1. Proceso de raee: La continua aparición de nuevos y sofisticados aparatos
eléctricos y electrónicos (AEE) es una constante en nuestros días. Los RAEE crecen
tres veces más rápido que le promedio de Residuos Sólidos Urbanos (RSU).A este
aumento en la producción de residuos hay que añadirle el hecho de que en su
composición encontramos determinados compuestos peligrosos como son ciertos
metales pesados (mercurio, plomo, cadmio, cromo), algunas sustancias halogenadas
(CFC – clorofluorocarburos-), PCB (bifenilos policlorados), PVC (policloruro de vinilo) y
retardadores de llama o materiales ignífugos como el amianto y el arsénico.
La continua aparición de nuevos y sofisticados aparatos eléctricos y electrónicos
(AEE) es una constante en nuestros días. En décadas pasadas, los elevados precios
de su adquisición hacían que el número de personas que accedían a ellos fuese
reducido, por lo que sus residuos (RAEE) tenían un impacto bajo sobre el medio
ambiente.
En la actualidad la realidad es distinta ya que los avances tecnológicos han hecho que
tanto la producción como el consumo hayan alcanzado niveles impensables. Los
RAEE crecen tres veces más rápido que le promedio de Residuos Sólidos Urbanos
(RSU).
A este aumento en la producción de residuos hay que añadirle el hecho de que en su
composición encontramos determinados compuestos peligrosos como son ciertos
metales pesados (mercurio, plomo, cadmio, cromo), algunas sustancias halogenadas
(CFC – clorofluorocarburos-), PCB (bifenilos policlorados), PVC (policloruro de vinilo) y
retardadores de llama o materiales ignífugos como el amianto y el arsénico.
La evidente necesidad de tratamiento de estos residuos ha hecho que la Unión
Europea adopte una serie de directivas para legislarlos.
La primera de ellas ha sido la Directiva 2002/96/CE, en la que se definen los RAEE
como ‘ los aparatos que para funcionar debidamente necesitan corriente eléctrica o
campos electromagnéticos, y los aparatos necesarios para generar, transmitir y medir
tales corrientes y campos’ . Además clasifica estos residuos en diez categorías
(grandes electrodomésticos, pequeños electrodomésticos, equipos de informática y
telecomunicaciones, aparatos electrónicos de consumo, herramientas eléctricas y
electrónicas, juguetes o equipos deportivos y de tiempo libre, aparatos médicos) que
incluye en tres líneas: la línea marrón (televisores, equipos de música, vídeo), la gris
(equipos informáticos y teléfonos móviles) y la línea blanca (frigoríficos, lavadoras,
lavavajillas, hornos y cocinas).
Según esta directiva se debe asegurar un objetivo de recogida de RAEE de unos
cuatro kilogramos por habitante y año de RAEE procedentes de domicilios particulares
para diciembre de 2006, para lo cual es necesario que se desarrolle un mercado de
recogida y tratamiento adecuado.
RECOGIDA
Para asegurar la viabilidad del reciclaje de estos residuos es fundamental que exista la
un sistema de recogida que asegure un correcto flujo de los residuos. Actualmente los
RAEE son recogidos mediante un sistema de recogida selectiva habilitado en los
Puntos Limpios (ampliamente distribuidos por la Comunidad de Madrid) y en
instalaciones adheridas a las campañas de recogida específica, como ocurre en el
caso de la campaña para la recogida de móviles “ Tragamóvil” promovida por la
Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones
2. (ASIMELEC). Así mismo esta asociación promueve a Ecofimática, que es una
Fundación para la Gestión Medioambiental de Equipos Informáticos.
La nueva directiva dispone que la recogida de este tipo de residuos se asegure bien a
través de instalaciones de recogida selectiva o bien mediante devolución al agente
distribuidor o fabricante del producto.
RECICLAJE
Uno de los problemas ambientales que se deriva de la deficiente gestión que hoy en
día existe en general de los RAEE es que el 90 % de los mismos se depositan en
vertederos, se incineran o se valorizan sin ningún tratamiento previo, originando
problemas de contaminación atmosférica y de suelos. Debido a esto es importante
aumentar el reciclado de los RAEE. Para ello en la nueva directiva europea se
establece que los estados miembros deberán velar porque los fabricantes de aparatos
eléctricos y electrónicos organicen sistemas de tratamiento de los RAEE utilizando
para ello las mejores técnicas de tratamiento, valorización y reciclado disponibles.
Dada la heterogeneidad de composición de los RAEE, existen distintos sistemas de
reciclado. Para facilitar el reciclado se pueden seguir cinco corrientes que
determinarán los posteriores tratamientos, estas corrientes son:
-Grandes equipos, que requerirán un desmontaje previo.
-Equipos que contienen vidrio activado o plomo.
-Equipos que contienen CFCs, HCFCs o similares.
-Equipos sin vidrio y sin CFCs, pero con un alto valor.
-Equipos sin vidrio y sin CFCs, pero con un bajo valor.
La totalidad de estos aparatos eléctricos y electrónicos son sometidos a un proceso de
descontaminación donde son retirados los componentes potencialmente peligrosos.
Este tipo de tratamiento sólo se puede llevar a cabo a través de empresas gestoras de
residuos peligrosos, lo que dificulta el proceso. Dicha descontaminación puede
realizarse, en función del componente a separar y de la técnica empleada para ello,
puede desarrollarse antes o después del desmantelamiento de los aparatos.
En cualquier caso las fracciones resultantes de tratamiento de los RAEE son:
-Metales.
-Vidrio.
-Plásticos.
-Componentes peligrosos.
-Otras fracciones residuales.
Para todos los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos existen dos procesos
comunes durante el reciclaje: el desmontaje y la descontaminación.
APLICACIONES
El principal uso que se da hoy en día en España a los aparatos eléctricos y
electrónicos es la reutilización, y la utilización de las materias recuperadas como
materias primas secundarias. Entre ellas destacan los metales como cobre, aluminio y
hierro, el vidrio, los plásticos, etc.
En España la infraestructura industrial asociada al reciclaje de los residuos de los
aparatos eléctricos no se encuentra muy desarrollada, tan sólo las empresas
Indumental Recycling, en el País Vaco, y la situada en el municipio de El Pont de
Vilomara y Rocafort se encuentran inmersos en esta actividad, y se está construyendo
una nueva en la Comunidad de Madrid, pero se espera que con la puesta en marcha
de las Directivas europeas y después su transposición a la legislación nacional, se
desarrolle este mercado de empresas que traten estos residuos.