La primera ley de Newton establece que un cuerpo permanecerá en reposo o en movimiento uniforme a menos que fuerzas externas actúen sobre él, rompiendo con la idea aristotélica de que un cuerpo sólo se mantiene en movimiento mientras una fuerza actúa sobre él. Según Newton, un cuerpo no sometido a fuerzas externas mantendrá su estado de movimiento o reposo.