2. El gaucho.
La palabra gaucho se usó en las regiones del Plata, Argentina,
Uruguay, y Brasil, (aunque allí la palabra es gaúcho) para designar
los jinetes de la llanura o pampa, dedicados a la ganadería. Aunque
se han propuesto muchas etimologías, no es claro todavía el origen
de esa palabra. Una de las más populares es la que hace derivar a
gaucho de "guahu-che", que en araucano significa "gente que canta
triste".
Fruto de la mezcla de sangres española e indígena, comenzó a
forjar su original personalidad en las primitivas vaquerías de la
colonia. Allí aprendió a desempeñar las tareas de ganadería con
singular destreza y fundió su cuerpo con el de su inseparable
compañero: el caballo. Pasaba la mayor parte de su vida sobre el
lomo de su pingo, por eso siempre detestó la agricultura, que lo
obligaba a estar de pie. Su indómito valor lo convirtió en uno de los
pilares de la emancipación americana. Fue pastor en los tiempos de
paz y soldado en tiempos de guerra.
La extensión de la llanura pampeana fue la que terminó de moldear
su conducta. Es independiente, de vida errante y costumbres
sencillas. Esa libertad con que enfrenta la vida le traería aparejados
muchos disgustos. Por mucho tiempo se lo marginó, llegándole su
reivindicación con el paso del tiempo, al punto de convertirse la
3. Un poco de Historia...
En Argentina se festeja el Día Nacional del Gaucho el 6 de diciembre.
Existen más de 50 etimologías para esta palabra que designaba a una
etnia que, en el siglo pasado, era considerada de lo más bajo de las clases
sociales, y luego de las guerras de la independencia tuvo una pequeña
reivindicación, por su coraje. Se considera que la palabra tuvo variados
usos según las épocas:
1642-Vagabundo o vagamundo: Se aplica a la persona que no tiene casa ni
trabajo y va de un lugar a otro
1734-Changador: los que se ocupaban en matar animales para sacar algún
provecho de sus cueros.
1746-Gauderio: Origen portugués, llamaban así a los campesinos
andariegos. Eran hombres increíbles en el manejo del caballo y la
hacienda.
1771-Gaucho: Hombre que habitaba en la Pampa de la Argentina, el
Uruguay y el Sur de Brasil.
1789-Guaso: Persona falta de trato social, poco habituada a las
costumbres de grandes ciudades.
1798 – Camilucho: indio que trabaja como jornalero en el campo.
Hacia el año 1600, aparecen en el Litoral los GAUDERIOS o
CHANGADORES. Estos fueron los primeros gauchos. Pocos años
después los encontramos ya en la campaña bonaerense.
El ganado cimarrón tuvo mucho que ver, con la presencia del gaucho en
4. De este modo empieza a dibujarse la imagen del
gaucho libre, sin trabajo ni vivencia fija, recorre a caballo
grandes distancias y duerme al descampado sobre su
recado cuando lo sorprende la noche en la soledad de
la llanura. Lleva una vida nómade y apartada de las
ciudades.
Por entonces, las autoridades dan permiso a los dueños
de tierras para realizar VAQUERIAS, es decir, para
recoger y faenar el ganado cimarrón. El gaucho trabaja
en ellas y debido a las expediciones que tienen que
hacer para buscar el ganado, se van alejando cada vez
más de los centros poblados y se diseminan por las
pampas. Fueron pues los primeros paisanos que
fundaron una sociedad campesina. Hacia 1661, el
gaucho deambula de rancho en rancho. Su primitiva
casa era un miserable refugio, pero a medida que se
afinca, el gaucho levanta el rancho de paredes de barro
y cubre la puerta con un cuero. Como le bastaba matar
una vaca o novillo para alimentarse, comía casi
exclusivamente carne - asada y sin sal
Del animal sacrificado solo aprovechaba un trozo de
carne y el cuero de las patas para hacerse un par de
5. Cuando se fundó la ciudad de Buenos Aires se repartieron las tierras, las más extensas y
alejadas se llamaron ESTANCIAS. Al principio, los límites entre una y otra eran
simplemente los ríos y arroyos, aunque a veces se construyeron zanjas divisorias.
Las nuevas estancias ocuparon buenos terrenos, altos con declive para que el agua de
lluvia no se estancara y provistos de aguadas naturales. Los dueños no la dirigían
Cambios en el tiempo.
personalmente sino que delegaban el mando en mayordomos y capataces.
En ellas vivían en pobres ranchos los esclavos y los gauchos que trabajaban como
peones. Como esas estancias tampoco tenían cercos , era necesario "aquerenciar" el
ganado , es decir aprovechar la costumbre de éste de permanecer en un sitio
determinado. Para lograrlo, durante tres o cuatro meses se los arreaba hacia lugares
apropiados. Como tales rodeos iban constituyendo el ganado de la estancia.
El aumento del número de estancias causó otra modificación en las costumbres del
gaucho comenzó a abandonar la vida nómade y a conchabarse para trabajar. El era
quien mejor sabía realizar las nuevas tareas que la estancia requería , formar rodeo,
castrar y marcar hacienda. Sin embargo, en cuanto reunía el dinero que necesitaba para
comprar sus "vicios" (yerba o tabaco) volvía a la vida libre, por esta razón se los llamaba
también " arrimados” .
Pero con tales transformaciones se le hará más difícil mantenerse como el diestro jinete
dueños de la llanura. En efecto, ya en las primeras décadas del siglo XIX, las estancias
mejoran sus instalaciones y aumentan su personal, porque cada vez se intensifica más
la exportación del cuero y el interés por la explotación de la carne vacuna. Se inicia
asimismo el cultivo de los campos y la mejora de las razas por cruza con animales
importados.
Abandonado el antiguo rodeo, el gaucho debe entonces adaptarse a la situación; ya no
domina con su rápido lazo el ganado salvaje, ahora cuida la hacienda mansa de las
estancias.
6. Supervivencia.
En las excursiones de caza llamadas vaquerías, derribaban a
las
vacas con sus boleadoras (arma de origen indígena, que
consta de tres bolas de piedra, madera o metal, recubiertas
en cuero, y atadas entre si desde los extremos con lonjas de
cuero, que se revolean y se lanzan a las patas del ganado
para derribarlo).
También usaban una caña larga con una medialuna de metal
afilado en la punta, para cortar los tendones de las patas
traseras del ganado, mientras lo perseguían a caballo.
La insaciable demanda del cuero, por parte de Europa, hizo
que el ganado cimarrón desaparezca prácticamente del litoral
argentino, siendo los mas beneficiados los comerciantes
portugueses.
Además, los gauchos debían competir con los indios, quienes
también se dedicaban al negocio de los cueros.
Para comer bastaba con faenar un animal; lo demás lo
brindaba la naturaleza : no les hacía falta nada más.
7. Los trabajos.
La doma: que consiste en hacer que un caballo, mula o
burro se domestiquen, esto es que el animal asimile que tiene un
dueño que lo manda y que por lo tanto debe obedecer. El gaucho
amansaba dejando que el animal corcovee (salte) a cielo abierto
acompañado por apadrinadores que lo asistían. Una vez que el
animal se había cansado de saltar, comenzaba a crearse una
relación de pertenencia, pues el animal sentía que había sido
vencido por el jinete. Este estilo de doma es el que retoman hoy en
día los grandes festivales como el de “Jesús María” que cada año
se realiza en la ciudad de Córdoba. Sin embargo, cuando el gaucho
entró en contacto con el indio, tomó también su manera de
amansar, la que consistía en crear un vínculo de amistad y cuidado
con el animal. Esta relación se iba construyendo paulatinamente, de
modo cariñoso. Una vez que el animal confiaba en su amigo, este
lo montaba, y ya no se producía la jineteada ya que era una
relación pacífica. El amansamiento del caballo no ha podido ser
suplantada por ninguna tecnología, está por lo tanto en plena
8. La yerra, colocar herraduras al caballo o en otras épocas
también a las vacas para trasladarlas por grandes distancias,
es un oficio que ha ido perdiendo vigencia, aunque el
surgimiento de de las instituciones gauchas lo revivió por el
incremento de personas que se sumaron a estos grupos.
Primeramente se saca la herradura que esta gastada, luego
se limpia el casco de la pata, se lima la uña, para luego pasar
a clavarle la herradura con clavos de acero. Actualmente los
veterinarios poseen la yerra como materia, pero en general la
siguen realizando los gauchos por tener más experiencia.
LA DOMA.
LA
YERRA.
9. El capado (castrado) de caballos, toros y cerdos es otro de los trabajos
del gaucho y que a pesar de sus estudios, no lo realizan tan asiduamente
los veterinarios. Acompañado de un antiguo ritual, esta tarea se realiza un
día de luna en cuarto menguante, y de ser posible viernes, para que el
animal sangre menos y se recupere más rápidamente. Una vez que se lo
ha castrado, tomándolo de la cola, le echa tres puñados de tierra en la
herida y, cuelga al aire libre los testículos y cuando éstos se han secado es
señal que la herida también lo ha hecho. EL gaucho no suele cobrar por
esta actividad, pues dice que si lo hace el animal muere, aunque puede
recibir un regalo si el dueño del animal se lo otorga.
La labor de resero es otra de los trabajos que han ido perdiendo vigencia.
Consistente en trasladar grandes cantidades de cabezas de ganado de una
región a otra, era quizá una de las actividades más sacrificadas. El libro
Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes estampa esta labor con gran
maestría. El protagonista, Fabio Cáceres es apenas un niño, maltratado en
su pueblo por ser guacho (huérfano). Un día conoce a Don Segundo y su
presencia lo deslumbra, se entera a que hacienda se dirige y va al otro día
y se conchaba (pide ser contratado) como marucho (niño aprendiz).
Comienza el viaje junto a Don Segundo, trasladando una gran cantidad de
ganado. El viaje dura nada más y nada menos que cinco años, y ya de
vuelta, Fabio se ha convertido en un gaucho hecho y derecho, ha
aprendido a ser resero y domador guiado por Don Segundo al que ha
llegado a querer como un padre.
10. El carneo: Esto es el proceso de capturar un animal, y
darle muerte de manera que todo pueda ser aprovechado:
cuero, carne, sangre, vísceras, cabeza y grasa. Por esta
razón el gaucho nunca caza (captura) animales por gusto o
para hacer daño, sino que sólo acecha el número que
necesita, al que va a aprovechar íntegramente. El carneo,
cuando se realiza de modo personal, es casi siempre una
fiesta, con rituales como el mate, el canto y la guitarreada y
mucho albedrío. Una vez que se ha terminado la tarea, el
gaucho siempre hace un brindis (obsequio) a sus vecinos y
parientes.
12. Diversiones.
La taba, las carreras de caballos y de sortijas, las payadas, el pato, la
riña de gallos, la caza de avestruces, los juegos de naipes, fueron
todas diversiones de los gauchos.
La pulpería era su principal centro de reunión y el lugar donde pasaban
muchas horas probando su suerte en juegos de azar, mientras alguno
punteaba en la guitarra un melancólico yaraví y otros se convidaban
con aguardiente.
El pulpero atendía a sus clientes detrás de una fuerte reja, que dividía
el negocio, porque a menudo había peleas y no era cuestión de que le
destrozaran la mercadería.
Estos establecimientos eran también almacenes y tenían frente a la
casa una cancha para el juego de carreras, que fue uno de los
entretenimientos favoritos del gaucho.
En las carreras intervenían dos jinetes, que iban en camisa, descalzos
y con una vincha en la frente para sujetar el cabello.
Montaban en pelo a sus caballos y mientras los espectadores hacían
sus apuestas se preparaban para la largada. A la orden de los jueces
partían al galope a través de los 300 ó 400 metros, que debían
recorrer.
13. Las riñas de gallos fueron otro pasatiempo predilecto. En
este juego se enfrentaba a dos gallos especialmente
entrenados para la pelea y se los hacía luchar hasta que uno
de ambos moría, los gauchos se entusiasmaban y eran
capaces de apostar todo cuanto tenían.
Truco: Se trata de un juego de naipes en el que pueden
participar 2 ó más jugadores (por lo general, se busca que el
número de jugadores sea par) en el que priman la suerte y la
habilidad. Su nombre deriva justamente de su metodología,
ya que se puede mentir o engañar al adversario, como en el
póker, para hacerlo desistir de una apuesta.
Se juega con barajas españolas de 48 cartas, de cuyo mazo
completo se retiran todas las barajas correspondientes a los
números 8 y 9, quedando así reducido a un total de 40
cartas. Tiene una escala propia de valores que reconoce en
primer término al as de espadas, seguido por el de bastos.
La cogotada: Se practicaba antaño en la campiña. Consistía
en un rudo pasatiempo entre dos jinetes que, previo desafío,
arrancaban a escape luego de pasar sus brazos por la nuca
o parte posterior de sus cuellos. A toda furia, se esforzaban
por derribarse recíprocamente del caballo, resultando
vencedor aquél que conseguía tumbar al adversario.
14. JUEGO DE SILLA:
HACER UNA RONDA E IR
SACANDO LAS SILLAS.
TRUCO: JUEGO DE
NAIPES.
RIÑAS DE GALLOS:
ENFRENTAMIENTO ENTRE
DOS GALLOS.
15. El pato: Cuenta la tradición que esta diversión criolla nació,
como su nombre lo indica, a raíz de una disputa entre
paisanos por un pato de verdad, generándose el clásico
tironeo para arrebatárselo unos a otros. Actualmente el juego
consiste en que 2 equipos de 4 jinetes cada uno deben
introducir una pelota blanca, envuelta en cuero y con seis
manijas, dentro de un arco de 2,70 metros de alto con una
red de 1 metro de circunferencia en la punta. La cancha debe
tener un largo máximo de 220 metros y mínimo de 180, por
un ancho de 90 (máximo) u 80(mínimo). Los caballos pueden
ser de cualquier alzada.
La payada: Consiste fundamentalmente en un juego de
destreza verbal e intelectual. Se trata de una disputa
argumentativa, acompañada con guitarra en que los
contrincantes establecen un tema y se van alternando con el
canto de manera improvisada. Gana aquel que resiste con
mayor gracia y maestría. En la campaña era frecuente que
durara varias horas y hay testimonios que dan cuenta de
algunos contrapuntos que llegaron a extenderse por una
jornada.
17. La carrera de sillas: Es otro de los juegos típicos de nuestro campo
y se realiza generalmente en el marco de una jineteada. Consiste
en la reunión de varios jinetes que forman una rueda alrededor de
varias sillas, siempre una menos que la cantidad de participantes.
Al comenzar la música comienza también la vuelta alrededor de los
asientos; al interrumpirse aquélla, los jinetes deben desmontar
rápidamente y sentarse, quedando fuera del juego el que no
consiguió su silla. Así, descalificando al paisano que queda de pie y
quitando un asiento por vuelta, el juego continúa hasta que quede
un único ganador. Este entretenimiento tiene su versión urbana,
obviamente sin caballos.
El juego de cañas: Es uno de los juegos gauchos más antiguos, de
origen español. Consiste en que los jinetes deben imaginar cargas
de combate y por ende, escapar, hacer círculos, semicírculos, ya
sea en grupos o en hileras. Se inicia cuando el primer jugador pasa
frente al bando contrario, de donde sale un adversario en su
persecución y bolea simbólicamente a su caballo (con boleadoras
hechas de material inofensivo); el boleado debe entrar al bando
opuesto y permanecer allí. Un tercero sale entonces en persecución
del que arrojó las bolas y a su vez le bolea su caballo, debiendo
éste ingresar al grupo enemigo. El juego termina cuando los
hombres de un bando están en el de los contrarios y éstos se
mantienen en el propio.
18. JUEGO DE CAÑAS:
IMAGINAN QUE ESTAN
EN UN OCMBATE.
COGOTADA: DUELO
ENTRE DOS JINETES.
21. Las Fajas.
FAJA: hecha con hilos. Realizadas por
los chinas.
22. Vestimenta: alpargatas.
Alpargatas: Este calzado fue traído por los vascos,
españoles o franceses, al Plata, hacia la tercera década
del siglo pasado; siendo adoptado por los trabajadores
rurales. Esta especie de zapatilla es la sucesora de la
bota de potro, utilizada para el trabajo rural. Consta de
una fuerte lona, con suela de cuerda de yute o cáñamo,
muy liviana y de buen agarre al piso. A diferencia de
otras vestimentas, la humilde alpargata, se convirtió en
una pilcha infaltable para ambos sexos, pero sobre todo,
la compañera inseparable de la bombacha.
23. Las bombachas.
Bombachas: Pantalones anchos y cómodos usados especialmente en las
tareas del campo. Pueden considerarse como reemplazantes del chiripá y aún
hoy son elegidas por estancieros, capataces, mayordomos, troperos, peones.
Para "compadrear", cuando se usaban alpargatas, se dejaba el botón de la
botamanga de la bombacha desprendido lo que hacía que cubra casi por
completo el pie.
Esta prenda aparece unos cinco años después de la Guerra Grande, durante
la llamada Guerra de Crimea, en la que Francia e Inglaterra, se alían a Turquía
para defenderla de los intentos conquistadores de Rusia, adoptando sus tropas
vestimentas similares a las de los soldados turcos, en especial sus anchos
pantalones. Terminada esta guerra antes de lo previsto, el excedente de dichos
uniformes fue exportado por estos países al mercado rioplatense, donde tuvo
como destino las tropas locales y, fundamentalmente, las pulperías de la
campaña, donde tuvo una gran aceptación por parte de la población rural.
24. Chiripá: El origen del nombre proviene de la voz
quechua chiripac. Es un rectángulo de tela de El
lana paño de bayeta, usado en lugar de
pantalones por los gauchos. Se cubrían con él
caderas, muslos y piernas pasando por entre las
chiripá.
piernas y se sujetaba a su cintura por una ancha
faja. El chiripá era de gran amplitud y permitía
que el gaucho se moviera en sus faenas rurales
con la mayor libertad. Comenzó a usarse a fin
del siglo XVIII sustituyendo al calzón. Quienes
primero usaron una prenda similar, fueron los
indios catequizados en los establecimientos
misioneros como consecuencia de la necesidad
inmediata que tuvieron los jesuitas al organizar
los pueblos, de vestirlos de acuerdo a los
principios morales y de pudor a la religión. El
chiripá colocado entre las piernas como pañal,
fue en principio un poncho o medio poncho de
telar, por lo que naturalmente tenía flecos en su
perímetro y era de un color de fondo con rayas
de otros colores. Con el paso de los años fue
reemplazado por los estancieros, mayordomos,
capataces y de estos a puesteros y peones por
la sobria y funcional bombacha
25. Faja: Es un elemento de sujeción usado para sostener los calzones,
chiripá y luego las bombachas. Es una tira larga de tejido de lana
o algodón, a veces, de seda, de 10 a 12 cm de ancho,
terminada con flecos. Las hay con diversos motivos y colores.
Se enrolla a la cintura de derecha a izquierda, comenzando por
el flanco derecho del que se deja colgar una de las puntas,
que descansaba sobre el muslo de ese lado
LA RASTRA: es el broche o hebilla que se
utiliza para unir los dos extremos del cinto.
Las mas antiguas son de plata de 9 y 11 cm.-
Los tiros, cadenas o chapones son cortos, esta
acentuado por el uso de grandes monedas o botones.
En la actualidad es solo decorativa.
Faja y Rastra
26. Pañuelo: Se le llama así a un cuadrado de 75 a
85 cm. de lado, de tela liviana o seda, estampado
o liso, siempre de colores muy vivos. Se le daba
diferentes usos y según éstos recibía su
P
denominación: A
Ñ
Serenero: Se cubría la cabeza con el pañuelo, y
atado o anudado bajo el mentón, siempre bajo el U
sombrero. De esta manera se protegía la cabeza,
las orejas y la nuca de la lluvia, el sol, el frío o el
rocío.
E
L
Bincha: el gaucho doblaba el pañuelo y sujetaba O
los cabellos (generalmente con una trenza o
coleta) atándolo atrás de la cabeza. S
Colilla: Para el paseo, la pulpería o en faenas a
pie, el gaucho se colocaba el pañuelo alrededor
del cuello, cubriendo hombros y espalda como un
simple adorno.
27. Poncho: El poncho es una prenda rectangular de lana con una abertura a lo largo
para pasar la cabeza. Los gauchos lo convirtieron en prenda indispensable para
abrigarse en sus viajes por la extensa llanura, lo utilizaron como bolsa de dormir y
como carpa en los improvisados campamentos de los hombres de la pampa. En una
pelea de cuchillo, el gaucho se envolvía el poncho en el brazo izquierdo formando
una especie de coraza, que le permitía parar los tajos o puñaladas del facón
enemigo .El gaucho no abandonaba nunca el poncho, lo llevaba doblado, al hombro,
o envuelto a la cintura y anudado a la izquierda, para que el nudo no le dificultase
los movimientos de la mano derecha. Cada región de la Argentina tiene su poncho
"típico", con colores y formas características, tejiéndolos a mano y en telares
primitivos.
Todo hace suponer que los indios araucanos fueron los inventores del poncho. Lo
llamaron "phonto" y desde Chile lo difundieron a lo largo de los Andes. Sin embargo
el poncho conoce un antepasado similar que se llamaba "uncu" y lo usaban otros
indios de América. Era una camisa sin mangas, muy suelta y amplia. También existe
una posibilidad de que poncho sea voz del léxico de la marinería española del
mediterráneo El poncho se compone de dos pedazos de tela, de siete pies de largo
por dos de ancho, cosidos entre sí a lo largo, menos en el centro, donde se deja un
hueco suficiente para que por él pueda meterse la cabeza. Casi siempre tiene
flequitos en los bordes.
Algunas de las variedades de esta prenda son:
Apala: es un poncho de lana de color natural o vicuña, con rayas claras y más
oscuras.
Calamaco: es un poncho pobre, tejido de lana de oveja o guanaco. De color rojo y
bastante amplio.
Patria: es de bayeta adoptado por los ejércitos nacionales. Generalmente el anverso
es azul y el reverso rojo de lana gruesa.
Pampa: poncho que se tejía con lana de oveja o guanaco, y a diferencia de los
calamacos, raramente se usaba el color rojo.
Poncho apala Poncho pampa calamaco.
Patria.
28. EL TIRADOR:
Tirador. Tiene su origen en el viejo mundo y en antiguas culturas. La
ausencia casi total de bolsillos en el traje del hombre de campo y el
hecho de que la circulación monetaria era en la época (s XVIII y
comienzos del x XIX) sólo en piezas metálicas, principalmente de
plata, de varios tamaños pero en su mayoría de cierto volumen,
obligó a la gente a aplicar otro antiguo sistema para llevar su exiguo
capital con éllos, a la vez con el mínimo riesgo de robo. Las
monedas se perforaban en su centro o se les soldaba una pequeña
argolla en una de sus caras, para poder coserlas con tientos finos al
cinto o usarlas como botones
para cerrar los bolsillos o para abrochar el cinto en sus extremos.
Estas monedas colgantes recibieron luego el nombre de "rastras".
Fue contemporáneo del chiripá;
La hechura del mismo se debió al cuchillo del gaucho quien,
tomando cueros de bovinos o equinos, los acondicionó a su cintura y
lo aseguró a su talle por un grueso trozo de tiento. Su fantasía creó
los más diversos tipos de tiradores: empleó también cueros de
carpincho, de ciervo, de gama, de lagarto y de cerdo salvaje.
También se utilizaron los cueros de anta, gamuza, charol, castor y
paños y telas bordados con hilos y sedas de colores.
29. LA CAMISA:
Era, generalmente de algodón, crea o de lino (hilo). Con cuello enterizo y volcado
(tipo blusa), formando una sola pieza con los hombros cosidos horizontalmente .La
unión de la pechera, espaldas y manga se hace en pliegues o frunces , en la
pechera; a veces esos pliegues se marcaban como tablas. La abertura iba desde el
cuello hasta el esternón, la camisa se vestía por la cabeza y se cerraba. Con
botones de concha, de hueso, forrados con la misma tela o con cordones. La
pechera como el cuello y los puños llevaba frecuentemente bordados .La mangas
mas bien anchas se agarraban a la muñeca por los puños, normalmente dobles y
cerrados con abotonadura de gemelos.
LOS CALZONCILLOS CRIBADOS:
Constituyeron una herencia provinciana española. Eran de crea, de algodón o de
lino (hilo). Sus piernas largas, pero no tanto, no llegaban al tobillo como ocurrió ya
en el s. XIX sino que alcanzaban apenas a la media pierna. La parte superior era
muy semejante a la moderna. La pretina, adelante, con tres o
cuatro botones y atrás una doble presilla para regular el ancho de la cintura. Las
piernas, muy anchas, terminaban en un fleco, de largo y espesor muy variables,
generalmente deshilachado de la propia tela. También solían tener bordados sobre
la tela deshilachada, a unos 10 o 12 cm del borde. Una presilla en el borde inferior y
en el centro de la pechera de la camisa servía para unir ésta con el calzoncillo,
dentro del cual se metían los faldones de aquélla, de modo que ambas prendas
quedaban así unidas.
EL CALZON: Eran utilizados en todos los niveles sociales, hacia el s. XVIII. Se
hacían de una tela de grosor variable, según el destinatario y el momento de su uso.
Las utilizadas por los hombres de campo eran las más rústicas, de tripe colorado o
azul; de bayeta azul, roja o verde y de pana (también de distintos colores)
30. REBENQUE: látigo corto con el que se castiga al
caballo.
La lonja tiene la misma longitud que el cabo.
LAZO: trenza redonda de dos, tres, cuatro hasta ocho
tientos .
Mide de 17 a 20 metros de largo y tiene una argolla
de hierro en un extremo.
CHAMBERGO: sombrero de gaucho de fieltro.
Es un sombrero de copa redonda y ala levantada que
debe su nombre a una deformación idiomática del
nombre Schoenberg, militar enemigo de España cuyas
tropas usaban enormes sombreros aludos los que el
pueblo madrileño llamó mordazmente "chamberga".
Trasladado a
América el pueblo redujo su elevada copa, la redondeó
y
le hizo cortar 3 o 4 centímetros de ala.
FACON: cuchillo grande, puntiagudo y recto.
De empuñadura curva, arma de pelea delgaucho.
DAGA: arma blanca de dos filos. Se diferencia del facon
en que es mas angosta y no tiene la pieza curvada que
separa la empuñadura del gavilán.
ESPUELA: instrumento que el jinete coloca en sus
talones para animar al caballo. Las ahí sencillas y de
31. ESPUELA: instrumento que el jinete coloca en sus talones
para animar al caballo. Las ahí sencillas y de lujo, algunas
constituyen piezas artísticas.
BOTAS DE POTRO: era un trozo de cuero crudo
debidamente preparado, correspondiente a la pata de un
potro, un potrillo o una vaca.
32. Martin Fierro
El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo argentino, escrito en
verso por José Hernández en 1872, obra literaria considerada ejemplar
del género gauchesco en Argentina, Uruguay y Río Grande del Sur.
Narra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho. El
poema es, en parte, una protesta en contra de la política del presidente
argentino Domingo Faustino Sarmiento de reclutar forzosamente a los
gauchos para ir a la frontera contra el indio.
En El Gaucho Martín Fierro ("la ida"), un gaucho trabajador de las
pampas bonaerenses, que vive con su mujer y dos hijos, es reclutado
forzosamente para servir en un fortín, para integrar las milicias que
luchan defendiendo la frontera argentina contra los indígenas, dejando
desamparada a su familia. Su vida de pobreza, es algo muy frecuente
en la literatura de la época romantizada; sus experiencias militares no
lo son. Al volver, su rancho se encuentra abandonado y su mujer y sus
hijos se han perdido. Después, desesperado Martín Fierro mata a un
negro en un duelo, lo que lo lleva a convertirse en gaucho matrero
fugitivo perseguido por la policía, enfrentándose en batalla contra ellos,
consigue un compañero: el sargento Cruz, que inspirado por la valentía
de Fierro se une a él en medio de una batalla. Y finalmente huyendo,
ambos se ponen en camino al desierto para vivir entre los indios,
esperando encontrar allí una vida mejor. Así, concluyendo en que es
mejor vivir con los salvajes, que en lo que la 'civilización' les preparaba,
termina la primera parte publicada en 1872 con el título El gaucho
33. Los hermanos sean
unidos
porque ésa es la ley
primera,
Poema del Martin Fierro.
tengan unión
verdadera,
en cualquier tiempo que
sea,
porque si entre ellos
pelean
los devoran los de
ajuera.
Respeten a los
ancianos
el burlarlos no es
hazaña-
si andan entre gente
estraña
deben ser muy
precavidos
pues por igual es tenido
quien con malos se
acompaña
Un padre que da
consejos
más que padre es un
amigo;
34. El gaucho desaparece.
Todos los hechos señalados y los que van a producirse desde 1850 ,
transforman poco a poco al gaucho en paisano.
Por esa época comenzaron a alambrarse los campos para señalar sus límites
y los propietarios de ganado se volcaron en contra de los gauchos que
mataban animales ajenos. Muchos se vieron condenados a viajar por los
caminos bordeando los campos sembrados, con la amenaza constante de ser
apresados sin la papeleta de conchabo, el certificado de trabajo, y sufrir
calabozo o cinco años de milicia.
A esto se suma la inmigración, miles de campesinos extranjeros se afincaron
en la campaña. Como se adecuaban mejor al trabajo de la tierra, desplazaron
al gaucho. Fue entonces cuando éste debió elegir su futuro, algunos no
aceptaron perder su forma de vida sin sujeciones, otros quedaron en las
estancias trabajando como peones.
Entre el gaucho de las vaquerías y el paisano de este momento, no hay tanta
distancia en años como en el cambio que se produce en el personaje.
El gaucho fue el hombre típico de nuestros campos y también la causa de
discusiones y polémicas. Muchos escritores y ensayistas lo pintaron como
holgazán, vago y bandido. Otros en cambio, exageraron sus virtudes y
exaltaron su vida libre y sin ataduras. Hoy se tiende a comprender que la
existencia del gaucho fue consecuencia del ambiente y de la época en que
vivió.
35. Trabajo Practico: El Gaucho.
Profesora: Leiva
Daniela Seisdedos.-
Integrantes: Diaz Pilar.
Denegri
Aylen