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A la Caza de los Fantasmas
Para llevar a cabo una investigación acerca de apariciones
fantasmales se requiere paciencia, inventiva y habilidad. ¿Cómo
puede un buen cazador de fantasmas poner a prueba la autenticidad
de una aparición?
"El miedo descendió sobre mi, y el temblor
hacía que chocaran mis huesos. Entonces
un espíritu pasó ante mi rostro: se me
pusieron los pelos de punta. Estaba inmóvil,
pero no pude discernir su forma." Así
describe el libro de Job (4, 14-16) la
reacción ante un fantasma.
La palabra "fantasma" deriva de un verbo
griego que significa "aparecer" o
"mostrarse". Por tanto, el fantasma es un Dos formas fantasmales
fenómeno básicamente sensorial, y suele (a la izqda de la foto)
provocar reacciones muy traumáticas. aparecen detrás de un
Afortunadamente, algunas personas, en vez turista, en la basílica de
de atemorizarse, están dispuestas incluso a Domrémy, Francia, en
1925.
consagrar su vida a la búsqueda activa de
fantasmas.Una investigación minuciosa debe empezar por buscar las
causas naturales que pueden haber dado lugar al incidente
estudiado. Los ruidos fantasmales a menudo son provocados por
elementos totalmente cotidianos, como pueden ser el viento, las
tuberías del agua, la vibración de ventanas o de adornos por efecto
del tráfico callejero, ruidos de animales, etc. en cierta ocasión se dio
un caso en la casa de una familia en la que los fantasmas eran nada
menos que ratas empujando manzanas almacenadas en la cavidad
de una pared del desván. Otro caso famoso es el del "fantasma de la
calle Villarroel", que a finales de la década de los 70 trastornó la
opinión ciudadana en España: el presunto "fantasma" resultó ser un
hombre sin empleo ni hogar que solía refugiarse en una casa en
construcción una vez se habían marchado los operarios. Los ruidos
que causaba empezaron por inquietar al sereno de la obra y a los
vecinos... ¡pero la "vox populi" acabó asegurando que se trataba del
alma en pena de un cadáver que había sido hallado al excavar los
fundamentos de la nueva casa!
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Ante este tipo de hechos, el investigador debe mostrarse escéptico
acerca de las explicaciones paranormales que le parezcan
sospechosas. Sin embargo, debe tener también en cuenta todo lo
que hasta ahora se sabe de los fantasmas: su existencia ha sido
aceptada con naturalidad en casi todas las culturas, a lo largo de la
historia. Sólo en Occidente, el desarrollo del punto de vista científico
en los últimos siglos ha hecho que su existencia y su naturaleza
fueran cuestionadas. Sin embargo, a lo largo de la historia los
intentos serios de descubrir qué son y de estudiar su conducta han
sido muy escasos. Y muchas personas todavía reaccionan ante la
idea de los fantasmas con una mezcla irracional de temor, ridículo y
risa. Estamos demasiado acostumbrados a rechazar lo que no
entendemos.
Los fantasmas son rechazados hasta por quienes los han visto. "¡Lo
vi, pero no me lo creo!" es una reacción bastante frecuente, ya que
la mente humana rechaza instintivamente las informaciones que no
puede asimilar e interpretar. Es evidente que harán falta más y
mejores pruebas antes de que los fantasmas hallen su lugar en los
libros de física y biología.
Para empezar, ¿es un fantasma? Algunos diccionarios lo definen
como "figura de una persona muerta que se aparece a los vivos".
Esta explicación de la naturaleza de los fantasmas no es suficiente,
ya que, como hemos visto, no es rara la aparición fantasmal de
personas todavía vivas. La palabra "fantasma" ha adquirido también
otros sentidos, como por ejemplo el de "persona entonada o
presuntuosa", o de "imagen de un objeto impreso en la fantasía".
Frederick W. H. Myers, uno de los primeros investigadores psíquicos,
se refería a la noción de "vestigio" que posee el concepto de
fantasma, cuando los caracterizó como "una manifestación de
energía personal persistente", conclusión a la que llegó después de
estudiar una gran cantidad de datos.
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Existen numerosas
pruebas de que ver y oír
una presencia fantasmal
es una experiencia muy
común. En 1889, la
SocietyforPsychicalResear
ch, de la que Myers fue
socio fundador, se Fotografía de la Dama de Marrón de Rayham
embarcó en una Hall, Inglaterra.
investigación de
experiencias de apariciones, basada en la siguiente pregunta:
¿Alguna vez, creyendo estar totalmente despierto, tuvo usted la
clara impresión de ver o ser tocado por un ser viviente o un objeto
inanimado, y esa impresión, por lo que usted sabe, no se debió a
cualquier causa física externa?
Casi el 10 % de las respuestas de las 17.000 personas encuestadas
fueron afirmativas. Otras encuestas en varios países confirmaron
este porcentaje. Por otra parte, el investigador G. N. M. Tyrrell, en
su libro Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba
cuatro grupos principales en base a la conducta de los fantasmas,
mucho mejor conocida -por cierto- que su propia naturaleza.
El primero de los grupos de Tyrrell está formado por las apariciones
que frecuentan habitualmente un lugar determinado. En conjunto no
provocan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados
como un miembro más de la familia. Además, existen numerosas
pruebas fotográficas que respaldan su existencia.
Ya se ha dicho que existen muchas fotografías de fantasmas
tomadas en iglesias: de monjes, de clérigos, de personas
arrodilladas... Dos sacerdotes fantasmales aparecieron, junto con la
turista lady Palmer, en una foto que tomó en 1925 su amiga la
señorita Townsend cuando estaban visitando la basílica de santa
Juana de Arco en Domrémy (Francia). Pero el premio a la calidad
técnica en una fotografía de un fantasma habría que concedérselo al
reverendo K. F. Lord, de Newby (Yorkshire); registró la presencia de
un espectro muy nítido -aunque un poco teatral- que se hallaba de
pie ante el altar con las cuencas de los ojos vacías.
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La segunda categoría de fantasmas, según la clasificación de Tyrrell,
es la de las apariciones post-mortem. Suelen tener lugar poco
tiempo después de la muerte de la persona vista, y no acostumbran
a estar relacionadas con un lugar o un acontecimiento concreto.
En tercer lugar están los casos "críticos": la aparición de alguien que
está viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida
por el testigo de la aparición), como un accidente, una enfermedad
o, por supuesto, la muerte.
La última de las categorías de Tyrrell es la aparición menos conocida
y quizás la más sorprendente de todas: la aparición inducida
experimentalmente. En estos casos, el fantasma no es el de una
persona muerta o moribunda, sino el de alguien que está con vida, y
que intenta deliberadamente hacer que su imagen se haga visible a
otra persona. Tyrrell se preguntó por qué un experimento tan
fácilmente repetible había sido ignorado por los investigadores,
sobre todo teniendo en cuenta que las experiencias de viajes
astrales si han sido objeto de estudio.
Los fantasmas cuya existencia ha sido comprobada de forma más
fehaciente, y que son considerados genuinos por los investigadores
serios, presentan generalmente una serie de rasgos comunes.
Obedecen a las leyes de la perspectiva, según el punto del espacio
desde el que se los contempla; parecen sólidos; se reflejan en los
espejos y producen ruidos sincronizados con sus movimientos
(pasos, etc.). Generalmente dan la impresión de ser tan reales como
las personas vivientes, aunque sólo durante un período limitado. Su
presencia también puede provocar en los observadores una súbita
sensación de frío.
Esa sensación constituye también
un rasgo típico de los casos de
actividad poltergeist, aunque los
poltergeists son muy distintos de
los fantasmas convencionales:
hacen que se muevan los objetos,
pero no son visibles. Se ha
informado de apariciones asociadas Avión Tri-Star de la Eastern Airlines,
con actividad poltergeist, pero que se estrelló el 29 de diciembre de
1972. Luego del accidente fueron
nadie ha visto todavía a un
vistos los fantasmas del piloto y
fantasma arrojando un objeto. copiloto.
Por otra parte, los fantasmas suelen ser vistos por más de una
persona al mismo tiempo, aunque no necesariamente por todos los
presentes. Esto suele ser suficiente para descartar la posibilidad de
engaño o error, pero la verdadera naturaleza de la aparición sigue
siendo un misterio. No tiene por qué ser necesariamente un espíritu
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desencarnado; podría ser un fenómeno "intersubjetivo", creación
conjunta de las mentes de quienes lo ven.
Una aparición suele proporcionar pruebas claras de su naturaleza no
física. Puede atravesar paredes; a veces aparece y desaparece por
puertas también fantasmales que se abren y se cierran mientras las
puertas "reales" permanecen cerradas; puede ser transparente y
desvanecerse.
Sin embargo, parece claro que esos inasibles espectros pueden ser
registrados por una película fotográfica. Existen, como hemos visto,
muchas fotografías de fantasmas, aunque pocas son convincentes.
El fraude es cosa tan corriente en el campo de la fotografía psíquica,
que se ha prestado poca atención a los pocos ejemplos que podrían
ser auténticos.
Un caso muy impresionante es el que ocurrió en 1936 en Raynham
Hall (Norfolk, Inglaterra), en casa del marqués de Townshend. Un
fotógrafo profesional y su ayudante estaban tomando fotografías de
la casa. Mientras fotografiaban la escalera, el asistente dijo haber
visto una figura fantasmal que bajaba por ésta. Y la foto tomada en
ese momento, auténtica y no manipulada en opinión de los expertos
que la examinaron, muestra, de hecho, una figura borrosa. Se
supone que desde hace tiempo una "dama de marrón" frecuenta
aquella casa. Fue vista simultáneamente por dos testigos en 1835.
Más tarde, otro testigo le disparó con una escopeta. Pese a esta
mala acogida, fue vista de nuevo en 1926 por lord Townshend y dos
testigos más.
Pero tanto si se basa en fotografías como en testimonios hablados y
escritos, no siempre resulta fácil, para los "cazadores de
fantasmas", llevar a cabo su tarea. En un mundo ideal, se dispondría
de fondos, personal y equipo suficientes para realizar una
investigación tan rigurosa como la que hace la policía ante un
asesinato. Pero esos fondos no existen, y esta tarea suele quedar en
manos de investigadores independientes, muchos de los cuales se
ganan la vida escribiendo acerca de sus experiencias.
A pesar de todo, éstos hacen a menudo una labor muy meritoria
investigando los acontecimientos tan pronto como ocurren. En los
años 70, concretamente, dos casos fueron investigados de forma
muy minuciosa y fiable. Uno de ellos consistía en una serie de
apariciones a bordo de varios aviones Jumbo de una línea aérea
norteamericana.
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Espectros Del Aire.
Un Tri-Star de la Eastern Airlines (vuelo 401) se
estrelló en un pantano de Florida en diciembre de
1972; murieron 101 personas. Los fantasmas del
piloto, Bob Loft, y de su ingeniero de vuelo, Don
Repo, fueron vistos en más de veinte ocasiones por
miembros de tripulaciones de otros Tri-Stars de la
misma compañía, especialmente en aviones que
llevaban piezas de recambio recuperadas del avión
que había sufrido el accidente.
Las apariciones eran descritas, invariablemente,
como total mente naturales. Informaron de ellas
tanto hombres y mujeres que habían conocido a
Loft y Repo, como otros que les reconocieron
después en fotografías. El hecho llegó a ser bien
conocido en el mundillo de la aviación, y hasta
apareció un relato de los hechos en el boletín de la
US Flight Safety Foundation en 1974.
El escritor John G. Fuller realizó una investigación
exhaustiva del caso, con la ayuda de varios Bol Loft y Don
empleados de las líneas aéreas, quienes le Repo, piloto y
proporcionaron gran cantidad de testimonios copiloto, fueron
convincentes. vistos en varios
aviones Tri-Star,
todos ellos
Algunos afirmaron que los libros de vuelo que contenían piezas
mencionaban las apariciones habían sido retirados, de repuesto del
y que algunos de los testigos habían sido avión estrellado.
amenazados con una visita del psiquiatra de la
compañía. Además, se realizó una sesión espiritista en presencia de
la viuda de Repo, tras la cual ésta quedó convencida de que su
marido seguía "existiendo". Este caso hubiera podido ser casi
perfecto, si la compañía aérea hubiese cooperado, pero -
comprensiblemente, desde luego-, no lo hizo.
Ojalá los futuros fantasmas sean tan visibles e informativos como
Loft y Repo, y los futuros investigadores sean tan decididos como
los que actuaron en este caso. Los espectros, sin duda, continuarán
ofreciendo entretenimiento a los periódicos y a las pantallas, y los
cazadores de fantasmas seguirán siendo considerados por algunos
como unos maniáticos más o menos inofensivos. Sin embargo, el
tema es serio, y posee un tremendo significado potencial: cuanto
más sepamos de los fantasmas, mayor será nuestro conocimiento
de la mente humana y de la materia.