Allí se masacra a diario desde hace años. Por allí pasa el “Libre Comercio”. Sale lo drenado al trabajo y a la Tierra. Entran las mercancías que alimentan la codicia global. Buenaventura es un experimento de exterminio y sometimiento. Una masacre a la vista. Un Auschwitz, NO! un Buenaventura a la vista del mundo sin que NADIE LO DETENGA. Están exterminando a la gente para que el puerto pase a manos del Captalismo Totalitario del Libre Comercio. Esto es peor que el fascismo y será implementado en todas partes. Si no los paramos en Buenaventura, ya no los detenemos en ninguna parte. Así No!!!
Novedades Banderas Azules en España para el año 2024
Buenaventura: Campo de exterminio del capital transnacional
1. BUENAVENTURA: CAMPO DE EXTERMINIO DEL CAPITAL
TRANSNACIONAL
Buenaventura es un Campo de Extermino y esclavitud abierto.
Allí se masacra a diario desde hace años. Por allí pasa el “Libre
Comercio”. Sale lo drenado al trabajo y a la Tierra. Entran las
mercancías que alimentan la codicia global. Buenaventura es un
experimento de exterminio y sometimiento. Una masacre a la vista.
Un Auschwitz, NO! un Buenaventura a la vista del mundo sin que
NADIE LO DETENGA. Están exterminando a la gente para que el
puerto pase a manos del Captalismo Totalitario del Libre Comercio.
Esto es peor que el fascismo y será implementado en todas partes. Si
no los paramos en Buenaventura, ya no los detenemos en ninguna
parte. Así No!!!
Herederos de la esclavitud en Buenaventura
La sangre hiede, como los gritos de los picados cuando su cuerpo es
hecho polvo, atraviesa las paredes de madera, que separa cada casa
en los barrios de Bajamar, en sus maderas van quedando huellas de
lo que un día fue sangre y que poco a poco desaparece con la mugre.
Pero el olvido se mata, los NN, los que ya han sido asesinados o
desaparecidos aparecen en medio de la bullaranga, del terror y del
miedo, la gente no quiere más.
Allá en Buenaventura ya no se proyecta sino que se instituye un
modelo de desarrollo con publicidad y muerte. Allá no se usan los
metales sobre el cuello o sobre los pies. El metal se ha convertido en
violencia de terror y en el control sobre cada calle y cada movimiento
a través de jóvenes afros vinculados al paramilitarismo con está neo
2. esclavitud se consolida un control sobre el territorio conforme a los
propósitos del mercado mundial.
Pasear por los barrios El Lleras, San José o Sanyu, La Playita, Viento
Libre, Muro Yusti, Campo Alegre, Santa Mónica, Morrocoy, Arenal,
Piedras Cantas, Alfonso López, Palo Seco, El Capricho y La Palera en
Buenaventura es congelar las imágenes del tráfico africano a las
Américas pero en los tiempos de la llamada modernidad. En todos
ellos existen casas de “pique”, son parte de la memoria viviente y
presente, no son una invención o fantasmas inexistentes, no son
mentira son una realidad.
Además de los afros que las perciben los indicios se encuentran con
las aves de carroña, aquellas que se ven revoloteando sobre el mar
en círculos de color negro, ellas avisoran lo que ya está muerto, se
nutren de la muerte, pero a diferencia de los paramilitares, los chulos
lo hacen para sobrevivir, para resignificar los deshechos, entre ellos
el cuerpo humano. Allá entre el movimiento circular de las aves
oscuras, la cadencia del cuerpo convertida en mercancía o en pecado,
según, la norma paramilitar, es usada como carnada para ir
moldeando la sociedad que se proyecta detrás de esa criminalidad. La
mujer es danza, es placer a la vista o para satisfacer la pasión
machista, para atrapar a los enemigos o para ser parte de una red
sexual.
Algunas de las bellas niñas negras, de 12 a 14 años son iniciadas
sexualmente por los paramilitares, poco a poco, la cadencia africana
solo expresa movimientos sexuales, que se han ido interiorizando en
las pequeñas de no más de cinco años como réplica de las mayores.
Cuando pasa el tiempo de la satisfacción de los paramilitares, ellas
son desechadas o enrumbadas en el mundo del comercio sexual que
también ellos manejan, cuando no, algunas de ellas son asesinadas.
Es parte del control social.
Tanto como las vacunas. Los asesinados entre ellas varias mujeres lo
son por no haber pagado a los paramilitares. No son más de dos
dólares, pero que la gente no siempre puede pagar, no siempre se
gana lo que se espera, pero los paramilitares eso no lo perdonan. En
Buenaventura hasta las vendedoras de tinto pagan, las que venden
almuerzos, de lo contrario no pueden trabajar o sobrevivir.
3. Pasear por los barrios de bajamar en medio de nueve ríos es
evidenciar que el derecho es la fuerza y la exclusión. El agua es un
derecho también negado. Los afrobonaverenses viven rodeados de
agua, para bañarse, para pescar, pero no cuentan con agua potable,
ni servicio de recolección ni de procesamiento de basuras.
El 80 % de sus habitantes vive en la pobreza y el 63 % no tiene
empleo cualquier ingreso vale la pena para sobrevivir, incluso, el de
vivir cortado o picando a otros seres humanos, no hay más de donde.
Por Buenaventura circula un poco más del 50% del comercio externo
de Colombia que se incrementaría con la Alianza el Pacífico. Según
informes de prensa Buenaventura reporta al país 4 billones y por el
Sistema Nacional de Participación se reciben en el municipio 300 mil
millones en pesos.
Pero todas estas situaciones a la tradicional corrupción se adoba con
grandes edificaciones que se han ido levantando en Buenaventura
como preconizando el nuevo tiempo del turismo y de la economía en
donde los pobres se niegan o se ocultan o donde los empobrecidos de
bajamar reciben los desechos de quienes se reposan y disfrutan de la
vista al mar desde esas moles.
Son las mismas proyecciones en video beam que el gobierno
colombiano y local muestran a propios y extraños, hablan del
progreso pero negando la pobreza. Razón de más para que la
reciente cumbre se hiciera en Cartagena, en un gran centro de
convenciones, en donde no entra la pobreza o está se oculta para que
todos los mandatarios limpien su buena conciencia y sigan
creyéndose a ellos mismos que están haciendo lo mejor, y claro era
Cartagena y no Buenaventura porque todavía la pobreza no se ha
invisibilizado.
4. Hiede la vida a muerte como hiede la violencia en su barbarie, como
hiede los deshechos anclados debajo de las casas de madera,
palafitos que resisten al tiempo.
Buenaventura es uno de los municipios más militarizados y con
mayor presencia policial de Colombia. Sin embargo, la protección no
es para sus habitantes es para el comercio.
5. Aquí matan la gente a menos de 40 metros de la presencia Naval en
el punto conocido como Pueblo Nuevo, afirma un líder comunitario de
San José y los regulares dicen: “que no puede hacer nada, que su
función en cuidar la riqueza”. Esto ocurrió hace pocas semanas
cuando la gente fue en ayuda de los militares para evitar que una
persona fuera asesinada por paramilitares.
Para la gente es claro que ni la policía ni los militares generan
seguridad ni confianza. El reciente anuncio del presidente Santos de
mayor pie de fuerza para brindar seguridad se recibe con
escepticismo. Uno de los habitantes expresa que la policía no hace
nada porque se abstienen de ingresar a las calles secundarias de los
barrios en donde los paramilitares montan sus grupos, sus armas y
sus centros de tortura. La policía circula perimetralmente en esos
lugares como parte de un pacto, a veces implícito, a veces explicito.
La gente denuncia a los paramilitares, sus lugares de ubicación y
cuando regresa al sector, los paramilitares ya saben quién los
denunció. En otras ocasiones los ven departiendo con los
paramilitares llamados “La Empresa” o “Los Rastrojos”. Porque lo
cierto es que no hay tal confrontación con los Urabeños y
Gaitanistas”, estos ya no están en Buenaventura.
Los paramilitares enquistados en la cotidianidad son la ley y el poder
real en los barrios de bajamar, la gente los identifica, los conoce,
poco les habla, están allí en casas que algunos pobladores, que no
resistieron más, y abandonadas estos se las tomaron. Estas viviendas
se convierten en su asentamiento, en el espacio de control de los
movimientos de la gente y en los espacios de tortura. Esas mismas
casas son las que usan para cortar en pedacitos, para picar. La
miseria de la gente es tanta que hasta partes de los muertos se
venden como carne de res. Hace poco en el barrio San José un
habitante de la calle en una plaza de mercado tomó una bolsa
congelada en su interior, el vio carne, llegó a venderla en ese lugar
bajamar. Un poblador observó que el color de la carne era distinto al
de la res, algunos ya habían comprado una porción, era tarde, la
habían consumido, otros descubrieron la tetilla de un hombre. Desde
ese día, algunos de ellos se negaron a volver a comer carne. Así de
cruel es la vida.
Allá, todo el mundo escucha pero nadie puede hablar. El sonido del
uso de armas blancas y de machetes con los que desmiembran los
cuerpos de sus víctimas atraviesan las paredes de madera, los
suplicios, las suplicas se escuchan, pero nadie puede hacer nada, el
que diga algo o su familia pueden correr la misma suerte.
Allí en estos barrios de bajamar se proyecta un Muelle Turístico, como
hace menos de 10 años donde ocurrió la Masacre de Punta del Este,
6. donde más de 10 jóvenes fueron asesinados por paramilitares, y se
generó un desplazamiento forzado, hoy existe allí un moderno
bodegaje de una empresa española. Al mismo tiempo, varios de los
barrios fueron perdiéndose para ser luego convertido en centros de
acumulación de carbón que viene de la Costa Caribe, más de 1400
kilómetros de distancia. Incluso, lo que hoy se llama Islote Calavera
será convertido en una ampliación de la sede de bodegaje de las
empresas carboneras.
Hay que recordar que en el 2000 y 2002 se produjeron en la
carretera que conduce a Buenaventura tres masacres con
desplazamientos forzados, y es allí donde hoy se implementa la obra
de infraestructura de la Doble Calzada. Algo similar a lo que vivieron
las comunidades negras de Calima con el proyecto de ampliación de
Agua Dulce por el cual se les ha negado el derecho de propiedad total
a las comunidades. La empresa de facto privatizó la tierra y quemó
más de 50 ranchos de uso tradicional de las comunidades.
Durante este año han sido asesinadas 56 personas en Buenaventura
y 13 desaparecidas, de las muertes violentas, 13 son mujeres.
7. El ritual es interiorizado por todos. Los jóvenes paramilitares
trasladan a su víctima de un sector o de un barrio a otro, lo llevan a
pie, son siempre dos que se mueven en silencio con sus tenis de alto
costo, que miran de frente y en la mitad de ellos quien va a ser
asesinado o asesinada, lo llevan de la mano sin mucho esfuerzo, sin
cadena. Atraviesan calles y calles e ingresa a una de las viviendas y
allí empieza la tortura, hasta la muerte.
Algunas de las víctimas, que recientemente lograron sobrevivir a los
machetazos, que no se ahogo en el mar, fue recuperada por sus
victimarios se le coloco una piedra para que ya “no jodiera más, y se
ahogará”. En otros casos, como ha sido la violencia paramilitar en el
norte de Colombia, les han abierto las entrañas y les han colocado
piedras para que se hundan.
Hay un centro de culto necrofilico, se mira en la distancia, al que
nadie se quiere acercar salvo los del progreso. Es el islote “calavera””
antes llamado islote Margarita. Allí revolotean por cientos los chulos,
las aves de carroña cada vez que los paramilitares arrojan el cuerpo
sin vida de una de sus víctimas, es también el cementerio de los
desaparecidos forzados. Allí se proyecta el progreso. Se pretende
transformar el islote como parte de la cadena de transporte de
carbón de una multinacional.
Así es toda Buenaventura ahogada, negada en su miseria por la
imagen del progreso, un mundo imaginario que poco a poco se hace
realidad para el gran capital, un mundo que oculta lo que hiede, la
sangre pobre, la sangre negra, la vida negra, la esclavitud moderna.
8. Comisión Intereclesial de justicia y Paz
DeVer
Sábado 22 de marzo de 2014
http://www.justiciaypazcolombia.com/Herederos-de-la-esclavitud-en