1. El proyecto cristiano de familia
Tema 11
Un anciano se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro
años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos
flaqueaban. La familia completa comía junta en la mesa, pero las
manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse
un asunto difícil. Los frijoles caían de su cuchara al suelo y cuando
intentaba tomar el vaso derramaba la leche sobre el mantel. Su hijo y
su nuera se cansaron de la situación. «Tenemos que hacer algo con
el abuelo», dijeron. «Ya es suficiente, derrama la leche, hace ruido al
comer y todo se le cae al suelo». Así fue como el matrimonio decidió
poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí el abuelo
comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba en el comedor.
Como el abuelo había roto uno o dos platos le servían su comida en
un plato de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba
el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí
sentado solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía
eran para llamarle la atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la
comida. El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde
antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con
unos trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: «¿qué
estás haciendo?» Con la misma dulzura el niño le contestó: «¡Ah!,
estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando
yo crezca, ustedes coman en ellos». Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que
quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque
ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que
hacer. Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo
guió de vuelta a la mesa del comedor. Por el resto de sus días ocupó
un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la
esposa parecían molestarse jamás, cada vez que el tenedor se caía, la
leche se derramaba o el mantel se ensuciaba.
Meditemos en la siguiente historia:
Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos
siempre escuchan y su mente procesa los mensajes que absorbe,
ellos imitan a sus padres. Los padres y madres inteligentes se
percatan que cada día construyen el futuro de sus hijos.
Seamos instructores sabios y modelos a seguir.
Reflexionemos
¿Qué enseñanzas sacamos de este relato?
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2. ÆÆ La familia es la institución natural más importante y admirable que existe.
Lamentablemente, no podemos ignorar los dramas que se viven al interior del hogar
y los ataques de la anti-cultura moderna contra ella.
ÆÆ Uno de los problemas es la ausencia total o parcial de la función formativa de los
padres, quienes delegan la educación de sus hijos al colegio: tutor, profesor, psicólogo,
sacerdote, encargado de la disciplina, etc.
ÆÆ La verdad sobre la familia ha quedado establecida desde la creación del varón y la
mujer, y la responsabilidad co-creadora y co-educadora inherente al mandato «creced
y multiplicaos».
ÆÆ La familia es la institución natural que hace posible al hombre el disfrute o el ejercicio
del derecho a la vida, a la educación, etc. En definitiva, el derecho a ser persona. Es
la primera escuela de las virtudes sociales, de ahí su trascendencia.
ÆÆ El matrimonio es la vocación particular a formar un hogar a partir de la comunión
íntima entre un hombre y una mujer que se aman y se entregan en exclusividad, y que
encuentran en los hijos el fruto más precioso de su donación.
ÆÆ La familia garantiza el cuidado del amor en sus miembros y crea un espacio afectivo
y cálido. Su misión apostólica la impulsa a trascender las paredes del propio hogar,
para convertirse en un don para la sociedad y para el mundo entero.
ÆÆ La familia es un alimento continuo y fuente de renovación permanente, es el vehículo
de la acción creadora de Dios. De ella surgen los futuros ciudadanos que tendrán la
responsabilidad de forjar una cultura digna. Lo que aprendan en la familia será lo que
proyecten en su quehacer diario y en el trato con los demás. La familia aporta a la
sociedad la «comunión» y «participación» que debe caracterizar su vida diaria.
ÆÆ Hay «comunión» cuando existe “común-unión” en torno a un mismo ideal y a una
misma meta. La «participación» es la acción por la cual cada uno de los miembros de
la familia aporta lo mejor de sí en bien de los demás, enriqueciendo de esta manera
la vida del hogar.
ÆÆ La familia, y su importancia en la sociedad, se define a partir de dos conceptos:
«comunión» y «comunidad». La comunión se refiere a la relación personal entre el
«yo»y el «tú». La comunidad apunta hacia la «sociedad» de un «nosotros».
ÆÆ La familia es la primera sociedad humana, surge en la alianza del matrimonio. La
comunión de los cónyuges da origen a la «comunidad familiar». No puede ser
sustituida ni subvalorada.
ÆÆ La familia debe ser camino y medio de desarrollo y plenitud, santuario de la vida,
escuela y ámbito de encuentro y comunión para el ser humano, iglesia doméstica.
La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente
ligada a la prosperidad conyugal y familiar.
Reflexión inicial y perspectiva de análisis Naturaleza íntima de la familia cristiana
La familia como célula que vivifica la sociedad
La familia como realización y continuidad de la unión
matrimonial
¿Cuál es la situación de la familia en el contexto actual? ¿Qué caracteriza a una familia cristiana?
¿Por qué la familia es el lugar idóneo para el cultivo de las virtudes?
¿Por qué afirmamos que la calidad de la vida familiar tiene gran trascendencia
para el futuro de la sociedad?
¿Cómo explicarías que la familia es prolongación natural del amor entre los
esposos?
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3. ÆÆ Hoy en día la familia tiene una enorme responsabilidad en la tarea de devolverle a
cada quien su valor y dignidad como ser único e irrepetible.
¿Cómo se vive la comunión y participación al interior del hogar?
¿Cuál es el sentido último de la comunión familiar?, ¿se queda encerrada en ella sola?
¿Qué relaciones se dan al interior del hogar?
¿Cuáles son las características y fortalezas de estos vínculos?
¿Cuáles son los problemas que se pueden presentar?
La eficacia de la familia radica en la formación integral de la persona. Los padres marcan
la pauta como primeros educadores. Los lazos que componen la compleja y delicada
urdimbre son familiar: conyugalidad, paternidad, maternidad, filiación y fraternidad.
Los lazos familiares: sus fortalezas y debilidades
99 Es la entrega y el compromiso con el que se asume la mutua responsabilidad
de construir una vida común, estable y de por vida. Hoy en día la inestabilidad
conyugal se ha hecho prácticamente normal y tiene que ver con la inestabilidad y
la inconsciencia con la que se asume el matrimonio y que responde a la inmadurez
de las personas.
99 Como consecuencia, nos encontramos, con esposos jóvenes que carecen de
una adecuada madurez mental, afectiva y moral. Esto es un factor fundamental
de la proliferación de los matrimonios «en tiempo record» y de las numerosas
separaciones.
99 Es una forma sublime de generosidad, de resistencia al mal, de humildad y silencio
en la entrega. Sella por siempre la existencia de los varones. Es propio de su
naturaleza realizarse como tal.
99 Es la primera escuela de paternidad y maternidad. Quien conoce y quiere a sus
padres se conoce y quiere a sí mismo. A la vez se proyecta hacia el futuro, tiempo
en el que ellos tendrán una responsabilidad semejante en sus propias familias.
99 La relación entre hermanos es también un reflejo de la relación entre los padres y
de la relación de los padres con sus hijos. Requiere una de percepción afectuosa,
apreciativa y admirativa del hermano.
99 Es el camino de realización natural de la mujer. Ella aporta la capacidad de
comprender el sentido de la vida por dentro, la preocupación y el cuidado de sus
hijos, por quienes puede llegar a sacrificios indecibles. El amor materno ocupa
un lugar muy especial en el corazón de las personas y de la cultura humana. La
madre siempre será madre, su hijo siempre será su hijo.
Conyugalidad
Paternidad
Filiación
Fraternidad
Maternidad
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4. ¿Qué características debe tener un "proyecto educativo familiar"?
¿Qué importancia tiene la contemplación de la Familia de Nazaret?
¿Cómo se puede concretar de forma eficiente la intención educativa de los
padres?
El tiempo compartido es muy importante para el despliegue-realización equilibrado de
los hijos y para la construcción de una vida familiar sana. Para elaborar un «proyecto
educativo familiar» debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿cómo me gustaría
que fuesen mis hijos?, ¿qué objetivos me propongo en su educación?, ¿qué medios
voy a emplear para conseguirlos?, ¿qué dificultades habré de sortear?, ¿con quiénes
puedo contar como colaboradores?
¿Por qué es tan importante mantener una intencionalidad educativa?
¿Qué características debe tener una educación oportuna?
¿Por qué es importante conocer los «periodos sensitivos» en los hijos?
Desde el noviazgo, los futuros esposos deben conversar mucho sobre el estilo
educativo que van a implementar dentro de su hogar. Esto supone entre otras cosas:
Se llaman sensitivos porque son independientes de la voluntad. Algunos sólo duran
dos o tres años. Existen períodos sensitivos para ADIESTRAR, INSTRUÍR y EDUCAR
en la firme voluntad de asumir la tarea de crecer en la virtud.
99 Tener claro los roles educativos y los objetivos que se quieren lograr como familia.
99 Ayudar a los hijos a que experimenten el placer espiritual de las buenas acciones.
99 Establecer costumbres familiares que promuevan el diálogo.
99 Estar de acuerdo en las normas de convivencia.
99 Evitar caer en el «modelo hiperprotector», el «modelo autoritario», u otros igualmente
nocivos para la formación de los hijos.
a) La educación oportuna
b) Tener en cuenta los periodos sensitivos
c) Concretando un proyecto educativo
ÆÆ En la familia de Nazaret encontramos todos los elementos de una familia humana. Un
padre justo, abierto a la acción divina y al Plan de Dios; prudente, silencioso, protector,
casto y puro. A Santa María, de vida espiritual intensa, entregada, de escucha atenta
a la Palabra y de acogida activa; humilde y silente: mujer fuerte, una mujer de Fe.
Dios compartió con los hombres la experiencia de la infancia y la niñez en las que se
mantuvo sujeto a sus padres en un amor y obediencia perfecta.
ÆÆ La Eucaristía debe ser el centro de la familia y el punto de partida para un proyecto
que involucre a todos en la tarea de la comunión y participación, análoga al Amor en
la Trinidad.
Es una herramienta útil para la formación de los hijos en su singularidad y en su situación
particular, en el marco de un proyecto educativo familiar. Debe tener el siguiente esquema:
1. Análisis de la situación
2. Objetivos
3. Medios
4. Motivación
5. Evaluación del proceso
Plan de Acción
El Misterio de Nazaret en el horizonte del proyecto
cristiano de familia
Educar es una ciencia y un arte. El cambio acelerado, la necesidad del trabajo de padre y
madre, la disminución del tiempo efectivo para su formación, la influencia negativa de los
medios de comunicación y el ruido externo e interno son unos ejemplos de esta nueva
condición. Los padres son conscientes que «el tiempo es oro» y por ello adquieren la
convicción que cada minuto empleado con sus hijos debe ser «de calidad».
Un proyecto educativo
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5. ¿Qué enseñanzas o inspiraciones nos suscita la contemplación del Misterio de Nazaret?
¿Qué nos exige a nivel personal la intencionalidad educativa?
¿Cómo vamos a hacer para que nuestra educación sea oportuna?
Oración por la familia
Oh, Dios, que en la Sagrada Familia nos dejaste un modelo perfecto de vida familiar vivida en
la fe y la obediencia a tu voluntad.
Ayúdanos a ser un ejemplo de fe y amor a tus mandamientos.
Socórrenos en nuestra misión de transmitir la fe a nuestros hijos.
Abre sus corazones para que crezca en ellos la semilla de la fe que recibieron en el Bautismo.
Fortalece la fe de los jóvenes, para que crezcan en el conocimiento de Jesús.
Aumenta el amor y la fidelidad en todos los matrimonios, especialmente aquellos que pasan
por momentos de sufrimiento o dificultad.
Unidos a José y María,
Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor.
Amén
Dialoguemos
en pareja
¿En qué medida somos conscientes de la familia que en el futuro queremos formar?
¿Qué características deseamos que tenga nuestra familia?, ¿qué virtudes deseamos cultivar?
¿Cómo vamos a desplegar nuestra paternidad y maternidad?, ¿debemos prepararnos para ello?,
¿de qué manera?
¿Cuál es la importancia de nuestra relación conyugal en la formación de nuestros hijos?
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6. «Educaos, por tanto, desde ahora a la libertad de la fidelidad, que lleva a custodiarse mutuamente,
hasta vivir el uno para el otro. Preparaos para elegir con convicción el “para siempre” que distingue al
amor: la indisolubilidad, antes que una condición, es un don que debe desearse, pedirse y vivirse, más
allá de cualquier situación humana cambiante. Y no penséis, según una mentalidad difundida, que la
convivencia sea una garantía para el futuro. Quemar etapas acaba por “quemar” el amor, que el cambio
necesita respetar los tiempos y la gradualidad en las expresiones».
Papa Benedicto XVI, Discurso a Jóvenes pareja de novios, 11 septiembre 2011.
«Los padres han de atreverse a pedirles y exigirles más. No pueden contentarse con evitar lo peor
—que los hijos no se droguen o no cometan delitos— sino que deberán comprometerse a educarlos
en los valores verdaderos de la persona, renovados por las virtudes de la fe, de la esperanza y del
amor: la libertad, la responsabilidad, la paternidad y la maternidad, el servicio, el trabajo profesional,
la solidaridad, la honradez, el arte, el deporte, el gozo de saberse hijos de Dios y, con esto, hermanos
de todos los seres humanos (…)».
Pontificio Consejo para la Familia: «Sexualidad Humana: Verdad y Significado».
«Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la familia humana y la dotó de su constitución
fundamental. Sus miembros son personas iguales en dignidad. Para el bien común de sus miembros y de
la sociedad, la familia implica una diversidad de responsabilidades, de derechos y de deberes».
Catecismo de la Iglesia Católica, 2203.
«Las relaciones en el seno de la familia entrañan una afinidad de sentimientos, afectos e intereses
que provienen sobre todo del mutuo respeto de las personas. La familia es una comunidad privilegiada
llamada a realizar un propósito común de los esposos y una cooperación diligente de los padres en la
educación de los hijos (cf. GS 52)».
Catecismo de la Iglesia Católica, 2206.
«Es necesario que los padres encuentren tiempo para estar con sus hijos y hablar con ellos. Los hijos
son lo más importante: más importante que los negocios, que el trabajo, que el descanso. En esas
conversaciones conviene escucharles con atención, esforzarse por comprenderlos, saber reconocer la
parte de verdad —o la verdad entera— que pueda haber en algunas de sus rebeldías».
San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 27.
«El amor mutuo consiste en la concordia, el acuerdo, la armonía».
Orígenes
¿Qué nos enseña la Iglesia?
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