3. Según un informe de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) del año 2002, la inactividad física es
uno de los factores de riesgo y causa de muerte
más frecuentes en países industrializados. Es
evidente que la actividad física es saludable y, por
tanto, la recomendación de hacer ejercicio tiene un
carácter universal, pero las indicaciones no son las
mismas para todos ni se debe practicar de igual
manera.
4. LO QUE DEBES SABER...
El chequeo previo a la práctica de ejercicio
nos permitirá conocer mejor nuestro estado
de salud y adaptar la actividad según el
resultado y los beneficios que deseamos
obtener.
Para prescribir el ejercicio adecuado, se
tienen en cuenta los antecedentes familiares
(patologías) y personales (lesiones,
enfermedades, fármacos) y nuestros hábitos.
Se recomienda una “prueba de esfuerzo” a
todo el que se inicia en la práctica deportiva,
especialmente hombres de más de 45 años y
mujeres de más de 55, por el aumento del
riesgo cardiovascular.
5. PERSONALIZAR EL TIPO DE
ACTIVIDAD
Cada persona tiene características propias,
empezando por algo tan básico como el
sexo, siguiendo por parámetros como la
edad y acabando por las innumerables
patologías que hay descritas hoy en día.
Por estas razones, la actividad que cada
uno practique debe de estar adaptada e
individualizada. Son muchos los factores a
tener en cuenta y a valorar, porque hoy en
día cualquiera se calza unas zapatillas y
hace ejercicio.
6. 1. Ponerse en manos de un
profesional
Será siempre el primer paso. Para poder
establecer unas pautas es básico realizar una
revisión previa a la actividad que queramos llevar a
cabo, porque más de uno pretende realizar un tipo
de ejercicio que, finalmente, resulta que no es la
más adecuada para sus necesidades. La
recomendación es que, a ser posible, la revisión
médica la realice un Médico del Deporte, ya que
es el profesional que se ha formado para ello.
7. Historia clínica
Antecedentes familiares: existen patologías que
si previamente han existido en la familia pueden
aparecer también a posteriori. Además, algunos de
ellos pueden convertirse en factores de riesgo a la
hora de la práctica deportiva. Es el caso
de cardiopatías, diabetes, asma…
Antecedentes personales: también son
fundamentales y no debe centrarse únicamente en
el aparato cardiovascular, ya que si bien es uno de
los más importantes no es el único. Se trata de
averiguar si se ha sufrido alguna lesión, si se
presenta alguna enfermedad ocular, si se toman
fármacos y porque…
8. Los hábitos y preferencias
Los hábitos que conforman el estilo de vida de la
persona también se deben tener en cuenta. Las
horas a las que se practica deporte, por ejemplo,
son un punto a valorar a la hora de hacer la
correcta prescripción del ejercicio, al igual que la
distribución de las comidas, el tipo de alimentación
o el terreno por el que se hace deporte. Hay quien
prefiera el aire libre, al gimnasio o en casa.
9. 2. Exploración
Consiste en realizar una medición para conocer:
Las constantes basales, es decir, las que se tienen sin
realizar ningún esfuerzo previo, como la frecuencia
cardiaca, la saturación de oxígeno… De este modo, se
podrán conocer inicialmente las condiciones que
presenta cada individuo.
La talla y el peso, dos datos que permiten conocer
el IMC (Índice de Masa Corporal=peso/talla) al
cuadrado, que nos dirá si estamos dentro de los
parámetros de un peso normal, si tenemos sobrepeso u
obesidad. Un resultado por debajo de 18 se considera
bajo peso, entre 18-25 de normopeso, sería sobrepeso
de 25 a 30 y por encima de 30 hablamos de obesidad.
La tensión arterial en reposo. Los valores aceptados
internacionalmente como de normalidad son de 140/90
mmHg. A veces en la consulta del médico puede
aparecer lo que se conoce como “síndrome de la bata
blanca” donde en una persona con la tensión arterial
normal, se obtienen valores más elevados. Ello es debido
a la situación de estrés que genera el momento.
10. Aparato locomotor: se realiza la visualización de
la postura natural y se valora si hay alteraciones o
asimetrías (como una cadera más alta que la otra),
así como limitaciones a la hora de hacer
movimientos.
Auscultación y Electrocardiograma (ECG): son
dos pruebas que permiten obtener una información
que a simple vista no da síntomas y que no es
perceptible por el paciente. El ECG es una prueba
básica, no invasiva y rápida, que proporciona
información preciada del estado de salud del
corazón.
11. 3. Prueba de esfuerzo
Consiste en realizar un estudio de la
adaptación cardiaca al esfuerzo, para
valorar esta adaptación a nivel de la
frecuencia cardiaca y la tensión
arterial.
12. ¿A quién se recomienda?
A todo aquel que quiere iniciar una práctica
deportiva sea a nivel amateur o
evidentemente profesional. Una
recomendación que varios estamentos
oficiales aconsejan sobre todo en el caso
de hombres de más de 45 años y de
mujeres de más de 55 años, ya que a partir
de esas edades aumentan los riesgos
cardiovasculares.