Monte Ararat, el lugar donde se asentó el Arca de Noé tras el Diluvio Universal
1. El nombre de Turquía, Türkiye en idioma turco, se puede dividir en dos
palabras: Türk, que significa "fuerte" en el turco antiguo (y por lo general
designa a los habitantes de Turquía o un miembro de los pueblos turcos) y el
sufijo iye (derivado del sufijo árabe iyya, pero también está asociada con el
sufijo latín medieval ia en Turchia, y el sufijo griego medieval - ία en Τουρκία),
lo que significa "propietario" o "relacionado con".
En el cruce de caminos entre oriente y occidente se encuentra uno de los
países más bellos del mundo: Turquía.
La influencia de culturas procedentes de Asia y de Europa (y también de
África) le ha proporcionado unos atractivos únicos.
Una visita a este país supone adentrarse en los caminos de la historia y del
arte, en una naturaleza variada y espectacular, y en un país hospitalario abierto
a la fiesta y al deporte.
2. Un país, en definitiva, que es memoria viva de cuantas glorias contribuyeron a
forjar la cultura occidental, incluyendo un buen número de capítulos referidos a
la fragua de la religión cristiana, porque antes de que el Islam impregnara a los
habitantes que desde Asia central vinieron a instalarse definitivamente en este
rincón del fondo del Mediterráneo hoy, pese a ser Turquía una república laica,
el 98 por ciento de sus habitantes profesa la religión islámica, estas tierras
guardaron para siempre con humilde solemnidad la huella de bíblicas pisadas.
Turquía es un país donde las culturas han creado un mosaico de colores,
sabores y esencias únicas. Un paraíso incomparable donde el pasado y el
futuro se encuentran para maravillar a quien se asome a sus encantos.
Son numerosos los visitantes que cada año acuden a estas tierras en busca de
la mítica Tracia, intentando rastrear las huellas de Troya, buscando la terraza
de la escuela de Platón en Assos o contemplando la grandiosidad de
Constantinopla, hoy convertida en una de las ciudades más hermosas de
Europa: Estambul.
Pérgamo, Edirne, Mileto, Olimpos o Konya son parajes mágicos que
cuentan historias, leyendas y mitos
Izmir es la ciudad natal de Homero, en Teos vivieron Platón y Apelicón.
En Odeón se puede oír a Heráclito, San Pablo comenzó aquí a difundir el
cristianismo.
El Monte Coressos sirvió de morada a la Virgen María mientras San Juan
escribía su Evangelio.
3. Dos de las siete maravillas del mundo se encuentran en Turquía, el Mausoleo
de Halicarnaso y el Templo de Artemisa, ambas situadas en la costa del Mar
Egeo.
Faselis fue el lugar de encuentro de una de las grandes historias de amor:
Marco Antonio y Cleopatra.
La cueva donde nació San Pedro guarda el recuerdo del padre de la Iglesia
Cristiana.
La Cueva de Urfa recuerda que aquí bebía agua uno de los primeros profetas,
Abraham.
Mientras en muchas ciudades se sigue venerando el paso de los Apóstoles
San Pablo y San Juan, e incluso de la misma Virgen María en su forzosa
huida tras la Crucifixión de Cristo, en el Monte Ararat, la cumbre más alta del
país, lo que se valora no es ni más ni menos que el recuerdo del desembarco
del Arca de Noé tras el Diluvio Universal, e incluso existe un dulce festivo, el
Asure o Pastel Sagrado del Arca de Noé, elaborado con cuarenta tipos de
frutos y semillas, que está considerado como una copia del que se inventó en
la mítica Nao cuando al final de su periplo, escaseando ya las provisiones,
hubo que combinarlas de forma insólitamente original para que sirvieran de
alimento.
Monte Ararat (en el oriente de Anatolia) Palacio de Ishak Pasa (siglo XVIII) y el
místico Ararat, el monte más alto del país con sus 5.165 metros, lugar donde se asentó
el Arca de Noé tras el Diluvio Universal, según el Antiguo Testamento.
4. Dicen que Leandro solía atravesar el estrecho de Dardanelos para
encontrarse con su amada. Y no es para menos, Turquía es uno de los países
más bellos y el museo al aire libre más grande del mundo.
Mezcla de civilizaciones, de historias, de imperios.
Las ciudades subterráneas, los bailes y las danzas a la hora de las comidas, el
carácter alegre y armonioso del pueblo turco, son sólo algunas de las múltiples
razones para visitar Turquía.