El alumno tiene dificultades para concentrarse y reconocer su trastorno. Muestra interés en las tareas pero baja autoestima, culpándose a sí mismo por no poder leer como los demás niños. Sus padres no entienden su condición y a menudo se queda con su tío, mientras que los maestros le brindan afecto y ayuda. Debe mejorar su autoconcepto, controlar su conducta e impulsividad, y aprender a pedir ayuda antes de frustrarse para progresar en sus estudios.