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1ro. de mayo
1. 1° de Mayo: Día de los Trabajadores
¿Cuál es la razón del primero de mayo como fecha dedicada a los trabajadores?
Es necesario definir, antes de reseñar los motivos de la elección de esa fecha, qué
significado tiene el concepto de “trabajador”.
Un trabajador ¿es cualquier persona que ejerce una tarea que implica esfuerzo?
En la concepción que sustenta esta idea, del Día del Trabajador, no. Por ello es
incorrecto llamar al primero de mayo “día del trabajo”. Es el Día del Trabajador.
Es decir: un comerciante que atiende su propio negocio, un estanciero que recorre sus
campos arreando sus ovejas, si bien están trabajando, no son trabajadores. Y no lo son
porque son los propietarios de sus medios de subsistencia. Son los dueños de sus bienes,
de cuya producción viven y, eventualmente, se enriquecen. Las mercancías que
producen y/o comercializan, les pertenecen, y su comercialización en el mercado es la
que les permite generar esa riqueza. Es por ello que, si bien pueden atender a sus
negocios, no es necesario que lo hagan; son sus bienes y propiedades los que atienden a
su subsistencia. Conforman en sí un grupo social, una clase. La de los propietarios de
los medios de producción, clásicamente llamados burgueses a partir de aquel conjunto
de personas que, en la Europa medieval, no formaban parte de la nobleza ni eran
campesinos, y vivían del comercio y de la producción, entonces artesanal, e industrial a
partir de la Revolución tecnológico-social que lleva precisamente el nombre de
Revolución Industrial.
Cuando se alude al trabajador, como grupo social, como clase, se está haciendo
referencia a una mayoría de la población de las sociedades del mundo, que, al no poseer
medios de producción, deben vender lo único que tienen para subsistir, que es su fuerza
de trabajo. Esto es, buscar empleo. Empleados administrativos, obreros de fábrica,
docentes, son personas que, si no encuentran trabajo, no pueden atender a las
necesidades básicas suyas y de su familia. Comer, vestirse, calefaccionarse, tener un
techo donde guarecerse de la intemperie. Ellos son los trabajadores que son
homenajeados en este día.
¿Por qué el primero de mayo?
“El primero de mayo tiene el sentido histórico de la reivindicación de la clase
trabajadora como tal, frente a la clase poseedora de los medios de producción y de
cambio. Nació de la justa aspiración de los obreros de todo el mundo para obtener una
conquista laboral, la jornada de ocho horas, que hoy es ley en casi todos los países…”
En la ciudad de Chicago, Estados Unidos, a fines del siglo XIX, se estaba produciendo
un crecimiento económico muy grande, a partir de la concentración, faenamiento y
comercialización de vacunos. Ello atrajo trabajadores de todo el mundo. “Howard Fast,
en su libro El americano. Una leyenda del medio oeste, la describiría así: Allí
convergían los ferrocarriles. (…) llegaban a millones las cabezas de ganado para ser
(…) aprovechado. (…) la gran ciudad se fue formando a la vera de los procesos de la
matanza de animales. (…) Quinientas millas de callejones olvidados de Dios se
alternaban entre el hielo y el barro en una visión de infinitas factorías y chozas
desparramadas (…) los trabajadores llegaban por cientos de miles (…) parecía como si
siempre hubiese a haber dos hombres por cada empleo.(…)Mientras peleaban entre si,
otros los acosaban: los que formaban la nueva clase de gigantres, de emperadores, de
reyes, el hombre del millón de dólares, el hombre de los cien millones de dólares…”
Los trabajadores tenían un problema por el que peleaban, y que era común a todo el
mundo industrial: la jornada de ocho horas. Escribe Felipe Pigna que “Mayo es un mes
marcado por una historia, una tradición de lucha que arrancó un primero de mayo de
1886 allá en Chicago, cuando un grupo de trabajadores organizó una movilización
popular en reclamo de la jornada de ocho horas en una época en que lo “natural” era
trabajar entre 12 y 16 horas por día.”
En Estados Unidos, la pelea por la jornada de ocho horas databa de 1829. Muchos años
después, sin embargo, Mauricio Dommanget escribía que los trabajadores de Chicago
2. trabajaban entre catorce y dieciséis horas diarias: “Partían al trabajo a las cuatro de la
mañana y regresaban a las siete u ocho de la noche, de manera que jamás veían a sus
hijos y sus mujeres a la luz del día.”
Además, esas familias vivían en deplorables condiciones sanitarias.
La Federación de Gremios y Uniones Organizados de Estados Unidos y Canadá, en su
cuarto Congreso, aprobó una moción que sostenía que “desde el 1 de mayo de 1886 la
jornada de trabajo será de ocho horas.”
Para esa fecha se organizó una gran movilización en la que hicieron huelga alrededor de
190.000 trabajadores. A fines de ese año, alrededor de 250.000 trabajadores lograron
esa conquista.
Pero ésta no se logró sin mártires. El 3 de mayo, 6.000 obreros madereros se reunieron
al norte de una fábrica de maquinarias agrícolas. Los patrones habían puesto a trabajar a
rompehuelgas, los cuales fueron agredidos por los obreros. Llegó la policía, y abrió
fuego sobre la gente, ocasionando alrededor de seis muertos y cincuenta heridos. El 4 de
mayo hubo otra concentración pacífica de trabajadores; cuando estaba finalizando,
habiendo terminado los discursos o comenzado a llover, el inspector de policía John
Bonfield, fue hacia la reunión con ciento ochenta policías, ordenando disolverla. Desde
la multitud, alguien arrojó una bomba contra ellos, matando a un policía e hiriendo a
otros. La respuesta policial fue abrir fuego nuevamente. Se desconoce la cantidad de
muertos de aquella noche. Pero dio origen a un proceso judicial que, más que orientarse
a descubrir el crimen, se dedicó a encarcelar u juzgar a los dirigentes anarquistas y
socialistas del sindicalismo de Chicago. Se responsabilizó de la muerte del único policía
caído a ocho de dichos dirigentes. No se pudo probar su culpabilidad.
Nos dice Pigna que “Tras un proceso plagado de irregularidades, fueron detenidos los
dirigentes anarquistas Adolph Fisher, Augusto Spies, Albert Parsons, George Engel,
Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe. Los cuatro primeros
fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887. Lingg prefirió suicidarse con una bomba
que él mismo había preparado en la cárcel antes de padecer la “justicia del sistema”.
Miguel Schwab y Samuel Fielden fueron condenados a prisión perpetua y Oscar Neebe
a 15 años cárcel. Miguel Schawb dijo al escuchar su condena que reconocía a aquel
tribunal ninguna autoridad y que su lucha y la de sus compañeros era de una justicia
tan evidente que no había nada que demostrar y que ellos luchaban por las 8 horas de
trabajo pero que: “Cuatro horas de trabajo por día serían suficientes para producir
todo lo necesario para una vida confortable, con arreglo a las estadísticas. Sobraría,
pues, tiempo para dedicarse a las ciencias y el arte".
El proceso fue en realidad un intento por combatir las ideas revolucionarias, y una
venganza por la imposición de la jornada de ocho horas. Las luchas de los trabajadores
han continuado y continúan aún hoy, aunque trabajar ocho horas nos parezca normal, su
logro costó vidas y sufrimiento; es por ello que los trabajadores del mundo, reunidos a
fines del siglo XIX en lo que se llamó la Segunda Internacional, definieron esa fecha en
recuerdo de los mártires que un logro que, aunque nos parece tan natural hoy, costó a la
humanidad.
Fuentes:
Selser, Gregorio: “Los mártires de Chicago”, en “Historia del Movimiento Obrero”.
Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1984.
Pigna, Felipe: 1° de Mayo – Día del Trabajador, en
http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/general/1ero_mayo_cyc.php
Los textos en bastardilla son citas textuales.-
Cesar Ferro, Prof. En Historia, 2012.-