1. La alimentación y sus efectos químicos para la salud que ocasionan consecuencias
ambientales y pérdidas humanas.
El alimento como es cualquier sustancia normalmente ingerida por los seres vivos con
fines. Nutricionales que regula el metabolismo y mantenimiento de las funciones
fisiológicas, como la temperatura corporal. Psicológicos satisfacción y obtención de
sensaciones gratificantes.
Estos dos fines no han de cumplirse simultáneamente para que una sustancia sea
considerada alimento. Así, por ejemplo, las bebidas alcohólicas no tienen interés
nutricional, pero sí tienen un interés fruitivo. Por ello, son consideradas alimento. Por el
contrario, no se consideran alimentos las sustancias que no se ingieren o que, una vez
ingeridas, alteran las funciones metabólicas del organismo.
En la primera mitad del siglo XX se empezó a usar un insecticida llamado DDT. Este, a
pesar de las pruebas, recién fue prohibido décadas después. En el caso de las hormonas del
crecimiento, la lucha por saber lo que realmente produce en los seres humanos continúa.
Los vegetarianos tienen muchas razones para no consumir carne. Los carnívoros defienden
su posición. En esta semana, el gobierno de los Estados Unidos pidió a los ganaderos
reducir o controlar el uso de medicamentos para engordar a los animales. Algo está
sucediendo. Los animales para consumo humano están siendo modificados. Los hacen
crecer en la mitad del tiempo normal y eso, a pesar de las quejas, hasta que no existan
pruebas contundentes de que están causando un mal en la salud de las personas,
Alternativas
Definitivamente el tipo de alimentación que tenga el animal va a influir directamente en
nosotros. Por ejemplo, un pollo que ha sido criado con comida barata tendrá una carne más
grasosa que un pollo bien alimentado”, advierte Jiménez. Aunque resalta los beneficios de
comer orgánico, no lo ve como solución en una sociedad en la que esto aún tiene un alto
costo en el mercado.
2. La tendencia nos está marcando un regreso a lo natural. Lo orgánico significa que no se ha
utilizado ningún tipo de producto extraño en los alimentos. Pero lamentablemente es caro.
El acceso es limitado. Definitivamente son más saludables pero, hasta el momento, está
hecha para un segmento muy pequeño. Cuestan dos o tres veces más que los alimentos no
orgánicos”, dice la directora, quien confirma que lo mejor es comer de todo y hacer variada
la alimentación.
En ese sentido la motivación de la creación de CASCADE: que más de 100.000
químicos sean lanzados al medio ambiente y tomen contacto con el ser humano
conservantes alimentarios, retardantes del fuego en ordenadores, etc, pero de unos 80.000
no se sepa lo suficiente como para evaluar su daño. CASCADE estudia un grupo de estos
productos químicos: los capaces de interferir en el sistema hormonal del cuerpo humano
por ejemplo. Alterando el estrógeno o la testosterona. Los efectos pueden ser el incremento
de riesgo de enfermedad cardiovascular, obesidad, diabetes, fertilidad reducida, cáncer de
pecho.
De igual manera La moderna explotación agropecuaria se ayuda de infinitos productos
químicos, que dejan su huella en los alimentos. A ellos se suman los residuos que las
actividades mineras, industriales y urbanas esparcen por tierra, aire y agua.
Los alimentos que comemos son el fruto de una naturaleza manipulada por el hombre para
obtener el máximo rendimiento en el menor tiempo posible. Ello obliga al uso de una gran
variedad de productos que pueden aparecer en el alimento y son ajenos a su naturaleza.
Otras sustancias extrañas llegan a los cultivos, la pesca y los forrajes de forma accidental, a
través de aguas contaminadas por vestideros industriales, humos y cenizas de fábricas,
restos de combustibles dispersos en el mar, etc., introduciéndose seguidamente en nuestra
dieta.
La moderna explotación agropecuaria se ayuda de infinitos productos químicos, que
dejan su huella en los alimentos. A ellos se suman los residuos que las actividades mineras,
industriales y urbanas esparcen por tierra, aire y agua.
3. Los alimentos que comemos son el fruto de una naturaleza manipulada por el hombre para
obtener el máximo rendimiento en el menor tiempo posible. Ello obliga al uso de una gran
variedad de productos que pueden aparecer en el alimento y son ajenos a su naturaleza.
Otras sustancias extrañas llegan a los cultivos, la pesca y los forrajes de forma accidental, a
través de aguas contaminadas por vertideros industriales, humos y cenizas de fábricas,
restos de combustibles dispersos en el mar, etc., introduciéndose seguidamente en nuestra
dieta.
Los consumidores, sobre todo en los países en desarrollo, están expuestos con
frecuencia a la adulteración deliberada del suministro de alimentos. Ello puede dar lugar a
peligros para la salud y pérdidas económicas para el consumidor. La adulteración de la
leche y los productos lácteos, la miel, las especias y los aceites comestibles y la utilización
de colores como indicadores de la calidad de los productos con el fin de engañar al
consumidor son prácticas bastante comunes. Aunque los riesgos asociados con la
adulteración son normalmente bajos, estos episodios provocan la indignación pública, ya
que defraudan la confianza en la integridad del suministro de alimentos. En los países en
desarrollo, entre el 60 y el 70 por ciento de los ingresos de las familias de clase media se
gasta en alimentos, lo que significa que la adulteración de éstos puede repercutir
fuertemente tanto en el presupuesto familiar como en la salud de los miembros de la
familia.
La inocuidad de los alimentos es una cuestión fundamental de salud pública para todos
los países. Las enfermedades transmitidas por alimentos como consecuencia de patógenos
microbianos, biotoxinas y contaminantes químicos representan graves amenazas para la
salud de miles de millones de personas. En los pasados decenios se han documentado en
todos los continentes graves brotes de enfermedades trasmitidas por los alimentos, lo que
demuestra su importancia desde el punto de vista social y de la salud pública.
La integración y concentración de los sectores alimentarios y la globalización del comercio
de alimentos están cambiando las pautas de la producción y distribución de alimentos. Los
productos destinados a la alimentación humana y animal llegan hasta lugares mucho más
distantes que en el pasado, lo que crea las condiciones necesarias para la difusión de los
brotes de enfermedades trasmitidas por los alimento.
4. Los peligros de los microorganismos patógenos trasmitidos por los alimentos se conocen
desde hace decenios. El riesgo de transmisión de la tuberculosis y la salmonelosis a través
de la leche se reconoció ya a comienzos de siglo XX, y una intervención temprana fue el
control mediante la pasteurización. De la misma manera, los problemas del botulismo se
trataron controlando la aplicación de calor a alimentos poco ácidos en contenedores
herméticamente sellados.
El. coli O157:H7 ilustra la falta de comprensión y de conocimientos sobre muchos
patógenos y sobre la forma en que contaminan los alimentos. En los últimos decenios,
varios microorganismos se han convertido en causas potenciales de enfermedad transmitida
por los alimentos.
Actualmente, las sociedades a nivel global manifiestan una gran preocupación por la
salud y la alimentación. Existe un gran interés y en ocasiones, una cierta angustia por las
cuestiones que afectan con mayor o menor fiabilidad a la seguridad de los alimentos.
Es importante asegurar la inocuidad de los alimentos a través del conocimiento y desarrollo
de tecnologías confiables referente al ciclo de los contaminantes bióticos y abióticos que
han tomado mucha importancia a últimas fechas en la evolución de los alimentos orgánicos,
a fin de asegurar una calidad de salud para la población.
De allí la importancia de continuar en la mejora de los métodos de prueba para la gran
diversidad de alimentos y la revisión de las normas referentes a la contaminación de
alimentos debido a la aparición de nuevas sustancias químicas en el ambiente.
Fuente:
La seguridad Alimentaria OCU
España