El documento describe las etapas de la iniciación deportiva. La mayoría de los modelos tienen una estructura piramidal con varias fases: 1) una base amplia centrada en el desarrollo psicomotor, 2) una fase de iniciación deportiva que introduce la técnica deportiva a través del juego, y 3) fases superiores de especialización y alto rendimiento donde el entrenamiento se vuelve más específico para un solo deporte. El objetivo de la iniciación inicial es desarrollar habilidades motoras básicas a través del
2. ETAPAS DE LA INICIACIÓN DEPORTIVA
Realizar un análisis de los Modelos de Iniciación Deportiva es una labor
bastante compleja, ya que hay tantos modelos de entrenamientos como teóricos
en éste ámbito. Por tal motivo, y con objeto de no dilatar demasiado, mencionaré
las características comunes de estos modelos. La gran mayoría de estos modelos
tienen una estructura piramidal. La primera fase se convierte en la más amplia con
objeto de que la base de la estructura sea lo más sólida posible. Se pretende una
formación integral de la persona y un establecimiento de la consecución de los
objetivos a largo plazo, creando una buena capacidad y disposición para el
rendimiento futuro. En esta primera etapa, Delgado (1995, citado por Cárdenas
Vélez 2000, p. 88) nos señala: “Se debe dar más importancia al desarrollo psicomotor del
individuo que al propiamente físico, teniendo un carácter de trabajo genérico como pilar
preparatorio de las siguientes fases”. Se aconseja que la iniciación sea polideportiva, es
decir, que se practiquen varios deportes simultáneamente, siendo la selección y
detección de talentos deportivos las que deben guiar fases del modelo. Según
Platonov (1988, citado por Cárdenas Vélez 2000, p. 89) la estructura de la
pirámide en las siguientes fases se va estrechando, en el sentido de que el trabajo
se va convirtiendo en más especializado. La cúspide de la pirámide, representa el
mayor rendimiento que puede conseguir el deportista; es la fase más estrecha
estructuralmente hablando, llegando únicamente los más capacitados. A ésta fase
se debería llegar cuando el organismo humano pudiese soportar las exigencias
físicas máximas, es decir, en la edad adulta o a lo menos cuando se encuentre
finalizando la adolescencia. Esta etapa se caracteriza por ser de especialización
máxima y de realización periódica de competiciones que regulan todo el sistema
de entrenamiento, Matveev (1980, citado por Cárdenas Vélez 2000 p. 89),
dándose una preparación específica predominante con cargas máximas de
entrenamiento, por lo que ha de coincidir con la predisposición máxima del
organismo para el rendimiento.
3. Con objeto de clarificar como evolucionan los modelos de entrenamiento en
el tiempo, analizaremos alguno de éstos, confeccionado por diversos autores:
Según Sánchez F. (1994, citado por Romero Granados 1997, p. 37): “La
iniciación deportiva tiene dos enfoques, uno polivalente y con una clara intencionalidad educativa y
otro, la iniciación deportiva específica, con clara intencionalidad de rendimiento deportivo”. Por su
parte, Blázquez D. (1986) nos propone el desarrollo de un potencial motriz que
permita al individuo encontrarse en condiciones de escoger la práctica del deporte
que prefiera. Asimismo, Benilde Vázquez (1992) nos dice que se debe evitar que
el primer contacto con el deporte tenga un enfoque selectivo de rendimiento
competitivo y de especialización temprana que condicione la formación del yo.
Ruiz, L.M. (1994) propone que la iniciación deportiva: “Debe tener un tratamiento
diferenciado para descubrir hacia qué actividades deportivas pueden orientarse las prácticas,
teniendo en cuenta sus posibilidades y las limitaciones reales para conseguir un aprendizaje
adaptado y motivador”.
En las etapas de la iniciación deportiva, como ha quedado expuesto, existe
una estrecha relación entre el proceso de desarrollo y la capacidad de adquisición
del movimiento y, consecuentemente, con el aprendizaje de las distintas técnicas y
destrezas motoras que inciden directamente en los aprendizajes deportivos.
La mayoría de los autores coinciden en establecer tres fases en el proceso
de enseñanza-aprendizaje:
- Iniciación.
- Desarrollo.
- Perfeccionamiento.
Estas fases corresponden al periodo comprendido entre los 4 y los 16 años
aproximadamente, si bien pueden presentarse variaciones en función de las
características de cada individuo y de la mayor o menor posibilidad de práctica
4. que haya tenido anteriormente. Según Martín (1981, citado por Romeros
Granados 1997, p.39) las etapas se distribuyen de la siguiente manera:
1° Etapa.
Objetivo Formación psicomotriz de base.
A través de Formas jugadas utilizando de forma grosera las técnicas
básicas de distintas modalidades.
2° Etapa.
Objetivo Inicio del entrenamiento específico de la modalidad de
base.
A través de Aprendizaje de las técnicas de la modalidad escogida.
Utilización de ejercicios especiales para el desarrollo de
las capacidades motrices con mayor incidencia en la
dinámica de la técnica. Inicio de la actividad competitiva.
Práctica de una segunda modalidad.
3° Etapa.
Objetivo Desarrollo del entrenamiento específico de la
modalidad.
A través de Estabilización de las técnicas. Continuación del
desarrollo de las capacidades motrices. Aumento
progresivo de la carga. Actividad competitiva regular.
Según Wein (Hernández Moreno, 1994, citado por Romero Granados 1997,
p. 40) ofrece la siguiente relación:
1° Etapa de juego de habilidad y capacidad básica: 6 a 8 años.
2° Etapa de juego simplificado: 8 a 11 años.
5. 3° Etapa de Mini - juego: a partir de los 10 años.
4° Etapa de juego modificado: a partir de los 11 años.
5° Etapa de juego total: a partir de los 13 años.
Por su parte Díaz, J. (1984, citado por Romero Granados, 1997, p. 41)
presenta enfoques en el aprendizaje de la iniciación deportiva que por su carácter
interdisciplinar y global es aplicable a todos los deportes, su propuesta es la
siguiente:
Nivel I:
- Dominio de las capacidades motrices, e integración de los
elementos técnicos de ellas.
- Ejecución global de los elementos técnicos sin atención a su
rentabilidad o eficacia.
- Iniciación al aprendizaje de la táctica del conjunto o colectiva.
- Conocimiento básico de las reglas del juego.
Nivel II:
- Consolidación de las adquisiciones previas, mejorando la formación
técnica, y pulimentando los modelos técnicos aprendidos
previamente.
6. - Iniciación al aprendizaje de la capacidad táctica individual.
- Desarrollo táctico, sistemas de juego.
- Conocimiento pleno de las reglas del juego.
Nivel lII:
- Perfeccionamiento técnico-táctico de los diferentes elementos
técnicos individuales.
- Perfeccionamiento táctico en orden a los sistemas de juego, y
fijación de acuerdo a las características del equipo.
Por su parte Delgado, M.A. (1995, citado por Cárdenas Vélez, 2.000, p.89)
establece un modelo de entrenamiento de cuatro fases, de estructura piramidal:
1. Fase de Fundamentos.
2. Fase de Iniciación deportiva.
3. Fase de Especialización.
4. Fase de alto rendimiento deportivo.
Fase de Fundamentos: Esta fase también denominada fase de formación
psicomotriz (Martin, 1982), de formación motora amplia (Pintor, 1989), de
preparación básica (Matveev, 1983), de preparación inicial (Platonov, 1993),
engloba el final del segundo ciclo de la educación infantil (preescolar), y el inicio
de la educación primaria, es decir, de 4 a 8 años aproximadamente. Cárdenas
Vélez, 2000, p.91).
7. Entre los objetivos que se persiguen en esta fase, podemos citar los
siguientes:
1. Perfeccionar y ampliar los modelos motores
básicos, aplicándolos a nuevas situaciones.
2. Desarrollar en forma equilibrada, pero no
metódicamente, las capacidades físicas básicas.
3. Iniciarse lúdicamente en la técnica de los principales
movimientos de los deportes individuales y
colectivos, mediante el trabajo de las habilidades
básicas y genéricas.
4. Desarrollar la actitud positiva hacia la práctica de
actividad física, reforzando más la participación en
la misma, que el éxito.
Autores como Bar'Or (1983), Hahn (1988), Rowland (1990), entre otros,
sostienen que las necesidades mínimas para que el entrenamiento tenga
repercusiones beneficiosas apreciables en esta etapa, pasa por contemplar tres
sesiones semanales.
Fase de Iniciación Deportiva: Se puede establecer una aproximación
media para el inicio de esta etapa, situado en un periodo que abarca de los 8 a los
13 años, dependiendo de las características de cada deporte, motivo por el cual
no es fácil establecer una edad exacta para su comienzo. Entre los objetivos
generales de esta fase (Oña, 1987; Ruíz Pérez, 1987), podemos citar los
siguientes:
8. • Dominar el control corporal.
• Ampliar la motricidad global.
• Desarrollar la motricidad analítica.
• Evolucionar en la motricidad lúdica.
• Incrementar la motricidad cognitiva.
Entre los objetivos desde el punto de vista del entrenamiento deportivo
(Hegedus,1988; Martin,1980 cit. por Grosser et al., 1988; Pila, 1986), mencionaré:
1. Consolidar la fruición por el movimiento, el juego y el deporte y, por
lo tanto la actitud positiva hacia la práctica física y deportiva.
2. Dominar y aplicar satisfactoriamente los modelos motores básicos
(habilidades motrices básicas) y las habilidades motrices genéricas
en situaciones de juego de diferentes deportes.
3. Desarrollar de forma específica la técnica de los gestos deportivos,
mediante un trabajo de habilidades motrices específicas que
posibiliten una mejora de las cualidades coordinativas.
4. Iniciar progresivamente el desarrollo específico de las cualidades
físicas, sin olvidar el mantenimiento del estado adecuado de salud
orgánica, creando la base para un trabajo más especializado de las
habilidades técnicas.
9. 5. Desarrollar en niveles básicos los principios generales tácticos,
realizando un trabajo simultáneo de táctica individual, técnica y
preparación física.
6. Comenzar a utilizar paulatinamente la actividad competitiva como
finalidad del entrenamiento, pero siempre con un carácter formativo.
A estos objetivos del entrenamiento deportivo en la etapa de iniciación
deberíamos añadir el entrenamiento de las habilidades visuales desde
planteamientos didácticos que utilizan el juego como medio fundamental de
desarrollo tanto de los parámetros técnicos-tácticos, como de las propias
capacidades físicas básicas, características de cada deporte.
Metodológicamente, en esta fase del modelo sigue primando el carácter
multilateral del entrenamiento sobre el unilateral o especializado, produciéndose
paulatinamente un paso de formas metodológicas genéricas de la etapa anterior, a
formas más estructuradas y operativas. Según Jiménez & Marcos Becerra (1986)
y Tschiene (1983), (citados por Cárdenas Vélez 2000, p.93), en esta fase es
donde se debe comenzar a utilizar los métodos de entrenamiento específico para
el desarrollo de las cualidades físicas básicas.
A las formas y contenidos metodológicos aplicados en la fase anterior,
tendremos que añadir en esta fase una serie de particularidades que se detallan a
continuación:
• Incremento notable del trabajo de la técnica de los diferentes
deportes en los cuales se lleve a cabo la iniciación deportiva.
• Mayor especificidad en las actividades, aunque sin abandonar
totalmente el componente lúdico de las mismas.
10. • Paulatino paso de las habilidades básicas genéricas hacia las
específicas.
• Continua aplicación de las conductas motoras aprendidas en
situaciones de juego de diferentes deportes, con el fin de desarrollar
el componente táctico individual. Navieras, (1994, citado por
Cárdenas Vélez 2000, p.93)
Fase de Especialización: Según Verjoshanski, (1990, citado por Cárdenas
Vélez, 2000, p. 93). Esta fase de especialización, situada un peldaño más arriba
de la pirámide, continuará su progresión en especificidad y así, tanto la
preparación física, técnica, táctica, cómo psicológica, se realizarán de forma
unilateral al deporte practicado. Esta fase suele desarrollarse a partir de la
pubertad, cuando el organismo del niño-adolescente se parece más al del adulto,
posibilitando trabajos muy similares a los de éste, tanto cuantitativamente como
cualitativamente. Tschiene, (1990) señala:
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“La competición se convierte en esta fase en el elemento organizador del
entrenamiento, a partir de la cual éste se planifica y programa”.
Fase de alto rendimiento deportivo: En esta fase, todo el trabajo se
centra en un único deporte, utilizándose esporádicamente otras actividades
deportivas como elementos de recuperación activa o de descarga psicológica,
utilizados preferentemente en periodos transitorios. El gran componente de
exigencia de esta fase, provoca que muy pocos deportistas la alcancen y se
mantengan en ella.
Como podemos apreciar la vertiente de iniciación deportiva adaptada a las
edades evolutivas de la infancia requiere una fundamentación sobre los
enunciados, contenidos y métodos de la educación motriz de base. En la
educación motriz de base, no sólo debemos estimular las capacidades del niño,
sino que también debemos perseguir, y por tanto, conseguir que el niño constate,
11. el logro de un cierto "rendimiento", expresado en cada habilidad motriz que va
adquiriendo. "Un aprendizaje sólo puede realizarse cuando el niño está listo, es decir, cuando
posee y domina los prerrequisitos de ese aprendizaje y la capacidad para reorganizarlos" Gagné
(1968; Magill, 1982; Rarick, 1982, citado por Durand, 1988). Orientándonos hacia
el aprendizaje en la etapa de iniciación deportiva, podemos decir que nuestra
preocupación debe ser que el niño crezca en un ambiente rico en experiencias
motrices, multifacético y motivante, donde desarrolle su cognición a partir de una
gran y variada cantidad de estímulos que le hagan adoptar múltiples criterios de
resolución, con objeto que madure su capacidad de tratar la información y de
operar eficientemente en función de ese procesamiento.
Basándonos en que gran parte del aprendizaje se debe a la experiencia,
cuantas mayores experiencias ofertemos en las primeras edades, mayor será el
repertorio para afrontar nuevos aprendizajes. Según Cárdenas Vélez, (2000, p.
87): “Debemos tener presente que la iniciación deportiva y la edad de máximo rendimiento no
coinciden en todos los deportes, por lo que las estructuras de los modelos de entrenamientos no
debemos entenderlas como estructuras rígidas, ya que la lógica de cada fase se debe amoldar a
las peculiaridades de cada deporte”. Esto nos conduce a la idea que el periodo de
formación de un deportista puede oscilar entre los diez y los quince años.
Matveev (1980) y Verjoshanski (1990) (citados por Cárdenas Vélez (2000, p. 87).
"Un niño me provoca dos sentimientos,
primero ternura por lo que en esencia
y luego respeto por lo que puede llegar a ser"
(Jean Piaget)