1. lección 7
10 al 16 de noviembre
armados
para la victoria
«Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios,
para que cuando llegue el día malo puedan resistir
hasta el fin con firmeza».
Efesios 6: 13
2. sábado
10 de noviembre
Efesios 6: 10-18
Introducción
La armadura de Dios
Nuestra única esperanza
Algunos investigadores sometieron a un grupo de niños de cuatro años de edad
a una serie de exámenes con el fin de medir su capacidad para controlarse.* Los
niños fueron colocados en una habitación donde bien galletitas, dulces y otras golo-
sinas. Un investigador les dijo que si podían esperar hasta que él regresara, podrían
tomar dos golosinas en vez de una. Los niños también tendrían la opción de tocar
un timbre mientras el investigador estaba ausente. Al hacerlo, el investigador regre-
saría y el niño podría comer una golosina, aunque no una segunda. Los niños fue-
ron clasificados como individuos con un nivel de control bajo, promedio, o alto;
dependiendo del tiempo que podían esperar antes de comer la golosina. Como cris-
tianos, las tentaciones nos asaltan a diario. Sin embargo, podemos fortalecernos con
los resultados del experimento anterior. Si los niños podían encontrar la paciencia
para esperar y creer que tendrían una recompensa mayor al final; luego nosotros
como cristianos tendremos una mayor expectativa de la recompensa que nos espe-
ra: la vida eterna.
No te rindas. La salvación es algo asequible.
La santidad es alcanzable.
En aquel experimento los niños que esperaron por su recompensa no cedieron
ante la auto gratificación, distrayéndose. Nosotros como cristianos, por otro lado,
tenemos un mejor método para resistir las tentaciones. Nuestra única esperanza de
salvación está asociada a llevar la total armadura de Dios. ¿Cómo podemos lograr
eso? Será una gran lucha. Será una pelea. Hoy en día el pecado abunda mucho más
que en el pasado. Satanás lanza muchos más dardos (Efe. 6: 16). Al leer cuidadosa-
mente Efesios 6: 10-18 aprendemos que cada parte de la armadura de Dios es nece-
saria, y que la oración es algo fundamental.
En la lección de esta semana analizaremos la forma de vestirnos con la armadura
de Dios. Aunque en ocasiones las tentaciones parezcan cada vez más difíciles de re-
sistir, muchas de las partes de la armadura nos ayudarán en nuestra lucha. No te rin-
das. La salvación es algo asequible. La santidad es alcanzable. Continúa en la carrera.
Sigue luchando en contra de las tentaciones utilizando la fortaleza del Señor, hasta
ese día glorioso cuando no seas tentado más.
______________
*«Don’t! The secret of self-control». Jonah Lehrer, The New Yorker, 18 de mayo del 2009 http:
//www.newyorker.com/reporting/2009/05/18/090518fa_fact_lehrer (consultado el 9 de octubre del 2011).
Melissa J. Peters, Bridgeport, Connecticut, EE. UU. 67
3. domingo
11 de noviembre Logos Efesios 6: 10-18
Hecho a la medida
«¿Te atreverías a salir de tu casa desnuda?» Mi amiga sonrió y dijo: «¡Desde luego que
no!». Hay algunas cosas para las cuales siempre encuentras tiempo, sin importar lo tarde
o lo adormecidos que estemos. Piensa en tu devoción personal como algo que equivale
a ponerse la ropa. ¿A qué hora te levantas? Levántate quince minutos antes. Comienza
con ese sencillo paso. Parece algo simple, pero ¿cómo se puede leer un libro que ha per-
dido su encanto? La comunión con Dios no es algo que únicamente tiene que ver con
los sentimientos. De otra forma, nos convertiríamos en adoradores ocasionales: acudien-
do a la Palabra de Dios cuando nos cruzamos con él, y alejándonos de la Biblia cuando
la misma no nos entretenga ni se adapte a nuestro itinerario. La devoción personal, sin
embargo, demanda algo más: dedicación. La dedicación, por otro lado, es tan impor-
tante como la pasión. De esta forma, las devociones serían como un uniforme o un traje
utilizado para el trabajo, en lugar de ser parecidas a una ropa deportiva. No deben ser
algo casual, algo que te tiras por encima. Pablo explica precisamente el tipo de indu-
mentaria que debemos ponernos. Lee Efesios 6: 11-13.
Debido a que todos somos diferentes, la armadura de cada persona debe ser hecha
a la medida. De igual forma, las devociones personales deben ser algo individual. Cada
uno de nosotros debe analizar sus debilidades, los desafíos que enfrentamos y los logros
que hemos alcanzado. Si determinado autor que te ha impactado, comienza por allí. Si
la música te conmueve, sumérgete en ella. Encuentra formas de conectarte con Dios y
comienza por eso. Luego, añade otros métodos devocionales. Aumenta el tiempo de tus
devociones, medita en la Palabra de Dios, hora a las cuatro de la mañana, escribe poe-
mas, ilustra historias de la Biblia. Sin importar lo que coloques en tu armadura, habrá
en ella algunas piezas clave que son fundamentales.
Un buen soldado necesita un cinturón (Efe. 6: 14)
La lucha es de por sí complicada, sin tener que añadirle la preocupación de que no
se caigan tus pantalones. Un cinturón protege la espada y mantiene la ropa del soldado
en su lugar. Sin el cinturón de la verdad, si utilizamos mentiras y engaños, corremos el
riesgo de ser desenmascarados en cualquier momento.
Una coraza de justicia (Efe. 6: 14)
Luego Pablo menciona «la coraza de justicia». Esta parte de la armadura protege el
pecho. Ser bueno, noble y decente ayuda a mantener nuestros corazones en un estado
de pureza y nos libra de experimentar muchos de los terribles daños del pecado y de la
culpabilidad.
Un buen par de zapatos (Efe. 6: 15)
Calzados «con la disposición de proclamar el evangelio» es otro componente fun-
damental del equipo de un soldado. Con el evangelio de paz impreso en tu mente,
podrás navegar a través de cualquier situación difícil que se te presente.
El poder de un escudo (Efe. 6: 16)
«Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas
las flechas encendidas del maligno». La fe es un consuelo cuando nuestras inquietantes
68
4. preguntas no obtienen respuestas. Podemos confiar que Dios es bueno y que abrirá
nuestros ojos cuando lo crea conveniente. Sin esta confianza, ¿cómo podremos soportar
los ataques de Satanás?
Podemos confiar que Dios es bueno y que abrirá nuestros ojos
cuando lo crea conveniente.
¿Dónde está tu casco? (Efe. 6: 17)
Recuerdo que cuando era niña mi madre insistía en que usara rodilleras, coderas y
muñequeras cuando montaba en bicicleta. Ella fue cediendo gradualmente en sus exi-
gencias, pero nunca dejó de mencionar el casco. ¿Por qué será que estamos dispuestos a
tener frentes y cabellos grasientos y sudorosos? Es porque nuestros rostros y cerebros son
muy importantes. Vemos, escuchamos, gustamos y nos comunicamos con los órganos
que están en la cabeza. La gente nos identifica viendo nuestro rostro. Nuestra mente nos
diferencia de los animales y nos permite controlar nuestras acciones. Un fuerte golpe en
la cabeza puede causar un daño mucho mayor que uno recibido en alguna extremidad.
Sin la esperanza de la salvación, cualquier accidente, error o tragedia sería mucho más
grave; pero con la promesa de la eternidad sabemos que nuestras identidades y caracte-
res están seguros, sin importar lo que suceda a nuestros cuerpos.
Una espada es necesaria (Efe. 6: 17)
Hasta aquí las partes de la armadura que se han mencionado sirven para proteger-
nos; pero ahora Pablo menciona un instrumento de ataque. Las espadas cortan, sirven
para atacar y matar. Por tanto, ¿por qué debemos llevar una? La Palabra de Dios puede
penetrar a través de las tinieblas que rodean a un corazón frío. Su Espíritu puede luchar
activamente con nosotros. Cuando Jesús se dirigió al desierto para ser tentado, él y Sa-
tanás se enfrascaron en una lucha donde el destino del mundo dependía de respuestas
correctas. Satanás se goza en atacar nuestro conocimiento bíblico. Si no estamos prepa-
rados él podría asestarnos un rudo golpe que sacudirá nuestra fe, al punto de que no
podremos recuperarnos.
Después de completar la lista relacionada con la armadura, Pablo concluye exhor-
tando a sus lectores a que oren: «Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones
y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos» (Efe. 6: 18).
Su tono repetitivo enfatiza la importancia de lo que él afirma. Debemos orar con el fin
de permanecer aleratentos te los peligros que rodean nuestras almas. Debemos orar por
quienes nos rodean para que ellos no olviden la urgencia con que todos debemos buscar
a Cristo a diario. Todo lo podemos, pero únicamente mediante Jesús que nos fortalece.
PARA COMENTAR
1. ¿Por qué no podemos utilizar únicamente una parte de la armadura?
2. ¿Por qué se incluye en la lista un arma de ataque?
Melissa Breetzke, Burtonsville, Maryland, EE. UU. 69
5. lunes
12 de noviembre Marcos 13: 33-37; 14: 38;
Testimonio Efesios 6: 18;
Señor, ¡despiértanos! Filipenses 4: 6
«Satanás está obrando en la atmósfera; la está envenenando, y nosotros depen-
demos de Dios para la protección de nuestras vidas: de nuestra vida actual y eterna.
Y por encontrarnos en la posición en que estamos, necesitamos estar bien despiertos,
plenamente consagrados, completamente convertidos y cabalmente dedicados a Dios.
Pero al parecer permanecemos inactivos como si estuviésemos paralizados. ¡Dios del
cielo, despiértanos!» (Manuscrito 1, 1890).
«Hoy necesitamos proclamar la verdad con santa intrepidez».
»Los que trabajan actualmente en la obra de Dios tendrán que hacer frente a
pruebas tales como las que Pablo soportó en su obra. Satanás procurará apartar de su
fe a los conversos utilizando los mismos métodos engañosos y jactanciosos. Introdu-
cirá teorías que no será prudente analizar. Satanás es un obrero astuto, e introducirá
engaños sutiles a fin de oscurecer y confundir la mente y desarraigar las doctrinas de
la salvación. Aquellos que no acepten la Palabra de Dios literalmente, caerán en esa
trampa.
»Hoy necesitamos proclamar la verdad con santa intrepidez. La siguiente decla-
ración dada a la iglesia primitiva por el mensajero del Señor, debe ser escuchada por
su pueblo en la actualidad: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare
otro Evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gál. 1: 8).»1
«Si el Salvador de los hombres, a pesar de su fortaleza divina, necesitaba orar,
¡cuánto más debieran los débiles y pecaminosos mortales sentir la necesidad de orar
con fervor y constancia! Cuando Cristo se veía más fieramente asediado por la ten-
tación, no comía. Se entregaba a Dios, y gracias a su ferviente oración y perfecta sumi-
sión a la voluntad de su Padre salía vencedor. Sobre todos los demás cristianos pro-
fesos, debieran los que profesan la verdad para estos últimos días imitar a su gran
Ejemplo en lo que a la oración se refiere».2
PARA COMENTAR
1. ¿Qué cambios radicales se verían en nuestras vidas si tomáramos en serio los ante-
riores consejos y advertencias?
2. ¿En qué forma podrías hacer del estudio de la Biblia una parte integral de tu vida,
de manera que puedas identificar los sutiles engaños de Satanás? ¿Memorizando,
meditando, estudiando con diligencia? ¿Qué más?
3. ¿Es la oración una parte vital de tu vida? ¿En qué formas puedes hacer de ella algo
de mayor relevancia?
______________
1. Mensajes selectos, t. 2, p. 60.
2. Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 61.
Joneen Wilson, Edinburg, Texas, EE. UU.
70
6. martes
13 de noviembre
Evidencia
Efesios 6: 13-18 Armados
para la victoria
Como hijos de Dios, tenemos los recursos del cielo a nuestra disposición; ade-
más de que contamos con la victoria de Jesús. Sin embargo, debes reclamar dicha
victoria personalmente y decidir que vas a usar cada componente de la armadura.
La armadura mencionada por Pablo seguía el modelo utilizado por los soldados ro-
manos.
La Biblia es tu arma. Estúdiala.
El cinturón de la verdad: Los soldados llevaban una túnica que les llegaba a la
rodilla, encima de una prenda interior. Con el fin de una mayor libertad de movi-
miento, ellos acortaban dicha túnica utilizando el cinturón, de donde colgaba una
corta espada y una daga. La verdad nos hace libres (Juan 8: 32). Debes decidir que
conocerás la verdad y que la vivirás y pregonarás; si es que deseas permanecer del
lado de Dios (Sal. 15: 1, 2).
La coraza de justicia: Con frecuencia la misma era confeccionada de una
malla metálica formada por anillos y mantenida en su lugar mediante correas de
cuero. La misma cubría el torso, protegiendo los órganos vitales. Tú posees justicia
gracias a Jesús, pero debes decidir que caminarás por sendas de justicia. Es otro
requisito para que permanezcas con Dios (Sal. 15: 1, 2).
El calzado del evangelio: Los soldados romanos usaban sandalias que protegían
sus pies de las asperezas del terreno y quizá de los peligros de las batallas. Parte de
tu armadura es la preparación para ser utilizado o utilizada por Dios de forma que
los demás puedan escuchar acerca de él (Rom. 10: 14, 15).
El escudo de la fe: Para el combate cuerpo a cuerpo, el soldado utilizaba un
escudo pequeño de piel gruesa, con un marco de madera o de metal. El escudo ser-
vía para desviar el daño por una espada, una lanza, o un dardo. Cuando Satanás
se acerca a ti con un pensamiento malsano o con una tentación, tu fe en Dios y en
sus promesas te servirán de escudo (1 Juan 5: 4).
El casco de salvación: Un golpe en la cabeza puede ser fatal, por lo que un
casco de hierro o de bronce con sus protectores faciales y de cuello, era de vital
importancia. Conocer que posees la salvación (1 Juan 5: 13) te coloca en una posi-
ción de confianza respecto a Dios de forma que puedes acudir confiadamente a él
en busca de socorro (Heb. 4: 16), con la certeza de que se te prestará ayuda.
La espada de Dios: Las únicas armas de un soldado eran una espada corta de
dos filos y una daga o puñal que llevaba en la cintura. En ocasiones portaban dos
jabalinas de seis pies de largo, que utilizaría de acuerdo con las circunstancias. La
Biblia es tu arma. Estúdiala a diario, en cualquier momento que enfrentes alguna
tentación.
Velando y orando: Aunque estos elementos no son parte de una armadura, los
mismos son siempre importantes en tu preparación y actitud.
Sherry Manison, Smithsburg, Maryland, EE. UU. 71
7. miércoles
14 de noviembre Cómo actuar Salmo 119: 11;
Lucas 4: 1-14
No dejes que tu armadura
acumule polvo
Durante siglos las armaduras han servido para proteger a los soldados en las bata-
llas Los caballeros medievales utilizaban armaduras de cuerpo completo con una pe-
queña rendija para que el usuario pudiera ver. Esta imagen mental es probable que
sea la que nos venga a la mente cuando leemos acerca de la armadura espiritual en
Efesios 6: 11-17. A diferencia de los caballeros medievales, los cristianos tienen a su
alcance toda la armadura de Dios: gratis, comprada con la sangre de Jesucristo. Sa-
tanás es como un león rugiente que de manera constante busca devorarnos (1 Ped.
5: 8). Por tanto, es muy importante que no solamente nos pongamos toda la arma-
dura de Dios ¡sino que la sigamos usando! Al observar algunas normas podremos uti-
lizarla en forma efectiva:
Estudia el mapa antes de que comience la jornada diaria.
Conéctate a la fuente de poder. Jesús estableció la norma para hacer esto. «Muy
de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue
a un lugar solitario, donde se puso a orar». (Mar. 1: 35). La oración era muy impor-
tante para nuestro Salvador mientras él estuvo en la tierra, luego piensa lo importante
que será para nosotros comunicarnos con Dios por este medio.
Estudia el mapa antes de que comience la jornada diaria. Es importante leer la
Palabra de Dios cada día. Si no sacamos tiempo para llevar pensamientos positivos a
nuestras mentes, seremos fácilmente desviados de la senda cristiana.
Memoriza las Escrituras y medita en ellas. Aprender de memoria textos bíbli-
cos podría parecer anticuado, cuando la mayor parte de nosotros podemos utilizar
nuestros teléfonos móviles y consultar la Palabra en los mismos. Sin embargo, nada
nos ayudará más a resistir las tentaciones que atesorar en nuestras mentes y corazo-
nes diferentes pasajes de las Escrituras (Sal. 119: 11). Jesús pudo utilizar la espada de
la Palabra porque había memorizado las Escrituras (Luc. 4: 1-14).
Sin importar lo que hagas, recuerda que tu armadura no debe estar arrinconada
llenándose de polvo.
PARA COMENTAR
1. ¿Por qué es importante comenzar el día con una oración?
2. ¿Cómo puedes equilibrar tu congestionado itinerario con el fin de incluir a diario
unos momentos de quietud con Dios?
3. ¿Por qué se compara a la Palabra de Dios con una espada?
David Peters, Bridgeport, Connecticut, EE. UU.
72
8. jueves
Opinión 15 de noviembre
Efesios 6: 13-17
¡Es muy posible!
Dios nos ordena que nos pongamos toda su armadura porque en cada momen-
to del día estaremos caminando por territorio enemigo, y la única forma de sopor-
tar los avances del diablo es utilizando dicha armadura. Al aceptar esta verdad es im-
portante que sepamos también el papel que cada parte desempeña. El cinturón de
la verdad nos protege de las mentiras de Satanás. No debemos subestimar dichas
mentiras porque a menudo ellas están mezcladas con la verdad. Sin embargo, Jesús
nos ofrece el remedio: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Él es el cinturón que
nos ofrece seguridad en un mundo inseguro. La coraza de justicia es una importan-
te pieza de esta armadura. La coraza protege a la parte superior del cuerpo en con-
tra de golpes mortales. De la misma forma, portar la justicia divina, obedecer sus
mandamientos, nos libra de la muerte. Somos llamados a ir por todo el mundo con
el calzado de la presteza del evangelio de paz. En otras palabras, debemos compartir
con los demás el evangelio de Cristo. Aunque el escudo nos resguarda físicamente,
la fe nos protege de manera espiritual: especialmente en las pruebas. En lugar de
espaciarnos en los desánimos de este mundo, debemos mantenernos enfocados en
Cristo y en el don de la salvación, mediante el casco de la salvación. ¡Hemos sido sal-
vados! Debemos aferrarnos a esa verdad.
¡Hemos sido salvados! Debemos aferrarnos a esa verdad.
La mayor parte de los componentes de la armadura de Dios nos sirven de pro-
tección. Sin embargo, la espada del Espíritu sirve para luchar en contra del enemigo.
En Efesios 6: 16 se nos dice que el diablo utiliza dardos de fuego en contra de noso-
tros. De haberlo deseado, Dios nos habría entregado diversas armas para que fuera
más fácil luchar a distancia en contra del diablo. Sin embargo, no lo hizo por algu-
na razón. Dios no desea cristianos complacientes o temerosos. Él nos pide que sea-
mos luchadores esforzados, preparados y dispuestos a defender nuestra fe y a hacer
que el enemigo huya.
Incluso con la armadura de Dios, aún necesitaremos conocer cómo librar esta
batalla espiritual. En cualquier contienda resulta indispensable no ignorar las estra-
tegias de nuestro enemigo. Tomemos como ejemplo una pelea de boxeo o un encuen-
tro de lucha. En el momento que aparte es la mirada de tu contrincante, él te gol-
peará. Para cuidarnos en contra de los ataques arteros de Satanás, debemos man-
tener nuestros ojos fijos en Cristo. ¡Entonces la victoria será nuestra!
PARA COMENTAR
1. ¿Qué factores crees que persuade a los cristianos para quien no vivan de acuerdo a
los principios divinos?
2. ¿Consideras que te falta alguna pieza de la armadura de Dios? ¿Qué puedes hacer
respecto a esa carencia?
Vanessa Estime, Norwalk, Connecticut, EE. UU. 73
9. viernes
16 de noviembre Exploración Efesios 6: 13
El mejor uniforme
de todos
PARA CONCLUIR
La lección de esta semana presenta la necesidad de prepararnos para resistir y
combatir los ataques de Satanás. Las herramientas necesarias son impresionantes in-
cluso en su aparente sencillez: una conexión con Cristo mediante la oración, el estu-
dio de la Biblia y la internalización de sus verdades además de memorizar los textos
de la misma. Pablo compara dicha preparación con la armadura corporal utilizada
por los soldados romanos, algo que era familiar para sus lectores. Al mismo tiempo
enfatiza el poder de la Palabra de Dios al compararla con una espada, la mejor arma
disponible para los soldados romanos. Los soldados de Cristo deben confiar en la
«armadura de Dios» con el fin de servirle tan fielmente como sirvieron a Roma aque-
llos primitivos soldados.
CONSIDERA
• Actualizar la analogía de la armadura romana empleando los elementos de
un traje espacial encontrados en http: //www.nasa.gov/audience/foreduca-
tors/spacesuits /home/clickable_suit.html. Coloca énfasis en los zapatos, en
la vestimenta y en el casco mientras los comparas con las funciones del arma-
dura romana. ¿Enseñanzas existen entre los dos tipos de protección?
• Compara los diferentes elementos de la armadura del soldado romano con
los utilizados en «la armaduría de Dios»
• Contemplar u observar «armaduras» utilizadas en la naturaleza como son las
conchas protectoras, las cortezas de los árboles y otros elementos. Intenta
compararlos con la armadura de Dios.
• Entrevistar a un soldado que tenga experiencia con su equipo de guerra, pi-
diendo que lo compare con la armadura de Dios.
• Componer un poema respecto al significado espiritual del armadura de Dios.
PARA CONECTAR
El camino a Cristo, cap. 3; El conflicto de los siglos, cap. 30.
Rick Blondo, Clarksville, Maryland, EE. UU.
74