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EL HIGADO
El hígado es el mayor de los órganos internos en todos los vertebrados, el hígado, es
también uno de los más importantes. Tiene muchas funciones, entre ellas la síntesis de
proteínas, de factores inmunológicos y de coagulación y de sustancias transportadoras de
oxígeno y grasas. Su función digestiva la emulsión y absorción de las grasas. El hígado
también principal es la secreción de bilis, una solución indispensable para elimina el exceso
de glucosa de la circulación sanguínea; la almacena hasta que el organismo la vuelve a
necesitar. Convierte el exceso de aminoácidos en sustancias aprovechables y filtra drogas y
venenos del torrente circulatorio, a los que neutraliza y secreta con la bilis. El hígado tiene
dos lóbulos principales que se localizan justo debajo del diafragma en el lado derecho del
cuerpo. Se puede perder el 75% de este tejido (por enfermedad o intervención quirúrgica)
sin que cese de funcionar. Pesa cerca de 1,5 kg, es de color rojo oscuro y está situado en el
cuadrante superior derecho de la cavidad abdominal.
ESTRUCTURA
En el embrión, el hígado surge como un crecimiento excesivo de la porción superior del
duodeno, justo por debajo del estómago. A diferencia de cualquier otro órgano, el hígado
tiene dos vías por las que recibe sangre: la arteria hepática transporta sangre oxigenada
procedente del corazón, y la vena porta, que transporta sustancias alimenticias desde el
estómago y los intestinos. Estos vasos sanguíneos penetran en el tejido glandular del hígado
y se dividen hasta formar sinusoides capilares diminutos (capilares por los que circula la
sangre desde la vena porta y la arteria hepática y va a parar a la vena centrolobulillar).

El hígado obtiene su propio suministro de sangre oxigenada de la arteria hepática, que se
bifurca de la aorta. La sangre que abandona el hígado es recogida por las venas hepáticas,
unidas entre sí para formar una sola vena hepática, que vierte la sangre que transporta en la
vena cava inferior; desde la vena cava inferior la sangre regresa al lado derecho del
corazón, para ser bombeada hacia los pulmones. El hígado está constituido por formaciones
diminutas que reciben el nombre de lobulillos y están separados entre sí por tejido
conectivo; en la periferia también se encuentran los espacios porta, que contienen cada uno
un conducto bilial, y una rama de la vena porta y otra de la arteria hepática. Estos lobulillos
tienen forma hexagonal; están compuestos por columnas de células hepáticas o hepatocitos
dispuestas de forma radial alrededor de la vena centrolobulillar, rodeadas por canales
diminutos, conocidos como canalículos, hacia los que se vierte la bilis que segregan los
hepatocitos. Estos canales se unen para formar conductos cada vez más grandes, que
terminan en el conducto hepático. El conducto hepático y el conducto procedente de la
vesícula biliar forman el conducto común de la bilis, que descarga su contenido en el
duodeno. Por lo general, en los primates y en los carnívoros el conducto pancreático se une
con el conducto común de la bilis antes de penetrar en el intestino.
FUNCIÓN
La sangre atraviesa el hígado a una velocidad aproximada de 1,4 litros por minuto; en
cualquier momento, el hígado contiene un 10% de toda la sangre del cuerpo. También
contiene sangre procedente del páncreas y del bazo. Las células hepáticas ayudan a la
sangre a asimilar las sustancias nutritivas y a excretar los materiales de desecho y las
toxinas, así como esteroides, estrógenos y otras hormonas.

El hígado es un órgano muy versátil. Almacena glucógeno, hierro, cobre, vitamina A,
muchas de las vitaminas del complejo vitamínico B, y vitamina D. Produce albúmina y
otras proteínas, muchas de éstas son esenciales para la coagulación normal de la sangre
(protrombina y fibrinógeno) y una sustancia anticoagulante que es la heparina. Los
aminoácidos digeridos son desaminados en el hígado; es decir, su nitrógeno se extrae para
que pueda ser utilizado por el cuerpo. El hígado también puede utilizar el nitrógeno para
sintetizar proteínas a partir de hidratos de carbono o de lípidos. Además, produce muchas
otras sustancias, como hidratos de carbono, a partir de lípidos o de proteínas. El hígado
también forma lípidos a partir de hidratos de carbono o de proteínas, lípidos que almacena
para verterlos después a la sangre en forma de ácidos grasos libres que pueden ser
degradados para obtener energía. El hígado también sintetiza colesterol.

Unos fagocitos especiales que se encuentran en el hígado eliminan las sustancias extrañas y
las bacterias de la sangre. El hígado también depura muchos fármacos y segrega bilirrubina
(producto de la degradación de la hemoglobina), y muchas otras sustancias, incluyendo
enzimas. Las actividades que el hígado realiza generan una gran cantidad de calor, lo cual
influye en la temperatura corporal. El hígado de los mamíferos contiene depósitos de
vitaminas del complejo vitamínico B; una de ellas, la vitamina B12, se utiliza para tratar la
anemia perniciosa. El hígado también almacena otros agentes antianémicos que se
producen en otras partes del cuerpo.
ENFERMEDADES HEPÁTICAS
El término hepatitis se utiliza para definir cualquier inflamación del hígado, y proviene del
griego hepar que significa hígado. La causa más frecuente de hepatitis es una infección
vírica. La hepatitis también puede ser producida por agentes químicos o venenos, por
drogas, por bacterias o toxinas bacterianas, por enfermedades producidas por amebas y por
ciertas infecciones parasitarias. La hepatitis puede cronificarse y dar lugar a cirrosis. Sin
embargo, la mayor parte de los casos de cirrosis están relacionados con una ingestión
excesiva de alcohol, que suele estar asociada a su vez a una dieta pobre. En ocasiones, la
hepatitis aguda es tan grave que se destruyen casi todas las células hepáticas y el paciente
fallece por fallo hepático o por obstrucción de los vasos sanguíneos que proceden del
hígado. La ictericia es un síntoma común de la hepatitis y de otras enfermedades hepáticas;
está causada por la acumulación de cantidades elevadas de bilirrubina en la sangre.
Ciertas enfermedades, como la diabetes mellitus, están relacionadas con unas
acumulaciones de lípidos en el hígado; las alteraciones de la hipófisis, y venenos como el
alcohol y el cloroformo, que interfieren con los procesos de oxidación que se realizan en el
hígado, también puede dar lugar a dichas acumulaciones. Según aumenta la acumulación de
lípidos, las células hepáticas son sustituidas por tejido adiposo dando lugar a la
degeneración lipídica del hígado. Durante la gestación y después de mantener una dieta rica
en grasas se produce de forma temporal la deposición de lípidos en el hígado. Otras
enfermedades que afectan al hígado son los abscesos, debidos a bacterias o a amebas; los
tumores, incluyendo el cáncer, que con frecuencia es secundario a un cáncer localizado en
cualquier otra región del cuerpo que ha producido metástasis; infiltraciones de sustancias
extrañas, y granulomas o masas de tejido inflamado de forma crónica. Los trasplantes de
hígado tenían una tasa de éxito bastante reducida hasta hace pocos años.
LOS CUIDADOS DEL HIGADO
Mucha gente lucha, durante toda su vida, contra el exceso de peso y contra un metabolismo
inactivo, dándose cuenta de que, a medida que envejecen, van ganando peso gradualmente
y se resignan ante el hecho de tener un abdomen grande y voluminoso y depósitos de grasa
persistentes. Tras años siguiendo dietas creen que ya no existe nada que conduzca a un
alivio duradero. Evidentemente algo falla y algo falta.
Me llevó más de 20 años de práctica médica darme cuenta de la solución. El hígado, el
órgano supremo del metabolismo, tiene que ser la clave que falta. Parecía tan simple y a la
vez tan increíble, ¿por qué a nadie en medicina se le había ocurrido esto antes?
La medicina moderna se ha desviado del tema principal, en cuanto que trata los síntomas de
la enfermedad y no las causas. El exceso de peso es un síntoma de mal funcionamiento del
hígado y no solamente debido al número de calorías que ingerimos. La medicina no ha
conseguido tratar las causas subyacentes del mal funcionamiento del hígado y ciertamente
ha ignorado al órgano trabajador más duro del cuerpo, con consecuencias desastrosas.
Mi teoría acerca de que el hígado es la clave para el control de peso ha sido reivindicada
por todos los 1.540 pacientes con que he tratado desde 1994 con mi programa para la
mejora del funcionamiento del hígado. El porcentaje de éxito, medido según los parámetros
de pérdida de peso y bienestar general, ha sido del 100% en todos los pacientes que he
tratado.
Como estudiante de medicina, pasé muchas horas con doctores líderes en naturopatía. Creía
que tenían mucho que enseñarme y su lista de espera de pacientes era siempre muy larga,
con casos donde otros doctores no habían sido capaces de ayudar. Lo primero que aprendí
fue la tremenda importancia del hígado. Los doctores naturópatas examinaban, en todos sus
pacientes, el estado del hígado a través de la iridología, la acupuntura, técnicas del pulso y
por la historia del paciente. En la mayoría de los casos existía un problema de hígado, y la
corrección de éste era siempre un paso vital en su programa de curación. Trataban el hígado
con cambios dietéticos y hierbas específicas y, en casos más tóxicos, con programas de
ayuno.
Comprendí que para recobrar la buena salud siempre debemos considerar el estado del
hígado. Aún así, mi carrera me llevó por otras áreas de la medicina, y la importancia de
considerar al hígado se fue relegando gradualmente a mi subconsciente. Afortunadamente,
un día me acordé de quitar una hoja del libro de esta vieja sabiduría naturópata.
Veo muchos casos difíciles de personas que han estado crónicamente enfermas u obesas
durante años, y todos están fascinados al saber como el hígado posee la clave para perder
peso y para equilibrar el metabolismo.
El hígado es el principal órgano del cuerpo encargado de consumir las grasas. Siguiendo la
Dieta de Limpieza del Hígado el metabolismo mejorará a pasos agigantados y se empezará
a quemar grasas. Contrariamente, comiendo lo que no se debe, el hígado producirá mas
grasas, y así las seguirá almacenando. Lo que importa en gran medida, no es cuánto come,
sino qué come. Con la Dieta de Limpieza del Hígado su hígado dará un buen respiro de
alivio y continuará felizmente con su trabajo de regulación del metabolismo y consumo de
grasa. Entonces el proceso de pérdida de peso empieza de forma natural y sin un excesivo
esfuerzo por su parte. No será necesario contar las calorías o pesar fastidiosamente cada
bocado de comida que se lleva a la boca, e incluso mejor, nunca tendrá que pasar hambre.
SÍNTOMAS DE UN HÍGADO IRRITADO
Pueden detectarse síntomas de leve disfunción hepática incluso cuando los resultados de los
análisis sanguíneos sean normales. Los análisis que normalmente realizan los doctores para
comprobar el estado del hígado no son muy precisos ya que comprueban los daños en el
hígado más que su funcionamiento.
SÍNTOMAS CARACTERÍSTICOS DE UN FUNCIONAMIENTO DEFICIENTE DEL
HÍGADO SON:
Malas digestiones, hinchazón abdominal, nauseas especialmente después de
comidas grasas, aumento de volumen alrededor del abdomen y estreñimiento. El
síndrome de colón irritable, asociado con hinchazón abdominal y flatulencia con
frecuencia se debe a un funcionamiento deficiente del hígado. Levantarse por las
mañanas con mal aliento y lengua manchada, son signos que muestran que
definitivamente su hígado necesita ayuda.
Desagradables cambios de humor, depresiones, mente nublada y dificultad para la
concentración y memoria. Si el hígado trabaja con dificultad, cantidades excesivas
de agentes tóxicos se abrirán paso hacía la corriente sanguínea pudiendo afectar al
funcionamiento del cerebro.
Condiciones alérgicas tales como fiebre, urticaria, erupciones cutáneas y asma.
Dolores de cabeza. Desgraciadamente, los calmantes pueden empeorar el hígado ya
que este es el órgano encargado de romper la estructura de todo tipo de drogas.
Tensión alta y retención de líquidos. Esto puede que sea difícil de controlar
mediante una terapia médica. He podido comprobar como la Dieta de Limpieza del
Hígado baja los niveles de presión arterial a niveles completamente normales sin la
necesidad de utilizar ningún medicamento.
Hipoglucemia o nivel de azúcar en la sangre inestable. Un hígado irritado puede
causar fluctuaciones inesperadas en el nivel de azúcar en la sangre, siendo un bajo
nivel de glucosa el causante de fatiga, mareo, ligeros dolores de cabeza y necesidad
de ingerir azúcar.
Incapacidad para tolerar comidas grasas, enfermedades y piedras en la vesícula
biliar. Si se alimenta al hígado con demasiadas grasas saturadas o en mal estado,
este intentará expulsarlas fuera del cuerpo a través de la bilis que fluye dentro de la
vesícula y después al intestino delgado. Esto elevará el contenido de colesterol en la
bilis y puede resultar en piedras en la vesícula (hechas de colesterol endurecido) e
inflamación de la vesícula. Si el hígado no trabaja eficazmente, no producirá sales
biliares suficientes para mantener el colesterol biliar en solución y entonces se
producirán piedras en la vesícula.
Fatiga y síndrome de fatiga crónica. Cuando aquellas personas con cansancio no
pueden encontrar una causa para su mal, en el 99% de tales casos encuentro que
están ingiriendo demasiadas grasas saturadas o en mal estado y no suficiente
cantidad de verdura y fruta.
Excesiva temperatura corporal, que puede que esté asociada con sudoración o fuerte
transpiración.
Baja tolerancia al alcohol y a algunos medicamentos tales como los antibióticos.
Los Doce Principios Esenciales para Mejorar el Funcionamiento del Hígado
1 .- Escucha a tu cuerpo. No comas si no tienes hambre. En su lugar toma un zumo natural,
una fruta, una pequeña ensalada o un vaso de agua. De la misma manera, no pases hambre
si tienes apetito. Muchas personas planean sus horarios alimenticios en torno al reloj y así
comerán por ejemplo a las 8:00am, a la 1:00pm y a las 7:00pm., llueva o truene, con apetito
o sin él. Es mucho más saludable establecer tus horarios de comida alrededor de tu apetito y
darle poca importancia al reloj. Si tienes la costumbre de comer en horarios regulares
cuando no tienes hambre, tu hígado trabajará en exceso y básicamente sufrirá con excesivo
ajetreo.
2 .- Bebe de 8 a 12 vasos diarios de agua mineral ya que ayuda a limpiar el hígado y los
riñones y a perder peso. El cuerpo necesita pequeños y frecuentes sorbos de agua, de otra
manera las células se encogen por deshidratación y sus membranas se secan. Las personas
que no beben agua corren un riesgo mayor de contraer la enfermedad de Alzheimer. Evita
grandes cantidades de líquidos durante las comidas.
3 .- Evita consumir grandes cantidades de azúcar especialmente azúcar refinado, ya que el
hígado lo convertirá en grasa y colesterol. La grasa puede ser causante de degeneración de
los órganos o puede ser transportada a zonas tales como los muslos, glúteos y abdomen
para su almacenamiento. Llegará un momento en el que los triglicéridos de la sangre serán
demasiado elevados y esto está asociado con un incremento del riesgo de enfermedades
cardiovasculares.
Evita todos los edulcorantes artificiales ya que son tóxicos para el hígado y causan
hipoglucemia y fatiga. Si necesitas comer algo dulce, toma fruta fresca, fruta escarchada,
miel o melazas.
4 .- No te obsesiones midiendo las calorías. Si sigues los planes de comida y alimentos de
la Dieta de Limpieza del Hígado, gradualmente tu hígado mejorará y en consecuencia, la
pérdida de peso.
Es mucha más la gente que muere por comer por exceso que por defecto. Así que cojamos
la costumbre de comer menos una vez que el apetito ha sido saciado.
Ignora la báscula del baño ya que el objetivo es limpiar el organismo y rejuvenecer todo el
metabolismo, no solamente perder peso. La pérdida de peso vendrá de la mano con la
mejora del funcionamiento del hígado. ¿Por qué preocuparse mirando lo rápido o lo lento
que el cuerpo pierde peso?
5 .- Evita los alimentos a los que puedas ser alérgico o que sepas por experiencias pasadas
que no te sientan bien.
Mastica la comida lenta y concienzudamente, ya que la digestión empieza por la saliva
cuando ésta se mezcla con los alimentos en la boca.
A medida que se envejece, la producción de ácido clorhídrico en el estómago es, a menudo,
inadecuada para la eficiente digestión de las proteínas. Esto puede solucionarse bebiendo
un vaso de agua que contenga una cucharadita de vinagre de sidra de manzana en todas las
comidas (que contengan proteínas).
6 .- Presta atención a la buena higiene intestinal ya que el hígado debe filtrar y destruir
cualquier bacteria y virus presentes en la comida.
Demasiados organismos dañinos, tales como la salmonela y la bacteria shigella, pueden
dañarnos seriamente e incluso dañar permanentemente el hígado. Para reducir este riesgo,
come alimentos que sean frescos, y evita el recalentamiento regular de los alimentos, ya
que un buen caldo de cultivo para las bacterias son los alimentos cocinados, especialmente
la carne. No calientes nunca la comida más de una vez. Y siempre lávate las manos antes de
comer.
Muchos alimentos procesados y empaquetados están llenos de conservantes, y aún así
contienen organismos dañinos en estado latente. Tan pronto como estos alimentos llegan al
intestino los conservantes desaparecen y el virus empieza a crecer en el intestino. Evita
especialmente las carnes en conserva.
7 .- No comas si te sientes tenso o ansioso ya que durante estos estados la corriente
sanguínea es desviada de los intestinos e hígado a otras zonas del cuerpo.
8 .- comprueba si cerca de tu zona puedes adquirir productos biológicos frescos y libres de
pesticidas. Si consumes huevos y pollo, que sean siempre de corral.
Compra productos que contengan ingredientes naturales y evita los alimentos procesados
que contengan sustancias químicas artificiales tales como conservantes, colorantes,
aromatizantes y edulcorantes artificiales.
9 .- obtén las proteínas de diferentes fuentes, incluidas las legumbres. La Dieta de Limpieza
del Hígado contiene algo de pollo (preferiblemente de corral), pescado y huevos [esto es
para proveer a los recién llegados a la Vida Sana con un estado de transición - Editor.] De
todas formas hay muchos platos en los cuales la proteína se obtiene de las legumbres,
granos, cereales, frutos secos y semillas. Las proteínas de primera clase procedentes de la
combinación de estas fuentes son tan completas como las proteínas de origen animal y
contienen los 8 aminoácidos esenciales.
Las legumbres son las alubias (tales como la alubia de soja o las habas, etc.), los guisantes,
los garbanzos y las lentejas, que aportan proteínas de gran valor, ácidos grasos esenciales,
fibra, hormonas vegetales, minerales y vitamina B.
Si estas demasiado ocupado para cocinar alubias, puedes comprarlas en lata, hay una gran
variedad para elegir. Si las alubias enlatadas contienen demasiada sal y azúcar antes de
usarlas acláralas con agua.
Semillas - linaza, girasol, sésamo y calabaza, todas son unas excelentes fuentes de ácidos
grasos esenciales, proteínas, hormonas vegetales y fibra.
Las nueces son muy ricas en grasas insaturadas y deberían comerse sólo frescas y crudas. Si
han sido peladas y expuestas al aire durante un tiempo prolongado su aceite se habrá vuelto
rancio. Compra nueces empaquetadas con fecha de caducidad o nueces con su cáscara.
10 .- elige bien el pan y el relleno. Es importante comer solamente pan de buena calidad en
la Dieta de Limpieza del Hígado.
Vete a una tienda de comida natural y compra pan que no contenga sustancias artificiales.
Si tienes el colon irritable, consume pan de harina molida, ya que tiene una textura fina, y
está libre de pequeños granitos.
Prueba distintas variedades de pan para reducir alergias, prueba el de centeno, de trigo, de
maíz, de avena, de cebada y demás que puedas encontrar en tiendas de alimentos naturales.
Para algo más ligero, prueba crackers de arroz, de centeno o pan de pita sin levadura. Si
eres alérgico a la levadura, consume pan sin levadura o una barra de masa agria.
Durante la Dieta de Limpieza del Hígado, es muy importante evitar la margarina y
mantequilla, si necesitas algo para extender sobre el pan utiliza aguacate fresco, humus o
tahín.
11 .- evita el estreñimiento comiendo mucha fruta fresca y vegetales y bebiendo agua a lo
largo del día. Evitando el estreñimiento evitarás el crecimiento de organismos no deseados
en el intestino grueso. Para aumentar la cantidad de acidophilus benignos y otras bacterias
lactobacillus, puedes consumirlos en forma de yogur de soja o en polvo.
12 .- evita las grasas saturadas o en mal estado Estas grasas insalubres pueden dañar el
hígado con los cambios característicos de un "hígado obeso" similar a aquel de los
consumidores de alcohol.
Muchas personas preocupadas por su línea intentan llevar una dieta completamente libre de
grasa, aunque, si esto se practica durante más de cuatro semanas, empezaran a aparecer
síntomas de deficiencia de ácidos grasos. Es más, las funciones del hígado y del
metabolismo se ralentizarán y conducirán a un fácil aumento de peso.
Los síntomas de deficiencia de ácidos grasos
son: piel seca e irritada, eczema, pérdida de cabello, dolor articular, fertilidad reducida,
incremento de la distracción, depresión y pérdida de memoria, lento índice metabólico con
aumento de peso, reducción de las funciones inmunológicas, desequilibrio hormonal,
degeneración del hígado, fatiga, problemas circulatorios, enfermedades degenerativas,
adelanto del envejecimiento y alto porcentaje de triglicéridos.
Veo cientos de personas obesas y muchas no ingieren excesivas calorías; su problema es
debido solamente al consumo equivocado de grasas. El hígado es el principal órgano
encargado de consumir las grasas del cuerpo y si tú lo agredes con grasas en mal estado
será incapaz de realizar sus funciones metabólicas y tu metabolismo general se ralentizará.
En consecuencia, ganarás peso fácilmente, especialmente alrededor de la zona abdominal.
De manera sencilla, podríamos decir que un hígado saludable bombea la grasa fuera del
cuerpo manteniéndote delgado.
Los malos hábitos alimenticios para el hígado causarán un desequilibrio en la producción
de lipoproteínas del hígado, de esa manera tendrás demasiadas lipoproteínas de baja
densidad (LDL) e insuficientes lipoproteínas de alta densidad (HDL). Esto incrementará el
riesgo de arteriosclerosis, enfermedades coronarias y presión alta.
el tipo de grasa que ingerimos diariamente es importante para la salud y la longevidad y
tendrá más influencia que ninguna otra cosa sobre el funcionamiento del hígado y el peso.
CUIDA LOS ACEITES.
Los aceites dietéticos nos cuidarán si nosotros los cuidamos a ellos, reduciendo su
exposición al calor, al aire o a la luz. Los aceites alimenticios naturales tales como los
presentes en el pescado, semillas, nueces, aguacates, olivas y legumbres están protegidos de
la luz, el aire y el calor gracias a la piel y cáscaras que los recubren y son más frescos y
saludables que las versiones embotelladas. De todas formas, para sazonar ensaladas, fritos
ligeros, etc., lo ideal es consumir aceite sin refinar que haya sido prensado en frío y
conservado en botellas de cristal oscura para protegerlo contra la luz. Mantenerlo en el
refrigerador. El aceite de oliva virgen es fácil de adquirir y es una buena elección ya que
está prensado en frío y no ha sido calentado, refinado o blanqueado con lejías.
TERAPIAS NATURALES PARA EL HÍGADO
PSYLIO
Aquellas personas cuyo hígado trabaja con dificultad a menudo metabolizan mal las grasas
y puede que tengan altos niveles de colesterol. El psylio es una abundante fuente de fibra
soluble que es, con toda seguridad, la mejor fibra reductora de colesterol disponible. Se
aconseja tomar psylio al comienzo de las comidas.
DIENTE DE LEÓN
es de uso extendido como tónico para el hígado en Norteamérica, Australia, Oriente y
Europa. Se trata realmente de una hierba universal.
Aunque la acción específica del Diente de León es en el hígado, también es un tónico
general para el cuerpo, La raíz de diente de león se ha usado para las molestias del hígado y
bilis durante siglos. Desde el siglo XVI los alemanes han hecho uso extendido del diente de
león para 'purificar la sangre' y para la congestión del hígado. Se ha usado como medicina
herbal durante siglos en China, India y Nepal para las dolencias hepáticas. Hoy en día
laxante, diurético, anti-inflamatorio, tónico amargo y tónico vesicular.
Las hojas de Diente de León pueden consumirse frescas en ensaladas, y la raíz de Diente de
León en polvo es un componente del tónico en polvo para hígado para mezclar con zumos.
La hierba seca puede tomarse en forma de cápsulas. La dosis varía entre 500 y 2000 mg al
día. También se puede comprar té y café de Diente de León o hacer tus propias bebidas.
CARDO DE SANTA MARÍA
Esta hierba es conocida como un tradicional tónico para el hígado desde hace siglos y ha
dado lugar a más de 100 publicaciones sobre investigaciones científicas, y un simposium
sobre sus propiedades curativas. También se la conoce como cardo mariano o cardo de
leche.
El Cardo de Santa María tiene múltiples acciones: protector y regenerador del hígado, antihipoglucémico, anti-inflamatorio y antioxidante. Se ha averiguado que esta hierba es capaz
de reducir la degeneración del hígado por grasas tóxicas y también ayuda a reparar y
regenerar células del hígado que han sido dañadas.
El Cardo de Santa María puede tomarse en cápsulas que contienen la hierba seca o como
componente de tónicos para el hígado en polvo para mezclar con zumos. Las dosis varían
desde 500 a 2000 mg. diarios.
ALCACHOFA
La alcachofa es un tónico amargo con funciones protectoras y restauradoras del hígado.
También se ha utilizado como purificadora de la sangre. Se puede ingerir en cápsulas, como
hierba seca o como un componente en polvo de tónico para el hígado para mezclar con
zumos. Las cantidades varían desde 300 a 500 mg. diarios.
ALBURA DE OLMO AMERICANO
El polvo de olmo americano forma una capa protectora en superficies inflamadas y mucosa
ulcerada, es por lo tanto útil contra la gastritis y la úlcera de estómago y de duodeno. Tales
problemas son frecuentes en personas con el hígado intoxicado y desórdenes en la
producción de bilis. Puede tomarse tanto mezclado con zumos o como ingrediente de tónico
para el hígado. Las dosis varían entre 150 y 1000 mg diarios, aunque, se puede consumir,
sin peligro alguno, tanto como sea necesario.

El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo (después de la piel), es de
crucial importncia en la medicina oriental ya que lleva a cabo una larga lista de tareas de las
cuales dependen muchas funciones del cuerpo. Entre estas tareas se encuentra la importante
labor de filtrar alrededor de un litro de sangre por minuto (cuando está saludable), el
hígado depura hormonas, sustancias químicas, gérmenes, alérgenos, bacterias,
medicamentos, toxinas, etc.
El hígado también realiza la función de mantener la proporción de glucosa, proteínas,
grasas, colesterol, vitaminas y hormonas, además de que ayuda a utilizar los nutrientes de
los alimentos, aprovechando y reciclando el hierro, facilitando la asimilación de lo que
comemos segregando más de un litro de bilis al día, incluso participa de forma importante
en un adecuado y óptimo funcionamiento del sistema inmune.

Síntomas de un hígado deficiente o enfermo:
Malas digestiones, gases, dolor de hígado, inflamación del vientre, dolor de cabeza, mareos,
depresiones, incapacidad para concentrarse, urticaria, erupciones cutáneas, mal humor,
hipoglucemia, mal aliento por las mañanas, asma y necesidad de comer azúcar.
Hay muchas formas de cuidar al hígado, mantenerlo joven y sanarlo de forma natural. Una
dieta baja en grasas y productos de procedencia animal, evitar alcohol y procesados,
refinados (azucares, harinas, pastas, etc.), así como mantener una vida con buen
descanso, bajos niveles de estrés y con ejercicio, son algunas claves para mantenerlo fuerte
en todas las etapas de la vida. Sin embargo, además de lo anterior, podemos apoyarnos en
la poderosa medicina herbolaria, la cual no sólo ayuda a sanar y a mantener nuestro hígado
saludable, sino que ayuda a estimular la capacidad auto-curativa del cuerpo sin dañarlo ni
causarle dependencias o debilitarlo.

3 hierbas poderosas para sanar y mantener saludable el hígado
Es importante no tomar las infusiones con la comidas ya que obstruyen la absorción del
hierro de los alimentos. La hora adecuada para las infusiones es después de media hora de
haber comido, o en ayunas cuando es necesario, o antes de acostarse.
Cardo mariano: uno de los mejores remedios para el hígado (conocido como guardián del
hígado), puedes beneficiarte de esta hierba en ensaladas (cruda y tierna) o en infusión.
Ayuda a sanar hígado y vesícula, desintoxica, protege y reduce inflamaciones del hígado,
además de ayudarlo a reparar tejidos dañados y eliminar venenos biológicos. Cuando el
hígado no elimina o neutraliza sustancias dañinas el hígado se daña y deteriora. El cardo
mariano previene y ayuda al hígado a eliminar estas sustancias además de que lo protege
contra sus agresiones, resguarda al hígado de drogas, alcohol, hongos venenosos, sustancias
perjudiciales, etc., ayuda a eliminar exceso de hierro que daña el hígado y es un potente
antioxidante que lo repara y regenera, además de que protege contra la diabetes, lo
desinflama, baja el colesterol nocivo y estimula sus funciones vitales. Toma una dosis de
250mg al día para proteger el hígado y combatir diabetes y otros daños hepáticos.
Diente de León: un fuerte depurador sanguíneo, ideal para descongestionar el hígado, un
tónico general para el cuerpo con propiedades antiinflamatorias, laxantes y reparadoras. Es
un tónico amargo y vesicular. Consume esta planta en ensaladas frescas o en polvo
(mezclado con zumos) o infusión. La dosis varía alrededor de 500 y 2000 mg al día, según
la dolencia. Una cura con diente de león es beber 3 tazas al día pero no junto con las
comidas sino 30 minutos después de comer.
Alcachofa: tónico amargo con propiedades protectoras y regenerativas del hígado,
depura la sangre y ayuda a mejorar las digestiones, combatir urticaria, alergias, acidez,
gases, mareos, fatiga sin saber porqué, hinchazón abdominal, etc., síntomas de un hígado
en mal funcionamiento. Previene hepatitis, insuficiencia hepática y problemas como
diabetes, excelente para bajar de peso y eliminar colesterol nocivo y a bajar azúcar de
la sangre. Además, posee propiedades que estimulan la producción de bilis y drena la
vesícula, por lo que previene y combate la formación de piedras vesiculares. La mejor
forma de consumir la alcachofa es comerla en ensaladas, bien limpia y cocinada con un
poco de sal. Se debe rascar la carne con los dientes directamente de la hoja. Además, te
puedes preparar una infusión con hojas de alcachofa, hirviendo en una taza de agiua 10
hojas de alcachofa. Recuerda no endulzar con nada para mejores resultados. Evita al
máximo utilizar cualqueir tipo de azuar, incluso el azucar de dieta, que es muy nocivoa para
el hígado. En el mercado ya venden cápsulas de alcachfa las cules también son apropiadas
para sanar el higado (consulta las dosis en el empaque).

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El hígado, clave para la salud y peso

  • 1. EL HIGADO El hígado es el mayor de los órganos internos en todos los vertebrados, el hígado, es también uno de los más importantes. Tiene muchas funciones, entre ellas la síntesis de proteínas, de factores inmunológicos y de coagulación y de sustancias transportadoras de oxígeno y grasas. Su función digestiva la emulsión y absorción de las grasas. El hígado también principal es la secreción de bilis, una solución indispensable para elimina el exceso de glucosa de la circulación sanguínea; la almacena hasta que el organismo la vuelve a necesitar. Convierte el exceso de aminoácidos en sustancias aprovechables y filtra drogas y venenos del torrente circulatorio, a los que neutraliza y secreta con la bilis. El hígado tiene dos lóbulos principales que se localizan justo debajo del diafragma en el lado derecho del cuerpo. Se puede perder el 75% de este tejido (por enfermedad o intervención quirúrgica) sin que cese de funcionar. Pesa cerca de 1,5 kg, es de color rojo oscuro y está situado en el cuadrante superior derecho de la cavidad abdominal. ESTRUCTURA En el embrión, el hígado surge como un crecimiento excesivo de la porción superior del duodeno, justo por debajo del estómago. A diferencia de cualquier otro órgano, el hígado tiene dos vías por las que recibe sangre: la arteria hepática transporta sangre oxigenada procedente del corazón, y la vena porta, que transporta sustancias alimenticias desde el estómago y los intestinos. Estos vasos sanguíneos penetran en el tejido glandular del hígado y se dividen hasta formar sinusoides capilares diminutos (capilares por los que circula la sangre desde la vena porta y la arteria hepática y va a parar a la vena centrolobulillar). El hígado obtiene su propio suministro de sangre oxigenada de la arteria hepática, que se bifurca de la aorta. La sangre que abandona el hígado es recogida por las venas hepáticas, unidas entre sí para formar una sola vena hepática, que vierte la sangre que transporta en la vena cava inferior; desde la vena cava inferior la sangre regresa al lado derecho del corazón, para ser bombeada hacia los pulmones. El hígado está constituido por formaciones diminutas que reciben el nombre de lobulillos y están separados entre sí por tejido conectivo; en la periferia también se encuentran los espacios porta, que contienen cada uno un conducto bilial, y una rama de la vena porta y otra de la arteria hepática. Estos lobulillos tienen forma hexagonal; están compuestos por columnas de células hepáticas o hepatocitos dispuestas de forma radial alrededor de la vena centrolobulillar, rodeadas por canales diminutos, conocidos como canalículos, hacia los que se vierte la bilis que segregan los hepatocitos. Estos canales se unen para formar conductos cada vez más grandes, que terminan en el conducto hepático. El conducto hepático y el conducto procedente de la vesícula biliar forman el conducto común de la bilis, que descarga su contenido en el duodeno. Por lo general, en los primates y en los carnívoros el conducto pancreático se une con el conducto común de la bilis antes de penetrar en el intestino. FUNCIÓN La sangre atraviesa el hígado a una velocidad aproximada de 1,4 litros por minuto; en cualquier momento, el hígado contiene un 10% de toda la sangre del cuerpo. También contiene sangre procedente del páncreas y del bazo. Las células hepáticas ayudan a la
  • 2. sangre a asimilar las sustancias nutritivas y a excretar los materiales de desecho y las toxinas, así como esteroides, estrógenos y otras hormonas. El hígado es un órgano muy versátil. Almacena glucógeno, hierro, cobre, vitamina A, muchas de las vitaminas del complejo vitamínico B, y vitamina D. Produce albúmina y otras proteínas, muchas de éstas son esenciales para la coagulación normal de la sangre (protrombina y fibrinógeno) y una sustancia anticoagulante que es la heparina. Los aminoácidos digeridos son desaminados en el hígado; es decir, su nitrógeno se extrae para que pueda ser utilizado por el cuerpo. El hígado también puede utilizar el nitrógeno para sintetizar proteínas a partir de hidratos de carbono o de lípidos. Además, produce muchas otras sustancias, como hidratos de carbono, a partir de lípidos o de proteínas. El hígado también forma lípidos a partir de hidratos de carbono o de proteínas, lípidos que almacena para verterlos después a la sangre en forma de ácidos grasos libres que pueden ser degradados para obtener energía. El hígado también sintetiza colesterol. Unos fagocitos especiales que se encuentran en el hígado eliminan las sustancias extrañas y las bacterias de la sangre. El hígado también depura muchos fármacos y segrega bilirrubina (producto de la degradación de la hemoglobina), y muchas otras sustancias, incluyendo enzimas. Las actividades que el hígado realiza generan una gran cantidad de calor, lo cual influye en la temperatura corporal. El hígado de los mamíferos contiene depósitos de vitaminas del complejo vitamínico B; una de ellas, la vitamina B12, se utiliza para tratar la anemia perniciosa. El hígado también almacena otros agentes antianémicos que se producen en otras partes del cuerpo. ENFERMEDADES HEPÁTICAS El término hepatitis se utiliza para definir cualquier inflamación del hígado, y proviene del griego hepar que significa hígado. La causa más frecuente de hepatitis es una infección vírica. La hepatitis también puede ser producida por agentes químicos o venenos, por drogas, por bacterias o toxinas bacterianas, por enfermedades producidas por amebas y por ciertas infecciones parasitarias. La hepatitis puede cronificarse y dar lugar a cirrosis. Sin embargo, la mayor parte de los casos de cirrosis están relacionados con una ingestión excesiva de alcohol, que suele estar asociada a su vez a una dieta pobre. En ocasiones, la hepatitis aguda es tan grave que se destruyen casi todas las células hepáticas y el paciente fallece por fallo hepático o por obstrucción de los vasos sanguíneos que proceden del hígado. La ictericia es un síntoma común de la hepatitis y de otras enfermedades hepáticas; está causada por la acumulación de cantidades elevadas de bilirrubina en la sangre. Ciertas enfermedades, como la diabetes mellitus, están relacionadas con unas acumulaciones de lípidos en el hígado; las alteraciones de la hipófisis, y venenos como el alcohol y el cloroformo, que interfieren con los procesos de oxidación que se realizan en el hígado, también puede dar lugar a dichas acumulaciones. Según aumenta la acumulación de lípidos, las células hepáticas son sustituidas por tejido adiposo dando lugar a la degeneración lipídica del hígado. Durante la gestación y después de mantener una dieta rica en grasas se produce de forma temporal la deposición de lípidos en el hígado. Otras
  • 3. enfermedades que afectan al hígado son los abscesos, debidos a bacterias o a amebas; los tumores, incluyendo el cáncer, que con frecuencia es secundario a un cáncer localizado en cualquier otra región del cuerpo que ha producido metástasis; infiltraciones de sustancias extrañas, y granulomas o masas de tejido inflamado de forma crónica. Los trasplantes de hígado tenían una tasa de éxito bastante reducida hasta hace pocos años. LOS CUIDADOS DEL HIGADO Mucha gente lucha, durante toda su vida, contra el exceso de peso y contra un metabolismo inactivo, dándose cuenta de que, a medida que envejecen, van ganando peso gradualmente y se resignan ante el hecho de tener un abdomen grande y voluminoso y depósitos de grasa persistentes. Tras años siguiendo dietas creen que ya no existe nada que conduzca a un alivio duradero. Evidentemente algo falla y algo falta. Me llevó más de 20 años de práctica médica darme cuenta de la solución. El hígado, el órgano supremo del metabolismo, tiene que ser la clave que falta. Parecía tan simple y a la vez tan increíble, ¿por qué a nadie en medicina se le había ocurrido esto antes? La medicina moderna se ha desviado del tema principal, en cuanto que trata los síntomas de la enfermedad y no las causas. El exceso de peso es un síntoma de mal funcionamiento del hígado y no solamente debido al número de calorías que ingerimos. La medicina no ha conseguido tratar las causas subyacentes del mal funcionamiento del hígado y ciertamente ha ignorado al órgano trabajador más duro del cuerpo, con consecuencias desastrosas. Mi teoría acerca de que el hígado es la clave para el control de peso ha sido reivindicada por todos los 1.540 pacientes con que he tratado desde 1994 con mi programa para la mejora del funcionamiento del hígado. El porcentaje de éxito, medido según los parámetros de pérdida de peso y bienestar general, ha sido del 100% en todos los pacientes que he tratado. Como estudiante de medicina, pasé muchas horas con doctores líderes en naturopatía. Creía que tenían mucho que enseñarme y su lista de espera de pacientes era siempre muy larga, con casos donde otros doctores no habían sido capaces de ayudar. Lo primero que aprendí fue la tremenda importancia del hígado. Los doctores naturópatas examinaban, en todos sus pacientes, el estado del hígado a través de la iridología, la acupuntura, técnicas del pulso y por la historia del paciente. En la mayoría de los casos existía un problema de hígado, y la corrección de éste era siempre un paso vital en su programa de curación. Trataban el hígado con cambios dietéticos y hierbas específicas y, en casos más tóxicos, con programas de ayuno. Comprendí que para recobrar la buena salud siempre debemos considerar el estado del hígado. Aún así, mi carrera me llevó por otras áreas de la medicina, y la importancia de considerar al hígado se fue relegando gradualmente a mi subconsciente. Afortunadamente, un día me acordé de quitar una hoja del libro de esta vieja sabiduría naturópata.
  • 4. Veo muchos casos difíciles de personas que han estado crónicamente enfermas u obesas durante años, y todos están fascinados al saber como el hígado posee la clave para perder peso y para equilibrar el metabolismo. El hígado es el principal órgano del cuerpo encargado de consumir las grasas. Siguiendo la Dieta de Limpieza del Hígado el metabolismo mejorará a pasos agigantados y se empezará a quemar grasas. Contrariamente, comiendo lo que no se debe, el hígado producirá mas grasas, y así las seguirá almacenando. Lo que importa en gran medida, no es cuánto come, sino qué come. Con la Dieta de Limpieza del Hígado su hígado dará un buen respiro de alivio y continuará felizmente con su trabajo de regulación del metabolismo y consumo de grasa. Entonces el proceso de pérdida de peso empieza de forma natural y sin un excesivo esfuerzo por su parte. No será necesario contar las calorías o pesar fastidiosamente cada bocado de comida que se lleva a la boca, e incluso mejor, nunca tendrá que pasar hambre. SÍNTOMAS DE UN HÍGADO IRRITADO Pueden detectarse síntomas de leve disfunción hepática incluso cuando los resultados de los análisis sanguíneos sean normales. Los análisis que normalmente realizan los doctores para comprobar el estado del hígado no son muy precisos ya que comprueban los daños en el hígado más que su funcionamiento. SÍNTOMAS CARACTERÍSTICOS DE UN FUNCIONAMIENTO DEFICIENTE DEL HÍGADO SON: Malas digestiones, hinchazón abdominal, nauseas especialmente después de comidas grasas, aumento de volumen alrededor del abdomen y estreñimiento. El síndrome de colón irritable, asociado con hinchazón abdominal y flatulencia con frecuencia se debe a un funcionamiento deficiente del hígado. Levantarse por las mañanas con mal aliento y lengua manchada, son signos que muestran que definitivamente su hígado necesita ayuda. Desagradables cambios de humor, depresiones, mente nublada y dificultad para la concentración y memoria. Si el hígado trabaja con dificultad, cantidades excesivas de agentes tóxicos se abrirán paso hacía la corriente sanguínea pudiendo afectar al funcionamiento del cerebro. Condiciones alérgicas tales como fiebre, urticaria, erupciones cutáneas y asma. Dolores de cabeza. Desgraciadamente, los calmantes pueden empeorar el hígado ya que este es el órgano encargado de romper la estructura de todo tipo de drogas. Tensión alta y retención de líquidos. Esto puede que sea difícil de controlar mediante una terapia médica. He podido comprobar como la Dieta de Limpieza del Hígado baja los niveles de presión arterial a niveles completamente normales sin la necesidad de utilizar ningún medicamento.
  • 5. Hipoglucemia o nivel de azúcar en la sangre inestable. Un hígado irritado puede causar fluctuaciones inesperadas en el nivel de azúcar en la sangre, siendo un bajo nivel de glucosa el causante de fatiga, mareo, ligeros dolores de cabeza y necesidad de ingerir azúcar. Incapacidad para tolerar comidas grasas, enfermedades y piedras en la vesícula biliar. Si se alimenta al hígado con demasiadas grasas saturadas o en mal estado, este intentará expulsarlas fuera del cuerpo a través de la bilis que fluye dentro de la vesícula y después al intestino delgado. Esto elevará el contenido de colesterol en la bilis y puede resultar en piedras en la vesícula (hechas de colesterol endurecido) e inflamación de la vesícula. Si el hígado no trabaja eficazmente, no producirá sales biliares suficientes para mantener el colesterol biliar en solución y entonces se producirán piedras en la vesícula. Fatiga y síndrome de fatiga crónica. Cuando aquellas personas con cansancio no pueden encontrar una causa para su mal, en el 99% de tales casos encuentro que están ingiriendo demasiadas grasas saturadas o en mal estado y no suficiente cantidad de verdura y fruta. Excesiva temperatura corporal, que puede que esté asociada con sudoración o fuerte transpiración. Baja tolerancia al alcohol y a algunos medicamentos tales como los antibióticos. Los Doce Principios Esenciales para Mejorar el Funcionamiento del Hígado 1 .- Escucha a tu cuerpo. No comas si no tienes hambre. En su lugar toma un zumo natural, una fruta, una pequeña ensalada o un vaso de agua. De la misma manera, no pases hambre si tienes apetito. Muchas personas planean sus horarios alimenticios en torno al reloj y así comerán por ejemplo a las 8:00am, a la 1:00pm y a las 7:00pm., llueva o truene, con apetito o sin él. Es mucho más saludable establecer tus horarios de comida alrededor de tu apetito y darle poca importancia al reloj. Si tienes la costumbre de comer en horarios regulares cuando no tienes hambre, tu hígado trabajará en exceso y básicamente sufrirá con excesivo ajetreo. 2 .- Bebe de 8 a 12 vasos diarios de agua mineral ya que ayuda a limpiar el hígado y los riñones y a perder peso. El cuerpo necesita pequeños y frecuentes sorbos de agua, de otra manera las células se encogen por deshidratación y sus membranas se secan. Las personas que no beben agua corren un riesgo mayor de contraer la enfermedad de Alzheimer. Evita grandes cantidades de líquidos durante las comidas. 3 .- Evita consumir grandes cantidades de azúcar especialmente azúcar refinado, ya que el hígado lo convertirá en grasa y colesterol. La grasa puede ser causante de degeneración de los órganos o puede ser transportada a zonas tales como los muslos, glúteos y abdomen para su almacenamiento. Llegará un momento en el que los triglicéridos de la sangre serán demasiado elevados y esto está asociado con un incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • 6. Evita todos los edulcorantes artificiales ya que son tóxicos para el hígado y causan hipoglucemia y fatiga. Si necesitas comer algo dulce, toma fruta fresca, fruta escarchada, miel o melazas. 4 .- No te obsesiones midiendo las calorías. Si sigues los planes de comida y alimentos de la Dieta de Limpieza del Hígado, gradualmente tu hígado mejorará y en consecuencia, la pérdida de peso. Es mucha más la gente que muere por comer por exceso que por defecto. Así que cojamos la costumbre de comer menos una vez que el apetito ha sido saciado. Ignora la báscula del baño ya que el objetivo es limpiar el organismo y rejuvenecer todo el metabolismo, no solamente perder peso. La pérdida de peso vendrá de la mano con la mejora del funcionamiento del hígado. ¿Por qué preocuparse mirando lo rápido o lo lento que el cuerpo pierde peso? 5 .- Evita los alimentos a los que puedas ser alérgico o que sepas por experiencias pasadas que no te sientan bien. Mastica la comida lenta y concienzudamente, ya que la digestión empieza por la saliva cuando ésta se mezcla con los alimentos en la boca. A medida que se envejece, la producción de ácido clorhídrico en el estómago es, a menudo, inadecuada para la eficiente digestión de las proteínas. Esto puede solucionarse bebiendo un vaso de agua que contenga una cucharadita de vinagre de sidra de manzana en todas las comidas (que contengan proteínas). 6 .- Presta atención a la buena higiene intestinal ya que el hígado debe filtrar y destruir cualquier bacteria y virus presentes en la comida. Demasiados organismos dañinos, tales como la salmonela y la bacteria shigella, pueden dañarnos seriamente e incluso dañar permanentemente el hígado. Para reducir este riesgo, come alimentos que sean frescos, y evita el recalentamiento regular de los alimentos, ya que un buen caldo de cultivo para las bacterias son los alimentos cocinados, especialmente la carne. No calientes nunca la comida más de una vez. Y siempre lávate las manos antes de comer. Muchos alimentos procesados y empaquetados están llenos de conservantes, y aún así contienen organismos dañinos en estado latente. Tan pronto como estos alimentos llegan al intestino los conservantes desaparecen y el virus empieza a crecer en el intestino. Evita especialmente las carnes en conserva. 7 .- No comas si te sientes tenso o ansioso ya que durante estos estados la corriente sanguínea es desviada de los intestinos e hígado a otras zonas del cuerpo.
  • 7. 8 .- comprueba si cerca de tu zona puedes adquirir productos biológicos frescos y libres de pesticidas. Si consumes huevos y pollo, que sean siempre de corral. Compra productos que contengan ingredientes naturales y evita los alimentos procesados que contengan sustancias químicas artificiales tales como conservantes, colorantes, aromatizantes y edulcorantes artificiales. 9 .- obtén las proteínas de diferentes fuentes, incluidas las legumbres. La Dieta de Limpieza del Hígado contiene algo de pollo (preferiblemente de corral), pescado y huevos [esto es para proveer a los recién llegados a la Vida Sana con un estado de transición - Editor.] De todas formas hay muchos platos en los cuales la proteína se obtiene de las legumbres, granos, cereales, frutos secos y semillas. Las proteínas de primera clase procedentes de la combinación de estas fuentes son tan completas como las proteínas de origen animal y contienen los 8 aminoácidos esenciales. Las legumbres son las alubias (tales como la alubia de soja o las habas, etc.), los guisantes, los garbanzos y las lentejas, que aportan proteínas de gran valor, ácidos grasos esenciales, fibra, hormonas vegetales, minerales y vitamina B. Si estas demasiado ocupado para cocinar alubias, puedes comprarlas en lata, hay una gran variedad para elegir. Si las alubias enlatadas contienen demasiada sal y azúcar antes de usarlas acláralas con agua. Semillas - linaza, girasol, sésamo y calabaza, todas son unas excelentes fuentes de ácidos grasos esenciales, proteínas, hormonas vegetales y fibra. Las nueces son muy ricas en grasas insaturadas y deberían comerse sólo frescas y crudas. Si han sido peladas y expuestas al aire durante un tiempo prolongado su aceite se habrá vuelto rancio. Compra nueces empaquetadas con fecha de caducidad o nueces con su cáscara. 10 .- elige bien el pan y el relleno. Es importante comer solamente pan de buena calidad en la Dieta de Limpieza del Hígado. Vete a una tienda de comida natural y compra pan que no contenga sustancias artificiales. Si tienes el colon irritable, consume pan de harina molida, ya que tiene una textura fina, y está libre de pequeños granitos. Prueba distintas variedades de pan para reducir alergias, prueba el de centeno, de trigo, de maíz, de avena, de cebada y demás que puedas encontrar en tiendas de alimentos naturales. Para algo más ligero, prueba crackers de arroz, de centeno o pan de pita sin levadura. Si eres alérgico a la levadura, consume pan sin levadura o una barra de masa agria. Durante la Dieta de Limpieza del Hígado, es muy importante evitar la margarina y mantequilla, si necesitas algo para extender sobre el pan utiliza aguacate fresco, humus o tahín.
  • 8. 11 .- evita el estreñimiento comiendo mucha fruta fresca y vegetales y bebiendo agua a lo largo del día. Evitando el estreñimiento evitarás el crecimiento de organismos no deseados en el intestino grueso. Para aumentar la cantidad de acidophilus benignos y otras bacterias lactobacillus, puedes consumirlos en forma de yogur de soja o en polvo. 12 .- evita las grasas saturadas o en mal estado Estas grasas insalubres pueden dañar el hígado con los cambios característicos de un "hígado obeso" similar a aquel de los consumidores de alcohol. Muchas personas preocupadas por su línea intentan llevar una dieta completamente libre de grasa, aunque, si esto se practica durante más de cuatro semanas, empezaran a aparecer síntomas de deficiencia de ácidos grasos. Es más, las funciones del hígado y del metabolismo se ralentizarán y conducirán a un fácil aumento de peso. Los síntomas de deficiencia de ácidos grasos son: piel seca e irritada, eczema, pérdida de cabello, dolor articular, fertilidad reducida, incremento de la distracción, depresión y pérdida de memoria, lento índice metabólico con aumento de peso, reducción de las funciones inmunológicas, desequilibrio hormonal, degeneración del hígado, fatiga, problemas circulatorios, enfermedades degenerativas, adelanto del envejecimiento y alto porcentaje de triglicéridos. Veo cientos de personas obesas y muchas no ingieren excesivas calorías; su problema es debido solamente al consumo equivocado de grasas. El hígado es el principal órgano encargado de consumir las grasas del cuerpo y si tú lo agredes con grasas en mal estado será incapaz de realizar sus funciones metabólicas y tu metabolismo general se ralentizará. En consecuencia, ganarás peso fácilmente, especialmente alrededor de la zona abdominal. De manera sencilla, podríamos decir que un hígado saludable bombea la grasa fuera del cuerpo manteniéndote delgado. Los malos hábitos alimenticios para el hígado causarán un desequilibrio en la producción de lipoproteínas del hígado, de esa manera tendrás demasiadas lipoproteínas de baja densidad (LDL) e insuficientes lipoproteínas de alta densidad (HDL). Esto incrementará el riesgo de arteriosclerosis, enfermedades coronarias y presión alta. el tipo de grasa que ingerimos diariamente es importante para la salud y la longevidad y tendrá más influencia que ninguna otra cosa sobre el funcionamiento del hígado y el peso. CUIDA LOS ACEITES. Los aceites dietéticos nos cuidarán si nosotros los cuidamos a ellos, reduciendo su exposición al calor, al aire o a la luz. Los aceites alimenticios naturales tales como los presentes en el pescado, semillas, nueces, aguacates, olivas y legumbres están protegidos de la luz, el aire y el calor gracias a la piel y cáscaras que los recubren y son más frescos y saludables que las versiones embotelladas. De todas formas, para sazonar ensaladas, fritos
  • 9. ligeros, etc., lo ideal es consumir aceite sin refinar que haya sido prensado en frío y conservado en botellas de cristal oscura para protegerlo contra la luz. Mantenerlo en el refrigerador. El aceite de oliva virgen es fácil de adquirir y es una buena elección ya que está prensado en frío y no ha sido calentado, refinado o blanqueado con lejías. TERAPIAS NATURALES PARA EL HÍGADO PSYLIO Aquellas personas cuyo hígado trabaja con dificultad a menudo metabolizan mal las grasas y puede que tengan altos niveles de colesterol. El psylio es una abundante fuente de fibra soluble que es, con toda seguridad, la mejor fibra reductora de colesterol disponible. Se aconseja tomar psylio al comienzo de las comidas. DIENTE DE LEÓN es de uso extendido como tónico para el hígado en Norteamérica, Australia, Oriente y Europa. Se trata realmente de una hierba universal. Aunque la acción específica del Diente de León es en el hígado, también es un tónico general para el cuerpo, La raíz de diente de león se ha usado para las molestias del hígado y bilis durante siglos. Desde el siglo XVI los alemanes han hecho uso extendido del diente de león para 'purificar la sangre' y para la congestión del hígado. Se ha usado como medicina herbal durante siglos en China, India y Nepal para las dolencias hepáticas. Hoy en día laxante, diurético, anti-inflamatorio, tónico amargo y tónico vesicular. Las hojas de Diente de León pueden consumirse frescas en ensaladas, y la raíz de Diente de León en polvo es un componente del tónico en polvo para hígado para mezclar con zumos. La hierba seca puede tomarse en forma de cápsulas. La dosis varía entre 500 y 2000 mg al día. También se puede comprar té y café de Diente de León o hacer tus propias bebidas. CARDO DE SANTA MARÍA Esta hierba es conocida como un tradicional tónico para el hígado desde hace siglos y ha dado lugar a más de 100 publicaciones sobre investigaciones científicas, y un simposium sobre sus propiedades curativas. También se la conoce como cardo mariano o cardo de leche. El Cardo de Santa María tiene múltiples acciones: protector y regenerador del hígado, antihipoglucémico, anti-inflamatorio y antioxidante. Se ha averiguado que esta hierba es capaz de reducir la degeneración del hígado por grasas tóxicas y también ayuda a reparar y regenerar células del hígado que han sido dañadas. El Cardo de Santa María puede tomarse en cápsulas que contienen la hierba seca o como componente de tónicos para el hígado en polvo para mezclar con zumos. Las dosis varían desde 500 a 2000 mg. diarios.
  • 10. ALCACHOFA La alcachofa es un tónico amargo con funciones protectoras y restauradoras del hígado. También se ha utilizado como purificadora de la sangre. Se puede ingerir en cápsulas, como hierba seca o como un componente en polvo de tónico para el hígado para mezclar con zumos. Las cantidades varían desde 300 a 500 mg. diarios. ALBURA DE OLMO AMERICANO El polvo de olmo americano forma una capa protectora en superficies inflamadas y mucosa ulcerada, es por lo tanto útil contra la gastritis y la úlcera de estómago y de duodeno. Tales problemas son frecuentes en personas con el hígado intoxicado y desórdenes en la producción de bilis. Puede tomarse tanto mezclado con zumos o como ingrediente de tónico para el hígado. Las dosis varían entre 150 y 1000 mg diarios, aunque, se puede consumir, sin peligro alguno, tanto como sea necesario. El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo (después de la piel), es de crucial importncia en la medicina oriental ya que lleva a cabo una larga lista de tareas de las cuales dependen muchas funciones del cuerpo. Entre estas tareas se encuentra la importante labor de filtrar alrededor de un litro de sangre por minuto (cuando está saludable), el hígado depura hormonas, sustancias químicas, gérmenes, alérgenos, bacterias, medicamentos, toxinas, etc. El hígado también realiza la función de mantener la proporción de glucosa, proteínas, grasas, colesterol, vitaminas y hormonas, además de que ayuda a utilizar los nutrientes de los alimentos, aprovechando y reciclando el hierro, facilitando la asimilación de lo que comemos segregando más de un litro de bilis al día, incluso participa de forma importante en un adecuado y óptimo funcionamiento del sistema inmune. Síntomas de un hígado deficiente o enfermo: Malas digestiones, gases, dolor de hígado, inflamación del vientre, dolor de cabeza, mareos, depresiones, incapacidad para concentrarse, urticaria, erupciones cutáneas, mal humor, hipoglucemia, mal aliento por las mañanas, asma y necesidad de comer azúcar. Hay muchas formas de cuidar al hígado, mantenerlo joven y sanarlo de forma natural. Una dieta baja en grasas y productos de procedencia animal, evitar alcohol y procesados, refinados (azucares, harinas, pastas, etc.), así como mantener una vida con buen descanso, bajos niveles de estrés y con ejercicio, son algunas claves para mantenerlo fuerte
  • 11. en todas las etapas de la vida. Sin embargo, además de lo anterior, podemos apoyarnos en la poderosa medicina herbolaria, la cual no sólo ayuda a sanar y a mantener nuestro hígado saludable, sino que ayuda a estimular la capacidad auto-curativa del cuerpo sin dañarlo ni causarle dependencias o debilitarlo. 3 hierbas poderosas para sanar y mantener saludable el hígado Es importante no tomar las infusiones con la comidas ya que obstruyen la absorción del hierro de los alimentos. La hora adecuada para las infusiones es después de media hora de haber comido, o en ayunas cuando es necesario, o antes de acostarse. Cardo mariano: uno de los mejores remedios para el hígado (conocido como guardián del hígado), puedes beneficiarte de esta hierba en ensaladas (cruda y tierna) o en infusión. Ayuda a sanar hígado y vesícula, desintoxica, protege y reduce inflamaciones del hígado, además de ayudarlo a reparar tejidos dañados y eliminar venenos biológicos. Cuando el hígado no elimina o neutraliza sustancias dañinas el hígado se daña y deteriora. El cardo mariano previene y ayuda al hígado a eliminar estas sustancias además de que lo protege contra sus agresiones, resguarda al hígado de drogas, alcohol, hongos venenosos, sustancias perjudiciales, etc., ayuda a eliminar exceso de hierro que daña el hígado y es un potente antioxidante que lo repara y regenera, además de que protege contra la diabetes, lo desinflama, baja el colesterol nocivo y estimula sus funciones vitales. Toma una dosis de 250mg al día para proteger el hígado y combatir diabetes y otros daños hepáticos. Diente de León: un fuerte depurador sanguíneo, ideal para descongestionar el hígado, un tónico general para el cuerpo con propiedades antiinflamatorias, laxantes y reparadoras. Es un tónico amargo y vesicular. Consume esta planta en ensaladas frescas o en polvo (mezclado con zumos) o infusión. La dosis varía alrededor de 500 y 2000 mg al día, según la dolencia. Una cura con diente de león es beber 3 tazas al día pero no junto con las comidas sino 30 minutos después de comer. Alcachofa: tónico amargo con propiedades protectoras y regenerativas del hígado, depura la sangre y ayuda a mejorar las digestiones, combatir urticaria, alergias, acidez, gases, mareos, fatiga sin saber porqué, hinchazón abdominal, etc., síntomas de un hígado en mal funcionamiento. Previene hepatitis, insuficiencia hepática y problemas como diabetes, excelente para bajar de peso y eliminar colesterol nocivo y a bajar azúcar de la sangre. Además, posee propiedades que estimulan la producción de bilis y drena la vesícula, por lo que previene y combate la formación de piedras vesiculares. La mejor forma de consumir la alcachofa es comerla en ensaladas, bien limpia y cocinada con un poco de sal. Se debe rascar la carne con los dientes directamente de la hoja. Además, te puedes preparar una infusión con hojas de alcachofa, hirviendo en una taza de agiua 10 hojas de alcachofa. Recuerda no endulzar con nada para mejores resultados. Evita al máximo utilizar cualqueir tipo de azuar, incluso el azucar de dieta, que es muy nocivoa para el hígado. En el mercado ya venden cápsulas de alcachfa las cules también son apropiadas para sanar el higado (consulta las dosis en el empaque).