Este documento presenta la liturgia de la misa del Tercer Domingo de Pascua. Incluye lecturas de los Hechos de los Apóstoles, la Primera Carta de Juan y el Evangelio de San Lucas sobre las apariciones de Jesús resucitado a sus discípulos. La homilía enfatiza la dificultad de reconocer a Jesús vivo entre nosotros, especialmente en los pobres y marginados. La misa concluye con oraciones para unir a la humanidad y construir un mundo más justo y solidario.
2. MONICIÓN DE ENTRADA
Jesús se presenta vivo y resucitado ante sus
amigos los apóstoles. Pero no le reconocen e
incluso tienen miedo de Él.
Les enseña sus manos y sus pies y come con
ellos.
También a nosotros nos cuesta reconocer a
Jesús vivo entre nosotros. Nos gusta saber que
está en el cielo, y en los templos cristianos,
pero nos cuesta reconocerle en todos los que
nos rodean: en los pobres, en los marginados,
en los que sufren y trabajan a nuestro lado.
3. CANTO DE ENTRADA.
Juntos como hermanos
miembros de una Iglesia
vamos caminando
Al encuentro del Señor.
Un largo el caminar
por el desierto bajo el sol
no podemos avanzar
sin la ayuda del Señor.
Unidos al rezar, unidos en una canción
viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor.
5. Canto durante la aspersión del agua:
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo
un solo Dios y Padre.
Llamados a guardar la unidad del Espíritu
por el vínculo de la paz, cantamos y
proclamamos:
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo
Un solo Dios y Padre.
Llamados a formar un solo cuerpo en un
mismo Espíritu, cantamos y proclamamos:
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo
Un solo Dios y Padre.
6. Llamados a compartir una misma esperanza
en Cristo, cantamos y proclamamos:
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo
un solo Dios y Padre.
7. GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
los hombres que ama el Señor…
ORACIÓN COLECTA.
8. Lectura del libro de los Hechos de los
apóstoles 3, 13-15. 17-19.
En aquellos días, Pedro dijo a la gente: «El
Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el
Dios de nuestros padres, ha glorificado a su
siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y
rechazasteis ante Pilato, cuando había
decidido soltarlo.
Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el
indulto de un asesino; matasteis al autor de
la vida, pero Dios lo resucitó de entre los
9. muertos, y nosotros somos testigos.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis
por ignorancia, y vuestras autoridades lo
mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo
que había dicho por los profetas, que su
Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que
se borren vuestros pecados.»
PALABRA DE DIOS
10. SALMO RESPONSORIAL. Salmo 4.
R/. Haz brillar sobre nosotros el resplandor de
tu rostro.
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor
mío; tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
R/. Haz brillar sobre nosotros el resplandor de
tu rostro.
11. Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará
ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido
de nosotros?»
R/. Haz brillar sobre nosotros el resplandor
de tu rostro.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor, me haces vivir
tranquilo.
R/. Haz brillar sobre nosotros el resplandor
de tu rostro.
12. Lectura de la primera carta del apóstol San
Juan 2, 1-5a.
Hijos míos, os escribo esto para que no
pequéis,
Pero, si alguno peca, tenemos a uno que
abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
Él es víctima de propiciación por nuestros
pecados, no sólo por los nuestros, sino
también por los del mundo entero.
En esto sabemos que lo conocemos: en que
guardamos sus mandamientos.
13. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda
sus mandamientos, es un mentiroso, y la
verdad no está con él.
Pero quien guarda su palabra,
ciertamente el amor de Dios ha llegado en
él a su plenitud. En esto conocemos que
estamos en él.
PALABRA DE DIOS
14. ALELUYA.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Aleluya. Aleluya, el Señor resucitó.
Señor Jesús, explícanos las
Escrituras; haz que arda nuestro
corazón mientras nos hablas.
15. Lectura del santo Evangelio según San Lucas
24, 35-48.
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo
que les había pasado por el camino y cómo
habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se
presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
«Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver
un fantasma. Él les dijo: «¿Por qué os
alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro
16. interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo
en persona. Palpadme y daos cuenta de que
un fantasma no tiene carne y huesos, como
veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y
como no acababan de creer por la alegría, y
seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo de
comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo
tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto
es lo que os decía mientras estaba con
vosotros: que todo lo escrito en la ley de
17. Moisés y en los profetas y salmos acerca de
mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para
comprender las Escrituras. Y añadió: «Así
estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará
de entre los muertos al tercer día, y en su
nombre se predicará la conversión y el
perdón de los pecados a todos los pueblos,
comenzando por Jerusalén. Vosotros sois
testigos de esto.»
PALABRA DEL SEÑOR
18. Creo en Dios,
Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que
fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de
entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a
la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha
de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la
comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
19. ORACION DE LOS FIELES
Oremos a Dios, nuestro Padre, que ha
resucitado a Jesucristo y nos concede los
dones de su amor.
Respondemos: Ayúdanos, Padre.
Que todos los hombres unan amistosamente
sus manos, para que el mundo supere
divisiones y exclusiones. OREMOS...
Ayúdanos, Padre.
Que todos los hombres unan solidariamente
sus manos, para superar injusticias y
desigualdades. OREMOS... Ayúdanos, Padre.
20. Que todos los hombres unan activamente sus
manos, para construir un mundo más
desarrollado y solidario. OREMOS...
Ayúdanos, Padre.
Que todos los hombres unan generosamente
sus manos, para compartir y servirnos
mutuamente. OREMOS...
Ayúdanos, Padre.
Que todos los hombres unan cariñosamente
sus manos, para saber aceptarnos y
perdonarnos. OREMOS...
Ayúdanos, Padre.
21. Que todos los cristianos unan humildemente
sus manos, para avanzar por el camino de la
unidad. OREMOS...
Ayúdanos, Padre.
Que los niños y jóvenes que reciben los
sacramentos de la Iniciación Cristiana unan
piadosamente sus manos y las pongan al
servicio de la Iglesia y del mundo. OREMOS...
Ayúdanos, Padre.
Que todos nosotros unamos religiosamente
nuestras manos, para bendecir y dar gracias
a Dios. OREMOS... Ayúdanos, Padre.
22. CANTO DE OFERTORIO
Señor, te ofrecemos el vino y el pan, así
recordamos la Cena Pascual.
Porque Tú solo eres bueno, Señor,
queremos cantar. Tus misericordias
¿quién podrá cantar?
Te ofrecemos nuestras vidas, Señor, en
torno a tu altar. Tus misericordias ¿quién
podrá cantar?
24. Canto de Comunión:
1. Cerca de ti, Señor, quiero morar,
tú grande y tierno amor quiero gozar.
Llena mi pobre ser, limpia mi corazón,
hazme tu rostro ver en la aflicción.
2. Mi pobre corazón inquieto está,
por esta vida voy buscando paz.
Mas sólo tú, Señor, la paz me puedes dar,
cerca de ti, Señor, yo quiero estar.
25. 3. Pasos inciertos doy, el sol se va;
mas, si contigo estoy, no temo ya.
Himnos de gratitud alegre cantaré,
y fiel a ti, Señor, siempre seré.
4. Día feliz veré creyendo en ti,
en que yo habitaré cerca de ti.
Mi voz alabará tu santo nombre allí,
y mi alma gozará cerca de ti.
26. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Gracias, Señor, porque nos regalas un nuevo
y renovado encuentro contigo en cada
Eucaristía.
Gracias, porque también a nosotros nos sales
al encuentro en nuestro caminar diario.
Gracias, porque cuando nos invade el
desánimo ante las contrariedades, allí estás tú
para recordarnos que contigo todo es posible.
27. Ayúdanos a reconocerte cuando escuchamos
tu Palabra, cuando nos enseñas a partir y
compartir el pan, y cuando pasas a nuestro
lado enfermo y en tantas situaciones de
pobreza y marginación como nos rodean.
Queremos ser cristianos comprometidos en la
transformación del mundo y testigos alegres
de tu resurrección.
28. Id amigos por el mundo, anunciando el
amor
Mensajeros de la vida, de la paz y el perdón
Sed amigos los testigos de mi resurrección
Id llevando mi presencia, con vosotros estoy.