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Arzobispado de Lima
Comisión de Familia y
Defensa de la Vida
Título del libro:
Manual para los Novios
Autor de la obra:
Autor: Pbro. Dr. Luis Gaspar Uribe.
Director de contenidos: Antonio Sotil.
Colaboradores: Janet Noemí Calancha Ayala,
Jenny Lourdes Atúncar Oré, Jorge Alberto Infantes Véliz.
Nihil Obstat
Pbro. Dr. Carlos Rosell De Almeida.
© Titular: Arzobispado de Lima
Edición general:
© SOCIEDAD DE SAN PABLO
Av. Armendáriz 527. Miraflores.
Lima. Telf.: (01) 446 0017
Producción gráfica:
Conecta2 Perú.
Fotografía:
Conecta2 Perú.
Foto de portada:
Mario Sepúlveda.     
Impresión:
Quad/Graphics Perú S.A.C.
Av. Los Frutales 344, Ate. Lima 03, Perú.
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú
Nº:
Proyecto editorial No.:
ISBN:
Primera Edición - ejemplares.
Lima, Perú. Marzo de 2014.
Hecho en Perú.
Es un gusto presentarles este «Manual para los Novios», elaborado con el fin de comunicar
fielmente las enseñanzas de la Iglesia respecto a la naturaleza del sacramento del Matrimonio,
su contenido y su valor como medio de santificación.
Es importante que los futuros esposos comprendan el verdadero contenido del matrimonio.
Permite vivir la unidad indisoluble de los contrayentes, para lograr su conversión permanente
orientada a la realización del proyecto divino sobre ellos, y la aceptación alegre de las exigencias
individuales, conyugales y familiares que de él se derivan.
Su trascendental importancia requiere de una preparación consciente de los novios, dado que
reciben la bendición divina que garantiza el fortalecimiento del compromiso conyugal y que sea
un camino de felicidad.
En vista de ello, habiendo realizado una meticulosa y conjunta revisión en la que ha colaborado
un equipo competente de profesionales, me permito recomendar este trabajo como un material
práctico de aprendizaje y enseñanza, tanto para los novios como para sus instructores, cuyo
contenido muestra una delicada sintonía con el Magisterio de la Iglesia.
Animo a los novios a prepararse con entusiasmo para el nuevo paso que van a dar, a procurar
vivir la doctrina que contiene este manual y a ser un ejemplo de unidad y virtud en sus hogares.
Con mi bendición pastoral,
Presentación
Consciente de la importancia del sacramento del Matrimonio,
Yo: ______________________________________________________________,
me comprometo a prepararme activa y eficientemente para descubrir las
gracias especiales que el Señor me regala a través de este sacramento. Por eso:
99 Asistiré puntualmente a todos los encuentros.
99 Finalizaré las lecturas y las actividades asignadas antes de la siguiente reunión.
99 No compartiré nada de lo que pueda avergonzar a mi novio/a.
99 Seré honesto/a con Dios, conmigo mismo, con mi novio/a y con los demás.
99 Profundizaré cada enseñanza impartida para consolidar luego un matrimonio
feliz y una familia cristiana.
Firma del novio Firma de la novia
Contenido
La ceremonia y el
ritual del matrimonio133
La felicidad humana y la ilusión
como horizonte de vida
Encuentro I
Tema 1 Tema 4 Tema 7 Tema 10
Tema 2 Tema 5 Tema 8 Tema 11
Tema 3 Tema 6 Tema 9
La soledad de Adán y su encuentro
con la mujer-don
La vocación universal al amor y las
peculiaridades del amor conyugal
08
El matrimonio como sacramento de
unidad
Encuentro III
El misterio del pecado y la
reconciliación dentro del matrimonio
Matrimonio, camino de santidad y
perfeccionamiento en las virtudes
76
La fidelidad conyugal: una mirada
integral
Encuentro IV
110
Maternidad y paternidad:
el amor que engendra y educa
Encuentro II
La castidad y el anhelo de volver a
la inocencia original
La paternidad responsable vivida
en espíritu de fecundidad
42
10Pág Pág 44 Pág 78 Pág 112
Pág 20 Pág 54 Pág 88
El proyecto cristiano de familia
Pág 122
Pág 30 Pág 64 Pág 98
La felicidad humana y la ilusión como
horizonte de vida
La soledad de Adán y su encuentro
con la mujer-don
La vocación universal al amor y las
peculiaridades del amor conyugal
Encuentro I
El matrimonio:
un llamado hacia la
felicidad plena
Somos novios Señor, y nos amamos inmensamente.
Hace tiempo nos encontramos y nos reconocimos,
como si nos hubiésemos buscado desde siempre y
para siempre.
Qué experiencia tan maravillosa la que hemos
vivido cada uno: nos sentimos elegidos, Señor; y te
damos gracias por haber hecho posible este amor.
Queremos que Tú seas siempre el centro de
nuestras vidas: para que seamos abiertos y
sinceros; y busquemos el bien y la alegría del otro
con comprensión.
Día a día nos esforzaremos para cambiar y ofrecerte
lo mejor de nosotros.
Señor, hoy iniciamos este gran momento porque
sabemos que un día, Tú sellarás nuestro amor con
el sacramento del matrimonio.
Ayúdanos, para que nuestro noviazgo sea un
camino de maduración y seamos conscientes del
compromiso mutuo que asumiremos para toda la
vida.
Amén
La felicidad humana y la ilusión
como horizonte de vida
Tema 1
DinámicadelReloj
ÆÆ ¿Cómo te sientes en este momento?
ÆÆ ¿Qué esperas de este encuentro?
ÆÆ ¿Qué buena noticia has recibido en esta semana?
ÆÆ ¿Cómo describirías a la persona que más amas y
con la que piensas casarte?
1.	 Cada participante utilizará el reloj que se encuentra
en la parte inferior.
2.	 Luego, concertará entrevistas con otros participantes
y anotará sus nombres en el reloj junto a la hora que
les corresponda
3.	 Cadaparticipantedeberállenarsurelojconentrevistas
para todo el día.
4.	 Concluido el tiempo adecuado, el instructor pedirá
en voz alta: —los que se han citado a las “x” horas—.
En ese instante, se agruparán aquellos que se citaron
a esa hora y responderán a las siguientes preguntas:
Indicaciones
Nos conocemos
10 11Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
ÆÆ Por la fe de la Iglesia conocemos que estamos llamados desde siempre a alcanzar la
vida eterna. Un estado de beatitud o bienaventuranza que nos lleva a entender que la
felicidad máxima la encontraremos en el Cielo, en presencia de Quien nos ha llamado
por su propia gloria y fuerza a la incorruptibilidad.
ÆÆ Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona;
no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse
libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a
una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro
ser puede dar en su lugar.
ÆÆ La contemplación de Dios es lo que anhela en último término el corazón del hombre,
sellado por la imagen y semejanza de Aquél que lo ha pensado desde toda la eternidad
y Quien por su libertad absoluta decidió que existiéramos en este mundo pasajero.
ÆÆ El hombre y la mujer son con la misma dignidad, “imagen de Dios”. En su “ser-hombre”
y su “ser-mujer” reflejan la sabiduría y la bondad del Creador.
ÆÆ El primer hombre fue, no solamente, creado bueno, sino también constituido en la
amistad con su creador y en armonía consigo mismo y con la creación en torno a él;
amistad y armonía tales que no serán superadas más que por la gloria de la nueva
creación en Cristo.
ÆÆ Somos personas creadas para el encuentro, para el amor. Si no somos felices es
porque muchas veces vivimos en soledad. Se trata de una soledad interior. A pesar
de vivir rodeados de muchos como nosotros, pocos estamos dispuestos a compartir
nuestros deseos y frustraciones.
¿Por qué la soledad hace infeliz al ser humano?
¿Qué es ser hombre para ti? ¿qué es ser mujer para ti?
¿Crees que es posible alcanzar la armonía y como resultado la felicidad? ¿Qué
características deben tener la felicidad y la armonía que anhelas? 
ÆÆ En el momento que le ponemos límites a nuestra felicidad (sentirnos bien, tener un
hogar, ser profesional, etc.) nos damos cuenta que queremos más. Y es que nuestro
anhelo de felicidad no se sacia fácilmente. Nuestra hambre de realización, de amor
y encuentro, desborda toda realidad visible; es un deseo infinito, un ansia que sólo
puede saciar una felicidad infinita.
¿Te esfuerzas por alcanzar la vida eterna? ¿qué acciones realizas?
Creados a imagen y semejanza de Dios La felicidad: un proyecto exigente
¿ ?
«Esto me da alegría, pero… ¿soy feliz?». «Estoy contento,
pero… ¿soy feliz?». «Me está yendo bien, pero… ¿soy
feliz?». «Me siento bien ahora… pero ¿soy feliz?».
ÆÆ San Buenaventura, nos decía que la felicidad es el punto final y la consumación del
itinerario que lleva el alma a Dios.
ÆÆ La felicidad, unida al amor, no se puede lograr en soledad; presupone el encuentro
con un “otro” a quien se pueda amar, dentro de un proyecto común específico.
¿Cómo se conjuga la felicidad personal en la pareja?
ÆÆ El cristianismo ha transferido el concepto de felicidad a la «salvación» y de ese
trasfondo ha dado sentido a la vida en este mundo.
ÆÆ La felicidad es responsabilidad de cada uno y por ello está ligada a la propia pretensión
de felicidad, dar la respuesta a la pregunta ¿Cuán feliz quiero ser? ¿Qué significa
la felicidad para mí?
ÆÆ En la actualidad, existe una confusión entre «bienestar» y «felicidad». Se pretende
educar en la «suprema verdad» que la felicidad está en la comodidad o el confort.
Contrariamente a esta tesis o hipótesis –imposible de validar empíricamente-,
debemos afirmar enfáticamente que no es lo mismo «sentirse bien» que «estar bien».
¿Qué diferencias encuentras entre “sentirse bien” y “estar bien”?
La integridad como condición de la felicidad
12 13Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
ÆÆ Tampoco se trata de quitarle todo valor al bienestar dentro de la estructura de la vida
humana. La pretensión actual de felicidad incluye este bienestar, pero el bienestar por
sí mismo no produce la felicidad; es simplemente un requisito de ella.
ÆÆ La felicidad no consiste simplemente en estar bien, sino en estar haciendo algo que
llene la vida, partiendo de cierto nivel que en cada época se fija.
ÆÆ El amor se da en el ámbito del tiempo humano, el cual empieza en la mañana y
termina en la noche, con el sueño. Por lo tanto, cada día es importante y esa es la
razón probable que nos impulsa a realizar en el ocaso del día una especie de «examen
de conciencia» de lo bueno o malo de la jornada. Cada día tiene su afán, cada día
es un proyecto nuevo de felicidad, en cada día esperamos un desenlace favorable.
¿Tienes un proyecto fundamental de felicidad?, ¿cuál es este?
¿Crees que en todos tus actos está presente el amor hacia los demás?, ¿en
qué radica su importancia?, ¿puedes poner algunos ejemplos?
ÆÆ Existe un matrimonio indisoluble entre felicidad y bien. El hombre de bien, el que
busca el bien de los demás y el suyo , el que lucha día a día por hacer que el mundo
se perfeccione, es sin duda un hombre feliz. El motor del cambio y del dinamismo
de la persona hacia su perfección es el amor. Sin amor no hay felicidad posible. Se
puede falsificar el amor, se puede falsificar la felicidad, se puede falsificar el bien; pero
nunca se podrá cambiar la naturaleza humana.
Escribe un breve comentario sobre el siguiente enunciado y compártelo:
“El amor, más que mirarnos unos a otros, consiste en mirar juntos hacia una
misma dirección”.
Descubrir el sentido de nuestra vida
ÆÆ La vida humana es proyectiva, se realiza en la espera de una felicidad cada vez mayor.
Esta dinámica requiere de un «combustible» especial. Este ingrediente permanente es la
«ilusión», es decir, la esperanza puesta en una cosa positiva, como un sueño o proyecto.
ÆÆ El sentido común y la Revelación, mencionan al unísono que el sentido de nuestra
vida es vivir amando. Es la vocación humana fundamental, «ser feliz haciendo feliz
a los demás». Por esta razón, no se trata de realizar una que otra acción caritativa
dentro de una vida sin amor. La felicidad es un «estado» que busca la permanencia,
la coherencia y la estabilidad.
¿Qué es para ti la ilusión?
¿Crees que es importante ilusionarnos y trabajar por nuestra felicidad?, ¿por qué?
¿Cuál es el sentido de tu vida?, ¿qué es lo que te motiva a seguir adelante?
La ilusión como ingrediente
fundamental de la vida humana
ÆÆ Para que la ilusión se dé, nuestra vida tiene que tener argumento y proyección, junto
con unas condiciones que la hagan posible. En el enamoramiento, este argumento
es compartido y el grado de expectativa de cada miembro de la pareja puede ser
distinto, pero nunca inexistente.
14 15Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
ÆÆ El temor, la inseguridad, la posibilidad de desilusionarse siempre estarán presentes y
no podemos olvidarnos de ello. Muchos matrimonios, incluso recién iniciados, creen
que la desilusión que sienten ante un aspecto de la vida compartida es falta de amor,
y por esta razón sobreviene, no en pocos casos, el pesimismo y la desesperación.
¿Cuál es la importancia de la ilusión en el matrimonio? Siguiendo la reflexión anterior, plantea un proyecto personal de felicidad
ascendente dentro del matrimonio:
En tu vida personal, ¿qué factores te causan desilusión?
ÆÆ La mayoría presiente que su ilusión se encuentra en permanente amenaza, y ante
esta situación vale la pena advertir que la ilusión y la desilusión van de la mano. Pero
esto no quiere decir que nuestra felicidad dependa totalmente de una suerte positiva
en la que no exista la desilusión.
¿Qué aspectos podrían desilusionarte en el matrimonio?
¿Qué es lo que más te ilusiona del matrimonio?
Estás dispuesto a plantear nuevas ilusiones frente a los retos que significan las
desilusiones. ¿Cómo lo demostrarías?
Dentro del matrimonio, ¿crees que es importante el diálogo para hacer frente a
esas situaciones que causan desilusión?, ¿por qué?
¿Cómo te ves de aquí a algunos años? Menciona algunos proyectos que tienes
en mente para realizarlos en tu vida conyugal:
ÆÆ Dentro del matrimonio, es muy cierto que habrá desilusión; pero si vivimos en un
proyecto personal de felicidad ascendente, a la desilusión por algo (“pensaba que
él sería siempre cariñoso”), sobrevendrá una nueva ilusión (“mi amor lo seducirá”),
partiendo de una circunstancia distinta y de una nueva realidad.
A la desilusión por:
Sobrevendrá una nueva ilusión por:
ÆÆ Lo maravilloso es que puede llegar una etapa en nuestras vidas en la que descubramos
que más que ilusionarnos de esto u otro, «vivimos ilusionados»; y por lo mismo, abiertos
siempre a la expectativa de aquello que sature nuestros proyectos de felicidad.
ÆÆ Existir en este estado, posibilita vivir con intensidad la alegría del matrimonio y de la
familia. La ilusión se convierte así en el soporte más importante ante las crisis que
puedan aparecer. La comunión cada vez más intensa y fecunda, es la alegría de
los esposos; la ilusión, es la anticipación de esta alegría colmada que nos llena el
corazón.
A.
B.
C.
16 17Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
Dialoguemos
en pareja
¿Qué nos ilusiona de nuestra relación actual?
¿Qué nos ilusiona el uno del otro?
¿De qué nos debemos cuidar para no caer en la desilusión y el aburrimiento?
De cara al futuro, ¿qué nos haría felices?
¿Cómo nos imaginamos nuestra vida como esposos?
¿Cuáles son nuestros temores y esperanzas cuando formemos nuestra propia familia?
¿Cuáles son las condiciones y requisitos para ser felices en nuestro futuro matrimonio?
18 19Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
Dinámicadeconocimiento
La soledad de Adán y su
encuentro con la mujer-don
Tema 2
Mientras más cerca de Ti, más cerca de ella estaré,
Señor; enséñame a confiar, en Ti.
Mientras más te ame yo a Ti, seguro de ella estaré,
Señor; enséñame a esperar, en Ti. Enséñame
a caminar, enséñame en Ti a confiar. Quiero
aprender, debo aprender a cuidarla, a amarla como
Tú amaste a tu Iglesia, respetarla y tratarla, como
un vasito frágil que es.
Señor debo aprender, Señor quiero aprender,
guíame, porque yo sé que…
Mientras más cerca de Ti, más cerca de ella
estaré. Mientras más te ame yo a Ti, más cerca de
ella estaré.
«Mientras más cerca de Ti», Martín Valverde
Meditemos en la siguiente canción:
ÆÆ Tu comida preferida es:
ÆÆ Tu dulce preferido es:
ÆÆ Tu color favorito es:
ÆÆ Tu canción favorita es:
ÆÆ Tu programa favorito es:
ÆÆ Tu hobby preferido es:
ÆÆ Lo que más te gusta hacer es:
ÆÆ El nombre completo de tu papá es:
ÆÆ El nombre completo de tu mamá es:
ÆÆ Su comida preferida es:
ÆÆ Su dulce preferido es:
ÆÆ Su color favorito es:
ÆÆ Su canción favorita es:
ÆÆ Su programa favorito es:
ÆÆ Su hobby preferido es:
ÆÆ Lo que más le gusta hacer es:
ÆÆ El nombre completo de su papá es:
ÆÆ El nombre completo de su mamá es:
Lee los siguientes enunciados y completa las frases con tus datos:
Lee los siguientes enunciados y completa las frases con los datos de
tu novio (a):
Ahora nos reunimos en pareja y compartimos nuestras respuestas…
¿Qué tanto nos conocemos?
Recordando
20 21La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
ÆÆ El Señor Jesús nos invita a releer, desde la perspectiva de la Alianza definitiva el libro
del Génesis, haciendo alusión específica a dos pasajes:
ÆÆ Jesús eleva la unión existente a nivel de norma: «de manera que ya no son dos,
sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo separe el hombre». Queda
establecido así el sacramento del matrimonio y su inherente sentido irrevocable.
Felicidad auténtica: un proyecto de vida en esa dirección.
ÆÆ Lo que era una «institución natural», se convierte por obra de Cristo en un «sacramento
divino» y con ello en un hecho determinante: la unidad e indisolubilidad del matrimonio.
Esta última mención nos conduce a contemplar la fidelidad y la fecundidad de la unión
conyugal.
¿Eres consciente de la importancia del sacramento del matrimonio?
¿Qué verdades fundamentales para tu vida extraes de la lectura conjunta de los
dos relatos de la creación?
¿Cómo se debe vivir la unidad dentro del matrimonio?
¿Por qué es importante que el matrimonio sea indisoluble?
ÆÆ En el primer relato quedan manifiestas las dos versiones del ser creacional humano:
varón y mujer. También nos afirma que ambos han sido creados para ser y realizarse
en el amor fecundo.
ÆÆ A partir del segundo relato podemos vislumbrar el sentir profundo de Adán con
respecto a Eva e intuir en esta escena la reciprocidad. Además, advertir que estamos
frente a la más antigua descripción registrada del diálogo interior del ser humano en
cuanto humano y en cuanto hombre sexuado, así como la búsqueda de sí mismo y
de una persona semejante a él.
ÆÆ El hombre y la mujer que se aman con todo su ser, son la cuna que Dios ha elegido
para depositar su Amor, a fin de que cada hijo y cada hija que nazcan en el mundo
puedan conocerlo, acogerlo y vivirlo, de generación en generación, en alabanza al
Creador.
ÆÆ En las primeras páginas de la Biblia se ilustra el bien que Dios ha pensado para sus
criaturas. Dios creó al hombre y a la mujer iguales en dignidad pero diferentes: uno
varón, la otra mujer. La semejanza unida a la diferencia sexual permite que los dos
entren en diálogo creativo, estrechando cada vez más, una alianza de vida.
¿Qué exigencias concretas tiene esta alianza de vida?
Cristo y la referencia al «principio»
Los relatos del origen de la humanidad ÆÆ La historia de la Alianza del Señor con su pueblo ilumina el relato de la creación del
hombre y de la mujer. Son creados para una alianza que no les atañe solo a ellos, sino
que implica al Creador: «lo creó a imagen de Dios, varón y mujer los creó».
ÆÆ Lo más admirable no es solamente el hecho de que el matrimonio alude a la Alianza
de Dios con su pueblo; sino que es el mismo Dios el que ha querido manifestar su
misterio de comunión a través de la imagen y realidad del pacto íntimo y esponsalicio
entre el varón y la mujer.
Meditemos en los relatos de la Creación:
« »
"No habéis leído que el Creador, desde el comienzo los hizo
varón y hembra (…) (cf. Gn 1, 27)". Y luego, "por eso dejará
el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y
vendrán a hacer los dos una sola carne" (cf. Mt 19, 4-5).
« »Primer relato: Gn 1, 26-28.
Segundo relato: Gn 2, 18-24.
22 23La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
ÆÆ El encuentro con una persona del otro sexo siempre suscita curiosidad, aprecio,
deseo de hacerse notar, de dar lo mejor de sí, de mostrar el propio valor, de cuidar,
de proteger, etc. Es un encuentro siempre dinámico, cargado de una “energía positiva
de atracción”, cuya fuerza misteriosa permite que en la relación con el otro nos
descubramos a nosotros mismos, y desde allí nos realicemos.
ÆÆ En el relato de Génesis 2, Adán se descubre varón precisamente en el momento que
reconoce a la mujer: el encuentro con la mujer le hace percibir y valorar su ser varón.
El recíproco reconocimiento del hombre y de la mujer vence la imperfección de la
soledad y revela la bondad de la alianza conyugal.
ÆÆ Mientras los dos cónyuges se donan totalmente el uno al otro, juntos se donan
también a los hijos que podrían nacer. Dicha dinámica del don se empobrece cada
vez que se hace un uso egoísta de la sexualidad, concibiendo al “tú” como “ello” y
excluyendo toda apertura a la vida.
¿Qué compromisos personales se extraen a partir de la reflexión sobre el
matrimonio como expresión de la Alianza de Dios?
¿Por qué decimos que la presencia del otro revela la bondad de la alianza
conyugal?
ÆÆ En el relato de la Creación vemos a un hombre agradecido, consciente de su ser
creacional; pero con una inquietud que persiste. Se pregunta por el sentido de su vida
y quiere comprender mejor quién es. Quiere dar con el destino pleno, aún velado, de
su vida humana, biográfica y proyectiva.
ÆÆ Luego de suscitar la interrogante, el Señor juzga que es el momento preciso para la
acción divina:
ÆÆ El Señor de la vida se manifiesta como respuesta a las interrogantes que surgen
del hambre de plenitud y de la particular instalación sexual, de nuestra condición
amorosa; en definitiva, del horizonte de la felicidad eterna.
ÆÆ A cada uno de nosotros nos toca recorrer este camino en la esperanza de comprender
a cabalidad, ¿para qué estamos en el mundo?, ¿por qué existimos?, ¿qué nos hace
felices y qué misterio se esconde en nuestro ser personal?
El sentido profundo de la soledad originaria
El encuentro esperado y decisivo con la mujer-don
¿Cuál es la importancia de la búsqueda interior para descubrir el sentido de
nuestra vida?, ¿qué acciones puedes realizar para hacerla efectiva?
¿Te has sentido solo alguna vez?, ¿qué has hecho para salir de ese estado?
« »
"Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre
el hombre, que se durmió. Y le quitó una de las costillas,
rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahvé Dios
había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el
hombre. Entonces este exclamó: ‘Esta sí que es hueso de mis
huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer (varona),
porque del varón ha sido tomada’"
(Gn 2, 21-23).
24 25La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
ÆÆ El hombre (Adán) se duerme y despierta para que el círculo de la soledad del ser se
rompa; y es así que luego de levantarse contempla que Dios lo ha re-creado en dos
versiones humanas respectivas, una a la otra. Ahora sí el hombre está acompañado,
ahora sí se reconoce en el otro, ahora sí puede verse a través de los ojos de quién lo
mira con aprecio y con deseo puro.
ÆÆ El ser humano ya se puede reconocer a sí mismo como PERSONA sexuada y por
lo tanto como un don creacional para quien se encuentre en el polo opuesto de
su sexualidad. La vocación a la felicidad está plenamente satisfecha. Y la verdad
trascendental de la persona queda manifiesta: la felicidad no está en las cosas; sino
en las personas.
ÆÆ Hombre y mujer nacen del mismo tronco humano y por lo tanto poseen la misma
dignidad y valor. La exclamación de asombro y aprobación inmediata del hombre-
varón ante el milagro que es Eva, alude pues, a una realidad dinámica y esponsalicia.
Ahora, “tú eres mi vida y yo soy la tuya”. “...y los dos seremos una sola carne”.
ÆÆ Otro elemento que hay que resaltar se encuentra en boca de Adán: «Ésta será llamada
mujer…». La expresión «ésta» que a nuestros oídos suena algo despreciativo, tiene
para la antigüedad hebrea un sentido totalmente distinto: «Ésta» señala más bien
realce, admiración, inefabilidad.
¿Es posible estar casado y seguir sintiéndose solo?, ¿qué podría estar pasando?
¿Crees que el apego a lo material puede causar una ruptura con el otro?, ¿qué
valores crees que se deben cultivar para que esto último no suceda?
¿ ?
•	 ¿Qué significado tiene la «costilla» de la que
Dios se vale para hacer a la mujer?
•	 ¿Qué es lo que Dios quiere decirnos con esto?
ÆÆ Masculinidad y feminidad en mutua referencia son las condiciones para que sea
posible el amor cuya nota fundamental es la fecundidad.
ÆÆ La unidad de los cuerpos muestra además el sentido del Plan de Dios para la pareja
humana: un enriquecimiento mutuo; más que «complementación», estamos ante una
realidad de «compenetración» que alude a la unidad como camino de superación
del egoísmo, incremento del amor y argumento común para la santidad dentro del
matrimonio.
¿Qué características personales te llevan a entender tu vocación al amor en la
etapa en la que te encuentras, a puertas de tu matrimonio?
¿Cómo se puede hacer concreta la reciprocidad en la vida matrimonial?
¿Cómo podemos santificarnos dentro del matrimonio?
¿Por qué es importante vivir en unidad?, ¿a qué nos puede llevar una vida
matrimonial contraria a ella?
26 27La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
¿A qué nos podemos comprometer para que nuestro amor sea recíproco y tienda a la plenitud?
¿Qué admiras de mí como mujer (hombre)?
¿Qué características de mi personalidad y de mi vida te enamoran más?, ¿cuáles te desalientan?
Dialoguemos
en pareja
¿Cómo podemos descubrir en nuestra vida cotidiana la necesidad de estar acompañado?
¿Cómo podemos ayudarnos a escapar de la trampa del egoísmo?
¿Qué debemos hacer para mantenernos en sintonía con nuestros anhelos y necesidades más
profundas?
¿Cómo va la admiración de uno hacia el otro?
28 29La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
La vocación universal al amor y las
peculiaridades del amor conyugal
Tema 3
La Creación es un regalo, un don. Y el que dona, ama. Y esa obra maravillosa lleva la
huella de su autor, la huella trinitaria: Es obra del Padre por el Hijo en el Espíritu Santo. En
ella todo nos habla de encuentro y comunión. La creación toda está llamada desde su
origen a participar de este misterio.
El misterio trinitario del Amor Divino nos ofrece la clave para comprender el sentido último
del amor, es decir, la oblación total y generosa, la donación de sí a otro. Y es, precisamente,
el apóstol Juan, por inspiración del Espíritu, quien nos señala la inmensidad de la esencia
divina en una sencilla frase: Dios Creador, Soberano, es Comunión de Amor.
Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos vivir la libertad de los hijos de Dios, la
confianza, el apoyo en el otro, en el hermano.
De todos los “amores” que construyen la existencia humana destaca, como arquetipo
por excelencia, el amor entre el hombre y la mujer (eros en la tradición griega), en el cual
intervienen inseparablemente cuerpo, alma y espíritu, y se le abre al ser humano una
promesa de felicidad irresistible.
c) El hombre es un ser para el encuentro
b) Dios - Amor es el creador de todo
a) El hombre llamado a participar del amor de Dios
ÆÆ De todas las vivencias personales que acompañan al ser humano a lo
largo de su existencia, sin duda alguna, el amor ocupa el primer lugar.
Hablar del amor es hablar de una fuerza misteriosa que impulsa la
vida y la construye con las decisiones del día a día.
ÆÆ La larga historia humana ha sido testigo de cómo en nombre del amor
se han llevado a cabo grandes empresas, renuncias y sacrificios,
llegando incluso a dar la vida por el otro o gastarla por un valioso ideal.
ÆÆ Como ocurre con la definición de «persona humana», el término amor
viene sufriendo en la actualidad un lamentable eclipse que dificulta
la tarea de contemplar su verdadero sentido y significado. Como
muchos otros vocablos que manifiestan contenidos esenciales de la
vida humana, ha venido sufriendo una progresiva relativización, y en
algunos casos una frontal demolición.
¿ ?
•	 ¿Acaso el amor es una suerte de «arma de doble filo»?
•	 ¿Es siempre un bien para el hombre?, ¿o está sujeto
al devenir impredecible de la propia historia personal,
tal vez la casualidad, eso que se llama comúnmente
«suerte»?
¿ ?
•	 ¿A qué nos referimos cuando hablamos del «amor»?,
y en última instancia: ¿qué caracteriza al amor
conyugal?
Cabe ahora preguntarnos:
En definitiva:
Explica cómo se manifiesta la integridad del ser humano en situaciones cotidianas
de la vida.
¿Cuál es el referente último de las características del amor humano?
¿Dónde radica nuestra vocación al amor?
31La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugal30 Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
‌Dios no sólo crea de la nada, sino que sigue creando todas las cosas y las mantiene
en el ser por la fuerza constructiva del amor, de su Amor.
El ser humano cuando ama reproduce el amor creador de Dios, en la misma línea de
perfección y sentido positivo.
ÆÆ Involucra la totalidad de la persona
Toda la naturaleza humana queda implicada en el amor. El hombre en su totalidad:
cuerpo, alma y espíritu, es el que ama.
El cuerpo y el alma, con todas sus potencias: intelectivas, afectivas y volitivas sirven de
mediación a esa fuerza espiritual que se vuelca desde lo más profundo de nuestro ser.
El ágape, por otro lado, es una novedad del cristianismo. Se trata de un amor que se da,
se dona incondicionalmente, que desea el bien del amado primeramente por sí mismo,
no en orden a la propia complacencia. Este se convierte así en la plenitud del eros, su
realización más perfecta.
Me encuentro con un ser cuya belleza y atractivo me fascinan, se enciende
naturalmente el fuego de la pasión que me lanza en la búsqueda de poseer ese bien
que me tiene encantado y en el que deseo ser feliz.
Mi preocupación es ahora por aquella persona a quien deseo darme por completo.
En este recorrido queda claro cómo el momento del ágape se inserta en el eros
inicial, que apunta desde un inicio a esa realización última que él solo no puede dar.
El hombre camina por la senda del amor, movido por una promesa: la realización de su
más honda vocación, el llamado a contemplar y participar por toda la eternidad del amor
puro y sublime de Dios, que se hace comunión.
Eros y ágape nunca llegan a separarse completamente cuando son dimensiones de un
solo y auténtico amor.
La lógica del corazón humano es la siguiente:
99 El eros es un impulso radicalmente natural que se nos ha dado de manera
inmediata juntamente con el ser creacional de hombres limitados.
99 El eros se presenta como la respuesta a una belleza que nos cautiva abriéndonos
un horizonte de realización y plenitud.
99 El amor es «éxtasis», pero no en el sentido de arrebato momentáneo, sino como
camino permanente, como un salir del yo cerrado en sí mismo hacia su liberación
en la entrega de sí, oblación grandiosa de sí que tiende a la eternidad.
ÆÆ Eros y Ágape
¿Cómo se dan en la realidad concreta de la pareja las tres características
del amor: aprobación, continuación y perfeccionamiento de la creación e
involucración de la dimensión bio-psico-espiritual, es decir, del hombre total?
¿Cuáles son la características y consecuencias del eros absolutizado y rebajado a
mero impulso indeterminado de posesión?
En tus palabras, ¿qué caracteriza al ágape?
El amor entre hombre y mujer
En tus palabras, ¿qué caracteriza al eros?
¿Cómo se explica la caridad como la realización última del eros?
Cuando amamos se revela la doble condición de la naturaleza humana: la autonomía
en el ser (por la condición de criatura) y la profunda necesidad (por su condición
indigente, menesterosa). Es desde esta necesidad, que el hombre busca vivir a
plenitud el eros y el ágape: las dos caras de una misma moneda.
En relación al eros podemos señalar las siguientes características:
ÆÆ El amor como «aprobación»
El amor consiste en «aprobar y afirmar lo que ya es realidad». El amor es una
tendencia, pero no solo a conseguir lo que no se tiene, sino lo que ya se posee y
alegrarse en ello.
ÆÆ El amor humano como continuación y perfeccionamiento de la creación
de Dios
El amor, como acto primordial de la voluntad, es también el punto de arranque y el
centro de la existencia. Ahí se decide lo que cada uno es. Por ello tiene que estar
«en orden», para que todo el hombre lo esté y sea bueno.
Lo común a todas las formas de amor
32 33La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugalEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
¿Qué papel cumple el cuerpo en la vocación al amor?
¿Por qué en el matrimonio se expresa el sentido mismo del ser y existir de la
persona humana?
El valor del cuerpo
ÆÆ El cuerpo humano es bueno, por lo tanto perfectamente ideado y pensado por Dios
desde siempre.
ÆÆ El hombre está llamado al amor y al don de sí en su unidad corpóreo-espiritual. La
feminidad y la masculinidad son dones complementarios, en cuya virtud la sexualidad
humana es parte integrante de la capacidad concreta de amar que Dios ha inscrito
en el hombre y en la mujer.
ÆÆ «La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser,
de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor
humano».
ÆÆ «El cuerpo humano, con su sexo, y con su masculinidad y feminidad visto en el misterio
mismo de la creación, es no solo fuente de fecundidad y de procreación, como en
todo el orden natural, sino que incluye desde el principio el atributo “esponsalicio”, es
decir, la capacidad de expresar el amor: ese amor precisamente en el que el hombre-
persona se convierte en don y —mediante este don— realiza el sentido mismo de su
ser y existir» (San Juan Pablo II).
¿Por qué decimos que la feminidad y la masculinidad son dones
complementarios?
El ágape es la total donación de nuestro ser al otro. El centro de atención va siendo cada
vez más el otro, por sí mismo. El deseo de la propia satisfacción en todo ello se mantiene,
aunque en otro plano de relevancia.
ÆÆ La persona es, sin duda, capaz de un tipo de amor superior: no el que se queda en pura
concupiscencia, que sólo ve objetos con los cuales satisfacer sus propios apetitos, sino
el de amistad y entrega, capaz de conocer y amar a las personas por sí mismas.
¿Eres capaz de amar a las personas por sí mismas?, ¿cómo lo demuestras?
¿Cómo generas la comunión entre las personas?
¿Cómo se puede manifestar en la vida cotidiana el aspecto oblativo del amor?
ÆÆ Este amor superior es un amor capaz de ser generoso a semejanza del amor de Dios:
se ama al otro porque se le reconoce como digno de ser amado. Es un amor que
genera la comunión entre personas, ya que cada uno considera el bien del otro como
propio. En el don de sí hecho a quien se ama, se descubre y se actualiza la propia
bondad, donde se aprende el valor de amar y ser amado; mediante la comunión entre
las personas
El amor humano como don de sí
34 35La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugalEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
Oremos
Señor Tú que eres el amor, y fuente de todo amor, Tú que conoces el corazón de los jóvenes, Tú
que has puesto en nuestro corazón la capacidad de amar y ser amado, Tú que sabes que las
pasiones desordenadas hacen olvidar el verdadero sentido del amor y que debemos de luchar
para conservar un corazón puro.
Concédenos no envilecer el amor. Haznos comprender todo el egoísmo que se esconde a veces
en esta palabra. Danos un amor limpio y sencillo, enséñanos la magnitud de su dignidad.
No permitas que jamás profanemos en el pensamiento, en el corazón y en el cuerpo este don de
vida que nos has confiado. Bendice y purifica nuestro amor para que, si es tu voluntad, algún día
lleguemos a ser esposos y padres.
Amén
Dialoguemos
en pareja
¿Somos conscientes de la necesidad de crecer en nuestra vida espiritual para que nuestro amor
crezca y se perfeccione en el tiempo?
¿Qué barreras personales encontramos en cada uno para la realización plena de nuestra vocación
al amor? ¿qué desafíos se presentan en este campo?
¿Cómo vivimos la búsqueda de la felicidad en nuestra relación?
¿Cómo podemos alentar la realización del eros en nosotros?
¿Somos conscientes del valor de nuestro cuerpo? ¿Qué podemos hacer para que esta dimensión de
nuestra naturaleza sea un vehículo del amor y no causa de su frustración?
¿Qué debemos cultivar en nuestra relación para que el eros nos conduzca a la caridad perfecta?
¿A qué nos compromete lo reflexionado en esta sesión?
36 37La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugalEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
¿Cuáles son esos momentos en los cuáles son plenamente felices?
¿Qué acciones tendrían que realizar ambos para encontrar el verdadero sentido de sus vidas?
¿Están dispuestos a poner todo de su parte para fortalecer su noviazgo?, ¿cómo concretarían esto?
¿Cómo pondrían poner en práctica el amor oblativo en la vida diaria?
Trabajemos en casa
38 Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
¿Qué estás dispuesto a hacer para conservar el amor que sientes por tu novio(a)?
«Te he tomado en mis brazos, te amo y te
prefiero a mi vida. Porque la vida presente
no es nada, mi deseo más ardiente
es pasarla contigo de tal manera que
estemos seguros de no estar separados
en la vida que nos está reservada… pongo
tu amor por encima de todo, y nada me
será más penoso que no tener los mismos
pensamientos que tú tienes».
San Juan Crisóstomo
Para reflexionar
39Trabajemos en casa
¿Qué nos enseña la Iglesia?
«Desde el principio [el hombre y la mujer] aparecen como “unidad de los dos”, y esto significa la
superación de la soledad original, en la que el hombre no encontraba “una ayuda que fuese semejante
a él” (Gn 2,20). […] Ciertamente se trata de la compañera de la vida con la que el hombre se puede
unir, como esposa, llegando a ser con ella “una sola carne”’ y abandonando por esto a “su padre y a su
madre” (cf. Gn 2,24)».
San Juan Pablo II,
Carta apostólica Mulieris dignitatem sobre la dignidad y la vocación de la mujer, 6.
«Nada impuro hay en la figura del hombre, a no ser que se manche con adulterio y lujuria; pues quien
formó a Adán formó también a Eva. Por las manos divinas fueron formados el varón y la mujer. Ninguno
de los miembros del cuerpo era impuro al ser creado. Enmudezcan los herejes que acusan a los cuerpos
y al Creador».
San Cirilo de Alejandría
Catequesis 12 a los catecúmenos, sec. XXVI.
«Esta comunión conyugal hunde sus raíces en el complemento natural que existe entre el hombre y
la mujer y se alimenta mediante la voluntad personal de los esposos de compartir todo su proyecto
de vida, lo que tienen y lo que son; por esto tal comunión es el fruto y el signo de una exigencia
profundamente humana. Pero, en Cristo Señor, Dios asume esta exigencia humana, la confirma, la
purifica y la eleva conduciéndola a perfección con el sacramento del matrimonio: el Espíritu Santo
infundido en la celebración sacramental ofrece a los esposos cristianos el don de una comunión nueva
de amor, que es imagen viva y real de la singularísima unidad que hace de la Iglesia el indivisible Cuerpo
místico del Señor Jesús».
San Juan Pablo II,
«Familiaris consortio», sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual, 19.
«El mismo Dios, que dijo “no es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2, 18) y que “hizo desde el principio
al hombre, varón y mujer” (Mt 19, 4), queriendo comunicarle cierta participación especial en su propia
obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28)” (GS, n. 50).
Hablando de una “cierta participación especial” del hombre y de la mujer en la “obra creadora” de
Dios, el Concilio quiere destacar cómo la generación de un hijo es un acontecimiento profundamente
humano y altamente religioso, en cuanto implica a los cónyuges, que forman “una sola carne” (Gn 2, 24)
y también a Dios mismo, que se hace presente».
San Juan Pablo II,
40 Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
«El hombre y la mujer son llamados a existir no sólo uno junto al otro, sino también el uno para el otro.
Así expresan su semejanza con la comunión de amor que existe entre las Personas de la Santísima
Trinidad. El matrimonio es la dimensión primera y, en cierto sentido, fundamental (pero no única) de esta
llamada. Toda la historia del hombre sobre la tierra se realiza en el ámbito de esta llamada. Basándose
en el principio del ser recíproco para el otro en la comunión interpersonal, se desarrolla en esta historia
la integración en la humanidad misma, querida por Dios, de lo masculino y lo femenino».
Congregación para la Doctrina de la Fe
Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y
el mundo, n.6.
«¿Quieres que tu mujer te obedezca como a Cristo? Cuida tú también de ella como Cristo cuida de su Iglesia.
“Sea como sea la mujer que tomes, no tomarás a una esposa semejante a la de Cristo, a la Iglesia, ni que
se aparte tanto de ti como la Iglesia de Cristo. Sin embargo, no la abominó ni la odió por la desmesura de
su fealdad”.
“No rechaces a tu mujer por su fealdad, no la alabes acusa de su hermosura. Busca en ella la belleza del
alma; imita al esposo de la Iglesia”.
“Que cada uno ame a su mujer como así mismo, y la mujer que respete a su marido; de verdad que es un
gran misterio. La esposa cuide al marido para que él la cuide como a su propia carne igual que Cristo a la
Iglesia”
“El matrimonio no viene de la pasión de los cuerpos, sino que es todo espiritual, unida el alma a Dios por un
vínculo inefable que solo Él conoce”».
San Juan Crisóstomo,
Sobre el Matrimonio Único.
«Muéstrale a tu mujer que aprecias mucho vivir con ella y que por ella prefieres quedarte en casa que
andar por la calle. Prefiérela a todos los amigos e incluso a los hijos que te ha dado; ama a éstos por
razón de ella [...]
Haced en común vuestras oraciones. Que cada uno de vosotros vaya a la iglesia y que en casa el marido
pida cuenta a su mujer, y la mujer a su marido, de lo que allí se ha dicho o leído [...] Aprended el temor
de Dios; todo lo demás fluirá como de una fuente y vuestra casa se llenará de innumerables bienes».
San Juan Crisóstomo
Hom. 20, sobre la Carta a los Efesios.
«No eres su amo sino su marido; no te ha sido dada como esclava, sino como mujer... Devuélvele sus
atenciones hacia ti y sé para con ella agradecido por su amor».
San Ambrosio, Exameron, V, 7, 19.
41¿Qué nos enseña la Iglesia?
Maternidad y paternidad: el amor
que engendra y educa
La castidad y el anhelo de volver a la
inocencia original
La paternidad responsable vivida en
espíritu de fecundidad
Sacramento de unidad,
enriquecida y fortalecida
a través de los hijos
Encuentro II
En mi corazón, Señor, se ha encendido el amor por
una criatura que Tú conoces y amas.
Tú mismo la pusiste delante de mí y un día me la
presentaste.
Te doy gracias por este don que me llena de alegría
profunda, me hace semejante a Ti, que eres amor, y
me ayuda a comprender el valor de la vida que me
has dado.
Ayúdame para que no malgaste esta riqueza que Tú
pusiste en mi corazón.
Enséñame que el amor es don y no puede mezclarse
con ningún egoísmo. Que el amor es puro y no
puede perderse en ninguna bajeza. Que el amor es
fecundo y desde hoy debe producir un nuevo modo
de vivir en los dos.
Te pido, Señor, por quien me espera y piensa en mí;
por quien camina a mi lado. Haznos dignos el uno del
otro, que seamos ayuda y modelo.
Ayúdanos en nuestra preparación al matrimonio, a su
grandeza y a la responsabilidad que implica, para que,
desde ahora, nuestra conciencia y voluntad, guíen
nuestros pensamientos y los conduzcan en el amor.
Amén
Maternidad y paternidad:
el amor que engendra y educa
Tema 4
Dinámicadelalfarero
ÆÆ ¿Cómo te sientes al ser protagonista de algo
nuevo?
ÆÆ ¿Por qué elaboraste este diseño?
ÆÆ ¿Qué es lo que quisieras conseguir al transmitirle
ese gesto a tu futuro hijo?
Cada pareja; ya sea con arcilla, plastilina o a través de
un dibujo; elaborará una imagen que quisiera plasmar
en su futuro hijo.
Por ejemplo: UN CORAZÓN, porque quisiera que mi
futuro hijo ame siempre a su familia, su entorno, la
creación y sobre todo que ame su vida.
Indicaciones
Nos conocemos
44 45Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
ÆÆ El amor es por naturaleza fecundo: nos despliega, nos desarrolla, nos lleva a ser cada
vez más nosotros mismos, nos abre al descubrimiento de nuestro ser individual y
comunitario, funda una relación recíproca y única en la vida conyugal.
ÆÆ El amor nos ayuda a trascender nuestra limitación temporal, a co-crear una nueva
existencia, a perpetuar la nuestra en la de nuestros hijos. Amar es, por lo tanto, una
auténtica aventura, intrínsecamente creativa y por ende creadora.
ÆÆ Pensemos en una obra de arte. Admiremos con atención, la dedicación y disciplina
que se impusieron a sí mismos los grandes constructores. Si bien es cierto que son
cosas que se hacen, entendemos que su valor no está en la materia. Sin duda, lo más
relevante es que a través de estas múltiples elaboraciones el hombre exteriorizó los
valores y principios esenciales de su vida. Les dio un contorno humano y personalizó
su obra. Es por esta razón que, ante la presencia de una colosal creación histórica,
nos parece estar en diálogo con el autor y su circunstancia.
ÆÆ Recordemos que el principal proyecto co-creador del hombre y de la mujer en cuanto
padre y madre es la familia. Esta es la expresión de su libertad, en respuesta al
mandato divino que brota desde lo más profundo de su mismidad.
¿Qué características debe tener el amor para poder afirmar y complementar la
obra creadora de Dios?
La singular naturaleza de la persona nos invita a concebir la sexualidad
como una instalación o estado esencial, y no accesorio, del hombre y
la mujer en cuanto tales. El varón se proyecta sobre todo aquello que
involucra su vivir en este mundo. Piensa como varón, siente como varón,
reza como varón, existe como varón; y se relaciona como varón con el
otro sexo. Similar es la situación de la mujer con respecto al varón. El
cristianismo ha transferido el concepto de felicidad primariamente a la
«salvación»y de ese trasfondo ha dado sentido a la vida en este mundo.
¿Por qué decimos que el amor es siempre creador?
La fuerza creadora del amor El hombre y la mujer en su instalación sexual
Con referencia a tu novio/a, ¿qué es lo que te atrajo más de él/ella?
ÆÆ La fecundidad matrimonial se da gracias al amor exclusivamente sexuado y en su
expresión (no la única obviamente) sexual, cuyas leyes están dadas y exigen ser
respetadas.
ÆÆ La existencia y el proceso de la sexualidad están orientados hacia una finalidad
importantísima: la procreación y perpetuación de la especie.
ÆÆ La sexualidad humana en toda su grandeza, embebida y ennoblecida por el amor
conyugal, está orientada por la naturaleza y su Creador hacia la co-creación del ser
más perfecto y más bello de la tierra: la persona humana.
ÆÆ Cuando se tiene un hijo se hace realidad lo que afirmara en su momento el lúcido
intérprete de la existencia humana que fue Antoine de Saint-Exupéry: «El amor, más
que mirarnos unos a los otros, consiste en mirar juntos en una misma dirección».
Todos los ojos y la atención son puestos en la nueva criatura, fruto del amor de los
esposos. Esto los une aún más. «Aún más»; porque el acto sexual lleva ya implícito el
deseo de unidad y compenetración corporal y espiritual.
ÆÆ La ética conyugal y la moral cristiana del matrimonio señalan como sus fines primarios
tanto la procreación como la unidad de los esposos. Estos fines orientan plenamente
el acto sexual, al que bellamente algunos aluden con la expresión «abrazo conyugal».
Debe quedar claro que ninguno de estos fines puede truncarse para dejar más libre
al otro. Esto introduciría inevitablemente una aberración en la relación esponsal, y sus
consecuencias serían nefastas. Por un lado, nos lleva al anti-natalismo con el uso
y abuso de los métodos anticonceptivos; y por el otro, a la procreación artificial: la
fecundación in vitro o in vivo.
46 47Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
¿Cuál es el papel que cumple, en mutua perspectiva, la estructura sexual de
cada miembro de la pareja conyugal?
¿Tiene la mujer una relación intrínseca con su ser madre?, ¿cuál es esta?
¿Qué características y disposiciones personales preparan a la mujer para ser
madre?
a) ¿Cuáles son esos «toques especiales» que quisieras que tenga tu hogar?
b) ¿Cómo te puedes ir preparando para asumir y desplegar tu maternidad
cuando esta llegue?
En tu proyecto de ser madre…
ÆÆ El hogar se convierte para ellas en la extensión y despliegue continuo de esa
hospitalidad tan propiamente femenina. La mujer, abocada a las tareas domésticas,
escoge con cuidado (percepción de los matices), elige finamente (elegancia), distingue
lo bueno de lo malo (distinción), para finalmente quedarse con lo mejor.
ÆÆ Recordemos que los dotes femeninos dan realce a la vida familiar. Así confeccionan,
dentro de lo que podemos llamar «sus dominios», un lugar acogedor, simpático,
impregnado siempre de su gracia y de su «toque» de mujer. En definitiva, un espacio
especialmente diseñado para estar, alejado ya de las obligaciones y preocupaciones
del día a día: un lugar privilegiado para experimentar la tranquilidad y el sosiego.
ÆÆ Podemos afirmar que, a diferencia del varón, la mujer posee un sentido de continuidad
en sus afectos y en sus relaciones humanas. Apoyados en su particularidad,
entendemos mejor por qué la mujer es considerada –desde épocas inmemorables- la
cultora y continuadora de la tradición humana y de sus valores.
ÆÆ Su puesto en la sociedad aporta la estabilidad y la continuidad que la vida humana
necesita.
ÆÆ Se habla mucho de lo que hace la madre, de su trabajo de parto, de su quehacer
doméstico y de su rol educativo. Para cualquiera queda claro lo que hace una madre
y la función que debe cumplir en el hogar. Pero debemos caer en la cuenta de aquello
que pocos han advertido: los errores a los que nos puede llevar tal perspectiva, dando
la impresión de que la madre se define por su quehacer posterior a la concepción y
que, por lo tanto, su ser madre emerge recién ante este evento. Ello podría inducirnos
a disociar a la mujer de la madre; y a perder de vista que la maternidad hunde sus
raíces en la propia constitución real de la mujer, la que siempre será madre por
vocación, aunque reniegue de su propia función procreativa.
Lo que significa ser madre
Lo que significa ser padre
¿Cómo crees que el hombre aprende a ser padre?
48 49Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
ÆÆ «El padre lo es por derecho propio, por elección, por asunción, por responsabilidad,
por conciencia. No necesita demostrar ni certificar su paternidad para poder asumirla.
La confirma cuando la asume».
ÆÆ «El padre se hace con cada uno de sus hijos. Nace con ellos y renace una y otra vez
a lo largo de la vida en común, a lo largo de cada experiencia, de cada vivencia, de
cada encuentro y de cada desencuentro».
ÆÆ «El padre conoce el dolor y el goce. Tiempo en el que agradece a Dios, a la vida, a la
naturaleza, al universo, a aquello en lo que cree o en lo que aprende a creer. Agradece
la consagración de la paternidad».
ÆÆ «El padre siente que hay otros tiempos, en los que se siente desconcertado,
incomprendido, no querido, olvidado. En muchos momentos siente impotencia,
agobio, soledad, furia, fracaso, desconsuelo, tristeza ante su hijo que crece, que
cambia, que adopta sus propios rumbos y conductas».
ÆÆ «El hombre que se hace responsable de su paternidad elige ser padre en el dolor y en
la alegría, en la tormenta y en la calma, en la luz y en la oscuridad, en la salud y en la
enfermedad de sí mismo y de su hijo».
Sergio Sinay, reconocido terapeuta e investigador de temas relacionados con la identidad
masculina, realiza una interesante reflexión en su libro «Ser padre es cosa de hombres».
Bajo la premisa «el padre no nace, sino se hace», expone «la travesía» que recorre un
hombre al hacerse padre. Aquí sus palabras:
a) ¿Cómo te estás preparando para vivir tu paternidad?
b) ¿Qué quisieras transmitirle al nuevo ser que será parte de ti?
En tu proyecto de ser padre…
ÆÆ La experiencia de años nos enseña que las parejas experimentan una gran ilusión
por su futuro inmediato como esposos. Anticipan las horas de mutua contemplación,
los extensos diálogos sin la odiosa necesidad de mirar el reloj, las experiencias de
intimidad, los gestos y miradas con que iniciarán el día y aquellos otros con los que se
irán juntos a descansar. Es una experiencia intensa y llena de ilusión. Pero como todo
en la humanidad, herida por el pecado, no está exenta de peligros. Si la expectativa
acaba, por decirlo así, en la «Noche de Bodas», y no se permiten mirar más allá; se
corre el riesgo de generar entre ellos una «soledad de dos».
ÆÆ Los novios que salen del templo entre aplausos deben saber y acoger el hecho
de que «hoy serán esposos y mañana padres». Y que, por lo tanto, la expectativa
previa a la Ceremonia debe incluir la «ilusión por el hijo». La prudencia y la caridad, en
apertura a Dios, señalarán el inicio de su cumplimiento. Pero es fundamental tenerlo
presente, imaginarlo, desde el inicio del proyecto de vida en común. La anticipación
de la procreación nos permite acceder al sentido trascendente de nuestra relación.
Nos ofrece un elemento importantísimo para la convergencia de los corazones. Va
disponiendo mejor -al calor de la esperanza- nuestras facultades orientadas a vivir,
gozar y cumplir la gran misión universal.
Padres-educadores: un binomio indisoluble
¿Cómo las ideologías feministas y/o anti-natalistas atentan contra la recta
vivencia de la maternidad y paternidad?
¿Cuál es la relación entre procreación y educación?
50 51Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
Dialoguemos
en pareja
¿Podemos decir que nuestro amor es fecundo desde ya?
¿En qué debemos crecer, como novios, para realizar en un futuro próximo nuestra vocación a
la maternidad y paternidad?
¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente para realizar esta vocación?
¿Somos capaces de anticipar lo que será nuestra vida en familia?, ¿cómo está el grado de
nuestra ilusión al respecto?, ¿qué queremos para el futuro?
¿Somos conscientes que pronto seremos esposos y luego padres de familia?
¿Cómo queremos que se desarrollen nuestros hijos?, ¿cómo vamos a colaborar con cada uno en su
formación desde pequeños?
¿A qué nos compromete a nivel individual y de pareja el tema que hemos recibido en reflexión?
Individual
Pareja
52 53Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
La castidad y el anhelo de volver
a la inocencia original
Tema 5
Es hermosa la vida si hay amor, es hermoso el
paisaje si hay color, es hermoso entregarse por
entero a alguien por amor, por amor.
Es más corto el camino si somos dos, es más fácil
fundirse si hay calor, es mejor perdonarse que decir
lo siento, es mejor, es mejor.
Por amor es fácil renunciar y darlo todo
sonriéndote, por amor es fácil abrazar a tu enemigo
sonriéndole, por amor es más fácil sufrir la soledad,
por amor es más fácil vivir en libertad.
Son hermosos los besos si hay amor, son
hermosas las manos si hay amor, son hermosos
los ojos cuando miran todo con amor, con amor.
Por amor es fácil renunciar y darlo todo
sonriéndote, por amor es fácil abrazar a tu enemigo
sonriéndole, por amor es más fácil sufrir la soledad,
por amor es más fácil vivir en libertad.
«Por amor», José Luis Perales
Meditemos en la siguiente canción…
Respondamos individualmente las siguientes preguntas:
Ahora nos reunimos con nuestra pareja y compartimos nuestras
respuestas…
Recordando
ÆÆ ¿Cuál fue la primera impresión que tuve al ver a mi novia(o)?
ÆÆ ¿Qué fue lo que más me atrajo de él/ ella?
ÆÆ ¿Cómo les gustaría que fueran sus vidas dentro de cinco años?
Porque:
ÆÆ De los siguientes ítems, ¿qué te haría sentir más amado?
Que te acaricie suavemente.
Sentarse y hablar durante una hora sobre un tema
preferido.
Recibir un regalo especial.
Escuchar cuánto te aprecia.
Dinámicaparacompartir54 55La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
VIRTUDES CARACTERÍSTICA
PRUDENCIA
«Domina» atodavirtudmoral.Eslacapacidad
de ver objetivamente las realidades que
conciernen a nuestras acciones y obrar
según su índole e importancia.
JUSTICIA
Es la capacidad de vivir en la verdad «con el
prójimo». Dar a cada quien lo que es debido.
FORTALEZA
Es la disposición para realizar el bien aún a
costa de cualquier sacrificio.
TEMPLANZA
Es la virtud más «personal» con respecto
a las anteriores. Es aquella que busca el
orden en el interior del hombre mediante
la moderación en la satisfacción de
los impulsos o tendencias primitivas
(permanecer vivo y procrear). Implica la
contención de las fuerzas propulsoras del
hombre, desordenadas por el pecado,
y su reorientación de acuerdo a los
dinamismos fundamentales de permanencia
y despliegue.
FE
«Garantía de lo que se espera; la prueba
de las realidades que no se ven» (Hb,
11, 1).
ESPERANZA
Es la espera tensa y confiada en la eterna
bienaventuranza de la participación
completa e intuitiva en la vida trinitaria de
Dios.
CARIDAD
Es el amor oblativo y benevolente por
excelencia.
ÆÆ La Segunda Carta de San Pedro nos señala un camino concreto para vivir la fe, con
todas sus exigencias radicales conducentes a un encuentro pleno con el Señor. Al
analizar el texto nos encontramos con un encadenamiento de virtudes que, realizado
desde la enseñanza de la Iglesia, nos lleva a consolidar nuestra fe; caminando en la
esperanza, hasta llegar a la virtud máxima, es decir, la caridad:
ÆÆ Las virtudes funcionan como una cadena de recursos positivos y como un sistema
que busca la unidad de los dinamismos que llevan al ser humano a su perfección. El
que crece en una de ellas lo hace, también, en función de las otras.
ÆÆ Entendemos por el término areté, la armonía de las potencias del alma, fortaleza de
caracter, es decir una hazaña de superación heroica de la vida.
¿Por qué es tan difícil hablar hoy en día de la virtud y de las virtudes?
¿Qué son las virtudes con respecto a la naturaleza humana?
¿Qué es la areté?, ¿por qué debemos crecer en ella?, ¿cuál es su relación con
el amor?
De la virtud (areté) a las virtudes Virtudes cardinales y virtudes teologales
«
»
«Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida
y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha
llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las cuales nos
han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que
por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de
la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.
Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a
vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la
templanza, a la templanza la paciencia activa, a la paciencia activa
la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad
(…)
Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en afianzar vuestra
vocación y vuestra elección. Obrando así nunca caeréis. Pues así
se os dará amplia entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo».
2Pe 1, 3-11
56 57La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
ÆÆ Existe también un ordenamiento más actual, sencillo y didáctico, que concibe todas
las virtudes humanas en directa dependencia de lo que se denominan virtudes
nucleares. Estas son:
ÆÆ Tiene como fruto la reconciliación y la paz interior.
ÆÆ Es una pedagogía de la voluntad y contribuye, por ende, a un crecimiento en la
libertad y en la capacidad de elección de lo bueno y lo mejor.
ÆÆ Son disposiciones positivas la elegancia moral, el amor por aquello que es
espiritualmente bello y puro, y la nobleza del alma.
ÆÆ La castidad se integra en el dinamismo de las potencias del deseo, mesuradas
por la templanza; es decir, ante aquello que representa el dinamismo particular, y
moralmente sano, de los deseos inherentes a las funciones sexuales.
ÆÆ AlavirtuddelacastidadlaencontramosunidaalaTEMPLANZA,segúnelordenamiento
tradicional; y al AUTODOMINIO-ORDEN, según el esquema más actual.
• Autodominio - orden
• Trabajo - esfuerzo
• Generosidad - solidaridad
• Madurez - responsabilidad
¿Cuáles son las virtudes que debemos cultivar? ¿Por qué es apropiado hablar
de un «sistema» en relación a este tema?
¿Qué implica para la vida concreta de cada uno el sistema de virtudes?
¿Qué es la castidad y cuáles son sus exigencias?
¿Cuáles son los caminos para progresar en esta virtud?
¿Cómo es que se entiende hoy en día el vivir en castidad?
ÆÆ La castidad, como toda virtud, es una realidad viva dentro del alma. Es susceptible
de progreso o regresión. Allí donde no crece está en peligro de debilitarse y perderse.
ÆÆ No se identifica con la «represión» de las fuerzas instintivas. Es un reordenamiento, un
retorno a la armonía original de la creación.
La virtud de la castidad
ÆÆ Los amores infantiles están hechos de simpatía, de gusto innato por el intercambio de
juegos y gratificaciones. En este primer estadio los elementos del amor adulto están
ya en germen, pero todavía carecen de profundidad, de estabilidad, de fundamentos,
y, sobre todo de conciencia de sí mismo.
ÆÆ En la adolescencia el amor toma para cada sexo un matiz particular. Podemos
mencionar un estilo «romántico» e idealizado frente al otro. Es la época de los sueños,
de los temblores orgánicos (el famoso “cosquilleo en el estómago”), de la imaginación
y del «misterio». Casi todo es novedad y por ello tiene un fuerte componente de
ilusión y de expectativa hacia el futuro; pero también de inseguridad y temor.
ÆÆ Llegado el momento, el joven experimentará el amor con un vigor desconocido hasta
ese entonces, con un amplio contenido pasional, disperso en la mayoría de casos. Le
será difícil volver a hallar aquella «pureza» que hasta entonces se representaba bajo el
aspecto de sueños o delirios románticos. La poderosa atracción, siempre sexuada, y
eventualmente sexual, no es todavía amor.
a. La castidad desde la infancia hasta la edad adulta
Las etapas de la castidad
« »Recordemos que la castidad es una virtud que consiste en el
dominio amable y firme de nuestros dinamismos pasionales
relativos al amor sexual.
58 59La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
ÆÆ Muchos novios que se preparan para el matrimonio católico se sorprenden cuando
escuchan mencionar la palabra «castidad» dentro del ciclo de conferencias a las
que deben asistir. Ambos se habían hecho la idea que esta virtud es exclusivamente
aplicable a la adolescencia, más que todo en el sentido negativo, prohibitivo y externo;
y que al llegar al matrimonio se pasa automáticamente a una etapa distinta de la
sexualidad (no del amor) en la que “al fin ya no hay que luchar”, sino gozar del placer
carnal sin freno alguno, al libre albedrío de la pareja.
ÆÆ La teoría nos dice que todas las inclinaciones, espirituales y carnales, todos los deseos,
todas las búsquedas naturales de placeres legítimos (orientados hacia el doble fin
de la pareja: la unidad y la procreación) que pueden conocer las personas casadas
quedan, una vez u otra, normalmente satisfechas. El papel de la virtud de la castidad,
estrechamente asociada y sometida a la fe, a la esperanza y a la caridad, íntimamente
mezclada a la prudencia y a la justicia, consiste, para esas personas, en unir todo el
dinamismo de las inclinaciones de la carne al del espíritu, y en integrar profundamente
cualquier amor (el eros, cómo no) en el dinamismo central de la caridad.
ÆÆ El tiempo del noviazgo es ocasión privilegiada para el mutuo conocimiento, para el
crecimiento en el mutuo respeto de la integridad, y para la purificación de aquellas
condiciones espirituales o psicológicas que podrían dificultar la vida en común,
con todas las exigencias que ello implica. Es el tiempo para la ilusión proyectiva, el
pregusto, la anticipación imaginativa; pero todavía no es tiempo de la consumación
natural, espontánea y libre.
b. La castidad en el noviazgo y el matrimonio
LA CASTIDAD DESDE LA INFANCIA HASTA LA EDAD ADULTA
Uniendo conocimientos con mi novio/a
Características
Objetivos
Desafíos
LA CASTIDAD EN EL NOVIAZGO Y EL MATRIMONIO
Características
Objetivos
Desafíos
¿De qué manera la castidad nos lleva a vivir más plenamente el amor hacia el
enamorado, el novio, o el esposo?
¿Qué es la nostalgia de pureza?
¿Cómo la podemos cultivar?
ÆÆ Nos referimos a la pureza que animaba las relaciones corpóreas y espirituales de Adán
y Eva. Ambos contemplaban maravillados su ser personal, unido, intacto, integral:
«Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne» (Gn 2, 23).
ÆÆ El cuerpo «descubría» el espíritu y no existía ningún tipo de disociación. Se amaba al
ser humano total, se amaba a la mujer en todas sus dimensiones, se amaba a la mujer
como don y ayuda adecuada para el hombre. El «te quiero» o «te deseo» se traducía
en un deseo del bien integral de la persona
Nostalgia de la pureza original
60 61La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
Dialoguemos
en pareja
¿Cómo estamos viviendo la areté en nuestras vidas?, ¿qué nos está faltando?
¿Estamos considerando a las virtudes como un camino de perfeccionamiento mutuo?, ¿de qué
manera?
¿Nos estamos ayudando a ser personas cada vez más virtuosas?, ¿qué podemos proponernos
para mejorar?
¿Cómo ha venido siendo nuestra educación en la castidad?
¿Qué medios podemos establecer para crecer en esta virtud?
¿Amamos suficientemente la pureza?, ¿qué podemos hacer para que este amor crezca en
nosotros?
¿Entendemos la trascendencia que tiene la castidad en nuestra futura vida de casados?
¿Cómo vamos a vincular la castidad con lo que se suele llamar “paternidad responsable”?
Individual
Pareja
62 63La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
La paternidad responsable vivida en
espíritu de fecundidad
Tema 6
ÆÆ Atendiendo a esta verdad fundamental y objetiva, se comprende que, por propia
naturaleza, el matrimonio esté destinado al nacimiento de una nueva vida. Tal es su
finalidad natural primera o primordial, que da a la unión todo su sentido y llena al
hombre de una felicidad específicamente conyugal y por ello compartida.
ÆÆ El matrimonio y todos los actos que se realicen desde esa particular «unidad en una
sola carne» tienen el mandato de ser unitivos y procreativos. Y, por ser proyectivos,
llevan en sí el anhelo de la anticipación, del pregusto y de la ilusión correspondiente.
¿De qué manera el fin unitivo se entronca en el fin último o perfectible del
matrimonio?
¿Por qué afirmamos que el fin natural y supremo de la unión conyugal es la
procreación?, ¿qué argumento podemos ofrecer a quién no entienda la veracidad
de esta afirmación?
¿Qué ideas erradas se difunden en la actualidad sobre la
paternidad responsable?
¿Qué es lo que está ocasionando que las personas tengan
ideas erradas sobre la fecundación dentro del matrimonio?
ÆÆ La naturaleza del matrimonio, tal como fue establecida por Dios y vivida
por los hombres desde el nacimiento de la humanidad, testimonia la
relación intrínseca que hay entre unión matrimonial y fecundidad.
ÆÆ Desde el momento que el Creador formó la pareja, cuando quiso que
hubiese dos sexos respectivos uno al otro, y llamados a unirse, lo hizo
explícitamente para que la especie humana se propagase.
ÆÆ La probabilidad de una fecundación más exitosa, se da en la fase del
placer orgásmico tanto femenino como masculino. En el hombre, el
climax sexual acontece junto a la expulsión del semen (cuya finalidad
es exclusivamente procreativa); en la mujer, el orgasmo causa, entre
otras modificaciones, la liberación de la hormona oxitocina (cuya feliz
traducción del griego es «rápido nacimiento»), que facilita todo el
complejo fisiológico femenino cuya finalidad es la mejor predisposición
del óvulo para ser fecundado.
ÆÆ El fin primero del matrimonio es la procreación (fin «natural»). Es decir que al engendrar y
educar a sus hijos, los esposos experimentan un ensanchamiento de su ser personal,
se plenifican como seres-en-relación.
ÆÆ El fin segundo, «personal» y «personalizador», del matrimonio y del acto sexual, como
de cualquier acto realizado en plena libertad y conciencia, es la mayor unidad e
intimidad de los esposos en el amor.
El punto de vista del fin o de los dos fines del matrimonio
64 65La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidadEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
ÆÆ La intimidad y el amor conyugal se deteriora cuando se suprime sistemáticamente
el fin procreador en el acto sexual; con el riesgo además de convertir este acto
consagrado en algo trivial, vano, poco satisfactorio e indiferente, más preocupado en
la “técnica” y en los beneficios sensuales que en su contenido de amor.
¿Cuál es la íntima relación entre fin unitivo y fin procreativo?, ¿de qué manera
uno fomenta al otro?
¿Por qué afirmamos que eliminar adrede la posibilidad de fecundidad daña y
debilita inexorablemente el amor y la intimidad de los esposos?
¿Cómo se puede fortalecer los lazos de unidad e intimidad de la pareja?
ÆÆ La intimidad y la fecundidad no son dos aspectos separables de la unión conyugal.
El amor siempre es creador y lo impulsa la generosidad que no pone a priori límites a
su dinamismo expansivo.
ÆÆ Se afirma, con justa razón, que la persona humana concreta, en plenitud de su
singularidad y dignidad, es más ella misma en la medida en que ame, dando más de
sí. Análogamente, la novedad del nosotros de los esposos es más unión e intimidad,
en la medida en que se realicen los dinamismos que lo orientan a la sobreabundancia
de amor, en la colaboración con la obra creadora de Dios.
ÆÆ Los esposos que ya tienen hijos, están asociados en esa obra común de fecundidad
y del deber de la educación que se desprende de ella.
ÆÆ Ya que no tienen otra ambición, sino educar a sus hijos, y quieren seguir la llamada
de Dios, los esposos «pueden», con un medio legítimo, unirse como marido y mujer,
excluyendo, en tanto que esto sea posible honestamente, la llegada de un nuevo hijo.
ÆÆ Sin embargo, y esto es lo decisivo, cuando decimos «pueden», no quiere decir
que tengan el permiso para establecer una vida sexual estéril, como si todo fuese
aceptado por los esposos a partir del momento en que ya tienen prole.
ÆÆ No «pueden» indiscriminadamente hacer uso de uno u otro medio anticonceptivo,
con el único fin de «evitar al hijo». Si así lo hicieren estarían viviendo no según la «ley
de la generosidad» sino en el «espíritu de esterilidad». La «apertura a la vida» debe ser
la «intención» fundamental de todo acto.
ÆÆ No se trata por tanto de reducirlo todo a «lo que se puede» y «no se puede»
hacer fijando nuestra atención exclusivamente en el acto en sí. Es crucial la intención
(interior) que se tiene al unirse en la intimidad. Esa intención procreativa debe estar
presente –y con más razón aún- en cada encuentro sexual; así se emplee o no un
medio moralmente honesto para espaciar los nacimientos.
ÆÆ Vistas estas consideraciones podríamos, por error, concluir que un «método natural
anticonceptivo», es moralmente correcto por el sólo hecho de ser natural. Lo es, si se
le emplea por motivos muy justificables, en espíritu de fecundidad, en una apertura a
la providencia divina y una confianza total en su Plan de Amor.
La fecundidad inherente al acto conyugal
La moralidad de los medios
¿Por qué se afirma que al hacer uso de un medio anticonceptivo se está
viviendo en contra de la ley de la generosidad?
66 67La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidadEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
¿Bajo qué condiciones un método lícito en sí mismo puede convertirse en
deshonesto?
¿Por qué los métodos anticonceptivos artificiales son intrínsecamente malos?
¿Cuáles son los criterios que deben guiar la decisión de los cónyuges al momento
de elegir la acogida de una nueva vida?
ÆÆ Esta decisión, tan trascendental como maravillosa, exige de parte de los esposos
el cultivo de dos virtudes fundamentales: la prudencia y el sentido común, junto a la
generosidad y la confianza.
ÆÆ Ante la costumbre –economicista y materialista- de decidir cuántos hijos tener, bajo
criterios económicos, debemos mencionar que lo más importante es hacernos la
pregunta ¿a cuántos hijos puedo amar y educar como corresponde a su dignidad?
ÆÆ Todos los corazones no tienen el mismo tamaño. Distintos factores, ya sean históricos
(el pasado de cada uno), biológicos, psicológicos (caracterológicos) y espirituales,
deben ser puestos sobre el tapete a la hora de la elección.
ÆÆ Es importante, también, tener en consideración que no es aconsejable predecir o
escoger desde un inicio el número de hijos. Ello no es prudente. Cada nueva criatura
que aparece en el seno de la familia genera un cambio radical en la vida de todos sus
miembros, y obliga a una adecuada adaptación. Este proceso es fundamental. Una
vez consolidado, recién se debe pensar en la posibilidad de acrecentar la familia.
ÆÆ Un criterio más es que «nadie tiene derecho al hijo». Todo nuevo ser es un regalo y
una bendición de Dios. Si Dios contempla la esterilidad parcial o total de los esposos,
es porque tiene preparado para ellos un camino especial de aceptación, renuncia y
cruz, que siempre será fructífera en el amor, y nunca per se frustración del proyecto
de felicidad. La fecundación in vitro o in vivo, los vientres de alquiler y semejantes
artificios, violentan el designio divino y manifiestan en el fondo una soberbia tremenda,
una rebeldía ante la vida y las condiciones que se nos ha dado, y el consiguiente
rechazo a lo dispuesto por el Señor en su plan para nosotros.
ÆÆ Tampoco es aconsejable abrir la posibilidad de una nueva vida en etapas especialmente
sensibles y pasionales. A veces, la fuerza de la pasión no permite discernir con
claridad y serenidad. Es preferible esperar a que el amor se sienta como tranquilidad,
serenidad y paz; condiciones para un mejor ejercicio de la prudencia. (Cfr. Humane
Vitae, 16).
Criterios para una decisión libre, sabia y generosa
¿Cuáles son los presupuestos de la responsabilidad en la generación de una
nueva vida?, ¿qué implica esta virtud?
ÆÆ A través de la historia, el ser humano ha tratado de encontrar métodos o técnicas
honestas para el espaciamiento de los nacimientos, respetando las leyes inscritas en
la naturaleza de la vida conyugal y de los actos que se derivan de ella. Han entrado
así en la cultura los llamados «métodos naturales».
ÆÆ Hoy en día, y gracias al aporte de los esposos John y Evelyn Billings en los años 50´s.,
podemos acceder a un método, que más que un «método», está llamado a convertirse
en un «estilo de vida». De este tiempo hasta hoy se ha venido perfeccionando este
procedimiento, al punto que la Organización Mundial de la Salud reconoce en él un
99% de efectividad.
ÆÆ Recordemos que la responsabilidad exige el deber de conocer la verdad, de
informarse, de buscar el bien y escoger lo mejor; asumir las consecuencias de los
propios actos, pero sobre todo «responder» no solamente ante los hombres sino,
sobre todo, ante Dios por las decisiones tomadas: «¿Qué hiciste hijo mío con la
libertad que te entregué como regalo?».
Los métodos honestos para el
espaciamiento de la procreación
68 69La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidadEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
¿Es posible que nos lleguemos a «cosificar» en nuestras relaciones sexuales?, ¿cómo prevenir esto?
¿Somos conscientes que al apartar sistemáticamente el fin procreativo de nuestra intimidad,
terminamos lesionándola y debilitándola?, ¿cómo así?
¿Qué ayudas podemos tener para vivir la castidad en nuestro matrimonio?
Oremos…
Oh Dios, protégenos y bendícenos.
Profundiza y refuerza nuestro amor a diario.
Concédenos por tu misericordia que no lleguemos a faltarnos de palabra y de pensamiento.
Perdónanos y corrige nuestras faltas, y haz que siempre nos perdonemos cada vez que sin
darnos cuenta nos dañamos el uno al otro.
Cuídanos y guárdanos bien en lo físico, alertas en la mente, tiernos de corazón, y fieles a Ti. Oh
Dios, concédenos el aspirar y llegar a dar y ser lo mejor el uno para el otro.
ambién te pedimos que nos bendigas con tu gracia para responder a tu amor con la
generosidad de nuestros corazones.
Y así, Señor, toma nuestro amor y nuestras vidas en conjunto, que sean para ti una alabanza,
que estén al servicio de los demás.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
Dialoguemos
en pareja
¿Qué concepto teníamos de la paternidad responsable?
¿Qué virtudes debemos cultivar desde ahora para vivir nuestro futuro matrimonio dentro de la fe y la
moral de la Iglesia?
¿En qué estábamos equivocados?
70 71La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidadEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
Trabajemos en casa
¿Con qué medios se ayudarían a valorar el don de ser co-creadores?
¿Qué acciones tendrían que realizar para cuidar la virtud de la castidad?
¿Qué acciones tendrán que realizar para que puedan ser buenos padres de familia en el futuro?
¿Cómo les ha ayudado en su preparación al matrimonio la sesión que se ha compartido?
72 Encuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
«Los actos con los que los esposos se unen
íntimamente y castamente entre sí son
honestos y dignos, y, realizados de modo
verdaderamente humano, significan y
fomentan la recíproca donación, con la
que enriquecen mutuamente con alegría y
gratitud».
Catecismo de la Iglesia Católica
(2362).
Para reflexionar
¿Qué debes tener presente en tu vida sexual dentro del matrimonio?
73Trabajemos en casa
«La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su
fuente suprema, Dios, que es Amor, “el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la
tierra”. El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas
naturales inconscientes; es una sabia institución del Creador para realizar en la humanidad su designio
de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a
la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios
en la generación y en la educación de nuevas vidas. En los bautizados el matrimonio reviste, además,
la dignidad de signo sacramental de la gracia, en cuanto representa la unión de Cristo y de la Iglesia».
San Juan Pablo II.
«…no mereces alabanza por haberlos tenido (hijos), sino porque te afanas en criarlos y educarlos en la
piedad. Para que te nacieran bastó la fecundidad: para que vivan tienes felicidad; mas su educación es
obra de la voluntad y de la autoridad».
San Agustín, La bondad de la viudez, C.14,18.
«La sexualidad está ordenada al amor conyugal del hombre y de la mujer. En el matrimonio, la intimidad
corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de comunión espiritual. Entre bautizados,
los vínculos del matrimonio están santificados por el sacramento».
Catecismo de la Iglesia Católica, 2360.
«Los padres deben mirar a sus hijos como a hijos de Dios y respetarlos como a personas humanas.
Han de educar a sus hijos en el cumplimiento de la ley de Dios, mostrándose ellos mismos obedientes a
la voluntad del Padre de los cielos».
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 222.
«Dios, que es amor y creó al hombre por amor, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer,
los ha llamado en el Matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre ellos, “de manera que ya no
son dos, sino una sola carne”. Al bendecirlos, Dios les dijo: “Creced y multiplicaos”».
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 337.
¿Qué nos enseña la Iglesia?
74 Encuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
«Los jóvenes deben ser instruidos adecuada y oportunamente sobre la dignidad, tareas y ejercicios
del amor conyugal, sobre todo en el seno de la misma familia, para que, educados en el cultivo de la
castidad puedan pasar a la edad conveniente, de un honesto noviazgo vivido, al matrimonio».
Autor. Gaudium et Spes 49, 3.
«La vida humana es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece
siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo
hasta su término; nadie en ninguna circunstancia, puede adherirse el derecho de matar de modo directo a
un ser humano inocente».
Instrucción Donum Vitae, 5.
«¿Es moralmente lícito el diagnóstico prenatal? Si el diagnóstico prenatal respeta la vida e integridad
del embrión y del feto humano y si se orienta hacia su custodia o hacia su curación, la respuesta es
afirmativa».
Instrucción Donum Vitae, 2.
«… la Iglesia condena, como ofensa grave a la dignidad humana y a la justicia, todas aquellas actividades
de los gobiernos o de otras autoridades públicas, que tratan de limitar de cualquier modo la libertad
de los esposos en la decisión sobre los hijos. Por consiguiente hay que condenar… cualquier violencia
ejercida por tales autoridades en favor del anticoncepcionismo e incluso de la esterilización y del
aborto procurado. Al mismo tiempo, hay que rechazar como gravemente injusto el hecho de que, en
las relaciones internacionales, la ayuda económica concedida para la promoción de los pueblos esté
condicionada a programas de anticoncepcionismo, esterilización y aborto procurado».
Exhortación Apostólica Familiaris Consortio.
«Los actos con los que los esposos se unen íntima y castamente entre sí son honestos y dignos, y, realizados
de modo verdaderamente humano, significan y fomentan la recíproca donación, con la que se enriquecen
mutuamente con alegría y gratitud (GS 49, 2)».
Catecismo de la Iglesia Católica, 2362.
«El (el diablo) ve a un hombre irreprochable, de intacta pureza: entonces le insinúa que debe considerar
el matrimonio como algo reprochable. La consecuencia es que se aparta de la Iglesia y en su celo por la
virginidad es separado de su amor virginal».
San Ambrosio.
75¿Qué nos enseña la Iglesia?
El matrimonio como sacramento de
unidad
El misterio del pecado y la
reconciliación dentro del matrimonio
Matrimonio, camino de santidad y
perfeccionamiento en las virtudes
Encuentro III
Matrimonio,
sacramento y
fuente de santidad
Resolviendoconflictos
ÆÆ ¿Estás de acuerdo con mis propuestas de
solución y mi actuar ante esta situación?, ¿por
qué?
ÆÆ ¿Qué cambiarías o mejorarías de mis propuestas
de solución?, ¿por qué?
Se plantea un problema específico para todos los
participantes. Por ejemplo: un conflicto que amerite
tomar una decisión inmediata, en cuanto al trabajo de
uno de ellos o a la educación de un hijo o incluso a su
vida social con los amigos.
Cada participante deberá resolver el conflicto y
escribirá las alternativas de solución en una hoja.
Luego compartirán sus decisiones en el grupo. (Si son
grupos grandes se formarán subgrupos que incluyan
a las parejas).
Después de compartir, se reunirán por parejas y darán
a conocer sus decisiones, agregando las siguientes
preguntas:
Para que finalmente ambos asuman una sola
propuesta, la cuál puede ser la combinación de ambas
o una nueva.
Por último, expondrán en pareja las soluciones
tomadas.
Indicaciones
Nos conocemos
Señor, Tú que con tu poder lo hiciste todo de la
nada y desde el principio de la creación, le diste al
hombre la ayuda inseparable de la mujer y quisiste
que formaran una sola carne, enseñándonos que
nunca es lícito separar lo que quisiste que fuera uno.
Tú que has querido la unión del hombre y la mujer y
has bendecido esta comunidad, establecida desde
el principio, con la única bendición
que no fue abolida ni por la pena del pecado original,
ni por el castigo del diluvio; míranos con bondad
y danos Tu bendición. Concédenos el don
del amor y de la paz.
Señor, te suplicamos que permanezcamos fieles
a la fe y a tus mandamientos y que, compartiendo
nuestra vida, seamos un ejemplo de integridad.
Que seamos robustecidos por la fuerza
del Evangelio y testigos de Cristo delante de todos.
Que seamos fecundos en hijos, padres intachables y
tengamos una ancianidad feliz.
Por Nuestro
Señor Jesucristo.
Amén
El matrimonio como
sacramento de unidad
Tema 7
78 79El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
¿Cuáles son los bienes del matrimonio y cómo se relacionan entre ellos?
¿Por qué es importante «tomar conciencia» de las verdades que la Iglesia enseña?
¿Por qué es difícil en la actualidad entender el valor y la razón de ser de los
sacramentos?
¿Cuáles son las implicancias concretas de aceptar y reconocer el matrimonio
como un sacramento?
¿Por qué necesitamos de los sacramentos?, ¿qué obran en nosotros?
¿Qué ideas erradas se suelen tener sobre el sacramento del matrimonio?







Es una tradición comúnmente aceptada en la Iglesia de hoy lo que San Agustín
afirmaba en su tiempo sobre los caracteres esenciales del matrimonio cristiano: «hijos»,
«fe conyugal o fidelidad» y «sacramento». Ahora nos toca hablar sobre este último:
ÆÆ Una cosa es saber, definir, enseñar; y otra cosa es «adquirir conciencia» -esto
es decisivo. Adquirir conciencia es percibir al ser como elemento de la realidad,
aprehender el lugar que el objeto ocupa en nuestra vida y en la del universo.
ÆÆ Adquirir conciencia de una verdad doctrinal es descubrir el lugar que esta doctrina
ocupa en el conjunto de lo que constituye la verdad y las consecuencias prácticas
que de ello se derivan.
Los bienes del matrimonio: hijos, fe conyugal
o fidelidad y sacramento
ÆÆ «Se entiende por sacramento a unos signos sensibles que significan y producen la
gracia en el alma, en virtud de la Encarnación del Verbo; esto es, de la institución de
Cristo».
ÆÆ Dios, para quien nada de lo humano le es ajeno, ha querido que su amor sea
manifestado a través de formas, símbolos y ritos tangibles.
ÆÆ En todo sacramento hay algo que se ve y otro tanto que no se ve. La experiencia
sacramental nos introduce en el misterio del amor de Dios. Un símbolo sagrado dice
mucho más que lo que la mente humana puede entender o intuir.
ÆÆ La celebración del matrimonio ha ido perdiendo su aspecto sagrado y misterioso
debido a las exigencias materiales que uno mismo y su circunstancia hemos impuesto:
el diseño del parte, la elección de la Iglesia y muchos etcéteras más. ¿Dónde queda
lo sagrado?, ¿dónde se recuerda el Misterio que se celebra?, ¿dónde queda el
sacramento?
ÆÆ El sacramento «significa» la gracia, su acción nos introduce en la comunión divina.
Su finalidad es hacernos cada vez más partícipes del amor de Dios y señalarnos el
camino de su Plan para nuestra perfección y santidad. Sin la «apertura» sincera a la
gracia, el sacramento no tiene razón de ser.
ÆÆ El sacramento opera un cambio ontológico (relación al ser en su totalidad) en la
persona. La cuestión es clara: hay un antes y un después cuando se ha recibido el
sacramento.
El matrimonio es un «sacramento»
80 81El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
¿Cómo nos debemos preparar para recibir los sacramentos en general y el del
matrimonio en particular?
¿Por qué es tan importante para los novios y esposos tener una vida espiritual
intensa y permanente?
¿Cuáles son las semejanzas y las diferencias entre un matrimonio natural y un
matrimonio católico y religioso?
¿De dónde proviene la confusión en torno a la sacramentalidad del matrimonio
religioso?
ÆÆ El matrimonio es una “institución natural”, es decir que existe fuera de la religión
cristiana y fuera de toda religión, como institución social, regida por la naturaleza del
hombre.
ÆÆ La unión conyugal fue reconocida como realidad humana y a la vez divina. El
matrimonio cristiano es la institución natural del matrimonio, y al mismo tiempo ya no
lo es, porque ha llegado a ser sacramento, instrumento de vida divina.
ÆÆ El matrimonio es el acto natural que se convierte en sacramento en el cristianismo.
En palabras del Papa Pío IX: «El matrimonio civil no es más que un concubinato». Hay
que tener conciencia de la acción transformadora del sacramento. Por lo tanto, no
existen dos matrimonios; el único que con propiedad puede llevar este nombre es el
realizado en la ceremonia religiosa.
ÆÆ El matrimonio es un sacramento de unidad, cuya finalidad es la conversión permanente
de los esposos y la aceptación alegre de las exigencias individuales, conyugales y
familiares que de ello se deriven. Los esposos son los «Ministros».
ÆÆ Dios se manifiesta a su pueblo, mostrándose como Padre, Pastor y también como
Esposo. Este nombre de «esposo» es usado como expresión de su fidelidad al pueblo
escogido. Al emplearse este simbolismo, la Sagrada Escritura nos está presentando
al mismo Dios como modelo para los esposos humanos.
ÆÆ En el Evangelio, el Señor Jesús es el Esposo que celebra sus bodas con la humanidad.
En la Sagradas Escrituras nos encontramos con distintos pasajes que nos hablan de
los esponsales.
ÆÆ A diferencia del Antiguo Testamento en donde se destaca la fidelidad de Dios para
con su pueblo; en el Nuevo Testamento se resalta la celebración de las bodas, la
llegada del Novio que desea encontrarse con aquellos que prudentemente esperan
su venida.
ÆÆ Es importante recalcar la relación íntima de los esposos y su consiguiente apertura
a la vida. Si algo se nos ha revelado de esa unión mística es su eficacia de vida. Al
mismo Cristo se le llama «El Príncipe de la Vida» y es así como lo alabamos todavía.
ÆÆ No es suficiente decir que Cristo da la vida a su Esposa, la Iglesia. En esta unión
misteriosa, lo primero, es el don de vida que hace Cristo. La comunicación de vida
es un aspecto esencial de esa unión, pero existe otro, esencial y evidente: el amor.
El matrimonio natural y el matrimonio cristiano
El Señor Jesús es el Esposo
El amor místico que da la vida
Semejanzas Diferencias
82 83El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
ÆÆ Unidad y vida son dos misterios inseparables. El amor con que Dios ama es una
comunicación de vida, ello es amor. Esta modificación consiste en que hemos
«pasado de la muerte a la vida», siendo el amor conyugal signo sagrado de este amor
misterioso de Cristo por su Iglesia.
ÆÆ Todo acto de amor es a la vez procreador o no es verdadero amor. Es así que la
intención de fecundidad debe acompañar el actuar y obrar de los esposos a lo
largo de su existencia en común. Si el amor de Dios genera cambios en el corazón
del hombre; es el amor humano el destinado a producir un cambio en la sociedad
humana.
¿Qué alcances para la vida de los cónyuges devienen al considerar que Dios ha
hecho del matrimonio, signo del amor de Cristo por su Iglesia?
Toda verdad, y con mayor razón si viene del Cielo, transforma nuestras vidas con la
finalidad de obrar rectamente.
Terminamos esta reflexión ofreciendo a manera de síntesis algunas de las consecuencias
que se desprenden de considerar al matrimonio como sacramento:
ÆÆ Dios no abandona nunca a su suerte a los esposos; más bien, considerando la
fragilidad e imperfección del amor humano, viene en su ayuda mediante la gracia.
ÆÆ La gracia de Dios o poder divino nos viene por los sacramentos.
ÆÆ El matrimonio como sacramento tiene efectos beneficiosos en nuestra propia
naturaleza personal, y en orden a una mayor unidad y fecundidad.
ÆÆ Al considerar la bendición divina, los esposos tienen la garantía que existe un “tercer
factor” en su amor, el que garantiza a su vez que sea un camino de felicidad, pase lo
que pase.
ÆÆ Sólo es posible el beneficio pleno de los sacramentos dentro de un contexto de vida
cristianamente activa.
ÆÆ El matrimonio no es sólo una celebración de amor ya existente, es el ingreso a una
vida en comunión con Dios-Amor.
ÆÆ La mejor preparación para recibir el sacramento del matrimonio es mediante una vida
espiritual intensa.
ÆÆ El sacramento del matrimonio es la garantía divina de que el amor humano se irá
perfeccionando.
ÆÆ Recibir el sacramento del matrimonio debe ser motivo de orgullo.
ÆÆ La conciencia sacramental es un aliciente para la fidelidad, otro de los bienes de la
unión conyugal.
ÆÆ La íntima unión del amor conyugal, bendecida y elevada por el sacramento, es la
razón por la cual cada esposo santifica al otro mediante sus obras de caridad. Su vida
en común es camino de santidad.
ÆÆ El matrimonio debe alimentarse de los demás sacramentos, en especial del
sacramento de la Reconciliación o Penitencia y de la Eucaristía.
ÆÆ Este sacramento de unidad no desaparece en vida. Ha sido enriquecido con tal
bendición de Dios «que no ha sido abolida ni por el castigo del pecado original ni por
el castigo del diluvio».
ÆÆ No puede separar el hombre lo que Dios ha unido. Hechos tan graves como la
infidelidad deshonran dicha unión, la lesionan, pero nunca la eliminan. El sacramento
ya está dado. El Plan de Dios no cambia; la acción de su amor misericordioso y
transformador es permanente.
Consecuencias para la vida de los esposos
Según esta consideración última, ¿qué acciones podrían realizar para mantener la
unidad en su matrimonio?
¿Cómo podemos vivir rectamente dentro del matrimonio?
84 85El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
Dialoguemos
en pareja
¿Cómo nos vamos a preparar desde ahora para acoger debidamente el sacramento que vamos a
recibir?
¿Qué tan conscientes somos de la gracia especial que recibimos junto con los sacramentos?
¿Cómo vamos a acrecentar nuestra vida espiritual?, ¿a qué nos podemos comprometer?
¿De qué forma esta conciencia nos ayudará a superar los momentos de crisis que se puedan
presentar en nuestra relación conyugal?
¿A qué nos compromete saber que Dios ha querido que nuestro futuro matrimonio sea signo del
amor de Cristo por su Iglesia?
¿Con qué medios concretos vamos a conservar la conciencia de nuestro matrimonio como
sacramento, ¿qué dificultades se nos pueden presentar en esta tarea?
Medios Concretos
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¿Qué criterios de los que hemos aprendido en este tema nos ayudarán a respetar «al unísono» la
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86 87El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
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El camino hacia la felicidad verdadera

  • 1. Arzobispado de Lima Comisión de Familia y Defensa de la Vida
  • 2. Título del libro: Manual para los Novios Autor de la obra: Autor: Pbro. Dr. Luis Gaspar Uribe. Director de contenidos: Antonio Sotil. Colaboradores: Janet Noemí Calancha Ayala, Jenny Lourdes Atúncar Oré, Jorge Alberto Infantes Véliz. Nihil Obstat Pbro. Dr. Carlos Rosell De Almeida. © Titular: Arzobispado de Lima Edición general: © SOCIEDAD DE SAN PABLO Av. Armendáriz 527. Miraflores. Lima. Telf.: (01) 446 0017 Producción gráfica: Conecta2 Perú. Fotografía: Conecta2 Perú. Foto de portada: Mario Sepúlveda.      Impresión: Quad/Graphics Perú S.A.C. Av. Los Frutales 344, Ate. Lima 03, Perú. Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº: Proyecto editorial No.: ISBN: Primera Edición - ejemplares. Lima, Perú. Marzo de 2014. Hecho en Perú.
  • 3. Es un gusto presentarles este «Manual para los Novios», elaborado con el fin de comunicar fielmente las enseñanzas de la Iglesia respecto a la naturaleza del sacramento del Matrimonio, su contenido y su valor como medio de santificación. Es importante que los futuros esposos comprendan el verdadero contenido del matrimonio. Permite vivir la unidad indisoluble de los contrayentes, para lograr su conversión permanente orientada a la realización del proyecto divino sobre ellos, y la aceptación alegre de las exigencias individuales, conyugales y familiares que de él se derivan. Su trascendental importancia requiere de una preparación consciente de los novios, dado que reciben la bendición divina que garantiza el fortalecimiento del compromiso conyugal y que sea un camino de felicidad. En vista de ello, habiendo realizado una meticulosa y conjunta revisión en la que ha colaborado un equipo competente de profesionales, me permito recomendar este trabajo como un material práctico de aprendizaje y enseñanza, tanto para los novios como para sus instructores, cuyo contenido muestra una delicada sintonía con el Magisterio de la Iglesia. Animo a los novios a prepararse con entusiasmo para el nuevo paso que van a dar, a procurar vivir la doctrina que contiene este manual y a ser un ejemplo de unidad y virtud en sus hogares. Con mi bendición pastoral, Presentación
  • 4. Consciente de la importancia del sacramento del Matrimonio, Yo: ______________________________________________________________, me comprometo a prepararme activa y eficientemente para descubrir las gracias especiales que el Señor me regala a través de este sacramento. Por eso: 99 Asistiré puntualmente a todos los encuentros. 99 Finalizaré las lecturas y las actividades asignadas antes de la siguiente reunión. 99 No compartiré nada de lo que pueda avergonzar a mi novio/a. 99 Seré honesto/a con Dios, conmigo mismo, con mi novio/a y con los demás. 99 Profundizaré cada enseñanza impartida para consolidar luego un matrimonio feliz y una familia cristiana. Firma del novio Firma de la novia
  • 5. Contenido La ceremonia y el ritual del matrimonio133 La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida Encuentro I Tema 1 Tema 4 Tema 7 Tema 10 Tema 2 Tema 5 Tema 8 Tema 11 Tema 3 Tema 6 Tema 9 La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-don La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugal 08 El matrimonio como sacramento de unidad Encuentro III El misterio del pecado y la reconciliación dentro del matrimonio Matrimonio, camino de santidad y perfeccionamiento en las virtudes 76 La fidelidad conyugal: una mirada integral Encuentro IV 110 Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educa Encuentro II La castidad y el anhelo de volver a la inocencia original La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidad 42 10Pág Pág 44 Pág 78 Pág 112 Pág 20 Pág 54 Pág 88 El proyecto cristiano de familia Pág 122 Pág 30 Pág 64 Pág 98
  • 6. La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-don La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugal Encuentro I El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 7. Somos novios Señor, y nos amamos inmensamente. Hace tiempo nos encontramos y nos reconocimos, como si nos hubiésemos buscado desde siempre y para siempre. Qué experiencia tan maravillosa la que hemos vivido cada uno: nos sentimos elegidos, Señor; y te damos gracias por haber hecho posible este amor. Queremos que Tú seas siempre el centro de nuestras vidas: para que seamos abiertos y sinceros; y busquemos el bien y la alegría del otro con comprensión. Día a día nos esforzaremos para cambiar y ofrecerte lo mejor de nosotros. Señor, hoy iniciamos este gran momento porque sabemos que un día, Tú sellarás nuestro amor con el sacramento del matrimonio. Ayúdanos, para que nuestro noviazgo sea un camino de maduración y seamos conscientes del compromiso mutuo que asumiremos para toda la vida. Amén La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida Tema 1 DinámicadelReloj ÆÆ ¿Cómo te sientes en este momento? ÆÆ ¿Qué esperas de este encuentro? ÆÆ ¿Qué buena noticia has recibido en esta semana? ÆÆ ¿Cómo describirías a la persona que más amas y con la que piensas casarte? 1. Cada participante utilizará el reloj que se encuentra en la parte inferior. 2. Luego, concertará entrevistas con otros participantes y anotará sus nombres en el reloj junto a la hora que les corresponda 3. Cadaparticipantedeberállenarsurelojconentrevistas para todo el día. 4. Concluido el tiempo adecuado, el instructor pedirá en voz alta: —los que se han citado a las “x” horas—. En ese instante, se agruparán aquellos que se citaron a esa hora y responderán a las siguientes preguntas: Indicaciones Nos conocemos 10 11Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
  • 8. ÆÆ Por la fe de la Iglesia conocemos que estamos llamados desde siempre a alcanzar la vida eterna. Un estado de beatitud o bienaventuranza que nos lleva a entender que la felicidad máxima la encontraremos en el Cielo, en presencia de Quien nos ha llamado por su propia gloria y fuerza a la incorruptibilidad. ÆÆ Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar. ÆÆ La contemplación de Dios es lo que anhela en último término el corazón del hombre, sellado por la imagen y semejanza de Aquél que lo ha pensado desde toda la eternidad y Quien por su libertad absoluta decidió que existiéramos en este mundo pasajero. ÆÆ El hombre y la mujer son con la misma dignidad, “imagen de Dios”. En su “ser-hombre” y su “ser-mujer” reflejan la sabiduría y la bondad del Creador. ÆÆ El primer hombre fue, no solamente, creado bueno, sino también constituido en la amistad con su creador y en armonía consigo mismo y con la creación en torno a él; amistad y armonía tales que no serán superadas más que por la gloria de la nueva creación en Cristo. ÆÆ Somos personas creadas para el encuentro, para el amor. Si no somos felices es porque muchas veces vivimos en soledad. Se trata de una soledad interior. A pesar de vivir rodeados de muchos como nosotros, pocos estamos dispuestos a compartir nuestros deseos y frustraciones. ¿Por qué la soledad hace infeliz al ser humano? ¿Qué es ser hombre para ti? ¿qué es ser mujer para ti? ¿Crees que es posible alcanzar la armonía y como resultado la felicidad? ¿Qué características deben tener la felicidad y la armonía que anhelas?  ÆÆ En el momento que le ponemos límites a nuestra felicidad (sentirnos bien, tener un hogar, ser profesional, etc.) nos damos cuenta que queremos más. Y es que nuestro anhelo de felicidad no se sacia fácilmente. Nuestra hambre de realización, de amor y encuentro, desborda toda realidad visible; es un deseo infinito, un ansia que sólo puede saciar una felicidad infinita. ¿Te esfuerzas por alcanzar la vida eterna? ¿qué acciones realizas? Creados a imagen y semejanza de Dios La felicidad: un proyecto exigente ¿ ? «Esto me da alegría, pero… ¿soy feliz?». «Estoy contento, pero… ¿soy feliz?». «Me está yendo bien, pero… ¿soy feliz?». «Me siento bien ahora… pero ¿soy feliz?». ÆÆ San Buenaventura, nos decía que la felicidad es el punto final y la consumación del itinerario que lleva el alma a Dios. ÆÆ La felicidad, unida al amor, no se puede lograr en soledad; presupone el encuentro con un “otro” a quien se pueda amar, dentro de un proyecto común específico. ¿Cómo se conjuga la felicidad personal en la pareja? ÆÆ El cristianismo ha transferido el concepto de felicidad a la «salvación» y de ese trasfondo ha dado sentido a la vida en este mundo. ÆÆ La felicidad es responsabilidad de cada uno y por ello está ligada a la propia pretensión de felicidad, dar la respuesta a la pregunta ¿Cuán feliz quiero ser? ¿Qué significa la felicidad para mí? ÆÆ En la actualidad, existe una confusión entre «bienestar» y «felicidad». Se pretende educar en la «suprema verdad» que la felicidad está en la comodidad o el confort. Contrariamente a esta tesis o hipótesis –imposible de validar empíricamente-, debemos afirmar enfáticamente que no es lo mismo «sentirse bien» que «estar bien». ¿Qué diferencias encuentras entre “sentirse bien” y “estar bien”? La integridad como condición de la felicidad 12 13Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
  • 9. ÆÆ Tampoco se trata de quitarle todo valor al bienestar dentro de la estructura de la vida humana. La pretensión actual de felicidad incluye este bienestar, pero el bienestar por sí mismo no produce la felicidad; es simplemente un requisito de ella. ÆÆ La felicidad no consiste simplemente en estar bien, sino en estar haciendo algo que llene la vida, partiendo de cierto nivel que en cada época se fija. ÆÆ El amor se da en el ámbito del tiempo humano, el cual empieza en la mañana y termina en la noche, con el sueño. Por lo tanto, cada día es importante y esa es la razón probable que nos impulsa a realizar en el ocaso del día una especie de «examen de conciencia» de lo bueno o malo de la jornada. Cada día tiene su afán, cada día es un proyecto nuevo de felicidad, en cada día esperamos un desenlace favorable. ¿Tienes un proyecto fundamental de felicidad?, ¿cuál es este? ¿Crees que en todos tus actos está presente el amor hacia los demás?, ¿en qué radica su importancia?, ¿puedes poner algunos ejemplos? ÆÆ Existe un matrimonio indisoluble entre felicidad y bien. El hombre de bien, el que busca el bien de los demás y el suyo , el que lucha día a día por hacer que el mundo se perfeccione, es sin duda un hombre feliz. El motor del cambio y del dinamismo de la persona hacia su perfección es el amor. Sin amor no hay felicidad posible. Se puede falsificar el amor, se puede falsificar la felicidad, se puede falsificar el bien; pero nunca se podrá cambiar la naturaleza humana. Escribe un breve comentario sobre el siguiente enunciado y compártelo: “El amor, más que mirarnos unos a otros, consiste en mirar juntos hacia una misma dirección”. Descubrir el sentido de nuestra vida ÆÆ La vida humana es proyectiva, se realiza en la espera de una felicidad cada vez mayor. Esta dinámica requiere de un «combustible» especial. Este ingrediente permanente es la «ilusión», es decir, la esperanza puesta en una cosa positiva, como un sueño o proyecto. ÆÆ El sentido común y la Revelación, mencionan al unísono que el sentido de nuestra vida es vivir amando. Es la vocación humana fundamental, «ser feliz haciendo feliz a los demás». Por esta razón, no se trata de realizar una que otra acción caritativa dentro de una vida sin amor. La felicidad es un «estado» que busca la permanencia, la coherencia y la estabilidad. ¿Qué es para ti la ilusión? ¿Crees que es importante ilusionarnos y trabajar por nuestra felicidad?, ¿por qué? ¿Cuál es el sentido de tu vida?, ¿qué es lo que te motiva a seguir adelante? La ilusión como ingrediente fundamental de la vida humana ÆÆ Para que la ilusión se dé, nuestra vida tiene que tener argumento y proyección, junto con unas condiciones que la hagan posible. En el enamoramiento, este argumento es compartido y el grado de expectativa de cada miembro de la pareja puede ser distinto, pero nunca inexistente. 14 15Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
  • 10. ÆÆ El temor, la inseguridad, la posibilidad de desilusionarse siempre estarán presentes y no podemos olvidarnos de ello. Muchos matrimonios, incluso recién iniciados, creen que la desilusión que sienten ante un aspecto de la vida compartida es falta de amor, y por esta razón sobreviene, no en pocos casos, el pesimismo y la desesperación. ¿Cuál es la importancia de la ilusión en el matrimonio? Siguiendo la reflexión anterior, plantea un proyecto personal de felicidad ascendente dentro del matrimonio: En tu vida personal, ¿qué factores te causan desilusión? ÆÆ La mayoría presiente que su ilusión se encuentra en permanente amenaza, y ante esta situación vale la pena advertir que la ilusión y la desilusión van de la mano. Pero esto no quiere decir que nuestra felicidad dependa totalmente de una suerte positiva en la que no exista la desilusión. ¿Qué aspectos podrían desilusionarte en el matrimonio? ¿Qué es lo que más te ilusiona del matrimonio? Estás dispuesto a plantear nuevas ilusiones frente a los retos que significan las desilusiones. ¿Cómo lo demostrarías? Dentro del matrimonio, ¿crees que es importante el diálogo para hacer frente a esas situaciones que causan desilusión?, ¿por qué? ¿Cómo te ves de aquí a algunos años? Menciona algunos proyectos que tienes en mente para realizarlos en tu vida conyugal: ÆÆ Dentro del matrimonio, es muy cierto que habrá desilusión; pero si vivimos en un proyecto personal de felicidad ascendente, a la desilusión por algo (“pensaba que él sería siempre cariñoso”), sobrevendrá una nueva ilusión (“mi amor lo seducirá”), partiendo de una circunstancia distinta y de una nueva realidad. A la desilusión por: Sobrevendrá una nueva ilusión por: ÆÆ Lo maravilloso es que puede llegar una etapa en nuestras vidas en la que descubramos que más que ilusionarnos de esto u otro, «vivimos ilusionados»; y por lo mismo, abiertos siempre a la expectativa de aquello que sature nuestros proyectos de felicidad. ÆÆ Existir en este estado, posibilita vivir con intensidad la alegría del matrimonio y de la familia. La ilusión se convierte así en el soporte más importante ante las crisis que puedan aparecer. La comunión cada vez más intensa y fecunda, es la alegría de los esposos; la ilusión, es la anticipación de esta alegría colmada que nos llena el corazón. A. B. C. 16 17Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
  • 11. Dialoguemos en pareja ¿Qué nos ilusiona de nuestra relación actual? ¿Qué nos ilusiona el uno del otro? ¿De qué nos debemos cuidar para no caer en la desilusión y el aburrimiento? De cara al futuro, ¿qué nos haría felices? ¿Cómo nos imaginamos nuestra vida como esposos? ¿Cuáles son nuestros temores y esperanzas cuando formemos nuestra propia familia? ¿Cuáles son las condiciones y requisitos para ser felices en nuestro futuro matrimonio? 18 19Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena La felicidad humana y la ilusión como horizonte de vida
  • 12. Dinámicadeconocimiento La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-don Tema 2 Mientras más cerca de Ti, más cerca de ella estaré, Señor; enséñame a confiar, en Ti. Mientras más te ame yo a Ti, seguro de ella estaré, Señor; enséñame a esperar, en Ti. Enséñame a caminar, enséñame en Ti a confiar. Quiero aprender, debo aprender a cuidarla, a amarla como Tú amaste a tu Iglesia, respetarla y tratarla, como un vasito frágil que es. Señor debo aprender, Señor quiero aprender, guíame, porque yo sé que… Mientras más cerca de Ti, más cerca de ella estaré. Mientras más te ame yo a Ti, más cerca de ella estaré. «Mientras más cerca de Ti», Martín Valverde Meditemos en la siguiente canción: ÆÆ Tu comida preferida es: ÆÆ Tu dulce preferido es: ÆÆ Tu color favorito es: ÆÆ Tu canción favorita es: ÆÆ Tu programa favorito es: ÆÆ Tu hobby preferido es: ÆÆ Lo que más te gusta hacer es: ÆÆ El nombre completo de tu papá es: ÆÆ El nombre completo de tu mamá es: ÆÆ Su comida preferida es: ÆÆ Su dulce preferido es: ÆÆ Su color favorito es: ÆÆ Su canción favorita es: ÆÆ Su programa favorito es: ÆÆ Su hobby preferido es: ÆÆ Lo que más le gusta hacer es: ÆÆ El nombre completo de su papá es: ÆÆ El nombre completo de su mamá es: Lee los siguientes enunciados y completa las frases con tus datos: Lee los siguientes enunciados y completa las frases con los datos de tu novio (a): Ahora nos reunimos en pareja y compartimos nuestras respuestas… ¿Qué tanto nos conocemos? Recordando 20 21La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 13. ÆÆ El Señor Jesús nos invita a releer, desde la perspectiva de la Alianza definitiva el libro del Génesis, haciendo alusión específica a dos pasajes: ÆÆ Jesús eleva la unión existente a nivel de norma: «de manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo separe el hombre». Queda establecido así el sacramento del matrimonio y su inherente sentido irrevocable. Felicidad auténtica: un proyecto de vida en esa dirección. ÆÆ Lo que era una «institución natural», se convierte por obra de Cristo en un «sacramento divino» y con ello en un hecho determinante: la unidad e indisolubilidad del matrimonio. Esta última mención nos conduce a contemplar la fidelidad y la fecundidad de la unión conyugal. ¿Eres consciente de la importancia del sacramento del matrimonio? ¿Qué verdades fundamentales para tu vida extraes de la lectura conjunta de los dos relatos de la creación? ¿Cómo se debe vivir la unidad dentro del matrimonio? ¿Por qué es importante que el matrimonio sea indisoluble? ÆÆ En el primer relato quedan manifiestas las dos versiones del ser creacional humano: varón y mujer. También nos afirma que ambos han sido creados para ser y realizarse en el amor fecundo. ÆÆ A partir del segundo relato podemos vislumbrar el sentir profundo de Adán con respecto a Eva e intuir en esta escena la reciprocidad. Además, advertir que estamos frente a la más antigua descripción registrada del diálogo interior del ser humano en cuanto humano y en cuanto hombre sexuado, así como la búsqueda de sí mismo y de una persona semejante a él. ÆÆ El hombre y la mujer que se aman con todo su ser, son la cuna que Dios ha elegido para depositar su Amor, a fin de que cada hijo y cada hija que nazcan en el mundo puedan conocerlo, acogerlo y vivirlo, de generación en generación, en alabanza al Creador. ÆÆ En las primeras páginas de la Biblia se ilustra el bien que Dios ha pensado para sus criaturas. Dios creó al hombre y a la mujer iguales en dignidad pero diferentes: uno varón, la otra mujer. La semejanza unida a la diferencia sexual permite que los dos entren en diálogo creativo, estrechando cada vez más, una alianza de vida. ¿Qué exigencias concretas tiene esta alianza de vida? Cristo y la referencia al «principio» Los relatos del origen de la humanidad ÆÆ La historia de la Alianza del Señor con su pueblo ilumina el relato de la creación del hombre y de la mujer. Son creados para una alianza que no les atañe solo a ellos, sino que implica al Creador: «lo creó a imagen de Dios, varón y mujer los creó». ÆÆ Lo más admirable no es solamente el hecho de que el matrimonio alude a la Alianza de Dios con su pueblo; sino que es el mismo Dios el que ha querido manifestar su misterio de comunión a través de la imagen y realidad del pacto íntimo y esponsalicio entre el varón y la mujer. Meditemos en los relatos de la Creación: « » "No habéis leído que el Creador, desde el comienzo los hizo varón y hembra (…) (cf. Gn 1, 27)". Y luego, "por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y vendrán a hacer los dos una sola carne" (cf. Mt 19, 4-5). « »Primer relato: Gn 1, 26-28. Segundo relato: Gn 2, 18-24. 22 23La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 14. ÆÆ El encuentro con una persona del otro sexo siempre suscita curiosidad, aprecio, deseo de hacerse notar, de dar lo mejor de sí, de mostrar el propio valor, de cuidar, de proteger, etc. Es un encuentro siempre dinámico, cargado de una “energía positiva de atracción”, cuya fuerza misteriosa permite que en la relación con el otro nos descubramos a nosotros mismos, y desde allí nos realicemos. ÆÆ En el relato de Génesis 2, Adán se descubre varón precisamente en el momento que reconoce a la mujer: el encuentro con la mujer le hace percibir y valorar su ser varón. El recíproco reconocimiento del hombre y de la mujer vence la imperfección de la soledad y revela la bondad de la alianza conyugal. ÆÆ Mientras los dos cónyuges se donan totalmente el uno al otro, juntos se donan también a los hijos que podrían nacer. Dicha dinámica del don se empobrece cada vez que se hace un uso egoísta de la sexualidad, concibiendo al “tú” como “ello” y excluyendo toda apertura a la vida. ¿Qué compromisos personales se extraen a partir de la reflexión sobre el matrimonio como expresión de la Alianza de Dios? ¿Por qué decimos que la presencia del otro revela la bondad de la alianza conyugal? ÆÆ En el relato de la Creación vemos a un hombre agradecido, consciente de su ser creacional; pero con una inquietud que persiste. Se pregunta por el sentido de su vida y quiere comprender mejor quién es. Quiere dar con el destino pleno, aún velado, de su vida humana, biográfica y proyectiva. ÆÆ Luego de suscitar la interrogante, el Señor juzga que es el momento preciso para la acción divina: ÆÆ El Señor de la vida se manifiesta como respuesta a las interrogantes que surgen del hambre de plenitud y de la particular instalación sexual, de nuestra condición amorosa; en definitiva, del horizonte de la felicidad eterna. ÆÆ A cada uno de nosotros nos toca recorrer este camino en la esperanza de comprender a cabalidad, ¿para qué estamos en el mundo?, ¿por qué existimos?, ¿qué nos hace felices y qué misterio se esconde en nuestro ser personal? El sentido profundo de la soledad originaria El encuentro esperado y decisivo con la mujer-don ¿Cuál es la importancia de la búsqueda interior para descubrir el sentido de nuestra vida?, ¿qué acciones puedes realizar para hacerla efectiva? ¿Te has sentido solo alguna vez?, ¿qué has hecho para salir de ese estado? « » "Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, que se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces este exclamó: ‘Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer (varona), porque del varón ha sido tomada’" (Gn 2, 21-23). 24 25La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 15. ÆÆ El hombre (Adán) se duerme y despierta para que el círculo de la soledad del ser se rompa; y es así que luego de levantarse contempla que Dios lo ha re-creado en dos versiones humanas respectivas, una a la otra. Ahora sí el hombre está acompañado, ahora sí se reconoce en el otro, ahora sí puede verse a través de los ojos de quién lo mira con aprecio y con deseo puro. ÆÆ El ser humano ya se puede reconocer a sí mismo como PERSONA sexuada y por lo tanto como un don creacional para quien se encuentre en el polo opuesto de su sexualidad. La vocación a la felicidad está plenamente satisfecha. Y la verdad trascendental de la persona queda manifiesta: la felicidad no está en las cosas; sino en las personas. ÆÆ Hombre y mujer nacen del mismo tronco humano y por lo tanto poseen la misma dignidad y valor. La exclamación de asombro y aprobación inmediata del hombre- varón ante el milagro que es Eva, alude pues, a una realidad dinámica y esponsalicia. Ahora, “tú eres mi vida y yo soy la tuya”. “...y los dos seremos una sola carne”. ÆÆ Otro elemento que hay que resaltar se encuentra en boca de Adán: «Ésta será llamada mujer…». La expresión «ésta» que a nuestros oídos suena algo despreciativo, tiene para la antigüedad hebrea un sentido totalmente distinto: «Ésta» señala más bien realce, admiración, inefabilidad. ¿Es posible estar casado y seguir sintiéndose solo?, ¿qué podría estar pasando? ¿Crees que el apego a lo material puede causar una ruptura con el otro?, ¿qué valores crees que se deben cultivar para que esto último no suceda? ¿ ? • ¿Qué significado tiene la «costilla» de la que Dios se vale para hacer a la mujer? • ¿Qué es lo que Dios quiere decirnos con esto? ÆÆ Masculinidad y feminidad en mutua referencia son las condiciones para que sea posible el amor cuya nota fundamental es la fecundidad. ÆÆ La unidad de los cuerpos muestra además el sentido del Plan de Dios para la pareja humana: un enriquecimiento mutuo; más que «complementación», estamos ante una realidad de «compenetración» que alude a la unidad como camino de superación del egoísmo, incremento del amor y argumento común para la santidad dentro del matrimonio. ¿Qué características personales te llevan a entender tu vocación al amor en la etapa en la que te encuentras, a puertas de tu matrimonio? ¿Cómo se puede hacer concreta la reciprocidad en la vida matrimonial? ¿Cómo podemos santificarnos dentro del matrimonio? ¿Por qué es importante vivir en unidad?, ¿a qué nos puede llevar una vida matrimonial contraria a ella? 26 27La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 16. ¿A qué nos podemos comprometer para que nuestro amor sea recíproco y tienda a la plenitud? ¿Qué admiras de mí como mujer (hombre)? ¿Qué características de mi personalidad y de mi vida te enamoran más?, ¿cuáles te desalientan? Dialoguemos en pareja ¿Cómo podemos descubrir en nuestra vida cotidiana la necesidad de estar acompañado? ¿Cómo podemos ayudarnos a escapar de la trampa del egoísmo? ¿Qué debemos hacer para mantenernos en sintonía con nuestros anhelos y necesidades más profundas? ¿Cómo va la admiración de uno hacia el otro? 28 29La soledad de Adán y su encuentro con la mujer-donEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 17. La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugal Tema 3 La Creación es un regalo, un don. Y el que dona, ama. Y esa obra maravillosa lleva la huella de su autor, la huella trinitaria: Es obra del Padre por el Hijo en el Espíritu Santo. En ella todo nos habla de encuentro y comunión. La creación toda está llamada desde su origen a participar de este misterio. El misterio trinitario del Amor Divino nos ofrece la clave para comprender el sentido último del amor, es decir, la oblación total y generosa, la donación de sí a otro. Y es, precisamente, el apóstol Juan, por inspiración del Espíritu, quien nos señala la inmensidad de la esencia divina en una sencilla frase: Dios Creador, Soberano, es Comunión de Amor. Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos vivir la libertad de los hijos de Dios, la confianza, el apoyo en el otro, en el hermano. De todos los “amores” que construyen la existencia humana destaca, como arquetipo por excelencia, el amor entre el hombre y la mujer (eros en la tradición griega), en el cual intervienen inseparablemente cuerpo, alma y espíritu, y se le abre al ser humano una promesa de felicidad irresistible. c) El hombre es un ser para el encuentro b) Dios - Amor es el creador de todo a) El hombre llamado a participar del amor de Dios ÆÆ De todas las vivencias personales que acompañan al ser humano a lo largo de su existencia, sin duda alguna, el amor ocupa el primer lugar. Hablar del amor es hablar de una fuerza misteriosa que impulsa la vida y la construye con las decisiones del día a día. ÆÆ La larga historia humana ha sido testigo de cómo en nombre del amor se han llevado a cabo grandes empresas, renuncias y sacrificios, llegando incluso a dar la vida por el otro o gastarla por un valioso ideal. ÆÆ Como ocurre con la definición de «persona humana», el término amor viene sufriendo en la actualidad un lamentable eclipse que dificulta la tarea de contemplar su verdadero sentido y significado. Como muchos otros vocablos que manifiestan contenidos esenciales de la vida humana, ha venido sufriendo una progresiva relativización, y en algunos casos una frontal demolición. ¿ ? • ¿Acaso el amor es una suerte de «arma de doble filo»? • ¿Es siempre un bien para el hombre?, ¿o está sujeto al devenir impredecible de la propia historia personal, tal vez la casualidad, eso que se llama comúnmente «suerte»? ¿ ? • ¿A qué nos referimos cuando hablamos del «amor»?, y en última instancia: ¿qué caracteriza al amor conyugal? Cabe ahora preguntarnos: En definitiva: Explica cómo se manifiesta la integridad del ser humano en situaciones cotidianas de la vida. ¿Cuál es el referente último de las características del amor humano? ¿Dónde radica nuestra vocación al amor? 31La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugal30 Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 18. ‌Dios no sólo crea de la nada, sino que sigue creando todas las cosas y las mantiene en el ser por la fuerza constructiva del amor, de su Amor. El ser humano cuando ama reproduce el amor creador de Dios, en la misma línea de perfección y sentido positivo. ÆÆ Involucra la totalidad de la persona Toda la naturaleza humana queda implicada en el amor. El hombre en su totalidad: cuerpo, alma y espíritu, es el que ama. El cuerpo y el alma, con todas sus potencias: intelectivas, afectivas y volitivas sirven de mediación a esa fuerza espiritual que se vuelca desde lo más profundo de nuestro ser. El ágape, por otro lado, es una novedad del cristianismo. Se trata de un amor que se da, se dona incondicionalmente, que desea el bien del amado primeramente por sí mismo, no en orden a la propia complacencia. Este se convierte así en la plenitud del eros, su realización más perfecta. Me encuentro con un ser cuya belleza y atractivo me fascinan, se enciende naturalmente el fuego de la pasión que me lanza en la búsqueda de poseer ese bien que me tiene encantado y en el que deseo ser feliz. Mi preocupación es ahora por aquella persona a quien deseo darme por completo. En este recorrido queda claro cómo el momento del ágape se inserta en el eros inicial, que apunta desde un inicio a esa realización última que él solo no puede dar. El hombre camina por la senda del amor, movido por una promesa: la realización de su más honda vocación, el llamado a contemplar y participar por toda la eternidad del amor puro y sublime de Dios, que se hace comunión. Eros y ágape nunca llegan a separarse completamente cuando son dimensiones de un solo y auténtico amor. La lógica del corazón humano es la siguiente: 99 El eros es un impulso radicalmente natural que se nos ha dado de manera inmediata juntamente con el ser creacional de hombres limitados. 99 El eros se presenta como la respuesta a una belleza que nos cautiva abriéndonos un horizonte de realización y plenitud. 99 El amor es «éxtasis», pero no en el sentido de arrebato momentáneo, sino como camino permanente, como un salir del yo cerrado en sí mismo hacia su liberación en la entrega de sí, oblación grandiosa de sí que tiende a la eternidad. ÆÆ Eros y Ágape ¿Cómo se dan en la realidad concreta de la pareja las tres características del amor: aprobación, continuación y perfeccionamiento de la creación e involucración de la dimensión bio-psico-espiritual, es decir, del hombre total? ¿Cuáles son la características y consecuencias del eros absolutizado y rebajado a mero impulso indeterminado de posesión? En tus palabras, ¿qué caracteriza al ágape? El amor entre hombre y mujer En tus palabras, ¿qué caracteriza al eros? ¿Cómo se explica la caridad como la realización última del eros? Cuando amamos se revela la doble condición de la naturaleza humana: la autonomía en el ser (por la condición de criatura) y la profunda necesidad (por su condición indigente, menesterosa). Es desde esta necesidad, que el hombre busca vivir a plenitud el eros y el ágape: las dos caras de una misma moneda. En relación al eros podemos señalar las siguientes características: ÆÆ El amor como «aprobación» El amor consiste en «aprobar y afirmar lo que ya es realidad». El amor es una tendencia, pero no solo a conseguir lo que no se tiene, sino lo que ya se posee y alegrarse en ello. ÆÆ El amor humano como continuación y perfeccionamiento de la creación de Dios El amor, como acto primordial de la voluntad, es también el punto de arranque y el centro de la existencia. Ahí se decide lo que cada uno es. Por ello tiene que estar «en orden», para que todo el hombre lo esté y sea bueno. Lo común a todas las formas de amor 32 33La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugalEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 19. ¿Qué papel cumple el cuerpo en la vocación al amor? ¿Por qué en el matrimonio se expresa el sentido mismo del ser y existir de la persona humana? El valor del cuerpo ÆÆ El cuerpo humano es bueno, por lo tanto perfectamente ideado y pensado por Dios desde siempre. ÆÆ El hombre está llamado al amor y al don de sí en su unidad corpóreo-espiritual. La feminidad y la masculinidad son dones complementarios, en cuya virtud la sexualidad humana es parte integrante de la capacidad concreta de amar que Dios ha inscrito en el hombre y en la mujer. ÆÆ «La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano». ÆÆ «El cuerpo humano, con su sexo, y con su masculinidad y feminidad visto en el misterio mismo de la creación, es no solo fuente de fecundidad y de procreación, como en todo el orden natural, sino que incluye desde el principio el atributo “esponsalicio”, es decir, la capacidad de expresar el amor: ese amor precisamente en el que el hombre- persona se convierte en don y —mediante este don— realiza el sentido mismo de su ser y existir» (San Juan Pablo II). ¿Por qué decimos que la feminidad y la masculinidad son dones complementarios? El ágape es la total donación de nuestro ser al otro. El centro de atención va siendo cada vez más el otro, por sí mismo. El deseo de la propia satisfacción en todo ello se mantiene, aunque en otro plano de relevancia. ÆÆ La persona es, sin duda, capaz de un tipo de amor superior: no el que se queda en pura concupiscencia, que sólo ve objetos con los cuales satisfacer sus propios apetitos, sino el de amistad y entrega, capaz de conocer y amar a las personas por sí mismas. ¿Eres capaz de amar a las personas por sí mismas?, ¿cómo lo demuestras? ¿Cómo generas la comunión entre las personas? ¿Cómo se puede manifestar en la vida cotidiana el aspecto oblativo del amor? ÆÆ Este amor superior es un amor capaz de ser generoso a semejanza del amor de Dios: se ama al otro porque se le reconoce como digno de ser amado. Es un amor que genera la comunión entre personas, ya que cada uno considera el bien del otro como propio. En el don de sí hecho a quien se ama, se descubre y se actualiza la propia bondad, donde se aprende el valor de amar y ser amado; mediante la comunión entre las personas El amor humano como don de sí 34 35La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugalEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 20. Oremos Señor Tú que eres el amor, y fuente de todo amor, Tú que conoces el corazón de los jóvenes, Tú que has puesto en nuestro corazón la capacidad de amar y ser amado, Tú que sabes que las pasiones desordenadas hacen olvidar el verdadero sentido del amor y que debemos de luchar para conservar un corazón puro. Concédenos no envilecer el amor. Haznos comprender todo el egoísmo que se esconde a veces en esta palabra. Danos un amor limpio y sencillo, enséñanos la magnitud de su dignidad. No permitas que jamás profanemos en el pensamiento, en el corazón y en el cuerpo este don de vida que nos has confiado. Bendice y purifica nuestro amor para que, si es tu voluntad, algún día lleguemos a ser esposos y padres. Amén Dialoguemos en pareja ¿Somos conscientes de la necesidad de crecer en nuestra vida espiritual para que nuestro amor crezca y se perfeccione en el tiempo? ¿Qué barreras personales encontramos en cada uno para la realización plena de nuestra vocación al amor? ¿qué desafíos se presentan en este campo? ¿Cómo vivimos la búsqueda de la felicidad en nuestra relación? ¿Cómo podemos alentar la realización del eros en nosotros? ¿Somos conscientes del valor de nuestro cuerpo? ¿Qué podemos hacer para que esta dimensión de nuestra naturaleza sea un vehículo del amor y no causa de su frustración? ¿Qué debemos cultivar en nuestra relación para que el eros nos conduzca a la caridad perfecta? ¿A qué nos compromete lo reflexionado en esta sesión? 36 37La vocación universal al amor y las peculiaridades del amor conyugalEncuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 21. ¿Cuáles son esos momentos en los cuáles son plenamente felices? ¿Qué acciones tendrían que realizar ambos para encontrar el verdadero sentido de sus vidas? ¿Están dispuestos a poner todo de su parte para fortalecer su noviazgo?, ¿cómo concretarían esto? ¿Cómo pondrían poner en práctica el amor oblativo en la vida diaria? Trabajemos en casa 38 Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 22. ¿Qué estás dispuesto a hacer para conservar el amor que sientes por tu novio(a)? «Te he tomado en mis brazos, te amo y te prefiero a mi vida. Porque la vida presente no es nada, mi deseo más ardiente es pasarla contigo de tal manera que estemos seguros de no estar separados en la vida que nos está reservada… pongo tu amor por encima de todo, y nada me será más penoso que no tener los mismos pensamientos que tú tienes». San Juan Crisóstomo Para reflexionar 39Trabajemos en casa
  • 23. ¿Qué nos enseña la Iglesia? «Desde el principio [el hombre y la mujer] aparecen como “unidad de los dos”, y esto significa la superación de la soledad original, en la que el hombre no encontraba “una ayuda que fuese semejante a él” (Gn 2,20). […] Ciertamente se trata de la compañera de la vida con la que el hombre se puede unir, como esposa, llegando a ser con ella “una sola carne”’ y abandonando por esto a “su padre y a su madre” (cf. Gn 2,24)». San Juan Pablo II, Carta apostólica Mulieris dignitatem sobre la dignidad y la vocación de la mujer, 6. «Nada impuro hay en la figura del hombre, a no ser que se manche con adulterio y lujuria; pues quien formó a Adán formó también a Eva. Por las manos divinas fueron formados el varón y la mujer. Ninguno de los miembros del cuerpo era impuro al ser creado. Enmudezcan los herejes que acusan a los cuerpos y al Creador». San Cirilo de Alejandría Catequesis 12 a los catecúmenos, sec. XXVI. «Esta comunión conyugal hunde sus raíces en el complemento natural que existe entre el hombre y la mujer y se alimenta mediante la voluntad personal de los esposos de compartir todo su proyecto de vida, lo que tienen y lo que son; por esto tal comunión es el fruto y el signo de una exigencia profundamente humana. Pero, en Cristo Señor, Dios asume esta exigencia humana, la confirma, la purifica y la eleva conduciéndola a perfección con el sacramento del matrimonio: el Espíritu Santo infundido en la celebración sacramental ofrece a los esposos cristianos el don de una comunión nueva de amor, que es imagen viva y real de la singularísima unidad que hace de la Iglesia el indivisible Cuerpo místico del Señor Jesús». San Juan Pablo II, «Familiaris consortio», sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual, 19. «El mismo Dios, que dijo “no es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2, 18) y que “hizo desde el principio al hombre, varón y mujer” (Mt 19, 4), queriendo comunicarle cierta participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28)” (GS, n. 50). Hablando de una “cierta participación especial” del hombre y de la mujer en la “obra creadora” de Dios, el Concilio quiere destacar cómo la generación de un hijo es un acontecimiento profundamente humano y altamente religioso, en cuanto implica a los cónyuges, que forman “una sola carne” (Gn 2, 24) y también a Dios mismo, que se hace presente». San Juan Pablo II, 40 Encuentro I: El matrimonio: un llamado hacia la felicidad plena
  • 24. «El hombre y la mujer son llamados a existir no sólo uno junto al otro, sino también el uno para el otro. Así expresan su semejanza con la comunión de amor que existe entre las Personas de la Santísima Trinidad. El matrimonio es la dimensión primera y, en cierto sentido, fundamental (pero no única) de esta llamada. Toda la historia del hombre sobre la tierra se realiza en el ámbito de esta llamada. Basándose en el principio del ser recíproco para el otro en la comunión interpersonal, se desarrolla en esta historia la integración en la humanidad misma, querida por Dios, de lo masculino y lo femenino». Congregación para la Doctrina de la Fe Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y el mundo, n.6. «¿Quieres que tu mujer te obedezca como a Cristo? Cuida tú también de ella como Cristo cuida de su Iglesia. “Sea como sea la mujer que tomes, no tomarás a una esposa semejante a la de Cristo, a la Iglesia, ni que se aparte tanto de ti como la Iglesia de Cristo. Sin embargo, no la abominó ni la odió por la desmesura de su fealdad”. “No rechaces a tu mujer por su fealdad, no la alabes acusa de su hermosura. Busca en ella la belleza del alma; imita al esposo de la Iglesia”. “Que cada uno ame a su mujer como así mismo, y la mujer que respete a su marido; de verdad que es un gran misterio. La esposa cuide al marido para que él la cuide como a su propia carne igual que Cristo a la Iglesia” “El matrimonio no viene de la pasión de los cuerpos, sino que es todo espiritual, unida el alma a Dios por un vínculo inefable que solo Él conoce”». San Juan Crisóstomo, Sobre el Matrimonio Único. «Muéstrale a tu mujer que aprecias mucho vivir con ella y que por ella prefieres quedarte en casa que andar por la calle. Prefiérela a todos los amigos e incluso a los hijos que te ha dado; ama a éstos por razón de ella [...] Haced en común vuestras oraciones. Que cada uno de vosotros vaya a la iglesia y que en casa el marido pida cuenta a su mujer, y la mujer a su marido, de lo que allí se ha dicho o leído [...] Aprended el temor de Dios; todo lo demás fluirá como de una fuente y vuestra casa se llenará de innumerables bienes». San Juan Crisóstomo Hom. 20, sobre la Carta a los Efesios. «No eres su amo sino su marido; no te ha sido dada como esclava, sino como mujer... Devuélvele sus atenciones hacia ti y sé para con ella agradecido por su amor». San Ambrosio, Exameron, V, 7, 19. 41¿Qué nos enseña la Iglesia?
  • 25. Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educa La castidad y el anhelo de volver a la inocencia original La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidad Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos Encuentro II
  • 26. En mi corazón, Señor, se ha encendido el amor por una criatura que Tú conoces y amas. Tú mismo la pusiste delante de mí y un día me la presentaste. Te doy gracias por este don que me llena de alegría profunda, me hace semejante a Ti, que eres amor, y me ayuda a comprender el valor de la vida que me has dado. Ayúdame para que no malgaste esta riqueza que Tú pusiste en mi corazón. Enséñame que el amor es don y no puede mezclarse con ningún egoísmo. Que el amor es puro y no puede perderse en ninguna bajeza. Que el amor es fecundo y desde hoy debe producir un nuevo modo de vivir en los dos. Te pido, Señor, por quien me espera y piensa en mí; por quien camina a mi lado. Haznos dignos el uno del otro, que seamos ayuda y modelo. Ayúdanos en nuestra preparación al matrimonio, a su grandeza y a la responsabilidad que implica, para que, desde ahora, nuestra conciencia y voluntad, guíen nuestros pensamientos y los conduzcan en el amor. Amén Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educa Tema 4 Dinámicadelalfarero ÆÆ ¿Cómo te sientes al ser protagonista de algo nuevo? ÆÆ ¿Por qué elaboraste este diseño? ÆÆ ¿Qué es lo que quisieras conseguir al transmitirle ese gesto a tu futuro hijo? Cada pareja; ya sea con arcilla, plastilina o a través de un dibujo; elaborará una imagen que quisiera plasmar en su futuro hijo. Por ejemplo: UN CORAZÓN, porque quisiera que mi futuro hijo ame siempre a su familia, su entorno, la creación y sobre todo que ame su vida. Indicaciones Nos conocemos 44 45Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 27. ÆÆ El amor es por naturaleza fecundo: nos despliega, nos desarrolla, nos lleva a ser cada vez más nosotros mismos, nos abre al descubrimiento de nuestro ser individual y comunitario, funda una relación recíproca y única en la vida conyugal. ÆÆ El amor nos ayuda a trascender nuestra limitación temporal, a co-crear una nueva existencia, a perpetuar la nuestra en la de nuestros hijos. Amar es, por lo tanto, una auténtica aventura, intrínsecamente creativa y por ende creadora. ÆÆ Pensemos en una obra de arte. Admiremos con atención, la dedicación y disciplina que se impusieron a sí mismos los grandes constructores. Si bien es cierto que son cosas que se hacen, entendemos que su valor no está en la materia. Sin duda, lo más relevante es que a través de estas múltiples elaboraciones el hombre exteriorizó los valores y principios esenciales de su vida. Les dio un contorno humano y personalizó su obra. Es por esta razón que, ante la presencia de una colosal creación histórica, nos parece estar en diálogo con el autor y su circunstancia. ÆÆ Recordemos que el principal proyecto co-creador del hombre y de la mujer en cuanto padre y madre es la familia. Esta es la expresión de su libertad, en respuesta al mandato divino que brota desde lo más profundo de su mismidad. ¿Qué características debe tener el amor para poder afirmar y complementar la obra creadora de Dios? La singular naturaleza de la persona nos invita a concebir la sexualidad como una instalación o estado esencial, y no accesorio, del hombre y la mujer en cuanto tales. El varón se proyecta sobre todo aquello que involucra su vivir en este mundo. Piensa como varón, siente como varón, reza como varón, existe como varón; y se relaciona como varón con el otro sexo. Similar es la situación de la mujer con respecto al varón. El cristianismo ha transferido el concepto de felicidad primariamente a la «salvación»y de ese trasfondo ha dado sentido a la vida en este mundo. ¿Por qué decimos que el amor es siempre creador? La fuerza creadora del amor El hombre y la mujer en su instalación sexual Con referencia a tu novio/a, ¿qué es lo que te atrajo más de él/ella? ÆÆ La fecundidad matrimonial se da gracias al amor exclusivamente sexuado y en su expresión (no la única obviamente) sexual, cuyas leyes están dadas y exigen ser respetadas. ÆÆ La existencia y el proceso de la sexualidad están orientados hacia una finalidad importantísima: la procreación y perpetuación de la especie. ÆÆ La sexualidad humana en toda su grandeza, embebida y ennoblecida por el amor conyugal, está orientada por la naturaleza y su Creador hacia la co-creación del ser más perfecto y más bello de la tierra: la persona humana. ÆÆ Cuando se tiene un hijo se hace realidad lo que afirmara en su momento el lúcido intérprete de la existencia humana que fue Antoine de Saint-Exupéry: «El amor, más que mirarnos unos a los otros, consiste en mirar juntos en una misma dirección». Todos los ojos y la atención son puestos en la nueva criatura, fruto del amor de los esposos. Esto los une aún más. «Aún más»; porque el acto sexual lleva ya implícito el deseo de unidad y compenetración corporal y espiritual. ÆÆ La ética conyugal y la moral cristiana del matrimonio señalan como sus fines primarios tanto la procreación como la unidad de los esposos. Estos fines orientan plenamente el acto sexual, al que bellamente algunos aluden con la expresión «abrazo conyugal». Debe quedar claro que ninguno de estos fines puede truncarse para dejar más libre al otro. Esto introduciría inevitablemente una aberración en la relación esponsal, y sus consecuencias serían nefastas. Por un lado, nos lleva al anti-natalismo con el uso y abuso de los métodos anticonceptivos; y por el otro, a la procreación artificial: la fecundación in vitro o in vivo. 46 47Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 28. ¿Cuál es el papel que cumple, en mutua perspectiva, la estructura sexual de cada miembro de la pareja conyugal? ¿Tiene la mujer una relación intrínseca con su ser madre?, ¿cuál es esta? ¿Qué características y disposiciones personales preparan a la mujer para ser madre? a) ¿Cuáles son esos «toques especiales» que quisieras que tenga tu hogar? b) ¿Cómo te puedes ir preparando para asumir y desplegar tu maternidad cuando esta llegue? En tu proyecto de ser madre… ÆÆ El hogar se convierte para ellas en la extensión y despliegue continuo de esa hospitalidad tan propiamente femenina. La mujer, abocada a las tareas domésticas, escoge con cuidado (percepción de los matices), elige finamente (elegancia), distingue lo bueno de lo malo (distinción), para finalmente quedarse con lo mejor. ÆÆ Recordemos que los dotes femeninos dan realce a la vida familiar. Así confeccionan, dentro de lo que podemos llamar «sus dominios», un lugar acogedor, simpático, impregnado siempre de su gracia y de su «toque» de mujer. En definitiva, un espacio especialmente diseñado para estar, alejado ya de las obligaciones y preocupaciones del día a día: un lugar privilegiado para experimentar la tranquilidad y el sosiego. ÆÆ Podemos afirmar que, a diferencia del varón, la mujer posee un sentido de continuidad en sus afectos y en sus relaciones humanas. Apoyados en su particularidad, entendemos mejor por qué la mujer es considerada –desde épocas inmemorables- la cultora y continuadora de la tradición humana y de sus valores. ÆÆ Su puesto en la sociedad aporta la estabilidad y la continuidad que la vida humana necesita. ÆÆ Se habla mucho de lo que hace la madre, de su trabajo de parto, de su quehacer doméstico y de su rol educativo. Para cualquiera queda claro lo que hace una madre y la función que debe cumplir en el hogar. Pero debemos caer en la cuenta de aquello que pocos han advertido: los errores a los que nos puede llevar tal perspectiva, dando la impresión de que la madre se define por su quehacer posterior a la concepción y que, por lo tanto, su ser madre emerge recién ante este evento. Ello podría inducirnos a disociar a la mujer de la madre; y a perder de vista que la maternidad hunde sus raíces en la propia constitución real de la mujer, la que siempre será madre por vocación, aunque reniegue de su propia función procreativa. Lo que significa ser madre Lo que significa ser padre ¿Cómo crees que el hombre aprende a ser padre? 48 49Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 29. ÆÆ «El padre lo es por derecho propio, por elección, por asunción, por responsabilidad, por conciencia. No necesita demostrar ni certificar su paternidad para poder asumirla. La confirma cuando la asume». ÆÆ «El padre se hace con cada uno de sus hijos. Nace con ellos y renace una y otra vez a lo largo de la vida en común, a lo largo de cada experiencia, de cada vivencia, de cada encuentro y de cada desencuentro». ÆÆ «El padre conoce el dolor y el goce. Tiempo en el que agradece a Dios, a la vida, a la naturaleza, al universo, a aquello en lo que cree o en lo que aprende a creer. Agradece la consagración de la paternidad». ÆÆ «El padre siente que hay otros tiempos, en los que se siente desconcertado, incomprendido, no querido, olvidado. En muchos momentos siente impotencia, agobio, soledad, furia, fracaso, desconsuelo, tristeza ante su hijo que crece, que cambia, que adopta sus propios rumbos y conductas». ÆÆ «El hombre que se hace responsable de su paternidad elige ser padre en el dolor y en la alegría, en la tormenta y en la calma, en la luz y en la oscuridad, en la salud y en la enfermedad de sí mismo y de su hijo». Sergio Sinay, reconocido terapeuta e investigador de temas relacionados con la identidad masculina, realiza una interesante reflexión en su libro «Ser padre es cosa de hombres». Bajo la premisa «el padre no nace, sino se hace», expone «la travesía» que recorre un hombre al hacerse padre. Aquí sus palabras: a) ¿Cómo te estás preparando para vivir tu paternidad? b) ¿Qué quisieras transmitirle al nuevo ser que será parte de ti? En tu proyecto de ser padre… ÆÆ La experiencia de años nos enseña que las parejas experimentan una gran ilusión por su futuro inmediato como esposos. Anticipan las horas de mutua contemplación, los extensos diálogos sin la odiosa necesidad de mirar el reloj, las experiencias de intimidad, los gestos y miradas con que iniciarán el día y aquellos otros con los que se irán juntos a descansar. Es una experiencia intensa y llena de ilusión. Pero como todo en la humanidad, herida por el pecado, no está exenta de peligros. Si la expectativa acaba, por decirlo así, en la «Noche de Bodas», y no se permiten mirar más allá; se corre el riesgo de generar entre ellos una «soledad de dos». ÆÆ Los novios que salen del templo entre aplausos deben saber y acoger el hecho de que «hoy serán esposos y mañana padres». Y que, por lo tanto, la expectativa previa a la Ceremonia debe incluir la «ilusión por el hijo». La prudencia y la caridad, en apertura a Dios, señalarán el inicio de su cumplimiento. Pero es fundamental tenerlo presente, imaginarlo, desde el inicio del proyecto de vida en común. La anticipación de la procreación nos permite acceder al sentido trascendente de nuestra relación. Nos ofrece un elemento importantísimo para la convergencia de los corazones. Va disponiendo mejor -al calor de la esperanza- nuestras facultades orientadas a vivir, gozar y cumplir la gran misión universal. Padres-educadores: un binomio indisoluble ¿Cómo las ideologías feministas y/o anti-natalistas atentan contra la recta vivencia de la maternidad y paternidad? ¿Cuál es la relación entre procreación y educación? 50 51Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 30. Dialoguemos en pareja ¿Podemos decir que nuestro amor es fecundo desde ya? ¿En qué debemos crecer, como novios, para realizar en un futuro próximo nuestra vocación a la maternidad y paternidad? ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente para realizar esta vocación? ¿Somos capaces de anticipar lo que será nuestra vida en familia?, ¿cómo está el grado de nuestra ilusión al respecto?, ¿qué queremos para el futuro? ¿Somos conscientes que pronto seremos esposos y luego padres de familia? ¿Cómo queremos que se desarrollen nuestros hijos?, ¿cómo vamos a colaborar con cada uno en su formación desde pequeños? ¿A qué nos compromete a nivel individual y de pareja el tema que hemos recibido en reflexión? Individual Pareja 52 53Maternidad y paternidad: el amor que engendra y educaEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 31. La castidad y el anhelo de volver a la inocencia original Tema 5 Es hermosa la vida si hay amor, es hermoso el paisaje si hay color, es hermoso entregarse por entero a alguien por amor, por amor. Es más corto el camino si somos dos, es más fácil fundirse si hay calor, es mejor perdonarse que decir lo siento, es mejor, es mejor. Por amor es fácil renunciar y darlo todo sonriéndote, por amor es fácil abrazar a tu enemigo sonriéndole, por amor es más fácil sufrir la soledad, por amor es más fácil vivir en libertad. Son hermosos los besos si hay amor, son hermosas las manos si hay amor, son hermosos los ojos cuando miran todo con amor, con amor. Por amor es fácil renunciar y darlo todo sonriéndote, por amor es fácil abrazar a tu enemigo sonriéndole, por amor es más fácil sufrir la soledad, por amor es más fácil vivir en libertad. «Por amor», José Luis Perales Meditemos en la siguiente canción… Respondamos individualmente las siguientes preguntas: Ahora nos reunimos con nuestra pareja y compartimos nuestras respuestas… Recordando ÆÆ ¿Cuál fue la primera impresión que tuve al ver a mi novia(o)? ÆÆ ¿Qué fue lo que más me atrajo de él/ ella? ÆÆ ¿Cómo les gustaría que fueran sus vidas dentro de cinco años? Porque: ÆÆ De los siguientes ítems, ¿qué te haría sentir más amado? Que te acaricie suavemente. Sentarse y hablar durante una hora sobre un tema preferido. Recibir un regalo especial. Escuchar cuánto te aprecia. Dinámicaparacompartir54 55La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 32. VIRTUDES CARACTERÍSTICA PRUDENCIA «Domina» atodavirtudmoral.Eslacapacidad de ver objetivamente las realidades que conciernen a nuestras acciones y obrar según su índole e importancia. JUSTICIA Es la capacidad de vivir en la verdad «con el prójimo». Dar a cada quien lo que es debido. FORTALEZA Es la disposición para realizar el bien aún a costa de cualquier sacrificio. TEMPLANZA Es la virtud más «personal» con respecto a las anteriores. Es aquella que busca el orden en el interior del hombre mediante la moderación en la satisfacción de los impulsos o tendencias primitivas (permanecer vivo y procrear). Implica la contención de las fuerzas propulsoras del hombre, desordenadas por el pecado, y su reorientación de acuerdo a los dinamismos fundamentales de permanencia y despliegue. FE «Garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven» (Hb, 11, 1). ESPERANZA Es la espera tensa y confiada en la eterna bienaventuranza de la participación completa e intuitiva en la vida trinitaria de Dios. CARIDAD Es el amor oblativo y benevolente por excelencia. ÆÆ La Segunda Carta de San Pedro nos señala un camino concreto para vivir la fe, con todas sus exigencias radicales conducentes a un encuentro pleno con el Señor. Al analizar el texto nos encontramos con un encadenamiento de virtudes que, realizado desde la enseñanza de la Iglesia, nos lleva a consolidar nuestra fe; caminando en la esperanza, hasta llegar a la virtud máxima, es decir, la caridad: ÆÆ Las virtudes funcionan como una cadena de recursos positivos y como un sistema que busca la unidad de los dinamismos que llevan al ser humano a su perfección. El que crece en una de ellas lo hace, también, en función de las otras. ÆÆ Entendemos por el término areté, la armonía de las potencias del alma, fortaleza de caracter, es decir una hazaña de superación heroica de la vida. ¿Por qué es tan difícil hablar hoy en día de la virtud y de las virtudes? ¿Qué son las virtudes con respecto a la naturaleza humana? ¿Qué es la areté?, ¿por qué debemos crecer en ella?, ¿cuál es su relación con el amor? De la virtud (areté) a las virtudes Virtudes cardinales y virtudes teologales « » «Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia. Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia activa, a la paciencia activa la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad (…) Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en afianzar vuestra vocación y vuestra elección. Obrando así nunca caeréis. Pues así se os dará amplia entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo». 2Pe 1, 3-11 56 57La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 33. ÆÆ Existe también un ordenamiento más actual, sencillo y didáctico, que concibe todas las virtudes humanas en directa dependencia de lo que se denominan virtudes nucleares. Estas son: ÆÆ Tiene como fruto la reconciliación y la paz interior. ÆÆ Es una pedagogía de la voluntad y contribuye, por ende, a un crecimiento en la libertad y en la capacidad de elección de lo bueno y lo mejor. ÆÆ Son disposiciones positivas la elegancia moral, el amor por aquello que es espiritualmente bello y puro, y la nobleza del alma. ÆÆ La castidad se integra en el dinamismo de las potencias del deseo, mesuradas por la templanza; es decir, ante aquello que representa el dinamismo particular, y moralmente sano, de los deseos inherentes a las funciones sexuales. ÆÆ AlavirtuddelacastidadlaencontramosunidaalaTEMPLANZA,segúnelordenamiento tradicional; y al AUTODOMINIO-ORDEN, según el esquema más actual. • Autodominio - orden • Trabajo - esfuerzo • Generosidad - solidaridad • Madurez - responsabilidad ¿Cuáles son las virtudes que debemos cultivar? ¿Por qué es apropiado hablar de un «sistema» en relación a este tema? ¿Qué implica para la vida concreta de cada uno el sistema de virtudes? ¿Qué es la castidad y cuáles son sus exigencias? ¿Cuáles son los caminos para progresar en esta virtud? ¿Cómo es que se entiende hoy en día el vivir en castidad? ÆÆ La castidad, como toda virtud, es una realidad viva dentro del alma. Es susceptible de progreso o regresión. Allí donde no crece está en peligro de debilitarse y perderse. ÆÆ No se identifica con la «represión» de las fuerzas instintivas. Es un reordenamiento, un retorno a la armonía original de la creación. La virtud de la castidad ÆÆ Los amores infantiles están hechos de simpatía, de gusto innato por el intercambio de juegos y gratificaciones. En este primer estadio los elementos del amor adulto están ya en germen, pero todavía carecen de profundidad, de estabilidad, de fundamentos, y, sobre todo de conciencia de sí mismo. ÆÆ En la adolescencia el amor toma para cada sexo un matiz particular. Podemos mencionar un estilo «romántico» e idealizado frente al otro. Es la época de los sueños, de los temblores orgánicos (el famoso “cosquilleo en el estómago”), de la imaginación y del «misterio». Casi todo es novedad y por ello tiene un fuerte componente de ilusión y de expectativa hacia el futuro; pero también de inseguridad y temor. ÆÆ Llegado el momento, el joven experimentará el amor con un vigor desconocido hasta ese entonces, con un amplio contenido pasional, disperso en la mayoría de casos. Le será difícil volver a hallar aquella «pureza» que hasta entonces se representaba bajo el aspecto de sueños o delirios románticos. La poderosa atracción, siempre sexuada, y eventualmente sexual, no es todavía amor. a. La castidad desde la infancia hasta la edad adulta Las etapas de la castidad « »Recordemos que la castidad es una virtud que consiste en el dominio amable y firme de nuestros dinamismos pasionales relativos al amor sexual. 58 59La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 34. ÆÆ Muchos novios que se preparan para el matrimonio católico se sorprenden cuando escuchan mencionar la palabra «castidad» dentro del ciclo de conferencias a las que deben asistir. Ambos se habían hecho la idea que esta virtud es exclusivamente aplicable a la adolescencia, más que todo en el sentido negativo, prohibitivo y externo; y que al llegar al matrimonio se pasa automáticamente a una etapa distinta de la sexualidad (no del amor) en la que “al fin ya no hay que luchar”, sino gozar del placer carnal sin freno alguno, al libre albedrío de la pareja. ÆÆ La teoría nos dice que todas las inclinaciones, espirituales y carnales, todos los deseos, todas las búsquedas naturales de placeres legítimos (orientados hacia el doble fin de la pareja: la unidad y la procreación) que pueden conocer las personas casadas quedan, una vez u otra, normalmente satisfechas. El papel de la virtud de la castidad, estrechamente asociada y sometida a la fe, a la esperanza y a la caridad, íntimamente mezclada a la prudencia y a la justicia, consiste, para esas personas, en unir todo el dinamismo de las inclinaciones de la carne al del espíritu, y en integrar profundamente cualquier amor (el eros, cómo no) en el dinamismo central de la caridad. ÆÆ El tiempo del noviazgo es ocasión privilegiada para el mutuo conocimiento, para el crecimiento en el mutuo respeto de la integridad, y para la purificación de aquellas condiciones espirituales o psicológicas que podrían dificultar la vida en común, con todas las exigencias que ello implica. Es el tiempo para la ilusión proyectiva, el pregusto, la anticipación imaginativa; pero todavía no es tiempo de la consumación natural, espontánea y libre. b. La castidad en el noviazgo y el matrimonio LA CASTIDAD DESDE LA INFANCIA HASTA LA EDAD ADULTA Uniendo conocimientos con mi novio/a Características Objetivos Desafíos LA CASTIDAD EN EL NOVIAZGO Y EL MATRIMONIO Características Objetivos Desafíos ¿De qué manera la castidad nos lleva a vivir más plenamente el amor hacia el enamorado, el novio, o el esposo? ¿Qué es la nostalgia de pureza? ¿Cómo la podemos cultivar? ÆÆ Nos referimos a la pureza que animaba las relaciones corpóreas y espirituales de Adán y Eva. Ambos contemplaban maravillados su ser personal, unido, intacto, integral: «Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne» (Gn 2, 23). ÆÆ El cuerpo «descubría» el espíritu y no existía ningún tipo de disociación. Se amaba al ser humano total, se amaba a la mujer en todas sus dimensiones, se amaba a la mujer como don y ayuda adecuada para el hombre. El «te quiero» o «te deseo» se traducía en un deseo del bien integral de la persona Nostalgia de la pureza original 60 61La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 35. Dialoguemos en pareja ¿Cómo estamos viviendo la areté en nuestras vidas?, ¿qué nos está faltando? ¿Estamos considerando a las virtudes como un camino de perfeccionamiento mutuo?, ¿de qué manera? ¿Nos estamos ayudando a ser personas cada vez más virtuosas?, ¿qué podemos proponernos para mejorar? ¿Cómo ha venido siendo nuestra educación en la castidad? ¿Qué medios podemos establecer para crecer en esta virtud? ¿Amamos suficientemente la pureza?, ¿qué podemos hacer para que este amor crezca en nosotros? ¿Entendemos la trascendencia que tiene la castidad en nuestra futura vida de casados? ¿Cómo vamos a vincular la castidad con lo que se suele llamar “paternidad responsable”? Individual Pareja 62 63La castidad y el anhelo de volver a la inocencia originalEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 36. La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidad Tema 6 ÆÆ Atendiendo a esta verdad fundamental y objetiva, se comprende que, por propia naturaleza, el matrimonio esté destinado al nacimiento de una nueva vida. Tal es su finalidad natural primera o primordial, que da a la unión todo su sentido y llena al hombre de una felicidad específicamente conyugal y por ello compartida. ÆÆ El matrimonio y todos los actos que se realicen desde esa particular «unidad en una sola carne» tienen el mandato de ser unitivos y procreativos. Y, por ser proyectivos, llevan en sí el anhelo de la anticipación, del pregusto y de la ilusión correspondiente. ¿De qué manera el fin unitivo se entronca en el fin último o perfectible del matrimonio? ¿Por qué afirmamos que el fin natural y supremo de la unión conyugal es la procreación?, ¿qué argumento podemos ofrecer a quién no entienda la veracidad de esta afirmación? ¿Qué ideas erradas se difunden en la actualidad sobre la paternidad responsable? ¿Qué es lo que está ocasionando que las personas tengan ideas erradas sobre la fecundación dentro del matrimonio? ÆÆ La naturaleza del matrimonio, tal como fue establecida por Dios y vivida por los hombres desde el nacimiento de la humanidad, testimonia la relación intrínseca que hay entre unión matrimonial y fecundidad. ÆÆ Desde el momento que el Creador formó la pareja, cuando quiso que hubiese dos sexos respectivos uno al otro, y llamados a unirse, lo hizo explícitamente para que la especie humana se propagase. ÆÆ La probabilidad de una fecundación más exitosa, se da en la fase del placer orgásmico tanto femenino como masculino. En el hombre, el climax sexual acontece junto a la expulsión del semen (cuya finalidad es exclusivamente procreativa); en la mujer, el orgasmo causa, entre otras modificaciones, la liberación de la hormona oxitocina (cuya feliz traducción del griego es «rápido nacimiento»), que facilita todo el complejo fisiológico femenino cuya finalidad es la mejor predisposición del óvulo para ser fecundado. ÆÆ El fin primero del matrimonio es la procreación (fin «natural»). Es decir que al engendrar y educar a sus hijos, los esposos experimentan un ensanchamiento de su ser personal, se plenifican como seres-en-relación. ÆÆ El fin segundo, «personal» y «personalizador», del matrimonio y del acto sexual, como de cualquier acto realizado en plena libertad y conciencia, es la mayor unidad e intimidad de los esposos en el amor. El punto de vista del fin o de los dos fines del matrimonio 64 65La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidadEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 37. ÆÆ La intimidad y el amor conyugal se deteriora cuando se suprime sistemáticamente el fin procreador en el acto sexual; con el riesgo además de convertir este acto consagrado en algo trivial, vano, poco satisfactorio e indiferente, más preocupado en la “técnica” y en los beneficios sensuales que en su contenido de amor. ¿Cuál es la íntima relación entre fin unitivo y fin procreativo?, ¿de qué manera uno fomenta al otro? ¿Por qué afirmamos que eliminar adrede la posibilidad de fecundidad daña y debilita inexorablemente el amor y la intimidad de los esposos? ¿Cómo se puede fortalecer los lazos de unidad e intimidad de la pareja? ÆÆ La intimidad y la fecundidad no son dos aspectos separables de la unión conyugal. El amor siempre es creador y lo impulsa la generosidad que no pone a priori límites a su dinamismo expansivo. ÆÆ Se afirma, con justa razón, que la persona humana concreta, en plenitud de su singularidad y dignidad, es más ella misma en la medida en que ame, dando más de sí. Análogamente, la novedad del nosotros de los esposos es más unión e intimidad, en la medida en que se realicen los dinamismos que lo orientan a la sobreabundancia de amor, en la colaboración con la obra creadora de Dios. ÆÆ Los esposos que ya tienen hijos, están asociados en esa obra común de fecundidad y del deber de la educación que se desprende de ella. ÆÆ Ya que no tienen otra ambición, sino educar a sus hijos, y quieren seguir la llamada de Dios, los esposos «pueden», con un medio legítimo, unirse como marido y mujer, excluyendo, en tanto que esto sea posible honestamente, la llegada de un nuevo hijo. ÆÆ Sin embargo, y esto es lo decisivo, cuando decimos «pueden», no quiere decir que tengan el permiso para establecer una vida sexual estéril, como si todo fuese aceptado por los esposos a partir del momento en que ya tienen prole. ÆÆ No «pueden» indiscriminadamente hacer uso de uno u otro medio anticonceptivo, con el único fin de «evitar al hijo». Si así lo hicieren estarían viviendo no según la «ley de la generosidad» sino en el «espíritu de esterilidad». La «apertura a la vida» debe ser la «intención» fundamental de todo acto. ÆÆ No se trata por tanto de reducirlo todo a «lo que se puede» y «no se puede» hacer fijando nuestra atención exclusivamente en el acto en sí. Es crucial la intención (interior) que se tiene al unirse en la intimidad. Esa intención procreativa debe estar presente –y con más razón aún- en cada encuentro sexual; así se emplee o no un medio moralmente honesto para espaciar los nacimientos. ÆÆ Vistas estas consideraciones podríamos, por error, concluir que un «método natural anticonceptivo», es moralmente correcto por el sólo hecho de ser natural. Lo es, si se le emplea por motivos muy justificables, en espíritu de fecundidad, en una apertura a la providencia divina y una confianza total en su Plan de Amor. La fecundidad inherente al acto conyugal La moralidad de los medios ¿Por qué se afirma que al hacer uso de un medio anticonceptivo se está viviendo en contra de la ley de la generosidad? 66 67La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidadEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 38. ¿Bajo qué condiciones un método lícito en sí mismo puede convertirse en deshonesto? ¿Por qué los métodos anticonceptivos artificiales son intrínsecamente malos? ¿Cuáles son los criterios que deben guiar la decisión de los cónyuges al momento de elegir la acogida de una nueva vida? ÆÆ Esta decisión, tan trascendental como maravillosa, exige de parte de los esposos el cultivo de dos virtudes fundamentales: la prudencia y el sentido común, junto a la generosidad y la confianza. ÆÆ Ante la costumbre –economicista y materialista- de decidir cuántos hijos tener, bajo criterios económicos, debemos mencionar que lo más importante es hacernos la pregunta ¿a cuántos hijos puedo amar y educar como corresponde a su dignidad? ÆÆ Todos los corazones no tienen el mismo tamaño. Distintos factores, ya sean históricos (el pasado de cada uno), biológicos, psicológicos (caracterológicos) y espirituales, deben ser puestos sobre el tapete a la hora de la elección. ÆÆ Es importante, también, tener en consideración que no es aconsejable predecir o escoger desde un inicio el número de hijos. Ello no es prudente. Cada nueva criatura que aparece en el seno de la familia genera un cambio radical en la vida de todos sus miembros, y obliga a una adecuada adaptación. Este proceso es fundamental. Una vez consolidado, recién se debe pensar en la posibilidad de acrecentar la familia. ÆÆ Un criterio más es que «nadie tiene derecho al hijo». Todo nuevo ser es un regalo y una bendición de Dios. Si Dios contempla la esterilidad parcial o total de los esposos, es porque tiene preparado para ellos un camino especial de aceptación, renuncia y cruz, que siempre será fructífera en el amor, y nunca per se frustración del proyecto de felicidad. La fecundación in vitro o in vivo, los vientres de alquiler y semejantes artificios, violentan el designio divino y manifiestan en el fondo una soberbia tremenda, una rebeldía ante la vida y las condiciones que se nos ha dado, y el consiguiente rechazo a lo dispuesto por el Señor en su plan para nosotros. ÆÆ Tampoco es aconsejable abrir la posibilidad de una nueva vida en etapas especialmente sensibles y pasionales. A veces, la fuerza de la pasión no permite discernir con claridad y serenidad. Es preferible esperar a que el amor se sienta como tranquilidad, serenidad y paz; condiciones para un mejor ejercicio de la prudencia. (Cfr. Humane Vitae, 16). Criterios para una decisión libre, sabia y generosa ¿Cuáles son los presupuestos de la responsabilidad en la generación de una nueva vida?, ¿qué implica esta virtud? ÆÆ A través de la historia, el ser humano ha tratado de encontrar métodos o técnicas honestas para el espaciamiento de los nacimientos, respetando las leyes inscritas en la naturaleza de la vida conyugal y de los actos que se derivan de ella. Han entrado así en la cultura los llamados «métodos naturales». ÆÆ Hoy en día, y gracias al aporte de los esposos John y Evelyn Billings en los años 50´s., podemos acceder a un método, que más que un «método», está llamado a convertirse en un «estilo de vida». De este tiempo hasta hoy se ha venido perfeccionando este procedimiento, al punto que la Organización Mundial de la Salud reconoce en él un 99% de efectividad. ÆÆ Recordemos que la responsabilidad exige el deber de conocer la verdad, de informarse, de buscar el bien y escoger lo mejor; asumir las consecuencias de los propios actos, pero sobre todo «responder» no solamente ante los hombres sino, sobre todo, ante Dios por las decisiones tomadas: «¿Qué hiciste hijo mío con la libertad que te entregué como regalo?». Los métodos honestos para el espaciamiento de la procreación 68 69La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidadEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 39. ¿Es posible que nos lleguemos a «cosificar» en nuestras relaciones sexuales?, ¿cómo prevenir esto? ¿Somos conscientes que al apartar sistemáticamente el fin procreativo de nuestra intimidad, terminamos lesionándola y debilitándola?, ¿cómo así? ¿Qué ayudas podemos tener para vivir la castidad en nuestro matrimonio? Oremos… Oh Dios, protégenos y bendícenos. Profundiza y refuerza nuestro amor a diario. Concédenos por tu misericordia que no lleguemos a faltarnos de palabra y de pensamiento. Perdónanos y corrige nuestras faltas, y haz que siempre nos perdonemos cada vez que sin darnos cuenta nos dañamos el uno al otro. Cuídanos y guárdanos bien en lo físico, alertas en la mente, tiernos de corazón, y fieles a Ti. Oh Dios, concédenos el aspirar y llegar a dar y ser lo mejor el uno para el otro. ambién te pedimos que nos bendigas con tu gracia para responder a tu amor con la generosidad de nuestros corazones. Y así, Señor, toma nuestro amor y nuestras vidas en conjunto, que sean para ti una alabanza, que estén al servicio de los demás. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén Dialoguemos en pareja ¿Qué concepto teníamos de la paternidad responsable? ¿Qué virtudes debemos cultivar desde ahora para vivir nuestro futuro matrimonio dentro de la fe y la moral de la Iglesia? ¿En qué estábamos equivocados? 70 71La paternidad responsable vivida en espíritu de fecundidadEncuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 40. Trabajemos en casa ¿Con qué medios se ayudarían a valorar el don de ser co-creadores? ¿Qué acciones tendrían que realizar para cuidar la virtud de la castidad? ¿Qué acciones tendrán que realizar para que puedan ser buenos padres de familia en el futuro? ¿Cómo les ha ayudado en su preparación al matrimonio la sesión que se ha compartido? 72 Encuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 41. «Los actos con los que los esposos se unen íntimamente y castamente entre sí son honestos y dignos, y, realizados de modo verdaderamente humano, significan y fomentan la recíproca donación, con la que enriquecen mutuamente con alegría y gratitud». Catecismo de la Iglesia Católica (2362). Para reflexionar ¿Qué debes tener presente en tu vida sexual dentro del matrimonio? 73Trabajemos en casa
  • 42. «La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, “el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra”. El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es una sabia institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas. En los bautizados el matrimonio reviste, además, la dignidad de signo sacramental de la gracia, en cuanto representa la unión de Cristo y de la Iglesia». San Juan Pablo II. «…no mereces alabanza por haberlos tenido (hijos), sino porque te afanas en criarlos y educarlos en la piedad. Para que te nacieran bastó la fecundidad: para que vivan tienes felicidad; mas su educación es obra de la voluntad y de la autoridad». San Agustín, La bondad de la viudez, C.14,18. «La sexualidad está ordenada al amor conyugal del hombre y de la mujer. En el matrimonio, la intimidad corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de comunión espiritual. Entre bautizados, los vínculos del matrimonio están santificados por el sacramento». Catecismo de la Iglesia Católica, 2360. «Los padres deben mirar a sus hijos como a hijos de Dios y respetarlos como a personas humanas. Han de educar a sus hijos en el cumplimiento de la ley de Dios, mostrándose ellos mismos obedientes a la voluntad del Padre de los cielos». Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 222. «Dios, que es amor y creó al hombre por amor, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer, los ha llamado en el Matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre ellos, “de manera que ya no son dos, sino una sola carne”. Al bendecirlos, Dios les dijo: “Creced y multiplicaos”». Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 337. ¿Qué nos enseña la Iglesia? 74 Encuentro II: Sacramento de unidad, enriquecida y fortalecida a través de los hijos
  • 43. «Los jóvenes deben ser instruidos adecuada y oportunamente sobre la dignidad, tareas y ejercicios del amor conyugal, sobre todo en el seno de la misma familia, para que, educados en el cultivo de la castidad puedan pasar a la edad conveniente, de un honesto noviazgo vivido, al matrimonio». Autor. Gaudium et Spes 49, 3. «La vida humana es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie en ninguna circunstancia, puede adherirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente». Instrucción Donum Vitae, 5. «¿Es moralmente lícito el diagnóstico prenatal? Si el diagnóstico prenatal respeta la vida e integridad del embrión y del feto humano y si se orienta hacia su custodia o hacia su curación, la respuesta es afirmativa». Instrucción Donum Vitae, 2. «… la Iglesia condena, como ofensa grave a la dignidad humana y a la justicia, todas aquellas actividades de los gobiernos o de otras autoridades públicas, que tratan de limitar de cualquier modo la libertad de los esposos en la decisión sobre los hijos. Por consiguiente hay que condenar… cualquier violencia ejercida por tales autoridades en favor del anticoncepcionismo e incluso de la esterilización y del aborto procurado. Al mismo tiempo, hay que rechazar como gravemente injusto el hecho de que, en las relaciones internacionales, la ayuda económica concedida para la promoción de los pueblos esté condicionada a programas de anticoncepcionismo, esterilización y aborto procurado». Exhortación Apostólica Familiaris Consortio. «Los actos con los que los esposos se unen íntima y castamente entre sí son honestos y dignos, y, realizados de modo verdaderamente humano, significan y fomentan la recíproca donación, con la que se enriquecen mutuamente con alegría y gratitud (GS 49, 2)». Catecismo de la Iglesia Católica, 2362. «El (el diablo) ve a un hombre irreprochable, de intacta pureza: entonces le insinúa que debe considerar el matrimonio como algo reprochable. La consecuencia es que se aparta de la Iglesia y en su celo por la virginidad es separado de su amor virginal». San Ambrosio. 75¿Qué nos enseña la Iglesia?
  • 44. El matrimonio como sacramento de unidad El misterio del pecado y la reconciliación dentro del matrimonio Matrimonio, camino de santidad y perfeccionamiento en las virtudes Encuentro III Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
  • 45. Resolviendoconflictos ÆÆ ¿Estás de acuerdo con mis propuestas de solución y mi actuar ante esta situación?, ¿por qué? ÆÆ ¿Qué cambiarías o mejorarías de mis propuestas de solución?, ¿por qué? Se plantea un problema específico para todos los participantes. Por ejemplo: un conflicto que amerite tomar una decisión inmediata, en cuanto al trabajo de uno de ellos o a la educación de un hijo o incluso a su vida social con los amigos. Cada participante deberá resolver el conflicto y escribirá las alternativas de solución en una hoja. Luego compartirán sus decisiones en el grupo. (Si son grupos grandes se formarán subgrupos que incluyan a las parejas). Después de compartir, se reunirán por parejas y darán a conocer sus decisiones, agregando las siguientes preguntas: Para que finalmente ambos asuman una sola propuesta, la cuál puede ser la combinación de ambas o una nueva. Por último, expondrán en pareja las soluciones tomadas. Indicaciones Nos conocemos Señor, Tú que con tu poder lo hiciste todo de la nada y desde el principio de la creación, le diste al hombre la ayuda inseparable de la mujer y quisiste que formaran una sola carne, enseñándonos que nunca es lícito separar lo que quisiste que fuera uno. Tú que has querido la unión del hombre y la mujer y has bendecido esta comunidad, establecida desde el principio, con la única bendición que no fue abolida ni por la pena del pecado original, ni por el castigo del diluvio; míranos con bondad y danos Tu bendición. Concédenos el don del amor y de la paz. Señor, te suplicamos que permanezcamos fieles a la fe y a tus mandamientos y que, compartiendo nuestra vida, seamos un ejemplo de integridad. Que seamos robustecidos por la fuerza del Evangelio y testigos de Cristo delante de todos. Que seamos fecundos en hijos, padres intachables y tengamos una ancianidad feliz. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén El matrimonio como sacramento de unidad Tema 7 78 79El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
  • 46. ¿Cuáles son los bienes del matrimonio y cómo se relacionan entre ellos? ¿Por qué es importante «tomar conciencia» de las verdades que la Iglesia enseña? ¿Por qué es difícil en la actualidad entender el valor y la razón de ser de los sacramentos? ¿Cuáles son las implicancias concretas de aceptar y reconocer el matrimonio como un sacramento? ¿Por qué necesitamos de los sacramentos?, ¿qué obran en nosotros? ¿Qué ideas erradas se suelen tener sobre el sacramento del matrimonio?        Es una tradición comúnmente aceptada en la Iglesia de hoy lo que San Agustín afirmaba en su tiempo sobre los caracteres esenciales del matrimonio cristiano: «hijos», «fe conyugal o fidelidad» y «sacramento». Ahora nos toca hablar sobre este último: ÆÆ Una cosa es saber, definir, enseñar; y otra cosa es «adquirir conciencia» -esto es decisivo. Adquirir conciencia es percibir al ser como elemento de la realidad, aprehender el lugar que el objeto ocupa en nuestra vida y en la del universo. ÆÆ Adquirir conciencia de una verdad doctrinal es descubrir el lugar que esta doctrina ocupa en el conjunto de lo que constituye la verdad y las consecuencias prácticas que de ello se derivan. Los bienes del matrimonio: hijos, fe conyugal o fidelidad y sacramento ÆÆ «Se entiende por sacramento a unos signos sensibles que significan y producen la gracia en el alma, en virtud de la Encarnación del Verbo; esto es, de la institución de Cristo». ÆÆ Dios, para quien nada de lo humano le es ajeno, ha querido que su amor sea manifestado a través de formas, símbolos y ritos tangibles. ÆÆ En todo sacramento hay algo que se ve y otro tanto que no se ve. La experiencia sacramental nos introduce en el misterio del amor de Dios. Un símbolo sagrado dice mucho más que lo que la mente humana puede entender o intuir. ÆÆ La celebración del matrimonio ha ido perdiendo su aspecto sagrado y misterioso debido a las exigencias materiales que uno mismo y su circunstancia hemos impuesto: el diseño del parte, la elección de la Iglesia y muchos etcéteras más. ¿Dónde queda lo sagrado?, ¿dónde se recuerda el Misterio que se celebra?, ¿dónde queda el sacramento? ÆÆ El sacramento «significa» la gracia, su acción nos introduce en la comunión divina. Su finalidad es hacernos cada vez más partícipes del amor de Dios y señalarnos el camino de su Plan para nuestra perfección y santidad. Sin la «apertura» sincera a la gracia, el sacramento no tiene razón de ser. ÆÆ El sacramento opera un cambio ontológico (relación al ser en su totalidad) en la persona. La cuestión es clara: hay un antes y un después cuando se ha recibido el sacramento. El matrimonio es un «sacramento» 80 81El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
  • 47. ¿Cómo nos debemos preparar para recibir los sacramentos en general y el del matrimonio en particular? ¿Por qué es tan importante para los novios y esposos tener una vida espiritual intensa y permanente? ¿Cuáles son las semejanzas y las diferencias entre un matrimonio natural y un matrimonio católico y religioso? ¿De dónde proviene la confusión en torno a la sacramentalidad del matrimonio religioso? ÆÆ El matrimonio es una “institución natural”, es decir que existe fuera de la religión cristiana y fuera de toda religión, como institución social, regida por la naturaleza del hombre. ÆÆ La unión conyugal fue reconocida como realidad humana y a la vez divina. El matrimonio cristiano es la institución natural del matrimonio, y al mismo tiempo ya no lo es, porque ha llegado a ser sacramento, instrumento de vida divina. ÆÆ El matrimonio es el acto natural que se convierte en sacramento en el cristianismo. En palabras del Papa Pío IX: «El matrimonio civil no es más que un concubinato». Hay que tener conciencia de la acción transformadora del sacramento. Por lo tanto, no existen dos matrimonios; el único que con propiedad puede llevar este nombre es el realizado en la ceremonia religiosa. ÆÆ El matrimonio es un sacramento de unidad, cuya finalidad es la conversión permanente de los esposos y la aceptación alegre de las exigencias individuales, conyugales y familiares que de ello se deriven. Los esposos son los «Ministros». ÆÆ Dios se manifiesta a su pueblo, mostrándose como Padre, Pastor y también como Esposo. Este nombre de «esposo» es usado como expresión de su fidelidad al pueblo escogido. Al emplearse este simbolismo, la Sagrada Escritura nos está presentando al mismo Dios como modelo para los esposos humanos. ÆÆ En el Evangelio, el Señor Jesús es el Esposo que celebra sus bodas con la humanidad. En la Sagradas Escrituras nos encontramos con distintos pasajes que nos hablan de los esponsales. ÆÆ A diferencia del Antiguo Testamento en donde se destaca la fidelidad de Dios para con su pueblo; en el Nuevo Testamento se resalta la celebración de las bodas, la llegada del Novio que desea encontrarse con aquellos que prudentemente esperan su venida. ÆÆ Es importante recalcar la relación íntima de los esposos y su consiguiente apertura a la vida. Si algo se nos ha revelado de esa unión mística es su eficacia de vida. Al mismo Cristo se le llama «El Príncipe de la Vida» y es así como lo alabamos todavía. ÆÆ No es suficiente decir que Cristo da la vida a su Esposa, la Iglesia. En esta unión misteriosa, lo primero, es el don de vida que hace Cristo. La comunicación de vida es un aspecto esencial de esa unión, pero existe otro, esencial y evidente: el amor. El matrimonio natural y el matrimonio cristiano El Señor Jesús es el Esposo El amor místico que da la vida Semejanzas Diferencias 82 83El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
  • 48. ÆÆ Unidad y vida son dos misterios inseparables. El amor con que Dios ama es una comunicación de vida, ello es amor. Esta modificación consiste en que hemos «pasado de la muerte a la vida», siendo el amor conyugal signo sagrado de este amor misterioso de Cristo por su Iglesia. ÆÆ Todo acto de amor es a la vez procreador o no es verdadero amor. Es así que la intención de fecundidad debe acompañar el actuar y obrar de los esposos a lo largo de su existencia en común. Si el amor de Dios genera cambios en el corazón del hombre; es el amor humano el destinado a producir un cambio en la sociedad humana. ¿Qué alcances para la vida de los cónyuges devienen al considerar que Dios ha hecho del matrimonio, signo del amor de Cristo por su Iglesia? Toda verdad, y con mayor razón si viene del Cielo, transforma nuestras vidas con la finalidad de obrar rectamente. Terminamos esta reflexión ofreciendo a manera de síntesis algunas de las consecuencias que se desprenden de considerar al matrimonio como sacramento: ÆÆ Dios no abandona nunca a su suerte a los esposos; más bien, considerando la fragilidad e imperfección del amor humano, viene en su ayuda mediante la gracia. ÆÆ La gracia de Dios o poder divino nos viene por los sacramentos. ÆÆ El matrimonio como sacramento tiene efectos beneficiosos en nuestra propia naturaleza personal, y en orden a una mayor unidad y fecundidad. ÆÆ Al considerar la bendición divina, los esposos tienen la garantía que existe un “tercer factor” en su amor, el que garantiza a su vez que sea un camino de felicidad, pase lo que pase. ÆÆ Sólo es posible el beneficio pleno de los sacramentos dentro de un contexto de vida cristianamente activa. ÆÆ El matrimonio no es sólo una celebración de amor ya existente, es el ingreso a una vida en comunión con Dios-Amor. ÆÆ La mejor preparación para recibir el sacramento del matrimonio es mediante una vida espiritual intensa. ÆÆ El sacramento del matrimonio es la garantía divina de que el amor humano se irá perfeccionando. ÆÆ Recibir el sacramento del matrimonio debe ser motivo de orgullo. ÆÆ La conciencia sacramental es un aliciente para la fidelidad, otro de los bienes de la unión conyugal. ÆÆ La íntima unión del amor conyugal, bendecida y elevada por el sacramento, es la razón por la cual cada esposo santifica al otro mediante sus obras de caridad. Su vida en común es camino de santidad. ÆÆ El matrimonio debe alimentarse de los demás sacramentos, en especial del sacramento de la Reconciliación o Penitencia y de la Eucaristía. ÆÆ Este sacramento de unidad no desaparece en vida. Ha sido enriquecido con tal bendición de Dios «que no ha sido abolida ni por el castigo del pecado original ni por el castigo del diluvio». ÆÆ No puede separar el hombre lo que Dios ha unido. Hechos tan graves como la infidelidad deshonran dicha unión, la lesionan, pero nunca la eliminan. El sacramento ya está dado. El Plan de Dios no cambia; la acción de su amor misericordioso y transformador es permanente. Consecuencias para la vida de los esposos Según esta consideración última, ¿qué acciones podrían realizar para mantener la unidad en su matrimonio? ¿Cómo podemos vivir rectamente dentro del matrimonio? 84 85El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
  • 49. Dialoguemos en pareja ¿Cómo nos vamos a preparar desde ahora para acoger debidamente el sacramento que vamos a recibir? ¿Qué tan conscientes somos de la gracia especial que recibimos junto con los sacramentos? ¿Cómo vamos a acrecentar nuestra vida espiritual?, ¿a qué nos podemos comprometer? ¿De qué forma esta conciencia nos ayudará a superar los momentos de crisis que se puedan presentar en nuestra relación conyugal? ¿A qué nos compromete saber que Dios ha querido que nuestro futuro matrimonio sea signo del amor de Cristo por su Iglesia? ¿Con qué medios concretos vamos a conservar la conciencia de nuestro matrimonio como sacramento, ¿qué dificultades se nos pueden presentar en esta tarea? Medios Concretos Dificultades ¿Qué criterios de los que hemos aprendido en este tema nos ayudarán a respetar «al unísono» la naturaleza procreativa y unitiva de todos nuestros actos conyugales? 86 87El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad