2. El consumo de bebidas alcohólicas está ampliamente incorporado
en nuestra cultura (gastronomía, fiestas, actividades sociales…).
Los primeros consumos se realizan a menudo en la adolescencia y
muchos jóvenes tienden a sobrevalorar los
“efectos positivos” de su consumo.
Sin embargo, el alcohol es una sustancia tóxica,
tanto más peligrosa cuanto antes se empieza y
más se bebe. Más de uno cree que bebe “lo
normal” sin saber que su nivel de consumo
puede perjudicarle seriamente.
3. Muchos jóvenes consumen alcohol, y, en su mayoría, no tienen ni tendrán
nunca problemas. Sin embargo, algunos beben habitualmente más de lo
que sería aconsejable y se arriesgan a tener complicaciones (en su
relación con los demás, accidentes, problemas de salud, etc.).
• Un tercio de los jóvenes entre 15 y 34
años se han emborrachado en el último
año (39.1% hombres y 19.1% mujeres)
• Más de un tercio de adolescentes (14-18
años) se han embriagado en el último mes
(37% de los hombres y 32.5% de las
mujeres).
• Casi todos los estudiantes de 15-16 años
(>90%) han bebido alcohol alguna vez en
la vida.
4. • La edad media de inicio se sitúa en los 12,5 años y la primera
embriaguez, en los 14 años.
• La cantidad media consumida en una sola ocasión por los
adolescentes de 15-16 años supera los 60 g de alcohol y se
aproxima a los 40 g en los países del sur de Europa.
• Uno de cada 8 (13%) adolescentes de 15-16 años se ha
embriagado más de 20 veces en su vida y más de 1 de cada 6
(18%) ha incurrido en un “atracón” (5 o más tragos en una
sola ocasión) tres o más veces en el último mes.
5. FACTORES QUE INCIDEN EN EL CONSUMO DE
ALCOHOL
• Una relación con los padres basada en excesos, carente de
límites. (padres hiper – dadores, dan de todo lo que sus
hijos les pidan y lo que no también, intentando cambiar
objetos por tiempo y atención para disminuir su propia
culpa).
• Influencia de los medios de comunicación (principalmente
Internet) que inducen el consumo de alcohol o enaltecen
sus efectos personales y/o sociales.
• Presión social, caracterizada por influencia de pares para
beber.
• Deseo de aceptación social y pretensiones de madurez.
6. • Soledad en el hogar por falta de presencia
de los padres por sus obligaciones
laborales o sus vidas personales.
• Depresión, hiperactividad, timidez,
conflictos con las figuras de autoridad,
traumas, problemas familiares o
relacionales, impulsividad, falta de
autocontrol, ansiedad.
• Falta de madurez de estructuras
cerebrales.
• Familiares alcohólicos, principalmente
padres o abuelos.
7. • Patrones de comportamiento obsesivo compulsivo que dejarán
ver a los niños en formación conductas dominadas por la
impulsividad y falta de autocontrol.
• Ambientes hostiles y de riesgo como lugares de consumo
(bares, fiestas, “ollas”).
• Motivar y/o aceptar el consumo de alcohol y otras sustancias
adictivas en el núcleo familiar.
• Falta de seguimiento al comportamiento de los hijos.
8. EFECTOS
El alcohol es adictivo para todos y cuando se inicia su consumo antes de los
18 años aumenta 5 veces la probabilidad de que se genere una adicción.
Los adolescentes corren un riesgo mayor que los adultos a desarrollar
enfermedades como la cirrosis del hígado, pancreatitis, infartos
hemorrágicos y algunas formas de cáncer.
Los adolescentes que consumen alcohol están más expuestos a iniciar
actividad sexual temprana, situación que los expone a un mayor riesgo de
contagio con el virus del SIDA, las enfermedades de transmisión sexual y
los embarazos no deseados. De igual modo, incrementan la probabilidad de
verse afectados por la impotencia y la disfunción eréctil.
9. Los adolescentes que abusan del alcohol son 4 veces más vulnerables a la
depresión severa que aquellos que no tienen un problema de alcohol.
El consumo de alcohol entre adolescentes
ha sido asociado con muertes por
suicidio y accidentes de tránsito.
Al ser un depresor del sistema nervioso
central, lentifica funciones
cognoscitivas (percepción y juicio),
motoras (equilibrio y reflejos), y
emocionales (sensatez y madurez).
El alcohol afecta la absorción de nutrientes en el intestino delgado siendo
esto contraproducente para el período de crecimiento en el que se encuentran
los adolescentes.
10. El alcohol incrementa la vulnerabilidad de los jóvenes frente al
consumo de otras sustancias adictivas.
Existe una correlación importante entre el consumo de alcohol y
la violencia. Como efecto de la embriaguez no se piensa en las
consecuencias de los actos o estas dejan de importar y el bloqueo de
las funciones frontales del cerebro incrementa la agresividad. Pueden
involucrarse en riñas callejeras, en pandillas y en actividades delictivas.
El inicio de consumo de alcohol en la adolescencia incrementa 4 veces la
probabilidad de padecer trastornos de personalidad e incrementa
al doble el riesgo de ser alcohólico antes de los 24 años.
11. GLOSARIO
• ALCOHOLISMO:: Es la dependencia al alcohol. Ha adquirido un cierto matiz
peyorativo, por lo cual en su lugar debe hablarse de dependencia alcohólica y
paciente dependiente del alcohol.
• COMA ETÍLICO: Las intoxicaciones se acompañan de un variable grado de
afectación del nivel de conciencia. Cuanto más se bebe, más se acusan los efectos
depresores del alcohol (somnolencia, progresivo enturbamiento de la conciencia,
coma de variable profundidad, que puede ser mortal por paro cardíaco y
respiratorio).
• INTOXICACIÓN: Los efectos depresores del alcohol sobre el sistema nervioso
central empiezan por la corteza cerebral, que censura la conducta. Por eso, los
primeros efectos son de desinhibición y descontrol de las reacciones automáticas,
con euforia o agresividad y excitación. Aparecen enrojecimiento facial y conjuntival,
sudor, nerviosismo, vómitos. Se altera el lenguaje así como el juicio crítico y la
conciencia puede llegar a perderse por completo.
12. • SÍNDROME DE ABSTINENCIA: El precario equilibrio del cerebro de la
persona alcoholizada se rompe cuando el alcohol se retira o reduce
bruscamente. A las 6-48 horas, sobreviene un estado de excitación
importante con nerviosismo, agitación psicomotora, insomnio y temblores.
Aparecen sudoración intensa, taquicardia… En los casos más graves se
pueden tener alucinaciones y convulsiones (delirium tremens) y un total
desequilibrio fisiológico que puede llevar a la muerte.
• TOLERANCIA: Para adaptarse al alcohol (sustancia depresora del sistema
nervioso), el organismo crea una serie de mecanismos de compensación
que le permiten mantenerlo en equilibrio. Por eso, a medida que se adapta,
aguanta mayores cantidades de alcohol o, lo que es lo mismo, la persona
necesita beber más que antes para experimentar los mismos efectos. Esta
tolerancia no es limitada ni significa que disminuya la toxicidad del alcohol.
Uno puede engañarse y beber hasta el coma etílico.