El documento describe la filosofía cínica y sus principales representantes como Diógenes de Sínope y Antístenes. Los cínicos rechazaban las convenciones sociales y aspiraban a una vida simple e integrada en la naturaleza, simbolizada por la figura del perro. Usaban la ironía y el humor para cuestionar ideas complejas e incomprensibles. Teofrasto ofreció una descripción negativa de los cínicos como sucios, bebedores y estafadores.