La civilización mesopotámica se desarrolló entre los ríos Tigris y Éufrates en lo que hoy es Irak y Siria. Tuvo grandes ciudades gobernadas por poderosos reyes y ejércitos numerosos. Se destacó por su arquitectura, esculturas, relieves y joyas. Creían en muchos dioses y la escritura fue un invento clave que permitió fijar leyes, impuestos y obras literarias como el poema de Gilgamesh.