5. Que haya paz dentro de tí. Que puedas confiar en tu poder mayor. Y que estés en el lugar exacto en que debes estar. No te olvides de las infinitas posibilidades que nacen de la fe. Que puedas utilizar los dones que te fueron dados y dar a los demás el amor que recibiste. Que puedas estar contento sabiéndote hijo de DIOS. Deja que esta presencia se instale en tus huesos y permítele a tu alma la libertad de cantar y bailar, de tomar sol. Él está allí para cada uno de nosotros.