciona un ejemplo de unificación de
campesinos a nivel local, nacional e internacional.
Cuando Elizabeth Mpofu asistió a la Cumbre Mundial sobre desarrollo
sostenible en África del sur, pudo observar qué era lo que sostenía a
los campesinos de su Zimbabwe natal. Los participantes en la
Cumbre fueron articulando sus preocupaciones como un movimiento
unido. Tuvieron más éxito en transmitir su mensaje que los
agricultores con los que ella trabajaba en casa que no están tan
fuertemente organizados y a menudo expresan sus inquietudes en
soledad. Gracias a esto, se comprometió en la creación de un foro
donde los campesinos puedan elaborar estrategias y trabajar juntos.
“Estamos cansados de estar representados por ONG y sindicatos de
agricultores que no dan a los agricultores la oportunidad de hablar y
decidir sobre su propio futuro. Los de afuera deliberan por nosotros y
nos dicen que hacer”, dijo Mpofu, quien también es agricultora.
“Hemos decidido que ya es suficiente y hemos construido una
plataforma para funcionar como campesinos”, explicó Mpofu.
El ZIMSOFF fue formado en 2002, por Mpofu y unos 30.000
campesinos. “Lo iniciamos porque en ese momento vimos que los
sistemas de producción centrados en la agricultura comercial
utilizaban productos químicos”. Vimos el suelo lleno de fertilizantes
que agotan nuestras tierras desde la producción a su mejor potencial.
“Cuando se realizó la reforma agraria en Zimbabwe y recibimos
parcelas de tierra, decidimos tener prestar atención a las formas de
agricultura indígena", dijo Mpofu, “Cuando nuestros antepasados
cultivaban, el medio ambiente se mantenía intacto gracias a las
prácticas orgánicas”.
África es mayormente un continente de campesinos. En muchos de
los países africanos, buena parte de la población vive en comunidades
rurales y la agricultura es el principal contribuyente del PIB. Estas
poblaciones forman la columna vertebral de los movimientos
campesinos africanos, compuesto no solamente de pequeños y
medianos productores, sino además de pastores y comunidades
pesqueras. Muchos de los movimientos campesinos africanos son
sindicatos compuestos por pequeñas organizaciones de agricultores
locales que confluyen a nivel nacional y regional bajo el paraguas del
Foro de Pequeños Productores del Este y Sur de África (formado por
grupos de 13 países). Una de sus principales demandas es hacer
respetar a las comunidades campesinas, cuyo principal propósito es
producir alimentos para su propio consumo.
Por otro lado, las corporaciones agrícolas industriales, empresas de
alta tecnología que producen costosos híbridos y riesgosas semillas
genéticamente modificadas, o la industria alimentaria multinacional,
buscan obtener sus propios beneficios a través de la exportación de
4. cultivos comerciales en lugar de utilizar una agricultura sostenible
para el consumo interno. La Vía Campesina sostiene que estas
políticas son responsables de los 1.200 millones de personas que en
todo el mundo pasan hambre, a pesar de la producción abundante de
cosechas. Estas políticas económicas afectan no solo a comunidades
rurales sino también a comunidades urbanas empobrecidas, donde
suele ser más difícil para la gente organizarse y luchar por sus
derechos.
Muchos movimientos de campesinos y organizaciones se han unido
bajo diferentes banderas para promover la soberanía alimentaria, un
concepto que sostiene que, para llenar sus platos, los campesinos
tienen derecho a producir por su propia cuenta alimentos sanos y
apropiados a sus culturas, en lugar de depender de empresas
transnacionales (o incluso organizaciones benéficas).
La Vía Campesina es el movimiento que acuñó por primera vez en
1996 el término de soberanía alimentaria, que difiere fuertemente del
término más conocido de 'seguridad alimentaria'; concepto este que
sólo representa la disponibilidad de alimentos y el acceso a ellos. La
Vía Campesina viene ganando impulso en África gracias a las
organizaciones que se suman, desde Sudáfrica a Madagascar y
Senegal, y las decenas de países que están entre ellos. Cada uno de
estos movimientos reconoce que las corporaciones multinacionales
ponen en peligro la agricultura campesina y representan a personas
sin tierras.
Desde que el ZIMSOFF se convirtió en parte de la Vía Campesina,
Mpofu ha contado con el apoyo de ese movimiento social global que
la ha ayudado a ella y a otros compañeros agricultores por medio de
capacitación, intercambios con otras organizaciones campesinas y
talleres. Y ahora siente un gran honor de haber recorrido este
camino: en Jakarta, Vía Campesina anunció que trasladaría su
Secretaría Internacional de Indonesia a Zimbabwe. En su nuevo rol
de Secretaria general, Mpofu será la primera mujer en liderar lo que
tal vez sea el mayor movimiento político del mundo.
“¡Es una gran noticia para los campesinos africanos que la Vía
Campesina esté llegando a Zimbabwe!”, exclamó Mpofu sonriendo.
“Las empresas de transgénicos y de la llamada revolución verde han
puesto sus ojos en África porque su modelo ha fracasado en otras
partes del mundo. Invierten miles de millones de dólares e imponen
estas tecnologías a través de nuestros políticos y gobernantes. Una
especie de recolonización de nuestro continente por parte de
empresas transnacionales que no vamos a permitir”, añadió
firmemente.
5. Cosma Bulu, una líder de las mujeres de la red Mtandao wa Vikundi
vya Wakulima (MVIWATA), que forma parte de la Vía Campesina de
Tanzania, informó que su organización campesina ya cuenta con más
de 100.000 miembros y está creciendo rápidamente. Su lema indica
orgullo: "el defensor de los campesinos es el propio agricultor". La
organización fue formada por veintidós campesinos en 1993 (el
mismo año de fundación de la Vía Campesina) con el fin de crear un
foro de intercambio de agricultor a agricultor. MVIWATA defiende los
intereses socio-económicos y capacita a sus miembros en mejores
prácticas ecológicas.
“Nos oponemos al uso de fertilizantes químicos y buscamos educar
contra los transgénicos que causan problemas en la salud, cuyos
efectos secundarios son visibles, explica Bulu. “Preferimos la
agricultura natural y animar al uso de fertilizantes naturales como el
estiércol y la hierba”.
Mangheni destacó que los movimientos ugandeses necesitan una voz
internacional y que Vía Campesina ofrece ese escenario global. “El
movimiento es algo nuevo, y nosotros debemos avanzar juntos como
aliados en la identificación de los problemas que afectan a los
agricultores en Uganda”, dijo.
Como la Vía Campesina gana impulso a nivel mundial, los
movimientos campesinos ugandeses son firmes candidatos a unirse a
esa alianza estratégica africana, para hacer saber al mundo que el
mayor continente y sus recursos no están en venta.
Shifa Mwesigye and Salena Tramel
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La Via Campesina
Via Campesina is an international movement of peasants, small- and
medium-sized producers, landless, rural women, indigenous people,
rural youth and agricultural workers. We are an autonomous, pluralist
and multicultural movement, independent of any political, economic,
or other type of affiliation. Born in 1993, La Via Campesina now
gathers about 183 organisations in 88 countries in Asia, Africa,
Europe, and the Americas.
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