2. UBICACIÓN
La Basílica Papal de San Francisco está
situada en Asís, en la región italiana de Umbría,
y es Patrimonio de la Humanidad desde el año
2000. Lugar de la glorificación de San Francisco
de Asís, se distinguen en ella dos partes
fundamentales: la Basílica inferior, baja y
oscura, y la Basílica superior, espaciosa y
luminosa. Esta distribución se ha interpretado
de manera simbólica: la primera representaría
la vida de penitencia, mientras que la segunda
simbolizaría la gloria
3. LA CONSTRUCCIÓN
Según la tradición, fue el propio
Francisco quien indicó el lugar en
el cual quería ser enterrado.
En marzo de 1228 fray Elías máximo responsable del proyecto, recibió
de Simone de Pucciarello, en nombre del Papa, un terreno al oeste de
la ciudad. El 16 de julio de 1228, Francisco fue proclamado santo por
Gregorio IX; el 17 de julio, el Papa y fray Elías pusieron las primeras
piedras para la construcción de esta imponente basílica, que
albergaría los restos mortales de Francisco y sería la sede del Orden
que acababa de nacer.
Para completar la basílica llegaron
ofertas de gran parte del mundo.
Todo el complejo arquitectónico fue
completado en poco más de un
siglo, para lo cual se llamó a
maestros arquitectos, artesanos y
pintores de entre los más grandes
de aquellos años.
La estructura que se quería dar
era en un principio bastante
simple, pero fue rápidamente
modificada según líneas más
majestuosas, inspirándose en
parte en la arquitectura románica
lombarda. El complejo, formado
por dos iglesias superpuestas e
independientes de nave única con
transepto saliente y ábside, se
terminó en 1239.
En 1754 el Papa Benedicto XIV le otorgó la categoría de Basílica
Patriarcal y Capilla Papal. El 8 de agosto de 1969 Pablo VI determinó
que la Basílica pasaría a estar regida por un Cardenal como Legado
suyo.
4. LOS RESTOS MORTALES DE SAN FRANCISCO
El 25 de mayo de 1230 se habían transferido los restos
mortales de Francisco desde la iglesia de San Jorge
(futura iglesia de Santa Clara) a la basílica construida en
su honor. Enterrado bajo el altar mayor en un lugar
inaccesible, durante siglos se perdió la memoria del
punto exacto donde se encontraba su cuerpo. Tras el
descubrimiento, con autorización de Pío VII, de la tumba
del santo en diciembre de 1818, se excavó la cripta, que
fue realizada en estilo neoclásico bajo la dirección del
arquitecto romano Pascual Belli. El estilo contrastaba
demasiado con el resto de la basílica, por lo que entre
1925 y 1932 la cripta fue radicalmente modificada
mediante un proyecto del arquitecto Hugo Tarchi según el
estilo neorrománico.
5. DAÑOS PROVOCADOS POR EL TERREMOTO DE
1997
El 26 de septiembre de 1997, a las 02:33, un
fuerte temblor de tierra afectó a las regiones
italianas de Umbría y Las Marcas. Unas nueve
horas más tarde, otro terremoto se repitió en la
zona, provocando la muerte de dos frailes y dos
técnicos que se hallaban supervisando los
daños que el primero había provocado en la
basílica superior.
Ambos sismos causaron profundas grietas, con
el derrumbe de la bóveda en dos puntos, e
ingentes daños en el tímpano del transepto.
Ciento treinta metros cuadrados de frescos
medievales se redujeron a miles de fragmentos:
el San Jerónimo, atribuido por algunos a Giotto
joven, donde estaban representados los cuatro
doctores de la iglesia; la figura de San Mateo,
sobre la bóveda donde se representan los
Cuatro Evangelistas de Cimabue; y además, la
bóveda estrellada, repintada en el siglo XIX.
Desde el arco de la contrafachada y desde la
nervadura, también derrumbados, cayeron a
tierra ocho figuras de santos y otras
6. RESTAURACIÓN
El conjunto de tareas de restauración se denominó El taller de la
Utopía (en italiano, Il cantiere dell’utopia).6 Las primeras
intervenciones tras el terremoto se dirigieron sobre todo a la
puesta en seguridad del edificio y a la recuperación de los
fragmentos esparcidos entre los escombros. Las muestras de
solidaridad no se hicieron esperar; así, se recibió la ayuda de
técnicos de la Superintendencia y restauradores del Instituto
Central para la Restauración de Roma (ICR). También trabajaron
muchos voluntarios de toda Italia, principalmente estudiantes de
los Cursos de Conservación y de Historia del Arte de Viterbo y
Roma, pero también historiadores del arte, fotógrafos, arquitectos,
informáticos, físicos, químicos, biólogos y bomberos, entre otros.
El 26 de septiembre de 2001 se recolocaron los ocho santos
(Rufino, Victorino, Benito, Antonio de Padua, Francisco, Clara,
Domingo y Pedro Mártir).
Un año después, el 26 de septiembre de 2002 se recolocó también la cúpula de San Jerónimo, tras
trabajar quince expertos del ICR con unos 50.000 pequeños fragmentos sobre una superficie de ochenta
metros cuadrados. Esta parte de la reconstrucción fue subvencionada por el Gobierno italiano con 2,5
millones de euros, y por el Fondo Europeo con 250.000 euros. Se recuperó el 70% del fresco original.8
El 5 de abril de 2006 se desarrolló la inauguración de las bóvedas de San Mateo y del cielo estrellado. Por
desgracia, no se logró recuperar todo el material. Antes del derrumbe, las condiciones del fresco de San
Mateo no eran buenas por la oxidación de esta obra de Cimabue. Sólo el 20% de los 120.000 fragmentos
en que se convirtió pudieron recolocarse. Ocupó a decenas de restauradores, se emplearon unas 160.000
horas de trabajo y el coste fue de dos millones de euros.
8. ORIGEN
El edificio original, terminado en 1230,
cuando fue trasladado el cuerpo del Santo y
depositado en un sarcófago bajo el altar
mayor, corresponde a las arcadas segunda,
tercera y cuarta de la actual iglesia. Era
probablemente un aula rectangular con la
simplicidad propia del modelo franciscano.
Iba a ser en principio una cripta sepulcral
para el santo, pero debido a su gran tamaño
siempre se le denominó como basílica
inferior.
9. ENTRADA
Debido a la pendiente de la colina, la entrada fue
trasladada al lado izquierdo de la nave. El ingreso tiene
lugar a través de un elegante portal gótico de la segunda
mitad del siglo XIII, sobrepasado por un rosetón definido
por el historiador Adolfo Venturi como «el rosetón más
bello del mundo»,10 y precedido por un atrio renacentista
obra del escultor Francisco di Bartolomeo da Pietrasanta.
Está compuesto por un arco sustentado por dos
columnas con ático decorado por un friso con dos
festones. Los mosaicos y mayólicas coloreadas de la
parte superior, del siglo XIII, se encuentran hoy casi
desaparecidos por completo. El portal, concluido antes de
1271, tiene dos puertas de madera realizadas por artistas
de Umbría del siglo XVI.
10. INTERIOR
El interior de la basílica inferior tiene planta con forma de Tau, símbolo franciscano. A finales del siglo XIII se
modificó la estructura románica inicial, una única nave con cuatro arcadas, y se añadieron capillas a lo largo de
las paredes laterales y del atrio de entrada. La introducción de las capillas obligó al cierre de las ventanas a lo
largo de la nave, creando una sugestiva penumbra que induce al recogimiento, e implicó también que se
perdieran algunos fragmentos del ciclo pictórico original que representa las Historias de la Pasión de Cristo.
Se entra por el brazo transversal, decorado con pinturas de Cesare Sermei, Giacomo Giorgetti y Girolamo
Martelli, artistas de Umbría del siglo XVII, y que también trabajaron en la bóveda del presbiterio. Esta parte de
la basílica inferior está hoy destinada al culto eucarístico y a las celebraciones ordinarias de la Misa.
Recorriendo la nave se llega al presbiterio que tiene en el centro el solemne altar papal de estilo gótico,
situado justo en correspondencia con la tumba de Francisco.
.
La decoración fue encomendada a grandes firmas de la pintura italiana: Cimabue, Giotto y su taller, Simone
Martini y el senés Pietro Lorenzetti, que la llevará a término en la segunda década del siglo XIV con escenas
de la Pasión de Cristo. En lo alto, al centro del presbiterio, en el cruce entre la nave y el transepto, están
representadas la Apoteosis de San Francisco de Asís y la Alegoría de los tres votos: obediencia, pobreza y
castidad (1315-1320), obra de un pintor muy cercano a Giotto llamado Maestro delle Vele. Las paredes del
presbiterio están recubiertas por una rica decoración pictórica, ciclo que se inicia con las Historias de la
infancia y de la pasión de Cristo para acabar con la Glorificación del Santo, ambas obras de Giotto. Tienen
particular interés, en la pared izquierda la Crucifixión, atribuida directamente a Giotto, y en la derecha, el fresco
de Cimabue Virgen en majestad con Niño, cuatro ángeles y San Francisco.
Los escaños de madera del coro son obra de artistas del área umbro-toscana y están datados en el año 1471.
A la izquierda de la tercera arcada se encuentra la Tribuna de San Estanislao, proclamado santo en Asís en
1253 por el Papa Inocencio IV.
11. CAPILLAS
Capilla de San Sebastián: Pequeña capilla que se encuentra entrando en la basílica inferior, a la izquierda. Posee decoraciones pictóricas que
representan episodios de la vida de San Sebastián obra de Girolamo Martelli, pintor de Asís del siglo XVII. En el lado derecho hay dos
monumentos: el mausoleo de Juan de Cerchi y el mausoleo de Juan de Brienne, rey de Jerusalén y emperador de Constantinopla. Junto a la
capilla está la Virgen de la Salud, obra de Ottaviano Nelli.
Capilla de San Antonio o del Sacramento: A través de una puerta se pasa al pequeño claustro del cementerio. El suelo y las paredes del pórtico
están revestidos por lápidas, de las cuales la más antigua data de 1295.
Capilla de Santa Catalina: Se encuentra en frente de la entrada. Fue construida en 1367, siendo enterrado en ella el cardenal Gil Álvarez de
Albornoz antes de que sus restos mortales se trasladasen a España en 1372. Está decorada con un ciclo de frescos dedicados a Santa Catalina
de Alejandría, obra del boloñés Andrea Bartoli y sus ayudantes (1368-1369).
Madonna dei Tramonti (Pietro Lorenzetti).
Capilla de San Martín: Es la primera del lado izquierdo de la nave. Fue construida por el cardenal Gentile Partino de Montefiore y pintada al
fresco, entre 1312 y 1315, por Simone Martini con las historias de la vida de San Martín de Tours.
Capilla de San Esteban y San Luis: Se halla en el lado derecho de la nave. Pintada al fresco en torno a 1570 por el pintor asisiense Dono Doni,
primero fue dedicada a San Luis de Anjou, obispo de Tolosa de Languedoc y fraile franciscano, y más tarde también a San Esteban.
Capilla de San Antonio de Padua: Situada en el lado derecho de la nave, fue pintada con escenas del santo por Cesare Sermei de Orvieto en
1610, ayudado por Martelli. Se representan también escenas de la vida de San Antonio en la vidriera, atribuida al asisiense Juan Bonino.
Capilla de la Magdalena: Se encuentra también en el lado derecho de la nave y fue pintada al fresco por Giotto de 1296 a 1329. Se representan
historias de la santa, en una de las cuales aparece de la mano de Teobaldo Pontano, obispo de Asís, quien pide intercesión.
Capilla de San Nicolás de Bari: Se abre en la parte inferior del transepto derecho. Fue construida a finales del siglo XIII. Está decorada con
frescos que se atribuyen al anónimo giottesco "Maestro de San Nicolás". Junto a la entrada de la capilla aparecen cinco santos pintados por
Simone Martini identificables con Francisco, Ludovico de Tolosa, Isabel de Hungría, Margarita de Hungría y Enrique de Hungría. También se
atribuye a Martini la Virgen con el Niño entre los santos Esteban y Ladislao. Las vidrieras, también de estilo giottesco, se realizaron a principios
del siglo XIV.
Capilla de San Juan Bautista: Se entra a ella por el lado izquierdo del transepto. Fue construida a finales del siglo XIII por encargo del cardenal
Napoleón Orsini. Decorada por Pietro Lorenzetti con el fresco Madonna dei Tramonti
12. CRIPTA
En la mitad de la nave central se encuentran dos rampas por las cuales se baja
a la cripta donde se custodia el cuerpo de San Francisco. Este lugar, el más
pobre en cuanto a obras de arte, es el corazón de la basílica. Formando parte
de un pilar que sostiene el altar mayor de la basílica inferior, se observa la celda
funeraria construida por fray Elías. En su interior, protegido por una reja, se
encuentra el sarcófago que contiene los restos mortales de San Francisco. Se
trata de una urna metálica dorada de 1818, que contiene otra transparente de
1978, última vez en la que se realizó un reconocimiento de sus restos.
En la entrada de la cripta, junto a la escalera que conduce desde la basílica
hacia la misma, se encuentra la tumba de la beata Jacoba de Settesoli, señora
de la nobleza de Roma, que fue una de las amigas y benefactoras más fieles de
Francisco y estuvo a su lado en la Porciúncula en el momento de su muerte.
Además, en 1932, en las cuatro esquinas de la cripta se colocaron los cuerpos
de cuatro de sus compañeros, los beatos fray Ángel de Rieti, fray León, fray
Maseo de Marignano y fray Rufino. Otros cinco están sepultados en el brazo
derecho de la basílica inferior.
13. CAPILLA DE LAS RELIQUIAS
Se llega a ella desde el brazo derecho del transepto. Se construyó en la Sala
capitular del primer convento de los frailes. En la sala, de estilo románico, se
custodian las reliquias de San Francisco, entre las que destacan:
Su hábito color ceniza, sus sandalias de piel con que cubría los estigmas de los
pies y la piel que evitaba que la sangre del costado manchara la túnica.
El cuerno de marfil regalo de Melek-el-kamel, Sultán de Egipto, en 1219.
Dos autógrafos, uno con la "Bendición a fray León", quien era su amanuense,
confesor y enfermero, y otro con sus "Alabanzas al Dios altísimo".
Bendición a fray León, una de las reliquias de Francisco que se conservan
El texto original de la Regla franciscana, considerada como la Carta Magna del
movimiento franciscano.
El cáliz y la patena empleados por los frailes en La Porciúncula.
14. MUSEO
Se accede a él desde la terraza del claustro. Alberga una
colección de pinturas y reliquias conocida como Tesoro de la
Basílica de San Francisco, unida a la historia de la misma, y fruto
de las donaciones de objetos de personas que querían con ello
testimoniar su devoción por el santo. Encontramos relicarios,
cálices y objetos litúrgicos y artísticos, algunos pertenecientes a
Papas de los siglos XIII-XIV, o el tapiz que representa el árbol
franciscano y que fue donado por Sixto IV en la segunda mitad
del siglo XV. Muchos de los objetos se han ido perdiendo con el
tiempo, por deterioro de las telas o por robos.
Se encuentra también una colección de pinturas donada a los
frailes por el crítico de arte estadounidense Federico Mason
Perkins tras su muerte en Asís en 1955, constituida por 57 obras
de las escuelas sienesa, florentina, veneciana, veronesa y
emiliana
16. EXTERIOR
La Basílica superior presenta una fachada simple “de
cabaña”. La parte alta está decorada con un grandioso
rosetón central, que a los lados tiene los símbolos de los
Evangelistas en relieve. La parte baja está enriquecida
por el majestuoso portal, única referencia externa de la
arquitectura gótica. En el lado izquierdo de la fachada se
apoyó, en el siglo XVII, la Logia de las bendiciones desde
la cual, en época pasada, se mostraba el Velo santo de la
Virgen. En el mismo lado, en la zona absidal, poco
después de la construcción de la iglesia superior fue
levantado el campanario románico, de sesenta metros de
altura y con un juego de cornisas y arcos pensiles que
dividen su recorrido hacia el alto.
17. INTERIOR
La vivaz policromía y las esbeltas formas
góticas de la nave interna contrastan con la
relativa simplicidad románica de la arquitectura
externa de la Basílica superior. La nave está
dividida en cuatro arcadas con transepto y
ábside poligonal, y presenta una cubierta con
bóvedas de crucería. Un estrecho balcón
corrido se extiende en torno a las paredes. La
iglesia superior está iluminada por grandes
ventanales góticos que se disponen a lo largo
de toda la parte alta de la nave y del ábside, a
lo cual se une la luz que entra por el rosetón de
la fachada.
18. ALTAR MAYOR Y CORO
En el centro del ábside se encuentra el
marmóreo altar mayor. Originario del siglo
XIII, fue restaurado en 1942. Su destinación
original era la Capilla papal. El coro,
compuesto por 102 sillas, es obra
de Domenico de Sanseverino y sus
ayudantes entre 1491 y 1501.
19. VIDRIERAS
La basílica superior conserva una de las colecciones de
vidrieras medievales más completas de Italia. Las de la
zona absidal, datadas en 1253, se atribuyen a artistas de
Alemania nororienrtal y representan nueve escenas con
analogías entre la vida de Jesús y acontecimientos del
Antiguo Testamento.
Las del transepto y la nave son en parte obra de
franceses y en parte de un taller nacido en el ámbito de la
oficina del Maestro de San Francisco, y se pueden datar
en la segunda mitad del siglo XIII. Se representan
escenas de la vida de San Francisco, San Antonio de
Padua, la Virgen y otros santos.
20. FRESCOS
Cuando estaban terminando los trabajos de la construcción de la iglesia superior se iniciaron
también las decoraciones al fresco. En ambas basílicas, esta decoración corresponde a una
serie de programas, destruidos en parte en algún caso, que fueron pensados dentro de un plan
integral que tenía la finalidad de exaltar la figura de San Francisco.
Cronológicamente, los frescos parten desde el presbiterio en el cual se representan Historias de
María al centro e Historias del Apocalipsis y de los Apóstoles en los brazos. Las figuras por las
cuales Francisco sentía máxima veneración están ampliamente representadas: el Cristo
crucificado, la Virgen María, los Apóstoles (sobre todo, Pedro y Pablo) y los Ángeles (en
particular, el Arcángel Miguel).
El ciclo pictórico comenzó entre 1267 y 1270 cuando, según las fuentes, un “maestro de
escuela gótica” y un “maestro de escuela romana” estaban trabajando en la pared derecha del
transepto en las escenas de la vida de los apóstoles Pedro y Pablo. La decoración continuó en
las paredes con ventanales desde 1270 a 1280 gracias a la obra de un “maestro romano”.
A lo largo de las paredes de la nave se articulan, en la parte superior, las Historias del Viejo y
del Nuevo Testamento, y en la inferior, las Historias de la vida de San Francisco. La obra, en la
que se comprometieron los mayores artistas de Italia central, como Cimabue y Giotto, se realizó
en el arco de los últimos veinte años del siglo XIII.
21. FRESCOS DE CIMABUE
Entre 1272 y 1280 se encargaron de la decoración Cimabue y su taller, quienes
terminaron de pintar los frescos del transepto y del ábside. En el brazo derecho
está representada la Iglesia terrestre (Transfiguración del Señor, vida de los
apóstoles...), en el centro aparecen algunos episodios de la vida de la Virgen y
en el brazo izquierdo se representa a la Iglesia celeste. Los diversos temas del
transepto del ábside mayor y de la nave están conectados entre ellos a través
de los Evangelios, representados por los cuatro Evangelistas pintados al fresco
por Cimabue, cada uno en el momento de escribir inspirado por un ángel, y
teniendo enfrente la vista de la región evangelizada: Mateo, Judea (derrumbado
tras el sismo de 1997, su restauración terminó en abril de 2006); Juan, Asia;
Lucas, Grecia; y Marcos, Italia.
La costumbre de Cimabue de usar albayalde, mezclado con otras pinturas, ha
hecho que el color, con el paso del tiempo, se convirtiese poco a poco en
evanescente, casi monocromático. Por efecto de la oxidación, casi toda la
superficie trabajada es de difícil lectura, ya que el encarnado claro de los
personajes y todo lo que fue pintado con color blanco se ha convertido en
negro; solamente a través de una fotografía en negativo se puede ver mejor el
efecto de gran movimiento y extremo dramatismo de escenas como la
Crucifixión.