El Año Litúrgico celebra los misterios de la vida de Jesucristo a lo largo de 12 meses. Se divide en tiempos fuertes como Adviento y Cuaresma que preparan para Navidad y Pascua respectivamente, y otros como Navidad y Pascua que conmemoran los principales eventos de la vida de Jesús desde su nacimiento hasta su resurrección.